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Persona Filosofia Juridica
Persona Filosofia Juridica
La palabra persona deriva del latín persōna, que significa ‘máscara del actor’,
‘personaje teatral’, y este del etrusco phersu, que a su vez viene del griego
πρόσωπον (prósōpon), que traduce precisamente como ‘máscara’. Persona, pues,
se refiere a la máscara que se ponían los actores griegos o romanos en las
representaciones teatrales, y que contaba con una bocina para darle mayor
resonancia a la voz, de modo que llegara a todos los espectadores. De allí que
muchas veces se profundice sobre su significado en un sentido filosófico y se diga
que ser persona es representar un rol ante el mundo, en la sociedad, así como
tener voz.
Por otro lado, existen expresiones que contienen la palabra persona, como la
locución latina persona non grata, que significa persona no grata. Mientras que
"hacer alguien de su persona", por su lado, se refiere a evacuar, aliviar el vientre.
Persona es aquel ser o ente con voluntad que tiene derechos y deberes fruto de
su relación con sus semejantes. Personalidad es la aptitud legal de una persona
para ser titular de esos derechos y deberes. La personalidad es una cualidad
jurídica, es una condición para ser titular de esos derechos y deberes. La
personalidad es esa cualidad, es esa aptitud que le otorga el ordenamiento jurídico
a la persona.
Con esto nos referimos: quienes son personas, o sea quienes tienen voluntad para
relacionarse con sus semejantes y provocar obligaciones. Para el derecho romano
personas eran solo quienes tenían el estatus libertatis (no estar sometido a poder
alguno), civitatis (estado de ciudadanía) y el estatus familiae (conjunto de
derechos de padre de familia).
En el derecho medieval no había distinción entre persona y la personalidad,
incluso existía responsabilidad criminal de los animales. Para la iglesia católica
eran personas sólo las que profesaban el cristianismo, los demás eran gentiles
(que adora a ídolos o falsas divinidades, desde el punto de vista cristiano).
Las personas se clasifican en: Naturales. O Individuales Son las personas físicas.
Colectivas. Llamadas también jurídicas.
Una persona física o natural es, según el derecho, un individuo con existencia real
y material, que tiene la capacidad para ejercer sus derechos y contraer
obligaciones dentro del marco de la ley y la constitución. En este sentido, el de
persona física es un concepto jurídico, elaborado originalmente en el derecho
romano. Se refiere a un individuo humano, con existencia real y concreta.
Un ser humano, por el simple hecho de nacer y existir, está dotado de un conjunto
de atributos dados por el derecho, los cuales, a su vez, acaban con su muerte.
Estar vivo, pues, es suficiente para encontrarse protegido por la ley en un Estado
de derecho.
Los atributos que caracterizan a una persona física son los siguientes:
personalidad jurídica, capacidad, nombre, domicilio, estado civil, patrimonio y
nacionalidad.
Una persona física o natural está habilitada para ofrecer servicios profesionales,
llevar a cabo actividades de naturaleza comercial, arrendar o poseer bienes
inmuebles, trabajar a cambio de un sueldo, contraer matrimonio, etc.
Asimismo, una persona física puede actuar en su propio nombre o puede hacerlo
en representación de otra persona física o de una persona moral o jurídica.
Según el derecho, las personas morales tienen una personalidad jurídica propia, lo
que quiere decir que están capacitadas para actuar como sujeto de derecho:
adquirir bienes, contraer obligaciones, ejercer acciones ante un juez.
Significa que todos los seres humanos gozan de las mismas potestades y
prerrogativas. Esto viene del liberalismo francés.
No siempre fue así. En la Antigüedad los esclavos eran considerados objetos. El
Derecho Canónico introdujo la clasificación de hijos en legítimos e ilegítimos
(mánceres, sacrílegos, adulterinos, incestuosos).
Contexto gramatical
En el área de Lingüística, persona gramatical es un concepto que designa
el accidente gramatical que afecta al verbo y al pronombre, y que en la oración
indica si la persona agente (que es la que ejecuta la acción del verbo) o
la persona paciente (que es la que recibe la acción) es quien habla, aquella a
quien se habla, o aquella de quien se habla.
En español existen tres personas, que tienen formas específicas para el singular y
para el plural y que son representados por pronombres personales (yo, tu, él, ...):
Singular:
1ª Persona: el hablante realiza la acción solitariamente: yo estudio, yo juego, yo
descanso
2ª Persona: el oyente realiza la acción solitariamente: tú estudias, tú juegas, tú
descansas
3ª Persona: la acción es realizada por una persona distinta del hablante o el
oyente: ella estudia, él juega, ella descansa
Plural:
1ª Persona: el hablante realiza la acción acompañado: nosotros estudiamos,
nosotras jugamos, nosotros descansamos
2ª Persona: el oyente realiza la acción acompañado: ustedes estudian, ustedes
juegan, ustedes descansan
3ª Persona: la acción es realizada por varias personas distintas del hablante o el
oyente: ellas estudian, ellos juegan, ellas descansan
Contexto Sociológico
Desde la óptica sociológica puede definirse persona como un ser sociable que
vive y se desarrolla en sociedad, pero al mismo tiempo nunca deja de actuar con
un carácter individual. Es decir, somos “yo” y “nosotros” al mismo tiempo. Persona
social es entonces aquella persona capaz de vivir en sociedad y que tiene
sensibilidad, además de contar con inteligencia y voluntad, aspectos típicos de la
humanidad. Por eso algunos pensadores como Aristóteles definen al hombre
como “animal sociable” y por tanto su naturaleza es ser social.
Carlos Marx indicaba que somos seres sociales, entablamos y creamos grupos de
comunicación, el ideal es contribuir para que una sociedad sea comunista y
equitativa para poder tener libertad y no estratifiquen por clases sociales, que el
poder de los apellidos de renombre no pese, para que una persona se convierta
en a-social.
Contexto fisiológico
Si nos atenemos a la fisiología, se puede identificar a la persona como un ser o
individuo de la especie humana; como un hombre o mujer dotado/a de un conjunto
de características físicas únicas que le permite diferenciarse de los demás.
La fisiología humana busca comprender los mecanismos que funcionan para
mantener vivo y en funcionamiento el cuerpo humano a través de la investigación
científica sobre la naturaleza de las funciones mecánicas, físicas y bioquímicas de
los seres humanos, sus órganos y las células de las que están compuestos. El
nivel principal de enfoque de la fisiología está en el nivel de los órganos y sistemas
dentro de los sistemas. Los sistemas endocrino y nervioso desempeñan papeles
importantes en la recepción y transmisión de señales que integran la función en
los animales. La homeostasis es un aspecto importante con respecto a tales
interacciones tanto en las plantas como en los animales. La base biológica del
estudio de la fisiología, la integración se refiere a la superposición de muchas
funciones de los sistemas del cuerpo humano, así como su forma acompañada.
Se logra a través de la comunicación que se produce de diversas maneras, tanto
eléctricas como químicas.
Pintura al óleo que representa a Claude Bernard, el padre de la fisiología moderna, con sus alumnos.
Contexto psicológico
Desde el punto de vista psicológico, persona designa a un ser concreto,
abarcando tanto sus aspectos físicos como psíquicos para definir su carácter
singular y único. Percibe e interpreta el estado de ánimo, el carácter y la forma de
actuar de las personas, además estudia las cualidades y facultades que tiene la
persona, como la razón, los sentimientos y los valores que lo distingue de los
demás seres.
Contexto religioso
El concepto de persona es una gran aportación del cristianismo a nuestra
civilización, si bien se trata de un concepto de difícil definición, puesto que definir
implica poner límites y es imposible poner límites al espíritu, que es la nota
esencial de la persona. Santo Tomás la define como “sustancia individual de
naturaleza racional”, y mucho se ha escrito, por parte de grandes pensadores,
sobre tal definición.
Desde el punto de vista católico, existen trece notas del concepto de persona,
según estudios bíblicos: 1) naturaleza espiritual, 2) libertad, 3) centralidad, 4)
unicidad/inaprensibilidad, 5) singularidad, 6) condición de sujeto y soporte del ser,
7) dinamismo/autosuperación, 8) virtualidad/potencialidad, 9) sinergismo, 10)
universalidad, 11) relacionalidad, 12) autonomía, 13) naturaleza sacrificial.
1. Naturaleza espiritual
1.1. La persona no nace, sino que es creada: a diferencia del individuo, que es
una unidad dentro de la especie, engendrada biológicamente, sujeta a la muerte,
la persona es creada por Dios.
1.3. La persona está constituida por el espíritu, lo que la sitúa por encima del
orden natural: si no fuese así, el valor de la persona desaparece y sólo queda el
individuo biológico. El valor de la persona se sitúa por encima de cualquier
generalidad, sea ésta el estado, la nación, la humanidad o cualquier otra, y no
puede situarse en su mismo plano.
1.5. La persona es la imagen del Dios personal: “¿En qué consiste la grandeza
del hombre? Los Padres son unánimes: es hombre es imagen de Dios. Tal es su
verdadera ‘naturaleza’, naturaleza de ser divinizado (...) El hombre es “persona”,
imagen del Dios personal; un privilegio que sobrepasa la simple cuestión de la
‘naturaleza’” (Spidlík, L’Idée russe).
1.6. La persona es una categoría espiritual unida a Dios: “Al igual que en Dios,
en la persona humana hay que distinguir también entre la naturaleza y la persona
(...) La hipóstasis, persona, es el rostro espiritual del hombre; es por ello antitética
a laousia. Y es esa antítesis lo que crea el dinamismo de la vida interior (...) La
persona puede pues ser definida como “categoría espiritual unida a Dios”. Se
distingue de ese modo del individuo, categoría biológica sometida a la naturaleza”
(Spidlík, L’Idée russe).
2. Libertad
3. Centralidad
4. Unicidad/Inaprensibilidad
4.1. La persona supone integridad y unidad: la persona es el principio que
integra todos los aspectos del ser y los lleva a la unidad. Tal integración no está
realizada de antemano, sino que supone la tarea que el ser debe realizar,
dominando sus elementos inferiores y constituyendo así su personalidad. La
persona une inteligencia y voluntad, conocimiento y libertad, para la realización de
esa tarea.
5. Singularidad
7. Dinamismo/Autosuperación
8. Virtualidad/Potencialidad
9. Sinergismo
10. Universalidad
11. Relacionalidad
11.1. La persona implica al “otro”: no hay persona si no hay “otro”, otro al cual
se ama, por el cual la persona se sacrifica, hacia el cual tiende. La persona no
existe sin una relación de amor-sacrificio-tendencia. La persona no existe
confinada en sí misma, porque ese confinamiento es antagónico con su naturaleza
espiritual. La persona es relación.
12. Autonomía
Persona en Filosofía
En Filosofía, existen varias definiciones de persona.
Mientras que Santo Tomás de Aquino considera que una persona es un “supuesto
o individuo de naturaleza racional”, es decir, una unidad completa y suficiente que
posee espíritu (inteligencia y voluntad). Tomás de Aquino se refiere a la persona
con la sentencia persona significat id quod est perfectissimum in tota natura,
scilicet subsistens in rationali natura («persona significa lo más perfecto de toda la
naturaleza, es decir, el subsistente de naturaleza racional») insistiendo así en la
incomunicabilidad en el modo de existir.
Para Immanuel Kant, una persona supone una categoría moral, sujeta de
derechos y deberes, que existe como fin en sí. Kant denomina a la persona como
aquel ser que es un fin en sí mismo. Si bien en Kant se vuelve a un concepto
ontológico, no se trata de un ser abierto a la trascendencia, sino autónomo
Sabido es que toda palabra puede ser ambigua y vaga. Ambigua porque con
ella podemos referirnos a cosas muy diversas y vaga porque muchas veces no se
halla adecuadamente limitado su ámbito de referencia.
Las palabras de uso corriente no suelen cargarnos con grandes inquietudes en
cuanto a su sentido o ámbito de referencia: “libro”' “lápiz” o “mañana” no suelen
ser términos que generen encendidos debates. Claro es que no ocurre lo mismo
con palabras como “justicia”' “libertad”' “dignidad”' “derecho” o como en el caso
que nos ocupa especialmente “persona”. Se tratan todas ellas de vocablos que
poseen una gran carga emotiva' lo cual esencialmente no es incorrecto' por el
contrario' forma parte de las funciones del lenguaje no solamente transmitir
información objetiva' sino también emociones' sentimientos u opiniones. Claro es
que la carga emotiva siempre dificulta la univocidad del término.
También sabemos que toda palabra posee una designación y una denotación. La
designación está constituida por el conjunto de propiedades de la cosa referida' y
la denotación comprende a todas aquellas cosas u objetos que son nombrados
por una palabra.
Uno de los puntos máximos de la revalorización filosófica del hombre como tal en
los verdaderos principios de antropología filosófica que surgen de la obra del
genial Sócrates (no en vano en honor a su natalicio ha sido fijado el “día de la
filosofía”), quien se alzó frente al relativismo escéptico de los sofistas, realzando
las características éticas del hombre, su capacidad y posibilidades de
conocimiento de la verdad, y su esencia individual única e irrepetible, que
precisamente esta forma de percepción y explicación de la realidad que
elaboraron los filósofos lo que permitió desarrollar las ideas de “hypóstasis” y
“prosopon”.
Pero cierto es que los grandes cambios de todo tipo acaecidos en esa época,
pusieron en crisis
toda la estructura de conocimientos adquiridos: la redondez de la tierra, las
verdades religiosas, la estructura del universo y, fundamentalmente, las bases
filosóficas del pensamiento.
Aunque no el único, aunque sí tal vez el pensador más destacado de la época, fue
Renée Descartes quien propuso un replanteo epistemológico según el cual más
importante que conocer era hallar un camino apropiado y certero para ello. Esa
idea lo impulsó a reconstruir la realidad y el universo, pero ya no con apoyo en una
teoría
cosmológica (como los griegos) o teológica (como lo eran mayoritariamente las
concepciones medievales), sino con estricto apoyo en la razón humana.
Durante el siglo XVII surge en Europa la llamada Ilustración. Este período que
también fue llamado “siglo de las luces”, se caracterizó por tratar de descubrir los
más intrincados secretos del universo a través de la razón. Uno de sus más
destacados expositores desde la perspectiva filosófica, y particularmente en el
campo de la ética ha sido Emmanuel Kant.
Dentro del ámbito de la historia de las ideas filosóficas, merece una especial
atención el positivismo filosófico del siglo XIX, bajo el impulso de las ideas de
autores como Augusto Comte y Emil Durkheim, y también influenciado por el
pensamiento cientificista de Charles Darwin.
Las ideas del positivismo influyeron también en la dogmática del siglo XIX que
halló inspiración en las grandes conquistas científicas que se produjeron a partir
del siglo XVII, que vincularon a la ciencia en forma casi exclusiva con un modelo
de conocimiento positivista y racional (de hecho, muchas corrientes de la filosofía
moderna poseen una actitud despreciativa para todo aquello que no se presente c
omo formal y científico).
Podríamos decir entonces que, bajo la influencia de las ideas positivistas, para
elhombre dejó de tener relevancia su “prosopon” o “personalidad” entendida como
expresión del ejercicio su libertad, ya que la misma se hallaba condicionada por el
determinismo natural de la “especie”.
Con marcada influencia kantiana, la Teoría Pura del Derecho establece, entre
muchas cosas, una propuesta de purificación metódica del objeto de la ciencia
jurídica, distinguiéndola de las ciencias causales (ciencias del “ser”), pero a su vez
estableciendo un lugar especial entre las ciencias normativas (ciencias del
“deber”).
Como conclusión de este proceso, Kelsen afirma que una de las características
esenciales del derecho es su neutralidad valorativa, con lo cual el problema de la
justicia le resulta ajeno.
Claro es que tal conclusión ha hecho que Kelsen se hiciera acreedor a duras
críticas, las cuales, más allá de su valía, considero por momentos injustas. Se
sostiene esto especialmente por la circunstancia de que la obra kelseniana (cuyo
análisis exhaustivo no es materia del presente trabajo) debe ser considerada en
una perspectiva general, interrelacionada u holística. Efectivamente no es difícil a
través de este camino establecer que la rigurosidad metódica kelseniana no es
más (ni menos) que una consecuencia de la necesidad de establecer pautas de
seguridad jurídica y de criterios objetivos de justicia frente a una sociedad
careciente de ellos paradójicamente su purificación de valores se funda
en valores puros, lo cual no está mal, él mismo debió entenderlo así. De otra
manera no sería comprensible su preocupación no sólo por del orden jurídico, sino
también por la paz, por la tolerancia, por la democracia y por la misma justicia.
Para fundamentar esta teoría según la cual una norma no puede ser un mero
capricho sujeto a los vaivenes políticos de quien ejerza el gobierno de turno,
Kelsen consideró que el “deber” del derecho era un imperativo despsicologizado,
lo cual suponía que el derecho objetivo, como querer del estado, no podía ser
caracterizado como una realidad física atribuida al querer de los individuos desde
una perspectiva antropomórfica.
Dentro de la línea positivista, pero más orientada a la perspectiva del análisis del
lenguaje, autores como Herbert Hart han sostenido que no debemos insistir en
tratar de definir la expresión “persona” en sentido jurídico, de modo que la palabra
denote algún tipo de entidad (sean seres humanos u organismos) ya que la
expresión es un término teórico que no tiene denotación alguna, es decir, que no
hace referencia a ningún hecho u objeto observable (al igual que las palabras
“dólar”, “intención” o “promesa”). En opinión de este autor, solamente debemos
limitarnos a analizar las funciones que la expresión “persona” posee en los
distintos contextos en los que aparezca en frases que hagan referencia a hechos
observables.
Si bien este movimiento comienza a consolidarse a fines del siglo XIX, sus más
importantes aportes surgirán a mediados del siglo XX, especialmente luego de
finalizada la Segunda Guerra Mundial, alzándose como una de las principales
concepciones críticas del positivismo jurídico imperante hasta ese momento.
En similar sentido, Luis Recaséns Siches sostiene que la vida del hombre como
hecho biológico no sería diferente a la de las plantas o a la de los animales de no
ser por la concepción de “dignidad de la persona”, es decir, de su concepción
como un sujeto con una misión moral.
Según Cossio el objeto cultural egológico está constituido por vida humana
viviente, cuyo sustrato material es la propia conducta del sujeto actuante. Por ello,
la vida humana siempre es una vida en situación, o, en términos de Heidegger, es
un estar siendo en el mundo. La persona está implicada en los juicios de valor,
pero no como mera espectadora, sino como quien toma posición, decide y
distingue tratando de hallar la mejor posibilidad situacional. La vida misma está
relacionada con los valores.
De esta manera, cabe sostener que el hombre posee una dimensión física y una
dimensión social o política que es un “ser”, pero también un “poder ser” que se
ejercita a través de la fenomenalización de la libertad metafísica.
Conclusión
Fines, potencialidades y razones son los planos por los que transita la
personalidad.
Planos que no siempre se presentan simultáneamente sino uno por vez, según la
situación, como un juego de telones.
El concepto de persona
FRANCISCO LARROYO
Universidad Nacional Autónoma de México
http://www.filosofia.org/aut/003/m49a1297.pdf
Persona
https://es.wikipedia.org/wiki/Persona