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RELACIONES DE LA ÉTICA Y LA PSICOLOGÍA EN COLOMBIA: UNA SÍNTESIS

DEL MODULO DE ÉTICA PROFESIONAL DE LA ESPECIALIZACIÓN EN

PSICOLOGÍA CLÍNICA – UNIVERSIDAD PONTIFICIA BOLIVARIANA,

BUCARAMANGA, COLOMBIA.

Carlos Andrés Cantillo Jiménez.

Psicólogo

TP: 122279

Los principios éticos durante varios siglos han buscado nociones de consenso, que apliquen a todas

las personas y a todos pueblos y comunidades sin importar las limitaciones del aquí y el ahora, las

inquietudes han sido universales y se han referido a los fundamentos de la conducta deseable, en

cuyo estudio las ciencias entre estas la psicología, posee un lugar fundamental, que según las

regiones y culturas con relación a las principales áreas de la disciplina psicológica.

Existen varios elementos éticos fundamentales para la psicología, como es ejercer con

transparencia, responsabilidad y compromiso, estos son vistos como pilares esenciales de nuestra

profesión. Ardila, R. (2011) argumenta que:

Los principios de la Declaración Universal de Principios Éticos para Psicólogos, alcanzados por

consenso son:

1. Respeto por la dignidad de las personas y de los pueblos.

2. Cuidado competente del bienestar de los otros.

3. Integridad
4. Responsabilidades profesionales y científicas con la sociedad. (p.18)

Son estas premisas tan relevantes que se muestran en un marco de referencia para el oficio de la

psicología, en donde las nociones de respeto, el bien común, la integridad y la responsabilidad

priman para el bien de las partes involucradas en los procesos del campo de acción de la profesión.

Hablando, ahora de Colombia, desde el año 1983 la psicología la sido reconocida legalmente como

profesión con la promulgación de la ley 581 de diciembre 28 del mismo año y reglamenta su

ejercicio en el país, con la firma del presidente de la época Belisario Betancur, pero desde el año

2006, es cuando se marca un verdadero hito en la historia de la psicología en el país, fue hasta ese

año con la vigencia de la ley 10902 del 6 de septiembre del mismo período que se le dio a la

profesión un estatus jurídico mucho más alto y acorde con la nueva Constitución Política, la cual

entró en vigencia en el año 1991. El estatus jurídico que se le dio a la psicología con la

promulgación de la ley se ve reflejado con el código deontológico y bioético de psicología.

En consecuencia, la praxis de la psicología en Colombia no podía ser ajena a los cambios que

introdujo la Constitución Política de 19913. La forma como era visto el ser humano y su

comportamiento, objeto de estudio de la psicología, había sufrido un cambio sustancial con la

nueva Constitución Política. Al ser humano, y su comportamiento, no se le podía ver ahora como

un sujeto objeto de derechos y obligaciones frente al Estado, sino que ha de ser visto como una

1
Congreso de la República de Colombia (1983). Ley 58 de 28 de diciembre de 1983 Por la cual se reconoce la Psicología como una profesión y
se reglamenta su ejercicio en el país. Bogotá D.C.: Congreso de la República de Colombia.

2
Congreso de la República de Colombia (2006). Ley 1090 del 6 de septiembre de 2006 por la cual se reglamenta el ejercicio profesional
psicológico, se dicta el código deontológico y bioético. Bogotá D.C.: Congreso de la República de Colombia.

3
Congreso de la República de Colombia (1991). Constitución política de Colombia. Bogotá D.C.: Congreso de la República de Colombia.
persona con identidad, sentimientos, provista de razón, única e irrepetible, es decir, se le ha de ver

con dignidad.

Es importante hacer saber que el código deontológico y bioético está elaborado para conocer los

términos en donde se tiene lugar cada normatividad adecuándose a las actividades referenciadas a

la profesión y el cumplimiento adecuado de la misma, en donde la transmisión de las normas que

regulan el ejercicio de la psicología, los principios fundamentales, los procesos sansonatorios,

deberes y derechos, son sus principales funciones y los cuales son de vital importancia para la

ejecución de la profesión.

por último, el código de ética permite guiar y calificar a partir de los diferentes criterios y tribunales

encargados de las acciones de los profesionales, estableciendo mediante las diversas normativas,

una regulación para lograr una aplicación más idónea, ética y transparente que permita originar

una correspondencia más segura entre la psicología y la sociedad que favorezca el beneficio de

toda la comunidad.

Atando otro punto importante en esta conversación, se hace necesario hablar del secreto

profesional, en donde existen contextos donde el psicólogo, en su práctica profesional, se ve

enfrentado a situaciones de compleja obra ética en donde se pueden ver en peligro los principios

y disposiciones éticas de su labor. Por ejemplo, al psicólogo que se ve ante el disyuntiva ético de

revelar o no el secreto profesional de su usuario o de hacer una intervención de urgencia a una

persona y no cuenta con su consentimiento informado, en donde es un deber preservar el secreto

profesional, definido como la obligación que tiene todo psicólogo de mantener la reserva de la

información que llegare a parte de sus usuarios en ejercicio de su labor profesional (Hernández,

2013). Es de saber que el psicólogo al igual que otros profesionales que obran con el secreto
profesional, deben brindar garantías para tener esa información confidencial por quienes buscan

sus servicios.

El consentimiento informado y el secreto profesional es de tal trascendencia en el ejercicio

profesional de la psicología, que la Ley 1090 de 2006 es reiterativa, superlativa y redundante en

señalarle a los psicólogos la necesidad de ceñirse a sus preceptos: el secreto profesional es

inviolable, y se ha de mantener incluso después de la muerte del usuario, si esto llegare a suceder

(artículo 32). Y en cuanto al consentimiento informado, no se puede hacer ninguna intervención

en la praxis de la psicología sin el consentimiento del usuario o en tratándose de menores de edad,

sin el consentimiento de su representante legal (artículo 36, ordinal i). (Hernández, 2016), es por

esto que se convierte en un deber donde prima la protección de los derechos de los usuarios como

la intimidad, al buen nombre y al libre desarrollo de los usuarios, entre estos esta el derecho a la

intimidad, al buen nombre y al libre desarrollo de la personalidad, enmarcados como se comento

al inicio de este escrito, a los principios éticos universales en este caso los de beneficencia, no

maleficencia y la justicia.
Bibliografía

 Ardila, R. (2011). Una declaración de principios éticos en psicología para toda la

humanidad. Eureka (Asunción) en Línea, 8(1), 14-18. Recuperado de

http://pepsic.bvsalud.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S22209026201100010000&l

ng=pt&tlng=es.

 Congreso de la República de Colombia (1983). Ley 58 de 28 de diciembre de 1983 Por la

cual se reconoce la Psicología como una profesión y se reglamenta su ejercicio en el país.

Bogotá D.C.: Congreso de la República de Colombia.

 Congreso de la República de Colombia (1991). Constitución política de Colombia. Bogotá

D.C.: Congreso de la República de Colombia.

 Congreso de la República de Colombia (2006). Ley 1090 del 6 de septiembre de 2006 por

la cual se reglamenta el ejercicio profesional psicológico, se dicta el código deontológico

y bioético. Bogotá D.C.: Congreso de la República de Colombia.

 Hernández, G. (2016). El secreto profesional en psicología. Enfoque constitucional, legal

y jurisprudencial en Colombia. Cuadernos Hispanoamericanos De Psicología, 13(2), 105-

116. Recuperado de

https://revistasaludbosque.unbosque.edu.co/index.php/CHP/article/view/1352

 Hernández, G. (18 de enero de 2016). Reflexiones acerca de la doctrina del mal menor en

la praxis de la psicología en Colombia, [Mensaje en un blog]. Recuperado de

http://gerardoahernandezm.blogspot.com/2016/01/reflexiones-acerca-de-la-doctrina-

del.html

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