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Valle del Colca

El valle del Colca es uno de los mayores destinos turísticos del Perú. Está ubicado en la
provincia de Caylloma. Colca proviene de las palabras Collaguas y Cabanas, dos etnias que
habitaban a lo largo del río Colca. Este cañón tiene una profundidad de 4160 metros.

La provincia de Caylloma, designada genéricamente como “Colca”, forma parte del


departamento de Arequipa, en el Perú, y está ubicada en el extremo noreste de esta región. La
provincia tiene como escenario principal el Cañón del Colca y es en su entorno que se han
asentado las poblaciones que la identifican.

Caylloma, cuyo nombre proviene de uno de los pueblos del lugar, tiene una superficie de 11
990,24 km² y limita con el departamento del Cuzco por el norte, con las provincias de Camaná
y de Arequipa por el sur, con el departamento de Puno por el este, con la provincia de Castilla
por el oeste y con la provincia de Condesuyos por el noroeste.

En el 2019, la Unesco declaró como geoparque mundial al Cañón del Colca y Volcanes de
Andagua.1

Historia

A lo largo de miles de años el hombre ha ocupado el Colca, y como producto de esta


ocupación, han quedado como resultado muestras de una cultura que ha contribuido con
importantes aportes a la humanidad.

Hacia el 5000 a 6000 a. C. cazadores y recolectores recorrieron la zona detrás de las manadas
de camélidos sudamericanos y de una serie de especies vegetales que eran la base de su
alimentación. De esto han quedado pinturas rupestres e instrumentos líticos en diferentes
lugares. La presencia de estas manifestaciones en toda el área donde posteriormente se
desarrollarían las naciones Kóllawas, Ccawanas y Ccaccatapay, muestra una remota presencia
de cazadores - recolectores en busca de alimentos, quienes de manera paulatina fueron
domesticando plantas y animales como lo muestran los dibujos (pintura sobre grabado y
relieves) realizados en la Cueva de Mollepunco en Callalli, abrigo rocoso que fue ocupado
cuando se daban los procesos de domesticación de los camélidos y la transformación de los
grupos de cazadores en criadores de camélidos sudamericanos; en sus paredes existen
pinturas que representan las actividades de recolección y caza de animales y también en los
grabados en bajo relieve se representan corales con camélidos y hombres jalando con cuerdas
de ellos.

Luego de miles de años, solo a través del trabajo comunitario se pudo realizar la tarea de
imponerse a las adversidades del medio y empezar a dominar a la naturaleza. La organización
social andina posibilitó que el hombre pudiese vencer las dificultades de este espacio
geográfico tan adverso y entre el 200 a. C. y el 600 d. C., luego de este largo proceso de
domesticación de plantas y animales, se pasó a una economía agraria en que el hombre del
Colca, comienza a construir andenes, desarrollando una agricultura de secano y de esta forma
se modificó el paisaje andino dándole una fisonomía peculiar.
Ya en el 600 d. C. a 900 d. C. el Imperio wari, proveniente de Ayacucho, hizo su aparición en
toda esta parte de los Andes, incorporando a su administración a estos poblados. Durante este
periodo se establecieron centros administrativos que controlaron los diferentes valles, la
agricultura de secano da paso a la irrigación de andenerías a través de canales para lo que se
tuvo que recurrir a toda una tecnología constructiva e hidráulica. Destacan de este momento
Ccachulli (Tuti) y Achachiwa (Cabanaconde), probables centros administrativos y ceremoniales;
la agricultura era la actividad económica de los pobladores de la media - baja del valle mientras
que el pastoreo lo fue de las poblaciones ubicadas en zonas altas.

Las muestras encontradas en Cabanaconde se hallan en la muralla que es conocida como “La
Trinchera”, edificada en piedra, de gran magnitud en la base del muro y de menor proporción
en la parte superior; algunas piedras son trabajadas, mientras que otras muestran una
apariencia tosca, recorre laderas y cumbres de pequeños montículos hasta llegar a las paredes
naturales que forman el cañón.

También a esta época parece corresponder el yacimiento de Ccachulli (Tuti) que muestra
estructuras con planta circular y en forma de bóveda en elevación. Dichos muros están hechos
con piedra pircada en doble hilera, unidas por arcilla; aunque es necesario aclarar que el sitio
ha sido utilizado desde épocas remotas (finales del pleistoceno o de los cazadores
recolectores).

A la descomposición de Wari corresponde el surgimiento de sociedades locales que se van


separando de la administración imperial. Es entonces que surgen las sociedades Collagua en el
norte y Cabana más al sur y muestra de este periodo se han encontrado las siguientes
manifestaciones:

Aproximadamente en 1450 d. C., los Collaguas y Cabanas son incorporados al Imperio incaico
por Túpac Inca Yupanqui. Durante esa época Coporaque habría sido el centro de la
administración inca.

Acerca de la presencia inca en la zona se han elaborado toda una serie de cuentos y
tradiciones, como la del “Mito del Incarri” que en la localidad de Chivay muestra una variante
que señala que durante la visita del Inca Mayta Cápac, éste fue concediendo diversos
beneficios a los pueblos, como la cebada y la quinua a Chivay; agua a Maca; vientos a
Pinchollo; maíz a Cabanaconde; minas de oro y plata a Tisco; el cochayuyo a Sibayo; etc. Estas
manifestaciones están relacionadas al control vertical de diferentes pisos ecológicos que
lograron los antiguos pobladores, como base de su economía y organización.

El ingreso de los españoles a la zona se da en 1535. Habitaban el Colca en ese momento los
Collaguas y los Cabanas, para el proceso de distribución de tierras a los españoles se
distinguieron en la zona tres “repartimientos”, que fueron organizados al parecer de acuerdo a
la organización social de los señoríos o curacazgos existentes, es decir Yanquecollaguas,
Laricollaguas y Cabana.

Fue Cristóbal Pérez quien recibió la encomienda de Ccawanas, Marcos Retamoso y Alonso
Rodríguez Picado recibieron la de Laricollaguas y Gonzalo Pizarro recibió la encomienda de
YanqueKóllaguas, que luego pasaría a manos de Francisco Noguerol de Ulloa y luego sería
administrada directamente por la Corona Española.

Durante este proceso se tomaron muchas medidas para el control y administración de las
poblaciones. Una de ellas fueron las Visitas Reales, censos en los que se obtuvieron datos
como que los Collaguas eran de lengua aymara, decían provenir del volcán Collaguata ubicado
en la zona de Velille; mientras que los Cabanas, hablaban un quechua diferente al del Cuzco,
tenían como Apu al nevado Hualca Hualcay que habían asumido la denominación de Cabana
Kunti. Ambas etnias reconocían haberse instalado en el valle, luego de haber expulsado a sus
antiguos pobladores.

A modo de diferenciación étnica, practicaban la deformación craneana. Los dos grupos


Collaguas (Laricollagua y Yanquecollagua) lo hacían en punta; mientras que los Cabanas, en
forma ancha y chata. Estas prácticas fueron prohibidas por orden del virrey Francisco de
Toledo. Desde entonces, la diferenciación se haría a través de los sombreros.

Entre 1571 y 1574 Francisco de Toledo llevó adelante una serie de reformas al interior del
virreinato, a fin de dar una forma político - administrativa más estable, por lo que se
establecieron una serie de pueblos de indios que, siguiendo el modelo español, concentraron a
la antes dispersa población. Las reducciones yanquecollaguas fueron: Tisco, Sibayo, Callalli,
Tuti, Canocota, Chivay, Coporaque, Yanque y Achoma. Las laricollaguas: Ichupampa, Lari,
Maca, Madrigal, Tapay y Caylloma. En tanto que los pueblos cabana fueron: Pinchollo,
Cabanaconde, Huambo, Huanca, Lluta y Yura.

De las 10 reducciones establecidas en el repartimiento de Yanquecollaguas, en 1609 no se


vuelve a mencionar a Villanueva de Alcaudete de Coymo que, posiblemente se trate de
Canocota no señalado antes. En Laricollaguas, este proceso fue más visible, desaparecieron
tres reducciones: Las Brocas, Paradines y Puerto de Arrebatacapas que también puede tratarse
de Tapay e Ichupamapa no conocidos antes de 1609. Por su parte, Cabanaconde a su vez, se
vio muy afectado, desaparecen Las Brocas, Oviedo y la Puente del Arzobispo que quizás sean
los casos de Pinchollo y Huambo. Para 1609, de las 24 reducciones habían quedado solo 15.

La evangelización de la zona corrió a cargo de los frailes franciscanos, que desde épocas
tempranas recorrieron el Colca estableciendo dos conventos, uno en Yanque dedicado a la
Purísima Concepción y otro en Callalli bajo la advocación de San Antonio de Padua.

Posteriormente, por orden del Padre Comisario Jerónimo de Villacarrillo, los frailes
abandonaron el valle en 1581, para dar paso a sacerdotes seculares que se hicieron cargo de la
evangelización. Esto obedecía a que dentro de los planes evangelizadores, se envió en un
primer momento a los integrantes de las órdenes religiosas que con una estructura ya definida
se ocupasen de esa tarea, para luego, con la creación de diócesis y el establecimiento de
seminarios, se diese paso a los curas diocesanos.

Esto provocó el malestar entre la población indígena que habían acogido con agrado a los
frailes franciscanos, que pidieron su regreso; consiguiendo que tras unos años de ausencia
retornasen al valle en 1586, pero ya no a todos los pueblos sino solamente a Chivay, Yanque,
Coporaque, Achoma, Tuti, Sibayo, Callalli y Tisco; aunque no sin antes superar la oposición de
los seculares. Los frailes permanecerían en el valle hasta el siglo XVIII (1788), cuando por orden
debieron dejar sus doctrinas. Fruto de este proceso evangelizador son los diferentes templos
construidos a lo largo del valle y que evidencian el fervor de la feligresía.

Las minas de Caylloma

El año de 1626 marca un hito fundamental en la historia del pueblo de Caylloma y del Valle del
Colca, en ese año fue descubierto el mineral de Caylloma, "por los hermanos Gamero, vecinos
de Pampacolca" a estas ricas minas de plata se les conoció como Santa Sara, San Cristóbal y
Vicuñas; en otro cerro, el de los Apóstoles, la mina de San Judas Tadeo y posteriormente
muchas otras que permitieron la fundación de 22 trapiches en la zona.

Las minas de Caylloma producían plata de fácil beneficio, pues eran "de crudo como dicen los
profesores: y cuando más han necesitado mezclarse los de una veta con otra". El mineral de
Caylloma, cuyos depósitos de plata se encontraban en las cercanías del pueblo, hizo que los
habitantes del valle no pudieran eludir la total imposición de la mita minera, la cual se
prolongaría hasta finales del XVII desligándolos por otro lado del eje económico de Potosí.

En 1631, el gobierno virreinal dispuso la instalación en Caylloma de "Cajas Reales con la


Callana de fundición” que duraron hasta 1781 cuando se mandó a que se trasladaran a
Arequipa. La situación del mineral de Caylloma era privilegiada, pues aunque su clima fuera
frigidísimo debido a que su altura, reunía un conjunto de ventajas evidentes; tenía, en primer
lugar, acceso a una reserva potencial de mano de obra cercana en el valle del Colca y los valles
vecinos.

Pronto Caylloma, un pueblo erigido a dos leguas del asiento de la población original
denominada Cucho (que era anexo de Lari), se transformó en un activo y bullicioso centro
poblado, con la fisonomía general de tales agrupaciones humanas. "Muchos son los casos que
se refieren de este mineral, nacidos del desorden excesivo de sus gentes, como muertes, riñas,
desafueros y fuegos que no se podrían sobrellevar". La minería convirtió a Caylloma en el
único pueblo que con propiedad podría denominarse "pueblo de españoles", mientras que en
los pueblos del valle la población se mantuvo dominantemente indígena a lo largo de la época
colonial.

Tan importante fue la producción minera de Caylloma que el Virrey Conde Chinchón las
denominó como el tercer yacimiento de importancia después de Potosí y Huancavelica.

Este fenómeno económico hizo que pueblos como Caylloma, Tisco, Sibayo y Callalli entrarán
en auge debido a su cercanía con la zona minera, mientras que las zonas de producción
agrícolas como Yanque, Lari y Chivay empiezan a decaer grandemente, las poblaciones
abandonan las andenerías y empiezan a aparecer problemas de desnutrición, hambre,
epidemias y mortandad.

Estas minas entran en crisis luego de la rebelión de Túpac Amaru II cuando en 1780 las Cajas
Reales fueron llevadas a Arequipa, debido a comprobados ataques contrabandistas en la zona
para la evasión del pago de impuestos.

Las primeras décadas de vida republicana fueron de transición para el Colca, Collaguas se
transformó en una provincia del departamento de Arequipa, siendo sus poblados convertidos
en distritos. La capital de esta Provincia de Caylloma paso a ser primero Caylloma, luego
Yanque, Cabanaconde, Yura, y, finalmente, a partir de la década de 1930, Chivay.

El Proyecto Majes significó cambios bruscos en la fisonomía del Colca con la construcción de
carreteras, canales, represas, túneles; rompiendo el aislamiento de la zona.

Población

Colca es un valle interandino poblado y desarrollado por tres etnias: los Kollawas, los Cabanas
y los Ccaccatapay.

• Los Kollawas que ocupaban la zona oriental de la cuenca del río.


• Los Cabanas que estaban en la zona occidental del río Colca.

• Los Ccaccatapay que se asentaron en lo más profundo del centro del cañón del río
Colca en lo que hoy es el distrito de Tapay.

Estos fueron grandes trabajadores ganaderos, agrícolas y artífices de canales de riego y


andenería, sin embargo también se encuentran restos de culturas prehistóricas y por supuesto
incaicos.

Las cabeceras del Valle del Colca están por encima de los 4 000 msnm siendo exclusivamente
para el uso ganadero, bajando suave pendiente que va cambiando su ecología a zona agrícola
llegando a los 3 000 msnm donde el valle se estrecha y comienza el Cañón del Colca de 100km
de longitud con una profundidad de 4.160 m. de altura.

Además de su riqueza agrícola se le suma sus Iglesias, muchas de ellas de notable arquitectura
y valiosas piezas de arte religioso; sus costumbres y tradiciones que muestra en su artesanía de
cada uno de sus pueblos.

En las cuevas del Valle del Colca se encuentran pinturas y grabados con más de 7.000 años de
antigüedad representando escenas de caza, camélidos (guanacos, llamas, etc.), zorros, figuras
humanas, representaciones astrales como el Sol, la Cruz del Sur, aves y muchas otras figuras,
que prueban el paso de los varios asentamientos humanos, durante miles de años que dejaron
huellas de su existencia.

Actualmente Colca es uno de los principales atractivos turísticos del Perú y destino turístico
para el mundo por lo que es visitado por turistas de todo el mundo.

Iglesias

El Valle del Colca muestra numerosas iglesias desperdigadas por todo el valle, que congregan
lo mejor de las corrientes arquitectónicas y artísticas europeas con los ingeniosos aportes
decorativos de la población nativa. El resultado fue un rico estilo barroco mestizo, con
influencias de Arequipa y Cusco. Cada una de las iglesias destaca por alguna peculiaridad
propia; algunas están construidas completamente con la piedra volcánica de sillar; otra tan
solo en sus soberbias fachadas; otras guardan singulares pinturas y esculturas en sus
interiores; otras son tan antiguas como los primeros años de la conquista.

Artesanía

Las principales expresiones folclóricas del Colca se suelen representar en los días de fiestas
costumbristas. Entre ellos los más conocidos el Wititi, el Qamili, el Tincachi, los Carnavales, el
Turcu Tusuy y las Corridas de Toros, mostrando su gran peculiaridad en el desarrollo de su
artesanía.

En su artesanía destaca los bordados con los que las mujeres embellecen sus trajes y
sombreros típicos. Además los tejidos a base de fibra de alpaca y llama elaborados localmente
por los pueblos de la parte alta.

Características del valle

El Valle del Colca ha sido sujeto a una serie de procesos que han modelado su fisiografía hasta
llegar a formar su paisaje actual; diversos agentes han actuado ocasionando el desgaste y la
modificación del Valle del Colca a través de las diversas eras geológicas.
Este valle interandino longitudinal, tuvo su formación relacionada a procesos de fallamiento
ocurridos en las etapas finales del Levantamiento Andino.

Los paisajes montañosos se presentan desde los 3,000 msnm hasta los 5,000 msnm con
pendientes pronunciadas, en ellas la erosión del agua ha provocado la formación de fosos
profundos, las tierras aquí son apropiadas para el pastoreo, ya sea basándose en el
aprovechamiento de las pastos naturales temporales, permanentes y semipermanentes, son
distritos netamente ganaderos y alpaqueros Tisco, Callalli y Sibayo.

De Tuti a Madrigal el valle es amplio, en él se ubican algunos poblados, estas son superficies
con pendientes suaves hacia el río Colca, en estas zonas las tierras tienen aptitud y son
aprovechadas para los cultivos.

De Pinchollo a Cabanaconde, el valle presenta un terreno de pendiente suave, que


comúnmente forma una terraza aproximándose hacia el encañonamiento del río Colca.

Debajo de este nivel empiezan las pendientes que bordean los 60° de inclinación, es común
observar paisajes con acantilados verticales de cientos de metros de desnivel con una perfecta
disyunción columnar, como los que se observan camino al Oasis, Tapay, Cosñirgua, San Juan de
Chuccho o Malata. La margen derecha tiene una pendiente fuerte y continua desde la cima del
nevado Bomboya hasta el fondo del cañón.

Aguas termales y géiseres

Otra de las principales características del Valle del Colca es la presencia de aguas termales,
desde Caylloma hasta Canco, con una disminución progresiva de la temperatura del agua, así
como un cambio en su composición química, desde sulfurosas a carbonatadas, la composición
química de las aguas es mayoritariamente de Ca, Zn, Fe, C, sales y otros, con una temperatura
máxima de 85 C° en la salida del manantial.

La presencia de géiseres en Pinchollo, Cabanaconde y Tapay nos indica la presencia de focos


volcánicos calientes cercanos. Estos se originan cuando el agua subterránea aflora a la
superficie, generalmente a través de una fisura. Su temperatura se debe al contacto del agua
con las rocas en fusión.

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