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Historia Magistra Vitae

“Las crisis y desafíos actuales del mundo occidental podrían enfrentarse de


mejor modo al considerar los procesos de la historia contemporánea”.

“Hemos tomado esta frase del texto De oratore de Cicerón (II, c. 9, 36 y c. 12, 51). El
wlósofo y jurista romano (106 a. C. – 43 a. C.) decía: “Historia vero testis temporum,
lux veritatis, vita memoriae,magistra vitae, nuntia vetustatis, qua voce alia nisi
oratoris inmortalitati commendatur” (“La historia, testigo de los tiempos, luz de la
verdad, vida de la memoria, maestra de la vida, mensajera del pasado, ¿por qué otra
voz, si no la del orador, puede ser encomendada a la inmortalidad?”). Su reflexión
proviene del concepto de anaciclosis de Polibio y la tradición histórica helenística, en
donde los regímenes políticos se repiten. Consúltese Polibio. Historia(s), libro I, 1-5.

Asimismo, el enunciado en cuestión, convierte a la historia en una advertencia sobre


lo que los individuos deben considerar y tomar en cuenta a la hora de tomar
decisiones de cualquier índole. La historia en Roma fue comprendida como un relato
de las experiencias del pasado y de las cosas vividas. Cumplió un rol aleccionador y
moral.

En la actualidad esta disciplina es considerada como un trabajo cientíwco e intelectual.


Su función es sobre el conocimiento de la
realidad y la explicación de los hechos pasados. Sugerimos, a modo de referencia, la
revisión de los libros de: Iggers, Georg.

La historiografía del siglo XX: desde la objetividad cientí"ca al desafío posmoderno.


Santiago de Chile: FCE, 2012; Suárez, Luis.
Grandes interpretaciones de la historia. Pamplona, España: EUNSA, 1981”.1

1 HISTORIA MAGISTRA VITAE EST *: RELATO Y EXPERIENCIA. UNA LECTURA A “EL NARRADOR” DE WALTER
BENJAMIN, Felipe López Pérez. Universidad Católica de la Santísima Concepción, Chile, Derecho y Humanidades
ISSN 0716-9825, Nº21, 2013, pp. 155-173.
En la historia no existen predeterminaciones teleológicas, pues si así fuera obrarían
como un cepo para la propia ciencia historia.

Además, no es posible alcanzar en ella una objetividad absoluta que permita arribar a
verdades definitivas.

Tampoco es la historia un espacio de relativismo total, porque ello constituiría un


impedimento para la producción, acumulación y transmisión de saberes históricos.

Por último, así como la búsqueda de la verdad debe ser un horizonte ético que nunca
debe perderse de vista, el quehacer historiográfico debe tener una finalidad de
aplicación que trascienda su producto.

las demandas de la función social educativa del país, cada vez más crecientes, junto
con la agenda de celebraciones de aniversarios históricos van delimitando los alcances
y modalidades de las ofertas historiográficas correspondientes. Cortes temporales
como las fechas de aniversarios de hechos y procesos del pasado, que son meras
formalidades sin significados reales, que se expresan por lo general con números de
años pares, mediante decenas, cincuentenas y centenas de años, son producidos a
repetición por los gobiernos buscando el estímulo y la dinamización de las actividades
productivas de mercado, como la producción de diversas industrias culturales (del
libro, la gráfica, el cine, y también el turismo y las actividades conexas) en lugar de
impulsar procesos socioculturales de revisión de la historia vivida con miras a
producir transformaciones de los comportamientos sociales para las sociedades del
futuro.

Muchos piensan que la Historia son una sucesión de datos objetivos los cuales
describen de forma positiva los acontecimientos que sucedieron en el pasado. Nada
más lejos de la realidad. Por otro lado, las corrientes posmodernistas sitúan la
subjetividad como algo central en la construcción de la historia, es decir: hay tantas
verdades y construcciones de la Historia como personas o grupos en el mundo. Puro
relativismo.
Por ello mismo traemos esta cita de Cicerón, donde el orador latino no nos dice que la
Historia sea “la verdad”, sino la que la ilumina. Es decir, es como un farolillo que nos
va mostrando el camino a seguir, siendo lo más importante la actitud en la búsqueda
que la propia lumbre, pues ésta a veces alumbrará más y otras menos.
La Historia es vita memoriae, vida de la memoria, no la memoria en sí, sino aquello
que le permite respirar. Muchas veces volver a nuestra infancia o juventud nos
permite recordar quienes somos, así lo mismo con la sociedad, el pasado nos habla de
nuestro presente y de nuestro futuro, por ello también es la Historia magistra vitae.

“La incomprensión del presente nace fatalmente de la ignorancia del pasado-2

2 March Bloch introduccion a la historia pag 38


Por otra parte existe otra mirada más pragmatica a la hora de entender este concepto
de Historia magistra vitae, ellos piensas que las demandas de la función social
educativa del país, cada vez más crecientes, junto con la agenda de celebraciones de
aniversarios históricos van delimitando los alcances y modalidades de las ofertas
historiográficas correspondientes. Cortes temporales como las fechas de aniversarios
de hechos y procesos del pasado, que son meras formalidades sin significados reales,
que se expresan por lo general con números de años pares, mediante decenas,
cincuentenas y centenas de años, son producidos a repetición por los gobiernos
buscando el estímulo y la dinamización de las actividades productivas de mercado,
como la producción de diversas industrias culturales (del libro, la gráfica, el cine, y
también el turismo y las actividades conexas) en lugar de impulsar procesos
socioculturales de revisión de la historia vivida con miras a producir transformaciones
de los comportamientos sociales para las sociedades del futuro.

Eventos y producciones de ocasión, habituales en la agenda cultural de América


latina, son replicados hasta el hartazgo bajo los lineamientos de la cultura
espectáculo, razón por la cual no representan momentos o estaciones en los cuales las
respectivas sociedades hayan de autoexaminarse, más si algo de esto pudiera llegar a
tener algún punto de realización se sabe que será siempre fragmentaria e
incompletamente, y lo peor de todo será que las miradas y las preocupaciones
abocadas al examen minucioso de los tiempos pasados se quedarán allí, sin dar lugar
al aprendizaje de ninguna lección para el futuro, tal como debería suceder si realmente
la historia fuera “maestra de la vida”.

“Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo
circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se
encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el pasado. La
tradición de todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de
los vivos…” (Karl Marx, 18 Brumario de Luis Bonaparte, 1852)

A continuación daremos dos ejemplos extraídos de los textos del Historiador Eric
Hobsbawm : La era de la revolución: Europa 1789-1848 y La era del imperio:
1875-1914 . donde podremos desarrollar la idea de Historia magistra vitae, de como
está sirve para poder aprender y entender el presente.

La era del imperio era un mundo en que el ritmo de la economía estaba determinado
por los países capitalistas desarrollados o en proceso de desarrollo existente en su
seno tenía grandes probabilidades de convertirse en un mundo en el que los países
“avanzados” dominaran a los “atrasados”. Fue el periodo de la historia moderna en
que hubo mayor número de gobernantes que se autotitulaban Ocasionalmente
emperadores o que eran considerados por los diplomáticos occidentales como
merecedores de ese titulo.

Este periodo es una era en que aparece un nuevo concepto de imperio, el imperio
colonial. La supremacía económica y militar de los países capitalistas no había sufrido
un desafio serio desde hacía mucho tiempo, no se había llevado a cabo intento alguno
por convertir esa supremacía en una conquista,anexión y administración formales.
Entre 1880 y 1914 ese intento se realizó y la mayor parte del mundo ajeno a Europa y
al continente americano fue dividido formalmente en territorios que quedaron bajo el
gobierno formal o bajo el dominio político informal de uno u otro de una serie de
estados.

En América Latina, la dominación económica y las presiones políticas necesarias se


realizaban sin una conquista formal. Ciertamente, el continente americano fue la única
gran región del planeta en la que no hubo una seria rivalidad entre las grandes
potencias.

Ese reparto del mundo era la expresión más espectacular de la progresiva división del
globo en fuertes y débiles (avanzados y atrasados). Aproximadamente una cuarta
parte de la superficie del planeta fue distribuida o redistribuida en forma de colonias
entre media docena de estados.

Los emperadores e imperios eran instituciones antiguos pero el imperialismo era un


fenómeno nuevo. El término era considerado todavía como un neologismo (recién
introducido en una lengua).

Fue en la década de 1890 cuando la utilización del término se generalizo. Este


término se utiliza para indicar el movimiento más poderoso del panorama político
actual del mundo occidental. En resumen, era una voz
nueva ideada para describir un fenómeno nuevo.

Teoría marxista - leninista: el nuevo imperialismo tenía sus raíces económicas en una
nueva fase específica del capitalismo que conducía a la división territorial del mundo
entre las grandes potencias capitalistas en una serie de colonias formales e informales
y de esferas de influencia.

Las rivalidades existentes entre los capitalistas que fueron causa de esa división
engendraron también la primera guerra
mundial.

Teoría no marxista: negaban que el imperialismo tuviera raíces económicas


importantes, que beneficiaria económicamente a los países imperialistas y, asimismo,
que la explotación de las zonas atrasadas fuera fundamental para el capitalismo y que
hubiera tenido efectos negativos sobre las economías coloniales. Armaban que el
imperialismo no desemboco en rivalidades entre las potencias imperialistas y que no
había tenido consecuencias decisivas sobre el origen de la primera guerra mundial.

http://www.granma.cu/cuba/2019-09-20/informe-sobre-las-afectaciones-del-bloqueo-
a-cuba-del-ano-2019-20-09-2019-13-09-08

https://www.elmundo.es/internacional/2018/04/10/5accb02f22601d926f8b4637.html

https://www.elconfidencial.com/mundo/europa/2019-03-19/rusia-crimea-union-europ
ea_1891210/

El segundo argumento para responder a la tesis propuesta, reafirmando nuestra


postura a favor, es “comprender como en la actualidad somos una sociedad
globalizada principalmente de carácter económico urbano”, para esto nos referiremos
principalmente al texto de E. Hosbawm “la era de la revolución”, en donde se trabaja
en el capítulo dos al respecto de las revoluciones industriales.

Hosbawm en un inicio nos comienza explicando que estas revoluciones surgieron


principalmente del lado británico. Este nos cuestiona el significado de la revolución
industrial, respondiendo lo siguiente: “Que significa la frase “estallo la Revolución
industrial” Significa que un día entre 1780 y 1790, y por primera vez en la historia
humana, se liberó de sus cadenas al poder productivo de las sociedades humanas”
(p.35). Lo que nos quiere decir con esto es que, la revolución llego para cambiar no
solo la forma de producción, sino también el tipo de vida de las personas, empero no
hay que tomarlo en su textualidad explicita, hay que comprender que este proceso fue
avanzando en distintas fases y formas, para llegar a ser como en la actualidad.

En la actualidad los modelos productivos Europeos están netamente ligados al


mercado exterior. Según los datos entregados por “Eurostat”, sus exportaciones
representaban el 15,6% del total mundial, a pesar de que en 2014 habían sido
superadas por primera vez en la historia de la UE por las de China (un 16,1% en 2014,
que llegó al 17% en 2016). Sin embargo, seguían por delante de las de Estados
Unidos (11,8%). Curiosamente este hecho relativamente actual, llega a comprenderse
gracias a lo siguiente: “En términos mercantiles, la Revolución industrial puede
considerarse, salvo en unos cuantos años iniciales, hacia 1780-1790, como el triunfo
del mercado exterior sobre el interior: en 1814 Inglaterra exportaba cuatro yardas de
tela de algodón por cada tres consumidas en ella” (Hosbawm p.42).

Con lo expuesto hasta ahora, difícilmente se puede incoar una relación con la tesis
“Las crisis y desafíos actuales del mundo occidental podrían enfrentarse de mejor
modo al considerar los procesos de la historia contemporánea”, pero si se puede ver
una relación de como comprender lo actual desde lo ya pasado. Como el surgimiento
de nuevas tecnologías y el mercado que surge al rededor de estas, como la industria
automotriz que potencia un mercado de inversión, implementación, mano de obra,
materias primas o manufacturadas y compradores; si hacemos la relación, nos lo
explica con mucha maestría Eric H. “La locomotora lanzando al viento sus penachos
de humo a través de países y continentes, los terraplenes y túneles, los puentes y
estaciones, formaban un colosal conjunto, al lado del cual las pirámides, los
acueductos romanos e incluso la Gran Muralla de la China resultaban pálidos y
provincianos. El ferrocarril constituía el gran triunfo del hombre por medio de la
técnica” (p.52).

incluso podemos hacer la relación con la economía, “En la década 1820-1830 el


avance poderoso e impersonal de la maquina y del mercado empezó a darlos de lado.
En el mejor de los casos, los hombres independientes se convertían en dependientes,
las personas en “manos”. En el peor de los casos, se producían aquellas, multitudes de
degradados, empobrecidos y hambrientos”(p.212-213), muy semejante a lo que nos
dice Immanuel Wallerstein con respecto del sistema mundo, que netamente es una
economía Capitalista, en donde todo se divide en países “centrales y periféricos” y
todos aquellos que no son parte de este sistema mundo, son relegados, para
posteriormente ser olvidados y eliminados por el mismo sistema.

De esta forma se responde al argumento dado, ya que desde estas revoluciones


industriales, la economía presiono a la producción y acumulación de bienes en
distintos aspectos, lo que produjo que poco a poco a la gente se insertara en este
entorno productor por distintos aspectos, las mejoras salariales, el facilitamiento de la
producción en comparación con la manual y en especial la acumulación de riquezas
que al contrario de la producción agraria personal, esto evidencia un trabajo mucho
mas simplificado y con menos exigencias, como el terreno, etc.

Hosbawm,E. (2007). La era de la revolución' 1789-1848. Buenos Aires: Paidós /


Critica.

https://europa.eu/european-union/about-eu/figures/economy_es
https://appsso.eurostat.ec.europa.eu/nui/show.do?dataset=avia_paoc&lang=en

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