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La unidad de las esferas de la producción y la

reproduccion en el debate sobre la participación


de las mujeres en el mercado laboral1
Nicolás Águila (CIEPP)2

Resumen

A lo largo de la historia del debate en relación a la participación de las mujeres en el mercado


laboral, las diversas corrientes críticas y de la “economía feminista”, han caído en la conceptua-
lización de la “esfera de la producción” y la “esfera de la reproducción” como momentos autó-
nomos e independientes. En este texto hacemos un breve recorrido por sus puntos nodales, al
tiempo que insinuamos una propuesta de teoría integral sobre la base del planteo de El Capital
de Marx a la luz de las transformaciones en la organización mundial de la producción que
tienen lugar desde mediados de los años setenta.

Palabras claves

Mercado laboral, producción, reproducción, participación de las mujeres.

Abstract

Throughout the history of the debate regarding women’s participation in the labor market, va-
rious critical authors and the "feminist economics" have fallen in the conceptualization of the
"sphere of production" and the "sphere of reproduction" as two autonomous and independent
moments. In this paper we make a brief reading of its nodal points, and propose a compre-
hensive theory based on the ideas presented in Marx’s Capital to the light of the changes in the
global organization of production that have been taking place from the mid seventies.

Keywords

Labor market, production, reproduction, participation of women.

Recibido: 23 de mayo de 2016


Aceptado: 30 de agosto de 2016

1. Se agradecen las lecturas previas y valiosos comentarios a versiones anteriores de Damián Kennedy
y un/a referí ciego/a.
2. Licenciado en Economía (UBA), magistrando en Desarrollo Económico (UNSAM) y becario de inves-
tigación en Centro Interdisciplinario para el Estudio de las Políticas Públicas (CIEPP).

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 Introducción Para nosotros, en el planteo original de
Marx se encuentra el puntapié para desa-
El abordaje de los problemas de lo que rrollar una teoría integral que pueda dar
hoy en día denominamos “economía fe- cuenta tanto de la división sexual clásica
minista” ha atravesado diferentes fases en del trabajo, así como de la dinámica de
el desarrollo histórico y conceptual. De su transformación, explicando los pro-
manera sintética, encontramos un inicio blemas específicos de las mujeres. En este
en el marxismo clásico a fines del siglo sentido, retomamos a Iris Young cuando
XIX y comienzos del siglo XX, que es plantea:
luego retomado críticamente a partir de
los años sesenta y setenta por diferentes “(...) la teoría del sistema dual no puede
escuelas, entre las cuales distinguimos, reparar el infeliz matrimonio del marxis-
de manera esquemática, en dos grandes mo y el feminismo. Hay buenas razones
grupos a partir de su problema principal para creer que la situación de la mujer
de investigación: las que se centran en el no está condicionada por dos sistemas
mercado de trabajo, y las que se centran distintos de relaciones sociales que tie-
en el denominado trabajo doméstico y de nen estructuras, dinámicas e historias
cuidados no remunerado. Estos grupos, distintas. Es más, el marxismo feminis-
lejos de constituirse como bloques teóri- ta no puede contentarse con un mero
camente homogéneos, presentan fuertes “matrimonio” de dos teorías -marxismo
diferencias en su interior. y feminismo- que reflejan dos sistemas:
No obstante, a nuestro juicio, compar-
ten un problema común: el análisis de la nes entren en contradicción, en general tienden a
“esfera de la producción” y la “esfera de reforzarse.” (Pérez Orozco, 2014, p. 46).
la reproducción” como momentos autó- “Todas las versiones de la teoría del sistema dual
nomos e independientes. De esta forma, empiezan con la premisa de que las relaciones
se pierde un sentido de totalidad que, en- patriarcales designan un sistema de relaciones
tendemos, tiene la sociedad en el modo distinto e independiente de las relaciones de pro-
de producción capitalista3. ducción descritas por el marxismo tradicional, La
descripción de cómo el patriarcado existe sepa-
rado del sistema económico de las relaciones de
3. “La apuesta del enfoque integrador es plan- producción, puede tomar dos orientaciones po-
tearlo en términos de un sumatorio de esferas y sibles. Por un lado, se puede retener el concepto
de trabajos, mediante un análisis de corte dual. El feminista radical del patriarcado como una es-
capitalismo opera en el mercado y en lo público, tructura psicológica e ideológica. En este caso, la
mientras que el patriarcado opera en lo priva- teoría del sistema dual se esforzará por dar una
do-doméstico, en las casas. El primero conlleva explicación de la interacción de estas estructu-
una explotación de clase a través del trabajo asa- ras ideológicas y psicológicas con las relaciones
lariado y el patriarcado una opresión de género materiales de la sociedad. Por otro lado, se pue-
materializada en el trabajo doméstico. Las mu- de desarrollar una explicación del patriarcado
jeres están sometidas a ambas. Para las deno- mismo como un sistema de relaciones sociales
minadas teorías de los sistemas duales, son dos materiales que existen independiente e interre-
sistemas, parcialmente independientes, pero que lacionándose con las relaciones materiales de
coexisten, interaccionan y que, aunque en ocasio- producción.” (Young, p. 2, 1992).

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capitalismo y patriarcado. Por el contra- de no pertenecer al proletariado, por lo
rio, el proyecto del feminismo socialista que su incorporación en aquél era pre-
debe ser el desarrollar una teoría única, condición para la desaparición de dichos
aprovechando lo mejor del marxismo y problemas (Mies, 1994). Por caso, Clara
del feminismo radical, para comprender Zetkin, una de las principales exponentes
el patriarcado capitalista como un siste- de esta corriente, (1896) planteaba:
ma en el cual la opresión de la mujer es
un atributo central.” (Young, p. 1,1992) “La mujer proletaria pelea codo a codo
con el varón de su clase contra la socie-
Con este objetivo, en el segundo apar- dad capitalista. Para que quede claro, ella
tado haremos un breve recorrido por las también está de acuerdo con las deman-
corrientes que han abordado los proble- das del movimiento de mujeres burgue-
mas de la economía feminista; en el ter- sas, pero se refiere al cumplimiento de
cer apartado haremos un desarrollo del estas exigencias simplemente como un
concepto de valor de la fuerza de trabajo medio para permitir que ese movimiento
a partir de El Capital que discuta con co- entre en la batalla equipado con las mis-
rrientes previamente mencionadas y las mas armas, junto con el proletariado”.
incorpore; finalmente, en el cuarto apar-
tado desarrollaremos el planteo a partir En el mismo texto, sostiene que las de-
de las transformaciones en la forma de mandas de igual entrenamiento profesio-
organización de la producción a escala nal y equidad de oportunidades laborales
global que se suceden desde mediados entre sexos son propias de la pequeña
de los setenta y que tienen como rasgo burguesía, las clases medias y la intelli-
distintivo la incorporación masiva de las gentsia burguesa, mientras que las tareas
mujeres al mercado laboral. del Partido Socialdemócrata Alemán no
debe ser la realización de propaganda
especial para las mujeres, sino la agita-
Breve desarrollo de las corrientes ción socialista, con el fin de incorporar a
que enfrentan el problema de la mujer proletaria en la batalla de clases
la situación de las mujeres en el (Zetkin, 1896).
capitalismo Las tesis de estas autoras se corres-
ponden con un determinado momento
Desde las corrientes críticas, y en par- de desarrollo del capitalismo, que puede
ticular desde el marxismo clásico (gru- ser enmarcado en lo que Marx denomi-
po dentro del cual excluimos al propio naba la “maquinaria y la gran industria”,
Marx), a finales del siglo XIX y principios proceso a partir del cual se simplifica el
del siglo XX se planteaba que la entrada trabajo y habilita una “primera” entrada
al mercado de trabajo era la vía para la de las mujeres y los niños al proceso de
liberación de las mujeres. La idea subya- producción. En este contexto se puede
cente era que los problemas específicos comprender cómo estas autoras, si bien
de las mismas eran reductibles al hecho abogan por la incorporación de las mu-

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jeres al mercado laboral, a diferencia de mente difundida del ingreso al merca-
las expresiones sindicales de izquierda de do laboral como la solución automática
la época que la rechazaban para evitar la a todos los problemas específicos de las
competencia por la baja de salarios, tam- mujeres.
bién mantienen una defensa de “la mu- Esquemáticamente, esto genera dos ti-
jer”, entendida de manera biologicista, y pos de respuesta desde corrientes críticas
su rol tradicional, igualmente naturali- que, en su conjunto, podemos denomi-
zado, como madre y esposa. A la vez, no nar como economía feminista (Carrasco,
hay un análisis del rol de los trabajos do- 2006; Esquivel, 2012b). Por un lado, las
mésticos y de cuidados no remunerados que siguen manteniendo el enfoque en
en la acumulación de capital. la situación del mercado laboral, cuyo
A nuestro entender, estos planteos en- énfasis se encuentra en la crítica a las
cierran dos problemas principales: la idea condiciones de inserción de las mujeres
de que las mujeres no son parte de la cla- y, en particular, la situación desventajosa
se trabajadora en tanto no son vendedo- respecto de los varones.
ras directas de fuerza de trabajo, y la tesis Por el otro, surgen una serie de estu-
de que la transformación de la concien- dios que corren el eje del mercado de
cia, en un sentido amplio que incluye la trabajo y concentran su atención en el
transformación de los roles tradicionales denominado trabajo doméstico y de cui-
de género, es un problema posterior a la dados no remunerado. Dentro de esta
revolución política (es decir, la toma del vertiente, a su vez, podemos diferenciar
poder y la instauración del socialismo). entre dos grupos. En primer lugar, se en-
Ambos, serán retomados críticamente cuentran quienes argumentan a favor de
con posterioridad por los estudios de la la remuneración del trabajo doméstico
economía feminista. y de cuidados. Estas autoras, entre quie-
Con las transformaciones en la orga- nes se destacan Mariarosa Dalla Costa,
nización mundial de la producción que Selma James y Silvia Federici, destacan
empiezan a producirse desde mediados el rol estructural del trabajo domésti-
de los años setenta, el proceso de incor- co y de cuidados en la reproducción de
poración de las mujeres al mercado la- la fuerza de trabajo y, por lo tanto, en el
boral tiene un salto cuantitativo y cuali- proceso de valorización del capital. De
tativo. No obstante, este ingreso se da en esta forma, se distancian del planteo del
marcadas condiciones de inferioridad marxismo clásico, según el cual el trabajo
respecto de los varones. Las mujeres ac- doméstico aparece como por fuera de la
ceden a puestos de trabajo más precarios, dinámica de acumulación. Su propuesta
más inestables, con menores ingresos por política consiste en el “salario para el ama
igual trabajo, se encuentran segregadas de casa”, cuyo objetivo era la visibiliza-
horizontal y verticalmente, entre otras ción del trabajo doméstico y de cuidados
múltiples formas de discriminación. El no remunerado como un trabajo central
reconocimiento de esta situación plantea para la producción de fuerza de trabajo y
serias dudas teóricas en la idea previa- capital, así como su carácter feminizado

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y su reconocimiento por parte del Estado de trabajo planteado en El Capital por
(Federici, 2013, p. 26-27). Marx, y retomaremos críticamente las
En segundo lugar, se encuentran las/ perspectivas previamente discutidas.
os autoras/es que ponen en relieve el
trabajo doméstico y de cuidados no re-
munerado y discuten su reorganización Contenido simple de la
(Águila y Laterra, 2013; Carrasco, 2006; determinación del valor de la
Esquivel, 2012a; 2012b). Dentro de estos fuerza de trabajo4
planteos se sitúan las propuestas de me-
dición del tiempo de trabajo doméstico y Determinaciones generales del valor de la
de cuidados no remunerado a través de fuerza de trabajo
las encuestas de uso de tiempo, la conta-
bilización de este trabajo en las cuentas En el modo de producción capitalista, la
nacionales, la redistribución del trabajo organización del trabajo social se realiza
entre varones y mujeres ya sea al interior de manera indirecta, esto es, ningún in-
de la familia como propone el feminismo dividuo le impone a otro cuánto, cómo
liberal o socializarlo, como propone el fe- ni qué producir. Esta forma fragmenta-
minismo radical, entre otras. ria y atomizada de realizar la producción
Esta división organizativa no pretende social implica que ningún individuo es
encorsetar a las/os diferentes autoras/es autosubsistente, por lo que debe acudir
en compartimentos estancos. Por el con- al intercambio mercantil para proveerse
trario, gran parte de las/os economistas de los valores de uso necesarios para su
feministas han realizado investigaciones reproducción5. De esta manera, los vín-
tanto de la situación del mercado laboral, culos entre los productores no se presen-
como la situación por fuera de él, y de las tan como vínculos directamente sociales,
políticas de conciliación entre ambas es- sino que se encuentran mediados por la
feras de la vida social. Por caso, es exten- mercancía, portados como un atributo
dida la tesis de la “doble jornada”, es decir, de ella.
destacar el hecho de que la incorporación No obstante, la relación indirecta en-
de las mujeres al mercado laboral no re- tre las personas tiene como forma nece-
dundó en una disminución del tiempo saria de realizarse una relación directa
de trabajo de cuidados no remunerado.
En la misma línea, se presentan debates 4. Los apartados subsiguientes constituyen una
síntesis propia a los fines del presente trabajo,
en torno a las “políticas de conciliación” sustentada fundamentalmente en la lectura de
entre ambas esferas. No obstante, desde Marx (2011) desarrollada en el marco del “Ta-
nuestro punto de vista, en la mayoría de ller de lectura crítica de El Capital de Karl Marx”,
los casos se sigue trabajando con cada coordinado por el profesor Juan Iñigo Carrera.
esfera de manera aislada, como si fueran 5. La imposibilidad de autosubsistencia es una
autónomas e independientes. En el apar- característica genérica del ser humano en tanto
ser social. Aquí nos restringiremos a discutir la
tado siguiente, haremos un desarrollo
forma específica que adquieren los vínculos so-
crítico del concepto de valor de la fuerza ciales en el modo de producción capitalista.

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entre personificaciones. El acto de com- buto del individuo vivo, presuponen su
pra-venta, que determina a la concien- existencia. Para nosotros, esto involucra
cia y la voluntad de los individuos como dos aspectos: la reproducción y la pro-
la de individuos libres, es la forma que ducción de la fuerza de trabajo.
adopta la enajenación de su conciencia Por un lado, la reproducción de la fuer-
en la mercancía (Iñigo Carrera, 2008). La za de trabajo consiste en el consumo de
mercancía se constituye así en relación los medios de vida que el individuo nece-
social general. En tanto nexo indirecto sita para su conservación y, por lo tanto,
entre los diferentes individuos, es decir, el valor de la fuerza de trabajo consiste en
en tanto relación social cosificada, las el valor de dichos medios de subsisten-
mercancías son objetivaciones de canti- cia. En tanto reproducción de la fuerza
dades de trabajo abstracto socialmente de trabajo, el individuo necesita consu-
necesario realizado de manera privada e mir los medios de vida que le permitan
independiente, poseedoras del atributo reponer el gasto de cerebro, músculos,
de la cambiabilidad o, lo que es lo mismo, etc., invertidos en la jornada previa y
las mercancías encierran valor. presentarse en iguales condiciones pro-
El objeto inmediato del modo de pro- ductivas al día siguiente6. Así, los valores
ducción capitalista no es la producción
de valores de uso para la satisfacción de 6. “El consumo del obrero presenta un doble
carácter. En el proceso mismo de la producción
necesidades humanas, sino la valoriza-
consume mediante su trabajo medios de produc-
ción del valor, es decir, la acumulación de ción, convirtiéndolos en productos de valor supe-
capital. El núcleo de este proceso es el au- rior al del capital desembolsado: tal es su consu-
mento cuantitativo de la magnitud inicial mo productivo. Es, al mismo tiempo, el consumo
desembolsada de dinero que permitirá de su fuerza de trabajo por el capitalista que la
ha adquirido. Más, de otra parte, el obrero in-
poner en marcha una capacidad mayor
vierte el dinero con que se le paga la fuerza de
de regir el trabajo social. Para tal fin, nos trabajo en medios de vida: éste es su consumo
enfrentamos a que la forma necesaria de individual. El consumo productivo del obrero y
realizarlo es a partir de la compra-venta su consumo individual son, como se ve, fenó-
de la única mercancía cuya particulari- menos totalmente distintos. En aquél, el obrero
actúa como fuerza motriz del capital y pertenece
dad reside en que su valor es menor al
al capitalista; en éste, se pertenece a sí mismo y
valor de las mercancías que produce. Esta cumple funciones de vida al margen del proce-
mercancía no es otra que la fuerza de tra- so de producción. El primero da por resultado la
bajo. En este punto, surge la pregunta vida del capitalista; el segundo, la vida del pro-
de cuál es y qué determina al valor de la pio obrero. (...) El aspecto de la cosa cambia, si
en vez de fijarnos en un capitalista y en un obrero
fuerza de trabajo.
aislados enfocamos la clase capitalista y la clase
Como toda mercancía, el valor de la obrera en su totalidad (...). El capital de que se
fuerza de trabajo se determina por el desprende a cambio de la fuerza de trabajo se
tiempo de trabajo abstracto, socialmente convierte en medios de vida, cuyo consumo sir-
necesario, realizado de manera privada e ve para reproducir los músculos, los nervios, los
huesos, el cerebro de los obreros actuales y para
independiente requerido para su produc-
procrear los venideros. Así, pues, dentro de los
ción y reproducción que, al ser un atri- límites de lo absolutamente necesario, el consu-

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de uso necesarios por el individuo no se lugar, la necesidad de producción de los
restringen a un salario de subsistencia en individuos portadores de fuerza de traba-
sentido estricto, como pensaban los eco- jo, es decir, las necesidades de reproduc-
nomistas clásicos, sino que incorporan ción biológica de la especie y; en segun-
una dimensión histórica, cultural, moral do lugar, las necesidades de producción
y geográfica que hace que varíe según el original de la fuerza de trabajo, es decir,
momento y el lugar, pero sobre todo por la formación de un individuo con una
el desarrollo de los atributos productivos subjetividad productiva determinada,
del obrero en cuestión, y por el tipo y capaz de desplegar un trabajo particular
condiciones técnicas del trabajo realiza- (de mayor o menor complejidad)7. Esta
do. De esta forma, hoy en día un obre- división cumple fines únicamente expo-
ro necesita como parte de su fuerza de sitivos, ya que no existe un individuo sin
trabajo poder acceder a la alimentación, determinadas características, y no exis-
vestimenta, vivienda, salud, cobertura ten determinadas características sin un
de riesgos de trabajo, recreación, entre individuo que las encarne.
otros. En relación a la primera: “Dada la
Por otro lado, encontramos la necesi- condición de individuos independientes
dad de producción de la fuerza de tra- que tienen los trabajadores en el modo
bajo, es decir, la producción en continuo de producción capitalista, la producción
de vendedores de fuerza de trabajo para de nuevas generaciones de trabajadores
satisfacer las demandas de la valorización se encuentra, ante todo, privadamente
permanente de capital. Para nosotros, a cargo de sus padres” (Iñigo Carrera,
esta necesidad, a su vez, puede ser ana- 2004, p.29). Por lo tanto, los valores de
líticamente separada en dos: en primer uso que deben consumir los hijos de la
familia obrera hasta alcanzar la edad
mo individual de la clase obrera vuelve a con- productiva forman parte del valor de la
vertir el capital abonado a cambio de la fuerza fuerza de trabajo de los adultos que se en-
de trabajo en nueva fuerza de trabajo explotable cuentran económicamente activos8.
por el capital. Es producción y reproducción del
medio de producción indispensable para el capi-
talista, del propio obrero. El consumo individual 7. “La fuerza de trabajo solo puede existir en el
del obrero es, pues, un factor de la producción y individuo y su reproducción debe ser simultánea-
reproducción del capital, ya se efectúe dentro o mente producción y valorización de las cualida-
fuera del taller, de la fábrica, etc., (...). No impor- des y habilidades humanas deseadas, así como
ta que el obrero efectúe su consumo individual adaptación de estas a los estándares de vida
en su propio provecho y no en gracia al capitalis- externamente impuestos por el mercado de tra-
ta. (...) La conservación y reproducción constante bajo. Tan imposible como trazar una separación
de la clase obrera son condición permanente del entre el ser vivo individual y su fuerza de trabajo,
proceso de reproducción del capital. El capitalis- es trazar una línea entre las dos caras del trabajo
ta puede dejar tranquilamente el cumplimiento reproductivo” (Federici, 2013, p. 164).
de esta condición al instinto de propia conser- 8. “El poseedor de la fuerza de trabajo es un ser
vación y al instinto de perpetuación de los obre- mortal. Por tanto, para que su presencia en el
ros.” (Marx, 2011, p. 480-81, subrayado en el mercado sea continua, como lo requiere la trans-
original). formación continua de dinero en capital, es ne-

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Hasta este momento, hemos podido física relativa10 y el carácter poco científi-
prescindir de las diferencias genéricas camente controlable del trabajo centrado
en tanto no juegan ningún rol en la de- en la intervención de la fuerza y la pericia
terminación de la existencia de los roles manual del obrero en el proceso de traba-
sociales descriptos. Por este motivo, de- jo, el varón quedaba determinado como
bemos seguir avanzando para respon- vendedor casi exclusivo de fuerza de tra-
dernos de dónde brota la división sexual bajo. Así se constituye la familia como
del trabajo9. ámbito privilegiado de reproducción
En los albores del capitalismo, cuan- biológica, en el cual priman las relaciones
do la esperanza de vida era muy baja y directas entre los miembros del hogar.
la mortalidad infantil muy alta, se reque- De esta forma, los medios de vida que
ría de una producción casi constante de las mujeres (determinadas como esposas
hijos a lo largo de la edad reproductiva y madres) requieren para su reproduc-
de la mujer, que la confinaban a la repro- ción entran, al igual que el de los hijos,
ducción biológica al interior del hogar, en el valor de la fuerza de trabajo del va-
ya que el tiempo de embarazo, de trabajo rón adulto. A su vez, dadas las diferen-
de parto, y otros, en tanto les impedían cias entre la cantidad de hijos de distintas
participar en continuo del proceso pro- familias obreras (y teniendo en cuenta
ductivo se convertían en una traba para que un obrero con más hijos tiene una
la valorización permanente de capital. fuerza de trabajo más cara), se generarán
En cambio, en virtud de su superioridad una serie de formas concretas destinadas
a garantizar la reproducción normal de
las familias con más hijos. Al capital in-
cesario que el vendedor de la fuerza se perpetúe,
‘como se perpetúa todo ser viviente, por la pro-
dividual le resulta indiferente la cantidad
creación’. (...) La suma de los medios de subsis- de hijos que cada familia produzca, dado
tencia necesarios para la producción de la fuerza que no serán necesariamente ellos sus re-
de trabajo, incluye, por lo tanto, los medios de emplazantes inmediatos. De esta forma,
subsistencia de los sustitutos, es decir, de los hijos aparecen regulaciones directas, atributo
de los obreros (...).” (Marx, 2011, p. 125).
9. A fin de comprender el fenómeno en su pu- 10. En este punto no estamos afirmando un ca-
reza, haremos abstracción de la evidencia em- rácter natural de la mencionada superioridad
pírica de que siempre hubo mujeres vendiendo física que es, evidentemente, un producto social,
su fuerza de trabajo. Esto lo hacemos de esta histórico y cultural. “La naturaleza humana de los
manera, ya que entendemos que, para entender hombres/mujeres no evoluciona de la biología
aquellas situaciones, así como para entender la en un proceso lineal, monocausal, sino que es el
generalidad de los casos y la dinámica de trans- resultado de la historia de la interacción entre las
formación de la división sexual del trabajo, de- mujeres/hombres con la naturaleza y entre sí. Los
bemos considerar la ficción “pura” de que sólo seres humanos no se limitan a vivir, los animales
todos los varones y sólo ellos son vendedores de viven. Los seres humanos producen sus vidas.
fuerza de trabajo. De la misma manera, hare- Esta producción tiene lugar en un proceso histó-
mos abstracción de otros factores que alteran el rico. En contraste con la evolución en el mundo
valor de la fuerza de trabajo. Es decir, asumire- animal (historia natural) la historia humana es
mos que el valor familiar de la fuerza de trabajo historia social desde el principio.” (Mies, 1999,
se mantiene constante. p.31, traducción propia).

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del capital total de la sociedad a través trabajo, esta propuesta no tendría lugar.
de su representante, el Estado, como la En tanto las “amas de casa” realizan un
imposición de una asignación que tiene trabajo directamente social, no produ-
un monto definido por cantidad de hijos cen ni venden ninguna mercancía, por lo
(Iñigo Carrera, 2008). que su fuerza de trabajo no encierra va-
En este punto retomamos el debate lor. De esta manera, no puede haber un
previamente presentado sobre la pro- salario para ellas, dado que no hay valor
puesta del “salario para el ama de casa”. de la fuerza de trabajo que en el salario
Las autoras que se identifican dentro de se esté expresando. Como explicamos en
esta propuesta política plantean: este texto, esto no quiere decir que se en-
cuentren al margen del proceso de acu-
“(…) el análisis que Marx hizo del capi- mulación de capital, por el contrario, se
talismo se ha visto lastrado por su inca- encuentran en la base del mismo, y sus
pacidad de concebir el trabajo productor medios de vida se encuentran contem-
de valor de ningún otro modo que no sea plados en el salario del varón trabajador.
la producción de mercancías y su conse- Ahora bien, así no sólo se está deter-
cuente ceguera sobre la importancia del minando a las mujeres a un determinado
trabajo no asalariado de las mujeres en papel social, sino que se está creando a
el proceso de acumulación capitalista. las mujeres en tanto sujeto a ocupar ese
Obviar este trabajo limitó la compren- rol. Consideramos al carácter sexuado de
sión de Marx del verdadero alcance de la reproducción biológica de la especie
la explotación capitalista del trabajo y de humana como la base material biológica
la función que el salario desempeña en la que sirve de sostén ideológico a la impo-
creación de divisiones dentro de la clase sición, bajo esta forma concreta determi-
trabajadora, comenzando por la relación nada históricamente de familia, en una
entre mujeres y hombres. Si Marx hubie- norma heterosexual y monogámica. Pero
se reconocido que el capitalismo debe en tanto base material, es ella misma un
apoyarse tanto en una ingente cantidad producto histórico11.
de trabajo doméstico no remunerado Justamente por su exclusión de la ven-
efectuado en la reproducción de la fuerza ta inmediata de la fuerza de trabajo, las
de trabajo, como en la devaluación que mujeres y los niños aparecen como indi-
estas actividades reproductivas deben viduos “no libres”, en tanto están sujetos
sufrir para rebajar el coste de la mano de a las relaciones de dependencia personal
obra, puede que se hubiese sentido me- con respecto al varón adulto vendedor
nos inclinado a considerar el desarrollo
del capitalismo como inevitable y pro- 11. En este texto nos concentraremos en los me-
gresista.” (Federici, p. 154). canismos de subjetivación de los géneros, pero
debemos tener presente que, como han discuti-
do muchos/as teóricos/as de la teoría queer, la
Desde la perspectiva aquí planteada, transexualidad y la intersersexualidad, así como
y prestando atención al contenido del quienes discuten la cuestión ciborg, los propios
salario, es decir, el valor de la fuerza de sexos son también productos históricos.

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de fuerza de trabajo. Esto es lo que a la otro lado, conforme avanza el desarrollo
economía feminista le aparece como la de las fuerzas productivas, se va determi-
falta de autonomía de las mujeres, y es nando la necesidad de un obrero con una
una de las explicaciones recurrentes de la subjetividad productiva tal que le permi-
violencia de géneros, como mecanismo ta poner acción un trabajo más complejo.
de reproducción de la división sexual del De esta forma, en el valor de la fuerza de
trabajo (Mies, 1994). trabajo del varón adulto no entran sólo
Respecto de las necesidades de produc- los medios de vida que le permitan re-
ción original de la fuerza de trabajo, nos producir la condición vital del hijo en
encontramos con que la formación de cuanto tal, sino aquellos que le permitan
la subjetividad productiva individual en adquirir los atributos productivos nece-
el modo de producción capitalista es de sarios para el despliegue de aquel tipo
una complejidad creciente. En un primer de trabajo, principalmente, los costos de
momento, se requería que la formación educación.
de la fuerza de trabajo tenga lugar, princi- No obstante, la formación de los niños
palmente, al interior del hogar. A medida poco tiene que ver con la de las niñas.
que avanza el desarrollo de la producción Por el contrario, la construcción de la
de plusvalía relativa, la formación de la subjetividad y la corporalidad es una
futura fuerza de trabajo pasa a adquirir práctica generizada que responde a ne-
progresivamente un carácter social gene- cesidad de formación de atributos pro-
ral y se desarrolla la escolaridad formal, ductivos diferentes en función del rol
pero todavía sin poder prescindir total- social a desempeñar. De esta manera, los
mente de las relaciones directas (padre atributos que requerirán los niños son
y madre) en ese proceso. Por lo tanto, aquellos que les permitirán personificar
aquí aparece la determinación del rol de la venta de su mercancía fuerza de traba-
la mujer en tanto cuidadora y formado- jo, es decir, los de la competencia. Así, es
ra de la subjetividad de los niños12. Por desde este momento que esa mercancía
se empieza a formar, física y subjetiva-
12. El rol de cuidadora no se restringe al de los mente. Por el contrario, las mujeres son
niños. Si bien no podremos profundizar al res-
formadas para desarrollar una subjeti-
pecto, también incluye a los adultos mayores y
a quienes pierden sus capacidades productivas vidad cariñosa, sumisa y proveedora de
de manera temporal o indefinida. “La diferencia cuidados, propia de su futuro rol social
entre la reproducción de la fuerza de trabajo y como esposas/madres. Esta lógica for-
sus productos depende, por lo tanto, de la de-
terminación de lo que hace falta para reprodu-
cir esa fuerza de trabajo. Marx tiende a hacer salario. Es preciso realizar un trabajo adicional
esa determinación con base en la cantidad de sobre esas cosas antes que puedan convertirse
mercancías -alimentos, ropa, vivienda, combus- en personas: la comida debe ser cocida, las ro-
tible- necesarias para mantener la salud, la vida pas lavadas, las camas tendidas, la leña cortada,
y las fuerzas de un trabajador. Pero esas mer- etcétera. Por consiguiente, el trabajo doméstico
cancías tienen que ser consumidas antes de que es un elemento clave en el proceso de reproduc-
haya sustento, y no están en forma inmediata- ción del trabajador del que se extrae plusvalía.”
mente consumible cuando se adquieren con el (Rubin, 1996, p.6).

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mativa no se reduce al ámbito familiar, A lo largo de este apartado hemos tra-
sino que se extiende al conjunto de las bajado con situación hipotética en la cual
instituciones sociales, siendo las educa- la división sexual del trabajo era tajante,
tivas de fundamental relevancia. es decir, que sólo los varones eran vende-
Considerando lo planteado hasta aquí, dores de fuerza de trabajo y las mujeres
podemos afirmar que la determinación se encargaban de la reproducción bioló-
de la familia obrera, lejos de ser un re- gica y la producción de fuerza de trabajo
sabio feudal o una estructura patriarcal al interior del hogar. De esta forma, la
ahistórica, se determina por la propia determinación promedio del salario fa-
acumulación de capital y a su medida. No miliar se encontraba portada únicamente
es una estructura pre existente funcional en el promedio del salario individual del
a la valorización de valor, sino que es el obrero varón adulto, que incorporaba
propio desarrollo de la plusvalía relativa a la esposa y a los hijos. En el apartado
el que la produce. Si bien la forma de la siguiente plantearemos que esta situa-
familia trabajadora se presenta como ción se ve revolucionada a partir de las
igual a la de modos de producción pre- transformaciones en la materialidad del
vios, su contenido es radicalmente trans- proceso productivo que tienen lugar en el
formado por el capitalismo. Más aún, no desarrollo histórico del capitalismo.
sólo la familia obrera y la división sexual
del trabajo que implica, sino que también
los mismos géneros y sexos son producto Determinación del valor de la
del capitalismo13. fuerza de trabajo a partir de la
incorporación de la maquinaria
13. “En alguna ocasión, Marx preguntó: ‘¿Qué
es un esclavo negro? Un hombre de la raza
Incluso si en los albores del capitalismo
negra. Sólo se convierte en esclavo en determi-
nadas relaciones (…)’. Podríamos parafrasear: hubiera existido una división sexual del
¿Qué es una mujer domesticada? Una hembra trabajo férrea con el advenimiento de la
dela especie (…). Una mujer es una mujer. Sólo maquinaria, esta empezaría a verse trasto-
se convierte en doméstica, esposa, mercancía, cada. La incorporación de la maquinaria
conejito de Playboy, prostituta o dictáfono hu-
revoluciona la materialidad del proceso
mano en determinadas relaciones” (Rubin, p.
2, 1996). En el mismo sentido, las/os autores de trabajo quitando la herramienta de la
del grupo Krisis, como John D’emilio, plantean: mano del obrero y haciendo superflua la
“Aquí desearía desafiar ese mito [Hablando de lo fuerza física de ciertas porciones del mis-
que llama el mito del “homosexual eterno”]. Yo mo, permitiendo “(...) emplear obreros
quiero argumentar que los varones gays y lesbia-
sin fuerza muscular o sin un desarrollo
nas no siempre han existido. En cambio, ellos/
as son un producto de la historia, y han llegado físico completo, que posean, en cambio,
a existir en un período histórico específico. Su
emergencia está asociada al surgimiento de las del siglo veinte se denominen gays, que se vean
relaciones capitalistas, ha sido el desarrollo his- a sí mismos como parte de una comunidad de
tórico del capitalismo –más específicamente, su varones y mujeres similares, y que se organicen
sistema de trabajo libre-lo que ha permitido que políticamente sobre la base de esa identidad”
un gran número de hombres y mujeres a fines (D’emilio, p.3, 2006).

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una gran flexibilidad en sus miembros” obreros y el grado de explotación de cada
(Marx, 2011, p. 323). Con esto, irrumpen uno (al tener un valor individual menor).
la mujer y los niños como vendedores de Teniendo en cuenta que el proceso de
fuerza de trabajo. Para poder hacerlo, se compra-venta de la fuerza de trabajo,
requiere de un cambio formal, expresión como toda compra-venta de mercancías,
necesaria de aquella revolución en las se realiza de manera privada y atomística,
fuerzas productivas, que transforme la la forma normal de regularlo es de mane-
conciencia y la voluntad de la mujer para ra indirecta. Esto es así, ya que el capital
que deje de ser un individuo “no libre”. total de la sociedad no tiene forma de
Del mismo modo que el varón adulto no dirimir la condición individual de cada
fue siempre libre y ha ido adquiriendo vendedor de fuerza de trabajo, por lo
su libertad formal, es decir, su libertad cual, la regulación del proceso se realiza
como forma de su conciencia enajenada justamente a la inversa, es decir, borrando
en el capital, en el desarrollo histórico la las singularidades, imponiendo una nor-
mujer atraviesa un proceso similar14. En ma bajo la forma de un promedio. Dado
un primer momento, comienza a adqui- que la condición normal sigue siendo
rir su libertad formal, pero restringida a que una cantidad relativamente mucho
las relaciones jurídicas privadas, para la mayor de varones adultos se comporten
compra-venta de mercancías. El carácter como vendedores de fuerza de trabajo, el
de libre para las relaciones jurídicas pú- promedio del salario de los varones tiene
blicas, es decir, el carácter de ciudadano, que ser mayor al de las mujeres. Esto se
será adquirido mucho más adelante. debe a que el primero presupone la ma-
Esta determinación se ve transforma- nutención de la mujer, que en su genera-
da con la venta de la fuerza de trabajo lidad no trabaja; mientras que el segundo
de toda la familia obrera. El valor de la no supone la manutención del varón,
fuerza de trabajo de la familia obrera se dado que en su generalidad sí trabaja. En
distribuye ahora entre más de uno de sus esto, encontramos una explicación del
miembros, generando una reducción del porqué de la existencia de brechas sala-
salario del varón adulto lo cual, a su vez, riales que supera la forma concreta en la
genera una liberación de plusvalía, dado cual se presentan, es decir, la discrimina-
que permite expandir la cantidad de ción por ser mujer. Incluso más, la idea
misma de brecha salarial presente en la
14. Con los/as niños/as la situación no es así. Por economía feminista, refiere a una idea
lo visto previamente, la formación de la fuerza de
trabajo humana requiere de un tiempo de desa-
de salario con determinación individual
rrollo biológico y un tiempo de formación de una que, desde nuestra perspectiva, es conta-
subjetividad con atributos productivos acordes. La rio a la idea de valor de la fuerza de tra-
entrada en el proceso de producción antes de al- bajo presente en Marx.
canzar este momento puede minar la posibilidad De esta manera, en una familia obrera
de este desarrollo e ir en contra de la reproduc-
ción del capital total de la sociedad (Iñigo Carre-
donde los dos adultos sean vendedores
ra, 2004). Por lo tanto, los/as niños/as no han de fuerza de trabajo se está en camino
adquirido la condición de ciudadanos/as. de recibir el valor íntegro; en una fami-

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lia donde sólo el varón sea vendedor de de la maquinaria y la robotización del
fuerza de trabajo faltará una pequeña montaje revolucionaron profundamente
suma para la reproducción normal; por la materialidad del proceso productivo.
último, en una familia obrera donde sólo En primera instancia, porque profundi-
la mujer sea vendedora de fuerza de tra- zaron todavía más la simplificación del
bajo, se estará lejos de lograr una repro- trabajo que previamente requería de la
ducción normal. Por este motivo y dado pericia manual del obrero, así como de
que, a aquella altura del desarrollo del aquel realizado por el obrero “apéndice
modo de producción capitalista, la gene- de la maquinaria”. Este proceso, en el cual
ralidad de las familias se encontraba en incluimos el desarrollo de las telecomu-
una situación como la segunda, el repre- nicaciones y las nuevas formas de trans-
sentante del capital total de la sociedad, porte, permiten la segmentación y relo-
el Estado, pondrá en acción una serie de calización del proceso productivo, posi-
formas concretas destinadas a paliar esa bilitando la producción parcial o total de
pequeña falta de ingreso, es decir, a resol- bienes de uso sin que la distancia con el
ver de manera directa todo lo que escapa “mercado de consumo final” siga sien-
a la regulación indirecta (el promedio). do un factor de peso. Se transforma así
Un ejemplo claro de esto lo constituye la “división internacional del trabajo”, lo
que el salario familiar era por esposa y no cual acarrea fuertes cambios en relación
por cónyuge, o que la duración de las li- al mercado de trabajo al interior de los
cencias por maternidad era muy superior distintos ámbitos nacionales de acumula-
a la de las licencias por paternidad. ción de capital (Iñigo Carrera, 2008).
Ahora, la simpleza de ciertas porciones
del proceso productivo permite que sean
Transformaciones de la realizadas por una fuerza de trabajo que
determinación del valor de la antes no poseía los atributos productivos
fuerza de trabajo a partir de necesarios para entrar en producción.
los cambios en la organización Esta fuerza de trabajo está menos califi-
mundial de la producción desde cada y, por lo tanto, su fuerza de trabajo
mediados de los años setenta encierra menor valor, por lo que presenta
salarios menores a los obreros que pre-
Transformaciones generales en la viamente desarrollaban esas tareas. Al
organización mundial de la producción mismo tiempo, la incorporación de esta
fuerza de trabajo, sumada al aumento de
La tesis que presentamos en este trabajo la productividad puesto en acción por la
es que los cambios que a partir de la dé- automatización y la robotización, redu-
cada del setenta se suceden en la organi- cen el tiempo de trabajo necesario para
zación mundial de la producción abren la producción de la generalidad de las
un proceso permanente de transforma- mercancías, disminuyendo así su valor y,
ciones en relación a la estructura que con esto, el valor de la fuerza de traba-
acabamos de exponer. La automatización jo que las consume. Este abaratamiento

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de la fuerza de trabajo es lo que se en- salarios que les permiten acceder a esos
cuentra por detrás de la fragmentación servicios, y quienes no.
internacional de la subjetividad produc- Al mismo tiempo, cuando las condi-
tiva. La relocalización del proceso pro- ciones técnicas no permitieron la reloca-
ductivo determina a ámbitos nacionales lización y, por lo tanto, que la fragmen-
de acumulación como aquellos donde se tación de la clase trabajadora tenga lugar
realiza el trabajo simple en virtud de sus entre ámbitos nacionales de acumula-
menores salarios. Al mismo tiempo, de- ción, las formas típicas de diferenciación
termina a otros países como los lugares al interior de un mismo ámbito nacional
donde se pone en acción el trabajo com- encuentran su base material en diferen-
plejo (investigación y desarrollo, gestión cias pre existentes de géneros, etnia y con
financiera, programación y control de la crecientes flujos migratorios, en muchos
producción), a partir de la explotación casos ilegales15. Para las mujeres, esto
de una fuerza de trabajo con subjetividad tiene un doble carácter. En un primer
productiva expandida, es decir, quienes momento, las mujeres son las primeras
tienen formación científica o profesional, en perder sus trabajos en los puestos que
o algún entrenamiento específico (Iñigo ahora pasan a realizarse en otros países.
Carrera, 2008; Kicillof y Nahón, 2009). Al mismo tiempo, las mujeres se encuen-
En los países “clásicos”, es decir, en tran sobre representadas en los puestos
aquellos donde se producía de manera simples que todavía se realizan en éstos
inmediata la generalidad de las mercan- países, por motivos que examinaremos
cías, la crisis de superproducción general con mayor detenimiento más adelante:
se manifiesta con el cierre total o parcial
de fábricas que pasan a relocalizarse a “Las mujeres son los objetivos inmedia-
países con una fuerza de trabajo más tos de esta estrategia [hablando de la fle-
barata. Así, la relativa homogeneidad de xibilización laboral]. La nueva estrategia
los atributos productivos de los obreros de racionalización, informatización y au-
y la respectiva igualdad de derechos bajo tomoción de los procesos de producción
la forma de la ciudadanía que imperaba
previamente, se rompe y abre paso a una 15. “(…) el capitalista utiliza cualquier diferencia
situación signada por la creciente hetero- personal para “justificar” la diferencia salarial
geneidad, a raíz de la conversión de parte inclusive entre trabajadores similares. De este
de la población en sobrante para el capi- modo, entran en escena los factores “no econó-
micos”, como la discriminación de género, ra-
tal. Esto también rompe con las formas cial, etc. que suele estar asociada a las personas
políticas que tenía dicha homogeneidad que sufren ese menor salario. Sin embargo, a
y se muta del “Estado de Bienestar” al partir de lo que decimos, esos factores “no eco-
“Estado neoliberal”, que privatiza la edu- nómicos” determinan qué porción específica de
cación, la salud, y otros servicios públi- la clase trabajadora queda condenada a tales
empleos de baja remuneración y calidad, pero
cos, lo cual refuerza la diferenciación estos factores no juegan rol alguno en la necesi-
entre las distintas porciones de la clase dad de existir de tales puestos y las compensacio-
obrera, expresadas en quienes tienen nes." (Graña, 2013).

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y el empleo en el sector servicios tiene el ción a la fábrica de una población pasi-
efecto de que las mujeres son las prime- ble de ser explotada como apéndice de la
ras en ser empujadas fuera de trabajos maquinaria con largas jornadas, sin po-
bien remunerados, calificados y seguros sibilidades de sindicalización y bajos sa-
en el 'sector formal'. Pero no están siendo larios. Este proceso, a su vez, tuvo como
enviadas de regreso al hogar. De hecho, correlato la pérdida de la posesión de las
son empujadas hacia toda una gama de tierras para la población originaria a ma-
empleos no calificados, mal remunera- nos del capital internacional
dos e inestables que tienen que hacer por
sobre su trabajo en el hogar que, más que
nunca, es considerado su verdadera voca- Consecuencias de la “nueva
ción. (...) El hombre 'sostén de la familia', división internacional del
aunque sigue siendo la principal figura trabajo” en la situación de las
ideológica detrás de las nuevas políticas, mujeres
está empíricamente desapareciendo del
escenario. (…) El efecto inmediato de es- En conjunto, la nueva división interna-
tas nuevas políticas económicas ha sido cional del trabajo configura un nuevo
un rápido proceso de pauperización de escenario que posibilita la inserción ma-
las mujeres en las economías occidenta- siva de las mujeres en el mercado laboral,
les” (Mies, 1994, p.16). profundizando la situación configurada
con la incorporación de la maquinaria.
La contra cara de este proceso se pre- Se pueden identificar, a grandes rasgos,
senta en los ámbitos nacionales de acu- tres situaciones estilizadas de venta de la
mulación de capital en los cuales predo- fuerza de trabajo femenina.
mina la fuerza de trabajo de subjetividad Por un lado, la simplificación del pro-
productiva degradada. A ellos fluyó una ceso productivo permite el ingreso a la
gran magnitud de capital que buscaba producción de porciones de la clase tra-
establecer allí los fragmentos simples bajadora con nula o muy baja califica-
del proceso productivo, poniendo en ción, al tiempo que elimina la fuerza físi-
actividad a partes de la población obre- ca como una condición para el desarrollo
ra previamente sobrante en pos de sacar de esas tareas. Por lo visto previamente,
provecho de sus menores salarios. En el rol tradicional de las mujeres en la pro-
muchos casos, en particular en el sudeste ducción y reproducción de la fuerza de
asiático, la población de estos países era trabajo en el ámbito doméstico las con-
predominantemente rural, se dedicaba a vierte en candidatas idóneas para asumir
la agricultura de subsistencia y se encon- este tipo de ocupaciones, al presentar ni-
traba fuertemente disciplinada por el tra- veles de salarios y de organización sindi-
bajo en condiciones de extrema dureza. cal menores que los varones y sin poseer
Para ellos, los cambios en la organización ya, diferencias sustanciales en cuanto a la
mundial de la producción implicaron un capacidad de realización de dichos traba-
proceso de urbanización y de incorpora- jos simplificados, al haber sido eliminada

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la fuerza y la pericia manual del obrero. sujetas a cacheos diarios para asegurarse
El gran desarrollo de las maquilas en Mé- de que no se llevan nada de las plantas; a
xico, y otros países de Centroamérica da menudo se ven forzadas a usar la píldora
cuenta de esta situación (Giosa Zuazúa de control de natalidad para no quedarse
y Rodríguez Enríquez, 2010). Distintos embarazadas y trastocar la producción; y
trabajos han discutido las paupérrimas se restringe su capacidad de movimiento.
condiciones de inserción de las mujeres En muchos casos se las encierra dentro
en este tipo de trabajos remunerados de las fábricas sin permiso para salir has-
que, contrario a las hipótesis ingenuas de ta que hayan alcanzado la cuota de pro-
la incorporación de la mujer al mercado ducción establecida; debido a esto han
laboral como el fin de la explotación, la muerto cientos de mujeres en México y
refuerzan. Por caso, Federici plantea: en China al no poder huir de los edificios
mientras se producía un terremoto o el
“[Quienes sostienen que estaríamos pre- edificio estaba en llamas. Y en todos los
senciando la industrialización del “Ter- países se las persigue cuando intentan or-
cer Mundo”] Afirman que este proceso ganizarse laboralmente” (Federici, 2013,
eliminará las jerarquías que han carac- p. 112-13).
terizado históricamente la división in-
ternacional del trabajo y que tendrá un En segundo lugar, en los países clási-
impacto positivo en la división sexual del cos, las mujeres entran con más vigor al
trabajo. Las mujeres que trabajan en las mercado laboral actuando como un fac-
zonas de libre comercio se beneficiarían tor diferenciador de la clase trabajadora,
supuestamente de su incorporación al incorporándose en los trabajos simples
mundo laboral, ganando así una nueva que las condiciones técnicas no permitie-
independencia y la formación necesaria ron relocalizar, en virtud de la discrimi-
para competir en el mercado laboral in- nación salarial de la que son objeto. Esta
ternacional” (Federici, 2013, p. 111). No situación encierra una contradicción, ya
obstante, “En lo tocante a las mujeres que que la reproducción de la discriminación
trabajan en esas zonas sus organizacio- en el mercado laboral tenía como base
nes han denunciado que esta modalidad material a la división sexual del trabajo.
de trabajo genera un tipo adicional de En la medida en que las mujeres empie-
«subdesarrollo» y supone incluso una zan a ingresar en plenitud al mercado la-
forma oculta de esclavitud. Los salarios boral, éstas se empiezan progresivamente
dentro de las zonas de libre comercio se a borrar. En otras palabras, el resultado
mantienen por debajo de los niveles de de este proceso implica una tendencia a
subsistencia, muchas veces inferiores a la homogeneización de los atributos pro-
los salarios mínimos de los países indus- ductivos entre varones y mujeres (por
trializados y mediante todo tipo de ma- ejemplo, a través de la igualación de los
neras de intimidación.” y “Junto a ello, las años de escolarización) cuyo resultado es
mujeres se ven forzadas a trabajar largas la disolución gradual de las diferencias
horas en condiciones poco seguras, están de género como factor diferenciador de

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la fuerza de trabajo y, como discutiremos ran enormes “cadenas internacionales de
más adelante, de la brecha salarial. cuidado” que vienen a dar respuesta a la
Sin perjuicio de lo anterior, en la gene- “crisis de cuidados” y “liberan” a las mu-
ralidad de los casos comienza a operar jeres de los países centrales de una parte
una “doble jornada” para las mujeres, de los trabajos domésticos y de cuidados
que adicionan un trabajo fuera del ho- al interior del hogar, permitiendo su in-
gar al trabajo doméstico y de cuidados corporación en el mercado laboral1617.
que siguen realizando. Como afirma Fe-
derici: “Ni la reorganización del trabajo 16. “(…), un rápido aumento en la tasa de acti-
reproductivo bajo un prisma mercantil, vidad de las mujeres en los países de altos ingre-
ni la «globalización de los cuidados», ni sos en conjunto con cambios demográficos en
las tasas de fecundidad y la esperanza de vida,
mucho menos la «tecnologización» del
han contribuido a la crisis de cuidado en muchos
trabajo reproductivo, han «liberado a las países del Norte y han generado altos niveles
mujeres» ni eliminado la explotación in- de demanda de trabajo de cuidado remunera-
herente al trabajo reproductivo en su for- do, que ha sido suministrado en su mayoría por
ma actual. Si utilizamos una perspectiva mujeres inmigrantes de países de bajos ingresos.
En gran medida, la mercantilización global del
global se puede observar que no solo las
cuidado ha sido parte de la globalización de la
mujeres siguen cargando con la mayor fuerza de trabajo; pero también contribuyó a la
parte del trabajo doméstico en todos los feminización de las migraciones internacionales”
países, sino que, además, y debido a los (Benería et al., 2012, p.3, traducción propia).
recortes en servicios sociales y a la des- 17. “(…) con la imposición de políticas econó-
centralización de la producción indus- micas que incentivan la inmigración, el Fondo
trial, la cantidad de trabajo doméstico Monetario Internacional y el Banco Mundial han
permitido a los gobiernos de Europa, Estados
que realizan, remunerado y no remune- Unidos y Canadá resolver la crisis del trabajo
rado, se ha incrementado, incluso para doméstico que se encuentra en los orígenes del
las mujeres que tienen otro trabajo fuera movimiento feminista, y ha «liberado» a miles de
de casa.” (Federici, 2013, p. 176). mujeres solo para que produzcan más trabajo
Por último, la inmigración se vuelve exo-doméstico. El empleo de mujeres filipinas o
mexicanas que, por una modesta suma, limpian
parte de la fragmentación de la subjeti- las casas, crían a los niños, cocinan y cuidan a
vidad productiva al interior de los países los mayores, permiten que las mujeres de clase
centrales. Esto determina la entrada de media escapen de un trabajo que ya no quie-
capas de población, muchas veces ilegal, ren o no pueden hacer durante más tiempo, sin
para desarrollar las tareas simples que sus reducir simultáneamente su nivel de vida. Es evi-
dente que esta es una «solución» problemática
condiciones técnicas no habían permiti- ya que crea relaciones entre las mujeres de «cria-
do relocalizar. Los flujos inmigratorios das-señoras» complicándolas aún más si cabe
han alcanzado “proporciones bíblicas” por los prejuicios que rodean el trabajo domésti-
y, sobre todo a partir de 1990, han teni- co: la asunción de que no se trata de un trabajo
do un porcentaje fuerte de mujeres, por real y que debería ser pagado lo menos posible,
cuyos límites no están definidos, etc. El empleo
lo que se habla de “feminización de las de trabajadoras domésticas hace, además, a las
migraciones” (Federici, 2013; Benería et mujeres (más que al Estado) responsables del
al., 2012). En relación con esto, se gene- trabajo reproductivo y debilita la lucha contra la

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Las mujeres inmigrantes suelen prove- proceso que aumenta la carga de tareas
nir de países en los cuales los programas en las espaldas de las mujeres.
de ajuste estructural y el despojo de tie- En muchos casos, la literatura especia-
rras han expulsado de sus lugares origi- lizada plantea que, en cualquiera de las
narios y/o han provocado condiciones tres situaciones aquí planteadas, la incor-
de informalidad y miseria que llevan a la poración de las mujeres al mercado labo-
necesidad de inmigración en búsqueda ral tiene como origen la disminución de
de un ingreso adicional, o mejores condi- los ingresos del hogar, produciéndose así
ciones de vida. Esto ha llevado a la diso- un “efecto trabajador adicional o secun-
lución de las familias, generando déficits dario” (Águila, 2015a). Sobre la base de
de cuidados en sus países de origen y ha lo desarrollado previamente, parecería
fomentado la formación de familias tras- ser que el aumento de la participación
nacionales. Es decir, las cadenas globales económica de las mujeres relacionada
de cuidado, lejos de resolver la “crisis de con el fenómeno del “trabajador adicio-
cuidado” la patean desde los países clási- nal” se debería considerar no como el
cos hacia los periféricos (Giosa Zuazúa y contenido último del proceso en cues-
Rodríguez Enríquez, 2010). tión, sino el vehículo para la efectiva
Esto también ha llevado a un cuestio- conformación de la mujer como fuerza
namiento de los roles y la dinámica de de trabajo en activo (y, por tanto, para el
géneros al interior de las familias. Por un incremento de la plusvalía sin un incre-
lado, históricamente las mujeres se que- mento proporcional de la masa de valor
daban con sus hijos/as, sintiendo la carga desembolsada en salarios) en el marco
de su cuidado (Federici, 2013). De todos de las transformaciones en acumulación
modos, suelen ser las madres o hijas ma- a escala global. Como fue previamente
yores las que toman la posta del cuidado discutido, en términos individuales se va
cuando hay madres que inmigran. Por el produciendo una creciente homogenei-
otro, en el caso en que los varones son los zación de los atributos productivos entre
migrantes, las mujeres ganan en autono- varones y mujeres.
mía y control de los recursos tomando la A la vez, considerando los tres tipos de
jefatura del hogar, en particular hacién- situaciones estilizadas de acceso de las
dose cargo de las actividades agrícolas. mujeres al mercado laboral, es claro que
No obstante, es materia de debate si este este proceso tiene consecuencias en tér-
es un proceso empoderante, o bien es un minos del valor de la fuerza de trabajo
previamente discutido. En primer lugar,
división del trabajo en el interior de las familias,
la norma empieza a dejar de ser que sólo
ya que libra a las mujeres de la tarea de obligar
a los hombres a compartir las tareas domésticas. los varones trabajan, por lo que el con-
Para las mujeres inmigrantes, asumir un trabajo tenido (siempre familiar) del valor de la
doméstico supone una elección dolorosa, ya que fuerza de trabajo deja de expresarse en
es un trabajo pagado pobremente y que requiere un salario individual y pasa a expresarse
que cuiden de las familias de otros mientras que
en el salario de más de un miembro del
ellas tienen que dejar de lado a las suyas pro-
pias.” (Federici, 2013, p. 120). hogar. Por este motivo, al tiempo que se

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produce una reducción del salario in- van transformando la subjetividad de las
dividual de los varones, se produce un mujeres y de los varones, revolucionan-
aumento del salario de las mujeres para do los estereotipos de géneros tradicio-
conformar el mismo ingreso familiar. nales y abriendo lentamente paso a una
De esta manera, a partir de mediados de forma de conciencia universal. De esta
los setenta, en conjunto con el aumento manera, lejos de la hipótesis del marxis-
de la participación de las mujeres en el mo clásico de que la transformación de
mercado laboral, se produce una reduc- la conciencia era un problema posterior
ción de la brecha salarial (que todavía a la revolución, para nosotros es el propio
persiste) y un cambio en la participación desarrollo del capitalismo el que prefigu-
por género de los ingresos del hogar. A ra las nuevas formas de conciencia, las
modo de ejemplo, Águila y Kennedy cuales son, a su vez, condición necesaria
(2016) presentan resultados empíricos para una nueva sociedad en la cual haya
para el caso argentino que dan cuenta de una planificación del trabajo social y del
esta situación. trabajo individual como órgano de aquél.
Al mismo tiempo, una serie de factores En este sentido, es extendido el análisis
se combinan para posibilitar la venta de la crítico de las relaciones de género en las
fuerza de trabajo femenina. Por un lado, a experiencias del “socialismo real”, así
nivel formal, las mujeres comienzan a ob- como al interior de las organizaciones
tener de manera universal el carácter de políticas que se autodenominan revolu-
individuos plenamente libres, al ampliar cionarias.
el alcance de su libertad a las relaciones Ninguna de estas consideraciones
jurídicas públicas, es decir, al convertirse quita el carácter gradual del proceso de
en ciudadanas. Complementariamente, socialización del trabajo doméstico y de
el desarrollo de la escolaridad como con- cuidados no remunerado. Como bien
dición general universal para la produc- afirman Giosa Zuazúa y Rodríguez En-
ción de la fuerza de trabajo a partir de la ríquez (2010), la incorporación de las
complejización del trabajo producto del mujeres al mercado laboral ocurrió sin
desarrollo de las fuerzas productivas, va una transformación en la organización
liberando a las mujeres de su rol tradicio- de la reproducción de social, que sigue
nal como formadoras de la fuerza de tra- fundada en el trabajo de cuidados no re-
bajo, al dejar de quedar este circunscrito munerado realizado por mujeres. Para
a la esfera privada. En el mismo sentido, nosotros, esta perspectiva, a la cual le
el desarrollo de la productividad del tra- podemos adicionar la tesis de la “doble
bajo permite la reducción del tiempo del jornada”, que refiere a la multiplicación
trabajo al interior del hogar, al tecnificar del tiempo de trabajo que sufren las mu-
los instrumentos utilizados para la repro- jeres al incorporarse al mercado laboral
ducción de la fuerza de trabajo, cuando y no abandonar su tiempo de trabajo de
no permite directamente la sustitución cuidados, implican un momento contra-
de trabajo doméstico por la compra-ven- dictorio en un proceso que entendemos
ta de mercancías. Estos cambios también como estructuralmente progresivo. Es

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decir, el proceso de homogenización de Instituto de Investigaciones Gino Germani,
los atributos productivos de la fuerza de Noviembre 2013.
trabajo es lento y requiere de una acción
política destinada a socializar crecien- Benería, L, Deere, D y Kabeer, N (2012).
temente el trabajo doméstico y de cui- “Gender and International Migration: Glo-
dados no remunerado a través de orga- balization, Development, and Governance”,
Feminist Economics, 18(2), 1–33.
nizaciones populares como guarderías,
lavanderías, comedores, al tiempo de la
Carrasco, C (2006). La economía feminista:
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