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Daniela Porras Cataño

RESUMEN (Artículo base: Parámetros de ignición y explosión de los carbones colombianos).

La minería subterránea de carbón es considerada como una actividad de alto riesgo, clasificada en el
listado de la ARL-SURA, como una labor de clase cinco [1]. Son muchas las noticias que vemos y
escuchamos de las emergencias y fatalidades que se presentan en las minas de Colombia, dentro de
estas las de carbón, producto de una explosión por polvo de carbón o por las altas concentraciones de
gas metano. Uno de los problemas a los que nos enfrentamos como ingenieros de minas es al
reconocimiento y control de aquellos factores que pueden inducir al peligro y alterar la seguridad del
personal dentro de una labor, hay que tener presente que la vida profesional de varios colegas se
desarrolla en este tipo de minas, como las presentes en el suroeste del departamento de Antioquia,
específicamente en la cuenca del Sinifaná, donde se lleva a cabo la explotación de carbón térmico de
alta calidad [3].
Según las estadísticas acumuladas del año 2005 al año 2017 de la Agencia Nacional de Minería, el total
de emergencias fue de 1041, de las cuales el 13% es por explosiones, asociando la mayoría de estas a
las labores subterráneas de carbón ya que del total de emergencias el 78% corresponden a estas; en
cuanto a las fatalidades registradas, el personal que resultó afectado fue de 1253 personas, para
explosiones el 26% y para minería de carbón el 73%. Desde la ingeniería se pueden disminuir de manera
significativa estos valores, diseñando estrategias dirigidas a la identificación, control y prevención de
aquellas circunstancias promotoras de los accidentes, sin embargo para lograr esto es necesario tener
presente los parámetros que caracterizan la ignición y explosión de los carbones. [2]
El artículo “IGNITION AND EXPLOSION PARAMETERS OF COLOMBIAN COALS”, da cuenta del
análisis de 22 muestras de carbón pertenecientes a 12 minas antioqueñas, en los que se evalúan
factores como la susceptibilidad térmica, la sensibilidad a la inflamación, la severidad de la explosión, y
sus respectivos parámetros, además, la influencia del tamaño de partículas del polvo de carbón, y la
capacidad del polvo inerte de caliza. [3]
Es pertinente conocer cuáles son las condiciones bajo las que se da una explosión de polvo de carbón
y cuáles de estas son a las que se le deben poner especial atención; una representación adecuada de
la situación es el pentágono de explosividad, el cual lo conforma la suspensión del polvo de carbón, la
fuente de calor, el combustible, el oxígeno y el confinamiento; para prevenir la explosión, la solución más
viable es evitar la concentración del polvo. [5]
En el mencionado artículo, la metodología experimental para la caracterización y análisis del polvo de
carbón se centra en tres etapas:
1. Pruebas de granulometría, humedad, sensibilidad de ignición, severidad de explosión y
susceptibilidad térmica. (22 muestras)
2. Análisis de la influencia del tamaño de partícula. (1 muestra5dif. Tamaños de partículas)
3. Análisis de la capacidad de inertización mediante pruebas de Pmax y Kmax. (2 muestras 
3dif. %s de piedra caliza)
A continuación se presentará la descripción y respectivos resultados de las pruebas.
Primera etapa:

 Distribución de tamaño de partícula: las muestras se preparan por molienda y tamizando para
garantizar los tamaños comunes de polvo de carbón en las minas (0.04mm a 0.1mm) y así
permitir que los resultados sean coherentes [3].
Daniela Porras Cataño

 Sensibilidad a la ignición: se establece con los parámetros característicos del polvo de carbón
relacionados con su facilidad para inflamarse; estos son:
 Temperatura mínima de ignición (TMI): Se determina mediante un ensayo de laboratorio
según la norma EN50281-2-1,1999 en el que se comprueba si una fuente de calor
presente es capaz o no de iniciar el proceso [9]; se distinguen dos tipos: TMIn (nube de
polvo) y TMIc (capa de polvo) [4]. Generalmente la TMIc es menor que la TMIn, supuesto
que se puede corroborar con los resultados de la prueba realizada para el presente
artículo [3].
 Energía mínima de inflamación (EMI): Es la mínima energía que se requiere para iniciar
una explosión de polvo en un ambiente cerrado. Se determina mediante un ensayo de
laboratorio según la norma EN 13821,2002 con el dispositivo Mike- 3, en el que la ignición
de una nube de polvo de carbón se da por una descarga electrostática [10]. Indica la
peligrosidad del polvo frente a posibles descargas electrostáticas, la cual varía desde
muestras casi insensibles (EMI > 1000 mJ) hasta muestras extremadamente sensibles
(EMI<1 mJ). Las analizadas están en el rango de sensibles a casi insensibles (la mayoría)
[3].
 Límite inferior de explosividad (LIE): Es la concentración mínima de polvo mezclado con
aire, por debajo de la cual no existe propagación de la llama al ponerse en contacto con
una fuente de ignición [4]. El ensayo se realiza siguiendo la norma UNE-EN 14034-
3:2006+A1:2011, en la que se hace uso de una cámara en forma de esfera de 20L de
volumen [9]. Los resultados de las muestras evaluadas muestran que los LIE en su
mayoría están por encima de 60 g/m3, a excepción de tres muestras cuyo LEL es de 30
g/m3, siendo un valor más significante a la hora de prevenir una explosión.

 Severidad de explosión: indica con que fuerza explota una sustancia, es decir, a qué velocidad
se desarrollará la combustión y que presión máxima alcanzará. Se distinguen tres parámetros
importantes: Pmáx. (presión más alta en el proceso, estandarizado por la norma EN14034-
1:2004+A1:2001), (dP /dt)máx. (gradiente máximo de presión el cual expresa la variación máxima
de aumento de la presión en función del tiempo) y Kmáx. (velocidad a la que se desarrolla la
explosión, caracteriza el potencial y la severidad de la misma, es dependiente del (dP /dt)máx y
del volumen de la cámara (20L=0.02m3) [4].
 Los resultados de las pruebas realizadas mostraron que la Pmáx varía considerablemente
con la concentración del polvo de carbón, y el tamaño de partícula (a menor tamaño y
mayor concentración mayor Pmáx) [3].
 Los resultados para la Kmáx muestran que este valor varía con la concentración del polvo
y la variación del tamaño de partícula (a menor tamaño de partícula y mayor
concentración, más agresiva la explosión) [3].

 Susceptibilidad térmica: indica si una sustancia es sensible a la oxidación y al autocalentamiento,


mostrando así su tendencia a la autocombustión. Los parámetros característicos son: IM, TEV,
TG, DSC, Ea, Tcarac.
 Índice de Maciejasz (IM): muestra la reactividad de la sustancia al oxigeno con ataque
químico de peróxido, es decir, la reacción exotérmica, por la que aumenta la temperatura.
Con el ensayo se comprueba la tendencia a la autocombustión, siendo un riesgo cuando
el IM es mayor a 10 [4]. Los resultados mostraron que de las 5 muestras evaluadas solo
una fue señalada con posibilidades de autocombustión (IM= 12.8).
Daniela Porras Cataño

 Temperatura de emisión de volátiles inflamables (TEV): indica la posible degradación


térmica de materias orgánicas con generación de sustancias volátiles susceptibles a
resultar inflamadas, materia que juega un papel importante ya que cuanto mayor es el
contenido volátil más fácil es la ignición del polvo y la propagación de la explosión [4].
Para las muestras evaluadas no se observó liberación de materia volátil inflamable hasta
400°C (T máx de prueba), a excepción de una muestra cuya TEV fue de 390°C [3].
 Termogravimetría (TG): se basa en la medida de la variación de la masa de una muestra
cuando se somete a un cambio de temperatura en una atmosfera controlada. Para las
analizadas se verificó que conforme aumenta la temperatura y el tiempo de exposición,
la masa se reduce considerablemente [4,3].
 Calorimetría diferencial de barrido (DSC): Mide la energía que es necesaria suministrar
para mantener idéntica la temperatura a la de la muestra de referencia, cuando absorbe
o libera energía, es decir, cuando el proceso es endotérmico o exotérmico. La muestra y
la referencia se depositan en pocillos idénticos, los cuales se calientan en resistencias
independientes, con un programa controlado de temperatura [7]. En el proceso
exotérmico se identifican 3 tipos de temperatura: IET( temperatura de inicio lento del
proceso), CST(temperatura a la que inicia la aceleración del proceso) y FET (temperatura
a la que se da el proceso neto) [8]. Para las 5 muestras evaluadas los rangos de estas
temperaturas fueron: IET (97-114)°C, CST(196-225)°C, FET (302-351)°C temperaturas
de especial cuidado para evitar la combustión y posterior explosión [3].
 Energía de activación (Ea): valor representativo para determinar el riesgo de autoignición
del carbón, con un rango de variación riesgo muy alto (Ea<79 KJ/mol) a bajo (Ea>95
KJ/mol) [4]. Para las evaluadas en el artículo están entre un riesgo alto a muy alto (71-
80)KJ/mol, valoración importante para tomar las medidas necesarias en las labores
mineras, con el fin de evitar las posibles fuentes de energía descubiertas al ambiente [3].
 Temperatura de oxidación característica (Tcarac): es otro valor que sirve para caracterizar
la susceptibilidad de autoignición según la temperatura a la que se puede llegar. El rango
de riesgo varía de muy alto (Tcarac<250°c) a medio (300-349)°C [4]. La evaluación dio
como resultado que las 5 muestras analizadas están en un riesgo alto a muy alto (228-
263)°C. la Tcarac está asociada a la prueba de TG, como la temperatura a la que se da
el mayor cambio de masa [3].

Segunda etapa:

 Influencia del tamaño de partícula del polvo de carbón: se tomó como referencia una muestra
con 5 diferentes fracciones de tamaño; se evaluó la sensibilidad de ignición y la severidad de
explosión. Se llegó a las siguientes conclusiones [3]:
 Conforme se disminuye el tamaño de partícula la sensibilidad de ignición aumenta (las
concentraciones de polvo, la energía de ignición y las temperaturas superficiales son las
menores para iniciar la inflamación del polvo).
 A menor tamaño de partícula, hay una tendencia a acelerar uniformemente la combustión y
a hacer más agresiva la explosión.
 Si se compara el tamaño más grande (0.756mm) con el límite indicado en el decreto
1886/2015 (Colombia) (0.5mm), se puede observar que a un tamaño más grande de ese
límite se están presentando una explosión débil a moderada (Kmáx= 117 bar m/s) .
Tercera etapa:
Daniela Porras Cataño

o Capacidad de inertización del polvo de caliza: se analizaron las muestras más finas y más
gruesas con diferentes porcentajes de polvo inerte, con el fin de determinar la severidad de
explosión y así mostrar cual debe ser el porcentaje en peso óptimo del polvo de caliza. Se
concluye que:
 A un tamaño de partícula más fino se debe de combinar un mayor porcentaje en peso de
polvo inerte, caso contrario a si el tamaño es más grueso ya que se requiere menos
porcentaje de polvo inerte [3].
A parte de la caracterización mencionada previamente, los cambios físicos en las partículas de polvo de
carbón después de la explosión, son claves para determinar las condiciones reales y la severidad de la
misma. Según un estudio realizado para las minas de carbón en China, el cual analiza de una manera
similar los parámetros de la explosión por polvo de carbón, estos relacionaron la severidad de la
explosión con los cambios físicos que se ven posterior a la explosión, llegando a la conclusión de que:
o A una (Pmáx)mín, se registran cambios por procesos de evaporación y descomposición de la
humedad y la materia volátil, se pueden visualizar muchos poros en las superficies y algunas
partículas muestras rastros de fusión y unión [6].
o A una (Pmáx)máx, la liberación de volátiles es más rápida y se registra una combustión
heterogénea, los fragmentos se caracterizan por ser esféricos, más sólidos, agrietados e incluso
en forma de concha[6].

De los resultados de los análisis y procedimientos tratados para la caracterización del polvo de carbón
como uno de los principales precursores de las explosiones en las minas de carbón, es posible concluir
que:
 Todos los carbones en el mundo no importa si son colombianos o chinos son diferentes, por lo
que el estudio para cada uno de ellos debe ser individual, no se puede generalizar el
comportamiento de sensibilidad térmica y de ignición, es clave que cada operación minera tenga
como prioridad operativa la identificación cuantitativa y cualitativa de los parámetros
característicos y su respectiva clasificación vista desde el riesgo.
 El polvo de carbón si no se controla puede resultar letal y puede cobrar la vida de muchas
personas y la misma supervivencia de la mina.
 Hay que garantizar una atmósfera segura de trabajo libre de riesgos, que puedan exponer a las
personas a situaciones agresivas que puedan afectar su integridad.
 Si se hace una comparación de los resultados con lo que se registra en el decreto 1886 del 2015,
se ve que si se toma la decisión de confiarse en lo que promulga dichos reglamentos, es posible
que la accidentalidad continúe, ya que como se mencionó con antelación, todos los carbones
son y responden de diferente manera.
 Cualquier tipo de registro, estudio y análisis que se efectué en las labores mineras antes o
después de un accidente como la explosión, sirven para mejorar, evaluar, controlar y mitigar las
situaciones inseguras.
 Desde la parte ingenieril se debe procurar por realizar las labores de la forma correcta,
cumpliendo con la normativa e ideando planes de gestión en pro del cuidado del personal y de
la vida del proyecto.
 Puede que las pruebas de caracterización sean costosas, pero es más costoso remediar los
factores negativos que deja una tragedia, por tanto es más razonable gastar en pro de la
prevención que de la reparación.
Daniela Porras Cataño

BIBLIOGRAFÍA

[1] Tabla de clasificación de ocupaciones u oficios. ARL-SURA. 2017. Disponible en:


https://www.arlsura.com/files/Tablas_oficios.xlsx
[2] Emergencias Mineras. Agencia Nacional de Minería (ANM). 2017. Disponible en:
https://www.anm.gov.co/?q=emergencias_mineras
[3] IGNITION AND EXPLOSION PARAMETERS OF COLOMBIAN COALS. J. Torrent , N.
Fernandez, L. Medic, A. Blandon, J. Molina. 2016. Disponible en: https://www-sciencedirect-
com.ezproxy.unal.edu.co/science/article/pii/S0950423016301607
[4] Energía de la biomasa (volume II). F. Nogués, D. García, A. Rezeau. 2010. Disponible en:
https://books.google.com.co/books?id=bffuDAAAQBAJ&hl=es
[5] Polvo de carbón, un riesgo inminente para las minas antioqueñas. Noticias facultad de Minas
(UNAL-Med). 2016. Disponible en: https://minas.medellin.unal.edu.co/noticias/facultad/460-
amaga
[6] Experimental analysis on post-explosion residues for evaluating coal dust explosion severity
and flame propagation behaviors. Qingzhao Lia, Chuangchuang Yuan, Qinglin Taob, Yuannan
Zheng, YangZhaob. 2017. Disponible en: https://www-sciencedirect-
com.ezproxy.unal.edu.co/science/article/pii/S0016236117314965
[7] Métodos de análisis térmico, Disponible en: http://ocw.uc3m.es/ciencia-e-
oin/caracterizacion-de-materiales/material-de-clase-
1/Apuntes_MeTODOS_DE_ANALISIS_TERMICO.pdf
[8] New tests for the detection of incipient self-ignition process in solid fuels (PDF Download
Available). Disponible en:
https://www.researchgate.net/publication/267566789_New_tests_for_the_detection_of_incipient
_self-ignition_process_in_solid_fuels
[9] GUÍA PARA LA PREVENCIÓN DE EXPLOSIONES DE POLVO DE CARBÓN EN MINERÍA
SUBTERRÁNEA Y LIMITACIÓN DE SUS CONSECUENCIAS. Gobierno de España. 2009.
Disponible en: http://www.minetad.gob.es/energia/mineria/Seguridad/Guias/2009-Guia-barreras-
polvo-carbon.pdf
[10] MIKE 3 versus HARTMANN apparatus: Comparison of measured minimum ignition energy
(MIE). A. Janes, J. Chaineaux. Et al. 2007. Disponible en: https://www-sciencedirect-
com.ezproxy.unal.edu.co/science/article/pii/S0304389407009193

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