Manara había nacido el 23 de marzo de 1825 en Milán, en el seno de una rica familia, lo que

le permitió estudiar en Milán, en la escuela de Marina en Venecia y vivir entre 1840 y 1846
en Alemania y Francia. Al regresar a su ciudad natal disfrutó de una vida acomodada, donde
entró en contacto con el círculo de patriotas reunido en el salón de la condesa Mafei. Con
una renovada conciencia patriótica, encabezó un escuadrón de jóvenes con el que luchó en
las “Cinco jornadas de Milán”, la sublevación protagonizada por el pueblo de la
capital lombarda contra la ocupación austriaca entre el 18 y 22 de marzo de 1848, en la que
lograron librarse del yugo extranjero y brindaron al resto de Italia un ejemplo de lucha y
coraje que sería prontamente imitado.
Con la intención de frenar la llegada de refuerzos austríacos, Manara y su grupo de
voluntarios formaron parte de la invasión de Trentino, bajo las órdenes del general Michele
Allemandi. A pesar del esfuerzo los lombardos fueron derrotados y, tras varias batallas, en
agosto de 1848 se firmó el Armisticio de Salasco, que marcó el final de la primera fase de la
guerra y el regreso de los invasores a Lombardía y Milán. Al no poder regresar a su tierra
natal, Luciano Manara y sus voluntarios se retiraron al Piamonte, donde fue ascendido a
Mayor y colocado a la cabeza de un cuerpo de Bersaglieri, en la división lombarda del
General Gerolamo Ramorino.
El 12 de marzo de 1849, el gobierno piamontés rompió unilateralmente el armisticio firmado
con los austriacos y las tropas de Saboya reanudaron las hostilidades, por lo que Luciano
Manara y su unidad lucharon en el Po y La Cava (hoy Cava Manara en la provincia de
Pavía). Lugo de la derrota del ejército de Saboya en la batalla de Novara, tomó parte en la
defensa de la República romana, donde fue ascendido a teniente coronel y luego a
coronel. Con ese grado comandaría su brigada para participar en mayo de las ocupaciones
de Anagni y Frosinone. Sin embargo, a partir del 3 de junio los franceses comenzaron el
ataque de Roma, por lo que se organizaron defensas contra las abrumadoras fuerzas
enemigas. En este contexto, Giuseppe Garibaldi lo nombró Jefe de Estado Mayor. Después
de feroces combates, el 30 de junio en defensa de Villa Spada, un disparo en el pecho
terminó con la vida de Luciano Manara.