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Estilo y región

en el arte tnesoatnericano
Estllo y región
en el arte mesoamericano

María Isabel Alvarez lcaza Longoria


Pablo Escalante Gonzalbo
(coordinadores)
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES EsTtTICAS

Director Secretaria Académica Coordinador de Publicaciones


Renato González Mello Genevieve Lucet Jaime Soler Frost

Catalogación en la fuente: Dirección General de Bibliotecas, UNAM


Estilo y región en el arre mesoamericano / María Isabel Alvarez lcaza Longoria y Pablo Escalan te
Gonzalbo (coordinadores).-- Primera edición.
444 páginas : ilustraciones.
ISBN 978-607-02-9611-6.

l. Arte indígena-- México. 2. Arte indígena -- América Central. l. Alvarez lcaza Longoria, María Isabel,
editor. H. Escalante, Pablo, 1963- , editor
FI219.3.A7.E87 2017
LIBRUNAM 1960826

Este libro fue financiado por DGAPA·PAPIIT, proyecto IN4020 12: "Estilo y región en los códices Laud, Co-
lombino y Vindobonensis. Un estudio de la unidad y variación cultural en d Posdásico mesoamericano~
Diseño de portada: Judirh Meléndrez y Tania lxchel Pérez
Imágenes de la portada, de izquierda a derecha: Escultura Ameca-Etzaclán,Jalisco (Foroteca IIE).
Reprografía: Townsend,I998, p. 129; Pintura mural de Tepanticla, Teotihuacan. (Foto: María Isabel Alva-
rez lcaza L, 2004); Yugo del centro de Veracruz (Foroteca IIE); Pintura mural Cacaxcla (Fototeca IIE);
Relieve en piedra con el antropónimo de Ahuízocl, MNA (Fototeca IIE); Vasija Polícroma de Zaachila,
MNA (Foro teca IIE); Escultura en barro de Colima, (Fototeca IIE); Códiu Laud, lámina 17 (detalle). Bod-
lcian Library, Oxford (Foto: María Isabel Alvarez lcaza L. 2009).

Primera edición: 15 de septiembre de 2017

D.R. © 2017. Universidad Nacional Autónoma de México


Avenida Universidad 3000, Ciudad Universitaria, 0451 O. Coyoacán, Ciudad de México

INSTITUTO DE INVESTIGACIONES EsTtTICAS


Circuito Maestro Mario de la Cuevas/ n, Ciudad Universitaria, 0451 O. Coyoacán, Ciudad de México
Teléfono: 5622-7250 ext. 85026
www.esteticas.unam.mx 1 libroest@unam.mx

ISBN 978-607-02-9611 -6

SECRETARÍA DE CuLTURA- INAH. Mtxico


"Reproducción autorizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia~
Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio sin la autorización escrita del titular de los
derechos patrimoniales.
Impreso y hecho en México
Índice

Nota introductoria ............................................................................ 7

l. El arte mesoarnericano y el estudio de sus estilos .............................. 9


Pablo Escalame Gonzalbo

2. El estilo !zapa. Una revisión ............................................................ 21


Ana Somohano Eres

3. Las tradiciones del Centro de Veracruz


en el periodo Clásico ........................................................................ 41
Annick Daneels

4. El estilo zapoteco en figurillas y silbatos de cerámica


del Clásico ........................................................................................ 53
Gonzalo Sánchez Santiago
José Leonardo López Z árate

S. El estilo como expresión cultural: un acercamiento


comparativo a la muralística teotihuacana y la moche .................... 71
M aría Elena Ruiz Gall uc

6. Estilo e influencias en el sitio Teteles


de Santo Nombre, Puebla ................................................................ 91
lvonne A. Pérez Alcántara

7. Cacaxtla, estilo personal y estilo regional ..................................... 105


C laudia Brittenham
8. El arte rupestre de la tradición Chalchihuites.
Preguntas y desafíos para su clasificación ...................................... 119
Marie-Areti Hers

9. El estilo Ameca-Etzadán del arte de la cultura


de las tumbas de tiro ...................................................................... 135
Verónica Hernández Díaz

10. El estilo del arte cerámico Chupícuaro ......................................... 151


Verónica Hernández Díaz

11. El estilo pictórico Loma Alta, antiguo


arte de Michoacán ......................................................................... 165
Patricia Carot

12. Variedades estilísticas de la tradición


Mixteca-Puebla .............................................................................. 177
María Isabel Alvarez lcaza Longoria

13. El significado de la variación estilística


en los códices mixtecos .................................................................. 193
Saeko Yanagisawa

14. El estilo de la cerámica polícroma de Cholula


y el origen del Códice Borgia ........................................................ 207
O felia Márquez Huitzil

15. El color en los códices del llamado Grupo Borgia.


Diferencias y convergencias ........................................................... 221
Élodie Dupey García
María Isabel Alvarez lcaza Longoria
16. El estilo cromático de la tradición
Mixteca-Puebla en el Altiplano Central ........................................ 235
Aban Flores Morán

17. Arte rupestre del sur del Istmo de Tehuantepec,


(una variante regional del estilo Mixteca-Puebla? ........................ 247
Fernando Berrojalbiz

18. Los objetos lapidarios de "estilo mixteco" en el Templo


Mayor de Tenochtidan. Sus características tecnológicas .............. 263
Emiliano Ricardo Melgar Tísoc
Reyna Beatriz Solís Ciriaco

19. El estilo y los usos de la pintura geográfico-paisajista


indígena del siglo XVI .................................................................... 283
Ana Pulido Rull

20. Historia y estilo de dos tzompandi ............................................... 299


Emilic Carreón Blaine

Siglas y abreviaturas ....................................................................... 321

Bibliografía .................................................................................... 323

Lista de figuras ............................................................................... 345

.Figuras a color ............................................................................... 363


135

El estilo Ameca-Etzatlán del arte


de la cultura de las tumbas de tiro

Verónica Hernández Díaz


IIE, UNAM

E
l estudio estilístico del arte ha desempeñado un papel primo rdial en el conoci-
miento de la cultura de las tumbas de tiro, en principio, sirvió para descubrir un
desarrollo particular en M esoamérica; posterio rmente, confo rme se ha pro fundi-
zado en su análisis, ha revelado la importancia de las identidades comunitarias y la riqueza
de la diversidad en la unidad ; asimismo, ha contenido o dado la pauta para las indagacio-
nes iconográficas.
En la cultura de las tumbas de tiro se advierte una sociedad plural que habitó a
lo largo de casi un milenio gran parte del O ccidente m esoamericano. Se ubica del 300
antes de C risto al 600 de nuestra era en Colima, Jalisco, la mitad meridio nal de N ayarit,
el sur de Z acatecas y zonas colindantes de Michoacán. La deno minació n refiere sólo una
de sus expresiones artísticas más distintivas: la arquitectura subterránea funeraria 1 uno de
los elementos unificado res, junto con los guachimo nto nes o complejos arquitectó nicos
de planta circular y concéntrica, las esculturas y vasijas cerámicas. 2

1
Una mmba de tiro consiste en un pozo o tiro vertical de protundidad variable guc en su base se abren una
o más cámaras; usualmeme están cavadas en un -es traro de suelo de consistencia compacta llamado tepetatc.
Este tipo de recimo es distimivo del Occideme de Mesoamérica, sobre ro do. de: la culwra gue aguí se trata.
2
Vcrónica Hernández Díaz. "Muerte yvida en la cultura de tumbas de tiro: en Mimdfi.S renowldfi.S al Occirlente
indígm<~ de lvléxico, Angel Aedo et al (México: UNAM-IIE/ INAH/ Cemca, 20 13), 78- 132.
136 VERÓNICA HERNÁNDEZ DíAZ

Acotaciones sobre el estilo y sus aportes

El estilo, especialmente respecto a las obras escultóricas por ser las manifestaciones más
conocidas, 3 aportó evidencias para que se eliminara la atribución tarasca o puré pecha que
hasta la mitad de la década de 1940 se aplicó a los materiales de la cultura de las tumbas
de tiro, y en lo general, a los vestigios antiguos detectados en la regió n occidental. bajo un
presupuesto antihistérico de continuidad directa entre el pasado prehispánico y la situa-
ción indígena posterior, donde la etnia purépecha era la más distinguida, con anteceden-
tes inmediatos del Posclásico Tardío, y una alfarería destacada.4
La diferenciación mencionada se dio en un marco de restringidas labores arqueo-
lógicas y acciones institucionales de protección del patrimonio, así como de intensos
saqueos, comercialización y coleccionismo de dicha escultura cerámica. Un evento re-
levante fue la exposición celebrada en la primavera de 1946 en el Palacio de Bellas Artes,
en la Ciudad de México, que mayormente exhibió la colección del artista Diego Rivera;
en el catálogo conjunto titulado Arte precolombino del Occidente de México , Salvador
Toscano y Paul Kirchhoff comenzaron, en sus respectivos ensayos, a distinguir por sus
rasgos estilísticos la cerámica de varias partes de la región e hicieron alusión a una "cultura
nayarita" y otra "cultura Colima·: a la que también le atribuyeron obras de Jalisco. 5

3 La identificación de las artes pertenecientes a la cultura de las tumbas de tiro no se ha producido de modo

sitmJráneo. El mayor rezago se asocia con la arguirecrurade composición circular, cuyo reconocimiento pleno
inició desde los primeros años de 1970. En co ntraste. la escultura cerámica fue dada a conocer ampliamente
a través de publicaciones desde principios del siglo XX, y de modo paralelo a través del coleccionismo. Sobre
las tumbas de tiro se generó información más puntual a partir de la década de 1930, mientras gue de las vasijas
se presentaron algunos daros desde los años sesentas de ese mismo siglo.
4
Verónica Hcrnández Díaz, "El arre del antiguo Occidente de México. Una visión histori ográfica en los
tiempos de cambio': en El arte m los tiempos de cambio. 181O1 191O1201 O. coords. Hugo Arciniega. Louise
Noelle y Fausto Ramírez, (México: UNA M -II E. 201 2). 100-165.
5
Salvador Toscano. Paul Kirchhoff y Daniel Rubín de la Borbolla, Arte precolombino del Occidente de México
(México: SE P, 1946); el capítulo de Toscano se titula "El arre y la historia del Occidente en México': 9-33;
d de Kirchhoff"La cultura del Occidente a través de su arre·: 49-69; el catálogo cuenta con un tercer capí-
tulo de Daniel Rubín de la Borbolla dedicado a los rarascos.
9· EL ESTILO AMECA-ET Z ATLÁN DEL ARTE DE LA CULTURA DE LAS TUMBAS DE TIRO 137

Entre los antecedentes de estos estudios resultan fundamentales los recorridos de


campo, excavacio nes y minuciosos análisis de colecciones realizados po r la arqueóloga
Isabel Kelly a partir de 1935. Con base en ello, en septiembre de 1946, dentro de la C uarta
Reunión de Mesa Redo nda de la Sociedad M exicana de Antropología que se dedicó
a "El Occidente de México" presentó la po nencia "Ceramic Provinces of N o rthwest
Mexico': en la que identificó y describió varios de los tipos cerám icos asociados a varias
zonas y adelantó la idea de la extensió n de la que luego se conocería como cultura de las
rumbas de tiro a lo largo de un "arco" que atraviesa Nayarit,Jalisco y Colima; Isabel Kdly
reafirmó la contemporaneidad de ese arte con el desarrollo de Teotihuacán,6 un asunto
que ya había planteado en 1939 en una ponencia que no fue publicada en su mom ento y
no repercutió o portunamente en la confirmació n de sus nocio nes sobre la tempo ralidad
paralela de los dos desarrollos?
En cuanto a las pesquisas recientes sobre el estilo, al inicio señalé las que a mi pare-
cer son las cuatro expresiones artísticas más destacadas de este pueblo; en contraste con
los enfoques comunes que suelen tratarlas po r separado, he prop uesto uno que aprecia
en conjunto sus lenguajes plásticos y contenidos, e identifico un gran estilo figurativo y
abstracto. A la par de un decidido sentido de unidad, que a su vez testimo nia integración
ideológica y cultural, en este gran estilo descuellan variantes estilísticas zonales y crono-
lógicas, aunque la delimitació n tempo ral es difícil a causa de los escasos fechamientos y
trabajos arqueológicos.
Dichas variantes estilísticas son peculiarmente notables en la cerámica: al menos
existen dieciocho y la mayoría exhibe a su vez subvariantes internas que pueden ser muy
nurnerosas,8 por lo que su definició n integral constituye una tarea de investigació n com-
pleja. El presente documento se dedica al estilo que deno minaré Ameca-Etzadán, en el
entendido de que se trata de un subestilo, una modalidad o una variante del mencionado

6
La memoria de este co ngre o se publicó en 1948, véanse las páginas 55 a 71.
7
Apareció publicada hasta 1989: Isabel Kclly, "An archacological rcconnaissancc of rhc Wcsr coasr: ayarir
mMichoacan~en Homenaje ti Isabel Kel(y (México: 1 AH . 1989). 7 1-73.
8
Paras u reconocimiento he tomado como sustento las contribuciones de Isabel Kclly. Hasso von Winning.
Sranlcy V. Long. Michacl Kan. Edward W Gifford, Carolyn Baus.Jacky Gallaghcr. Salvador Toscano. Orto
Schondubc. Beatriz de la Fuente, Richard F. Townscnd y mis propios análisis.
138 VERÓNICA HERNÁNDEZ DfAZ

gran estilo de las artes de la cultura de las twnbas de tiro, y debido a que se observa tanto
en esculturas como en vasijas (flgs. 9.1a y 9.1b)9
Es oportuno precisar la manera radical como entiendo el estilo dentro del contexto
de esta cultura. A mi juicio, está íntimamente ligado con la identidad, las funciones reli-
giosas y sociales de las o bras de arte. En este orden de ideas, propongo que la multiplici-
dad de estilos cerámicos pudo responder a una sociedad que estableció rasgos culturales
generales para definir al grupo de pertenencia, pero que fueron reapropiados por cada
comunidad para producir en conjunto una amplia gama de m odalidades con un fuerte
sentido de identidad local. al igual que lo hicieron con la arquitectura ceremonial. De tal
manera, considero que cada una de las variantes estil ísticas zonales correspo nde a iden-
tidades comunitarias particulares. Éstas se ligan directamente con el ámbito funerario,
puesto que las esculturas y las vasijas acom pañaron a los difuntos en las twnbas de tiro y
cámara. M i visión del estilo, siguiendo los trabajos de Meyer Schapiro y Erwin Panofsky, 10
abarca nociones que integran materialidad, técnica, desde luego las form as y su composi-
ción, los temas y conceptos plasmados y la cosmovisión de una sociedad.

El estilo Ameca-Etz atlán en el marco del gran estilo

Por su infl uencia en otras variantes estilísticas, su producción masiva, seguramente a lo


largo de una temporalidad prolongada durante varios siglos, así como por su amplia dis-
tribución, el estilo A m eca-Et zadán es uno de los más destacados del p ueblo de las tumbas
de tiro y el m ás representativo del centro de Jalisco. En sus estudios pioneros, Isabel Kelly
lo ubicó en la "provincia cerámica" que llamó A m eca a partir del río de ese nombre; 11
posteriormente, Stanley V. Long le añadió al nombre una cualidad de la pasta cerámica,

9
Su impronta también puede notarse en objetos ornamentales hechos en barro o con otros materiales.
10
Mcyer Schapiro, Estilo. trad. Marha Scheinker (Buenos Aires: Ediciones 3. 1962 [ 1953]); Erwin Panofsky,
Sobre el estilo. Tres ensayos inéditos, cd. lrving Lavin (Barcelona: Paidós. 2000).
11
Kcl ly. "Ceramic Provinccs ofNorthwcst Mcxico':en El Occidente deMéxico. Cuarta Reunión deMesa Redonda
de la Sociedad Mexicana de Antropología (México: SMA. 1948), 58·6 1.
9· El ESTILO AMECA-ETZATLÁN DEL ARTE DE LA CULTURA DE LAS TUMBAS DE TIRO 139

de modo que se refirió a él como "Ameca gris"; 12 en años recientes Richard F. Townsend.
abocado sólo a las esculturas. le asignó el topónimo Ameca-Etzatlán por las dos munici-
palidades principales donde se ubica.13
Las obras se localizan en los valles lacustres en torno al volcán de Tequila, 14 aquí
sobresale el sitio Los Guachimontones, en Teuchitlán; también se ubican en el próximo
valle de Atemajac. asiento de la mancha metropolitana de Guadalajara; 15 y hacia el sur su
presencia continúa en la zona próxima a las lagunas de Atotonilco. San Marcos y Sayula. 16
Organizo en cinco apartados los rasgos que el estilo Ameca-Etzatlán comparte con
el gran estilo figurativo y abstracto del conjunto de las modalidades estilísticas cerámicas.

1) La elección del barro como materia primaria y la técnica de la cocción para conver-
tirla en cerámica. A mi parecer, tal elección es elemental en la concepción estilísti-
ca. puesto que los artistas pudieron trabajar con otros materiales y no ocurrió así;
como evidencia encuentro que los objetos escultóricos pétreos registrados en las
tumbas de tiro se hicieron en lapidaria y como ornamentos corporales; los de ma-
yor formato y de otro tipo de piedra son escasos, entre ellos hay metates y braseros
simples o con algunos rasgos figurativos.

12
Scanlcy V. Long. "Archacology of che municipio ofEczaclan,Jalisco" (Tesis doctoral. Universicy of Cali·
fornia. 1966).
13
Richard F Townsend. "Catalogue of che cxhibicion. Notes coche reader·: en Ancie~JI West Mexico. Art and
Archaeology oj'the Unknown PaJt. ed. Richard F Townsend (Chicago: lhe Art lnstitute of Chicago. 1998).
283-290. véase p. 283.
14
Kelly. "Ceramic Provinces': 58-61; Long. "Archaeology of the municipio"; Chriscopher Beekman y Phil C.
Weigand,La cerámica arqueológica de la tradición Teuchitlán.jalisco. TipologÍil. análisispenvgrájicoy cronologia (Zamora:
Colmich-Secrecaría de Cultura de Jalisco, 2000); Phil C. Wcigand, "La tradición Teuchiclán del Occidente de
México·: en 7indiciones arqueológicas, ed. Efi-aín Cárdenas García (Zamora: Colmich. Gobierno del Estado de
Michoacán. 2004). 217-241; para esta afirmación igualmente considero los registros de piezas o colecciones
que he realizado en muscos de varias localidades de la zona.
15
Luis Javier Galván,Las tumbaJ rle tiro del t•alle de Atemajac.}alisco (México: INAH, 1991 ).
16
Kdly."Ceramic Provinces·: 60-61 ;José Corona Núñez. Estudios de amropología ehistoria (Morelia: UMSNH,
1952); Francisco Valdez, "La cultura material': en Arqueología de la menearle Sayula. coords. Francisco Valdez.
Occo Schondube yJean Pierrc Emphoux (Guadalajara: UDG-CUCSH-Cusur/ lnstirut de Recherche pour
le Oéveloppmenr, 2005 ). 145-209.
140 VERÓNICA HERNÁNOEZ DíAZ

2) El carácter escultórico. Las escLUturas, en efecto, son o bras tridimensionales, ple-


namente escultó ricas debido a gue no están hechas para ser apreciadas sólo de
frente, sino gue desde cualquier ángulo gue se miren hay elementos gue iden-
tifican lo representado. En la obra gue se ilustra en la fi gura 9.2 la vista de perfil
exhibe con mayor claridad la deformació n craneana tabular erecta, la posición
sedente en cucl illas y la for ma de la curvatura en la parte media de la espalda indi-
ca gue es un anciano, no un individuo deforme po r padecimiento congénito. La
vista posterior muestra gue el artista continuó los detalles decorativos, como la
banda del tocado y las fo rmas relevadas en los ho mbros. La cualidad escultórica
reside igualmente en la interacció n entre los volúmenes y el espacio circ undante,
ya sea po rgue las extremidades se despegan del to rso y ampl ían el área ocupada o
po rgue el espacio atraviesa las fi guras.
3) El predominio de la temática humana en los volúmenes escultóricos, así como lo
anatómico y la vital idad. Se trata de un arte cuyo carácter realista radica en repre-
sentar un acervo propio del mundo físico o visible y carece de rasgos fantásticos.
N o obstante, debo enfatizar gue no se trata de réplicas inmediatas e instantáneas; a
di ferencia de las interpretaciones tradicio nales, sostengo gue los estereotipos y las
fó rmulas convencionales para figurarlos prevalecen en el desarrollo histórico de
este arte realista, en tal sentido, existen posturas, ademanes y actividades femeninos
y masculinosP Además sobresale como un arte eminentemente anatómico, dado
gue la exposició n del cuerpo desnudo o semidesnudo es omnipresente en las va-
riantes estil ísticas, si bien, es más preciso defini rla como una desnudez ornamentada
y con atributos de diverso tipo. Advierto gue lo anatómico trasciende la desnudez
y en especial se sustenta en el afán de plasmar la corporalidad: en la imitación de los
tonos, las consistencias y texturas de la piel humana resultan idóneas las cualidades
del barro; asimismo, el contorno redondeado de las formas participa en su realismo,
en la apariencia de voluminosidad incluso en aquellas piezas gue son más planas.

17
Un aspecto en el estudio de esrc arre es la oposició n realismo-realidad Veró ni ca H crnández D íaz. "Las
imágenes de la realidad en la cultura de rumbas de ri ro. Enrrc lo mo rral , la perpetuidad y las idcnridades
comunirarias~ en Los estal/tlos de la imagen. creación-manifestación-percepción, XXXVI Coloquio fntemacional de
Hi.rtoria del Arte. cds. Linda Báez y Emilie Carrcó n (M éxico: U AM-II E. 20 14).445-474.
9· EL ESTILO AMECA-ETZATLÁN DEL ARTE DE LA CULTURA DE LAS TUMBAS DE TIRO 141

Aunado a la exaltación de la corporalidad se halla la expresión de vitalidad con base


en ojos y boca abiertos, la separación de las extremidades del torso y la constante
asimetría de las posiciones.
4) La singularidad de cada obra. La técnica del modelado dotó a cada pieza de rasgos
diferentes; aun cuando es constante la repetición de las configuraciones las escultu-
ras pueden calificarse como piezas únicas.18 Por lo que toca a las vasijas, en algunas
de cuerpo semiesférico se nota el uso de un molde natural para construir la base:
una leve depresión central evidencia una cáscara dura de calabaza. Si bien, el aca-
bado predominante es a mano, la decoración también suele repetir esquemas, no
obstante, su manufactura les otorga notables peculiaridades.
S) Las vasijas con diseño abstracto. Las características del gran estilo se advierten en
su construcción como formas geométricas básicas que resultan adecuadas como
superficies plásticas. Sus siluetas involucran la esfera, el cilindro, el círculo y el pris-
ma cuadrado; están decoradas con motivos geométricos abstractos y sólo unos
cuantos figurativos esquemáticos y con ciertos elementos sobrenaturales. Las com-
posiciones son bilaterales, cuatripartitas, circulares concéntricas, radiales y asimétri-
cas; entre los motivos que presentan en común las del estilo Ameca-Etzadán con
otros de los estilos zonales, hay: puntos, círculos. círculos con puntos en el interior
o puntos que forman un círculo en cuyo interior hay un punto central. líneas rectas
y onduladas, triángulos, espirales, reticulado, tablero de ajedrez y varios tipos de cru-
ces. Los figurativos son acentuadamente esquemáticos y algunos tienen un carácter
fantástico; se presentan desde una perspectiva superior y remiten a serpientes con
una cabeza romboidal en cada extremo, sapos o ranas, reptiles bicéfalos y con extre-
midades serpentinas; acaso uno exclusivo del estilo que nos ocupa guarda pareci-
do con el ajolote; estos motivos siempre aparecen junto con los geométricos (figs.
9.3a-l). En consonancia con el uso de formas abstractas y fantásticas, en lo general
interpreto que estas imágenes no refieren una realidad física, sino una conceptual.
Más adelante abundaré en el tema.

18
En algunas esculruras huecas de mayores dimensiones se advicrrc el uso de moldes para consrruir parres
dd cuerpo. el acabado se hacía por medio del modelado.
14 2 VERÓ NI CA HE RNÁNDEZ D íAZ

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FIGURA 9.3. Algunos de los motivos geométricos y zoomorfos esquemáticos pintados


en las vasijas del estilo Ameca-Etzatlán, cultura de las tumbas de tiro: a) punto ;
b) círculo; e) círculo con puntos en el interior (motivo guachimontón); d) línea
ondulada; e) triángulo; f) espiral; g) reticulado; h) tablero de ajedrez; i) serpiente
bicéfala ; j) batracio; k) ajolote; 1) monstruo de la tierra.

Lo distintivo del Ameca-Etzatlán

Los rasgos que permiten agrupar en el estilo A meca-Etzadán vasijas y esculturas que
muestran respectivamente imágenes abstractas y realistas (figs. 9.1a y 9. 1b), son: la pasta
de grano fi no, compacto y de colo r gris claro que con frecuencia otorga una tonalidad
grisácea al engobe crema o blanquecino que le fue aplicado ; sobre éste se pintaron en
rojo. rojo y negro o café ciertas secciones; el negro o café aparece como pintura positiva,
negativa y fugitiva; las piezas fueron pulidas y brui'iidas; la calidad de la pasta y su lograda
cocción dieron origen a objetos sumamente macizos.
9· EL ESTILO AMECA-ETZATLÁN DEL ARTE DE LA CULTURA DE LAS TUMBAS DE TIRO 143

En la producción escultórica hay figuras huecas grandes y medianas, así como pe-
queñas y sólidas, cuyos formatos oscilan aproximadamente entre los 6 y 60 cm; predo-
minan las imágenes individuales de mujeres y hombres jóvenes maduros, algunos son
ancianos; a veces forman parejas unidas o las mujeres se acompañan de infantes. Como
parte del repertorio temático se hallan en cantidades mínimas los animales -cuyas espe-
cies además son muy limitadas e incluyen perros (fig. 9.4), trompetas de caracol marino y
venados-, las escenas de grupos de figuras humanas y las maquetas o formas arquitectóni-
cas que en el caso de este estilo carecen de habitantes.
Las variadas recreaciones de los humanos dan la pauta para asentar cómo los de-
memos característicos del estilo resaltan incluso en las obras que más se distancian de los
modelos anatómicos o presentan una manufactura menos detallada, quizás un formato
pequeño o de menor calidad técnica (figs. 9.Sa y 9.Sb). 19 Lo más distintivo son las cabezas
alargadas y rectangulares, invariablemente con deformación tabular erecta; la mayoría tie-
ne el cabello muy corto parecido a un gorro, a veces pintado de negro o con líneas incisas
que marcan cabellos y permiten inferir que los "gorros" plasman la cabellera como una
cubierta lisa; también se les ven mechones largos de cabello, tocados con bandas horizon-
tales o cruzadas, salientes con forma de abanico y cascos campaniformes. En los rostros
de las piezas huecas de mayor tamaño se modelaron en sutil relieve los arcos superciliares,
los ojos con párpados superior e inferior y los globos oculares; en las esculturas sólidas
sólo se resaltan los párpados con una ranura horizontal en medio. Cabe subrayar que en
las obras grandes y pequeñas la nariz es larga y delgada, vista de perfil es prominente, el
aplanamiento posterior de la cabeza acentúa su gran tamaño; los labios fueron hechos
con especial cuidado como formas relevadas y la mandíbula es sobresaliente. Los cuerpos
son robustos y con volúmenes sintetizados, es usual que en las figuras femeninas sentadas
sobre las piernas dobladas hacia atrás sólo esté sugerida la sección inferior de las piernas;
de otra parte, en las piezas con mayor detalle la indicación de los dedos y las uñas de ma-
nos ypies resulta diagnóstica de este estilo. Las que están paradas se ven firmemente apo-
yadas en plantas planas o con el arco levantado.

19
Con el propósiro de comparación se muestran dos esculcuras de parejas; la 9.5a se halla en una colección
privadayparece corresponder a una pieza de camaño mediano que supera los 30 cm de altura; mientras que
la 9.Sb mide alrededor de 1Ocm de altura.
144 VERÓNICA HERNÁNDEZ DfAZ

Los géneros se marcan con pocos atributos corpo rales: senos en el caso de las mu-
jeres y su ausencia o meno r abultamiento en los ho mbres, ambos pueden tener pezones;
si acaso se modelaron genitales masculinos y poco notorios. Si llevan indumentaria, las
mujeres visten falda y los ho mbres un pantalo ncillo corto; lo fem enino y lo masculino
también se dife rencian, como ya se anotó, po r las posicio nes del cuerpo, las actividades
que aparentan realizar, la mayoría de los o bjetos asociados y los ademanes.
Un o bj eto que comparten son las vasijas; po r lo general las muj eres colocan pe-
queños cuencos sobre un ho mbro o el abdo men y los ho mbres pueden tener grandes
recipientes entre las piernas y los toman con ambas manos. Las mujeres son las que más
se asocian con vasijas y en ellas un adem án distintivo consiste en tocarse un seno (fig.
9.1a). En cuanto a las actividades, lo bélico y tocar instrumentos musicales son exclusi-
vos de los ho mbres.
En el estilo Ameca-Etzadán es muy no table que las figuras masculinas y femeninas
compartan tipos de peinados, tocados, o rnamentos y las pequeñas pro tuberancias redon-
deadas en los ho mbros que interpreto como escarificacio nes que replican la corteza del
árbol pocho te.Z 0 Si muestran o rejeras es muy probable que se trate de pastillas circulares;
en ocasio nes hay collares con pendientes y bandas en brazos y piernas. La falda y el pan-
talo ncillo, o la mitad inferio r de los cuerpos, se pintaron de rojo; en las piezas de mayor
altura y huecas, las prendas se marcan además en relieve. El atuendo de los guerreros es re-
lativam ente más elabo rado: se agrega chaleco o armadura tubular y casco campanifo rme
con saliente perpendicular de abanico (fig. 9.6); en el tocado o sobre el "gorro" o cabello
de las mujeres predo mina la proyecció n de abanico transversal. D estaca que la o rnamen-
tació n o los detalles pintados o en pastillaje 21 son sobrios, incluso en las cabezas o figuras
grandes. Con frecuencia se ha perdido la pintura roja y en especial la negra; el negro se
usó para pintar las pupilas, sobre los labios y para trazar pintura facial -como un antifaz- y
corpo ral, tales como espirales en los senos femeninos (figs. 9.l a y 9.Sa). Cabe resaltar q ue
la paleta cro mática es limitada.

20
Esras protuberancias circulares en los ho mbros se ven rambién en las pi ezas de orros esrilos zonales. en
algunos se plasmaron com o formas planas pinradas. acorde con sus convencio nes parriculares. lgualmenrc
aparecen en csculruras humanas de orras culruras del Occidcnrc.
21
Esra récnica consisre en la sobreposició n de pequel'tas po rciones de pasra para formar derall es.
9· EL ESTILO AMECA-ETZATLÁN DEL ARTE DE LA CULTURA DE LAS TUMBAS DE TIRO 145

Como en los estilos Lagunillas, Ixdán del Río y San Sebastián, en el Ameca-Etza-
clán se distingue una variante con más apego a lo natural y otra con rasgos caricaturescos.
Desde mi perspectiva, entre los valores estilísticos y expresivos del arte escultórico de la
cultura de las tumbas de tiro resalta un énfasis en lo comunitario o la colectividad: las
obras pequeñas y grandes, las realistas o caricaturescas y sus variaciones intermedias co-
munican los mismos mensajes sustanciales, determinados conceptos que trascienden los
elementos que podrían señalar la jerarquía socioeconómica de los individuos figurados.
Dirijamos ahora la atención a las vasijas decoradas. Las del estilo Ameca-Etzadán
se caracterizan por la esbeltez de las paredes; los bordes de algunas, incluso de tamaño
considerable, llegan a tener apenas 2 o 3 mm de grosor; su consistencia dura produce a ve-
ces un sonido metálico cuando se golpean.22 Destacan los cuencos y cajetes, hay también
tecomates, bules o recipientes acinturados, cajas cuadradas con tapa. ollas y palanganas;
los cuerpos son lisos, suden carecer de soportes y de rebordes en las aberturas.
En cuanto a la decoración, los esquemas de las composiciones y la mayoría de los
motivos, anotados en el inciso 5 del apartado anterior, se miran también en otras variantes
estilísticas; en ese orden de ideas, los rasgos que otorgan peculiaridad a este estilo radican
en que la decoración siempre se ve pintada -no hay formas incisas ni esgrafiadas-, sobre
rodo se aplicó en el exterior y son muy distintivos los colores rojo sobre una base crema
o blanca.23 Algunos motivos son de este color claro y predominantemente se pintaron
~negativo, es decir, sobre la base crema o blanca el artista trazó con rojo su contorno, de
modo que lo no pintado es el diseño ; a veces ciertos motivos en negro o café alcanzan a
percibirse en negativo o fugitivo. Igualmente resaltan las imágenes lineales y configuradas
apartir de una cruz griega en recipientes semiesféricos, de éstas veremos algunas. No so-
bra decir que al igual que las esculturas, cada pieza es única debido al sello individual del
~farero ypintor en las múltiples etapas del proceso de creación.

22
Muchas de las características que anoto no corresponden con las piezas de carácter doméstico encontradas
enlas tumbas de ti ro y descritas por Galván, Las tumbas de tiro del wzlle, cap. IV. Para abundar en aspectos
materiales y técnicos, y en los tipos de las vasijas de este estilo, véase el estudio de Beekman y Weigand, La
urámictl arqueológica. .
23
Guarda parecido con el estilo Arenal. propio de la misma zona central de Jalisco; el color amarillento
dcla base lo distingue en particular del Ameca-Etzadán, además. éste muestra un bruñido más sobrio y.
comparativamente, menor finura en los trazos pictóricos.
146 VERÓNIC A H ERNÁNDEZ DíAZ

Para avanzar en su defini ció n estilística es necesario abo rdar lo iconográfico o temas
y conceptos expresados. A mi juicio, las imágenes en las vasijas materializan una realidad
abstracta, hacen tangible la idea que este pueblo m esoamericano tenía de la estructura
vertical y ho rizontal del universo. El po tencial plástico de las vasijas sirvió para expresar
la o rganizació n de un cosm os esférico?4 El cajete que se ilustra en la figura 9.1b es em-
blemático del estilo Ameca-Etzadán: más allá de la asociació n fís ica entre el recipiente
y la decoració n, en su significació n resulta imprescindible la unió n intrínseca de ambas
formas, la pictó rica y la tridimensio nal : un cuadrado enfat iza el centro, de sus vértices se
proyectan cuatro líneas que se curvan hacia la derecha y evocan el dinamismo del espacio
en una rotació n permanente, dado que la composició n se inscribe dentro de un orden
ci rcular determinado po r la vasija.
En ésta, como en o tras o bras, el nivel terrestre protagoniza la composició n: en el
reperto rio de mo tivos que lo simbolizan en el estilo Ameca-Etzadán se hallan la cruz grie-
ga. los diseños cuatripartitos, el tablero de ajedrez, el círculo con puntos en el interior y un
reptil bicéfalo con patas serpentinas que identifico como la renombrada entidad mítica
conocida como "m o nstruo de la tierra" (fi g. 9.31)25 Como se sabe, en el arte de M esoamé-
rica el quincunce es una convenció n típica para plasmar la o rganizació n ho rizontal del
nivel medio del universo, con su centro y los o tros cuatro puntos cardinales.Z 6 El diseño de
cruz dinámica recién descrito se ubica en esta categoría, así como o tros cajetes y cuencos
decorados con distintos grados de elabo ració n (figs. 9.6a-9.6e).

24
Veró ni ca H ernández Díaz. "La imagen del cosmos en la configuració n del paisaje en la culrura de las
rumbas de ti ro·: en Estética del paisaje m las Américas, XXXVII Coloquio lntemacioual de Historia del Arte, eds.
Lo uise Nocllcy David Wood (M éx ico: UNA M-II E.20 15). 14 1-165.
25
Sobre este animal fantásti co. así co mo la gran serpiente bicéfala. el batracio y ajo lote, entre otros animales.
véase: Veró ni ca H ernándcz Díaz, "La fauna y los em atos del cosm os en el arte de la culrura de las rumbas de
tiro del Occidente mcsoam ericano·: en Auimalística, XXXI/l// Coloquio lutemacioual rle Historia del Arte, eds.
Pablo Amado r y M aría Elena Ruiz (M éxico: U AM-ll E. en prensa).
26
Alfredo López Austin, lamoanchan y Tlalocau (M éxico: FCE, 1994). 189. Qyincunce es un término de
o rigen latín (guincunx) aplicado a una figura compuesta de cuatro puntos gue fo rman un cuadrilátero. más
otro punto en el ccmro.
9· EL ESTILO AMECA-ETZATLÁN DEL ARTE DE LA CULTURA DE LAS TUMBAS DE TIRO 147

El más simple consiste en dos líneas cruzadas (iíg. 9.7a); otra cruz está formada por
líneas paralelas que en su cruce enfatizan el centro (iíg. 9.7b); una vasija más muestra en
cada cuarto una sucesión de líneas curvas en un arreglo concéntrico que sugiere movi-
miento (iíg. 9.7c); y sin duda sobresale el cuenco en el que la cruz griega exhibe el diseño
del tablero de ajedrez (iíg. 9.7d). El cuadriculado remite a la piel rugosa de un reptil o
del monstruo terrestre; wu cruz integrada por cinco rombos en cada uno de los cuatro
segmentos de la vasija reitera la imagen quincuncial de la tierra geometrizada y ordenada;
una imagen más del espacio organizado es el círculo de puntos con otro en el interior que
se repite disperso y en pequeño formato, cabe llamarlo motivo "guachimontón':Z7 dada su
semejanza con la planta de los complejos arquitectónicos de planta circular y concéntrica.
En este cuenco igualmente se pintó el nivel inferior acuático: la composición está circun-
dada por una línea ondulada y enseguida, cerca del borde. hay una banda con una sucesión
del motivo zoomorfo que denomino "ajolote" ( iíg. 9.7 e): se pintó al negativo, tiene cabeza
triangular grande, cuerpo alargado con líneas corras a los lados como extremidades y una
ancha cola larga.
En otras vasijas el inframundo es el tema principal; a mi juicio, la entidad fantástica
que en este imaginario se asocia con las cualidades marinas de este ámbito es la serpiente
con una cabeza en cada extremo (iíg. 9.3i); el ámbito limítrofe con la tierra sude indicar-
se con animales con cualidades duales terrestres y acuáticas: los sapos o ranas y ajolotes
(figs. 9.3j. 9.3k). Las imágenes del inframundo marino pueden interpretarse también
como cielo nocturno, de acuerdo con la iígura de espejo que funciona entre los estratos
del cosmos. por ejemplo, la tierra como reflejo del cielo y a la inversa. En este simbolismo
paralelo son determinantes las formas semiesféricas y la movilidad de las vasijas: según se
acomoden, boca arriba o boca abajo. pueden constituir la bóveda celeste o el nivel infe-
rior del universo. Por tanto, detecto como un rasgo estilístico fundamental la profunda
integración conceptual entre las superiÍcies tridimensionales pintadas y las mismas imá-
genes pictóricas.

27
Coincido en ello, entre otros autores. co n Francisco Valdez. "La cultura material': 170.
28
E111mlosy molllmiassagradas:a1queo/ogía en El Cajón, Nayarit, exposición temporal en d Museo del Templo
Mayor, ciudad de México, octubre de 2006 a enero de 2007. El proyecto de salvamento fue dirigido por
Raúl Barrera.
148 VERÓNICA HERNÁNDEZ DfAZ

Comentarios finales sobre la importancia del estilo

Con seguridad el estilo A meca-Etzatlán gozó de gran prestigio fuera del centro jaliscien-
se. La escasa informació n de materiales hallados in situ y excavados científi camente impi-
de tener abundantes datos al respecto, no obstante los casos que presento debieron repli-
carse. De un lado, fue llevado al actual sureste de N ayarit: pude identificar varios cuencos
manufac turados en la zona central de Jalisco en una exposició n de materiales excavados
en el proyecto de salvamento arqueológico de la presa El Cajón;28 son al menos cuatro
cuencos con el exterior pintado en rojo sobre crema o blanco, y composiciones similares
a las descritas, que estaban integrados en ofrendas funerarias en las que abundan las escul-
turas y vasijas cerámicas de los estilos locales Ixtlán del Río y San Sebastián.
De otra parte, hacia el sur, el estilo Ameca-Etzatlán fue copiado: dos esculturas del
estilo Comala, del valle de Colima, demuestran que los virtuosos ceramistas de aquella
zona tuvieron dificultades para plasmar m odelos distintos a los habituales y que prevale-
cieron ciertas convencio nes del estilo colimense.
Se trata de una imagen femenina, una figuració n que además es atípica en el estilo
Comala (fig. 9.8a). D e éste, algunos rasgos característicos son la superficie en rojo o con
apariencia de mo nocrom ía al combinar el rojo con tonos parecidos, las superficies bri-
llantes por medio de un fino bruñido y la acentuada síntesis de los volúmenes; en conse-
cuencia los cuerpos suelen ser lisos y se minimiza el relieve y pastillaje. Además del tema, la
fig uración femenina del estilo A meca-Etzatlán, la pieza muestra la cabeza con apariencia
calva, las orejas rectangulares ado rnadas con pastillas redo ndeadas, el torso desnudo, los
senos abultados - notablemente fallidos-, la falda, el remarcado contraste de color entre
el rojo del cuerpo y el blanco de la indumentaria y el ado rno, y la indicación de los de-
dos de las manos y los pies. Los aplanados y asimétri cos senos evidencian el m odelado
infructuoso de fo rmas que resultaban ajenas en la escuela Comala, aún así, los pezones
responden al afán de reproducir el estilo emblemático de Jalisco.
La segunda escultura es una copia más fiel : es un hombre sentado en una posición
masculina recurrente en el estilo Ameca-Etzatlán ; entre los rasgos que le son propios so-
bresalen los dedos con uñas en manos y pies, en relieve el pantaloncillo corto y el tocado
con bandas cruzadas y saliente de abanico, los pezones y labios, así como los arcos super-
ciliares y los ojos con párpados inferiores y superiores y globos oculares (fig. 9.8b). Si bien,
el modelado se percibe rígido y la coloración rojiza revela el estilo Comala.
9· EL ESTILO AMEC A-ETZATLÁN DEL ARTE DE lA CUl1'URA DE lAS TUMIIAS DE T IRO 149

Este par de obras testimonia la valoració n de lo exógeno expresado en un estilo


que se imita, con seguridad en relació n con algún nivel de influencia de los valles lacus-
tres del centro de Jalisco, en el valle de Colima; indirectamente remite al tránsito de las
obras o de los artistas en el vasto territorio de la cultura de las tumbas de tiro, y asimis-
mo exhibe el peso del estilo local en la copia de o tro, en cuanto al condicio nami ento
estilístico de los artistas debido a que ciertos cánones determinaron las cualidades de
su producció n. !
321

Siglas y abreviaturas

AGN. Archivo General de la N ació n, M éxico


AGI. Archivo Ge neral de Ind ias, España
BAN. Biblioteca de la Asamblea N acio nal. Francia
BAV. Biblioteca Apostólica Vaticana, Vaticano
BNF. Biblioteca N acio nal de Francia
BUAP. Benemérita Universidad Autó no ma de Puebla, M éxico
BUB. Biblio teca de la Unive rsidad de Bolonia, Italia
Cernea. Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos, M éxico
Ceiich. Centro de Investigaciones lnterdisciplinarias en C iencias y Humanidades, M éxico
Cephcis. Centro Peninsular en Humanidades y C iencias Sociales. M éxico
CCJS. Centro C ultural Jaime Sabines, C hiapas, México
CIDHEM. Centro de Investigación y D ocencia en Humanidades del Estado de M orelos, M éxico
CIESAS. Centro de Investigacio nes y Estudios Superio res en Antropología Social. M éxico
CLB. Colección Latinoameri cana Benson, Estados Unidos
Colmex. Colegio de M éxico
Colmich. El Colegio de Michoacán, M éxico
Conaculta. Consejo N acio nal para la C ultura y las Arres, M éxico
Coneculta. Consejo Estatal para la C ultura y las Artes, C hiapas, M éxico
Ceiich. Centro de Investigaciones lnterdisciplinarias en C iencias y Humanidades, UNA M
CRIM. Centro Regio nal de Investigaciones Multidisciplinari as, UNA M
CUCSH. Centro Unive rsitario de Ciencias Sociales y Humanidades, UDG
Cusur. Centro Universitari o del Sur, UDG
DEA. Dirección de Estudios Arqueológicos, INA H
ENAH. Escuela N acio nal de Antropo logía e Historia, INA H
FCE. Fondo de C ultura Económica, M éxico
FFyL. Fac ultad de Filosofía y Letras, UNAM
IIA. Instituto de Investigaciones A ntropológicas. UNAM
IIE. Institu to de Investigaciones Estéticas. UNAM
IIF. Instituto de Investigaciones Filológicas, UNA M
IIH. Instituto de Investi gacio nes Histó ri cas, UNAM
INAH. Institu to N acional de A ntropología e Histo ria, M éxico
INBA. Insti tuto Nacio nal de Bellas A rtes, M éxico
322 SIGLAS Y ABREVIATURAS

INEGI. Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática, México


IN l. Instituto Nacional Indigenista, México
lnmujeres. Instituto Nacional de la Mujeres, México
MAS. Museo Arqueológico del Soconusco, México
MAT. Museo Arqueológico Tlallan, México
MAX. Museo de Antropología de Xalapa. México
MBAB. Museo de Bellas Arres Boston, Estados Unidos de América
MNA. Museo Nacional de Antropología, México
MML. Museo del Mundo de Liverpool. Reino Unido
MRAA. Museo Regional Arqueológico de Ameca, México
MRG. Museo Regional de G uadalajara, México
MRHC. Museo Regional de Historia de Colima, México
MSCH. Museo de Sirio de C ho lula, México
MSO. Museo de Siri o de Ocorelulco, México
MUARH. Museo Universitario Alejandro Rangel Hidalgo. México
MUM. Museo de la Universidad de Michigan, EUA
M un al. Museo Nacional de Arre, México
Muna. Museo Nacional de Antropología Dr. David). Guzmán
PUCP. Pontificia Universidad Católica del Perú
PUEG. Programa Universitario de Estud ios de Género, UNAM
SEP. Secretaría de Educación Pública, México
SMA. Sociedad Mexicana de Antropología
UAEM. Universidad Autónoma del Estado de México
UAT. Universidad Autónoma de Tlaxcala, México
UDG. Universidad de G uadalajara, México
UDLA. Universidad de las Américas, México
UJED. Universidad Juárez del Estado de Durango. México
UMSNH. Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo
UNAM. Universidad Nacional Autónoma de México
UNT. Universidad Nacional de Trujillo, Perú
398 FIGURAS A CO LOR DEL CAPÍTULO 9

FIGURA 9.1A. Escultura estilo FIGURA 9.1B. Cajete estilo Ameca-Etzatlán,


Ameca-Etzad án, Jalisco, cultura Jalisco, cultura de las tumbas de tiro.
de las tumbas de ti ro.

F IGURA 9.2. Anciano desnudo, tres vistas, estilo Ameca-Etzadán, cultura


de las tumbas de tiro.
F I GURAS A COLOR DE L CAPÍTULO 9 399

FIGURA 9.4. Perro estilo Ameca-Etzaclán, cultura


de las tumbas de tiro.

Pareja matrimonial, estilo


FIGURA 9 . 5A. Pareja matrimonial, estilo
FIGURA 9 .5B.
Ameca-Etzaclán, cultura de las tumbas Ameca-Etzaclán, cultura de las tumbas
de tiro. de tiro.
400 FIGURAS A COLOR DEL CAPÍTULO 9

FIGURA 9.6. Guerrero con lanza, estilo Ameca-Etzaclán,


cultura de las tumbas de tiro.

FIGURAS 9.7A, 9.7B, 9.7c,


9.7n, 9.7E. Vasijas del
estilo Ameca-Etzatlán con
diseños quincunciales,
cultura de las tumbas
de tiro.
fiGURAS A COLOR DEL CAPÍTULO 9 401

FIGURAS 9.8A Y 9.8B. Obras procedentes del valle de Colima que imitan
el estilo Ameca-Etzaclán, cultura de las tumbas de tiro.

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