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Estefanía Laverde Becerra

2°A de Bachillerato
C.C.E.E. Reyes Católicos
Unas palabras de agradecimiento

Pensé que escribir esta carta sería muy difícil al principio, pero al irla redactando me
di cuenta de que solo debía recordar algo que he escuchado toda mi vida: “este
trabajo de militar es sólo para los hombres, ya que ellos son los que tienen fuerza y
mentalidad para este oficio tan duro”.
Así que, interesada en el tema, comencé a leer sobre tus grandes hazañas, una de
las más relevantes es lograr entrar a la armada en 1988, abriéndote camino entre
una mentalidad tan errónea y normalizada.
Leí sobre los maltratos y las burlas, la discriminación y el desprestigio que se le
tenía a las mujeres en el ejército, a las cuales se les había relegado desde nacer a
otros menesteres, y que, gracias a tu empuje como mujer, tu audacia como militar
y a tu valentía y estrategia como guerrera pudiste demostrar como no hay oficios
para cada género, solo metas, desafíos y pensamientos que esperaban a ser
superados, así como tú lo hiciste.
Hoy, te escribo para agradecerte, por ser un ejemplo para muchas que deseamos
seguir tus pasos sin miedo, así como por mostrarnos como es posible alcanzar la
igualdad en el ámbito que nos propongamos. Definitivamente, todas las limitaciones
y los miedos a lo desconocido se encuentran en la mente, pero si es posible
sobrellevarlos.
Ese uniforme que usas diariamente es un orgullo para todos aquellos que te vemos
ejercer tu trabajo cada día. Estamos orgullosos de esa militar, madre, hija, esposa
y amiga que eres.
Finalmente, quiero reiterarte mi agradecimiento por permitirme dormir tranquila,
saber que mi país está a salvo gracias a ti y que darías hasta tu vida por nosotros,
así como nosotros te damos nuestros corazones. Tus proezas me hacen sentir más
valiente y tan capaz como cualquier otro.
Gracias.

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