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ENSAYO SOBRE EL CAPÍTULO PRIMERO: “DE QUÉ VA LA ÉTICA”

Presentado por: Paula Andrea Rengifo Ramírez

Presentado a Julián Valencia

Ética

Institución universitaria Colegio Mayor del Cauca


Facultad de Arte y Diseño
Arquitectura
Popayán, 2019
ENSAYO SOBRE EL CAPÍTULO PRIMERO: “DE QUÉ VA LA ÉTICA”

«La libertad no es una filosofía y ni siquiera es una idea: es un movimiento de la


conciencia que nos lleva, en ciertos momentos, a pronunciar dos monosílabos: Sí o No.
En su brevedad instantánea, como a la luz del relámpago, se dibuja el signo contradictorio
de la naturaleza humana» (Octavio Paz, La otra voz).
El concepto de libertad abarca muchos significados, donde incluso ha sido ligada a la
palabra revolución, se puede hablar de ella desde el punto de vista filosófico hasta el
político. Sin embargo, a continuación, se abordará el tema con un énfasis en el
comportamiento humano, pues se puede afirmar que la libertad es innata al hombre, que
es una característica que nos diferencia de otros seres vivos. No obstante, esta capacidad
para actuar según nuestra voluntad no la adquirimos al nacer, pues de ahí que primero
debemos adquirir experiencia, por lo que necesitamos de la observación para saber el
impacto que conlleva el tomar una decisión en nuestra vida, que con otras palabras se
refiere a si nos conviene o no. A partir de esta premisa es que se encaminará el presente
ensayo.
Los humanos somos una especie de esponja, pues a medida que crecemos absorbemos
cantidades de conocimientos, información y empezamos a desarrollar algo que nos hace
únicos, la personalidad, la cual está influenciada por otras personas. Durante la niñez es
importante el cómo se educa porque de ahí en adelante esto se verá reflejado en los
frutos que dé la persona. Entre tanto nos hacemos más grandes empezamos a ver con
ojos diferentes la vida y la forma de desenvolverse en ella, por lo que ya discernimos o
entendemos que hay dos tipos de acciones: las buenas y las malas, las que son
aceptadas por la sociedad o bien por una comunidad y las que no son aceptadas, pero
esto ya va con base en las creencias propias de una cultura. Independientemente de la
acción, ambas implican una consecuencia ya sea positiva o negativa.
Por lo tanto, se puede deducir que el cómo determinar si algo es nocivo o es benéfico es
relativo, es decir, puede que una persona considere el realizar deportes extremos como
parte de su rutina, mientras que otra deseche tal idea debido a que sería perjudicial para
su vida. A donde quisiera llegar es a que en el mundo cada cosa puede ser vista de mil
formas, pues cada cual es subjetivo a la hora de percibir algo, sin embargo, hay
cuestiones que son “globales” por decirlo de algún modo. Un claro ejemplo es que
cualquier persona adulta en su sano juicio tiene claro que acciones fácilmente pueden
causar perjuicios tanto a si mismo como a terceros y ahí es donde entra la noción de
libertad.
La pregunta que surge es ¿qué nos motiva a seguir un camino y no otro? La respuesta
puede derivar en dos motivos: El de nuestra consciencia y el de la conveniencia. El autor
del libro, Fernando Savater hace un apunte en el que dice que, en ningún caso, por más
delicada que sea la situación en la que nos veamos, vamos a tener una sola opción para
elegir. Cuando se opta por la primera razón, la de la consciencia, se tiende a actuar
pensando en los principios éticos y en la moral (que han sido inculcados de manera
personal según el contexto particular), donde seguramente nos detendremos a examinar
si la decisión es justa, si estamos siendo honestos o por el contrario si estamos atentando
contra la integridad de otra persona. Mientras que cuando se acude a la segunda razón,
la de la conveniencia, la forma de proceder va en función de nuestros propios intereses,
por lo general dándole prioridad al bienestar propio, o al sacar provecho de una situación,
en muchos casos pasando por encima de cualquier individuo.
Por otra parte, Savater aclara que como simples mortales no podemos dictaminar que es
lo que nos va a ocurrir ni que cosas podemos lograr. Con esto dicho, cada vez nos
acercamos a una definición mucho más clara y profunda de la libertad, viéndola como la
posición que tomemos frente a las circunstancias y no solamente como un derecho (libre
desarrollo de la personalidad, libertad de culto, libertad política) pues es trascendental a
estas etiquetas. La libertad esta en los hechos más que en las palabras, se proyecta en
nuestro carácter, porque es con él que demostramos lo que en realidad somos y lo que
queremos.
En síntesis, se infiere que la libertad es ese derecho que nos es concedido al nacer y que
nos permite llevar las riendas de nuestras vidas o tener control de ellas hasta determinado
punto, lo que en otras palabras nos define como seres autóctonos y autosuficientes. No
obstante, hay una serie de factores que nos acondicionan a tomar una resolución, y que
para que esta sea acertada, es conveniente hacerlo viviendo de la mejor manera. Y esta
no se aprende sino hasta que incorporamos los valores y los principios a la manera en
que procedemos, de modo que seamos conscientes a la hora de usar esa libre “potestad”
para obrar y no caigamos en el error que muchas veces ignoramos que es el violar la
dignidad de otro sujeto. De ahí la necesidad de la ética para la sana convivencia.

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