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Cuento infantil

Autor: Fernando Lee

EL MONSTRUO DEL PANTANO

Luis y Rebeca eran unos niños muy especiales, iban a la misma escuela e iban en el mismo

salón, en apariencia eran como cualquier otro niño, pero a Luis y Rebeca les gustaban los

misterios.

Un día les dejaron de tarea hacer un trabajo acerca de los pantanos, tenían que hablar acerca

del clima, la fauna y la vegetación que suele haber en los pantanos.

-Vamos a tener que buscar toda la información en la Internet- dijo Luis.

-Si, gran parte de la información la tendremos que sacar de la Internet- afirmo Rebeca- pero

podemos ir a donde hay un pantano para sacar algunas fotografías.-

-Aquí en la ciudad no hay pantanos-

-Ya lo se- contesto Rebeca- pero tengo un tío que vive cerca de uno.-

-¿No será muy peligroso?-

-No seas miedoso, ¿qué nos podría pasar?-

-¿Qué tal si nos sale un cocodrilo o algo así?-

-No te preocupes tanto- dijo Rebeca- mi tío va a estar con nosotros en todo momento.-

-Esta bien, yo le pido a mi papá que me preste su cámara fotográfica- dijo Luis muy poco

convencido.

-¿Es digital?-

-Por supuesto, mi papá por fin se quiso modernizar después de rogarle un montón- dijo

Luis con orgullo.

-Mis papas todavía usan cámara de rollito, luego vamos a mi casa para bajar las fotos a mi

computadora y para editar e imprimir el trabajo- dijo Rebeca.


-¿Cuándo iríamos al pantano?, tengo que hablarlo con mis padres.-

-Hoy mismo le hablo a mi tío para que nos espere el próximo fin de semana.-

-Genial- dijo Luis después de hacer una cuenta mental- tengo tres días para convencer a mi

padre para que me preste su cámara.-

-Y mas te vale convencerlo, sin cámara no va a tener mucho sentido nuestro viaje.-

El viernes después de clase Luis acompaño a Rebeca a su casa, se metieron a la Internet e

investigaron todo lo posible sobre los pantanos, luego pasaron la información a un

cuaderno, cuando ya tuvieron todo listo lo pasaron a la computadora y le pusieron algunos

mapas señalando las regiones del mundo en la que había pantanos.

-Listo- dijo Rebeca- nada mas nos faltan las fotos que tomemos ahora que vayamos con mi

tío, ¿conseguiste que tu padre te prestara la cámara digital?.-

-Conseguí algo mejor- Luis saco de su mochila una caja y se la mostró a Rebeca- mi padre

me compro una cámara para mi solito.-

-¡Que padre!- Rebeca agarro la caja y la puso sobre su escritorio, Rebeca apago su

computadora y abrió la caja- ¿Ya la usaste?.-

-No, todavía no; ni siquiera la e sacado de su empaque, quise esperar a estar contigo para

que entre los dos pudiéramos leer el instructivo y ver como funciona la cámara.-

-Guau, increíble- dijo Rebeca después de sacar el instructivo y de leer la pagina en donde

decía las características de la cámara- tiene 7 mega píxeles y zoom óptico 4x.-

Luis saco la cámara de la caja y la reviso.

-No nos va a costar mucho trabajo, se ve que la cámara es muy fácil de usar- dijo Luis.

-Tienes razón- dijo Rebeca- la cámara tiene pocas opciones, prácticamente es de apuntar y

disparar.-
Rebeca saco todo lo que faltaba de la caja, la batería recargable, el cargador de la batería, el

cable para conectar la cámara a la computadora y el CD con los programas necesarios para

poder pasar las fotos de la cámara a la computadora.

Al día siguiente los padres de Luis llevaron a los dos niños a la terminal de autobuses y

esperaron hasta que vieron a ambos niños subir al autobús que los llevaría a su destino y

varias horas después, el autobús llego a su destino, hacia mucho calor, los dos niños

comenzaron a sudar en abundancia tan pronto se bajaron del autobús.

-¡Tío Miguel!- Rebeca corrió hacia un hombre que estaba de pie en la sala de llegadas de la

terminal y lo abrazo.

Un rato mas tarde llego Luis con las mochilas y miro al hombre de pies a cabeza.

-Tío Miguel, él es mi amigo Luis-

-Hola, ¿cómo estas?- el tío de Rebeca le estrecho la mano a Luis con fuerza y cuando el

hombre le soltó la mano, Luis tuvo que darle un masaje con su otra mano.

-Muy bien, ¿y Usted?-

-También bien, si ya están listos es hora de irnos para que les alcance el tiempo de hacer lo

que tengan que hacer.-

-Le aseguramos señor que no le vamos a molestar mucho, ni siquiera se va a dar cuenta de

que andamos por ahí- dijo Luis.

El grupo se subió a una camioneta destartalada y el tío Miguel la condujo por casi una hora

hasta que llegaron a su casa. La casa del tío Miguel estaba en medio del pantano, no se

alcanzaban a ver otras casas y la única forma de salir de ahí era por el camino estrecho de

terraceria por el que habían llegado, el grupo se bajo de la camioneta y se acercaron a la

casa y se detuvieron al ver que en la puerta de madera había una nota clavada con un
cuchillo, Luis miro a Rebeca preocupado mientras que el tío Miguel se acerco a la puerta,

desclavo el cuchillo y leyó la nota.

-Si, hay alguien que me quiere asustar para que deje mi casa.-

-Es una broma, ¿verdad?- dijo Luis- no se vaya a ofender, pero ¿quién podría estar

interesado en una casa en medio de un pantano?-

-No lo se- El tío Miguel miro el suelo y vio algo.

Los dos niños se acercaron al hombre para ver que es lo que miraba, se trataba de una

huella como de reptil, el problema era que la huella era muy grande como para ser dejada

por un reptil común y corriente.

-No es posible- dijo el tío Miguel- la leyendo resulto ser cierta.-

-Espere, ¿de que esta hablando?- pregunto Luis- no me diga que hay un cocodrilo mutante

suelto en el pantano.-

-Me temo que es algo serio, la leyenda dice que en este pantano hay un monstruo mitad

humano y mitad cocodrilo.-

-No te preocupes tío, todo debe de ser una broma de algún chistoso- dijo Rebeca.

-Eso espero- el tío Miguel abrió la puerta y les mostró a los niños la habitación que podían

ocupar.

-¿No te parece raro que alguien quiera asustar a tu tío por un lugar como este?- pregunto

Luis cuando estuvieron solos.

-Esto tiene una gran ventaja- dijo Rebeca con una gran sonrisa.

-No, no, no, no empieces a querer hacerla de detective- dijo Luis temiendo lo peor al

conocer que a su amiga le encantaba todo sobre resolver misterios- nosotros estamos aquí

nada mas para tomar fotografías, ¿recuerdas?.-

-Tenemos que ayudar a mi tío, así que voy a salir a investigar, ¿vienes?.-
-Esta bien, ya veo que a ti no hay forma de persuadirte- Luis agarro su cámara digital, le

puso la tarjeta de memoria y la batería y siguió a su amiga al exterior de la casa.

Los dos niños se pusieron a revisar la tierra en busca de mas huellas o de alguna pista.

-Mira lo que encontré- grito Luis y extendió la mano para que Rebeca viera lo que había

recogido del suelo, se trataba de una escama como de pescado.

-Muy interesante- Rebeca agarro la escama que era verde oscuro, muy suave al tacto y

flexible, luego la guardo en un bolsillo de su camisa.

Luis tomo algunas fotografías, a pesar de que no era un fotógrafo profesional, logro unas

muy buenas tomas.

-Rebeca, mira hacia allá.-

La niña miro hacia donde miraba su amigo, a unos metros de donde estaban ellos, había un

hombre con sombrero de vaquero, pantalones de mezclilla y una playera blanca sucia, el

hombre los miraba fijamente.

-Oiga Usted- grito Rebeca- ¿podemos hablar con Usted?-

El hombre no respondió y se echo a correr, Rebeca corrió tras el hombre.

-Espera, ¿qué crees que haces?- pregunto Luis- puede ser peligroso.-

Luis corrió tras de su amiga para intentar detenerla, no podía creer que Rebeca estuviera

haciendo semejante tontería, pero llego el momento en que la tierra se convirtió en lodo

impidiendo que los niños avanzaran con rapidez por lo que el hombre, acostumbrado a ese

terreno, logro escapar.

Rebeca se dio por vencida y se detuvo, Luis llego a su lado, los niños respiraban con

dificultad por el esfuerzo y por el calor sofocante al que no estaban acostumbrados, en ese

momento, de un estanque lleno de agua color marrón salio una criatura, era un cocodrilo el

cual caminaba sobre sus dos patas traseras y cuyo cuerpo estaba cubierto con las escamas
iguales a la que habían recogido afuera de la casa del tío Miguel, la criatura rugió con

fuerza mientras se acercaba a los niños; Rebeca le arrebato la cámara a Luis y le tomo una

foto a la criatura.

-Corre- ordeno Rebeca.

-No sin ti-

Rebeca apago la cámara y se echo a correr seguida de Luis; los niños lograron reunir

fuerzas para correr sin detenerse hasta que llegaron a casa del tío de Rebeca, se encerraron

en su habitación y se dejaron caer sobre el suelo, Luis estaba pálido, había sido mucho el

susto para él.

-Debe de haber una explicación lógica- dijo Rebeca.

-Seguramente el área es radioactiva y el cocodrilo que vimos es una mutación.-

-Vamos a salir a investigar.- sugirió Rebeca.

-No con esa cosa afuera.-

-Por la forma en que se movía la criatura te aseguro que no es lo que aparenta.-

-¿De que hablas?, tu viste al monstruo con tus propios ojos.-

-Pues me voy con o sin ti- Rebeca se puso de pie y salio de la habitación, a Luis no le

quedo remedio mas que ponerse de pie y seguir a su amiga quien ya estaba husmeando en

la habitación que según Luis debía de ser el dormitorio del tío Miguel.

-¿Qué haces?- pregunto Luis sorprendido- no puedes andar husmeado en la habitación de tu

tío, que tal si llega y nos descubre.-

Rebeca se limito a señalar una ventana y luego el suelo, Luis se fijo y en el suelo había una

huella de la criatura y en la ventana estaba atorada una escama de la criatura.

-O no- exclamo Luis- la criatura se a llevado a tu tío.-


-No creo que exista tal criatura- Rebeca examinaba la escama- acércate y compruébalo por

ti mismo.-

Luis hizo lo que le pidió Rebeca y examino la escama la que tenia un pedazo de hilo verde.

-No puede ser- dijo Luis- se trata de un disfraz, pero ¿por qué?, ¿por qué hacer todo esto?-

-Debe de haber algo de valor en este lugar y alguien lo quiere, tenemos que investigar.-

Luis agarro la escama para examinarla mejor y luego se la acerco a la nariz, Luis dio un

paso hacia delante, pero se tropezó con algo y se cayo al suelo produciendo un gran ruido

en el piso de madera.

-¿Te encuentras bien?.-

-Si, gracias- Luis se daba un masaje en una rodilla.

-Cuando te caíste se produjo un sonido como a hueco, escucha- Rebeca golpeo el piso con

un pie- es obvio que hay un sótano secreto.-

Los dos niños buscaron una puerta o alguna forma de entrar al sótano.-

-No hay forma de entrar- Luis se recargo en el escritorio del tío Miguel y puso una mano

sobre una figura metálica en forma de cocodrilo, la figura se movió y del piso se abrió una

puerta pequeña.-

-Luis, eres un genio- dijo Rebeca riendo y luego la niña se acerco a la entrada y presto

atención por si escuchaba algo.

-Toma- Luis le entrego una lámpara de mano a su amiga.

Los dos niños bajaron por unas escaleras de madera y Rebeca busco un interruptor y al

encontrarlo encendió una luz, en el suelo estaba el hombre que habían visto afuera, estaba

atado de pies y manos y también estaba amordazado, junto a una pared había una montaña

de lingotes de oro. Luis fue a cerrar la puerta.


-Ayúdame- Luis se acerco al hombre y deshizo el nudo de las manos mientras que Rebeca

se encargaba de la cuerda de los pies, cuando el hombre estuvo libre, él mismo se quito la

mordaza de la boca.

-Gracias- Dijo el hombre.

-¿Quién es Usted?, ¿y que hacia hace rato espiándonos?- quiso saber Rebeca.

-Soy policía federal- el hombre saco su identificación y se la mostró a los niños- teníamos

información de que en este lugar se tenia oro robado y que estaba a punto de ser vendido en

el mercado ilegal.-

De repente se escucharon ruidos desde el piso de arriba, el hombre hizo una señal para que

los niños guardaran silencio.

-Tengo un plan- dijo Rebeca en voz muy baja y les explico su plan a los otros, Luis apago

la luz y se coloco escondido debajo de las escaleras y el grupo espero pacientemente.

Al poco tiempo la puerta se abrió y se escucharon unos pasos bajando las escaleras con

lentitud, luego la luz se encendió, era la criatura del pantano, era tiempo de iniciar con el

plan, Luis que seguía escondido debajo de las escaleras de madera salio de su escondite y

se puso de rodillas atrás de la criatura mientras que el policía corría hacia la criatura

seguido de Rebeca que iba armada con un trozo de madera; el policía empujo a la criatura,

la que se tropezó con Luis, la criatura cayo al suelo, Rebeca llego justo a tiempo cuando la

criatura intentaba levantarse y la golpeo en la cabeza con el pedazo de madera, la criatura

perdió el conocimiento, el grupo aprovecho para amarrarla de pies y manos y la sentaron en

un rincón.

La criatura comenzó a moverse y el policía agarro a la criatura de la cabeza y jalo con todas

sus fuerzas hasta que la cabeza se separo del traje de cocodrilo.


-¡Es mi tío Miguel!- Rebeca no estaba muy sorprendida, mas bien estaba algo triste- ¿por

qué?-

-Tenia que entregar todo ese oro mañana e invente lo del monstruo para asustarlos y así se

fueran antes de tiempo- explico el tío Miguel.

-Si íbamos a estorbar, ¿entonces porque accedió a recibirnos este fin de semana?- quiso

saber Luis.

-Tu no conoces a Rebeca, es muy persuasiva y muy persistente, no me hubiera dejado en

paz hasta que le dijera que si podía venir-

En ese aspecto se equivocaba el tío Miguel, porque Luis si sabia lo persistente que podía

llegar a ser Rebeca.

-Este lugar era ideal para esconder el oro y lo hubiera logrado vender de no ser por ustedes

dos- dijo el tío Miguel con amargura.

El tío Miguel fue llevado a la cárcel y de regreso a la ciudad, Luis y Rebeca terminaron su

trabajo escolar, el cual fue un verdadero éxito.

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