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LA EUTANASIA, LA LIBERTAD DE MORIR

Ana Cristina Berdugo Fajardo y Laura Vanessa Escobar Cuello, 11°3.

La libertad, un derecho universal de cada ser humano, derecho que le permite vivir
como lo decida, siempre y cuando su forma de vida no le quiete libertad al ser
humano, le permite amar a quien quiera, le da la opción de escoger, pero, ¿le da
libertad también de escoger como morir?

La eutanasia, definida como “muerte sin dolores, molestias ni sufrimientos físicos”,


es aquel procedimiento voluntario, intencionado, estudiado y consciente que realiza
un médico para acelerar la muerte de un paciente terminal de algún padecimiento
incurable; a solicitud consciente, estudiada y deliberada del enfermo o familiares,
para realizarse se aplican diferentes regulaciones y estudios dependiendo del país
en el que sea dada. Este procedimiento ha despertado gran controversia alrededor
del mundo y no está legalizado en muchos países.

Los que se oponen a la eutanasia fundamentan sus argumentos en hechos tales


como la falta de profesionalidad, alegando que es una incompetencia del médico
quitar una vida en vez de salvarla, es una camino demasiado fácil y peligroso, claro
que este argumento no tiene en cuenta que el médico no “salva” vidas, solo la
alargan cuando se ve en peligro, un médico no es un ser sobrenatural que pueda
esquivar a la muerte, esta va a llegar, tarde o temprano, la eutanasia solo le da
autonomía al paciente de adelantarla si así lo prefiere, además, esta es aplicada en
casos en que la calidad de vida del paciente se ha perdido por completo.

Otro argumento utilizado es el hecho de que se debe procurara eliminar el dolor y


el sufrimiento, mas no a la persona que lo padece, dichos argumento parece ignorar
el hecho de que una de las características para la eutanasia es que el dolor no se
pueda remediar, solo disminuir una parte de él, pero dejando lo suficiente como para
que el paciente viva un suplicio.

El camino fácil es otro de los contras de este procedimiento, el camino fácil de los
médicos, que podrían simplemente dejar de hacer todo lo que esté en su poder para
salvar a una persona, y el camino fácil que podrían escoger los pacientes, sin
esforzarse por dar enfermedad; sin embargo esto tiene contra medidas, puesta que,
como se dijo anteriormente, la eutanasia es aplicada en pacientes con sufrimientos
que no pueden aliviarse y sin muchas esperanzas de vida.

La resistencia a la eutanasia en personas, que parece bien aceptada para animales,


parece fundamentada en la, casi doctrinal, creencia de poner a los humanos en una
clasificación por encima de todos los demás, ya que, hablando técnicamente, para
la eutanasia se aplican los mismo casos tanto en animales como en personas; un
ser que siente dolor, que no puede ser remediado, y tiene pocas esperanzas de vida
se le da la eutanasia, la única diferencia es que en el caso de una persona se
necesita su consentimiento y el de su familia.

Los argumentos en contra de la eutanasia parecen solo basarse en situaciones sin


regulación, lo cual no es el caso, y en la creencia de que se debe aplazar la muerte
todo lo posible (ya que a un ciclo de dolor insoportable no parece correcto llamarlo
vida), sin tener en cuenta los deseo y la libertad del implicado

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