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EL PEQUEÑO ABETO

«Era un abeto pequeño que se encontraba entre


otros abetos grandes en un espeso bosque. El
abeto de nuestro cuento se quejaba de que era más
pequeño que los otros y por eso tenía desventajas.
El hada de los bosques le preguntó qué le gustaría
tener, él le dijo que ser más alto y tener las hojas
anchas para que pudieran posarse los pajaritos y le
vieran todos los que visitaran el bosque.
El hada le concedió lo
que pedía pero
inmediatamente
sucedieron cosas que él
nunca había soñado:
vinieron las cabras del
bosque y se le comieron
casi todas las hojas.

El pequeño abeto se volvió a quejar y el hada le


quiso ayudar de
nuevo. "Me gustaría
tener las hojas
relucientes como el
oro para despedir
reflejos como el sol y
que me vieran de
lejos", dijo. El hada
se lo concedió pero
llegaron los ladrones y le robaron las valiosas
hojas.

Volvió a estar
triste y dijo: "Me
gustaría tener las
hojas suaves
como plumas
para poder
acariciar a todos
los que se ponen
a mi lado", pero
llegó el viento y con su fuerza le arrancó las hojas
y el pequeño abeto empezó a llorar.

El hada le explicó que en el mundo es muy


importante ser cada cual como es y no es necesario
ser el mejor y el más bello para ser feliz, que todo
tiene sus ventajas y sus inconvenientes y que un
abeto pequeño es tan importante y valioso como
uno grande.
El pequeño abeto sonrió y agradeció al hada su
consejo, a partir de entonces fue feliz».

FIN

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