En la práctica se realizó una cocina neolítica, en la que se debía calentar un litro
de agua por medio de un balde con arena, ramas pequeñas, un plástico, piedras y un mechero. Se comenzó entonces a apartar la arena del centro del balde e introducir la bolsa de plástico en punta para evitar los posibles cortes, se establecieron las ramas dentro de la bolsa para dar soporte y así poner las piedras, anteriormente calentadas en el mechero, intercambiándolas cada ciertos intervalos de tiempo, esto, para lograr una temperatura del agua de 95°C, sin embargo esto no se logró, se obtuvo 74°C, esto debido al empleo de varias rocas al mismo tiempo, ya que al no ser retiradas, absorbían el calor de la nueva roca caliente que ingresaba al sistema, pues este tendía a mantener un equilibrio, impidiendo que la temperatura del agua aumentara