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Guía de Estudio
Coordinación de Contenidos
Patricia Monsalve
Actividades
María Ángeles Soletic
UBA XXI (Cord.)
Antropología : guía de estudio . - 1a ed. - Buenos Aires : Eudeba, 2011.
EBook.
ISBN 978-950-23-1836-3
1. Antropología. I. Tïtulo.
CDD 306
Eudeba
Universidad de Buenos Aires
1ª edición: septiembre de 2011
© 2011
Editorial Universitaria de Buenos Aires
Sociedad de Economía Mixta
Av. Rivadavia 1571/73 (1033) Ciudad de Buenos Aires
Tel.: 4383-8025/Fax: 4383-2202
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¿QUÉ ES UBA XXI?
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instancias en Internet
la guía de estudio
el material bibliográfico seleccionado para cada unidad
GUÍA DE ESTUDIO
Esta guía ha sido pensada para acompañar el estudio de la bibliografía
y con el objeto de organizar y desarrollar un abordaje a la materia. Por
sus características consideramos que colaboramos en la planificación de
la tarea, la organización del tiempo, la reflexión sobre la temática
tratada, el establecimiento de relaciones y la integración de los
contenidos a los cuales usted irá teniendo acceso a través de los
distintos medios.
BIBLIOGRAFÍA
Cada una de las unidades temáticas de la materia se desarrolla en la
bibliografía de lectura obligatoria. Allí encontrará los conceptos, ideas y
problemas planteados como centrales a lo largo de todo el programa.
INSTANCIAS EN INTERNET
Internet le brinda la posibilidad de acceder a propuestas de trabajo en
el espacio que la materia tiene en el Campus Virtual:
http:/www.ubaxxivirtual.uba.ar
GUÍA DE ESTUDIO: A NTROPOLOGÍA
INTRODUCCIÓN A LA MATERIA
Los fenómenos de la naturaleza y de la sociedad acaecen, se suceden,
siguiendo su dinámica interna. La manera de explicar esos hechos va
cambiando. Estas explicaciones van conformando las historias de las
ciencias.
El conocimiento científico es una construcción, pertenece a una
dimensión distinta de los hechos que explica. Y la producción de este
conocimiento por parte de los hombres está sujeta a condicionamientos
históricos concretos. La ciencia tiene una historia externa, la de esos
condicionamientos, y otra interna, el rastrear las ideas, los conceptos,
por el derrotero que han seguido a través de los distintos marcos
teóricos que se han dado en el tiempo. Pensemos, por ejemplo, que en el
siglo II, el astrónomo griego Ptolomeo construyó una teoría explicativa
acerca de las relaciones entre los astros. Según esta teoría, la tierra es el
centro de nuestro sistema planetario. Este conocimiento que tiene
Occidente perdura hasta 1543, cuando el astrónomo polaco Copérnico
elabora su teoría del doble movimiento de los planetas y establece que
el centro del sistema lo ocupa el sol y que el resto gira alrededor de él y
en torno a su eje. O cuando Darwin en 1859 demuestra que estamos
incluidos como especie en la evolución del resto de las formas vivientes.
En estas fechas concretas de los ejemplos, no se produce una
transformación de los fenómenos, sino, una transformación en el
conocimiento de esos fenómenos. Cada vez se construye un
conocimiento diferente. Y en el ejemplo de la Teoría de la Evolución de
Darwin podemos rastrear la genealogía de la idea de evolución,
partiendo de 1819 hacia atrás en el tiempo, y la encontraríamos en la
primera mitad del siglo XIX, más atrás aún, en el siglo XVIII y
continuando nuestra búsqueda podríamos llegar hasta la Edad Media y
hallarla expresada en los escritos de Ibn Jaldún (Túnez 1332-El Cairo
1406).
Cambian las realidades sociohistóricas y político-económicas, y
también los conocimientos acerca de esas realidades. La relación entre
estos cambios, de niveles diferentes, no es necesariamente ni
concomitante ni mecánica.
Al promediar el siglo XX llega para las ciencias sociales y humanas
una nueva hora de discusiones, ya que ninguna ciencia cesa de
definirse, de buscarse. En ese momento va a comenzar la
descolonización política más o menos definitiva de los países coloniales.
Las antiguas colonias van a acceder por distintos medios —pacíficos
unos, como la India de Gandhi; a través de la lucha militar en otros
casos, como la Argelia que se independiza de Francia— a un nuevo
estatus político, el de países soberanos y, en tanto tales, van a integrar
las sociedades de naciones que, si bien no emergen en ese momento,
van a constituirse a partir de entonces con más fuerza y aliento. Esto va
a acaecer inmediatamente después de la Segunda Guerra Europea
(1945) y como una de sus consecuencias.
Ante esta nueva realidad sociohistórica, las ciencias sociales van a
adquirir más conciencia de sus límites y de sus debilidades. Van a
intentar una colaboración con las disciplinas más próximas —en nuestro
caso, con la Sociología, la Historia, la Psicosociología—. Van a
renunciar a sus primeras ambiciones, a su antiguo imperialismo; en
nuestro caso, el de querer estudiar, por ejemplo, el sistema económico,
el sistema político, el sistema social, las producciones artísticas, las
prácticas religiosas, etc., de comunidades situadas en el seno de los que,
a partir de los años 1950-1960, van a erigirse como nuevos países
africanos o asiáticos.
Es en este momento cuando comienzan a llevarse a cabo
investigaciones de carácter interdisciplinario —algunas de inciertos
resultados, v. g. la escuela de Cultura y Personalidad, que relacionaba
marcos teóricos propios de la Antropología con teorías psicológicas—.
Algunos especialistas van a comenzar también a operar fuera de sus
campos tradicionales —v. g. un antropólogo norteamericano: Warner,
que investiga en una pequeña ciudad de sus país, Yankee City (1944)
(véase Lischetti, M., La Antropología contemporánea y la
descolonización, en Antropología, Buenos Aires, Eudeba, 1994; pág. 61)
—, a la vez que los sociólogos se interesan por los nuevos países
africanos. El antropólogo se ve despojado, así, de su monopolio inicial.
No resulta fácil definir con claridad las relaciones entre disciplinas
estrechamente asociadas. A la vez, toda una corriente de pensamiento
habla de la integración de dichas ciencias en una sola ciencia social.
Con lo cual tendríamos que buscar en la historia de cada una, los hechos
que hicieron posible que fuera sistematizada como una disciplina
diferente, entre otras (véase Lischetti, M.: ob. cit., p. 61).
Dentro de este enfoque, presentamos la caracterización de la
Antropología a partir de la reseña de algunos acontecimientos
significativos de la historia europea, que condicionaron la aparición de
las distintas etapas constitutivas del conocimiento antropológico
(Unidad 1).
Uno de estos hechos significativos, una situación histórica especial, va
a dar lugar a la aparición de la Antropología; nos referimos a la
“situación colonial”, en sus dos dimensiones, como hecho histórico
concreto (conquista y colonización), en sus diferentes manifestaciones
desde el siglo XV en adelante y focalizando la mirada, en especial, en la
situación colonial del siglo XIX, y como teoría explicativa (G.
Balandier), que expone esos hechos históricos concretos.
Nos parece también importante ofrecer información que nos permita
responder a esta pregunta: ¿qué características tuvo la “situación
colonial” en el área latinoamericana? (Unidad 1).
En la segunda unidad estimamos relevante dar a conocer la teoría que
explica la producción antropológica de la época clásica: el Modelo
Antropológico Clásico, producido en la llamada etapa de
descolonización del mundo (décadas del ’50 y ’60). Se trata, en este
caso, de una teoría que va a dar cuenta de cómo eran concebidas las
sociedades no occidentales y de cómo era abordado su estudio por parte
de los antropólogos que produjeron científicamente desde fines del siglo
XIX (fecha de constitución de nuestra disciplina) hasta la Segunda
Guerra Europea.
Incluimos, junto con el estudio de esta teoría, el de las corrientes de
pensamiento; o sea, el modo particular en que fueron pensados los
hechos antropológicos en cada uno de los momentos constitutivos de
esta historia; y creemos que es pertinente considerar esas corrientes de
pensamiento —Evolucionismo, Particularismo Histórico, Funcionalismo,
Estructuralismo— en su conjunto, como responsables de una
determinada manera de concebir a las sociedades de las que se ocupa la
Antropología, en función de una característica que es común a todas
ellas: la ahistoricidad, que criticamos desde nuestro enfoque (véase
Lischetti, M.: ob. cit., p. 46).
Después de la “aproximación histórica” a la Antropología, abordamos
una “aproximación problemática”, a través del desarrollo y explicitación
de algunos temas específicos: ¿Cómo pueden ser entendidas las
dimensiones de la Naturaleza y de la Cultura en la naturaleza humana?
¿Cuánto hay de naturaleza y cuánto de cultura en el hombre? ¿Qué
comparte con el resto del mundo animal? ¿Cómo se diferencia de él? ¿
En qué consiste la capacidad de simbolizar el ser humano? (Unidad 3).
Algunos de estos interrogantes pueden ser respondidos a través de la
fragmentada documentación del Proceso de Hominización (Unidad 4).
Los conocimientos que se poseen sobre cómo se sucedieron los distintos
antepasados del hombre, tienen el carácter de provisorios, ya que nuevos
hallazgos pueden conducir a reformular las hipótesis construidas para
explicar lo acaecido en ese largo período de tiempo.
Otro de los problemas específicos de los que se ocupa la Antropología
es el de las razas y el racismo (Unidad 5): cuáles han sido las vicisitudes
históricas del concepto de raza y cómo a partir de 1965 se lo sustituye
por el de “población variable”, que expresa mejor la realidad de los
caracteres físicos diferentes que se encuentran entre los individuos de la
especie humana. El desarrollo del sensible tema del racismo, señalando
las situaciones en las que aparece en la sociedad y tratando de captar las
distintas teorías que intentan explicarlo, se presenta como un tema de
renovado interés por cuanto caracteriza, lamentablemente, las relaciones
sociales conflictivas en este fin de milenio.
PROGRAMA DE LA MATERIA
BIBLIOGRAFÍA OBLIGATORIA
FRAGUAS, N.; MONSALVE, P.: “Procesos de conformación de la identidad
étnica en América Latina”, en Lischetti, Mirtha (comp.): Antropología,
Buenos Aires, Eudeba, 1994, pp. 183 a 205, Biblioteca del CBC.
LISCHETTI, MIRTHA: “La Antropología como disciplina científica”, en
Lischetti, M. (comp.): Antropología, Buenos Aires, Eudeba, 1994, pp.
11 a 31; 52 a 56, Biblioteca del CBC.
RUTSCH, MECHTCHILD, “Ellos son los verdaderos salvajes: dos siglos de
expansión occidental en los mares del sur”, México, Revista Nueva
Antropología, 1988, pp. 110 a 146.
PRESENTACIÓN DE LA UNIDAD
En esta primera unidad, por un lado, se habrá de analizar el contexto
sociohistórico en el que surge la Antropología como disciplina científica
y, por el otro, se invertirá el foco de la mirada para ver de qué manera la
Antropología interpretaba tal contexto en los primeros años de su
desarrollo. Estos dos ejes temáticos los podrá profundizar en la
bibliografía seleccionada: “Caracterización de la Antropología como
ciencia” y “Situación histórica y conocimiento en Antropología” del
texto de M. LISCHETTI, y “Ellos son los verdaderos salvajes: dos siglos de
expansión occidental en los mares del sur” de MECHTHILD RUTSCH.
El conocimiento de las circunstancias sociohistóricas es clave para
explicar el surgimiento de una nueva ciencia, su campo de estudio, su
estructuración metodológica, y las razones de convergencias y
divergencias con otras ciencias.
Aun cuando la reflexión antropológica –como problematización acerca
de diferentes formas de organización de los diversos aspectos de la vida
humana– puede rastrearse con nitidez hasta en los pensadores de la
antigüedad clásica, la Antropología sólo se consolida como ciencia a
mediados del siglo XIX. La expansión colonialista europea creará las
condiciones que explican y justifican la necesidad social de la aparición
de la Antropología como conocimiento pautado por las reglas del
método científico.
Recomendamos que comience por la lectura de M. LISCHETTI:
“Caracterización de la Antropología como ciencia”. Allí se analizan las
circunstancias determinantes de la delimitación del objeto de estudio en
la etapa formativa de la ciencia. Es la “situación colonial” la que al crear
la necesidad de un campo de conocimiento específico genera la
categoría del “otro cultural” para designar a los grupos étnicos y
socioculturales no europeos como objeto de dicho conocimiento.
Para confrontar este tipo de explicaciones histórico-concretas acerca
de la configuración del campo de estudio antropológico, en el texto se
expone la definición abstracta y descriptiva hecha por el antropólogo
francés contemporáneo Claude Lévi-Strauss. El carácter descriptivo de
esta definición, a pesar de lo limitada que es en un sentido explicativo,
da cuenta de la amplitud y complejidad de la Antropología, permitiendo
establecer las ramas o subcampos de la ciencia: Antropología Biológica,
Lingüística, Arqueológica y Sociocultural.
Luego le proponemos leer “Situación histórica y conocimiento en
Antropología” de M. LISCHETTI, en donde se privilegia como punto
referencial al desarrollo teórico-metodológico de la Antropología desde
sus orígenes hasta mediados del siglo XX, en relación con el eje
histórico. El estudio de estos aspectos, valorados como producción
interna de nuestra ciencia, lo realizaremos al estudiar la Unidad 2.
Después, es conveniente que aborde el material de MECHTHILD RUTSCH,
que es un valioso aporte para entender la situación colonial como
fenómeno global. Familiarizándonos con regiones distantes e historias
poco conocidas entre nosotros, esta autora muestra a lo largo de su
trabajo, cómo el colonialismo opera como una “situación total”
penetrando en todos los aspectos de la vida de los pueblos sometidos.
Este análisis se relaciona con la definición de situación colonial de G.
BALANDIER, citada en el texto de M. LISCHETTI (p. 23).
En “Situación histórica y conocimiento en Antropología”, se presenta
una periodización de las distintas etapas de desarrollo científico y
precientífico de la Antropología y su relación con el contexto histórico.
La primera etapa se inicia en el siglo XV y continúa con los siglos
correspondientes al colonialismo en América. Es la época de las
Crónicas de Indias, antecedentes precientíficos de la Antropología. Para
profundizar sobre las características de esta etapa, le sugerimos que
entonces se remita al texto de N. FRAGUAS y P. MONSALVE, “Procesos de
conformación de la identidad étnica en América Latina”. Allí encontrará
información referida, no solamente, al período colonial americano
estrictamente, sino también, a la situación actual de los grupos étnicos
que fueron sometidos desde la llamada Conquista de América.
Una vez comprendida la articulación entre colonialismo y
Antropología continúe con la lectura de “La Antropología
contemporánea y la descolonización” de M. LISCHETTI.
A partir del proceso de descolonización, los hitos históricos que lo
demarcan y las consecuencias del reconocimiento del rol que le cupo a
la Antropología en la legitimación de prácticas colonialistas, se inicia
una nueva etapa de la ciencia. Buena parte de la Antropología
contemporánea cambia el rumbo y su producción focaliza nuevos
campos de estudio y se revén cuestiones teóricas e ideológicas y
también metodológicas. Si bien no se abandona completamente, la
categoría del “otro cultural” dejó de ser un determinante para establecer
el objeto de estudio. No sólo las culturas distintas a la occidental
movilizan la curiosidad científica de los antropólogos. Distintos grupos
dentro de las llamadas sociedades complejas, delimitados por factores
sociales, étnicos, religiosos, profesionales, etarios, etc., empiezan a ser
objeto de la reflexión antropológica. Con esta reformulación del campo
de estudio, la Antropología llega a estrechas convergencias con otras
ciencias sociales.
Actividades de aprendizaje
En esta primera unidad usted habrá estudiado la problemática del
conocimiento científico –más particularmente, antropológico– como
construcción permanente, y habrá podido comprender cómo el desarrollo
histórico condiciona en cada momento la producción de dicho conocimiento.
Las actividades que aquí le proponemos intentan que usted reflexione
críticamente sobre algunos de los temas analizados.
Actividad 2
En la siguiente situación humorística, se reflejan categorías sociales de
superioridad e inferioridad a partir de diferencias socioeconómicas y
culturales:
Clarín, 5/1/92
a. Describa la situación planteada en el chiste, teniendo en cuenta los
comentarios de las mujeres, la leyenda y la imagen de los carteles, la
ubicación y caracterización de los personajes.
b. Analice teniendo en cuenta la situación anterior: ¿A qué sectores
representan las mujeres? ¿Cómo califican a los “otros”? ¿Qué modelo
cultural les proponen? ¿A qué sector social representan “los de abajo”?
En muchas ocasiones, la afirmación de la diferencia sirve como mecanismo
de dominación; a partir de la satirización de la situación dada, ¿qué
elementos del cuadro ejemplificarían este enunciado? ¿Cree que existe en
usted o en su grupo de pertenencia algún tipo de prejuicio similar al que se
recrea en esta situación?
c. Explicite las razones por las que la Antropología podría considerar esta
problemática dentro de su campo de interés.
De colonizadores y colonizados
Actividad 7
a. Reflexione sobre cada una de las afirmaciones transcriptas:
“(...) la fundación de una colonia es la creación de un mercado (...) las razas
superiores tienen un derecho frente a las inferiores. La política colonial es hija de la
política industrial.”
Jules Ferry, estadista francés, en 1880
“(...) Un pueblo que coloniza es un pueblo que coloca las bases de su grandeza en
el porvenir.”
P. Leroy Baulieu, De la colonización en los pueblos modernos
“Creo que ha llegado el momento de extendernos hacia afuera, (...) creo que no
hay que perder más tiempo, so pena de ver cómo naciones más emprendedoras que
la nuestra ocupan sucesivamente las mejores posiciones ya escasas.”
Leopoldo II, futuro rey de Bélgica, en 1860
“Donde están los intereses, allí debe estar la colonización.”
Charles Dilke, Greater Britain, 1868
b. ¿A qué situación histórica hacen referencia estas frases?
c. Piense en varios títulos para esta actividad intentando que ellos
representen la idea común que aparece. Luego elija el que mejor sintetice
esa idea común.
Actividad 8
Hacia finales del siglo XIX, en el contexto de la expansión imperialista, la
Argentina se inserta definitivamente en el mercado mundial como productora
de materias primas para las principales potencias capitalistas –
fundamentalmente Inglaterra.
Esto se afirmaba en la Argentina en 1910:
“Como país productor tenemos asignado un rol importante en el gran concurso de
la industria universal (...) Por muchísimos años, todavía, hemos de continuar
enviando nuestros frutos naturales, para recibir en cambio los productos de sus
fábricas, que satisfagan nuestras necesidades, nuestros gustos o nuestros caprichos.
Nuestro país con su industria ganadera gira y se desenvuelve dentro del círculo de
las naciones civilizadas. La América es para la Europa la colonia rural. La Europa
es para la América la colonia fabril.”
(Frers, Emilio, “Discurso inaugural de la Exposición Rural Argentina”, 1910)
a. Identifique, según lo estudiado, las características que asumen los
vínculos entre el bloque de los países centrales y el bloque de los de
América Latina en este período del desarrollo capitalista.
b. Deténgase en la lectura de las últimas afirmaciones del párrafo. De
acuerdo con lo que usted ha estudiado: ¿Se puede hablar de una relación
simétrica real entre ambos bloques? ¿Por qué?
Actividad 9
Si ya ha leído la bibliografía con atención, podrá situar esta desgarradora
declaración en el marco histórico en que apareció:
Me siento ridículo
con sus zapatos, sus trajes de etiqueta,
con sus camisas almidonadas, con sus cuellos duros
con sus monóculos, y sus sombreros hongo.
Me siento ridículo
con mis pulgares, no importa
que suden de la noche a la mañana cuando están desnudos,
con mis miembros, fajados y debilitados,
llevándose la belleza de mi cuerpo en un taparrabos.
Me siento ridículo
uno de sus cómplices, uno de sus alcahuetes
asesino entre los asesinos, mis manos aterradoramente rojas
con la sangre de sus civilizaciones...
León G. Damas, poeta guayanés. (En P. Worsley: La creación del mundo, 1976)
a. ¿A qué actores sociales alude y cómo los describe? ¿A qué grupo
pertenece el relator?
b. El autor reconoce en el texto una particular relación entre dichos actores.
¿A qué relación se refiere? Justifique su respuesta.
c. Reflexione sobre lo que ha estudiado y responda: ¿a partir de qué
momento y por qué razones comenzó a reconocer la ciencia antropológica
esa situación?
Actividad 12
El siguiente es un comentario referido a un libro –síntesis de ficción e
investigación histórica:
De todas las historias de amor argentinas, me quedo con el romance del
vicealmirante Fitz Roy con una indígena fueguina. Ella se llamaba Fuegia Basket.
Tenía apenas 8 años cuando la capturó la gente del Beagle, en represalia porque los
indígenas les habían robado un bote. Con Fuegia cayeron otros tres: York Minster,
Boat Memory y Jemmy Button. A Jemmy sus familiares lo habían cambiado por un
botón.
A diferencia de los ingleses de entonces, Roberto Fitz Roy era un caballero. En su
barco, por ejemplo, no se azotaba a la gente. El inglés les fue tomando un sincero
afecto a los fueguinos y se pasaba las horas escuchando sus historias. Estos chicos
eran despiertos y aprendieron inglés rápidamente. Pronto empezaron a tomarle el
pelo y competían entre ellos para escandalizar a Fitz Roy. Despatarrados en la
confortable cámara del Beagle, inventaban macabras historias de canibalismo, que
el capitán escuchaba estremecido de horror.
(...)
Un día, Fitz Roy decidió que había llegado la hora de llevarse a sus indios a Gran
Bretaña, para que recibieran una buena educación inglesa. Desembarcaron en
Plymouth elegantemente vestidos, porque Fitz Roy les había enseñado que andar
desnudos era pecado. Fueron vacunados contra la viruela y esto desató una tragedia,
pues Boat Memory murió a los pocos días. Fitz Roy pasó varias semanas muy
asustado, temiendo que Fuegia también se enfermara. El caso es que un año más
tarde los desarrapados del canal Beagle hablaban como un estudiante de Oxford, y
Fuegia había aprendido a servir el té como una dama. Ya eran famosos en toda
Inglaterra, hasta el punto de que el rey Guillermo y la reina Adelaida los recibieron
en audiencia privada.
Fitz Roy consideraba a Fuegia como una hija y probablemente tenía grandes
proyectos para ella. Pero sus ilusiones sufrieron un duro revés cuando la canoera
fue descubierta en una situación amorosa con York Minster. La niña de sus ojos
había madurado de golpe. Entonces Fitz Roy resolvió que había llegado la hora de
retornar a Tierra del Fuego.
El viaje de vuelta duró todo un año. Los fueguinos iban cargados de regalos que
les habían dado los ingleses de buen corazón: desde montañas de vajillas de loza
hasta cajas repletas de mitones y bufandas. El encuentro entre esos fueguinos y sus
compatriotas fue desolador. Cuando vieron a sus astrosos parientes, los canoeros de
Gran Bretaña sintieron la más terrible de las vergüenzas. Jemmy Button ni siquiera
quiso hablar con su familia.
Para Roberto Fitz Roy, en sus viajes posteriores a la costa fueguina, sería muy
trágico descubrir que sus protegidos, semidesnudos y pintarrajeados vagaban de
nuevo por los canales, embadurnados de grasa para protegerse del frío. Su proyecto
de llevar la cultura inglesa a Tierra del Fuego se había desplomado. Pero su mayor
desencanto fue saber que su Fuegia, la pequeña beldad yamana, se vendía a las
tripulaciones de los barcos foqueros que navegaban por aquellas costas. Dicen que
Fitz Roy no pudo librase del fantasma de Fuegia hasta los 65 años, edad en que
decidió que había vivido suficiente y se mató de un tiro.
Esta historia ha sido contada de diferentes maneras. Digamos que la presente
versión es la más azucarada. Mejor no hablemos de lo que opinaba Carlos Darwin
sobre Fuegia y sus amigotes, a los cuales consideraba poco menos que animales.
Opinión coincidente con la del capitán Cook, para quien el idioma de las yamanas
sonaba como el ruido que uno hace al desatorar la garganta. En lo que a mí
concernía, estaba frente a una posible novela.
(Comentario de E. Belgrano Rawson sobre su libro Fuegia, publicado en Clarín,
31/10/91)
a. Comente el contexto histórico de esta historia.
b. Teniendo como marco la visión antropológica de fines de siglo XIX, ¿qué
pretendía hacer Fitz Roy con los indios fueguinos?
c. ¿Cómo contestaría esta pregunta utilizando las categorías propias del
análisis antropológico (etnocentrismo, situación colonial, etnocidio)?
* (Se refiere a los procesos llevados a cabo por la Inquisición en Europa durante la Edad Moderna).
UNIDAD 2
1 Corrientes de pensamiento.
1.1 Iluminismo.
1.2 Evolucionismo.
1.3 Materialismo Histórico.
1.4 Funcionalismo.
1.5 Particularismo Histórico.
1.6 Estructuralismo.
1.7 Corrientes contemporáneas.
2 Modelo Antropológico Clásico. La dimensión teórica. Sus
variables: objetividad, autenticidad, totalidad, homogeneidad,
relativismo cultural. Su ahistoricidad. La dimensión técnica: el
trabajo de campo.
BIBLIOGRAFÍA OBLIGATORIA
GUREVICH, E. et al., “Estructuralismo”, en Lischetti, M. (comp.):
Antropología, Buenos Aires, Eudeba, 1994, pp. 155 a 167, Biblioteca
del CBC.
HERNÁNDEZ SORIANO, C. E.; MARTÍNEZ, M. J., “El particularismo histórico”,
en Lischetti, M. (comp.): Antropología, Buenos Aires, Eudeba, 1994,
pp. 141 a 151, Biblioteca del CBC.
HUGHES, M. F.; TACCA, M., “Materialismo histórico”, en Lischetti, M.
(comp.): Antropología, Buenos Aires, Eudeba, 1994, pp. 109 a 119,
Biblioteca del CBC.
LINCOLN KEISER, R., “Trabajo de campo entre los Vice Lords de
Chicago”, en Holt, Rinehart and Winston, Being an anthropologist.
Fieldwork in eleven cultures, Nueva York, 1970, pp. 1 a 19.
LISCHETTI, M., “La Antropología como disciplina científica”, en Lischetti,
M. (comp.): Antropología, Buenos Aires, Eudeba, 1994, pp. 31 a 52,
Biblioteca del CBC.
MALINOWSKI, B., Los argonautas del Pacífico Occidental, Barcelona,
Península, 1973, pp. 19 a 42.
SINISI, L., “La antropología social inglesa: la teoría funcionalista”, en
Lischetti, M. (comp.): Antropología, Buenos Aires, Eudeba, 1994, pp.
123 a 135, Biblioteca del CBC.
—“Teorías contemporáneas en Antropología”, en Lischetti, M. (comp.):
Antropología, Buenos Aires, Eudeba, 1994, pp. 171 a 178, Biblioteca
del CBC.
Tacca, M., “El siglo de las luces: el dieciocho”, en Lischetti, M., (comp.):
Antropología, Buenos Aires, Eudeba, 1994, pp. 75 a 83, Biblioteca del
CBC.
—“El siglo XIX: Orden y progreso”, en Lischetti, M. (comp.):
Antropología, Buenos Aires, Eudeba, 1994, pp. 87 a 104, Biblioteca
del CBC.
PRESENTACIÓN DE LA UNIDAD
En esta unidad se profundizará en el análisis de las distintas corrientes
teóricas de la Antropología desde los inicios de la ciencia hasta la
actualidad. Presentaremos, además, el modelo teórico metodológico que
se construye a fines de la década de 1960 para caracterizar críticamente
la producción antropológica en sus primeros cien años de desarrollo.
Comenzaremos describiendo el contexto político e ideológico del siglo
XVIII europeo, revisando las concepciones acerca del hombre y la
sociedad en esta etapa del desarrollo precientífico de la Antropología
(recuérdese el esquema de P. Bonte, trabajado en la unidad anterior).
El análisis del Iluminismo, en el texto de M. Tacca, “El siglo de las
luces: El dieciocho”, nos permitirá rastrear la génesis del ideario que
nutrió corrientes de pensamiento diversas en el siglo siguiente.
Pondremos especial énfasis en reflexionar acerca de la mirada europea
sobre los pueblos no occidentales, es decir, la llamada Antropología
Iluminista.
Continuamos luego con el texto “El Siglo XIX: Orden y Progreso”,
también de M. Tacca. Allí recorreremos la complejidad del siglo XIX:
sus trascendentes acontecimientos políticos, el afianzamiento del poder
de la burguesía, y las diversas corrientes de pensamiento que
acompañaban o cuestionaban tales cambios.
A partir de la consolidación de la noción de progreso, se sientan las
bases sobre las que se erigirá la primera formulación teórica científica
de la Antropología: el Evolucionismo.
Sugerimos que avance en la lectura con el trabajo de M. F. Hughes y
M. Tacca: “Materialismo Histórico”, entendiendo la importancia que el
pensamiento político de Marx tendrá hacia fines del siglo pasado, para
construir en nuestro siglo un complejo teórico de incidencia insoslayable
en todas las ciencias sociales.
Entramos entonces en el análisis de las corrientes antropológicas del
siglo XX, período en el que se consolida teórica y metodológicamente
nuestra disciplina.
Al abordar el material de L. Sinisi: “Antropología Social Inglesa: la
teoría funcionalista” y el de C. E. Hernández Soriano y M. J. Martínez:
“El Particularismo histórico”, se podrá relacionar la emergencia de estas
nuevas posturas teóricas con los nuevos contextos político-sociales. El
sistema de gobierno indirecto en las colonias de los países europeos
demandará mayor profundización en el conocimiento de los “otros
culturales. Esta relación se puede establecer claramente al considerar la
Teoría Funcionalista inglesa, tanto en el trabajo de L. Sinisi como, en la
lectura del texto de B. Malinowski: “Los argonautas del Pacífico
Occidental”. En el caso del análisis del Particularismo Histórico, será
interesante ver cuál es la mirada del antropólogo cuando el “otro” está
dentro de las fronteras de su propio país. Tal es la situación en los
estudios de F. Boas en los EE. UU. (recuérdese el ejemplo de la
etnografía de los Kwakiutl, analizada en la Unidad 1). En ambas
corrientes, la proximidad con el diferente estará vinculada al
surgimiento de una categoría fundamental de la Antropología
contemporánea para explicar la diferencia, el relativismo cultural, y por
una praxis fundacional de lo metodológico, el trabajo de campo.
Al promediar el siglo surge el Estructuralismo francés cuyo gran
teórico es el antropólogo Claude Lévi-Strauss. Conozcámoslo a través
del texto de E. Gurevich et al., que comenzará señalando las influencias
que, desde diversos campos del saber, se plasman en el Estructuralismo.
Desde el idealismo kantiano, pasando por la lingüística estructural y el
psicoanálisis, hasta la sociología francesa de Durkheim, decantan en
esta corriente. Lo central en este texto es llegar a comprender la noción
de estructura tal como la construye Lévi-Strauss.
Para recorrer el segundo eje de esta unidad, la comprensión del
Modelo Antropológico Clásico, seguiremos con el texto de M. Lischetti:
“La Antropología como disciplina científica”. Es fundamental tener
presente la descripción analítica de las distintas escuelas antropológicas,
material de base en la construcción de ese modelo. Tal modelo
antropológico clásico expone la forma común de concebir los conjuntos
sociales estudiados por la Antropología que, trascendiendo la diversidad
de enfoques, domina la praxis profesional hasta la década del ’60.
La Antropología clásica se conforma en el contexto histórico del
colonialismo, impregnándose de una serie de supuestos que no surgen
estrictamente en el plano científico sino que más bien legitiman el orden
social.
En este modelo se diferencian dos dimensiones: una teórica y una
técnica. La primera se compone de una serie de variables definidas y
ejemplificadas en el texto de M. Lischetti. La dimensión técnica aparece
ejemplificada en la lectura del ya mencionado texto complementario de
B. Malinowski.
En este momento recomendamos seguir con la lectura del material del
antropólogo norteamericano R. Lincoln Keiser; allí podrá identificar los
cambios en la forma de registrar la información y valorizar la propia
subjetividad del investigador, si compara este trabajo con el realizado
por B. Malinowski. Pero lo más importante será que se detenga a
reflexionar acerca del cambio en el “objeto” de estudio —del “otro
cultural” a los miembros de nuestra propia sociedad— de la
Antropología contemporánea. Este cambio sólo se puede comprender a
la luz de los procesos sociopolíticos que se generan a partir de la
descolonización, cuyo análisis encontrará bajo el subtítulo de “La
Antropología contemporánea y la descolonización” en el texto de M.
Lischetti. Así será más sencillo comprender la ruptura con la
Antropología clásica producida a partir de los años ’60 y ’70, en el
marco de la toma de conciencia de la “situación colonial”. La finalidad y
el objeto de estudio de la Antropología, son replanteados a partir de ese
momento y los otrora “sujetos” de investigación sobre los que se
aplicaban criterios de objetividad propios de la ciencias naturales,
comienzan a reconocerse como sujetos activos, históricos, insertos en
relaciones sociales complejas.
Este proceso es acompañado por el surgimiento de nuevos enfoques
teóricos que son abordados en el texto: “Teorías contemporáneas en
Antropología” de L. Sinisi, con lo cual, si ha seguido nuestras
sugerencias, completará la lectura de la Unidad 2.
Actividades de aprendizaje
Esta segunda unidad le permitió conocer las corrientes de pensamiento que
conformaron el cuerpo teórico de la Antropología desde el siglo XVIII hasta
la actualidad. También lo ha introducido en el análisis del Modelo
Antropológico Clásico que caracterizó la producción antropológica desde
que la Antropología se constituyó como ciencia hasta la primera mitad del
siglo XX.
Vayamos por partes...
b. En relación con el ítem anterior, evalúe los aportes del método de trabajo
de campo a la investigación de R. Lincoln Keiser.
c. ¿Qué variables teóricas del Modelo Antropológico Clásico son asumidas
por R. Lincoln Keiser, al adoptar el modelo en su dimensión técnica?
Actividad 9
A pesar de lo dicho en la actividad anterior, no podemos dejar de señalar
que el relativismo cultural ha sido objeto de profundos debates y ha
generado posiciones contrapuestas.
a. Le proponemos leer este otro análisis:
“Lógicamente, el relativismo cultural incurre en el argumento de la
autorrefutación (...): proponer una generalización (por ejemplo, ‘todas las verdades
son relativas’), que en principio comprende a todas las personas pero que,
inconsistentemente, no se aplica a quien la enuncia. Sociológicamente, sucumbe en
la falacia del consenso: suponer que los sistemas de creencias de una cultura son
defendidos y asumidos de igual forma —sin posibilidad de crítica y autocorrección
— por los miembros de la misma. Moralmente, el relativismo también se
autorrefuta, al señalar que es equivocado para la gente de una sociedad condenar o
interferir en los valores y conducta de otra sociedad, utiliza el término ‘equivocado’
en un sentido no-relativo. Además, seguir este dictum es sumamente peligroso: nos
obliga a justificar al nazismo y al nuevo imperialismo norteamericano finisecular”.
(Díaz Cruz, R.: “Los hacedores de mapas: Antropología y epistemología. Una
introducción”, en Índice, año 1, Nº 1, 1991, p. 11)
b. Explique con sus palabras las contradicciones en que este principio
incurre, según el autor del fragmento.
c. ¿Qué otras críticas se le han hecho al relativismo cultural? (Recuérdese
las consideraciones realizadas en el trabajo de M. Lischetti sobre el Modelo
Antropológico Clásico)
Actividad 11
Analice esta otra definición de estructura dada por el antropólogo Radcliffe
Brown (ya citado en el texto de L. Sinisi sobre “Funcionalismo y Estructural
Funcionalismo”):
“Si estudiamos a los aborígenes de una región de Australia, sólo la observación
directa de estos grupos nos permite revelar que están vinculados por una compleja
red de relaciones sociales. Empleo el término estructura social para indicar esta red
de relaciones sociales (...) Las estructuras reales son tan reales como lo son los
organismos individuales (...) Una relación particular entre dos personas (...) existe
únicamente como parte de una amplia red de relaciones sociales (...) es esta red la
que yo considero objeto de nuestras investigaciones (...) Incluyo dentro de la
estructura social todas las relaciones de persona a persona (...).” (Lischetti, M.: ob.
cit., p. 133)
a. Diferencie el uso del concepto de estructura en Radcliffe Brown y Lévi-
Strauss.
b. ¿Qué influencias teóricas reconoce Radcliffe Brown en su definición de la
estructura social?
Actividad 12
Si bien el Estructuralismo realizó valiosos aportes a las ciencias sociales,
también recibió críticas, como la que transcribimos a continuación:
“Lo que Lévi-Strauss ha hecho por su cuenta es una máquina infernal de la cultura.
Esta máquina anula la historia, reduce el sentimiento a una sombra del intelecto y
reemplaza los espíritus particulares de salvajes particulares que viven en selvas
particulares por la mentalidad salvaje inmanente en todos nosotros. Esa máquina le
hizo posible salir del punto muerto a que lo había reducido su expedición en el
Brasil —proximidad física y distancia intelectual— y llegar a lo que tal vez siempre
deseó realmente: proximidad intelectual y distancia física.” (Geertz, C.: ob. cit., p.
295)
a. ¿Qué idea del pensamiento levistraussiano critica Geertz?
b. Desarrolle un argumento en el que explique por qué se acusa al
Estructuralismo de “anular la historia”.
c. ¿A qué variables del Modelo Antropológico Clásico suscribe el
Estructuralismo según este comentario?
BIBLIOGRAFÍA OBLIGATORIA
CHIRIGUINI, M. C., “La Sociobiología”, en Lischetti, M. (comp.),
Antropología, Buenos Aires, Biblioteca del CBC, Eudeba, 1994, págs.
235 a 251.
LISCHETTI, M., “Naturaleza y Cultura”, en Lischetti, M. (comp.),
Antropología, Buenos Aires, Biblioteca del CBC, Eudeba, 1994, págs.
211 a 230.
MONSALVE, P., “Violencia y sociedad en el fin de siglo”, en Lischetti, M.
(comp.), Antropología, Buenos Aires, Biblioteca del CBC, Eudeba,
1994, págs. 255 a 261.
PRESENTACIÓN DE LA UNIDAD
Naturaleza y cultura son conceptos que refieren a ámbitos
diferenciados pero, al mismo tiempo, inseparables cuando “pensamos lo
humano”. Para comprender el sentido general de esta unidad habrá que
partir de esta premisa.
Dicho de otro modo, desde la Antropología, considerar al hombre
implica no perder de vista la interdependencia que existe entre lo social,
cultural y lo biológico. Sin embargo, el conocimiento de la unidad que
forman ambos niveles no debe oscurecer sus distinciones ni concluir en
explicaciones que utilicen categorías de un nivel en el análisis del otro.
Un hecho social no puede explicarse con categorías de la biología, del
mismo modo que es improcedente lo inverso. Esto es válido para todas
las ciencias en los distintos niveles de análisis de la realidad, y no
tenerlo en cuenta supone un riesgo epistemológico.
Comenzando la lectura por el texto de M. Lischetti, “Naturaleza y
Cultura”, observaremos cómo durante el siglo XIX, la expansión
capitalista tendrá su correlato ideológico en el surgimiento de un
discurso que legitime las diferencias como desigualdades entre las
diversas sociedades y/o sectores sociales, apelando a categorías de la
Biología. Spencer, Malthus, Darwin y Huxley, entre otros, serán
exponentes de lo afirmado. Ya en nuestro siglo, y desde la
Antropología, muchas voces se levantarán para contraponer la
importancia de la cultura, en relación con la naturaleza para definir lo
genuinamente humano. Una síntesis que privilegia lo cultural en la
naturaleza humana es realizada por Lévi-Strauss al formular la teoría de
la universalidad de la prohibición del incesto como regla fundante de la
humanidad. Finalmente el texto de M. Lischetti destaca la importancia
del lenguaje no sólo en la comunicación, sino también, en la
constitución del psiquismo.
Para analizar el resurgimiento en los últimos veinte años del enfoque
biologizante de lo social, veremos entonces el texto de M. C. Chiriguini,
“La sociobiología”. Esta corriente de pensamiento convoca a científicos
de diversas especialidades y tiene un alto grado de aceptación popular,
ya que muchos de sus postulados refuerzan ciertas “verdades” vulgares.
Los procedimientos para validar científicamente las conclusiones de
algunos planteamientos sociobiologicistas son en algunos casos
fácilmente objetables. Las extrapolaciones de los etólogos que,
estudiando la vida de animales de diversas especies en su hábitat
natural, pretenden extender sus conclusiones al ámbito humano,
evidencian la vulnerabilidad de tales afirmaciones.
Ante la proliferación de estos análisis, la Antropología previene
acerca de la inexactitud de este reduccionismo y de su peligrosidad
ética: si el comportamiento violento y la agresión responden a instintos,
poco puede hacerse para salirse de ese programa genético. Siguiendo
este razonamiento y para concluir la lectura de la unidad le sugerimos
que lea el ensayo de P. Monsalve, “Violencia y sociedad en el fin de
siglo”.
Actividades de aprendizaje
En sus lecturas para esta unidad, ya habrá podido reconocer, a la hora de
“pensar lo humano”, la total interdependencia que existe entre lo social o
cultural y lo biológico o natural; aun cuando también habrá advertido que
dicha interrelación no debe llevar a explicaciones que utilicen categorías de
un nivel para el análisis de otro. Le pedimos que realice las siguientes
actividades a fin de poder integrar los conceptos desarrollados en la unidad.
¿Determinismo o libertad?
Actividad 2
a. Lea las siguientes proposiciones formuladas a manera de hipótesis en un
artículo del diario Clarín:
Si el mundo está rigurosamente determinado por las leyes de la física, la química
y la biología, todo lo que ocurrió, ocurre y ocurrirá hasta el fin de los tiempos está
previsto (...) Aún el más libre de nuestros pensamientos o decisiones responde al
accionar de nuestras neuronas, y éstas, a su vez actúan según procesos químicos,
que, por su parte responden a la forma en que interactúan las moléculas y átomos
que construyen esas mismas neuronas. Si el mundo es rigurosamente determinista,
cualquier acto es inevitable; no existe una libertad intrínseca de decisión, y la idea
de libertad (o de libre albedrío) se apoya simplemente en el desconocimiento que
aún hoy tenemos sobre el funcionamiento del cerebro (...)
Clarín, 1/4/93
b. Identifique el tipo de determinismo al que se hace referencia en el texto y
desarrolle sus postulados.
c. ¿A qué concepción de las estudiadas en esta unidad está asociada la idea
de que la conducta humana puede explicarse a partir de las determinaciones
biológicas? Justifique su respuesta.
d. Según esa concepción, ¿cómo son interpretados los fenómenos sociales
y cult urales?
e. Exponga, por los menos, tres argumentos esgrimidos por la Antropología
para refutar la idea de determinismo, según la bibliografía.
f. Vuelva a leer la última oración del texto citado y piense en actitudes tales
como el racismo, la agresión, el odio a lo extraño: ¿Qué peligros entraña
para la sociedad humana el afirmar que cualquier acto es inevitable?
Actividad 3
En una entrevista realizada a la psicoanalista francesa Monette Vacquin, ella
sintetiza algunas de las principales críticas que se han realizado a los
biólogos sociales y a sus intentos de estudiar la base biológica del
comportamiento social:
“No vemos lo que estamos haciendo con la biología. ¿Qué ciencia es ésta que
conduciría al hombre a transformarse en objeto de experimentación para satisfacer
su voluntad de un saber total -y por lo tanto ilusorio- acerca de él mismo? La
biología y las ciencias del cerebro producen descubrimientos, pero también
discursos y representaciones. En especial, la representación del hombre como ser
programado y programable. A partir de esto, ¡qué tentación de sentirse eximido de
toda responsabilidad existencial! Los hombres deben temerle a esta aspiración que
tiene la fuerza de la pulsión de muerte: transformarse en un objeto, querer resumirse
en lo orgánico (...) Hay un desplazamiento de sentido permanente de parte de la
biología, que pretende describir un funcionamiento y pasa a otro. Dicen que hablan
de moléculas y terminan hablando de los comportamientos. El problema de la
violencia ¿se resolverá en términos de hormonas? ¿O es necesario, en cambio,
seguir el lento trabajo de la cultura, siempre amenazado? Los actos les pertenecen a
los autores, aun cuando son involuntarios. Surgen de su alquimia secreta. Uno se
transforma en un organismo que se puede objetivar sólo a costa de la
despersonalización y la pérdida de identidad (...) Es terrible que la ciencia, que es la
expresión misma de la cultura, se convierta en el enemigo de la cultura (...)”
(Revista El Porteño, enero de 1991)
a. Explique las críticas contenidas en el fragmento anterior teniendo en
cuenta los comentarios de M. Lischetti en su trabajo “Naturaleza y cultura”
(en Antropología, Buenos Aires, Eudeba, 1994). (Consideren lo destacado
en itálicas)
b. ¿Por qué las explicaciones que da la sociobiología suscitan tanto interés?
¿Por qué son tan atractivas y difundidas?
c. Señale, siguiendo el texto de M. Lischetti, las premisas desde las que se
debe partir para analizar adecuadamente los avances de la biología.
d. Vuelva a leer la última frase del texto precedente. Exprese con sus
palabras, la contradicción sintetizada en ella.
El método de la sociobiología
Actividad 5
En su afán de subsumir el estudio de las sociedades humanas en el conjunto
de los fenómenos naturales, algunos biólogos proponen:
“Aparentemente no hay nada en común , entre una sociedad molecular y una
sociedad humana. Sin embargo, uno no deja de sorprenderse por la existencia de
cierta analogía entre la evolución filogenética de los organismos y la evolución
histórica de las sociedades. En ambos casos intervienen la variación y la selección.
Y también las interacciones que gobiernan el orden molecular y celular, hacen
pensar en los fenómenos que aseguran el funcionamiento de las sociedades
humanas. Tanto las moléculas como los hombres están sometidos a penosas
normas. Finalmente, las moléculas rebeldes y las moléculas parasitarias tienen su
equivalente en las sociedades humanas”. (Lischetti, M., ob. cit., pág. 224)
a. Explique, teniendo en cuenta este fragmento y la bibliografía, en qué
consiste el método analógico.
b. Sintetice las analogías propuestas en este texto.
c. Desarrolle una crítica de este método y de sus limitaciones, según el
enfoque antropológico.
La refutación de la sociobiología
Actividad 8
Según usted ha leído en el texto de M. C. Chiriguini de la bibliografía, los
biólogos sostienen que:
Actividad 11
Le proponemos para finalizar, la lectura de este párrafo extraído de la obra
La interpretación de las culturas, de C. Geertz. A partir de él, reflexione una
vez más sobre la problemática de la naturaleza humana, teniendo en cuenta
los temas desarrollados en esta unidad:
“Somos animales incompletos o inconclusos que nos terminamos por obra de la
cultura, y no por obra de la cultura en general sino por formas en alto grado
particulares de ella: la forma dobuana y la javanesa, la forma hopi y la forma
italiana, la forma de las clases superiores y la de las clases inferiores, la forma
académica y la comercial. La gran capacidad de aprender que tiene el hombre, su
plasticidad, se ha señalado con frecuencia; pero lo que es aún más importante es el
hecho de que dependa de manera extrema de cierta clase de aprendizaje: la
adquisición de conceptos, la aprehensión y aplicación de sistemas específicos de
significación simbólica. Los castores construyen diques, las aves hacen nidos, las
abejas almacenan alimentos, los mandriles organizan grupos sociales (...) Pero los
hombres, construyen diques y refugios, almacenan alimentos, organizan sus grupos
sociales o encuentran esquemas sexuales guiados por instrucciones codificadas en
fluidas cartas y mapas, en sistemas morales y en juicios estéticos: (...) en estructuras
conceptuales. La frontera entre lo que está innatamente controlado y lo que está
culturalmente controlado en la conducta humana es una línea mal definida y
fluctuante... Casi toda conducta humana compleja es desde luego producto de la
interacción de ambas esferas. Nuestra capacidad de hablar es seguramente innata;
nuestra capacidad de hablar inglés es seguramente cultural. Sonreír ante estímulos
agradables y fruncir el ceño ante estímulos desagradables están seguramente en
alguna medida determinados genéticamente (...); pero la sonrisa sardónica y el ceño
burlesco son con seguridad predominantemente culturales (...) Nuestras ideas,
nuestros valores, nuestros actos y hasta nuestras emociones son, lo mismo que
nuestro propio sistema nervioso, productos culturales (...) Chartres está hecha de
piedra y vidrio, pero no es solamente piedra y vidrio; es una catedral y no sólo una
catedral, sino una catedral particular construida en un tiempo particular por ciertos
miembros de una particular sociedad. Para comprender lo que Chartres significa se
impone conocer bastante más que las propiedades de la piedra y el vidrio (...) Es
preciso conocer los conceptos específicos sobre las relaciones entre Dios, el
hombre y la arquitectura que rigieron la creación de esa catedral. Y con los
hombres ocurre lo mismo: desde el primero al último también ellos son artefactos
culturales”. (Geertz, C., La interpretación de las culturas, México, Gedisa, 1987,
págs. 55-56)
UNIDAD 4
EL PROCESO DE HOMINIZACIÓN
BIBLIOGRAFÍA OBLIGATORIA
TAPIA, A. et al., “El proceso de hominización. Aspectos biológicos y
culturales”, en Lischetti, M. (comp.), Antropología, Buenos Aires,
Eudeba, 1994, pp. 265 a 324, Biblioteca del CBC.
PRESENTACIÓN DE LA UNIDAD
Abordamos, a continuación, el estudio del proceso evolutivo de la
especie humana siguiendo el esquema reflexivo planteado al estudiar la
relación entre naturaleza y cultura (Unidad 3), es decir, integrando lo
biológico y lo sociocultural, síntesis de lo humano.
Comenzaremos la lectura de El proceso de hominización. Aspectos
biológicos y culturales de A. Tapia et al., problematizando sobre aquella
cuestión que ha preocupado largamente a la humanidad: ¿cuál es
nuestro origen? Esta pregunta no puede responderse sin retrotraerse a
una más amplia, que interroga acerca del origen de la vida misma. En
las primeras páginas del texto comienzan a aparecer algunas respuestas
en relación con lo planteado. Del origen de la vida pasamos a la
transformaciones evolutivas de los seres vivos, como mecanismos de
complejización y diversificación de formas a través de procesos como
selección natural, mutación y recombinación genética, deriva genética y
flujo de genes. Esta reconstrucción la efectuamos en el marco
conceptual de la teoría general de la evolución.
Estas nociones son elementos constitutivos centrales del saber
antropológico. Sin embargo, la especificidad de estos temas ha dado
lugar a una diferenciación en campos o ramas del conocimiento. Así, los
paleoantropólogos se han especializado en la reconstrucción del árbol
genealógico de nuestra especie. Este tema comienza a desarrollarse en
nuestro texto bajo el subtítulo de “Nuestro linaje” donde recorreremos
millones de años de nuestra historia, desde las formas conducentes al
tronco en común con los grandes monos antropomorfos, para entrar en
nuestro universo exclusivo con las primeras formas de homínidos hace
cuatro millones de años. El paso siguiente será llegar al primer homo,
para calificar al primer hallazgo del registro fósil que se encontró
asociado con indicadores de cultura. Recordemos entonces que aun
desde la perspectiva paleoantropológica, no hay homo sin cultura.
Luego de analizar las características distintivas de nuestro linaje
vamos a profundizar en el análisis de los comportamientos culturales de
los primeros homínidos, la sociabilidad, el trabajo expresado en la
confección de utensilios, la sexualidad, etcétera. En definitiva,
recordemos que el hombre aparece en la escena planetaria como un ser
social. Tanto su existencia individual como la supervivencia de la
humanidad en su conjunto son impensables sin la organización que
presupone la sociedad humana.
Finalmente, veremos la emergencia del hombre moderno y las
revelaciones de la ciencia a la luz de los aportes más recientes de la
biología molecular. (Es importante recordar los planteos acerca del
origen del hombre moderno para polemizar en torno al racismo, tema de
nuestra próxima unidad.)
Actividades de aprendizaje
Le ofrecemos en esta unidad, referida al proceso de hominización, un
conjunto de actividades que se proponen, fundamentalmente, orientarlo en
la lectura de la bibliografía obligatoria y aportarle algunas estrategias para su
comprensión. Esto se debe a que, si bien el texto está claramente pautado y
organizado, el tipo de información que presenta expresa la complejidad del
análisis del proceso evolutivo y la provisionalidad de las interpretaciones
científicas: busca reflejar cómo, a medida que se va construyendo el
conocimiento, surgen nuevos cuestionamientos en torno a las temáticas
abordadas.
la radiación adaptativa
la divergencia
la especialización
la generalización
¿Qué es el hombre?
Actividad 2
A fin de poder explicar el origen del hombre, es necesario tener claro
previamente qué es lo que se reconoce como hombre.
a. ¿Cuáles son para la Antropología los rasgos esenciales que definen al
hombre?
b. Teniendo en cuenta esta perspectiva, ¿cuál es el marco conceptual desde
el que la Antropología puede explicar el origen de la especie humana?
Actividad 5
Le proponemos ahora otro acercamiento al tema, utilizando como guía el
cuadro de la página 298 de la bibliografía, cuyo título es: “Árbol filogenético
tentativo de la evolución humana”. Responda las siguientes preguntas:
la dieta omnívora
el comportamiento no estereotipado
la sexualidad continua
el compartir la comida
RAZA Y RACISMO
BIBLIOGRAFÍA OBLIGATORIA
MAZETTELLE, L.; SABAROTS, H.: “Poder, Racismo y Exclusión”, en
Lischetti, M. (comp.): Antropología, Buenos Aires, Eudeba, 1994, pp.
331 a 378, Biblioteca del CBC.
PRESENTACIÓN DE LA UNIDAD
En esta unidad seguiremos trabajando con las líneas de pensamiento
que venimos analizando desde que iniciamos la Unidad 3, ya que la
cuestión del racismo, concepto central a discutir, es inseparable de la
relación entre lo biológico y lo social.
En efecto, en el texto de L. Mazettelle y H. Sabarots, “Poder, Racismo
y Exclusión” la relación naturaleza-cultura, aparece desde un comienzo
cuando se analiza en los orígenes del racismo la estigmatización del
color de la piel. Luego veremos también cómo aparecen en el siglo XIX
estudios sobre las razas, que van a vincularse a juicios de valor racistas
en el contexto del auge del darwinismo social, ligados a la expresión
colonialista. En este punto es importante detenernos y recordar lo
estudiado en las primeras tres unidades de nuestro programa.
Ya en el contexto de nuestro siglo, conoceremos cómo se profundizan
las fundamentaciones que se elaboran desde el poder para excluir sobre
la base de supuestas diferencias raciales. Desde la instrumentalización
perversa de los test de inteligencia hasta la aplicación de supuestos
criterios científicos para la justificación del holocausto llevado a cabo
por el nazismo, se elaboraron discursos legitimatorios seudocientíficos
que parten de la base de la existencia de las razas. La refutación a este
tipo de explicaciones comienza por cuestionar la validez del mismo
concepto de raza, a partir de los elementos de análisis que proporcionan
las ciencias biológicas.
Al impugnar esta asociación: “de tal raza, tal conducta”, podremos
comprender que el racismo no constituye una conducta “natural” de los
hombres, sino una manifestación lamentable de un orden
socioeconómico concreto.
Finalmente, el texto nos pondrá en un plano reflexivo más amplio,
analizando los fenómenos de exclusión sin limitarnos a la problemática
exclusiva del racismo, pensando en nuevas formas de violencia que
incluyen discriminaciones de índoles diversas.
Actividades de aprendizaje
Los contenidos de la unidad “Raza y racismo” están centrados en la
cuestión de la diversidad de la especie humana y la problemática de las
interrelaciones sociales en las que se manifiesta el racismo. A partir de las
actividades que a continuación le sugerimos, usted podrá profundizar su
comprensión de las principales ideas desarrolladas en la bibliografía. Por
ejemplo, que la raza, en el sentido biológico del término, nada tiene que ver
con las actitudes psicológicas y las ideas contenidas en los prejuicios
raciales; o que el racismo es el producto histórico de un fenómeno histórico:
la explotación económica —y su justificación ideológica— del trabajo del
colonizado.
El racismo institucionalizado
Actividad 3
a. El siguiente fragmento que le proponemos leer pertenece a uno de los
discursos que el dictador nazi Adolf Hitler dirigiera al pueblo alemán en el
momento de la consolidación del Tercer Reich (1933). En él están presentes
algunos principios del racismo que inspiraron el exterminio sistemático de
millones de seres humanos:
“(...) Conforme a esto, la ideología nacional reconoce el significado de la
Humanidad en sus primitivos elementos raciales. Ella ve en el Estado el principal
medio para lograr la conservación de la pureza racial de los humanos. Por lo tanto,
no cree en una igualdad de razas, sino que acepta, con su diversidad, también su
valor superior e inferior y, como consecuencia, se siente obligada a fomentar la
victoria de la mejor y más fuerte y a exigir la subordinación de la peor y más débil,
según la eterna voluntad que domina el Universo. Rinde con ello tributo a la idea
fundamental de la Naturaleza y cree en la aplicabilidad de esta ley hasta el último
detalle. No sólo ve el diferente valor de las razas, sino también el del ser como
individuo (...)
“La cultura y la civilización de nuestro continente están inseparablemente ligadas a
la existencia del ario. Su desaparición o su caída hundiría al mundo de nuevo en las
tinieblas de una época sin cultura.
“(...) No, sólo existe un derecho humano, el más sagrado, y este derecho es a la vez
la obligación más sagrada: preocuparse de mantener pura la sangre, para, a través
de la conservación de la mejor raza humana, crear la posibilidad de un desarrollo
más noble de sus componentes.
“Un Estado nacional deberá, por lo tanto, evitar que el matrimonio favorezca la
permanente ignominia de la raza, para ennoblecer esta institución que está llamada a
procrear retratos fieles del Señor y no monstruosidades entre humano y mono.
“(...) Además, es deber de un Estado nacional preocuparse de que, por fin, se
escriba una historia mundial en la cual la idea de la raza sea lo dominante (...)”
b. Señale los puntos centrales de la ideología nazi.
c. Explique los supuestos científicos que tuvieron influencia en la elaboración
del discurso racista del nacionalsocialismo.
d. Defina la idea de raza que subyace en este discurso.
e. ¿Cuáles fueron las condiciones sociohistóricas que hicieron posible el
horror nazi?
f. Tenga en cuenta los niveles de racismo que señala M. Wieviorka (en la
bibliografía obligatoria, p. 364). Establezca a cuál de ellos pertenecen las
manifestaciones de la Alemania nazi. Justifique su respuesta.
g. Mencione las ideas que circulaban en los medios intelectuales alemanes
que tuvieron influencia en la ideología del nazismo.
Actividad 4
En el texto de la actividad anterior aparecen afirmaciones como:
La 187 y el miedo
La Proposición 187 es un resultado o un producto parcial y triste de una tendencia
que se ve en todo el mundo y también en los Estados Unidos. Esta política
instrumental del mercado libre, que significa rápida protección para los ricos y
libre mercado para los pobres, existe en este país con toda la peligrosidad de su
doble filo. Es una política que ha tenido un efecto de tercermundización. Los
salarios han declinado en forma constante en los últimos veinte años y el índice de
pobreza es dos veces mayor al que existe en las otras naciones del mundo
industrializado, noticia sorprendente considerando que los EE.UU. son el país más
rico del mundo.
Sin embargo, para un gran porcentaje de la población la situación indudablemente
ha empeorado. Esta gente está muy limitada y preocupada, y los políticos necesitan
ejercer de alguna manera un sofisticado control sobre este fastidio. Una forma
clásica de control es hacer que la gente sienta miedo de otros, de lo que otros que
no son como ellos les puedan sacar en materia de bienestar y empleo. Esto pasó en
Alemania cuando los nazis sindicaban a los judíos como los creadores de todos los
males y penurias económicas, y también ha ocurrido aquí con los negros.
Los políticos alientan a esta gente disgustada a que persiga a los inmigrantes. Esto
explica que haya una real histeria antiinmigrantes. Por cierto, la histeria tiene bases
concretas: la gente pierde sus empleos, trabaja mucha más horas, el poder
adquisitivo ha disminuido. Entonces, la clase política percibe la necesidad de
distraer la atención hacia un objeto de odio para que este sistema de libre mercado,
bien organizado para proteger a los poderosos, siga funcionando.
Noam Chomsky
Página/12, 8/11/94
a. Lea ahora este comentario extraído del texto de la bibliografía obligatoria,
de L. Mazettelle y H. Sabarots (p. 356):
“En estas sociedades llamadas complejas, multiétnicas y estratificadas, la
diversidad y el entrecruzamiento de los grupos, sumado a problemáticas sociales
insolubles, que se agravan en las grandes concentraciones urbanas, generan
conflictos de identidad, de anonimato y alienación, que potencian la producción de
imaginarios sociales plagados de prejuicios que tienen su origen, sobre todo, en las
crecientes desigualdades de acceso a los servicios, al trabajo y al consumo. En este
contexto, el prejuicio racial se presenta, en muchos casos, como parte de un
conjunto complejo de visiones negativas donde interactúan también lo étnico, lo
religioso, la clase social, etc.”
b. Interprete el artículo escrito por N. Chomsky referido a la propuesta de la
ley 187, a la luz de este fragmento de la bibliografía.
c. A partir de la bibliografía y de este artículo, describa la situación
económica y social que vive la sociedad norteamericana desde los ’70, de
gran utilidad para explicar estas nuevas formas de violencia y discriminación.
d. Desarrolle un comentario en el que exprese cuáles son, globalmente, las
condiciones políticas y socioeconómicos que han influido en la emergencia
de actitudes racistas en los últimos años.
e. Explique el papel que cumplen los sectores hegemónicos de la sociedad
en la generación de prejuicios y actitudes racistas.