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¡El aguijón de no perdonar!

Uno de los órganos más curiosos de una abeja es su aguijón. En realidad, es un aguijón
doble, ya que está formado por dos estiletes encerrados en un estuche, comunicados con la
glándula encargada de elaborar el veneno.

Una vez elaborado, se va acumulando en una cavidad situada en la base del aguijón, de modo
que, cuando éste funciona, el líquido venenoso es depositado en la herida que produce el
aguijón.

El veneno del aguijón de abeja: Cuando una abeja hace uso de su aguijón, inyecta el veneno
elaborado por dos glándulas independientes. Una de ellas se encarga de producir materia
ácida, mientras que la otra produce materia alcalina. La influencia molesta del veneno que
produce la abeja se debe a la mezcla de estos dos tipos de materia, ya que cada una de ellas
por separado no ocasiona molestia ninguna. Además, la cantidad de veneno inoculado es
prácticamente insignificante, ya que es de aproximadamente treinta cienmilésimas de gramo.
Por ello, si el número de picaduras es abundante, no sólo pueden ocasionar dolor y malestar,
sino que pueden producir la muerte de la persona o animal. Por suerte, esto se produce en muy
pocos casos. La razón por la que la picadura de abeja puede producir malestar, es que la
acción del veneno provoca una perturbación sobre el sistema nervioso, creando ansiedad que
afecta al corazón en su acción inervadora motora, pudiendo llegar a paralizarlo.

Ahora bien, acaso he venido a hablarles de apicultura? Pues de repente sí, pero esto sería una
apicultura espiritual o emocional! ¿ Y por qué les digo esto? Resulta que en el transitar por
esta vida, nada fácil por cierto, pero con la ayuda de Dios, cada día aprendemos y salimos
victoriosos; nos conseguimos con personas que las heridas hechas en su corazón por algún
desamor, traición, golpe emocional o cualquier situación que les haya lacerado el alma, han
sido picados por algún hombre y/o mujer, en cada caso y cada vez que trae a colación ese
golpe traidor, el aguijón aparece con su veneno incluido que corre por el sistema emocional
hasta llegar a paralizar la alegría, el perdón, la tolerancia, la paz, la convivencia, entre otros, y
por último produce la muerte del corazón que en resumidas cuentas es el amor!

Tremendo esto, por eso es necesario y urgente sacarnos ese aguijón, en pocas palabras,
perdonar a quien nos haya agraviado, permitirle a Dios que nos libere de la falta de perdón y
así esa amargura que te hace sentir frustrad@ y no te deja ser feliz, saldrá de tu vida para
siempre, aprenderás a ver la vida con una óptica diferente y tu entorno cambiará en la medida
que tú perdones y empieces también a cambiar.

Dios te bendiga rica, apretada y remecidamente, y recuerda que “SI SE PUEDE”.

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