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Reflexión entorno a nuestro tiempo hic et nunc

Mambé

A inicios del siglo nadie hubiera podido creer la magnitud de los acontecimientos que hoy
retuercen el senti-pensar del continente. Tales acontecimientos, como lo que actualmente se
viene suscitando en Chile, Uruguay, Haití, Argentina, México, Perú, etc., lo que demuestran,
más allá de las interpretaciones, es que la realidad no espera a los teóricos, parafraseando a
Juan Carlos Monedero.

Algunos al ver esta realidad asumen que el capitalismo está en crisis, y hacen el esfuerzo por
teorizar aquella crisis. Otros, por el contrario, al analizar la realidad aseguran que esos
problemas son producto de una conspiración, que aquello no tiene nada que ver con la
relación que existe entre causa (s) y efecto (s), pues al desestimarla, aseguran el siguiente
hecho: los que protestan son desadaptados1.

Y si efectivamente la realidad halló a los pensadores y no al revés, quizá sea una visión
unilateral, porque a veces cuando alguien gira sobre sus propios pies, podría pensar que lo
que gira alrededor suyo son las cosas que lo rodean. Sería unilateral si no consideramos lo
siguiente: la resistencia ante el pensamiento único que viene de la mano con la estrategia de
globalización y las semillas epistemológicas que se han gestado, alrededor de unos 400 años
atrás, en nuestro continente.

La resistencia frente al pensamiento único conduce a luchar por reivindicaciones, y junto con
ellas han llegado los retrocesos, lo cual pone de evidencia una lucha interna entre la sociedad,
que podríamos considerarla dentro de lo que Gramsci llamaba el bloque social de los
oprimidos contra las clase dominante. Pues al revisar la historia apreciamos que los que han
poseído el poder, lo fetichizaron y no pudieron construir soberanía en sus territorios,

1
La imagen del desadaptado o del vándalo, no es una construcción gratuita, pues esa imagen inmediatamente
te lleva a ver a quiénes protesta como personan sin razón, es decir, simples rebeldes sin causa, aunque la causa
del rebelde sea la causa de la humanidad. Recientemente una película ha terminado de visibilizar, artísticamente,
aquello que se menciona: Joker. Donde la imagen del que se rebela es la de un loco…y no la de un luchador
plenamente consciente de lo que está mal y de lo que está bien. La película retrata correctamente la imagen
incorrecta del luchador social.
soberanía pertinente para luchar en contra del empobrecimiento causado por algunos factores
externos, comenzado por las guerras de rapiña y terminando por el saqueo directo al ser
humano tanto como de los recursos naturales.

Conocemos el hecho: que los que han regalado su patria simplemente son aquellos seres
reconfigurados en las metrópolis para que dominen en las periferias y sean los garantes de
mantener intactos los intereses que en los territorios subalternos existen. La colonización del
poder, epistémica y del ser, tanto como el racismo, la zona del ser en contra de la del no ser,
son constitutivos del mundo moderno. Un mundo hecho a imagen y semejanza de los apetitos
extractivistas de un reducido número de privilegiados; aquellos que, si lo decimos
metafóricamente, comen del hambre de los otros.

El mundo que vemos es el resultado de algo que va más allá del capitalismo, eso es el
paradigma civilizatorio de la modernidad. Los que están más allá de la línea abismal que
separa a los seres de este mundo, en sus subjetividades mantienen la esperanza que en algún
momento las cosas cambien. Algunos activistas mencionan: “nos han robado la infancia”, si
en caso vieran al tercer mundo tendrían que decir: “nos han robado el derecho de ser
humanos, parte de la naturaleza y, además, han prostituido a la madre tierra”.

Los presupuestos para el cambio, tiene que ser radicales, es decir, ir a la raíz del problema,
hasta ahora las cicatrices no cierran, y por esas venas abiertas respira el organismo vivo de
un mundo que dentro de sus entrañas tendrá que parir a uno nuevo. Tenemos este planeta al
cual debemos salvar, quizá, de nosotros mismos. En ese sentido las tareas desde ya son
titánicas, y para realizarlas tendremos que virar hacia los saberes despreciados, como por
ejemplo el humanismo con matiz común que existe en diferentes comunidades. Algunas lo
conocen como Ubuntu, otras como “el yo no soy si tu no eres”. Llamado de diferentes formas
con el mismo objetivo: visibilizar a los prójimos.

Pensar es urgente, es una necesidad, aunque algunos lo vean como un lujo, estamos en el
deber de hacerlo. El planeta está en peligro, el capital destruye a la naturaleza y a los seres
humanos, fetichiza las relaciones con la comunidad política, convirtiendo a la sociedad en un
concepto alejado del sentido comunitario. El capital ha puesto en adoración los medios y ha
dejado de lado a la vida, que es el criterio principal que debe de tomarse en cuenta; ¿cómo es
posible que en un mundo donde los recursos sobrepasan al número de pobladores, no puedan
llegar a quienes más lo necesiten? Es que algo está mal.

Se mencionaba que para algunos el capitalismo está en crisis, y eso a veces resulta raro, pues
al final de cada crisis sigue en pie y ese resultado deja, como lo identificó Stiglitz, a algunos
más ricos que antes. Es extraño porque empobrece a los que menos tienen y enriquece a los
que más poseen. En ese sentido ¿el sistema en mención está en crisis o es el que pone en
crisis a la vida en el planeta?

La dominación del pensamiento resulta crucial para que las relaciones de dominio y
explotación sigan reproduciéndose. No es extraño entonces que el hombre sea lobo del
hombre, pues hay subjetividades copadas por la idea de que el otro no es alguien a considerar.
De tal forma que hallamos dos tipos de violencia: por un lado, la directa, física; y por el otro
a la indirecta, relacionada a negar los medios de vida: casa, pan, trabajo; etc. Las dos someten;
las dos al fin y al cabo terminan siendo violencias físicas, aunque una sea más directa que la
otra.

La cuestión reside en ir más allá de la irracionalidad de lo racionalizado, como dice Franz


Hinkelammert, pues en muchos casos la empiria de las ciencias ha dejado torturado o apunto
de morir aquello que hace posible que vivamos, a nuestro planeta. La razón moderna desde
hace buen tiempo ha ideo dejando de ser lo que antes pensábamos que era: un faro, para
convertirse en un rayo mortal. Mariátegui en El alma matinal… había ya visto estos efectos,
por ese motivo pudo aseverar que el mito (de liberación) resulta crucial para poder superar
momentos como el que vivimos; es necesario retomar ese camino hic et nunc.

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