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Puede que una de las dificultades más grandes del docente sea el haber olvidado cómo se veía la
vida cuando teníamos 15 o 16 años. ¿Cuál era nuestra percepción de la ciudad? ¿De la política?
¿De la vida?
¿Cómo podemos solicitar a los estudiantes participación, amor a lo público, amor al prójimo
cuando desconocemos el modo como ellos interpretan esas observaciones? Parece que de
entrada la intervención carece de empatía.

30/10/2018

Me he dado cuenta que realmente amo a mis estudiantes. Veo en ellos la posibilidad negada, la
desigualdad que caracteriza la actualidad y me lleno de sentimientos que me impulsan a
ayudarles. Eso me llevó a comprender una habilidad, tengo la capacidad de identificar fortalezas
en quienes me rodean; y sobretodo, de evidenciar la existencia de las mismas a quienes las
poseen. Logré que un estudiante se enamorara de un sistema formal, MS-DOS, aún cuando este
muchacho poseyera una realidad enteramente ganadera, campesina. Él, que teniendo 16 años
gana más dinero que yo, por primera vez en la vida dio cuenta que su realidad no se agotaba en la
crianza de reses.
Puede que no posea el mejor dominio de los procesos institucionales, pero sin duda puedo
apreciar que estoy experimentando la creación de saber pedagógico. Un saber enteramente mío,
de mi realidad profesional, de mi práctica docente, que me permite moldear quien soy,
perfeccionar el modo en que abordo a estas personitas.

20/07/2019

Planear es tan importante como recordar lo que se desea lograr.

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