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HAMLET – WILLIAM SHAKESPEARE

Es un texto epónimo, se publica en 1601 y se estrena en 1603. En Hamlet se da una mezcla de géneros que no se daba en el
teatro clásico: es una mezcla del humor y la tragedia, lo absurdo y lo racional. Por eso Shakespeare fue uno de los mejores
dramaturgos. Organiza la obra en 5 actos, como se hacía en el teatro romano. El drama de Shakespeare se sostiene solo con
el texto y la capacidad actoral. Esta obra toma como fuente las Crónicas de Holinshed.
Para Spencer la obra dramática de Shakespeare, en su totalidad, fue estructurada en torno de la situación
profundamente conflictiva que aquejaba el pensamiento de su época. Hamlet es la tragedia de la duda frente a la
elección de los valores. La duda si actuar o no, sobre si mismo, sobre las personas, sobre mundo. Podemos decir que es
como bucear en la naturaleza humana, tiene aspectos muy contemporáneos. Sólo importa una cosa –escribe Kott-:
alcanzar a través del texto de Shakespeare nuestras propias experiencias, los temas y la sensibilidad de
nuestra época. Hamlet es como una esponja, absorbe de inmediato la contemporaneidad.
Hamlet es el príncipe de Dinamarca, un hombre joven de unos treinta años, que está de luto por dos razones: la muerte de
su padre y el matrimonio de su madre con su tío, lo cual él considera como una traición a su padre. Hamlet demuestra gran
lealtad y honradez hacia su padre, tanto que lo compara con Hiperión, el dios del sol. A lo largo de toda la obra, desde el
momento en que se entera de que su padre ha sido asesinado, busca la venganza porque el espectro de éste se lo pide. En el
transcurso de la obra intenta encontrar el momento oportuno de asesinar a su tío Claudio, y así vengar a su padre, pero duda
mucho en llevar a cabo la acción. Shakespeare contrasta el carácter dubitativo de Hamlet con el de su tío Claudio, quien
actúa rápidamente y con firmeza.

Primer monologo: el monologo del suicidio.


Es el príncipe de Dinamarca, hombre joven, de unos treinta años, además va de luto, por dos razones; la muerte de su padre
y el matrimonio de su madre con su tío, ya que él considera que eso es una traición a su padre.
Hamlet tiene un carácter dolido, desilusionado, quizás hasta frustrado, ya que él iba a ser el heredero del trono, tenía a sus
padre e incluso iba a tener al amor de su vida, Ofelia, pero unos meses después en un solo instante todo cambia y es como si
todo se desplomara sobre él, es un dolor demasiado grande para superarlo, sobre todo, cuando se entera que el asesino de
su padre vive con su madre y con él.
Demuestra gran lealtad y honradez hacia su padre. Es muy inteligente, aunque todo el mundo lo cree un loco. A lo largo de
toda la obra, desde el momento en que se entera de que su padre ha sido asesinado, busca la venganza porque el espectro
de éste se lo pide. En el transcurso de la obra intenta encontrar el momento oportuno de asesinar a su tío Claudio, y así
vengar a su padre. Muestra un carácter de obsesión, por la necesidad de la venganza, se divierte al saber que todos lo creen
loco y su supuesta locura le permite descubrir muchas cosas, que él considera importantes.
Hamlet, a lo largo de la obra va desarrollando una serie de sentimientos y viviendo emociones que lo afectan
psicológicamente, por lo que podemos notar una cierta confusión de Hamlet a través de sus monólogos. En el monologo dice
cosas que a los demás no puede decirles, lo transmite a los espectadores. A lo largo de todo el monólogo aparecen
exclamaciones como “Oh”, “Ah” que demuestran el claro sufrimiento del personaje.
En el primer monólogo, podemos notar a un Hamlet adolorido, pero no físicamente, sino que adolorido por la reciente muerte
de su padre, el Rey Hamlet, cuya muerte es misteriosa aún, y quizá lo que lo lastima, lo hiere más es la “mala” actitud que
tuvo su madre. Está molesto con la rápida decisión de su madre Gertrudis de casarse con el hermano de su padre, Claudio, a
menos de un mes de haber muerto su esposo. Ve a su madre como una necesitada, a su tío como un sátiro y a su padre
como un Dios del sol. “Fragilidad, tienes nombre de mujer” la mujer cambia de parecer con mucha facilidad. No hubo tiempo
para que los zapatos de su padre se deterioraran y ella ya está con otro. Antes de dejar de llorar, ya se casó nuevamente. Él
todo o metaboliza, lo exagera. No puede expresarse, su padre fue asesinado y él tiene que tener pruebas.
El príncipe da a conocer sus sentimientos ante dicha realidad: se muestra molesto, y esa molestia pasa a ser angustia, por
lo que llega a desear morirse: por las leyes de la naturaleza (quiere desaparecer como “partículas por el aire”), o por el
suicidio, lo que demuestra que es capaz de violar las leyes Divinas con tal de terminar con tanto dolor, con tanto sufrimiento,
con la angustia que sentía, dando a entender que Dios tiene la culpa o porque dejo pasar eso, pero lo dice indirectamente.
Basado en su experiencia demuestra también su molestia por el mundo en general, por toda la corrupción existente entre las
personas (“El mundo es un gran jardín de hierbas sin escardar”). Hay una ironía muy grande, Hamlet habla desde su dolor.
En resumen, por medio de este monólogo, Hamlet se muestra adolorido, angustiado y herido por la traición de su madre. El
crítico Bradley dice ver al héroe sumido en un estado de melancolía que lo devora y aniquila como una
enfermedad, que es en definitiva el principal misterio trágico de la vida.

Segundo monólogo: el monólogo del teatro.


Hamlet es el príncipe de Dinamarca, un hombre joven de unos treinta años, que está de luto por dos razones: la muerte de
su padre y el matrimonio de su madre con su tío, lo cual él considera como una traición a su padre. Hamlet demuestra gran
lealtad y honradez hacia su padre, tanto que lo compara con Hiperión, el dios del sol. A lo largo de toda la obra, desde el
momento en que se entera de que su padre ha sido asesinado, busca la venganza porque el espectro de éste se lo pide. En el
transcurso de la obra intenta encontrar el momento oportuno de asesinar a su tío Claudio, y así vengar a su padre, pero duda
mucho en llevar a cabo la acción. Shakespeare contrasta el carácter dubitativo de Hamlet con el de su tío Claudio, quien
actúa rápidamente y con firmeza. Esto se puede ver en el segundo monólogo, donde, tras presenciar una obra de teatro,
Hamlet reflexiona sobre cómo un actor, sin tener turbación interna de algún tipo, es capaz de alterar su apariencia externa al
extremo de palidecer o llorar. Lo llamativo de este monologo es que Shakespeare realiza una critica al teatro y la actuación en
general sirviéndose de una obra teatral misma. Utiliza esto para comparar cómo, a diferencia de los actores, a pesar de ser
tan profunda su angustia y sufrimiento, Hamlet es incapaz de dramatizar su dolor, e incluso se muestra dudoso a tomar una
acción, a llevar a cabo la venganza requerida por el espectro de su difunto padre. Hay varias teorías con respecto a la razón
por la cual Hamlet aplaza la venganza. La primera es que Hamlet teme a las circunstancias externas, tales como los riesgos
de seguir adelante teniendo sólo la palabra de un fantasma por ello, la necesidad de llevar al rey a la justicia pública y por lo
tanto la necesidad de exponer la culpabilidad del rey ante todo el corte, etc. Bradley dice que esta teoría puede ser
acertada si no se lee la obra, ya que al leerla podemos ver que Hamlet nunca describe los obstáculos externos
para llevar a cabo la muerte de su tío, es mas, se supone que tiene derecho a tomar la justicia en sus manos y
además nunca se habla de la necesidad de llevar a Claudio frente a la justicia publica.
Una segunda teoría atribuye el aplazo de llevar a cabo las instrucciones del espectro a sus escrúpulos morales. Hamlet es
inconscientemente ambivalente sobre asesinar a su tío ya que por un lado se ve a su mismo como un cobarde por no poder
hacerlo, y por otro lado se ve como alguien demasiado puro de espirito como para llevar a cabo ese acto tan frío. Por un lado
sabe que le pesaría en la conciencia asesinar a su tío y por otro sabe que hacerlo es su deber moral. Bradley dice que: "en
lo más profundo de su naturaleza, y sin saberlo él mismo, había un rechazo moral a la acción".
Como respuesta a estas teorías, Bradley propone que Hamlet aplaza la muerte de su tío porque está sumido en un estado
de melancolía que lo devora y aniquila como una enfermedad, que es en definitiva el principal misterio trágico
de la vida. Por esto se dice que Hamlet, además de ser la tragedia de la duda, es la tragedia de la melancolía. Esta
melancolía no era un estado de ánimo, o un exceso de reflexión, sino una depresión temporal que lo paraliza en un desprecio
de todo: el mundo, su familia, y él mismo. Esta depresión fue causada por todos los cambios que se dieron repentinamente
en su vida por los cuales el se encuentra dolido, desilusionado, quizás hasta frustrado, ya que él iba a ser el heredero del
trono, tenía a sus padres juntos, no se había desilusionado de su madre, e incluso iba a tener al amor de su vida, Ofelia, pero
unos meses después en un solo instante todo cambia y es como si todo se desplomara sobre él, es un dolor demasiado
grande para superarlo, sobre todo cuando se entera que el asesino de su padre está casado con su madre y es su mismo tío.
Para Bradley, este disgusto por la vida y todo lo que contiene -incluido él mismo-, un disgusto que varía en
intensidad, llegando a veces a un deseo de muerte, o estancándose a veces en ligera apatía, lo explica todo. No
solo explica sus estallidos de energía y su irritabilidad, sino que también explica sus arrebatos de emociones transitorias, casi
histéricas (por ejemplo sus deseos de suicidio). Esta depresión no permite a Hamlet tomar una decisión lucida y su falta de
voluntad de vengar a un padre honrado lo hacen caer aun más en esta consumante melancolía.
El monologo se concluye con la idea que se le ocurre a Hamlet al final del mismo: contratará actores que representen el
homicidio descrito por el espectro para observar la reacción de su tío y de este modo, además de reafirmar la sospecha,
ganar nueva confianza e impulso para efectuar su venganza.

Tercer monólogo: Monologo de la duda


Luego en el tercer monólogo dice la frase más famosa de la literatura universal: “SER O NO SER, ESA ES LA CUESTIÓN”. Aquí
el personaje resume todos los problemas que lo rodean.
Al analizar dicho monólogo podemos notar el problema existencial que carcome al príncipe: la duda, la confusión, la
inestabilidad, de cómo debe vivir, actuar, comportarse frente a los demás. Nuevamente se maneja el Ser y el Parecer. Él
parece ser lo que en realidad no es (parece ser loco, pero no lo es). Pone a la luz la problemática que trata toda la obra, que
se encuentra englobada toda la existencia del hombre en general. El personaje representa el dilema de la existencia del
hombre, que no tan solo esta relacionado a la época en la que trascurre la obra, sino también al hombre como ser humano
en general y esta conexión y similitud con el hombre actual (Hamlet esta representando constantemente el presente; por esto
mismo, es, además, un clásico).
En cuanto al dicho de Ser o No Ser, Hamlet esta referido por un lado a la muerte y a la vida, por lo que se podría decir que
Ser es vivir y No Ser es morir; pero él no solo esta hablando de suicidio y quitarse la vida, sino que además profiere sobre
otra cuestión que le faltaría. Esta ultima cuestión, sería que es Ser para Hamlet se basa en los mandatos que recaen en su
persona y el No Ser abstenerse de aquellos mandatos.
Pese a esto, todos Somos alguien antes de elegir, pero sino elegimos No Somos. Si él elige No Ser es el suicidio (y de allí la
aparición del miedo), o el no actuar (renunciar al mandato que él debe hacer para si mismo, elegir otra cosa quizá le
implicaría tomar un valor tan grande como el del suicidio).
Además el dilema que tiene el personaje, es que la idea del Ser ya viene previamente promulgada por lo que no puede
escapar; Hamlet en ese sentido es un personaje moderno que duda mucho, piensa, tiene conciencia (en esa época no se
dudaba tanto).
Hamlet Era si mataba a su tío; si lo asesinaba si cumplía el mandato social, abandona el campo de la duda, Hamlet Es. Si
sigue en la agonía de no tomar la decisión, dando vueltas a la cuestión, queriendo saber cual es la verdad; sabiendo
íntimamente cual es la verdad pero no reconociéndola completamente porque duda, porque tiene miedo (la conciencia nos
convierte en cobardes); si es por eso él No Es. La única forma que él tiene de Ser, como persona, como rey; es seguir el
mandato del padre y de la familia (propio de la época isabelina). El pretende en toda la obra no tomar una decisión de
acuerdo a un mandato, sino tomar una decisión de acuerdo a lo que piensa, el problema es que él no puede decidir sobre lo
que él piensa que esta bien o esta mal (de ahí la gran similitud con una persona moderna, alguien de nuestra época lo
pensaría, lo meditaría y después decide actuar o no actuar, si toma o no cierta medida; por el contrario Hamlet no tiene esta
oportunidad, tiene que si o si tomar una medida para hacer, ese es el problema que le genera ese estado interno de
indecisión).
Hamlet al ser un personaje con conciencia, que cuestiona la realidad en la que vive, evoca este dilema del Ser o No Ser.
Disyuntiva que no es normal en las personas de la época en que se relata la novela; pues si, por ejemplo, el padre daba
alguna indicativa, se cumplía, en cambio Hamlet piensa, resiste y duda en cumplirlo (característico de un personaje
moderno). Él, por lo menos hasta este punto (en el tercer acto), sin duda No Es.
- ¿Cuál es la relación entre morir y dormir?
Aparece el acostumbrado de “soñar” y “dormir” y referente a éstos podemos creer en un exceso de depresión del personaje.
Por tal depresión es que Hamlet quiere meterse en el sueño, en un mundo onírico, y no encontrarse con la realidad que le
toca vivir; pero a su vez este mundo onírico es simbólico. No tan solo él piensa en soñar y en dormir, como dormir en sí
mismo, como sumergirse en un sueño, sino también como suicidarse. Pero él cuando dice “soñar, dormir ¿y después qué?” se
refiere a ¿que pasa después del suicidio? Él empieza a cuestionarse, pues no tiene la seguridad que luego de haber muerto él
va a estar mejor. Tiene dos problemas, uno que no conoce que va a suceder luego de que fallezca, y porque tiene una deuda
pendiente en la vida y no sabe lo que va a ocurrir después; y en segunda instancia, el sabe que tiene que cumplir con esa
deuda, por lo que relega la idea de suicidarse; y en tercera instancia es un cristiano, los cristianos descomulgan a los suicidas,
el único que tiene el Don de dar y quitar la vida para los cristianos es Dios, por lo tanto él entraría dentro de los
descomulgados o los no reconocidos por la ley cristina. Sin presuponer que aún así sí sigue siendo una decisión difícil, más
para una persona como él que se plantea tanto las cosas.
- ¿Qué quiere decir el personaje con la expresión “la conciencia hace de todos nosotros unos cobardes”?
Así como el monólogo comienza con esta idea de Ser o No Ser, las cargas de la vida y que luego hace alusión a la idea de
suicidarse, “¿para que sufrir tanto si se puede solucionar todo con un punzón?”; a partir de esta idea se matarse, aparece
cuestión de que la conciencia nos hace cobardes, pues Hamlet duda del suicidio, ya que expone que la muerte es un lugar de
donde no se puede volver, algo que no se puede remediar (una instancia más de su duda generalizada) y es así como de esta
manera, analizando tanto la situación, la conciencia lo acobarda y evita que no actúe compulsivamente. Hamlet piensa,
reflexiona, no actúa compulsivamente, ve y explica las cosas, interpreta y luego ve si actúa; por lo que se desfasa de su
realidad inmediata, realidad que le implicaba actuar y no pensar. Hamlet asocia que (por su puesto para la época) el que no
mata, es un cobarde. Para la modernidad matar a alguien, porque ha cometido un crimen, seria un asesinato; nosotros no lo
haríamos a no ser que estemos en un estado de emoción violenta, primero meditaríamos, averiguaríamos, veríamos lo que
pasa y trataríamos de ver eso en la justicia o en la ley pero no actuaríamos nosotros, por eso se certifica que Hamlet es un
personaje moderno; tomar conciencia sobre las cosas es representativo de nuestra época (parte del siglo XIX, siglo XX y siglo
XXI).

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