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“Bajo el cielo protector”: Hacia una sociología de la literatura de viajes (Alex Gasquet)

 Viaje: elemento omnisciente en todas las dimensiones del hombre: social, individual,
existencial, psicológica o artística.
 Su influencia en todas las esferas de la actividad humana hace imposible elevar su
estudio a la categoría de disciplina.
 Sociología de los intersticios, objetos de estudio que pasan desapercibidos en la
actividad social y cultural del hombre. Pretensión desmesurada.
 Pertinente hacer consideraciones sociológicas en torno a la literatura de viajes. Ventaja
de reducir estas mismas proposiciones a la literatura escrita.
 Se atenderá a los límites que impone la literatura y al género moderno del travel
writting.
 Dimensión del viaje como metáfora, con su lugar en la cronología de la historia de la
literatura. Como encarnación del significado de la muerte (traspaso) y de la estructura
de la vida (camino o peregrinaje). Podríamos decir que es una acumulación agónica
“contra la muerte”, según los enunciados de Jean Baudrillard.
 ¿Cómo un simple desplazamiento en el espacio (viaje) logra influir a los individuos,
hasta plasmar diferentes grupos sociales y modificar el modo sistemático y duradero
ese cúmulo de símbolos y determinaciones que llamamos cultura? ¿De qué modo un
simple desplazamiento físico-espacial altera radicalmente la acción humana y su
estructura cognoscitiva, produciendo un hecho de la cultura? ¿Qué influencias
determinantes tiene sobre la configuración psicológica del individuo?

1. Del hombre alado al héroe, del héroe al testigo


 Dos dimensiones sobre el espesor mitológico inscrito en las tabletas del Poema de
Gilgamesh: el hombre alado, hombre en calidad de semidios; y el largo y dificultoso
viaje como alegoría del conocimiento.
 El viaje profundizaba su extraña calidad de semidios. Los dioses poseían el
conocimiento, los hombres la ruda ignorancia del acaecer: la prueba del sufrimiento
era la antesala para acceder al conocimiento.
 El viaje del hombre alado es la clave del conocimiento, la llave maestra para salir de la
ignorancia.
 En esa primera figura prosopopeya, Gilgamesh encarna la dualidad hombre/dios. El
hombre alado, mitad hombre, mitad dios, siguió apareciendo bajo figuras más
modernas. Antigüedad clásica y el héroe homérico, como Ulises.
 La figura del héroe tiene la misma aspiración que la figura del hombre alado: es un
passeur de rango único y excepcional, que oficina de intermediario entre el reino de
los dioses y el reino terrestre.
 La estructura de esta representación simbólica del viaje apenas varió por los siglos. El
hombre parte del principio de ignorancia para avanzar hacia la luz del conocimiento;
los dioses parten del principio de omnisciencia, procuran preservar su estatuto de
supremos hacedores del destino. En esta estructura básica el viaje representa el paso
ritual del universo humano al de los dioses.
 El héroe no deja de encarnar el doble rol bifronte (mitad hombre, mitad dios). El héroe
sigue siendo el punto de encuentro y entrecruzamiento del universo humano con sus
dioses. Pero, la evolución que sufre la figura del héroe a través de las épocas es
importante.
 Idea de que el viaje es comunicación y fuente de conocimiento es una de las constantes
más genuinas de la expresión humana.
 Si la estructura de la representación simbólica del viaje apenas se modificó desde la
antigüedad, lo que si varió enormemente fue la razón o motivación por el viaje.
 La historia de la literatura de viajes desde la antigüedad hasta hoy tiene que ver con
esta búsqueda descrita por Hegel y Benedetto Croce: la historia del Occidente es la
evolución de la necesidad al reino de la libertad. Para el hombre moderno, el viaje
hipostasia todos los deseos de autonomía, realización e identidad personal. El viaje es
vivido como una liberación de lo ordinario y la rutina.
 El viaje será paulatinamente domesticado en su imprevisibilidad.
 La limitación del espíritu del viaje tiene que ver con un proceso que va de la imperiosa
necesidad de la travesía a la práctica moderna de la performance. La crítica de la
performance fue emprendida por Segalen en su ensayo sobre el exotismo.
 Evolución con escalas intermedias. Implica la imbricación de varios tipos de viajes.
Establecemos una tipología literaria, sabiendo que estas formas de viaje se encabalgan
sin solución de continuidad cronológica desde el punto de vista histórico:
o Destierro y/o exilio: estructura prosopopéyica o épica.
o Éxodo.
o Saqueo: expedición guerrera por experiencia. El viaje representa el
desplazamiento con la única intención de someter y sojuzgar al otro. El
extranjero encarna una amenaza que debe ser aniquilada. Designio no fue
trazado por los dioses sino por hombre de cultura diversa. Origen a la
institución de la esclavitud y la servidumbre.
o Peregrinaje: reescritura del periplo épico en el viaje religioso o en las cruzadas.
Principal categoría de viaje iniciático espiritual también encarna un pliegue
importante en la historia del cristianismo: su paso de la instancia defensiva a
la etapa de expansión militar. La expansión de Occidente comienza en este
periodo, prolongada después por las campañas de evangelización.
o Comercial: Ruta de la Seda que unía el Lejano Oriente con la civilización
mediterránea atravesando las planicies del Asia central. Leed: “conversación
entre cosas u objetos”. El comerciante, viajando para intercambiar sus
productos, crea el exotismo. El punto más cuestionable del viaje comercial
remite a su gran valor histórico pero frágil espesor literario. El comerciante
viajero se suelta menos en el terreno imaginativo, es un pragmático en estrecho
contacto con la realidad.
o Descubrimiento: exploración y crónicas de conquista de América, Asia y
África. Descubrimiento paisajista es una batalla en torno a la toponimia, como
una apropiación simbólica del Occidente sobre las culturas nativas. La
violencia simbólica del descubrimiento es el prolegómeno a la implantación
de los colonos y el posterior reclamo de la propiedad y usufructo privado de la
tierra y sus riquezas.
o Emprendimiento geográfico o misión científica: producto típico del siglo de
las Luces. Charles La Condamine en tierras de la América ecuatorial (1735).
Influencia sobre Charles Darwin en Viaje de un naturalista alrededor del
mundo (1839). A mediados del XIX la alquimia del pensamiento inductivo
positivista y la expansión colonial de las potencias europeas dará nacimiento a
las disciplinas antropológicas y etnográficas.
o Del viaje colonial a la justificación antropológica y etnográfica: correlato del
viaje de descubrimiento. Nueva taxonomía occidental en las regiones
“descubiertas”. En la literatura de frontera imperial británica el viajero
científico, cuyo paradigma se encarnaba en el naturalista linneano, asume a
menudo sin quererlo la culpabilidad de la conquista, siendo las mas de las
veces un enviado de las sociedades comerciales. Mary Louise Pratt: el discurso
del viaje (que la historia natural produce y por el cual es producida) vuelve
eternamente sobre un gran anhelo: encontrar una manera de tomar posesión
sin dominación y sin violencia.
o El viajero ocioso: heredero del viaje colonial, representa su contracara
romántica. El escritor viajero contemporáneo perdió toda justificación
etnocéntrica y científica, su viaje gira en torno a la búsqueda de satisfacción y
curiosidad personal. Orden individual y/o estético.
o El turismo: el turismo aristocrático. Sentido moderno con carácter masivo
después de las guerras napoleónicas. Es de masas, tiene una motivación
pacífica y su principal motivo es la diversión; se trata de viajes mecanizados,
propios de la era industrial. Medio de locomoción es indisociable al viaje y lo
determina en gran medida. No hay heroísmo ni héroes. En el siglo XX la guerra
y el turismo se convierten en formas de viaje que se excluyen recíprocamente.

2. El viaje conceptual o filosófico:


 A la anterior cronología se puede oponer otra clasificación, que divide el viaje en
cuatro categorías histórico-conceptuales: el viaje ritual de la antigüedad prehelénica,
el viaje filosófico de la edad clásica, el viaje del peregrinaje medieval-renacentista y el
viaje moderno de la libertad ociosa.
 Periodo clave en esta incompleta cronología: constitución de la autoconsciencia del
mundo occidental tal como hoy la conocemos.
 Dos cuestiones que despuntan en relación con el viaje y se refiere a su espesor
conceptual:
o Cuestión del tiempo.
o Cuestión de la muerte.
 El tiempo encierra, en su corte horizontal, una diferencia temporal y antropológica:
son las diferentes fases del desarrollo humano las que, comparadas con una métrica
temporal absoluta, inducen a sentir (vivenciar) el exotismo. El exotismo, antes que
cultural, es antropológico, y sólo podemos experimentarlo en un tiempo definido
como contemporaneidad.
 La dimensión de la muerte tiene que ver con la historicidad y no con la
contemporaneidad. En cierto sentido se puede afirmar que la historia es la forma en
que nos vinculamos con los muertos

3. La estructura del viaje:


 La narrativa del viaje se puede descomponer en tres fases sistemáticas que inciden
directamente en la transformación del individuo. Se toma de Gasparini, el esquema
que varía según la circularidad o finalización del viaje:
a) Partida - viaje efectivo (tránsito) - llegada con retorno al punto inicial.
b) Partida – viaje efectivo (tránsito) – llegada sin retorno al punto inicial.
c) Partida – viaje efectivo – continuación indefinida del viaje sin llegada ni
retorno.

3.1. La partida:
 La partida es siempre una ruptura, un fin y un comienzo que evoca un pasado y
proyecta un futuro.
 El elemento más observable de toda partida es la separación de un individuo de la
matriz social en que fue formado, que le es propia y constituye su legado. La intensidad
de la partida se mide por el grado de inserción dentro de una estructura social y es por
lo tanto relativa. Para el viajero que tiene la capacidad de afrontar la separación, la
angustia del alejamiento es una ecuación en donde no hay pérdida que no conlleve
implícita una ganancia (la fama). La ganancia por lo general es cualitativa.
 Familiaridad entre la muerte y la partida: la partida de este mundo (separación como
“muerte física”) es semejante a la “muerte civil” que representa el viaje. La muerte física
no se inscribe en una historia.
 La voluntad de iniciar un viaje es aquí un aspecto esencial de la individuación, además
de una forma de trascender la necesidad. Esta consideración en perspectiva histórica
de la partida es fundamental para rectificar la creencia moderna de que el viaje siempre
fue un instrumento de libertad individual y de autoafirmación de identidad.
 El altruismo y el desinterés de la aventura introduce un componente moral en el
viajero medieval que en la antigüedad era desconocido: los peligros de la aventura se
afrontan ya sea por el bien de otros o por el bien de sí mismo.
 Lo que ha cambiado entre el mundo renacentista y el mundo moderno son las
diferentes formas de promoción social. La partida moderna supone una sociedad
estable, de la que el viajero busca “evadirse” o “fugarse”.
 El viaje moderno como necesidad de fuga o evasión radical de la propia sociedad se
articula a partir del punto más alto del viaje colonial: comienza durante el apogeo de
lo que tanto en historia como en arte se identifica por Orientalismo y el tenor de la
evasión o fuga se refleja por la cuantificación del exotismo.
 El viaje en sí es una especie de alienación temporal que siempre procurará resolverse
entrando en el juego de una nueva reterritorialización. Esta alienación social del
viajero implica con su extrema fragilidad un primer aspecto positivo: el viajero gana
en lucidez lo que pierde en inserción. Poseer un mayor grado de lucidez no debe ser
interpretado como poseer la “verdad”. Goethe: existencia de dos verdades: la del
viajero y la del indígena.
 De la confrontación de estas dos verdades resulta un nuevo humanismo romántico de
la partida: la partida como voluntad de entendimiento y comunicación con el Otro.
 La movilidad representaba no sólo una autonomía física, sino también una autonomía
espiritual.

3.2. El tránsito:
 Esencial, es la fase en que los hechos suceden.
 El tránsito solo era importante en cierto tipo de relatos, como las peregrinaciones. La
aventura se vincula al transcurso o tránsito.
 El tránsito cobra importancia sólo en la medida en que el sujeto del relato
(eventualmente un héroe) también la adquiera.
 Herencia de la errancia.
 El tránsito tiene una dimensión irreductible, que es el movimiento. En el tránsito lo
esencial es el movimiento y éste deviene un medio de percepción.
 El movimiento impone una estructura a la experiencia del viaje; las formas en que las
impresiones del viaje se fijan en la percepción del viajero tiene que ver con la duración
y el tipo de movilidad impuesto por el medio en que se viaja; cada medio de transporte
fija su propia territorialidad y por ende una percepción espaciotemporal distinta,
como hemos visto con palabras de Theroux. Ambigüedad estructural del tránsito que
deriva de “estar entre dos lugares” a “en movimiento”.
 El movimiento característico del tránsito es ambiguo: vincula al viajero con el mundo
y lo hace más penetrante al tiempo que lo separa, lo distancia de las cosas y la gente,
pues el movimiento se basa en la fugacidad del instante, es decir, en un contacto
epidérmico. El movimiento del tránsito no puede, en cierto punto, escapar del
paisajismo.
 En Sociología, Georg Simmel propone cuatro cualidades para la categoría de
extranjero o foráneo: libertad, objetividad, generalidad y abstracción.
 El viajero es una persona que, habiéndose separado de su matriz social, mantiene ese
frágil estatuto de traductor entre culturas, siendo un producto de la necesidad de
adaptación. El viajero que transita tiene un emplazamiento intersticial.
 Pero la movilidad del tránsito implica también una reversibilidad entre objeto y sujeto.
Entrando en relación, uno y otro se compenetran hasta fusionarse. La citada
objetividad del viajero se origina en la pura subjetividad del viajero. Solo el
movimiento confiere la posibilidad de observar los elementos que marcan el
continuum de una sociedad o cultura que por definición es cambiante.
 Observar ese continuum es producto de la “traducción” que realiza el viajero en
tránsito, deriva de tener que explicar en su relato ese estar “entre dos” culturas, dos
lugares, dos idiomas. El tránsito ejercita al viajero en una determinada forma de
representación secuencial.
 Pero el tránsito no solo tiene una dimensión cognoscitiva, representa una
estructuración revolucionaria del tiempo, según la ley de la relatividad de Albert
Einstein.

3.3. La llegada:
 Si la partida para un viajero representaba “ser arrancado”, la llegada encarna al proceso
contrario:
o La reintegración a la estructura de símbolos culturales que se habían
abandonado, o bien,
o La incorporación o aceptación a una estructura cultural nueva, de adopción.
 Podemos desconocerlo todo de “quien, y que” representa aquel que llega a un lugar
para quedarse, o de aquel que retorna a su casa. La partida es más radical que la
llegada.
 La llegada no restablece el equilibrio perdido, anterior a la partida. Mediante el
proceso de experiencia y conocimiento agregado en ocasión del viaje, la llegada
representa un estadio cualitativamente diferente al orden previo.
 El restablecimiento del antiguo equilibrio es imposible, pese a que el retorno del héroe
despierte y aviva dicha nostalgia.
 El proceso de reincorporación del viajero no indica en ningún caso homogeneidad,
sino al contrario, expresa la más acendrada individuación. Barth: la llegada en una
“estructuración de la interacción humana” que genera el criterio de las identificaciones
(culturales). La tendencia del viaje no es la unificación y uniformidad, sino más bien
el refuerzo de las distinciones nacionales y/o individualizantes, creando una
diferenciación entre interno y externo, dentro y fuera.
 Dos categorías de reingreso para un viajero: fasta y nefasta. La primera corresponde
con el usufructo de la potencia que subyace en todo viajero; la segunda con la amenaza
de contaminación perniciosa que puede acarrear su presencia y/o eventual aceptación
en sociedad. Estas posibilidades de ingreso nos hablan de la ambigüedad propia de la
llegada vista por parte de aquellos que reciben al viajero. Su doble estatuto lo hace
portador de gracia y desgracia.
 La llegada y aceptación del viajero se establece a través de ciertos ritos, como la prueba
del duelo violento entre el recién llegado y un miembro del grupo, que suele ser un
rito de asociación antes que de disociación. Este duelo establece una jerarquía de
dominio y subordinación que luego se traduce en un vinculo de hospitalidad.
Demuestra que la violencia es una forma de lenguaje (si no el primero) que de modo
funcional asocia a los hombres.
 Estos ritos existieron en Europa y existen aun bajo una forma menos codificada que
en las sociedades no europeas. Se conforman mediante tres secuencias que debe vivir
todo iniciado: separación, aislamiento e incorporación al grupo; tres tiempos de
iniciación que corresponden en realidad a los tres tiempos ritualizados del viaje:
partida, estadía y retorno.
 El carácter de la llegada está condicionado así por una serie de factores que interactúan
sin saber cuál será su resultado. Hay una confluencia de pulsiones de atracción y
rechazo, tanto del viajero como de la sociedad en la que se reintegra. Los antropólogos
han trabajado la idea de que la potencia de una sociedad es casi siempre de origen
externo, de ahí que ciertas culturas hayan asociado muchas veces a los extranjeros con
la imagen o potencia divina. La llegada de un viajero confluye con la dimensión sacra
de una sociedad determinada, o mejor, con su economía sagrada. En las sociedades
modernas, en cambio, se establece la identidad del viajero a través de su
interrogatorio, suerte de prueba o examen que se manifiesta de muy diversas maneras.
 La llegada del viajero, cualquiera que sea su tipo histórico o su forma, coincide con el
comienzo con la relación del viaje. El viajero tuvo que estructurar una narrativa de los
lugares que visitó y la gente que conoció. La literatura de viajes precede al viaje y lo
prolonga en todas sus formas.
 La literatura de viajes, en cuanto género bastardo, tiene la particularidad de situarse
entre dos mundos estructurales que funcionan ya en arreglo al “criterio de
ficcionalidad” como la literatura, o al “criterio de veracidad” como la historia. La
literatura de viajes es indisociable del emprendimiento mismo del viaje.

4. La inflexión erótica del viaje:


 Según Levi-Strauss, las mujeres son objeto de intercambio entre los hombres y
constituyen, a este fin, una suerte de preciado botín de guerra con la ocasión de los
saqueos, invasiones, etc.
 El grado de aceptación o rechazo del viajero en la llegada se relaciona con la estructura
sexual de la sociedad a la que se reintegra, pues suponíamos que el viajero participa
de la circulación y distribución de mujeres argüida por Levi-Strauss.
 La mujer es la gran ausente de la literatura de viajes, solo viajaba por la fuerza,
raramente por voluntad propia. Ingresan a la literatura de viajes a mediados del XX y
de modo generalizado a comienzos del XX. Esta irrupción fulgurante de la mujer en la
literatura de viajes Pierre Rajotte la calificó “escribir fuera de la casa paterna”.
 Históricamente, el hombre se asocio con la movilidad nómada y la mujer con la
fijación sedentaria.
 La mujer aparece vinculada a una tarea reproductiva y era ella quien decidía sobre la
incorporación o no del recién llegado.
 El hombre define su propia identidad en el viaje, se autorrealiza y, opuestamente, la
mujer lo hace con respeto al lugar, la casa y la tierra natal. Inmovilidad de las mujeres.
 Aunque en el Occidente contemporáneo ya no existe un tabú relativo al viaje
femenino, no se han desvanecido todas las reticencias.

5. Epílogo, alegato:
 La lógica turística impuso una conformidad y consenso básico que iguala (y
democratiza) la común experiencia del viaje. Pero, siempre queda y quedará espacio
en la insondable espesura humana para hacer posibles viajes fuera del molde turístico
o ajenos a la lógica del performance.
 El poder mágico del extranjero sigue intacto. Solo han cambiado los ritos.
 El más profundo sentido del viaje, asociar aquello culturalmente disociado mediante
el encuentro o frecuentación del extranjero, está inscrito en la naturaleza humana.
 El viaje es la representación del destino del hombre: el viaje es muerte, renacimiento,
aprendizaje, ceguera, lucidez, alegría, sufrimiento, expatriación e identidad.
 El despojamiento errático del viaje contemporáneo, concebido como la más acabada
expresión de la libertad individual, lo expone Nicolás Bouvier.
 El viaje es una excusa para el viaje interior y la dimensión iniciática reside en la
exploración humana. La experiencia de la colectividad es una experiencia individual y
el individuo una creación colectiva. Por eso el escritor viajero se postula como una
categoría al margen de la literatura oficial.
 Alberto Manguel: importancia de la protección del libro para el lector nómada y
viajero. Lectura como hogar, el universo de la lectura como heimat del hombre libre
de espíritu. Cada libro es una incitación al nomadismo intelectual. Escribir, leer y
viajar están secretamente vinculados.

Los “libros de viajes” como género literario (Luis Alburquerque)

 Literatura de viajes: manuales y diccionarios de literatura o términos literarios


abundantes definidos, otrora ausente, que nos sitúan ante un género hasta hace poco
desatendido. Diccionario de términos literarios de Estébanez Calderón: expresión con
la que se designa un subgénero literario que en sus diversas modalidades es un
elemento recurrente en la manifestación cultural de distintas épocas y países. Otro
diccionario define los “libros de viajes” como género narrativo que engloba muy
variadas manifestaciones en las que escritores relatan sus experiencias viajeras.

Breve recorrido histórico:

 Literatura grecolatina con la Odisea de Homero, la Historia de Leucipa y Clitofonte de


Aquiles Tacio, y en la historiografía de la antigua Grecia.
 Literatura medieval, el viaje reaparece en el libro de Marco Polo, en los Cuentos de
Canterbury.
 Renacimiento, relatos de viajes de grandes descubridores: Cartas de Colón a los Reyes
Católicos, Cartas de Relación de Hernán Cortés.
 Siglos XVIII y XIX floración de relatos de viaje, Las Cartas persas de Montesquieu, los
Viajes de Gulliver, Robinson Crusoe.
 Siglo XX, Por Tierras de Portugal y España.
Delimitación del género “relato de viajes”:

 Precisiones que nos ayudan a discriminar en el gigantesco corpus de obras que se nos
ofrece a la vista, qué se entiende cuando decimos que tal o cual libro es un “relato/libro
de viajes” y no una epopeya o una novela de aventura.
 Tipo especial de textos, peculiares por su forma, que privilegian al mismo nivel dos
funciones del discurso: la representativa y la poética. Libros de carácter documentar
con carca literaria, responden a unas reglas de “extrañamiento”.
 Si bien todo “libro de viajes” se enmarca en el ámbito general de la “literatura de
viajes”; no toda “literatura de viajes” se puede considerar un “relato de viajes”.
 La dificultad mayor está en la confluencia de este género con otros también fronterizos
cuyos contornos resultan más difíciles de precisar. Como la biografía o la crónica.
 Durante mucho tiempo han sido considerados como libros de un innegable interés
histórico-documental, pero de escaso o nulo valor artístico-literario, con el
consiguiente desinterés y preterición de la crítica y de las historias de la literatura.

Los “relatos de viajes” medievales:

 En la Edad Media se han fijado atención los estudiosos para perfilar su marco propio,
su poética.
 López Estrada, 1943, Embajada a Tamorlán.
 Señala el autor los aspectos más importantes del texto en un triple plano que utiliza
como primer intento de clasificación:
o Articula los datos temporales y los topónimos de lugares recorridos, con sus
distancias, como si fuera un itinerario. Se utiliza el patrón al uso de los
restantes “libros de viajes” de la época.
o Descripciones de los lugares, con sus poblaciones, según la manera de las
relaciones. Esquema a través de la figura conocida como evidentia, ofrecer una
imagen creíble de las cosas, como si pareciera la misma cosa antes vista.
Topografía e hipotiposis.
o Noticias políticas establecidas por un patrón de información oída.
o Aspecto nuevo vinculado a la condición literaria de la otra: el discurso en
primera persona que organiza el relato. Solo en ocasiones se utiliza la primera
persona del plural, incluyendo así al grupo entero que formaba parte de la
expedición real.
 Delimitación de Miguel Ángel Pérez Priego a partir de un corpus de siete obras, de
rasgos artísticos que las definen y configuran:
o Articulación sobre el trazado y recorrido de un itinerario.
o Orden cronológico del desarrollo y de la historia del viaje.
o Orden espacial, no en el tiempo, que crea el verdadero orden narrativo. Es la
descripción de los lugares que se recorren y visitan.
o Los mirabilia. Aquellas digresiones que refieren hechos y cosas extraordinarias,
fabulosas y de carácter maravilloso que, arraigadas profundamente en la
mentalidad del hombre medieval, formaba parte de su imaginario colectivo.
Su exotismo propiciaba la inclusión en los “libros de viajes” como condimentos
casi necesarios.
 Primeros intentos de formalización genérica de esta serie literaria que extiende sus
consideraciones por primera vez a un corpus.
 Loable tarea de Jean Richard de hacer una división de los “libros de viajes” según la
intención que persiguen, distinguiendo así “libros piadosos de algunos peregrinos”,
“libros con finalidades pragmáticas”, “noticias sobre expediciones”, “informes de
misioneros”, “de embajadores”, “los destinados a la historiografía”, etc.

Caracterización del género “libros de viajes”. Aspectos formales:

 Tipo de relato en el que la narración se subordina a la actividad descriptiva que, a su


vez, se halla más directamente relacionada con la función representativa.
 La narración consiste en relatar con palabras sucesos que los seres llevan a cabo. La
descripción trata de pintar con palabras, para que el receptor pueda ver mentalmente
la realidad descrita. La descripción se resume en tres fases: observación, reflexión y
expresión adecuada.
 Oposición narración/descripción responde a antigua distinción de la retórica clásica,
recogida por Quintiliano. Descripción aparece vinculada tanto con la figura de la
descriptio como con el recurso de la evidentia.
 El predominio de la descripción sobre la narración sobresale en los textos medievales
estudiados, se asienta en la producción literaria del siglo XVIII y se enseñorea en la
narrativa del XIX. El siglo XIX es también fecundo en este tipo de recursos y
procedimientos del “relato de viajes”.
 Textos con un “relato narrativo-descriptivo” en el que el segundo elemento (el
descriptivo) actúa como configurador especial del discurso. Estudios pioneros de
narratología no le prestan interés. Genette analiza la pareja de términos
narración/descripción.
 Queda así fuera la categoría de aquellos relatos cuya narración quedaba subordinada
a la descripción. Es un callejón sin salida de Genette. Para salir hay que considerar
ambas funciones del relato, como propone Carrizo siguiendo otros autores, como
“especies” o modalidades de un género común o de un mismo tipo de discurso.
 Raúl Dorra: insuficiente atribuir una función nominal y una función verbal a la
descripción y a la narración, respectivamente.
 El “relato de viajes” se muestra como caso paradigmático en el que lo descriptivo
adquiere un subrayado especial y en el que las situaciones de tensión narrativas típicas
de la novela no encuentran su desenlace o su explicación al final del discurso. Posibles
tensiones narrativas que se deshacen durante el propio desarrollo del relato. Su
naturaleza especifica radica en la belleza de sus descripciones y, esporádicamente, en
la tensión narrativa de episodios aislados que se resuelven puntualmente y no en el
nivel del discurso.
 Diferencia entre este tipo de “relatos de viajes” y aquellos otros que comparten ese
carácter informativo literario, como las crónicas o las biografías.
 En las primeras hay un predominio de lo que llamaríamos relato de los hechos,
sucesos y acontecimientos y a este fin quedaría subordinada la función descriptiva
inherente al carácter informativo, si es que alguna vez este discurso, el de la crónica,
toma estos derroteros.
 El caso de las biografías es más claro, pues los procesos de evolución narrativa se
concentran en la andadura de una sola vida.
 Los libros de viajes reflejan los intereses, inquietudes y preocupaciones de cada época,
cultura y situación implicadas en el itinerario abarcado por el relato. El tipo de
información proporcionada por el viajero/escritor es bidireccional, ilustra la cultura
visitada y el bagaje cultural y prejuicios del que visita.
 Regales Serna: enumera las razones que provocan que el género se aproxime a la
realidad social en que se enmarca. Cada época iría mostrando en estos relatos sus
inquietudes sociales más profundas.
 Característica propia de estos relatos es el predominio que las cuestiones sociales y
culturales adquieren sobre otros aspectos que cualquier tipo de relato distinto de éste
privilegiaría.
 Los temas que denominaríamos de pragmática, ajenos al relato, adquieren un relieve
intenso aquí al situarse en un grado de mayor importancia que los sucesos propios del
relato mismo, que no requieren un conocimiento de los entresijos socioculturales de
la época retratada.
 Dimensión especial e intertextualidad.

Otros aspectos textuales:

 A partir de la relación de Jorge Dubatti, cuatro procedimientos textuales como


prototípicos del “relato de viajes” y que arrojan alguna luz sobre la especificidad del
género:
o Encontramos habitualmente un sujeto de enunciación de doble experiencia:
de viaje y de escritura. Sujeto de doble instancia: sujeto viajero, individual e
irremplazable, que se desplaza geográficamente a otro lugar y que, además,
escribe esa experiencia.
o Sujeto con un peculiar estatuto ficcional, una especie de pacto similar al “pacto
autobiográfico”.
o Credibilidad reforzada al estar subordinado el hablante ficticio al autor real. El
autor/viajero está comprometido con el narrador. Interpretar los mensajes en
un doble plano: información y ficción.
o El viaje y la escritura siguen, necesariamente, ese orden consecutivo. No hay
escritura sin viaje previo, ni experiencia de viaje. Orden consecutivo: primero
el viaje, luego la escritura. La categoría tiempo constituye un componente
importante.
o Las instancias intermedias entre la vivencia y la escritura adquieres la forma
de notas, apuntes, diarios íntimos, cartas, datos de diversa procedencia.
o La simultaneidad total entre experiencia de viaje y escritura es infrecuente,
pues el proceso de reelaboración de los datos por parte del viajero requiere la
menos una pausa para plasmar literariamente lo que se quiere transmitir.

La retórica en los “libros de viajes”:


 Trasfondo retórico que rezuma la poética de los textos específicos de este género.
 Descriptio, narratio. Laus urbis, vinculado a la descriptio. Selección de figuras cuya
presencia apunta a la especificidad del género. La figura de la “amplificación” detalla
y enumera elementos que no siento necesarios para el desarrollo de la trama, realza e
intensifica el sentido y valor de lo expuesto. Abreviatio o “sumario”. Repetitio o
reiteración de recursos o procedimientos.
 Figuras de la “analepsis” (retrospección), y “prolepsis” (anticipación a sucesos) que
rompen la estructura lineal de la narración, facilitan la introducción de las
disgresiones (históricas, culturales y sociales).
 Figuras retóricas que derivan de la descripción (o écfrasis). Da lugar a textos
autónomos.
 Prosopografía, descripción del físico de las personas. Etopeya, descripción del carácter
y costumbre de la persona. Retrato, cronografía y topografía, pragmatografia,
hipotiposis.
 Comparación, metáfora y metonimia que facilitan una comunicación de la realidad a
través de la visión propia del emisor.

Conclusión:

 El género consiste en un discurso que se modula con motivo de un viaje y cuya


narración queda subordinada a la intención descriptiva que se expone en relación con
las expectativas socioculturales de la sociedad en la que se inscribe. Adopta la primera
persona, siempre a la figura del autor, acompañado de figuras literarias que lo
determinan.
 Aunque sus orígenes se nos presenten como evanescentes, se proponen características
que lo distinguen de otros géneros limítrofes y que lo fueron asentando con el paso
del tiempo.
 Arrojar un poco más de luz sobre el “relatos de viajes”.
 Tratar de buscar similitudes y diferencias de una serie literaria frente a otras, próximas
o lejanas, facilita un mejor conocimiento de las obras literarias mismas que en ellas se
inscriben.

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