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El materialismo

Visión comunista del mundo

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ADOLFO QUISPE ARROYO

EL MATERIALISMO
Visión comunista del mundo

ADOLFO QUISPE ARROYO

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EL MATERIALISMO
Visión comunista del mundo

ADOLFO QUISPE ARROYO

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ADOLFO QUISPE ARROYO

EL MATERIALISMO
Visión comunista del mundo

ADOLFO QUISPE ARROYO


Edición y diseño: Adolfo Quispe Arroyo
Email: adolfiss@hotmail.com
Facebook: adolfiss@hotmail.com

Colaboración: Yury B. Guillén Castro


Jimmy Pisco Taboada

Impreso en Multiservicios A&C


Jr. 3 Máscaras Nº 314- Ayacucho

Primera edición: 1 000 ejemplares

Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del


Perú N° 2019-10862

ISBN: 978-612-00-4601-2

Citar la fuente si utiliza la presente obra. En caso contrario


queda terminantemente prohibida su reproducción por
cualquier medio, sin permiso del autor.

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DEDICO:
En general:

A los luchadores de la utopía


A los habitantes del topus uranus
A los extranjeros de la Atlántida
A los ciudadanos de la nueva Atlántida
A los deseosos de vivir en la ciudad del nuevo sol
A los que desconocen el inframundo de Hades
A los que viven y mueren como HOMBRES

En especial a:

ü Wilhem Adolfo Quispe Oscco


ü Inita Ingrid Quispe Prado
ü Wasi Ingrid Valentina Quispe Prado

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ADOLFO QUISPE ARROYO

ÍNDICE

Proemio 11

Apartado 00
El materialismo dialéctico, filosofía del marxismo 18
La categoría de verdad en el materialismo dialéctico 22
Teoría y práctica 24
El marxismo 25
Doctrinario marxista 32
Interpretaciones del marxismo 36
Pedagogía marxista: la educación para el marxismo 45
Modelo humano marxista 58

Apartado 01
El leninismo 61

Apartado 02
El maoísmo 72
Bases teóricas del maoísmo 85
El maoísmo en el resto del mundo 88
Críticas al maoísmo 89
Síntesis de marxismo-leninismo-maoísmo 111
Las tres etapas del marxismo 112
Primera etapa: el marxismo 112
Segunda etapa: marxismo-leninismo 113
Tercera etapa: marxismo-leninismo-maoísmo 114

6
Apartado 03
Los ismos sin etapas del marxismo: el estalinismo 119
El trotskismo 122
Apartado 04
El revisionismo 127
Apartado 05
El anarquismo: idilio y discordia con el marxismo 136
Algunos representantes del anarquismo 136
Anarquismo y marxismo: divergencias 139
Origen histórico de las divergencias 140
Anarquismo y marxismo: apuntes de divergencias 141
Pedagogía libertaria 143
Modelo humano anarquista 145
Apartado 06
Íconos del marxismo latinoamericano 147
El mariateguismo 147
El guevarismo 153
Apartado 07
El neomarxismo 164
El marxismo gramsciano 166
Georg Lukács y el marxismo enraizado en Hegel 174
Louis Althusser y la exégesis del marxismo 179
La escuela de Frankfurt: plectro de la nueva izquierda 182
Representantes de la escuela de Frankfurt 184
El freudomarxismo 199
Modelo humano freudomarxista 200

Apartado 08
Socialismo del siglo XXI 201
Apreciaciones críticas al socialismo del siglo XXI 209

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ADOLFO QUISPE ARROYO

Bibliografía 216

ACCESORIOS:

Accesorio 00 223
La lógica de la ilógica y el corolario de la historia:
llámalo pensamiento café si quieres...
Accesorio 01 227
Las dos concepciones del mundo
Accesorio 02 231
Leyes fundamentales de la dialéctica materialista
Accesorio 03 278
Sobre la práctica
Accesorio 04 292
¿De dónde provienen las ideas correctas?
Accesorio 05 294
Tesis sobre Feuerbach
Accesorio 06 297
Enmiendas

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EL CANIBALISMO DEL MARXÓLOGO Y LA INOPIA DEL
MARXISTOIDE

Un ejemplo del canibalismo del marxólogo y la inopia del marxistoide,


desmereciendo a Marx el primero y por su indigencia teórica el
segundo.

Marx de Marat tomó la máxima: El proletariado nada tiene que perder,


excepto sus cadenas. De Heine: La religión es el opio del pueblo. De
Louis Blanc tomó la fórmula: A cada uno según sus capacidades, a
cada uno según sus necesidades. De Shapper: Trabajadores de todo
el mundo, uníos y de Blanqui la expresión: Dictadura del proletariado.

Otra reyerta en desmerecimiento de los clásicos por indigencias


teóricas casi medievales se da por problemas parecidos al siguiente:

¿Se debe hablar del pueblo o de la clase explotada, pues si hablamos


del pueblo incluiríamos a los burgueses o no?...

Tout ce que je sais, c'est que je ne suis pas marxiste


Lo único que sé es que no soy marxista
Karl Marx

Engels, Friedrich: Carta a Konrad Schmidt, Londres 5 de Agosto de 1890.

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ADOLFO QUISPE ARROYO

EL MATERIALISMO
Visión comunista del mundo

ADOLFO QUISPE ARROYO

Me enorgullece mi juventud porque es sana y honrada y


porque me conserva esta gran virtud de la sinceridad... Y
no busco embozos ni me agradan disfraces. Me descubro
como soy. Escribo como siento... Ninguna influencia me
ha malogrado... J.C.M.

Por lo citado he de mirar de frente en la vida a mi


descendencia y en el lecho de la muerte que me cobije la
humanidad en el infinito.
El autor

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PROEMIO

Si los clásicos del marxismo pudieran observar, por un segundo, a los


que se consideran apócrifos marxistas revolucionarios de nuestros
tiempos de seguro se vuelven a morir por la bufa posición que asumen
estos personajes que predican en designación del marxismo, algunas
veces desnaturalizando, mixtificando, sectarizando y dogmatizando sus
teorías. Estos imaginarios marxistas vegetan, con usanzas burguesas, a
expensas de los más pobres; tanta monserga enferma, consideramos,
que es una forma asolapada de vivir estrujando a los más pobres, pero
dando imagen de revolucionario, solidario y buscando el culto a la
personalidad en las instituciones donde estos personajes bregan y en el
medio general donde se desenvuelven. Cuán lejana a la realidad la
posición de estos tipos con coraza de procacidad que viven de las
bondades históricas de las instituciones, viven de eso, divagan y hasta se
consideran parte de ella cuando no hicieron ni una pulgarada en dicho
itinerario de la historia; son los oriundos del Topus Uranus, La Ciudad del
Sol, La Atlántida, La Nueva Atlántida o de la Utopía. Se consideran
radiantes, casi perfectos y célebres por su monserga revolucionaria.
Asumen unas supuestas posiciones marxistas, menudean algunas
frasecillas de los clásicos con una visión mecanicista, contemplativa,
sectaria y dogmática; caricaturizando el marxismo lejana a la realidad
dinámica y creadora de esta teoría. A estos nuestros personajes
revolucionarios que predican como maestros proletarios y vegetan con
usanzas burguesas sorprendiendo a los que desconocen de estas
teorías los denominaremos referencialmente: marxólogos y
marxistoides.

Ti t u l a m o s e l m a t e r i a l i s m o , p o r q u e p r e t e n d e m o s d e s v e l a r
elementalmente los ismos putativos que apelaron en menor o mayor
grado al pensamiento marxista materialista, ya que nada como el
pensamiento marxista fue y es objeto de adulaciones, apasionamientos,
adulteraciones, falsificaciones, magnificaciones e interpretaciones
hermenéuticas temerarias. Nuestra intención es lograr una percepción
sincrética del marxismo en desarrollo, evitando especificaciones prolijas
que llevarían tratados de varios volúmenes, aun así sin garantizar la
conclusión de todos los temas marxistas.

Reseñamos las reyertas de la fidelidad en la práctica de un genuino


marxismo que empezaron a conclusivos de la década del cincuenta,
desarrollándose con ímpetu en las décadas de los sesenta, setenta y
parte del ochenta; siendo hoy baladí la búsqueda de la canonización en
una autenticidad puritana marxista de antaño, si consideramos al

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ADOLFO QUISPE ARROYO

marxismo como teoría viva, creadora, abierta y asimiladora de acuerdo a


las condiciones objetivas y subjetivas de la sociedad actual en la era de la
globalización. Por la presencia efervescente de los sistemas llamados
marxistas y sus ismos putativos, en las décadas mencionadas, se
generaron tensiones; además de nacionales, de talla internacional y
mundial con el otro bloque poderoso que se oponía y luchaba contra los
sistemas pretendidamente marxistas, llegando a situar a la especie
humana en amenaza de extinción por una potencial guerra termonuclear
a escala mundial.

Procuramos precisar algunos conceptos elementales del marxismo y de


sus hijos ismos putativos, en desarrollo para unos y utopía para otros en
permanente pugna con las demás corrientes filosóficas en particular e
ideologías en general. Por tal razón, es elemental interrogarse ¿Si una
utopía puede desarrollarse?

Se considera peligroso al marxismo con apologías a la violencia para


desestabilizar el sistema político, social, económico vigente llegando a
ser estigmatizados los que se cobijaron en la sombra de estas teorías
filosóficas, políticas, sociales, psicológicas y económicas expresivas y
casi doctrinales de una ideología. No pretendemos la erudición al
respecto, menos que los conceptos elementales sean tratados
meticulosamente completos y acabados del marxismo y de sus hijos
ismos putativos en desarrollo, adulteración, caducidad o de utopía. Para
tal fin, se recurrió a un estudio histórico bibliográfico y a las ediciones
electrónicas informáticas con una visión reflexiva y crítica. De esa labor
llegamos a desenlaces de estas formas de inferir o lo que quedó del
marxismo y sus hijos putativos devorados por el canibalismo de
marxólogos y debilitados por la inopia de los marxistoides, además del
mazo de los que consideran temerarias a estas teorías, llegando incluso
a convertirse en tema tabú, el cual es inconcebible en una actividad
académica universitaria y no universitaria; porque todo lo prohibido
genera mayor curiosidad y construcción de mitos que nada bueno hacen
a la vida intelectual; muy por el contrario deben conocerse, estudiarse y
discutirse estas teorías que han dejado huellas en la historia. Por cierto
quizá sólo sea esa, huellas y nada más; por ello es necesario precisar
conceptos y tesis elementales para analizarlos y no divagar con
magnificencias románticas. Queda recalcar del mismo talante que cae
bien disfrazarse de un gran pensador progresista y menudear
mecanicistamente algunos clichés de antaño como si el pensamiento
progresista, simplemente, fuera eso, propio del canibalismo; ya que la
inopia es atrevida.

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Algunos marxólogos reniegan de sus convicciones filosóficas,
ideológicas, políticas, económicas y sociales de antaño, cambiando de
convicción oportunistamente como si se tratara de cambiarse cualquier
prenda. Estos personajes se han convertido en versados
internacionalistas, analistas políticos, partícipes y defensores de la
democracia liberal (electoreros), etc. Dando efigie de sabelotodo, y de
acorde con las nuevas propuestas filosóficas, políticas, económicas,
sociales e ideológicas en general; por considerarse tan evolucionistas,
hay quienes aseveran que el marxismo ya transitó a la historia por su
desengaño y su inoperatividad en la práctica; por lo tanto, hacen coro a
los clichés sepultureros asegurando que la democracia liberal ha
triunfado perentoriamente. Esto en negación por negación a las bases
históricas fértiles del marxismo. Algunos marxistoides no escapan a esta
tentación de poder y culto. Nuestros personajes no observan que el
marxismo es una doctrina viva, dinámica, asimiladora, abierta y creadora
que conserva su esencia unitaria como sistema; pues sería iluso creer
inalterables las condiciones de los tiempos de Marx y Engels o
simplemente emular las experiencias rusa, china, cubana u otras. Con la
nostalgia existencialista se puede afirmar que: Mientras existan
desigualdades sociales, tanto el marxismo como la religión sobrevivirán
en una disputa de explicación materialista científica e idealista metafísica
a la desventura terrenal, y se observará como una esperanza de una
verdadera justicia social y la tan anhelada e inalcanzable felicidad.

El ingenuo puritanismo marxista no es para estos tiempos, ya que la


sociedad actual exige soluciones estratégicas diferentes, pues el
neoliberalismo calificado por los progresistas como rapaz y salvaje, no
satisface las carestías mínimas de los desposeídos y promueve el
enriquecimiento rotundo de ciertos grupos económicos poderosos,
porque las grandes transnacionales se redistribuyen el mercado
mundial. En este sentido, el marxismo como teoría filosófica, política,
económica, social e ideológica en general conserva su vitalidad, ya que
las clases sociales se han polarizado, por ende, continúa la tan temida y
casi mítica lucha de clases y sus manifestaciones en oposición a los
propulsores de convertir el planeta en una aldea global. Por ello,
volvemos la mirada a otras salidas como el nacionalismo, comunitarismo
o seguir con una esperanza del denominado socialismo del siglo XXI u
otras alternativas, pero el marxismo, como teoría científica, está presente
para la dilucidación correspondiente de los fenómenos naturales y
sociales en evolución.

Se recuerda a los marxistoides que el muro de Berlín se demolió, el


llamado telón de acero que simbolizaba la presencia socialista como

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ADOLFO QUISPE ARROYO

súper potencia en el mundo no existe; la Unión de Repúblicas Socialistas


Soviéticas de Lenin, Stalin y de la guerra fría se desmembró; la China
Popular de Mao, ahora es un Estado con dos sistemas donde prevalece
la manera pragmática capitalista de producción y competitividad; Cuba y
Corea del Norte agonizan en su aislamiento buscando salidas poco
ortodoxas; mientras Vietnam impulsó la reforma económica denominada
Renovación con aperturas capitalistas. Los otros países
pretendidamente socialistas son intrascendentes, es decir, no existen
referencias directas de una gran patria socialista, por lo que la monserga
del puritanismo marxista, libre de contaminación cándida y diáfana, es
lírico e ignaro. Son nuevos tiempos con problemas agravantes
diferentes, por lo que requiere nuevas estrategias en la búsqueda de
soluciones sociales. Los marxistoides argumentarán que los países
mencionados, pretendidamente socialistas han traicionado el marxismo,
siendo ésa la causalidad del retroceso, crisis, reformas y/o fracasos.
Otros más novelescos, osadamente, afirmarán que en la historia ningún
país llegó aún al sistema genuinamente socialista, esto supuestamente
para cuidar la diáfana pureza del marxismo, además de propagar que la
corrupción revisionista-oportunista frustró el desarrollo del sistema
socialista. Este último posee evidencias, pero negar que en ningún país
se instaló un sistema marxista, francamente, es una enfermedad del
dogmatismo marxista.

Para los tiempos de hoy, la pureza y la inmaculada fidelidad al marxismo


momificado de la época de los clásicos es fachoso y antidialéctico; eso no
desdice el carácter científico del marxismo. Precisamente, por tener
cimiento científico y por su método está consignado al desarrollo o
fenecer como vetusto, terminando en dogma y sectarismo nostálgico
jurásico de los tiempos de la revolución rusa, china, cubana y otras. El
canibalismo de los marxólogos y la inopia de los marxistoides están
terminando por derrocar el carácter innovador del marxismo, sobre todo
referido a la sociedad. Coincidiendo con Lukács, podemos refrendar la
diferencia sustancial entre el dogmatismo marxista y la ortodoxia
marxista que no es meramente teórica, sino además acción manifestada
en la práctica, donde otros con poco tino y mucha facilidad observan y
entienden como heterodoxia marxista. En seguida nos aproximamos al
perfil de nuestros personajes referentes:

El marxólogo: Es aquel tratadista del marxismo, puede saber del


marxismo; pero definitivamente no es marxista, incluso asume otra
concepción filosófica. El marxólogo divulga algunas frases citando a los
clásicos del marxismo y muchas veces hasta cuestionando, son bastante
teóricos, es lejana su actitud del principio de la unidad indisoluble de la

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particular; él divulga que tal o aquel es idealista, metafísico, religioso,
enemigo, equivocado y otros calificativos, propios de su cliché dogmático
y su limitada inteligencia. Alguna vez pretendió ser incendiario hasta que
le tocó su rebanada y se convirtió en un dócil bombero. Invoca
constantemente a los clásicos, pero no llega a entender en su real
dimensión su cliché de: El correcto manejo de las contradicciones en el
seno del pueblo. No sabe diferenciar categóricamente las
contradicciones antagónicas y no antagónicas, menos pone en práctica
su otro cliché: Qué florezcan cien flores y compitan cien escuelas de
pensamiento, y coexistencia duradera y supervisión mutua, que vienen a
ser distintos pensamientos en pro del desarrollo; pues esta campaña,
originalmente, tenía como objetivo conciliar a los intelectuales y
permitirles criticar a la burocracia.

El marxistoide en su cerrado afán del genuino marxista termina,


generalmente, en el anarquismo, socialismo de cátedra, socialismo
verdadero, marxismo legal y otras desviaciones oportunistas y pequeñas
burguesas.

Más que el marxólogo, el marxistoide suele repetir algunas frasecillas de


los clásicos tratando de impresionar a su interlocutor. Los clichés
favoritos de su parcela intelectiva marxista y sus ismos putativos,
comúnmente son: La religión es el opio del pueblo de Karl Marx, Salvo el
poder, todo es ilusión de Lenin, Que florezcan cien flores… de Mao Tse
Tung, Proletarios del mundo uníos, de Marx y Engels, entre otros que
repiten mecanicistamente.

El marxistoide no entendió, no entiende, ni entenderá que el marxismo es


dinámico, creador, transformador, abierto y asimilador con una unidad
como sistema y no es secta, mucho menos dogma mecanicista. El
marxistoide no concibe que el marxismo no es solo teoría social, sino
además filosófica, económica, política e ideológica en general. Como tal
el marxismo se explica a partir de leyes y categorías dialécticas que son
el motor dinamizante del marxismo en la explicación de nuevas
realidades.

El marxistoide en su afán sectario y enfermizo no analiza que el


marxismo es una síntesis de todo el desarrollo progresista-científico de la
humanidad; y no ha sido creación exclusiva de alguien único y especial,
sin fuentes ni partes de un enviado o especie de profeta del proletariado
que buscaba el paraíso terrenal. Cabe resaltar a Marx, que genialmente
en su dinamicidad se consideraba no marxista, para evitar la
dogmatización de sus teorías.

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ADOLFO QUISPE ARROYO

teoría con la práctica del auténtico marxista. El marxólogo suele ser


bastante teórico, vale repetir que es un tratadista y nada más y los hay
desde regulares a buenos lectores. Con la verborrea busca el culto a la
personalidad con postura de sabiondo, ilustrado y un experto en
marxismo. Es el tratadista, el único acreditado para descifrar el marxismo
y cree que sus consideraciones y/o escritos son autorizados, mientras
otros, no lo son. Aun así, el marxólogo es tratable y de regular a más en su
bagaje cultural, porque muestra cierta honestidad en sus estimaciones,
aunque busca el culto a la personalidad y cree que ya se han superado
las ideas marxistas con otras tendencias actuales; aún se puede
conversar o intercambiar algunas apreciaciones. En este desarrollo se
alistan al juego los posestructuralistas, los posmetafísicos y los
posmodernistas con su imaginario colectivo de remos psicoanalíticos.

El marxistoide: Es aquel que tiene la aparente característica del marxista,


pero definitivamente no lo es. Considerado el más peligroso como
profesional, ciudadano y en sus actitudes en general. El marxistoide se
disfraza de marxista con doble intención y doble moral, pues le resulta
bien parecerse al marxista, pasar de revolucionario y solidario, pero trae
protervas intenciones ya que busca dividir al pueblo con su supuesta
autenticidad del marxismo. Normalmente son bastante sectarios y
dogmáticos, acusan a diestra y siniestra a otros de ser desleales al
marxismo generando división, por lo tanto, debilidad en el pueblo. Por el
marxistoide se dieron fraccionamientos en grupúsculos de ismos
putativos, por una supuesta autenticidad del marxismo, formando
pequeños grupillos atomizantes en nombre del comunismo, socialismo,
marxismo, leninismo, maoísmo, estalinismo, trotskismo,
luxemburguismo, mariateguismo, castrismo, guevarismo y otros ismos
propios de la marmita sectaria marxistoide, es decir, enfrentamiento de
marxistas contra marxistas. Terminando en un oportunismo personalista
vergonzante que aún cree ser el único ortodoxo y, en mejor de los casos,
hasta heterodoxo; pero es evidente que hace sentir vergüenza ajena por
su grotesca actitud; ya que el materialismo dialéctico como filosofía del
marxismo es dinámico en la concepción de la realidad en constante
desarrollo y no es reproducción de lo que exactamente han dicho y
practicado los clásicos. A quien interpreta el marxismo, desemejante a él,
busca desesperadamente desacreditar, porque se siente cacique de la
verdad o cree serlo; no puede haber otra visión, sino a través de sus
prismas. El marxistoide busca, más que el marxólogo, el culto a la
personalidad, porque se considera míticamente el iluminado, como si
Marx se le hubiera revelado. En su afán destructor y sectario acusa a
todos de ser desleales al marxismo. No tiene consideraciones con su
clase social en general, ni con sus compañeros de trabajo o estudio en

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Algunos apenas han llegado a alisar pocos manualistas donde se tratan
en especie de catecismos dogmáticos y mecanicistas leyes y categorías,
y se consideran como los únicos entendidos del marxismo. Dilecto
marxistoide, las categorías filosóficas han sido desarrolladas desde la
filosofía esclavista desarrollándose en la historia, incluso por filósofos
eclécticos idealistas y, últimamente, por los manualistas ex soviéticos,
aunque con ciertas observaciones. No es que Marx y Engels de pronto se
iluminaron y empezaron a inventar categorías y leyes. Creer y entender
de esa forma es imprudente para el desarrollo dinámico del marxismo.
Como ya indicamos, los marxistoides son generalmente infantilistas,
sectarios, dogmáticos y son debilidad para el pueblo, porque
generalmente buscan su división en vez de unidad y vanguardia de las
clases oprimidas.

Los sabiecillos marxistoides buscan canonizarse en el marxismo puro,


diáfano e inmaculado libre de manchas que otros pudieran estar
contaminados de ideas heterodoxas, sin hacer esfuerzo alguno por
entender el análisis dinámico marxista de nuevas realidades de aquel
desacreditado heterodoxo.

Es lícita también la interrogante por la posición del autor que cuestiona a


los personajes mencionados, ante la interrogante predecible nuestra
respuesta es la del humanismo dentro de la humanidad y el infinito cuya
teoría y práctica se deben orientar a la transformación del mundo.

La presente obra es el enriquecimiento y ampliación de la obra anterior:


Ismos del marxismo ¿desarrollo de una utopía? Que se publicara años
atrás en Ayacucho.

Ayacucho, agosto de 2019

El autor

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ADOLFO QUISPE ARROYO

Apartado 00

EL MATERIALISMO DIALÉCTICO, FILOSOFÍA DEL MARXISMO

El materialismo dialéctico es la concepción filosófica científica del mundo


que estudia los problemas más generales de la naturaleza, la sociedad y
el pensamiento. Es una de las partes componentes del marxismo, en sí
su base filosófica. Considerada la forma superior del materialismo, la
única con carácter científico radicalmente opuesto a cualquier forma del
idealismo y crítico del materialismo mecanicista. Genialmente
desarrollada en base a la síntesis de la historia de la filosofía por Karl
Henrich Marx (1818-1883) y Friedrich Engels (1820-1895) desde la
década del 40 del siglo XIX, donde Marx en su principal obra: El capital
(1867) fundamentó su estudio en la búsqueda de las intrínsecas
contradicciones del modo de producción capitalista, las cuales encontró
a la luz de los conceptos de mercancía, valor, fuerza de trabajo, salario y
plusvalía. En esta y otras obras trabajó junto a su compañero y amigo de
lucha Engels. Este último sentó las bases del materialismo dialéctico en
su obra: Anti-Dühring (1878). Desarrolladas para el sentido marxista por
Vladimir Ilich Ulianov (1870-1924), conocido como Lenin; Liev
Davídovich Bronstein (1879-1940), reputado como Trotski; Iósiv
Visariónovich Dzhugachvili (1879-1953), popular como Stalin; Mao Tse
Tung (1893-1976); Kim il Sung (1912-1994), y distintos seguidores que
registra la historia universal como: Ho Chi Minh, Fidel Castro, Ernesto
Guevara y otros que a opinión de algunos, autores marxólogos y
marxistoides, se habrían apartado de las ideas ortodoxas de Marx,
Engels e incluso de Lenin presentando el marxismo como una ideología
solamente, sin aportes al desarrollo del materialismo dialéctico como
filosofía. El materialismo dialéctico representa toda una revolución en la
evolución del pensamiento humano, realizado sobre la base de la
síntesis de los avances científicos y filosóficos precedentes. Su
desarrollo posterior se dio en conexión indisoluble con la ciencia y la
práctica del movimiento obrero revolucionario. El materialismo dialéctico
reconoce a la materia como la única realidad y principio de todo lo
existente, siempre ha existido y existirá por siempre. Incluso la
conciencia es producto de la materia altamente evolucionada, pues
serían inconcebibles la idea, el pensamiento, la emoción, el sentimiento,
la voluntad y todos los procesos psicológicos subjetivos al margen de una
materia, en este caso del cerebro. Por principio, netamente científico, se
asevera que la materia no se crea ni se destruye, solamente se
transforma. La naturaleza en desarrollo dio origen a la vida en sus
diversas formas, se hace referencia a la sopa orgánica en condiciones
climáticas muy inestables en la combinación de los cuatro elementos

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básicos (CHON = Carbono, Hidrógeno, Oxígeno y Nitrógeno), para dar
inicialmente con los primeros bichos unicelulares (presumiblemente en el
mar) hasta su ser más desarrollado: el hombre, esto en millones de años.
Por cierto, el hombre llegó a ser hombre gracias al trabajo. Los seres
humanos son parte de la naturaleza y evolucionaron de formas de vida
inferiores, cuyos orígenes emanaron de un planeta sin vida hace algunos
3.6 billones de años. No existen fuerzas sobrenaturales, ideas absolutas
y dioses todopoderosos que dieron origen y dirijan al mundo; por lo tanto,
el mundo es cognoscible y transformable, pero es necesario descubrir,
conocer las leyes que rigen para transformar la realidad, pues las
conexiones internas son determinantes, mientras tanto las externas son
influyentes. La realidad está en constante cambio, movimiento y
transformación como proceso de desarrollo; el movimiento es una forma
elemental de la existencia de la materia; las otras formas elementales se
consideran el espacio y el tiempo, por supuesto, los cambios siguen
ciertas leyes no son cambios caóticos, aunque aparentan tal cosa.

El materialismo dialéctico concibe la realidad en constante cambio y


movimiento, esta realidad objetiva existe al margen e
independientemente de nuestra conciencia, y los objetos o fenómenos
de la realidad se encuentran interrelacionados en leyes y categorías, no
están totalmente aislados unos de otros.

El materialismo dialéctico define científicamente su objeto de estudio: los


principios, leyes y categorías más generales de la naturaleza, la
sociedad y el pensamiento. A la vez constituye una teoría y un método
para la cognición y transformación en la práctica de la realidad. Es la
teoría del desarrollo y de la concatenación universal indisolublemente
ligada a la ciencia, para ser ciencia ella misma. Considerada la filosofía
del hombre progresista y revolucionario, hostil a toda forma de
explotación del hombre por el hombre, condena a las clases dominantes
y sentencia por ley de la dialéctica a ser vencida por la clase dominada,
como un normal proceso del desarrollo. Demuestran que el materialismo
solo puede ser científico y consecuente hasta el fin si se hace dialéctico, a
la vez que la dialéctica solo puede ser auténticamente científica si se
hace materialista--alusión a Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770-1831),
filósofo idealista dialéctico--. A propósito, en el epílogo a la segunda
edición de El capital I Marx en Londres de 1875, escribió: El hecho de que
la dialéctica sufra en manos de Hegel una mistificación no obsta para que
este filósofo fuese el primero que supo exponer de un modo amplio y
consciente sus formas generales de movimiento. Lo que ocurre es que la
dialéctica aparece en él invertida, puesta de cabeza. No hay más que

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ADOLFO QUISPE ARROYO

darle la vuelta, mejor dicho ponerla de pie, y en seguida se descubre bajo


la corteza mística la semilla racional.

El materialismo dialéctico considera el conocimiento como reflejo de las


características, propiedades, principios, leyes de la realidad en nuestro
cerebro: Es una especie de fotografía, sostuvo Lenin. Para el
materialismo dialéctico el conocimiento no se acaba, se presentarán
cosas por conocer, es una tarea permanente. Y lo que se conoce de la
realidad no es un conocimiento absoluto, el conocimiento será
aproximado y relativo, se podrá profundizar continuamente. Para el
conocimiento se hace necesario la unidad de la teoría para aplicar en la
práctica que, a su vez, nos dan nuevas teorías. Es el normal desarrollo de
la dialéctica. Existe una unidad indisoluble entre la teoría y la práctica. No
existiría contradicción antagónica como afirman algunos marxólogos con
la teoría del conocimiento por fases, planteado por Mao. Siendo la
primera sensorial de apariencias externas, la segunda racional de
elaboración de conceptos, juicios a partir de los primeros datos para
comprobarlo finalmente en la práctica, si los conceptos, juicios y
razonamientos son verdaderos o falsos; pues el único criterio de verdad
es la práctica, sólo de la práctica podrían venir las ideas correctas,
sostiene la teoría marxista. En este sentido, las dos fases vendrían a ser
la teoría y, la última, la práctica que de todas maneras daría origen a la
primera fase. Esta es la dialéctica del conocimiento. Es cierto que Engels
analizó, sistematizó, ordenó, estudió y desarrolló el materialismo
dialéctico, sobre todo, referido a las leyes y categorías; mientras Marx
estudió y desarrolló el materialismo histórico. Es innecesario tratar de
distanciar. Como hacen los detractores marxólogos y marxistoides
porque son partes indisolubles de una concepción filosófica: el
materialismo dialéctico. De ahí el obrero tomó esta concepción como
propio con el nombre de marxismo principalmente en referencia a
problemas sociales. Engels, en el prólogo a la segunda edición de su
Anti-Dühring, en Londres de 1886, llama a esta concepción: La visión
comunista del mundo. En el mismo prólogo asevera: Marx y yo fuimos
probablemente los únicos en salvar la dialéctica consciente de la filosofía
idealista alemana, trasplantándola a la concepción materialista de la
naturaleza y de la historia. Engels, en el capítulo 13 de su Anti-Dühring
expone que: La dialéctica no es más que la ciencia de las leyes generales
del movimiento y la evolución de la naturaleza, de la sociedad humana y
del pensamiento.

Existieron y existen hombres que llevaron a la práctica las ideas


filosóficas de esta concepción del mundo. Es cierto que hubo deslindes
de un pensador a otro, pero sería parte de la dialéctica materialista. Los

20
marxólogos aprovecharon justamente las discordancias para tratar de
zaherir e interrogarse ¿Qué es dialéctica? Lleguen a un acuerdo…,
porque no se entiende quizá la dialéctica, como contradicción, lucha
entre opuestos donde lo nuevo vence a lo viejo siguiendo pequeños
cambios para llegar a un cambio brusco y dar lugar a una nueva realidad.
No es caótica e incomprensible como quieren hacer aparecer los críticos,
pues la dialéctica posee sus propias leyes. Estas leyes generales
consideradas por Marx, Engels y Lenin a la manera materialista son tres:
la ley de la unidad y lucha de contrarios, la ley de la negación de la
negación y la ley del tránsito de los cambios cuantitativos a cambios
cualitativos; a lo que Mao simplificó solamente en la ley de la
contradicción, generando discrepancias dentro del marxismo.

No es quizá pertinente analizar con profundidad, dado la naturaleza de la


obra, sin embargo, es necesario tener conclusiones:

ü La materia es la única realidad en el mundo y la conciencia es


producto de ella.
ü El mundo tiene un principio material en constante cambio,
movimiento y transformación.
ü El mundo es cognoscible, por lo tanto, se puede transformar.
ü Las condiciones internas son determinantes para el cambio,
mientras las externas son influyentes.
ü Para el conocimiento científico es necesaria la unidad indisoluble
de la teoría con la práctica.
ü El mundo existe al margen e independientemente de nuestra
conciencia, voluntad.
ü La materia existe en constante movimiento, es una de las formas
elementales de su existencia, siendo las otras formas elementales
el espacio y tiempo.
ü La conciencia es producto de la materia altamente evolucionada
(cerebro).
ü Los objetos y fenómenos se encuentran en constante
contradicción, como condición de su existencia y desarrollo.
ü Lo viejo, lo caduco; por ley tiene que ceder su lugar a lo nuevo que
es su producto en sí.
ü No existe un ser superior, sobrenatural o los dioses que disponga
y organice el mundo material.

21
ADOLFO QUISPE ARROYO

ü La religión es el opio del pueblo, especie de tranquilizante para no


transformar ahora nuestra realidad.
ü La naturaleza en desarrollo dio origen a la vida en sus diversas
formas.
ü Los objetos y fenómenos se encuentran interrelacionados en leyes y
categorías, no están aislados.
ü La dialéctica es una lucha entre opuestos donde lo nuevo vence a lo
viejo siguiendo pequeños cambios para llegar a un cambio brusco y
dar lugar a una nueva realidad.

LA CATEGORÍA DE VERDAD EN EL MATERIALISMO DIALÉCTICO

El concepto de verdad es la categoría básica de la teoría del


conocimiento y de la filosofía marxista en general; Las otras categorías
filosóficas como la materia, ser, existencia y dialéctica suponen el
concepto de verdad como su contenido y como objetivo de la
investigación.

Al hablar del materialismo dialéctico es imprescindible referirse a Karl


Marx y Friedrich Engels como fundadores de una filosofía científica,
quienes dejaron de especular, describir, explicar sobre la realidad y
propusieron además transformar la realidad con la verdad de aliado, la
única en forma de ley que inexorablemente se cumple ¿Pero qué es la
verdad, para los materialistas dialécticos? En respuestas sencillas los
materialistas dialécticos manifiestan que es el reflejo de las propiedades
de la realidad que existen independientemente de la conciencia en el
cerebro humano en forma de conocimientos, es la aproximación más
exacta a las propiedades de la realidad objetiva. En su obra Teoría del
conocimiento del materialismo dialéctico, Vostrikov A. (1970), sintetiza:

La verdad es una categoría gnoseológica que expresa la


correspondencia de nuestros conocimientos con la realidad objetiva. En
otras palabras, la verdad objetiva no es la realidad objetiva en sí misma,
existente fuera de nuestra conciencia; la verdad objetiva es el reflejo
veraz de la realidad objetiva en la conciencia (p.284).

Se expresa que Marx y Engels se entregaron a la intrépida aspiración a la


verdad. En la colección de obras: Academia de Ciencias de la URSS,
Ciencias Sociales (1984), citan a Marx, donde manifiesta: Pertenece a la
verdad no sólo el resultado, sino también el camino que conduce al
mismo. La investigación de la verdad debe ser por sí misma verdadera…

22
(p.87). Marx no habría conocido otro culto que no fuese a la verdad, luchó
contra los que pusieron la verdad en lugares inalcanzables, inaplicables,
escritorios o dueños absolutos de verdad que solían señalar al margen
de la realidad o de lo contrario absolutizaban la verdad en forma de
dogmas al margen de la realidad. Así Marx y Engels rechazaban las
verdades absolutas metafísicas, porque eran incompatibles con la
dialéctica. Más tarde, Lenin, explica con mayor detalle la verdad relativa,
señalando que las relativas condicionadas históricamente llevan en sí la
verdad absoluta. De esta forma, la suma de verdades relativas, es la
verdad absoluta, porque es desarrollo, no se alude a verdades absolutas
donde cesó la contradicción como proceso de cambio y desarrollo como
la fecha de la muerte de un personaje. Tratamos del cambio, movimiento
y transformación de la realidad objetiva, podemos señalar la existencia
de la materia después de tantas especulaciones, breves explicaciones
en forma de sombras subjetivas, productos de las sensaciones,
enajenaciones y otros argumentos a medida que se encuentran las
verdades relativas, finalmente, se llega a la verdad absoluta de la
existencia de la materia como una realidad objetiva. Por supuesto, esto
no significa un viva, encontré la verdad absoluta y quedarse con los
brazos cruzados, porque ya no hay dónde avanzar; este modo de
razonar no es dialéctico.

Las verdades absolutas y relativas constituyen aspectos de la verdad


objetiva indisolublemente vinculadas entre sí. En la misma colección de
obras: Academia de Ciencias de la URSS, Ciencias Sociales (1984),
señala:

La verdad es un reflejo singular de la realidad objetiva por el sujeto del


conocimiento, singular en el sentido de que no todo reflejo de lo objetivo
es verdadero. La verdad por definición es objetiva, se precisa decir que la
verdad objetiva es por definición relativa. Lo mismo debe decirse sobre la
verdad absoluta, cuyos límites son relativos (p.95).

El materialismo dialéctico se contrapone al relativismo absoluto; es decir,


a la concepción subjetivista agnóstica de la relatividad del conocimiento
con un absurdo y fatal: todo es relativo.

El materialismo dialéctico examina la verdad como unidad de la


objetividad y la relatividad del saber, rechazando la contraposición
antidialéctica de lo relativo y lo absoluto, desentrañando su unidad en el
proceso de conocimiento. Marx, en Tesis dos sobre Feuerbach afirmó: El
problema de si al pensamiento humano se le puede atribuir una verdad
objetiva, no es un problema teórico, sino un problema práctico. Es en la

23
ADOLFO QUISPE ARROYO

práctica donde el hombre tiene que demostrar la verdad, es decir, la


realidad y el poderío, la terrenalidad de su pensamiento. El litigio sobre la
realidad o irrealidad de un pensamiento que se aísla de la práctica, es un
problema puramente escolástico. Engels, establecía: …la base
fundamental del conocimiento humano, es la transformación práctica
que de la naturaleza hace el hombre. Lenin, refería: ...la verdad es un
proceso. De la idea subjetiva, el hombre avanza hacia la verdad objetiva
a través de la práctica que es, incluso, superior al conocimiento teórico.

Finalmente, Mao Tse Tung, uno de los considerados materialistas


dialécticos con aportes sustanciales, para algunos marxistas, también
considera la verdad en constante desarrollo teniendo como único criterio
de verdad, la práctica en sus tres formas: la lucha por la producción, la
lucha de clases y la experimentación científica.

TEORÍA Y PRÁCTICA

La teoría y la práctica se encuentran indisolublemente ligadas,


constituyen el principio dialéctico materialista en cuanto al conocimiento
y en la transformación de la realidad. Es una unidad dialéctica, pero no
son la misma. Pues, teoría constituye un reflejo y una reproducción
mental, ideal de la realidad; por otra parte, indisolublemente ligada a la
práctica, que plantea al conocimiento problemas acuciantes y exige su
solución. De ahí que la práctica y sus resultados, bajo el aspecto de
generalización tienen calidad de elemento orgánico en toda teoría.

Teoría y práctica son categorías filosóficas que designan los aspectos


espiritual y material del proceso histórico social único del conocimiento y
transformación de la naturaleza y de la sociedad. La teoría es la
experiencia de los hombres generalizada en la conciencia, es el conjunto
de conocimientos acerca del mundo objetivo, es un sistema
relativamente independiente de conocimientos concatenados por la
lógica interna de los conceptos que reproduce la lógica objetiva de las
cosas. La práctica es la actividad del hombre que asegura la existencia y
el desarrollo de la sociedad, es ante todo, el proceso objetivo de la
producción material base de la vida de los hombres, y también la
actividad revolucionaria y transformadora de las clases, así como, toda
forma de actividad social que conduce a la transformación del mundo. El
experimento científico es también una de las formas de la práctica. La
práctica, en última instancia, es el criterio de verdad de las
especulaciones, hipótesis y teorías.

24
La práctica también es la base de la unidad indisoluble teoría-práctica,
pues no existe la una sin la otra ¿Para qué el hombre necesitaría un
conjunto de conocimientos teóricos en forma de leyes, principios,
conceptos si no pudiera aplicarlas en la práctica?, además de dónde
tendría ese conocimiento teórico si no es de la práctica; pues carecería
de todo sentido lógico. Se sabe que para nuestras actividades cotidianas
necesitamos conocer características, explicaciones, descripciones que
se trabaja normalmente en forma de teoría que será, en última instancia,
la práctica o la actividad humana que dé la aprobación de su coherencia
lógica o será descartada, simplemente, porque dicha teoría está hecha
quizá para seres metafísicos, pero de ninguna manera para la actividad
creadora y transformadora del hombre, que viene a ser la práctica en la
realidad misma ¿Dónde buscaríamos la verdad de la teoría si no es en la
práctica? Suena anticientífico desviar la teoría a otros entes metafísicos
o de ultratumba. La base de la unidad teórico-práctica es justamente esa:
la práctica y por esta razón algunos consideran superior a la teoría, pues
como se repite es el único criterio de verdad y de ello sale la teoría, de
dónde más formularíamos teorías si no fuere de la práctica, es decir, el
conocimiento humano surge de la práctica y, a su vez, vuelve y sirve a
ella. Vostrikov A. (1970), resume:

La práctica, que liga directamente al hombre con el mundo objetivo, le


permite reflejar la naturaleza y la sociedad en sus representaciones y
conceptos, crear un cuadro aproximadamente veraz del mundo exterior;
la práctica es el criterio de veracidad del conocimiento…La teoría, pues,
puede elevarse sobre la práctica sólo en la medida en que emane de
ésta, se sustente y desarrolle con base en la práctica (p. 324).

EL MARXISMO

Doctrina y teoría social, económica, política y filosófica basada en la obra


de Karl Henrich Marx (1818-1883) y Friedrich Engels (1820-1895) y sus
seguidores, indisolublemente unida a dos ideologías y movimientos
políticos: el socialismo y el comunismo. Marx en Crítica del programa de
Gotha, escrito en 1875 en la sección 03, publicada por Engels
póstumamente en 1891, distingue: …la fase inferior del comunismo, una
sociedad mixta que carece de sus propias bases, y una fase superior, tras
la desaparición de la subordinación esclavizadora del individuo a la
división del trabajo y del contraste entre el trabajo mental y físico... Los
marxistas identifican la fase inferior con el socialismo y la fase superior
con el comunismo en la que cada persona contribuirá a la sociedad

25
ADOLFO QUISPE ARROYO

según su capacidad y recibirá de las reservas comunes según sus


necesidades. En el socialismo aún existen pequeñas propiedades
privadas, causal de algunas contradicciones en el pueblo, así como la
división del trabajo, elementos de una economía de mercado y el derecho
aburguesante de distribución de bienes conforme a la cantidad de trabajo
entregada a la sociedad y la presencia del Estado bajo la dictadura del
proletariado para protegerse de sus enemigos internos y externos,
además los horizontes mental y espiritual del pueblo estarán aún teñidos
de ideas y valores burgueses; mientras en el comunismo se superaría
estas diferencias. Marx a opinión de Engels, quien pronunciara un
discurso en la tumba de su amigo en el cementerio de Highgate en
Londres, el 17 de marzo de 1883, en los siguientes términos: … así como
Darwin descubrió la ley del desarrollo de la naturaleza orgánica, Marx
descubrió la ley del desarrollo de la historia humana: el hecho, tan
sencillo, pero oculto bajo la maleza ideológica, de que el hombre
necesita, en primer lugar, comer, beber, tener un techo y vestirse antes de
poder hacer política, ciencia, arte, religión, etc.

Pero no es esto sólo. Marx descubrió también la ley específica que


mueve el actual modo de producción capitalista y la sociedad burguesa
creada por él. El descubrimiento de la plusvalía iluminó de pronto estos
problemas, mientras que todas las investigaciones anteriores, tanto las
de los economistas burgueses como las de los críticos socialistas,
habían vagado en las tinieblas... Haciendo entender que Marx desarrolló
y sistematizó la concepción materialista de la historia (materialismo
histórico), es decir, la aplicación a la realidad social histórica de una
estructura dialéctica, analizando el proceso de la historia como el
desarrollo de las fuerzas productivas y la lucha de clases como el motor
de la historia, siendo la violencia partera de la historia, como suscribieran
inicialmente en el folleto aparecido a comienzos del año 1848 El
manifiesto comunista. La orientación marxista reconoce los siguientes
modos de producción: la comunidad primitiva, el esclavismo, el
feudalismo, el capitalismo, el socialismo y el comunismo; aunque Marx
no especifica esta forma de ordenamiento de la historia en sus obras. Lo
que sí reconoce Marx en el prólogo de la Contribución a la crítica de la
economía política, escrito en 1859, son los siguientes modos de
producción en la historia como épocas principales en el progreso de la
humanidad, pero todos ellos marcando los estadíos generales de la
evolución socioeconómica como un todo, y no las etapas que la historia
obliga a superar a cada país sin excepción. En la obra referida Marx,
reconoce:

26
1) Comunidad tribal, como el modo de producción más antiguo que se
formó por la reunión de varias familias, siendo primero nómada y
después agrícola. Con escasa división del trabajo y poca
productividad, estas sociedades practicaron un comunismo primitivo
y, en ellas, no encontramos clases sociales.

2) Sociedad asiática, continuación de la anterior. Sociedad rural en la


que no existía aún la propiedad privada. La propiedad está en manos
del déspota o del consejo formado por los jefes de familia que
controlaban la propiedad con vistas al interés común.

3) La ciudad antigua, la organización social de la antigua Grecia y


Roma son ejemplos de esta sociedad. Se formaban por la
agrupación de varias tribus. El poder estaba en la ciudad, no en el
campo. En su origen, la organización social era militar y la propiedad
de la tierra se obtenía con la guerra. Junto con las tierras como
propiedad del Estado, aparece la propiedad privada. El Estado es
considerado como la expresión de los hombres libres o ciudadanos.
Las clases sociales fundamentales eran la de los ciudadanos y la de
los esclavos.

4) Sociedad feudal, de origen rural, aunque pronto se haría también


urbana. La tierra estaba en manos de grandes propietarios y la
trabajaban los siervos. En ella encontramos división del trabajo,
clases sociales y jerarquía social. En la ciudad, también existía
división y jerarquía social: los artesanos deben pertenecer a
corporaciones y, dentro de ellas, la jerarquía básica es: artesanos,
oficiales y aprendices.

5) Sociedad capitalista burguesa, apareció como consecuencia del


desarrollo del comercio y la industria. Se da un gran desarrollo
técnico y una fuerte división del trabajo, lo que da lugar a clases
sociales muy diferenciadas. La clase dominante es la burguesía de
origen urbano. La concentración de trabajadores con vistas a la
mayor productividad da lugar a la aparición del proletariado. Se
pueden reconocer las siguientes fases:

Capitalismo comercial, con la ampliación de los mercados y el


descubrimiento de nuevos productos y materias primas, aparece y se
desarrolla la clase burguesa.

Capitalismo manufacturero e industrial, la producción se hace masiva


gracias a la aparición de las fábricas, la especialización en la actividad
productiva y la concentración de los trabajadores en las ciudades. La

27
ADOLFO QUISPE ARROYO

sociedad pasa de ser rural a urbana. Aparece la clase obrera o


proletarizada.

Capitalismo financiero y colonialista, ni Marx ni Engels caracterizaron


esta fase; la estudió, describió y explicó Lenin.

En sus análisis sociales, Marx infiere siguiendo su concepción


materialista que el ser social determina a la conciencia social, porque
determina la historia del pensamiento—superestructura—con la historia
del ser—base. En el prólogo de Contribución a la crítica de la economía
política (1859), Marx afirma: El modo de producción de la vida material
condiciona el proceso de la vida social política y espiritual en general. No
es la conciencia del hombre la que determina su ser; sino, por el
contrario, el ser social es lo que determina su conciencia. Analizando las
premisas del materialismo histórico de Marx, el estudioso de temas
marxistas, Korsch (2004), extracta:

A la fórmula objetiva del prólogo a la Aportación a la crítica de la


economía política: ´La historia de la sociedad es la historia de su
producción material y de las contradicciones surgidas y resueltas en su
desarrollo, de las fuerzas productivas con las relaciones de
producción…`, corresponde la fórmula subjetiva del Manifiesto
comunista: ´La historia de toda sociedad existente hasta hoy es la historia
de luchas de clases`.

La fórmula subjetiva clarifica y completa el sentido de la fórmula objetiva.


Indica por su nombre el real sujeto histórico que realiza con su acción
práctica el desarrollo objetivo (p.140).

La afirmación de Marx que el ser social determina la conciencia social,


refrendada por Engels en Anti-Dühring, sobre el estudio de la estructura
económica de la sociedad para explicar en última instancia toda la
superestructura es objeto de relevancia y minuciosidad en los trabajos de
todos los autores cuyo título fuese: Materialismo histórico, así por
ejemplo el estalinista, Konstantinov F. V. (1963) y la althusseriana
Harnecker (1976), recalcan constantemente que: las tesis de Marx y
Engels sobre la infraestructura (base) y la supraestructura
(superestructura) se desprenden de la solución dialéctica materialista
dada al problema de las relaciones entre la conciencia social y el ser
social. Estas tesis nos sugieren que debemos entender el modo de
producción como la base del ser social y luego entender el desarrollo de
las ideas políticas, jurídicas, filosóficas, religiosas, etc., a través del
sistema de relaciones de producción.

28
Indicios suficientes se tienen para citar a los dos autores como los más
leídos en temas referentes al materialismo histórico en los jóvenes
latinoamericanos que se inician en la actividad académica tendientes al
marxismo en general y al estudio de la sociedad en particular.

Marx, en economía política, analizó el trabajo socialmente necesario y la


plusvalía como el trabajo del obrero no remunerado, fuente de
explotación y enriquecimiento de la clase dominante, además de prever
la desaparición del Estado, pero después de un periodo de la dictadura
del proletariado como consecuencia de una revolución social, para abolir
la propiedad privada que es la causa fundamental para la existencia de
clases sociales, esta tesis fue bastante reforzada y estudiada por Engels.

Marx consideró que la filosofía debe servir a la liberación de la alienación


religiosa, económica, ideológica, política y social, no para interpretar o
contemplar al hombre. Afirmó en tesis once, sobre Feuerbach: Los
filósofos se han dedicado a interpretar el mundo de diversas maneras,
pero de lo que se trata es de transformar, esto en Bruselas, aún en 1845
publicado por Engels recién en 1888--en alusión al mismo Ludwig
Feuerbach (1804-1872), que fue catalogado como un materialista
contemplativo--, el marxismo no da lugar para la contemplación, y la
teoría se convierte en praxis revolucionaria al servicio de la supresión de
la propiedad privada. En la Tesis dos sobre Feuerbach, Marx evidencia
con seguridad el rol de la práctica respecto a la teoría, escribió: El
problema de si al pensamiento humano se le puede atribuir una verdad
objetiva no es un problema teórico, sino un problema práctico. Es en la
práctica donde el hombre tiene que demostrar la verdad, es decir la
realidad y el poderío, la terrenalidad de su pensamiento. El litigio sobre la
realidad o irrealidad de un pensamiento aislado de la práctica es un
problema puramente escolástico.

Conociendo la realidad se puede transformar y esta transformación es


necesariamente revolucionaria en unidad indisoluble de teoría y práctica
como criterio de verdad, he aquí una tesis gnoseológica de la filosofía
marxista, dándose una gran apertura a una nueva etapa en el
conocimiento filosófico. Más adelante, Lenin y Mao no se cansarán de
remembrar y desmenuzar las tesis de Marx.

Las tesis sobre Feuerbach no tratan de desmerecer las ideas filosóficas


del pensador ateo Feuerbach, sino de cuestionar su carácter
contemplativo e individual en vez de lo social, pues así como a Hegel, se
reconoce a Feuerbach. El filósofo italiano Mondolfo, Rodolfo (1877-
1976), en 1936 revalora la fuente—…es en la opinión del propio Marx y

29
ADOLFO QUISPE ARROYO

Engels, escribe Mondolfo, R. (2006)—transición del naturalismo al


historicismo (p.85), esto en referencia de transición del concepto de
historia de Feuerbach a Marx que no, necesariamente, debe ser
considerado rígido y unilateral tal apreciación, así como las críticas
mordaces hacia la religión en general y del cristianismo en particular.

Marx fue un duro crítico de la religión, principalmente, del cristianismo;


pues rechazaba la predicación de la sumisión, la esclavitud, la felicidad
ultraterrenal. Considera a las religiones como el reflejo especular de las
estructuras socioeconómicas, sin consistencia real. Fazio M. (2006),
analizando al respecto, comenta y cita a Marx en los siguientes términos:

En un primer análisis, parece que la religión es al mismo tiempo causa y


efecto de la alienación socio-económica. Es causa porque confirma la
injusticia, decorándola con una aureola sagrada. Sin embargo, para Marx
se trata más bien de un efecto, dado que si no existiese la injusticia
tampoco existiría la religión: La miseria religiosa es, por una parte, la
expresión de la miseria real y, por otra, la protesta contra ella. La religión
es el suspiro de la criatura oprimida, el corazón de un mundo sin corazón,
el espíritu de una situación carente de espíritu. Es el opio del pueblo
(p.237).

Marx en la parte introductoria de Crítica de la filosofía del derecho de


Hegel, escrito en París de 1844, además de considerar a la religión como
opio del pueblo, escribe: La superación de la religión como felicidad
ilusoria del pueblo es la exigencia de que éste sea realmente feliz. La
exigencia de que el pueblo se deje de ilusiones es la exigencia de que
abandone un estado de cosas que las necesita. La crítica de la religión es
ya, por tanto, implícitamente la crítica del valle de lágrimas, santificado
por la religión.

Paradójicamente la principal obra de Marx se llama El capital y no


Socialismo, por esta razón algunos marxólogos consideran que Marx
sólo quería describir y explicar el funcionamiento del sistema capitalista y
no buscar, necesariamente, otro sistema social. Mientras tanto, Engels
desarrolló mayormente el materialismo dialéctico en la naturaleza y
complementariamente en la sociedad, cuestionando al materialismo
mecanicista premarxista. Se debe a Engels su planteamiento del
problema cardinal de la filosofía de la relación entre el ser y el pensar,
para determinar una concepción materialista o idealista. Al respecto,
Engels en su escrito: Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica
alemana, en los inicios del capítulo II, elaborado a comienzos de 1886 y
publicado dos años después, fundamenta: El problema de la relación

30
entre el pensar y el ser, entre el espíritu y la naturaleza, problema
supremo de toda la filosofía… ¿El mundo fue creado por Dios, o existe
desde toda una eternidad? Los filósofos se dividían en dos grandes
campos, según la contestación que diesen a esta pregunta. Los que
afirmaban el carácter primario del espíritu frente a la naturaleza, y por
tanto admitían, en última instancia, una creación del mundo bajo una u
otra forma…, formaban en el campo del idealismo. Los otros, los que
reputaban la naturaleza como lo primario, figuran en las diversas
escuelas del materialismo.

Así mismo, cimentó la venida del socialismo utópico al socialismo


científico, mención especial merece sus reflexiones dialécticas de la
naturaleza, considerado uno de los legados más sorprendentes del
prestigio de la ciencia del siglo XIX; un fortín de demostración del
cumplimiento de las leyes de la dialéctica en la naturaleza (como en la
sociedad) nos referimos a su obra inconclusa, publicada recién en 1920
en Moscú con el título de Dialéctica de la naturaleza.

Dynnik (1975), comenta y cita a Engels cuando éste analiza el problema


de la religión en Anti-Dühring, al respecto en tomo III se lee:

El materialismo histórico permitió descubrir científicamente la esencia de


la religión y mostrar que ésta no es otra cosa sino “el reflejo fantástico que
proyectan en la cabeza de los hombres aquellas fuerzas externas que
gobiernan sobre su vida diaria, un reflejo en que las fuerzas terrenales
revisten la forma de poderes sobrenaturales” (p.266).

Marx y Engels partieron de la filosofía para después adentrarse en otros


campos de estudio. En concreto, Marx se centró en el pensamiento
político, en la economía política y en la historia política; los intereses de
Engels se dirigieron a las ciencias físicas, las matemáticas, la
antropología, las ciencias militares y la lingüística.

Precisar aportes individuales, no es necesariamente delimitar los


trabajos de Marx y Engels; pues ambos se han entregado a la intrépida
tarea de alcanzar una concepción científica del mundo. Se debe señalar
que Karl Marx en defensa de la ideología del proletariado luchó contra las
posiciones anarquistas de Mijaíl Alexándrovich Bakunin (1814-1876) y
Pierre Joseph Proudhon (1809-1865), a quien replicó con un ensayo:
Miseria de la filosofía, en referencia a la obra de Proudhon: Filosofía de la
miseria. Marx dotó al proletariado de la I Internacional en 1864 y
estableció el programa de los comunistas, mientras que Engels rebatió
con dureza las ideas aparentemente socialistas del pensador pequeño
burgués Karl Eugen Dühring (1833-1921), a quien le replicó con su obra

31
ADOLFO QUISPE ARROYO

conocida como: El Anti-Dühring, además Engels influyó para la


constitución de la II Internacional en 1889, diseñando programas y
políticas. De los ya referidos, cabe mencionar algunos escritos de Engels
de relevancia, entre ellos tenemos: El origen de la familia, la propiedad
privada y el estado (1884), El papel del trabajo en la transformación del
mono en hombre (1876), Del socialismo utópico al socialismo científico
(1892).

DOCTRINARIO MARXISTA

La obra de Marx puede dividirse entre sus primeros escritos filosóficos:


Manuscritos económicos y filosóficos (1844); La ideología alemana
(1845-1846),en colaboración con Engels La sagrada familia (1845),
Manifiesto comunista (1848), sus análisis de acontecimientos
contemporáneos El 18 brumario de Luis Bonaparte (1852); La guerra civil
en Francia (1871) y los escritos fundamentales de su madurez, sobre
todo, El capital, vol. 1, (1867); con ello, continuaba un proyecto que ya
había iniciado en Contribución a la crítica de la economía política (1859) y
Fundamentos de la crítica de la economía política (1859), los volúmenes
2 y 3 de El capital, fueron publicados póstumamente por Friedrich Engels
en 1885 y 1894, respectivamente. Las ramificaciones de la doctrina
marxista podemos encontrarlas en ámbitos filosóficos, económicos,
históricos, políticos y de la mayoría de las ciencias sociales. Ningún otro
teórico ha sido tan estudiado y discutido durante el siglo XX como Karl
Marx. La razón de este interés está lejos de ser exclusivamente
académica. Ningún otro pensador moderno ha tenido tanta influencia
sobre los movimientos políticos y sociales.

Marx pretendía desvelar las leyes inherentes al desarrollo del


capitalismo. Consideraba que cada época histórica se caracterizaba por
un modo de producción específico que se correspondía con el sistema de
poder establecido y, por lo tanto, con una clase dirigente en perpetuo
conflicto con la clase oprimida. Así, la sociedad medieval estuvo
caracterizada por el modo de producción feudal, en el que la clase
poseedora de la tierra obtenía una plusvalía del campesinado que
trabajaba aquella. Las sucesivas transiciones del sistema de esclavitud
al feudalismo y del feudalismo al capitalismo se produjeron cuando las
fuerzas productivas, es decir, los grupos relacionados con el trabajo y los
medios de producción como las máquinas, no podían seguir
desarrollándose con las relaciones de producción existentes entre las
distintas clases sociales. Así, la crisis que afectó al feudalismo cuando el

32
capitalismo necesitaba una creciente clase trabajadora conllevó la
eliminación de las bases legales e ideológicas tradicionales que ataban a
los siervos a la tierra.

La relación fundamental del capitalismo, basada en salarios, parte de un


contrato entre partes jurídicamente iguales. Los propietarios del capital
(capitalistas) pagan a los trabajadores (proletariados, poseedores
únicamente de sus fuerzas de trabajo) salarios a cambio de un número
de horas de trabajo acordado. Esta relación disfraza una desigualdad
real: los capitalistas se benefician de parte de lo producido por los
trabajadores y no remunerado en sus salarios. En la interpretación
económica de la enajenación, sostenía Marx, que las personas estaban
enajenadas de su propio trabajo, ya que al no poseer los medios de
producción, otra persona (el propietario o capitalista) se apropiaba de su
trabajo que pasaba a ser obligatorio y no creativo, convirtiéndose el
trabajador en especie de instrumento de trabajo, cautivo de ella para
deshumanizarse. Para Marx: …el obrero existe para el proceso de
producción y no éste para el obrero…así como en las religiones se ve al
hombre esclavizado por las criaturas de su propio cerebro, en la
producción capitalista se ve esclavizado por los productos de su propio
brazo, esta enajenación del trabajo, aunque existente en toda la historia,
alcanza su cima en la sociedad capitalista y que la clase trabajadora es la
más enajenada en esta sociedad que viene a ser la más cruel y
deshumanizada que las sociedades anteriores, puesto que el hombre es
una pequeña pieza complementaria de las grandes maquinarias para
convertirse, finalmente, en pequeñas máquinas, despojándose de su
condición de humano, estos análisis realizó Marx muy joven, en
Manuscritos económicos y filosóficos continuando y cimentándolo en su
madurez en El capital I.

Marx analizó, también, la fuente de acumulación de riqueza del


capitalista a través del trabajo del obrero, denominándose esta noción
económica como plusvalía, que equivale al beneficio que el capitalista
obtiene por la apropiación del trabajo excedente no pagado a los
asalariados obreros. En una jornada de trabajo, los trabajadores
destinan parte de la misma a producir por valor de su consumo de
subsistencia, lo que se denomina producción socialmente necesaria. El
resto del tiempo se genera un plusvalor que se apropia el capitalista. La
diferencia entre el tiempo total de trabajo y el socialmente necesario se
denomina plusvalía. Se puede establecer la razón entre la masa de
plusvalía y el capital variable utilizado, a la que se denomina tasa de
plusvalía. Esta tasa expresa el grado de explotación de los trabajadores,
y también puede definirse como el cociente entre el trabajo excedente y

33
ADOLFO QUISPE ARROYO

el socialmente necesario. El capitalista puede aumentar la tasa de


plusvalía incrementando la plusvalía absoluta (sin variar el proceso
productivo amplía la jornada o disminuye el salario) o la relativa
(introduciendo mejoras tecnológicas).

Esta plusvalía generada en favor de la clase capitalista proporciona a los


propietarios del capital una gran riqueza y el control sobre el desarrollo
económico de la sociedad. De esta manera se están apropiando no
solamente de la riqueza, sino también del poder. La compleja
superestructura política, el conjunto de leyes e ideologías, regula y
refuerza este tipo de relaciones sociales. En efecto, al poseer la
plusvalía, los capitalistas pueden acumular riqueza y poder,
determinando la dirección que seguirá la sociedad. Los bienes
producidos mediante el sistema capitalista deben tener valor de uso, ya
que, de no tenerlo, no se podrían encontrar compradores; pero para el
capitalista deben tener valor de cambio: no se producen para el consumo
del propio capitalista, sino para que éste pueda intercambiarlos por
dinero. Así, la producción capitalista es esencialmente una producción
dirigida al intercambio y no a la satisfacción de necesidades. La
competencia hace que las empresas capitalistas ineficaces vayan a la
quiebra y se tienda a la concentración de empresas y la creación de
monopolios, al tiempo que los mercados no dejan de crecer, pues las
técnicas productivas y los medios de intercambio están continuamente
cambiando y mejorando.

Las crisis son un fenómeno inherente al capitalismo. Los capitalistas


intentan aumentar la intensidad de la jornada laboral y, en consecuencia,
la productividad del trabajo. Por su parte, los trabajadores, si están
organizados, resistirán. Los capitalistas intentarán ampliar los mercados,
pero al mismo tiempo pagarán a sus trabajadores el mínimo posible. Si lo
consiguen, tanto el consumo como la demanda de los trabajadores
disminuirán, los mercados se reducirán y el capitalismo entrará en crisis.

El marxismo propone el socialismo como un nuevo y superior sistema


social económico que sigue al capitalismo, se entiende el socialismo
como una etapa de tránsito al comunismo.

EL comunismo es una ideología política cuya principal aspiración es la


consecución de una sociedad en la que los principales recursos y medios
de producción pertenezcan a la comunidad y no a los individuos,
avizorándose inclusive la desaparición del Estado. En teoría, estas
sociedades permiten el reparto equitativo de todo el trabajo en función de
la habilidad y, de todos los beneficios, en función de las necesidades.

34
Algunos de los conceptos de la sociedad comunista suponen que, en
último término, no se necesita que haya un gobierno coercitivo y, por lo
tanto, la sociedad comunista no tendría por qué tener legisladores. Sin
embargo, hasta alcanzar este último estadío, el comunismo debe luchar,
por medio de la revolución social, para lograr la abolición total de la
propiedad privada; la responsabilidad de satisfacer las necesidades
públicas recae, mientras dure el proceso, en el Estado.

El trabajo, para el marxismo en una sociedad comunista, tiene una


naturaleza muy diferente que no es enajenante, por el contrario
humaniza, puesto que es una actividad inherente al hombre que se
presentará como placentero y sin desintegraciones discriminantes de
actividades manuales e intelectuales, rurales o urbanas como sucede en
el capitalismo, inclusive en el socialismo. En el comunismo, el hombre se
realizará como tal, se considerará realmente humano y su trabajo será
para la satisfacción socio-biológica y psicológica de sus necesidades y
no para generar plusvalía utilizada como fuente de explotación.

Con la interpretación materialista de la historia se divide el desarrollo de


la misma, siguiendo los modos de producción en: comunidad primitiva
(sin clases sociales), el esclavismo (el aristócrata esclavista y el esclavo),
el feudalismo (el señor feudal y el siervo), el capitalismo (el burgués y el
proletario), socialismo (aún con clases sociales, porque quedan
pequeñas propiedades privadas y con la dictadura del proletariado a la
cabeza del Estado) y el comunismo (sin clases sociales y sin Estado).
Queda recalcar que al sistema comunista ningún país ha ingresado en su
desarrollo es una mera teoría y para los críticos un retroceso y utopía. Así
mismo, el célebre llamamiento de Marx y Engels a comienzos de 1848 en
el famoso texto Manifiesto comunista Proletarios de todo el mundo uníos,
no se concretó en la práctica, quizá sí, la otra apreciación de Un fantasma
recorre Europa, el fantasma del comunismo, pero para los críticos, quedó
justamente en eso, en fantasma, por la inminente desmembración de los
sistemas pretendidamente marxistas. Además se suele criticar la
afirmación de Los obreros no tienen patria. No se les puede arrebatar lo
que no poseen y Los proletarios no tienen nada que perder en ella, más
que sus cadenas. Tienen, en cambio, un mundo que ganar; referido a una
revolución internacional ya que en la práctica de estas teorías en los
sistemas pretendidamente marxistas, el proletariado fue reprimido con
una fiereza propia de dictadura, bajo consigna de orgullo chauvinista,
alejándose más de lo que Marx avizorara para el bienestar de la
humanidad.

35
ADOLFO QUISPE ARROYO

INTERPRETACIONES DEL MARXISMO

La compleja, y a veces confusa, obra de Marx, permitió que se produjeran


interpretaciones dispares de la misma. Ya antes de 1914, la ortodoxia
dominante, representada en Alemania por Karl Johann Kautsky (1854 -
1938), y que defendía la inevitabilidad del colapso del capitalismo a
través de la revolución, fue puesta en duda por Eduard Bernstein (1850-
1932), auténtico fundador de lo que vino a denominarse revisionismo.
Tras la Revolución Rusa (1917), Lenin añadió a la doctrina marxista una
interpretación del imperialismo, una teoría del Estado y los principios de
la organización revolucionaria liderada por el partido; la formulación de
leninismo permitió hablar de una doctrina marxista-leninista. Las
posteriores aportaciones hechas al marxismo por Iósif Stalin (1879-
1953), el estalinismo, que negaba la internacionalización de la
revolución, Liev Trotski (1879-1940), el trotskismo, que preconizaba la
internacionalización de la revolución permanente, Mao Tse Tung (1893-
1976), el maoísmo, que suponía la adaptación del marxismo al tercer
mundo o Antonio Gramsci (1891-1937), que subrayó el papel de la
ideología en una sociedad civil para la construcción de una hegemonía
política en el papel de los intelectuales se sumaron a las distintas
interpretaciones que en el siglo XX se hicieron del pensamiento de Marx.

Pareciera que los intérpretes o los hermeneutas críticos de los textos


marxistas encuentran un placer singular en hallar algunas debilidades de
estas teorías. Axiomáticamente todas las corrientes filosóficas liberales
burguesas, pequeñas burguesas, cristianas y anarquistas discrepan con
el marxismo, por la defensa de los intereses de una determinada clase
social. A continuación se extraen algunas observaciones de interés
filosófico que realizan los estudiosos reconocidos respecto al marxismo.
Así Fazio M. (2006), cuestiona:

…la esperanza en un futuro libre y justo presenta algunas perplejidades


para quien desea encontrar una coherencia interna en el sistema. Si la
lucha de clases es el motor de la historia, ¿Se detendrá la historia
después de la revolución? De ser así, ¿El paraíso comunista se
encuentra más allá de la historia? Parece que en Marx la teoría de la
historia quiere hacer convivir dos momentos que son incompatibles: el
elemento apocalíptico del fin de la historia, heredado por la tradición
judeo-cristiana, y la necesidad de la dialéctica en cuanto ley intrínseca de
los eventos humanos, de tradición hegeliana (p.243).

Se niega a Marx algún aporte original a la filosofía, pues habría repetido


lo obvio del materialismo, invirtiendo el sistema de Hegel, además la

36
naturaleza humana no cambiaría al cambiar la base económica, pues se
empezaría a competir por el poder, status y la sociedad no mejoraría
como había previsto Marx. Esta idea corresponde a Magee B. (2004),
que es compartida con su entrevistado Singer, quien al respecto afirma:

No creo que Marx hiciera contribuciones importantes a la filosofía en el


sentido estricto en que concebimos esta disciplina, como referida a los
problemas de la naturaleza última de la realidad. Marx era materialista,
pero no expuso su materialismo de un modo filosófico; lo aceptaba como
algo obvio. Lo que importaba era el mundo material, no algo remoto como
“la razón universal” que Marx descartaba por considerarlo una especie
de abstracción metafísica alemana. Por esa razón no dio argumentos a
favor del materialismo y, por lo tanto, no hizo ninguna contribución a esa
discusión filosófica (p.221).

Es necesario precisar que Bryan Magee es muy próximo a Karl Raymund


Popper (1902-1994), filósofo antimarxista británico de origen austriaco,
muy afín al neopositivismo.

Apunte especial merece el que sentó las bases del positivismo lógico,
nos referimos al británico Bertrand Russell (1872-1970), quien en su obra
Diccionario del hombre contemporáneo, que circula desde 1952,
observa a Marx en los siguientes términos:

Considerando puramente como filósofo, Marx tiene graves


inconvenientes --escribe Russell (1988)--. Es demasiado práctico,
demasiado preocupado por los problemas de su tiempo. Sus teorías se
limitan a este planeta y dentro de este planeta al hombre. Desde
Copérnico, se ha hecho evidente que el hombre no tiene la importancia
cósmica que se arrogaba originalmente. Ningún hombre incapaz de
asimilar este hecho tiene el derecho de llamar científica a su filosofía (p.
174).

Además de lo referido, Russell cuestiona a la filosofía marxista, es decir,


al materialismo dialéctico del cual deduce que metafísicamente es
materialista que adopta en su método la dialéctica sugerida por Hegel,
que a la vez difiere mucho de él en muchos aspectos importantes. En
cuanto a asuntos humanos considera Marx, como causa principal de
todos los fenómenos sociales, al método de producción y cambio
predominante en un período dado, esto en explicaciones económicas de
la historia, que para Russell son contribuciones importantes a la
sociología; sin embargo, no considera completamente cierta ni confía en
que todos los grandes cambios históricos pueden ser mirados como
evoluciones, tácitamente menos como revoluciones.

37
ADOLFO QUISPE ARROYO

Continuando con los filósofos que nos ventean el neopositivismo


integracionista, llegamos al filósofo español José Ferrater Mora(1912-
1991), quien en su Diccionario de filosofía, publicado en 1941 considera
al marxismo dentro de los parámetros de un diccionario. Ferrater Mora
(2001), al respecto afirma:

El marxismo procede filosóficamente del hegelianismo, pero efectúa en


él una profunda inversión. Lo valioso de Hegel es para Marx, como para
todos los hegelianos de izquierda, el método y no el contenido. El
contenido hegeliano se refiere sobre todo a la tesis sostenida con
insistencia de la primacía del espíritu absoluto y del
autodesenvolvimiento del espíritu. Para Marx, en cambio, la realidad es
lo contrario: lo primario es la naturaleza; lo secundario, el espíritu (p.
349).

Por lo demás, Ferrater Mora atribuye a Marx el estudio de la naturaleza y


la sociedad, principalmente, con el método dialéctico, reafirma que Marx
no concebía a la naturaleza solamente en un sentido materialista y
determinista, sino en dinámica dialéctica. Además la historia no es
desarrollo del espíritu para Marx, sino una manifestación de las
relaciones de producción. Resalta que el materialismo dialéctico del
marxismo, lo mismo que su materialismo histórico, son totalmente ajenos
al mecanicismo. Más adelante curiosamente en su Diccionario de
filosofía abreviado, que empieza a circular en 1970 ya no considera al
marxismo, solamente en apéndice histórico, o sea, a finales del
diccionario nos da brevísimas referencias de Marx.

Otro observador sagaz del materialismo dialéctico como filosofía oficial


de un partido político comunista es el fraile dominico neotomista suizo de
origen polaco, Bochenski I.M. (1902-1995), quien cuestiona el carácter
partidario y privilegiado de la filosofía marxista en Rusia Soviética, así
como el entusiasmo por la ciencia, la fe profunda e ingenua en el
progreso y la entrega al evolucionismo darwiniano. Simplifica el
materialismo dialéctico como un enlace de la dialéctica de Hegel con el
materialismo del siglo XIX y cuestiona la teoría del conocimiento marxista
calificándolo como realismo absoluto e ingenuo de la bien conocida
especie empirista. Nuestro autor neotomista, homologa la práctica como
criterio de verdad en el conocimiento marxista, con el pragmatismo,
según las necesidades conducentes al éxito, para lapidar que aún en el
caso en que la verdad estuviera determinada por las necesidades, jamás
el conocimiento podría ser una copia, ni siquiera parcial, de la realidad.

Bochenski I. M. (1969), al referirse a la filosofía marxista escribe:

38
Efectivamente, se diferencian de cualesquiera otras publicaciones, en
primer lugar, por su unidad, pues todos los autores vienen a decir lo
mismo, después, por las numerosas y prolijas citas de sus clásicos, que
tienen que suministrar paso a paso los argumentos para las tesis
expuestas. Acaso se deba también a esa vigilancia la mediocridad de los
filósofos de esta escuela. En todo caso ella explica el dogmatismo
extremado, el chauvinismo y la actitud agresiva del materialismo
dialéctico (p. 83, 84).

Entre otros religiosos que consideran a Marx como satanista y al


comunismo como religión rival del cristianismo tenemos a: Wurmbrand,
Richard (1979) con su obra ¿Fue Karl Marx un Satanista? y D´arcy,
Martín (1959) con Comunismo y Cristianismo.

No podía estar al margen la posición de índole existencialista respecto a


Marx y el marxismo, si bien el filósofo francés Jean Paul Sartre (1905-
1980) apreciaba el marxismo diferente de la practicada en la Unión
Soviética, sus claras matices existencialistas terminaron sepultando su
óptica marxista. Su compatriota, amigo y compañero del existencialismo
Albert Camus (1913-1960) fue abierto y declarado antimarxista, así
extraemos algunos pasajes de su ensayo El hombre rebelde escrito en
1951, donde rechaza la consistencia teórica del marxismo, así como la
pretensión de teoría científica. Camus (2007), afirma en términos
existencialistas:

Marx es a la vez un profeta burgués y un profeta revolucionario. El


segundo es más conocido que el primero. Pero el primero explica
muchas cosas del destino del segundo. Un mesianismo de origen
cristiano y burgués a la vez histórico y científico ha influido en su
mesianismo revolucionario, nacido de la ideología alemana y las
insurrecciones francesas.

En oposición al mundo antiguo, la unidad del mundo cristiano y el mundo


marxista es sorprendente. Las dos doctrinas tienen en común una visión
del mundo que las separa de la actitud griega. (p. 221, 222).

Además de lo referido, Camus considera al marxismo como una profecía


dogmática en la historia bajo el manto de mesianismo terrenal. Sentencia
que el marxismo no es científico; es, en el mejor caso, cientificista que
pone de manifiesto el divorcio profundo que se ha producido entre la
razón científica, fecundo instrumento de investigación, de pensamiento y
hasta de rebelión, y la razón histórica, inventada por la ideología alemana
en su negación de todo principio. Concluye que los marxistas, en su afán
de parecer científicos, ponen la razón científica al servicio de la profecía

39
ADOLFO QUISPE ARROYO

marxista. Para tal colofón recurre constantemente al proceso seguido en


la Rusia Soviética, principalmente del momento estalinista.

Otro autor referente de la filosofía de tendencia existencialista es el


italiano Nicola Abbagnano (1901-1990), quien considera a la filosofía
marxista como propio del comunismo y de un partido político,
reconociendo al comunismo como una ideología política que encuentra
su programa en el Manifiesto comunista, publicados por Marx y Engels, y
continuados por Lenin y Stalin, tácitamente por los rusos comunistas.
Reconoce y considera, también al materialismo histórico con una
posibilidad explicativa a la cual se debe recurrir en determinadas
circunstancias y no como un principio dogmático como habría sugerido
Engels. Nuestro autor italiano, cuestiona incisivamente a los marxistas
que afirman que en todos los casos los acontecimientos y situaciones
histórico-sociales deban ser explicados por el determinismo de los
factores económicos, advierte que tal tesis es tan dogmática como la que
quisiera excluir, en absoluto y en todos los casos, el determinismo de
tales factores. Cuestiona también la llamada dictadura del proletariado,
pues el verdadero proletario ha sido reemplazado por un partido político,
tal como sucediera en Rusia Soviética.

Observa a Marx como elaborador de teorías invirtiendo el punto de vista


de Hegel; así por ejemplo: la afirmación de que el ser social del hombre
determina la conciencia es una simple inversión de la afirmación
hegeliana de que la conciencia es la que determina el ser social del
hombre.

Retomando su crítica a la filosofía marxista o sea el materialismo


dialéctico, recurrimos a Abbagnano, quien en su escrito de 1961
Diccionario de filosofía (1993), literalmente afirma:

Con esta expresión se señala la filosofía oficial del comunismo, en


cuanto, en cuanto teoría dialéctica de la realidad (natural e histórica).
Más que de un materialismo se trata en realidad de una dialéctica
naturalista cuyos principios fueron expuestos por Marx, y desarrollados
por Engels, en una forma que más tarde ha sido más o menos
servilmente seguida por los filósofos del mundo comunista, que son los
únicos discípulos de tal filosofía (p.781).

Abbagnano en su monumental obra Historia de la filosofía producidos de


1946 a 1950 en el tercer volumen dedica un breve tratado sobre el
pensamiento marxista acusando a Engels de malinterpretar y tergiversar
las ideas originales de Marx. Refiere que para Marx la dialéctica es un
método de estudio de la sociedad y la historia, mientras que Engels

40
considera como método de estudio de la naturaleza en contraposición al
método dialéctico de Hegel, quien consideraba como método de estudio
del pensamiento. En este sentido Engels encuadra el marxismo en las
concepciones de las ciencias positivistas de su tiempo, buscando el
candelario positivista y cientificista del marxismo. Además Abbagnano
considera irreal considerar a Marx y Engels como propulsores del
proyecto común llamado materialismo histórico, pues este es creación
del primero y no del segundo.

Por lo referido, resumidamente nos queda claro que la revisión de


algunas fuentes de tendencias críticas y soberbias intelectuales llevan
tendenciosamente a considerar a Engels como el primer revisionista
dentro de la historia del pensamiento marxista, desde luego esta
soberbia canibalesca obedece a la óptica del desmerecimiento del
marxólogo y en ocasiones a la inopia del marxistoide.

Por otra parte, la teoría marxista es cuestionada por instigar la violencia


social como partera de la historia y la lucha de clases como motor de la
misma, estas observaciones refutan el carácter revolucionario y los altos
costos sociales de dicho proceso. Nuevamente recurrimos a Fazio M.
(2006), quien reprende, referido al costo social de los regímenes
marxistas, en los siguientes términos: Recientes estudios demuestran
que el comunismo en el poder ha causado aproximadamente cien
millones de víctimas, entre 1917 y 1989 (p.248). A manera de
contraejemplo podemos interrogarnos ¿Cuántos millones mueren
constantemente por el capitalismo? La respuesta puede resultar
espeluznante, sin pretender la justificación de la violencia irracional
desatada por cualquier sistema.

Por lo demás, el autor referido, cuestiona la violencia y la época del terror


de Lenin-Stalin, lamentando la desgracia y el terror aún mayor en Asia
con Mao Tse Tung quien sería el personaje histórico que en números
absolutos habría causado más muertos en el siglo XX y en números
relativos Pol Pot ganaría la macabra competición, pues los Khmer rojos
asesinaron en la década de los 70 a un tercio de la población total de
Camboya. Estas y otras apreciaciones invectivas contra el marxismo
analiza el autor, además de innumerables ensayistas con pretensiones
falsacionistas respecto al marxismo.

Un clásico estudioso de las teorías sociales Cohan A. S. (1977), señala:

La teoría marxista puede considerarse no válida o, al menos, aún no


validada; sin embargo, muchas proposiciones marxistas han sobrevivido
durante un considerable lapso de tiempo, principalmente en la clase

41
ADOLFO QUISPE ARROYO

trabajadora como la clase revolucionaria (p.260).

En otra reflexión tenemos la apreciación partidista de Rosental M. M.


(1990), en su Diccionario filosófico frecuentemente consultado, sostiene:
El marxismo es enemigo resuelto e inconciliable de todas las
representaciones acerca de esencias sobrenaturales, cualesquiera que
sean los ropajes de que las revistan las religiones y la filosofía idealista
(p.389). En otra alusión, también sostiene que el marxismo es la filosofía
hostil tanto al fatalismo como al voluntarismo y otras corrientes
defensoras de la reacción, para mantener el sistema vigente bajo
intereses de la clase dominante. Así mismo, considera al marxismo como
doctrina revolucionaria que constituye un sistema íntegro y armónico de
concepciones filosóficas, económicas y político-sociales.

En seguida tenemos la apreciación del maestro cantuteño Del Castillo, V.


(1995), quien al respecto refiere:

El marxismo-leninismo es la única corriente filosófica científica, es la


forma superior del materialismo, radicalmente opuesta al idealismo; es
una filosofía contraria a concepciones metafísicas, míticas, religiosas por
estar indisolublemente ligada a la ciencia y ser ella misma (p.27, 28).

Como toda teoría social, el marxismo, es objeto de tergiversaciones e


intentos de falsificación con sentidos moderadores y minimizaciones de
sus principales tesis a intereses de otras clases sociales. Brugger, W.
(1975), en un sentido moderador y receloso entiende:

El marxismo en sentido muy restringido que es una crítica del


capitalismo, muy perspicaz, fundamentadas en el materialismo dialéctico
e histórico aunque tiene muchas falsedades, según dicha crítica la
historia humana se reduce a una historia de la lucha de clases, y el
Estado a un instrumento de que se sirve la clase dominante para oprimir a
la dominada en cada caso (p.325, 326).

Cronos (2008), tomando partido señala que: El marxismo-leninismo no


sólo explicó científicamente el mundo, sino que determinó las
condiciones, vías y medios de su transformación (p.412). Realzando así
el carácter transformador del marxismo.

Así mismo tenemos la apreciación de alguien que no comulga con el


marxismo, el conocido epistemólogo Mario Bunge (1919- ) en su
Diccionario de filosofía (2007), acepta:

Al marxismo como una mezcla extremadamente influyente de ciencias

42
sociales, filosofía e ideología. La filosofía marxista consiste en el
materialismo dialéctico y el histórico. Aquél es una ontología mientras
que éste es la aplicación del primero al estudio de la sociedad (p.132).

Muchos, observaron y observan la funcionalidad del método dialéctico y


su pretensión de alcanzar el carácter científico, además de las tesis
centrales del marxismo, en este trama están inmiscuidos autores de
diferentes corrientes antimarxistas, principalmente, entre ellas de
tendencias, entre otras, neopositivistas, neotomistas, pragmatistas,
existencialistas y neoliberalistas.

Se observa a la dialéctica la pretensión de ser un método, puesto que


éste es un invento de las especulaciones de un filósofo y no fue
empíricamente controlado ni demostrado. Así en su obra Epistemología,
Bunge (1988), afirma:

No hay pues método dialéctico sino más bien un enfoque dialéctico de


problemas, sea teóricos, sea prácticos, consistente en presuponer la
ontología dialéctica e intentar encajar en ella los objetos de interés. Tal
enfoque se caracteriza por la búsqueda de polaridades y por la
exageración de la importancia de los conflictos (en la naturaleza, en la
sociedad o en el pensamiento a expensas de la cooperación y de
cualesquiera otros mecanismos de cambio (p.172).

Además de lo citado Bunge, sarcásticamente alude que estas formas de


analizar, principalmente en sociología son típicas de los sociólogos del
Tercer Mundo, pero en realidad nadie sabe en qué consiste, cuáles son
sus reglas, a qué y cómo se las aplica, ni cómo se controla su aplicación.
Finalmente, concluye su observación al método dialéctico calificándolo
de pensamiento arcaico y muy antiguo característico de reducir a pares
de opuestos: día-noche, mortal-inmortal. Si bien, Bunge reconoce el
movimiento, rechaza que el movimiento sea causado necesariamente
por una lucha de contrarios.

Volviendo a su Diccionario de filosofía, Bunge (2007), nuevamente pone


en tela de juicio el uso de la dialéctica como método, afirma que:

En el hegelianismo y el marxismo, la dialéctica se considera en unas


ocasiones como un método y en otras como una filosofía. La primera
interpretación es errónea, pues ni Hegel, ni Marx, ni tampoco sus
seguidores han propuesto un método(o procedimiento estandarizado)
propiamente dicho que huela a dialéctica. La dialéctica es una filosofía y,
más precisamente, una ontología. La epistemología y la ética dialécticas
son inexistentes (p.51).

43
ADOLFO QUISPE ARROYO

Por lo citado, nos parece inaudito que un docto como Bunge, niegue que
Hegel o Marx hayan propuesto como método la dialéctica, pues el
mismísimo Marx en su prólogo de El capital afirmó que su método
dialéctico es inversamente diferente al de Hegel, pues en Hegel se
encontraba de cabeza por ser idealista y Marx fue el encargado de
invertir la situación, o sea, ponerlo de pie a la manera materialista. Por lo
afirmado es sumamente extraña la negación de Bunge del uso del
método dialéctico en Hegel, Marx y sus seguidores.

Así mismo, Bunge rechaza las leyes de la dialéctica por su aparente


ingenuidad. Recurriendo otra vez a su Diccionario de filosofía (2007),
encontramos que:

La ontología dialéctica se reduce a las llamadas leyes de la dialéctica,


planteadas por Hegel y reformuladas por Engels y Lenin. Estas leyes
son: 1) toda cosa sería una unión de contrarios; 2) todo cambio se origina
en una oposición (o “contradicción”); 3) la cualidad y la cantidad se
transforman entre sí. Las partículas elementales—las unidades
fundamentales que constituyen el mundo—son contraejemplos de la
primera “ley”. Cada ejemplo de cooperación en la naturaleza o en la
sociedad arruina la segunda. La tercera “ley” es ininteligible tal como está
formulada, pero puede reformularse caritativamente del siguiente modo:
En todo proceso cuantitativo se producen (pueden producirse) cambios
cualitativos y, una vez que ocurren, se inician nuevos modos de
desarrollo o de decadencia. Esta es la única “ley dialéctica” clara y
verdadera, si bien no incluye el concepto de contradicción, que es el sello
de la dialéctica (p.52).

Además de ello, considera que la dialéctica nunca se ha formalizado


porque se trata de una doctrina confusa. Así Bunge desecha el carácter
metódico de la dialéctica y la pretensión científica de la misma. Esta
observación incisiva de nuestro autor argentino nos ventea al
neopositivismo.

44
PEDAGOGÍA MARXISTA LA EDUCACIÓN PARA EL MARXISMO

Marx y Engels, para elaborar su teoría, parten de la crítica a la educación


unilateral y/o capitalista (donde hay escuelas para obreros y escuelas
para burgueses) a la que contraponen la formación omnilateral del
hombre en igualdad de circunstancias.

Las concepciones educativas de Marx y Engels utilizan como


instrumento práctico el método dialéctico materialista, realista y crítico
que parte de lo concreto, estudia los hechos y sus contradicciones,
además plantea la transformación de la realidad. Los hechos deben
servir de base a la teoría, pero la teoría debe proponerse cambiar los
hechos. No basta interpretar el mundo, lo más importante es
transformarlo.

Las concepciones educativas de Marx y Engels tienen en cuenta al


hombre de su tiempo que vive en una época en que la gran industria está
ya definitivamente establecida. En lugar de aplicar unas ideas educativas
preconcebidas, ellos extraen las ideas de la propia estructura económica
y del sistema de producción capitalista.

Los tres grandes principios educativos socialistas serán la gratuidad, la


laicización y la ya citada educación politécnica. Para Marx y Engels es
muy importante el principio de la omnilateralidad de la polivalencia. Se
entiende por polivalencia la preparación para el desempeño de cualquier
trabajo y el desarrollo total de las capacidades del hombre, también la
atención de todas sus necesidades.

Los contenidos concretos de la enseñanza marxista abarcarán tres


aspectos: la educación intelectual, la educación física y la instrucción
politécnica.

La enseñanza marxista reniega de la Iglesia porque esta se rige por


principios burgueses. Por esto se define como laica, coeducativa y, por
supuesto, gratuita. La combinación de educación con trabajo productivo
constituye el fundamento de la pedagogía socialista.

Es fácil identificar el carácter clasista y revolucionario que defiende la


filosofía marxista en abierta lucha y oposición a cualquier otra forma de
convicción, teoría o planteamiento sobre la economía, sociedad y
educación.

La visión del modelo educativo que se concibe se puede organizar de la


siguiente manera: siguiendo las exposiciones de José Carlos Mariátegui,

45
ADOLFO QUISPE ARROYO

Carlos Castillo Ríos, José Lora Cam, entre otros. Así se tiene que: No es
posible democratizar la enseñanza de un país sin democratizar su
economía y, por ende, su superestructura política. Anotación célebre
marxista de José Carlos Mariátegui.

Castillo Ríos, C. (1990), manifiesta:

Para el socialismo científico la educación es un fenómeno de la lucha de


clases, su mejor escuela, la única es la revolución y a ella se le rinde culto
en el hogar, el jardín de la infancia y todos los grados y modalidades de la
educación formal (p.75).

La educación que propone cada gobierno de turno no es auténtica, son


copias, imitaciones de otras realidades muy distintas a lo nuestro que
obedecen a ciertos intereses de la clase dominante convertidos en
serviles de los grandes imperialistas del mundo, con la farsa de nuevo
enfoque pedagógico, nueva propuesta pedagógica, nueva secundaria y
demás planes con clara intención de seguir manteniendo el orden del
sistema establecido, con exorbitantes inversiones, la implementación,
mantención del docente en una ocupación bastante inútil: cientificistas,
técnicos, autómatas, calificaciones por unidades y/o criterios, no dan
tiempo al docente a analizar la realidad nacional, con salarios míseros y
fuerzas represivas al día.

Considerando que pensar es peligroso en el Perú, se aniquilan


selectivamente asignaturas de ciencias sociales, específicamente, de
filosofía, razón muy evidente de una tendencia conservadora y
manipuladora. Pero sí se da cantidades de horas pedagógicas a las
llamadas ciencias formales, incluso a la religión con la libertad que
garantiza la Carta Magna; sin embargo, otros enfoques no tienen espacio
para analizar o estudiar los planteamientos que hacen ver la realidad
nacional; claro esto significaría una amenaza al sistema vigente.
Apelando a Castillo Ríos, C. (1990), quien señala:

…nuestra intelectualidad oficialistas de mentalidad colonial no resultaba


nada extraño que, ante la complacencia de la clase que estaba en el
poder, nuestras escuelas funcionan como calco y copia de aquellos
modelos metropolitanos que nos deslumbraron sin medida con sus
aportes disfrazados de ciencia y modernidad (p.138, 139).

Nuestra educación no es peruana ni lo será, si no tenemos una


independencia política, económica respecto a los grandes países
capitalistas. Son atenuantes las discriminaciones raciales, sociales,
económicas, incluso regionales sin que la educación solucione ni

46
solucionará en estas condiciones. Los maestros debemos estar a la
vanguardia de las luchas sociales.

Una verdadera educación es multifacética, integral entendiéndose en los


procesos biopsicosociales, es decir, en lo afectivo, cognoscitivo, volitivo,
además de humanístico, reflexivo, crítico y consciente de la clase social a
la cual pertenece y lucha por ella; por consiguiente, defender, describir y
transformar la realidad donde le tocó vivir. Por lo tanto, no es copiar,
repetir, memorizar o priorizar una determinada área. Muchos
educadores están al margen de los problemas existentes, por ende son:
sumisos y alienados por otras realidades fantásticas.

A la pregunta ¿Cómo concibes una escuela que aporte al cambio social?,


en Crítica de los planes de Educación de la “IU” y el APRA, Castillo Ríos
(1990), responde:

...si un educador es revolucionario deja automáticamente, de ser


transmisor de conocimientos. Es decir, relega toda pedagogía, didáctica
y tecnología para asumir una nueva función frente al acto educativo y un
distinto rol a cumplir en relación a sus alumnos, los padres de familia y el
país en general. Comprueba que no se trata tanto de enseñar geografía o
aritmética sino de entender qué está pasando en nuestro país y hacer
todo lo posible para erradicar de nuestro medio la explotación del hombre
por el hombre. Analiza los problemas de sus alumnos, de la escuela
donde trabaja, y une el proceso educativo al destino concreto (social y
económico) de su comunidad. En esas condiciones trata que la escuela
se convierta en agencia orientadora de la vida del pueblo... Al gobierno
burgués le interesa ahora una escuela teórica, académica y, en todo
caso, exclusivamente trasmisora de conocimientos. Le conviene que
maestros y alumnos se ocupen de conjugar verbos, enumerar las
capitales de los países europeos y sepan, de memoria, las fechas,
nombres y detalles de las guerras europeas (p.75, 76).

En un sistema económico, político y social con la existencia de clases


sociales, la educación tiene su sello de clase al servicio de la clase
dominante. El capitalismo no sólo actúa económica y laboralmente, al
contrario su acción es ideológica para apropiarse de la conciencia del
pueblo que domina.

En el terreno educativo, el objetivo principal es ingresar a la mente de los


profesores para lograr que escuelas, colegios y universidades actúen
como centro de transmisión de conocimientos ahistóricos y neutros de lo
más automatizados y no, precisamente, como lugar donde se analice la
realidad nacional y se ponga en práctica una pedagogía liberadora.

47
ADOLFO QUISPE ARROYO

Interesa al imperialismo una escuela que enseñe a sus alumnos asuntos


triviales y conocimientos vacuos, no le convence ni le conviene una
educación que invite a reflexionar sobre los problemas sociales y
económicos de los pueblos que domina; pretende, pues perennizar la
explotación hacia los pueblos llamados subdesarrollados, otorga pautas
de educación con una serie de técnicas, su idea es convencer al maestro
que necesita más de tecnología que ideología en la educación; se debe
borrar de todo panorama formal e informal las categorías sociológicas
de: lucha de clases, explotación del hombre por el hombre y la búsqueda
de un nuevo sistema más justo; sin embargo, el magisterio leal a la
convicción y a su condición de explotado rechaza las formas alienantes
de modelos educativos foráneos y serviles, que los gobiernos de turno
adoptan en abierta defensa de los intereses de una minoría. Incluso los
gobiernos de turno ante evidentes fracasos de planes y credibilidad
recorren a mitificar el marxismo, para distraer a la opinión pública y seguir
con la corrupción y complacencia al amo imperialista. Así el Estado
colonial peruano en una coartada criolla, ante reclamos sociales, grita a
todo horizonte, existen infiltrados marxistas. Si bien es cierto, que la
ideología se adelanta a la psicología social, francamente no podemos
negar la tremenda desigualdad social que existe en la realidad local,
nacional y latinoamericana en general. Al respecto en Mitologías
universales y latinoamericanas Lora Cam, J. (2003), señala:

La metodología desplegada por la burguesía para alienar a las masas


consiste en utilizar prioritariamente la escuela y los medios de
comunicación. Estos mecanismos sociales, son los encargados de que
las masas jamás adquieran una concepción racional del mundo,
entendida como el conjunto de ideas, conceptos, representaciones que
explican causalmente la religión, la moral, el arte, el derecho, la política,
la educación, la ciencia y la filosofía. Y la tarea de alienar a las masas por
parte de la escuela y de los medios de comunicación, se complementa
con el papel que despliegan la mayoría casi la totalidad de intelectuales
del estado (adscritos a las clases dominantes) en todos los intersticios
culturales (p. 34).

Los primeros pedagogos marxistas, bajo el sistema político-económico


socialista, que trataron de interpretar al marxismo como una verdadera
filosofía humanista científica, aceptado por la Academia de Ciencias de la
ex URSS como tal, se puede mencionar como el máximo representante a
Antón Semiónovich Makárenko (1888-1939), quien confesó su fidelidad
al marxismo, estando seguro de poseer la verdadera pedagogía
soviética, convencido de haber logrado la interpretación educacional
más ortodoxa del marxismo. Literalmente afirmó, en Fullat O. (2000):

48
Ningún medio puede ser inmutable o siempre útil operando del mismo
modo. La pedagogía es una ciencia dialéctica que en absoluto admite
dogma alguno. Teleologicidad y dialéctica de los medios educativos, he
aquí los principios fundamentales existentes en la base del sistema
educativo soviético (p.240).

Las ideas pedagógicas de Makárenko son en línea al marxismo por su


carácter científico y una educación para el humanismo auténtico, donde
no existan explotadores ni explotados. Fue bastante adulada, lo es
ahora, tomando como un modelo pedagógico progresista que,
lamentablemente, no se aplicaría en una sociedad con clases sociales
bien diferenciadas. Al definir su ideario educativo, el propio Makárenko,
afirmaba:

Defino en unas cuantas palabras nuestros objetivos: aseo, trabajo,


estudio, una vida nueva y una nueva bondad humana. Viven en un país
feliz, en el que no hay amos ni capitalistas, en el que el hombre puede
crecer y desarrollarse en medio de una actividad realizada de buen
grado. (cit. por Fullat, p. 241).

Como se observa la pedagogía de Makárenko busca el desarrollo real de


un auténtico humanismo, busca fortalecer la sociedad sin clases
sociales, donde el hombre se realice como tal, libre de alienaciones que
quiten la esencia humana convirtiendo al hombre en un instrumento más.
Quiérase o no, en una sociedad con clases sociales, la educación es
netamente clasista al servicio e interés de la clase dominante; idearios
como éstos son tomados por un sector del magisterio para oponerse a
cualquier otro modelo educativo dirigidos a mantener y fortalecer el
sistema vigente. Makárenko se centra en la ortodoxia más pura del
marxismo, admite plenamente el valor de la dialéctica en su sistema
educativo y se aparta del materialismo vulgar, mecanicista y
determinista. Trabajo, estudio, tensión socialista y ambiente de alegría es
pedagogía marxista.

Makárenko se basa en la práctica y en la experiencia. Esto lo ayudó a


solucionar los problemas reales que se vivían en la Colonia Gorki. Debido
a las características con las que los niños llegaban a la colonia,
Makárenko afirmó que: El niño no es ni bueno ni malo por naturaleza, sino
que es la educación la que decide este aspecto en última instancia. Para
solucionar los problemas que se vivían en la colonia, Makárenko, basó su
pedagogía en dos puntos principales: la creación de la conciencia de
grupo y el trabajo productivo.

49
ADOLFO QUISPE ARROYO

Para crear la conciencia de grupo tuvo la idea de dividir a los niños en


pequeños grupos estables de 4 ó 5 niños, entre los cuales había un
responsable. Esto permitía que se creara un grupo consolidado que
favorecía la reeducación de los niños.

Pero la experiencia demostró que esta conciencia de grupo se remitía


solo a este pequeño grupo estable, así que Makárenko decidió crear
grupos inestables de trabajo destinados a tareas extraordinarias
(recoger la cosecha, plantar...), formados por un integrante de cada
grupo. La responsabilidad también variaba; ya que Makárenko
consideraba que los niños debían aprender tanto a acatar como a
ordenar.

Las actividades llevadas a cabo en la Colonia Gorki pretendían hacer que


la comunidad se impusiera sobre la individualidad, por lo que nos
encontraremos con actividades de: teatro, coros, bandas de música, etc.
Los niños eran educados en un ambiente castrense para acabar así con
cualquier resquicio de individualidad en ellos. Makárenko considera que
para crear esta sensación de grupo cohesionado es necesario que los
niños cumplan unas órdenes y sigan una disciplina. Esta autoridad se
debía ir perdiendo poco a poco, a medida que los niños se reeducaban,
hasta que llegaban a formar parte de la asamblea.

En lo que respecta al trabajo productivo, Makárenko fue seguidor de las


teorías socialistas, por lo que incluyó en su pedagogía el aprendizaje a
través del trabajo.

Los niños eran instruidos de una manera integral: formación intelectual,


física, artística, sexual, política, ética, moral y manual.

El trabajo productivo lograba varios objetivos en la Colonia Gorki; por un


lado, creaba una conciencia de grupo que reeducaba a los niños y; por
otro, enseñaba a los nuevos comunistas que no existían diferencias entre
el trabajo manual y el intelectual. La Colonia Gorki podía
autoabastecerse e incluso lograr un superávit que ingresaba al Estado
socialista.

Cabe insistir que se trata de una pedagogía orientada a la construcción y


fortalecimiento del socialismo, es decir, contiene unos valores
determinados y, al mismo tiempo, combate otros valores individualistas
aburguesantes. Llegando a una concepción integral y dinámica de la
pedagogía, así pues, no estamos ante un simple método, sino ante todo
un sistema.

50
Los valores esenciales en los que se basa son: la colectividad, el trabajo,
la disciplina consciente. Estos rasgos son los que le valen la acusación
de cuartelario. Las ideas pedagógicas las desarrolló en constante
práctica desde 1920, cuando aún muy joven maestro recibe esta
responsabilidad.

Nada como leer el Poema pedagógico del soviético Makárenko, que salió
a relucir en 1933 la primera parte; la segunda en 1934 y la tercera en
1935. Después de la lectura uno se hace ideas claras de sus conceptos
pedagógicos y el proceso de la formación de hombres socialistas. El
colectivo como entidad que une, en realidad salva a individuos
encanallados y totalmente individualistas como son los ladrones y
delincuentes juveniles, el trabajo como actividad que igualmente une,
premia y castiga. Muestra a la persona que su acción se transforma en
bienes comunes y en hechos, la disciplina es responsabilidad consigo
mismo y con los demás, disciplina consciente basada en el acuerdo en
cuanto a la vida común y los objetivos de la colectividad y los del
individuo. Así es como realmente el individuo (estudiante) es participante
activo de su formación.

Resulta de todo ello una pieza verdaderamente emocionante y altamente


aleccionadora, donde se forman personajes realmente épicos y
profundos. Muchos de ellos terminan como médicos, pedagogos,
ingenieros y tenientes coroneles que no son otra cosa que ciudadanos
soviéticos conscientes formados en la Colonia Gorki.

Makárenko fue considerado como el máximo pedagogo de la Rusia


Soviética, demostrando casi constantemente una desconfianza de lo que
él llamaba Olimpo Pedagógico; es decir, de los sabiondos teóricos
metodistas. Vio en la revolución de octubre una apertura de inmensas
perspectivas, incluso en el plano educativo, y puso lozanamente manos a
la obra para transformar la escuela en sentido socialista, es decir,
imponiéndole el carácter colectivista y productivo de la nueva sociedad.
Es evidente su contrariedad a la Escuela Nueva de tendencias
aburguesantes como la educación dentro del capitalismo.

Otro pedagogo renombrado del socialismo soviético del siglo XX y padre


de la corriente conocida como personalismo educativo es Vasil
Sujomlinski (1918-1970), quien trabajó, como maestro, durante 35 años
con niños, y desde su escuela orientó gran parte el pensamiento
pedagógico soviético desde una perspectiva personalista frente a la
doctrina oficial de lo colectivo y el grupo, frente a lo individual y personal.

51
ADOLFO QUISPE ARROYO

Se basa en presupuestos característicos de la Escuela Nueva


occidental, como el paidocentrismo y el idealismo, pero a su vez los
combinaba con los principios de la educación socialista.

Su método pedagógico se conoce también como escuela de la alegría; la


cual, junto a la felicidad y la libertad, se convierten en la base de su
pedagogía. Basa la enseñanza en la felicidad y alegría infantil porque un
niño preocupado o triste no está en condiciones de aprender, de ahí su
obsesión por preparar el ambiente escolar propicio.

Sus planteamientos educativos pretenden demostrar que también es


posible educar mediante este sistema a los adolescentes sin que por ello
falte el rigor y la exigencia precisa para que los alumnos adquirieran los
conocimientos y habilidades previstas.

En la escuela creaba campos de tensión motivadores del estudio e


interés voluntario por los proyectos. La motivación se conseguía a partir
de los intereses del niño y mediante el juego.

También se valora el factor social y comunitario, puesto que defiende la


necesidad de desarrollar todas las posibilidades del educando en un
ambiente colectivo de trabajo. La idea esencial de este maestro es la
interrelación de todos los factores que intervienen en la educación.

La escuela no tiene como escenario el aula, sino la naturaleza. El método


es el despertar emocional de la razón, el enseñar al niño a pensar, pero
dirigiéndose al sentimiento y sólo a través de éste a la mente. Evitaba las
actividades competitivas que pudieran humillar a los menos capaces y se
mostraba partidario de la gimnasia, la emulación de la belleza y la
armonía de los movimientos.

Sujomlinski, cree en el niño y en su capacidad. Procura aleccionar a los


maestros bajo estas mismas directrices, al tiempo que insiste en la
necesidad de la autoinstrucción y/ o autoeducación.

En seguida, partimos de una afirmación para esbozar las ideas


pedagógicas de otro autor soviético.

El hombre nuevo es el resultado en primer lugar, del proceso histórico


revolucionario; y sólo en segundo lugar proviene de la reunión de
actividad educativa y producción material. Pavel Petrovich Blonskij
(1884-1941); pedagogo marxista soviético. (Cit. por Fullat, p. 242).

52
Blonskij fue el máximo exponente de la pedagogía soviética de los
primeros tiempos de la Revolución Rusa (1917-1921), que se distinguió
por sus experiencias de educación basadas, por los observadores en la
psicología voluntarista. Blonskij fue formado en las teorías de la Escuela
Nueva en la Educación Activa que unió a una interpretación radical de las
ideas marxistas del trabajo productivo y la educación intelectual con el
método global de enseñanza llamado complejos. Sustituirá al
conocimiento por materias en una escuela única de formación y de
trabajo organizada en guardería infantil, escuela elemental y escuela de
trabajo para adolescentes. Sostuvo que: La familiarización con las
herramientas y las máquinas permite el interés del niño por la economía
familiar, relacionada a su vez con los intercambios comerciales y la
producción. La práctica de los oficios preindustriales proporciona un
dominio de la historia y la filosofía de los instrumentos para el trabajo
humano; mientras que la vida comunal introduce a los escolares en las
pautas de organización de la sociedad comunista. La escuela del trabajo
industrial pretende garantizar los conocimientos científico-técnicos, de la
naturaleza y del hombre recuperando de esta manera la unidad de la
escuela y la vida.

En general, los soviéticos buscaron fortalecer el ideal de un hombre


nuevo socialista: digno, humano, solidario, altruista, amigable, promotor
de la paz duradera para la humanidad. Al respecto Shishkin Aleksandr
Fedorovich en el capítulo VIII de su obra: Ética marxista, extracta que: El
hombre es amigo del hombre, refiriéndose a las características
señaladas como manifestación de una educación socialista, por ende,
con una moral de orgullo inquebrantable en su misión de llegar al
comunismo, donde el hombre con un auténtico humanismo logrará
finalmente la dignidad. Shishkin A. F. (1966), respecto a lo observado
señala:

El socialismo eleva a un alto nivel la dignidad de la personalidad humana.


Únicamente en la sociedad socialista se aplica en su significado real el
concepto de persona por igual al hombre y a la mujer, a los individuos de
distinta nacionalidad, de cualquier color, de diferentes profesiones. Sólo
en él se da una actitud justa hacia el hombre. En el espíritu del auténtico
respeto a la dignidad humana, educa la sociedad socialista a sus
miembros. La dignidad del hombre es protegida por la sociedad y por el
Estado (p.193).

53
ADOLFO QUISPE ARROYO

Avizoramos las ideas pedagógicas del marxista italiano Antonio Gramsci,


justamente cuando se analiza el pensamiento de este pensador dentro
del denominado neomarxismo.

Otro autor marxista de la educación con amplio tratado es el polaco


Bogdan Suchodolski (1907-1992), entre otras obras reconocidas se
tienen: Teoría marxista de la educación, publicada en Varsovia de 1961,
Fundamentos de la pedagogía socialista en versión española, circula
desde 1974.

Este filósofo-pedagogo para la construcción de su teoría educativa, parte


de la crítica a la educación tradicional; ya que entendía que la escuela
había nacido en unas condiciones sociales y culturales totalmente
distintas de las actuales, ya no respondían a las exigencias presentes al
no preparar a las generaciones jóvenes en la responsabilidad y en los
valores para la nueva vida social y cultural. Se imponía educar a
individuos valiosos, hombres desarrollados en todos los aspectos y con
una plasticidad intelectual que les permita buscar nuevas soluciones y
seguir el ritmo de los progresos científicos y tecnológicos.

La pedagogía tradicional no contribuye a la participación creadora en la


vida social y cultural, tiende a reproducir las desigualdades y a perpetuar
las situaciones de privilegio. Suchodolski plantea la educación del futuro
dentro del socialismo. El futuro habrá de conformarse bajo el signo del
creciente papel de la ciencia y la técnica en la vida humana de la mayor
responsabilidad de todos en relación con los problemas sociales
comunes, bajo el desarrollo de la instrucción y la cultura de las masas y
de las nuevas victorias en la lucha por la liberación nacional y social de
los pueblos oprimidos. La sociedad dependerá del grado en que sus
miembros sepan realizar sus actividades profesional y social, al nivel que
de ellos exigirán los progresos de la ciencia, la técnica, la economía y la
organización social.

El problema para planificar la educación del futuro está en que no se sabe


qué tareas y qué condiciones se presentarán en el futuro. Para este
pedagogo, la educación socialista puede concebirse por los términos
siguientes: sociedad, cultura y trabajo; siendo la preparación con miras a
la participación activa en la sociedad, para la realización creadora del
trabajo profesional y para la participación activa en la vida cultural, en las
cuales se refleja la tendencia de la sociedad socialista a realizar la
convergencia de los intereses sociales y la satisfacción de las
necesidades crecientes de tipo individual. Al respecto Suchodolski
(1965), señala:

54
En el camino hacia ese futuro son necesarios grandes esfuerzos y
víctimas, voluntad y valentía decididas. El proletariado, despojado por la
burguesía de sus bienes materiales y espirituales, emprende la lucha por
su liberación, para proteger su verdadera patria, para proteger el orden
socialista, que la burguesía quisiera arrebatarle (p.157).

La pedagogía socialista debe formar un nuevo modelo humano en el que


se concilien el pasado con el futuro, los problemas e intereses
individuales con los sociales, las tareas aisladas con las cooperativas. La
educación del futuro debe tener una perspectiva integradora, es decir,
plantear lo intelectual, lo moral y lo estético de forma constituida. La
práctica se dirige a toda la personalidad del sujeto y le permitirá formarse
de una manera polivalente y multifacética. Así el individuo alcanza su
pleno desarrollo, se vuelve más racional, sensible y activo. Siendo capaz
de vivir y actuar según las exigencias de la cultura científica, de pensar
según los modelos científicos.

La pedagogía socialista será capaz de integrar el estudio y el trabajo. El


trabajo pierde su carácter enajenante al convertirse en el reflejo de la
necesidad fundamental humana de la acción creadora. El joven no debe
trabajar para producir solamente, sino en cuanto se forma y desarrolla.
Suchodolski (1965), reafirma:

La pedagogía vinculada a los principios del materialismo dialéctico e


histórico y a la lucha revolucionaria de la clase obrera por la sociedad
socialista representa una pedagogía cualitativamente nueva. No
prosigue ninguna de las concepciones preexistentes a pesar de que
recoge la pedagogía utópica de la mayoría social, que protesta. Expresa
las necesidades de las masas oprimidas y las libera de sus aspectos
ilusorios utópicos. Da a la pedagogía el arma de la filosofía materialista y
la apoya en la organización del proletariado en la lucha (p.311).

Otra dimensión de esta pedagogía, es la combinación e integración de


las enseñanzas de tipo general y las de tipo profesional. El trabajador
debe estar preparado para abandonar su especialidad y enfrentarse a
otro tipo de trabajo.

Además, debe integrarse la escuela y la vida; la actividad pedagógica no


puede limitarse a educar a los niños, además debe incluir a jóvenes y
adultos. Esta perspectiva de Suchodolski pretende acabar con el
antagonismo individuo-sociedad, porque el desarrollo del hombre y del
mundo se encuentra en estrecha relación, siendo el desarrollo del mundo
un producto de las actividades humanas y siendo las actividades
humanas un producto del desarrollo de ese mundo. Lo mismo ocurre con

55
ADOLFO QUISPE ARROYO

la dualidad presente-futuro, ya que el futuro no es lo que los hombres


esperan que sea, sino el producto de lo que se está forjando gracias a sus
actividades presentes, sus logros y sus errores. De esta manera ambos
conceptos están relacionados.

En definitiva, la Escuela tiene que estar abierta al mundo, facilitar los


contactos entre los estudiantes y el medio social para fomentar valores
de participación y asumir responsabilidades. Se deben seleccionar los
contenidos no pudiendo faltar las ciencias matemáticas y físicas, la
química y la biología, las ciencias sociales y las humanísticas en general;
así como, el estudio de la estructura de la ciencia. De forma integrada
aparece la educación moral destinada a integrar al hombre en una acción
concreta, enseñarle a actuar adecuadamente y participar en la vida
social, basándose en la comprensión de las consecuencias sociales de
su actividad personal.

También este pedagogo tiene, muy en cuenta, los aspectos personales


como parte de la educación integral, por lo que sugiere fomentar las
facultades creativas, imaginativas y expresivas de cada ser humano.

Volviendo al plano nacional referimos que el verdadero maestro es quien


entiende y analiza la realidad nacional para proponer cambios, estos
cambios traen consigo lucha desde la perspectiva de la filosofía
científica, así como hiciera el gran maestro Mariátegui. Es bastante
conocido el carácter extrauniversitario de Mariátegui, sin embargo, para
los profesores y futuros profesionales es el guía y se debe leer por
obligación académica, moral y nacional las obras del Amauta.

Entre los postulados de carácter pedagógico marxista se mencionan: La


educación polivalente, articulación dialéctica de los cambios escolares
para con la transformación de la sociedad, vinculación de la enseñanza
con el trabajo o la educación por el trabajo, educación integral,
multifacética, educación política: primacía de la ideología, la aplicación
de la línea de las masas y la participación, universalización del estudio: la
comunidad enseñante, sustitución del individualismo por el altruismo,
limitación de los estímulos materiales, y otros. Este modelo pedagógico
es un reflejo de la sociedad socialista que difícilmente se daría en una
sociedad con clases sociales bien diferenciadas. Valer Lopera, L. (2004),
observa:

…los que se sitúan en la perspectiva marxista centran sus análisis en el


papel que la escuela cumple en la sociedad, en su significado social y
político; proponen al tiempo una escuela socialista en la que ese papel y
significado queden invertidos de modo que dejen de servir a la
reproducción de la división social del trabajo y la cultura (p.25).
56
Finalmente, esbozamos la educación en China Popular, observada
desde muy cerca por el maestro peruano Carlos Castillo Ríos (1929- ) en
sus apuntes: La educación en China una pedagogía revolucionaria
(1988), el autor parte que después de la Revolución Cultural se derrumbó
lo viejo y se inició el período de la creación de lo nuevo que tiene las
siguientes características educativas sobresalientes:

I. Educación política: primacía de la ideología, evidentemente la base de


la ideología del chino debía ser el materialismo histórico y esta
característica se aplicaba en todos los niveles y modalidades de la
educación china, por todos los medios, siendo los puntos importantes
para la educación política del pueblo chino:

1) El pensamiento Mao Tse-tung.

2) La aplicación de la línea de masas y la participación.

3) El conocimiento de la realidad político social china.

II. Combinación de la enseñanza con el trabajo productivo, es decir,


estudio y trabajo simultáneos, con espíritu de ahorro y laboriosidad.
Reivindicar el trabajo manual con el trabajo intelectual para eliminar las
diferencias que estimulan divisiones laborales en la sociedad. Manifestar
lo que se sabe teóricamente en la práctica.

III. Universalización del estudio: la comunidad enseñante, indica que el


estudio no es meramente para el escolar sino constituye una práctica
universalizada llevada a cabo en todas partes y para todos. Nadie deja de
estudiar sea en la escuela, comunidad, fábrica, comunas o ejército; esto
con la finalidad de consolidar el socialismo por las condiciones
cambiantes permanentemente. Todos los medios deben realizar y
representar la realidad revolucionaria.

IV. Otras características, en este rubro el autor nos narra que las tres
primeras funcionan como agentes de transformación que han dado lugar
a otras características: sustitución del individualismo por el altruismo,
limitación de los estímulos materiales, rechazo a los valores de la
sociedad de consumo, uso de las propias fuerzas, reducción de años de
estudio y simplificación de cursos, eliminación de notas y exámenes,
erradicación de todo sistema represivo, reducción de especialidades,
entre otras. Siendo la enseñanza en términos netamente populares en
base a tradiciones, leyendas y de los personajes ejemplares de la historia
china.

57
ADOLFO QUISPE ARROYO

Hasta aquí esbozamos brevemente lo que recogió en su visita a China,


Carlos Castillo Ríos, quien en la década de 1970, en plena efervescencia
de China popular de Mao, estuvo en ese país oriental.

Para comprender este enfoque es necesario advertir el maoísmo


entendido como el marxismo chino, la expresión china reclama ser una
pedagogía revolucionaria. La cuestión mundana es preguntarse si la
educación soviética, la china, la cubana o de otros países
pretendidamente socialistas, son en verdad una educación marxista
metodológicamente hablando, en sentido dialéctico.

MODELO HUMANO MARXISTA

A partir de las ideas fundamentales, señaladas, podemos dar


características aproximadas del tipo de hombre que tiene por concepción
filosófica el materialismo dialéctico como filosofía en particular y el
marxismo como teoría social, económica, política en general; con
explicaciones en el materialismo histórico, que no es otra cosa que la
aplicación de la dialéctica a la sociedad. A continuación pasamos a
denotar rasgos del modelo humano marxista.
Ø Es un hombre que busca el cambio constantemente, para ello
investiga en contrastación con la teoría y la práctica.
Ø Es un hombre teórico-práctico, ya sea para el conocimiento u otras
formas de actividad.
Ø Es un hombre solidario por excelencia, busca la justicia social; lucha
por ella.
Ø Es revolucionario y deja de lado las especulaciones, descripciones
de objetos y fenómenos, lo que busca es transformar la realidad.
Ø Es un hombre que busca la igualdad económica de felicidad aquí y
ahora.
Ø Es aquél que espera de cada uno que aporte a la sociedad según su
capacidad y reciba según su necesidad.
Ø Tiene tendencia atea, no cree en felicidades extraterrenales o de
ultratumba, menos en seres divinos.
Ø Es un hombre de solvencia filosófica bien definida e identificada.
Ø Tiene fe en las masas populares, en esa gran multitud desposeída
como el motor del cambio.

58
Ø Tiene conciencia de clase social a la cual pertenece y busca la
igualdad entre las clases sociales.
Ø Es un hombre crítico, autocrítico de las debilidades propias; se
perfecciona más con la práctica.
Ø Es un hombre que lucha por despojarse de todas las formas de
alienaciones.
Ø Es un hombre capaz de conocer y transformar la realidad.
Ø Es un hombre consciente de su rol histórico que le toca cumplir.
Ø El hombre marxista evita ser dogmático, aún así lo calificasen.
Ø Es un hombre con una moral elevada de lucha y convencido del
cambio.
Ø Percibe los objetos y fenómenos de la realidad en constante cambio,
movimiento y transformación como proceso de desarrollo.
Ø Aspira siempre a la lealtad, es enemigo de la traición, oportunismo y
arribismo.
Ø Es un hombre del pueblo, que lucha auténticamente.
Ø Es un hombre que considera a todos los demás con los mismos
derechos y deberes auténticos, razón por lo cual es enemigo de las
desigualdades.
Ø Es un hombre netamente terrenal, porque busca la felicidad de la
humanidad aquí y ahora; se despoja de las ideas de felicidad en la
gloria, paraíso y otras formas de vida de ultratumba, más allá del
mundo terrenal.
Ø Considera que el origen de los males sociales es la propiedad
privada; planteando como alternativa una propiedad social-común.
Ø Considera que si el hombre engendró la desigualdad social, también
es el llamado a solucionarla.
Ø Explica los objetos y fenómenos de manera científica; deja de lado
las especulaciones antiguas, medievales bizantinas y mecanicistas.
Ø Considera al hombre como el ser más desarrollado de la naturaleza
en interacción social.
Ø Considera que la conciencia social-individual depende de las
condiciones de vida material que lleva el sujeto.
Ø Da vital importancia al trabajo como una propiedad inherente,
satisfactoria del hombre; pero no se refiere al trabajo enajenante,
torturante que se da en una sociedad dividida en clases sociales.

59
ADOLFO QUISPE ARROYO

Ø Considera que el trabajo es, en última instancia, lo que nos diferencia


de los animales, tanto que nos llevó a ser hombres.

Ø Cree en el poder de las masas, confía la historia en ellas, rechaza y


combate el culto a la personalidad, porque la historia es del pueblo y
no de los héroes, únicamente.

Ø Es un ser productor, transformador, trabajador y creador.

Ø Es el transformador de la naturaleza; crea el mundo a su medida.

Ø Es un ser social, activo y productor.

Ø Es el protagonista de la historia con auténtico humanismo.

Ø Es aquél con formación ideológica altruista y progresista.

Ø Aquél productor manual e intelectual indistintamente.

60
Apartado 01

EL LENINISMO

Se denomina leninismo o, a veces, también marxismo-leninismo, en


especial desde ciertos círculos ortodoxos, a la versión de la teoría
marxista desarrollada por Vladimir Ilich Uliánov, conocido por el
seudónimo de Lenin (1870-1924), considerada una extensión o
implementación histórica de la misma. Stalin en 1924 definió el leninismo
como: Marxismo de la época del imperialismo y de la revolución
proletaria. Lenin enseñaba a los partidos comunistas a no olvidar jamás
la principal tarea internacionalista para la organización de la lucha contra
el imperialismo. Por esa razón se oponía a conflictos armados con otros
países en nombre de un supuesto interés nacional, ya que el proletariado
no tiene patria. Lenin convencido revolucionario marxista bajo su
consigna: Salvo el poder, todo es ilusión. Desde 1902 en su obra ¿Qué
hacer?, ya exponía sus planes revolucionarios. Fundó la III Internacional
en 1919 que tuvo como objetivo desarrollar la revolución mundial y la
dictadura del proletariado, esto en contraste y decadencia de la II
Internacional.

Un reconocido estudioso húngaro de directriz marxista, Georg Lukács


(1885-1971), quien inmediatamente después de la muerte de Lenin hizo
apuntes respecto al líder Bolchevique—sostuvo:

El realismo de Lenin—escribía Lukács G. (2005) —su realpolitik, es


entonces la liquidación definitiva de todo utopismo, la realización
concretamente sustancial del programa de Marx: es una teoría que se ha
vuelto práctica, es darle una teoría a la praxis. Lenin hizo con el problema
del socialismo lo mismo que hizo con el problema del Estado: lo sacó del
aislamiento metafísico, del aburguesamiento en el que había estado
hasta entonces y lo insertó en el contexto general de los problemas de la
lucha de clases. Lenin puso a prueba en la vida concreta del proceso
histórico las indicaciones geniales que había ofrecido Marx…a partir del
contacto con la realidad histórica, las volvió más concretas y más plenas
de lo que era posible en tiempos de Marx, incluso para un genio como
Marx (p.88).

Por lo demás, Lukács considera a Lenin como un genuino continuador


del marxismo llevándolo al punto más alto alcanzado, hasta ahora de la
dialéctica materialista, despojándose de utopismos, oportunismos
conciliantes. Se convino citar a Lukács y sus apreciaciones acerca de
Lenin, por ser considerado uno de los estudiosos prominentes del
marxismo occidental que no necesariamente fue sovietizado, tanto es así

61
ADOLFO QUISPE ARROYO

que su obra Historia y conciencia de clase (1923), tuvo gran influencia en


muchos marxistas occidentales por su reflexión sobre la alienación, pero
que el propio Lukács repudió años después. En seguida analizamos las
tesis centrales del leninismo.

Leninismo es doctrina e ideología política basada en la interpretación que


del marxismo hizo Lenin. También se denomina leninismo al conjunto de
aportes políticos, sociales, económicos, ideológicos y filosóficos
desarrollados por el líder Bolchevique Lenin dentro del marxismo. Lenin
analizó y afirmó que el marxismo tiene tres fuentes y tres partes
integrantes en base a las tesis en Anti-Dühring de Engels.
Fuentes:
1) Filosofía clásica alemana: Georg Wilhelm Friedrich Hegel, Ludwig
Feuerbach (principalmente la dialéctica hegeliana y el materialismo
feuerbachiana).
2) Economía clásica inglesa: Adam Smith, David Ricardo (se toma como
punto de partida el planteamiento económico liberal capitalista).
3) Socialismo utópico francés: Saint Simon, Charles Fourier y Robert
Owen (aunque este último es inglés, fantaseaban con una sociedad
igualitaria, pero en lugares imaginarios a consecuencia del
capitalismo salvaje de antaño).
Partes:
1) El materialismo dialéctico (filosofía científica, llamado también filosofía
marxista).
2) Economía política científica (donde se analiza la plusvalía, el valor del
trabajo socialmente necesario y otros).
3) Socialismo científico (donde se plantea una sociedad superior al
capitalismo y cómo llegar al socialismo y su organización como vía al
comunismo).

La doctrina leninista resalta el papel prioritario que debe tener el partido


revolucionario en la toma y consolidación del poder comunista. Los
miembros del partido serían revolucionarios profesionales y conscientes
de su posición, organizados sobre la base del centralismo democrático,
cuya tarea consistiría en inculcar la conciencia, disciplina, organización y
teoría marxista a la clase trabajadora para ofrecer un Análisis concreto de
la situación concreta. Lenin en sentido dialéctico solía afirmar: Un átomo
de práctica vale más que una tonelada de teoría, pero a la vez Sin teoría
revolucionaria no hay práctica revolucionaria. Además se aseguraba la

62
participación de las masas, ya que sin ellas la revolución social tendría
pocas probabilidades de éxito, se solía repetir: Todo con las masas, nada
sin ellas. Y sin un partido centralizado, el proletariado no superaría los
límites de la lucha económica, con éxitos minimalistas, aumentos de
sueldo a través de huelgas, por ejemplo. Tras la toma del poder, el partido
establecería la dictadura del proletariado, que gobernaría el Estado
hasta que se completara la transición final al comunismo.

En el Diccionario del pensamiento marxista, Bottomore (1984), expresa


respecto al leninismo:

Definido de una forma más estricta, el leninismo es la tendencia dentro


del pensamiento marxista que acepta importantes contribuciones
teóricas de Lenin al marxismo revolucionario. Específicamente, es un
planteamiento de la toma del poder por el proletariado y la construcción
de la sociedad socialista, que legitima la acción revolucionaria del partido
en nombre de la clase obrera… Comparado con el marxismo clásico, el
leninismo concede más importancia a los “trabajadores” (obreros y
campesinos) que al proletariado en sentido estricto, y a los países
“subdesarrollados” o semicoloniales que a los países capitalistas
avanzados, y destaca más el papel directivo del partido que la
espontánea actividad de la clase trabajadora… (p. 448, 449).

Tras el triunfo de la Revolución Rusa y después de la fundación de la III


Internacional (Internacional Comunista o Komintern), estos principios
organizativos fueron adoptados por los partidos comunistas
internacionales. El canon leninista fue asimilado por el marxismo, dando
lugar al nacimiento del marxismo-leninismo, y reinterpretado de formas
diversas y opuestas por, entre otros, Antonio Gramsci, Iósiv Stalin, Liev
Trotski y Mao Tse Tung. Surgieron así diversas ideologías afines como:
estalinismo, trotskismo y maoísmo. Para unos diferentes ya de la
ortodoxia marxista o marxista-leninista, mientras para otros como
desarrollo y fases superiores.

Otro aporte del leninismo es la teoría del imperialismo, desarrollada


originariamente por Lenin en 1916, bajo el título de Imperialismo, fase
superior del capitalismo, que pretendía explicar las causas de la I Guerra
Mundial. Esta tesis sostenía que el resultado de la tendencia a largo
plazo a la caída de la tasa de beneficio llevó al capitalismo a implantar un
capitalismo de monopolios, cuya característica más importante era la
integración del capital financiero e industrial. Por consiguiente, esta
nueva fase imperialista del capitalismo motivó la adquisición de colonias,
la división del mundo entre las grandes potencias europeas y los

63
ADOLFO QUISPE ARROYO

consiguientes conflictos acaecidos entre ellas que condujeron a la


guerra.

La etapa leninista, de la filosofía marxista, marca también un grado


superior en el desarrollo del ateísmo científico, parte inalienable de la
concepción marxista del mundo; ya que la religión es un medio de control
y combate contra las masas revolucionarias.

Filosóficamente, Lenin en su obra Materialismo y empiriocriticismo


(1975), escrito en 1908, definió la materia:

La materia es una categoría filosófica que sirve para designar la realidad


objetiva, que es dada al hombre en sus sensaciones, que es copiada,
fotografiada, reflejada por nuestras sensaciones, existiendo
independientemente de ellas (p.157).

Lenin también cuestiona el apartidismo de la filosofía burguesa,


encubierto con argucias terminológicas y escolasticismo científico.
Expresó que el desarrollo de la filosofía en la sociedad de clases
antagónicas se manifiesta inevitablemente en la lucha de las dos
corrientes filosóficas fundamentales --el materialismo y el idealismo--
que expresan los intereses de las respectivas clases progresistas y
retrógradas. Lenin considera la historia de la filosofía como una lucha de
las tendencias o líneas de Platón y Demócrito; recalca que la filosofía
moderna es tan partidista como dos mil años atrás, que la evolución de
las ideas filosóficas está vinculada con la práctica de la lucha política y
que los apartidistas en filosofía son unos payasos tan incorregibles como
los apartidistas en política. Esta postura tiene relación directa con la tesis
once de Marx sobre Feuerbach, donde se afirma: Los filósofos se han
dedicado a interpretar el mundo de diversas maneras, pero de lo que se
trata es de transformar. Al respecto Lenin en su obra citada escribe:

¿Puede envejecer en dos mil años de desarrollo de la filosofía la lucha


entre el idealismo y el materialismo? ¿La lucha de las tendencias o líneas
de Platón y Demócrito en filosofía? ¿La lucha de la religión y la ciencia?
¿La lucha entre la negación y la admisión de la verdad objetiva? ¿La
lucha entre los partidarios del conocimiento suprasensible y sus
adversarios? (p. 157).

Otra vez, recurrimos a la obra citada donde criticando a los filósofos


idealistas: Mach, Avenarius y otros afines y seguidores, escribe:

…El idealista niega el ser de lo físico independientemente de la psique y


rechaza por tal razón el concepto elaborado por la filosofía para un tal ser.

64
Que la materia es "lo físico" (es decir, lo más conocido y directamente
dado al hombre, y de cuya existencia no duda nadie, a excepción de los
recluidos en los manicomios…

…Todos los filósofos citados sustituyen, unos francamente, otros


cautelosamente, la línea filosófica fundamental del materialismo (del ser
al pensar, de la materia a la sensación) por la línea inversa, por la línea
del idealismo. Su negación de la materia no es más que la solución,
conocida desde muy antiguo, de los problemas de la teoría del
conocimiento en el sentido de la negación del origen exterior, objetivo, de
nuestras sensaciones, de la negación de la realidad objetiva que
corresponde a nuestras sensaciones. Y por el contrario, el
reconocimiento de la línea filosófica que niegan los idealistas y los
agnósticos, se expresa por estas definiciones: es materia lo que,
actuando sobre nuestros órganos sensoriales, produce la sensación; la
materia es la realidad objetiva, que las sensaciones nos transmiten,
etc.… (p. 178, 179).

Así mismo, Lenin corroboró la tesis de Engels la cual sostiene que la


conciencia es producto de la materia altamente evolucionada y la
contradicción de materia y conciencia es relativa. Al respecto en la misma
obra afirmó:

Naturalmente, la contradicción entre la materia y la conciencia no tiene


significado absoluto más que dentro de los límites de un dominio muy
restringido: en este caso, exclusivamente dentro de los límites de la
cuestión gnoseológica fundamental acerca de qué es lo que hay que
reconocer como lo primario y qué es lo que hay que reconocer como lo
secundario. Más allá de estos límites la relatividad de tal contraposición
no suscita duda alguna (p. 182).

Lenin siguiendo a Marx y Engels, coloca el criterio de la práctica en la


base de la teoría materialista del conocimiento, considera que es
oscurantismo separar teoría y práctica, introduce la teoría del reflejo para
el conocimiento dentro del materialismo dialéctico. Siguiendo a Engels,
principalmente de su obra Anti-Dühring, Lenin analiza las categorías de
libertad y necesidad, además trata la verdad absoluta entendida como la
suma de verdades relativas, reconociendo la verdad objetiva de tal
manera que estas verdades, entendidas a su vez como reflejo de la
realidad en la materia altamente evolucionada (cerebro humano), son
jalones que se van dando a lo largo de la historia y que, en su conjunto y
en el futuro, constituirán la verdad absoluta. Al respecto, Lenin en su obra
citada, subrayó:

65
ADOLFO QUISPE ARROYO

…el pensamiento humano, por su naturaleza, es capaz de darnos y nos


da en efecto la verdad absoluta, que resulta de la suma de verdades
relativas. Cada fase del desarrollo de la ciencia añade nuevos granos a
esta suma de verdad absoluta; pero los límites de la verdad de cada tesis
científica son relativos, tan pronto ampliados como restringidos por el
progreso ulterior de los conocimientos (p.164).

Lenin adelantándose a posibles observaciones de su planteamiento por


los avances del conocimiento científico señaló: La única propiedad de la
materia es que es una realidad objetiva; por lo tanto, si para la ciencia la
materia tiene como propiedad la de la impenetrabilidad y después la
misma ciencia descubre que la materia es penetrable, esto no afectaría al
materialismo que no es más que pasar de una verdad relativa a otra
verdad relativa, sino que en ambos casos, mientras se reconozca la
prioridad de la naturaleza de la materia sobre el espíritu, se sigue siendo
materialista; no hay ninguna contradicción, no se estaría poniendo en
crisis la concepción materialista dialéctica de la realidad que sostiene el
marxismo. Al igual que la materia, el conocimiento se encuentra en
constante cambio, movimiento y transformación.

En cuanto al espacio, tiempo y su objetividad, Lenin en su escrito


filosófico más importante, obra citada, manifiesta:

Al reconocer la existencia de la realidad objetiva, o sea, de la materia en


movimiento, independiente de nuestra conciencia, el materialismo está
obligado a reconocer también la realidad objetiva del tiempo y del
espacio, a diferencia, ante todo, del kantismo, que en esta cuestión se
sitúa en el campo del idealismo, considerando el espacio y el tiempo no
como una realidad objetiva, sino como formas de la contemplación
humana. Los autores de las más diferentes direcciones y los pensadores
un poco consecuentes se dan muy fácilmente cuenta de la divergencia
capital existente también sobre esta cuestión entre las dos líneas
filosóficas fundamentales (p. 219).

Lenin, haciendo frente al revisionismo, lo catalogó como una falsificación


cada vez más sutil del marxismo y un disfraz de las doctrinas
antimaterialistas presentadas como marxismo. Para Lenin el
revisionismo es una manifestación de la ideología pequeño-burguesa en
las filas del partido marxista, es un resultado de la influencia de la
ideología burguesa en el movimiento obrero.

Lenin reconocía el carácter dinámico del marxismo, pero combatía la


falsificación soterrada de las tesis principales. En Acerca de algunas
particularidades del desarrollo histórico del marxismo de 1910 que se

66
encuentra en Contra el revisionismo (1959), se lee categóricamente: “El
marxismo no es un dogma muerto, no es una doctrina acabada,
terminada, inmutable, sino una guía viva para la acción” (p. 154).

Lenin fue duro crítico de Karl Johann Kautsky (1854 -1938), por su
equívoca actitud durante la Primera Guerra Mundial, por su teoría de que
el imperialismo no era un resultado necesario del capitalismo, además
por su carácter crítico para con los Bolcheviques, su oposición a la
dictadura del proletariado y su apoyo a la democracia parlamentaria
hicieron que fuera calificado, por Lenin, como renegado. La crítica fue
además, para los infantilistas y aventureros de izquierda.

De la colección: V. I. Lenin, Marx, Engels y Marxismo (1980) del tratado:


Marxismo y revisionismo (1908), analizado por Lenin extraemos:

…en el campo de la filosofía, el revisionismo iba a remolque de la


"ciencia" académica burguesa. Los profesores "retornaban a Kant", y el
revisionismo se arrastraba tras los neokantianos; los profesores repetían
las vulgaridades que los curas habían pronunciado mil veces contra el
materialismo filosófico, y los revisionistas, sonriendo complacidos,
murmuraban (repitiendo palabra por palabra el último manual) que el
materialismo había sido "refutado" desde hacía mucho tiempo. Los
profesores trataban a Hegel como a "perro muerto", y mientras ellos
mismos predicaban el idealismo, solo que mil veces más mezquino y
superficial que el hegeliano, encogiéndose desdeñosamente de
hombros ante la dialéctica, los revisionistas se hundían tras ellos en el
pantano del envilecimiento filosófico de la ciencia, sustituyendo la "sutil"
(y revolucionaria) dialéctica por la "simple" (y pacífica) "evolución". Los
profesores ganaban su sueldo oficial ajustando sus idealistas y "críticos"
sistemas a la dominante "filosofía" medieval (es decir, a la teología), y los
revisionistas se acercaban a ellos, esforzándose por hacer de la religión
un "asunto privado", no en relación al Estado moderno, sino en relación al
partido de la clase de vanguardia (p.273).

En el texto referido, también Lenin cuestiona las tesis revisionistas en el


campo político. El líder Bolchevique aseveró:

En la esfera política, el revisionismo intentó revisar realmente los


fundamentos del marxismo, o sea, la teoría de la lucha de clases. La
libertad política, la democracia, el sufragio universal -- nos decían los
revisionistas -- destruyen el terreno para la lucha de clases y desmienten
la vieja tesis del Manifiesto comunista de que los obreros no tienen patria.
Puesto que en la democracia prevalece "la voluntad de la mayoría",
según ellos, no se debe considerar al Estado como órgano de

67
ADOLFO QUISPE ARROYO

dominación de clase ni negarse a establecer alianzas con la burguesía


progresista, socialreformista, contra los reaccionarios (p. 277).

Resaltamos que los sustentos filosóficos frente a los idealistas, donde


desenmascaró a los considerados positivistas de segunda etapa: Ernst
Mach (1838-1916) y Richard Avenarius (1843-1896), calificándolos de
idealistas subjetivos los analizó con profundidad en su obra filosófica: El
materialismo y empiriocriticismo (1908), donde examina
cuidadosamente la teoría del conocimiento del materialismo dialéctico y,
adjuntamente en su otra obra intitulada, Cuadernos filosóficos (1914-
1916), donde hace resúmenes y observaciones de varios autores y obras
filosóficas, además de escritos sociales, económicos, artísticos y otras
disciplinas que Lenin no descuidó.

No se debe olvidar que Lenin puso en práctica la teoría marxista y dirigió


el primer Estado socialista del mundo después del triunfo de la
Revolución Rusa Bolchevique el 24 y 25 de octubre de 1917; por lo que
se vio en la imperiosa necesidad de continuar desarrollando el marxismo.
Aunque otros estudiosos consideran como primer Estado socialista a la
Comuna de París de 1871, acontecimiento considerado por el propio
Marx como la primera revolución proletaria de la edad contemporánea,
cabe resaltar que en estos acontecimientos influyeron
considerablemente las teorías de Pierre Joseph Proudhon (1809-1865),
teórico considerado, en ocasiones, como padre del anarquismo
moderno.

Uno de los aportes, considerados importantes, de Lenin fue en la


cuestión de la organización comunista. Argumentaba que la lucha
económica del proletariado sólo lo llevaría a adquirir una ideología
sindicalista y que la conciencia marxista y revolucionaria debían ser
introducidas desde fuera. Además, planteaba que la clase obrera para
llevar a cabo su actividad revolucionaria debería de contar con un
destacamento de vanguardia que dirigiera su lucha, el partido comunista.
Según Lenin, los objetivos del partido sólo podrían ser alcanzados a
través de una forma de organización disciplinada, conocida como
centralismo democrático. El leninismo sostiene que el imperialismo es el
estadío más alto del capitalismo y, que el capitalismo, sólo puede ser
vencido a través de los medios revolucionarios, cualquier intento de
reformar el capitalismo está destinado al fracaso. Lenin creía en la
destrucción del viejo Estado capitalista a través de la revolución
proletaria y en reemplazar por un nuevo Estado socialista bajo la
dictadura del proletariado, un sistema de democracia de los trabajadores
quienes tendrían el poder político a través de consejos llamados soviets.

68
Marx había escrito sobre las dos fases de la sociedad comunista, por lo
que Lenin puso en circulación una descripción de esas dos fases,
denominándolas socialismo y comunismo plasmando la concepción del
auténtico gobierno socialista en el ensayo El Estado y la revolución
(1917), su contribución más importante a la teoría marxista, en el que
abogaba por la necesidad de la dictadura del proletariado como elemento
de superación del Estado basado en la dominación de unas clases por
otras, esto en la primera fase; o sea, en el socialismo, ya que en el
comunismo desaparecería, incluso el Estado. Así mismo, cuestionó el
carácter vacilante de los teóricos oportunistas que habían tomado el
control de la II Internacional.

Lenin con su tesis del imperialismo tenía como objetivo continuar la obra
de Karl Henrich Marx, para explicar un fenómeno que Marx no había
predicho, el capitalismo que se convierte en un sistema global, Marx
había descrito un sistema nacional. En el centro de esta teoría del
imperialismo está la idea de que las naciones capitalistas avanzadas
están intentando evitar la revolución forzando a que su sobreproducción
entre en los mercados coloniales y explotando los recursos de estas
colonias. Esto permitía a las naciones capitalistas, industrialmente
avanzadas, mantener contentos a sus trabajadores; en parte también a
través de la creación de una aristocracia obrera. Como resultado el
capitalismo sería dirigido por ese sector privilegiado o aristocracia obrera
representada por los partidos socialdemócratas, hasta el punto de que la
revolución no ocurriría en los países capitalistas más avanzados, como
Marx había previsto, sino en el país imperialista más débil: Rusia.

Si la revolución solo puede llevarse a cabo en un país


subdesarrollado, esto conlleva un problema serio, ese país no será
capaz de desarrollar un sistema socialista; en la teoría marxista el
socialismo es el estadío que sucede al capitalismo antes de llegar al
comunismo, porque el capitalismo no ha seguido su curso completo
todavía en ese país y, porque los poderes extranjeros intentarán acabar
con la revolución a cualquier costo. Para solucionar este problema Lenin
propone dos posibles soluciones:

1. La revolución en un país subdesarrollado desata una revolución en un


país capitalista desarrollado, por ejemplo, Lenin esperaba que la
revolución rusa provocaría una revolución en Alemania. El país
desarrollado establece el socialismo y ayuda al subdesarrollado a
realizar lo mismo.

69
ADOLFO QUISPE ARROYO

2. La revolución tiene lugar en numerosos países subdesarrollados al


mismo tiempo o en una sucesión rápida; los países subdesarrollados se
juntan en un estado federal capaz de intimidar a las potencias capitalistas
y establecer el socialismo. Esta era la idea original durante la fundación
de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).

El socialismo no puede sobrevivir sólo en un país pobre y


subdesarrollado. Por eso, el leninismo aboga por la revolución mundial
en una forma u otra.

A continuación hacemos referencia a la obra ineludible de consulta


básica tanto de algunos marxólogos y marxistoides, como de los que no
lo son, Dynnik tomo V (1969), referido al leninismo, manifiesta:

A mediados de la década del 90 del siglo XIX inauguróse un nuevo


período en la historia del marxismo: el período del leninismo; comenzó
así una fase nueva, la fase leninista, en el desarrollo de la filosofía
marxista.

El leninismo es inseparable del marxismo, del que es su continuación y


desarrollo. El marxismo-leninismo es una teoría científica y
revolucionaria armónica e íntegra. El leninismo es el marxismo de la
época del imperialismo y de las revoluciones proletarias, de la transición
del capitalismo al socialismo, de la edificación del comunismo…la fase
leninista de la filosofía del marxismo se distingue, además, por el
desarrollo creador, y en todos aspectos del método de la dialéctica
materialista, que constituye la médula viva del marxismo.

Hay una diferencia esencial entre las condiciones históricas en que se


abre la fase leninista en la filosofía del marxismo y las condiciones
históricas de la aparición del marxismo y de su filosofía (p. 15, 16).

Dynnik en sus comentarios y descripciones de las ideas y tesis de


leninismo refrenda constantemente el carácter creador de Lenin en el
desarrollo del marxismo según las condiciones históricas,
paradójicamente cuestionando a los ortodoxos y con mayor énfasis a los
dogmáticos, sectarios, revisionistas y oportunistas aseverando
continuamente que el marxismo es una doctrina creadora y viva; por lo
que Lenin lo habría entendido en ese sentido aplicando el método de la
dialéctica materialista y no en forma mecanicista.

Dynnik analiza las condiciones históricas en que nace el leninismo


reconociendo la lucha entre dos sistemas sociales opuestos, la época de
las revoluciones socialistas y de las revoluciones de liberación nacional,

70
la época del derrumbamiento del imperialismo, de la liquidación del
sistema colonial, la época del paso de nuevos y nuevos pueblos al
socialismo, del triunfo del socialismo y del comunismo en escala mundial.
Por lo que, dentro de la filosofía marxista, considera al leninismo como un
nuevo peldaño en la evolución del materialismo dialéctico e histórico, ya
que el leninismo habría abarcado la totalidad de los contemporáneos
problemas gnoseológicos, sociológicos y filosóficos como una doctrina
filosófica científica y viva de nuestros tiempos. Al referirse al marxismo,
como doctrina creadora y viva, Dynnik en el tomo referido, expresa:

La etapa leninista de la filosofía marxista demuestra de manera


incontrovertible que el materialismo dialéctico e histórico, igual que el
marxismo en su conjunto, es una doctrina viva y creadora en constante
desarrollo. El marxismo no admite conclusiones ni fórmulas inalterables,
idénticas para todas las épocas y para diversas condiciones históricas.
Desde el punto de vista marxista, toda ciencia, incluyendo la filosofía
marxista, que parta de principios fundamentales comprobados en la
práctica se enriquece con la nueva experiencia, con nuevos
conocimientos, y puede en consecuencia, modificar sus tesis y sus
conclusiones de acuerdo con las nuevas circunstancias…

El leninismo exige un examen histórico concreto de todos los fenómenos


del mundo objetivo y del conocimiento, condena a los dogmáticos que
ignoran las peculiaridades históricas de la vida social de cada país y,
además, combate las concepciones revisionistas, que rechazan o
tergiversan los principios generales del marxismo-leninismo, exageran
las particularidades de los países y las contraponen a las tareas
internacionales comunes de la clase obrera (p. 30,31).

Por lo demás Dynnik, analiza y comenta las bases, el método de la


dialéctica materialista, las tesis de Lenin a la luz de la ciencia como base
de su planteamiento, aportes al materialismo histórico y el desarrollo del
marxismo por Lenin, tratados en sus diversos escritos.

Finalmente, referimos a Stalin (1977), quien en una conferencia dada en


la universidad soviética de Sverdlov dirigido a la promoción leninista,
definió al leninismo en 1924 bajo los siguientes términos:

El leninismo es el marxismo de la época del imperialismo y de la


revolución proletaria. O más exactamente: el leninismo es la teoría y la
táctica de la revolución proletaria en general, la teoría y la táctica de la
dictadura del proletariado en particular. Marx y Engels actuaron en el
período prerrevolucionario (nos referimos a la revolución proletaria)
cuando aún no había un imperialismo desarrollado, en un período de

71
ADOLFO QUISPE ARROYO

preparación de los proletarios para la revolución, en el período en que la


revolución proletaria no era aún directa y prácticamente inevitable. En
cambio, Lenin, discípulo de Marx y de Engels, actuó en el período del
imperialismo desarrollado, en el período en que se despliega la
revolución proletaria, cuando la revolución proletaria ha triunfado ya en
un país, ha destruido la democracia burguesa y ha inaugurado la era de la
democracia proletaria, la era de los soviets. Por eso el leninismo es el
desarrollo ulterior del marxismo (p.3).

Muchos marxólogos y algunos marxistoides desmerecen algunas teorías


leninistas; así por ejemplo, la teoría del imperialismo para los tratadistas
es producto forzado de una propaganda sin precedentes de este término
que nada de común y característico tiene del imperialismo y/o de imperio
que se denominaba a algunos pueblos poderosos antiguos. Otra
observación de los marxólogos es considerar al leninismo como un
fenómeno puramente ruso y no tendría por qué universalizarse; ya que el
mismo Lenin habría roto con las premisas de Marx que la revolución
socialista debía llevarse a cabo en países industrializados de sistemas
capitalistas avanzados, Rusia no cumplía esta premisa. Se cuestiona
también la implantación de la dictadura del proletariado y la dirección
organizada de la revolución social de un partido político. Observan la
supuesta ortodoxia, ya que habría alterado las teorías originales de Marx,
pero se daba el trabajo de cuestionar a otros que revisaban o corregían
las tesis de Marx. Además cuestionan la supuesta ingenuidad de Lenin
en cuanto a la definición de la materia y la teoría del reflejo para el
conocimiento, pues ésta escaparía a la unidad indisoluble de la teoría
con la práctica.
En fin, toda teoría filosófica y social tiene puntos de observaciones, ya
que las ciencias sociales son multiparadigmáticas y nuestros sabiecillos
e inmaculados marxólogos y marxistoides se encargan de preservar esa
esencia para dar el supuesto veredicto final de lo correcto o incorrecto de
la teoría marxista.
Apartado 02
EL MAOÍSMO
El maoísmo, llamado también marxismo-leninismo-maoísmo, es una
variante del comunismo considerado continuación del leninismo,
derivado del pensamiento económico político, social, ideológico y
filosófico del caudillo chino Mao Tse Tung (1893-1976) quien el 1 de
octubre de 1949 proclamara oficialmente la República Popular de China,
quien llegó a ser presidente de la Nueva República, permaneciendo en el
poder hasta su muerte en 1976.

72
En la República Popular China era la doctrina de peso ideológico,
político, social y filosófico del Partido Comunista de China, ya que con las
reformas iniciadas en 1978 por Ten Hsiao Ping (1904-1997), tendientes a
una economía de mercado; el socialismo con características chinas,
maoístas ha sido radicalmente modificado, aunque su imagen todavía
preside la plaza de Tiananmen de Beijing. Ten Hsiao Ping, quien
afirmara: Qué importa que el gato sea negro o blanco, si igual puede
atrapar al ratón y Crecer rico es magnífico. Iniciando así una reforma y
revisión pragmática, respecto al maoísmo en China. Según los
marxólogos para que se convierta en una doctrina, debe pasar por un
pensamiento guía, por ejemplo, pensamiento Mao Tse Tung; luego de
cumplirse con éxito estos pensamientos se convertiría en toda una
doctrina universalista, como el maoísmo. El estudioso polaco de temas
maoístas chinas, Karol K.S en su obra La segunda revolución China
(1977), refiere que:

...maoísmo es un término proscrito en Pekín, pues daría a entender que


existe una teoría específicamente china, cuando, en realidad, el
“pensamiento-mao-tse-tung” no es sino una contribución del presidente
a los clásicos del marxismo revolucionario y su adaptación a las
condiciones de China (p.40).

Debe indicarse que el término maoísmo nunca ha sido empleado


oficialmente por el Partido Comunista de China, excepto como palabra
derivada. El término preferido ha sido siempre pensamiento Mao Tse
Tung. De la misma forma, algunos partidos maoístas, fuera de China, se
denominan en ocasiones a sí mismos como marxistas-leninistas y
pensamiento Mao, el cual refleja su idea de que Mao no modificó
sustancialmente los planteamientos de Lenin, sino que los desarrolló y
adaptó a la Revolución China; aunque en otras partes del mundo muchos
movimientos sociales se autodefinieron como marxistas, leninistas,
maoístas y otro buen número prefiere autodenominarse grupos
marxistas-leninistas sin recurrir a Mao, necesariamente.

Por ejemplo, el Partido Comunista de Nepal (maoísta) se diferencia de


otras organizaciones, como el Partido Comunista de Nepal (marxista-
leninista unificado), con dicho adjetivo. Hay partidos maoístas que
sostienen que hoy es imposible defender la teoría de Marx y de Lenin sin
estudiar y defender los aportes de Mao y la experiencia de la Revolución
China.

Existen grupos maoístas que reconocen a Mao por sus aportes teóricos y
prácticos que habrían significado un desarrollo sustancial para el

73
ADOLFO QUISPE ARROYO

marxismo-leninismo; por lo que se denominan marxistas-leninistas-


maoístas o, simplemente, maoístas. Mao estableció que la contradicción
es la ley fundamental de la dialéctica materialista. En relación con la
anterior, desarrolló el materialismo dialéctico en cuanto a la teoría
materialista del conocimiento sostiene dos saltos: de la práctica al
conocimiento y de éste a la práctica siendo este último, salto principal y el
único criterio de verdad. Reconocía también a la práctica social en sus
tres grandes expresiones: la lucha por la producción, la lucha de clases y
la experimentación científica. Mao en su tesis Sobre la práctica dado en
julio de 1937, cuestiona a los subjetivos, empíricos, racionalistas,
dogmáticos y otras escuelas que no valoraban el papel de la práctica
social en el conocimiento. De las Obras escogidas de Mao, tomo I (1968),
se extraen algunos pasajes de dicha tesis:

El marxismo-leninismo sostiene que cada una de las dos etapas del


proceso cognoscitivo tiene sus propias características: en la etapa
inferior, el conocimiento se manifiesta como conocimiento sensorial y, en
la etapa superior, como conocimiento lógico, pero ambas son etapas de
un proceso cognoscitivo único. Lo sensorial y lo racional son
cualitativamente diferentes; sin embargo, uno y otro no están desligados,
sino unidos sobre la base de la práctica. Nuestra práctica testimonia que
no podemos comprender inmediatamente lo que percibimos, y que
podemos percibir con mayor profundidad sólo aquello que ya
comprendemos. La sensación sólo resuelve el problema de las
apariencias; únicamente la teoría puede resolver el problema de la
esencia. La solución de ninguno de estos problemas puede separarse ni
en lo más mínimo de la práctica. Quien quiera conocer una cosa, no
podrá conseguirlo sin entrar en contacto con ella, es decir, sin vivir
(practicar) en el mismo medio de esa cosa.

…los marxistas sostienen que la práctica social del hombre es el único


criterio de la verdad de su conocimiento del mundo exterior.
Efectivamente, el conocimiento del hombre queda confirmado sólo
cuando éste logra los resultados esperados en el proceso de la práctica
social (producción material, lucha de clases o experimentación
científica). Si el hombre quiere obtener éxito en su trabajo, es decir, lograr
los resultados esperados, tiene que hacer concordar sus ideas con las
leyes del mundo exterior objetivo; si no consigue esto, fracasa en la
práctica. Después de sufrir un fracaso, extrae lecciones de él, modifica
sus ideas haciéndolas concordar con las leyes del mundo exterior y, de
esta manera, puede transformar el fracaso en éxito: he aquí lo que se
quiere decir con "el fracaso es madre del éxito" y "cada fracaso nos hace
más listos". La teoría materialista dialéctica del conocimiento coloca la

74
práctica en primer plano; considera que el conocimiento del hombre no
puede separarse ni en lo más mínimo de la práctica, y repudia todas las
teorías erróneas que niegan su importancia o separan de ella el
conocimiento.

…Descubrir la verdad a través de la práctica y, nuevamente a través de la


práctica, comprobarla y desarrollarla. Partir del conocimiento sensorial y
desarrollarlo activamente convirtiéndolo en conocimiento racional;
luego, partir del conocimiento racional y guiar activamente la práctica
revolucionaria para transformar el mundo subjetivo y el mundo objetivo.
Practicar, conocer, practicar otra vez y conocer de nuevo. Esta forma se
repite en infinitos ciclos, y, con cada ciclo, el contenido de la práctica y del
conocimiento se eleva a un nivel más alto. Esta es en su conjunto la teoría
materialista dialéctica del conocimiento, y ésta es la teoría materialista
dialéctica de la unidad entre el saber y el hacer (p.319, 321,331).

Partiendo de la violencia revolucionaria como ley universal sistematizó la


teoría militar del proletariado a través de la guerra de guerrillas que se
concretaría en la guerra popular. Con su consigna de: El Poder nace del
fusil, y Una sola chispa puede incendiar la pradera, Mao llamó a todos los
partidos comunistas, desde su inicio, se planteen la necesidad de
conquistar el poder a través de la lucha armada. Desarrolló la llamada
línea correcta y teoría militar del proletariado a nivel universal como
producto de su aplicación en la revolución de Nueva Democracia en
China. Mao consideraba a los países desarrollados capitalistas-
imperialistas, reaccionarios y a todos de mentalidad burguesa Tigres de
papel, dando el mensaje implícito de que no hay mucho de temer, porque
serían poderosos sólo en el papel y pronto llegaría su extinción, porque la
verdadera fuerza poderosa es el pueblo. Sustentó que en el socialismo
aún se daban contradicciones en el seno del pueblo, pues eran
inevitables y saludables para el desarrollo e invocaba a la correcta
solución de las contradicciones en este, reconociendo las
contradicciones antagónicas y no antagónicas, aunque él solía llamar:
Contradicciones entre nosotros y el enemigo y contradicciones en el
seno del pueblo, esta tesis fue considerada como un gran aporte al
marxismo. Otra tesis controvertida maoísta es de la superestructura y la
conciencia, es decir, la línea política puede modificar la base económica y
las relaciones de producción, y con el poder político desarrollar las
fuerzas productivas, estableció la tesis de poner la política al mando en
todo momento y en todos los aspectos, y que la política es la arteria vital
para el trabajo económico en la construcción del comunismo, solía
afirmar: El partido siempre debe estar al mando del fusil y nunca el fusil al
mando del partido.

75
ADOLFO QUISPE ARROYO

Fuera de China, el término maoísmo fue usado desde la década de los 60


generalmente, de manera hostil para describir a los partidos y personas
que apoyaban a Mao Tse Tung y su forma de comunismo, como opuesta
a la forma aplicada en la ex Unión Soviética, considerados partidos
revisionistas por los maoístas.

Los partidos políticos legales y clandestinos en estados de insurgencia


y/o terrorismo, dependiendo del enfoque y la posición de clase que uno
tiene con marcada tendencia maoísta, definen en sus congresos al
maoísmo como: La tercera, nueva y superior etapa del marxismo, de ahí
el calificativo de la tercera espada marxista al revolucionario Mao Tse
Tung. En seguida, damos su definición extraída de
http:///www.marxismo-leninismo-maoismo.com-s/f, donde se interrogan
y definen:

¿Qué es el maoísmo? El maoísmo es la elevación del marxismo-


leninismo a una tercera, nueva y superior etapa en la lucha por la
dirección proletaria de la revolución democrática, el desarrollo de la
construcción del socialismo y la continuación de la revolución bajo la
dictadura del proletariado, como revolución cultural proletaria; cuando el
imperialismo profundiza su descomposición y la revolución ha devenido
la tendencia principal de la historia, en medio de las más complejas y
grandes guerras vistas hasta hoy y la lucha implacable contra el
revisionismo contemporáneo.

La definición de maoísmo es discutido en cuanto a sus orígenes y la


autoría, ya que muchos en la historia atribuyen a Lin Piao esta
caracterización durante la revolución cultural como señalaremos en
críticas al maoísmo. El Partido Comunista del Perú- Sendero Luminoso
(PCP-SL), también se atribuye esta definición como un gran aporte del
PCP a la revolución mundial. Así en El diario (1988) en la llamada
entrevista del siglo a la interrogante ¿Cuál es el aporte del Partido
Comunista del Perú a la revolución mundial?, el líder de dicha
organización, Abimael Guzmán que aparece como presidente Gonzalo
en la entrevista, responde:

El principal aporte, es el plantear el maoísmo, como nueva tercera y


superior etapa del marxismo. El asumir, el coadyuvar que esta ideología
se constituya en mando y guía de la revolución mundial. Cuestión
derivada de esto, es mostrar la validez, la perspectiva trascendental del
maoísmo. (p. 83).

Lora Cam (2004) considera que: “El maoísmo es el marxismo de la época


del imperialismo y del socialimperialismo, de la revolución proletaria y de

76
guerra popular” (p.238). Este concepto en alusión al imperialismo de los
Estados Unidos y al socialimperialismo de la ex Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas que se disputaban mundialmente su influencia en
el terreno económico, político, ideológico, filosófico y hasta militar en las
décadas de sesenta, setenta y comienzos de ochenta del siglo XX ;
después de la muerte de Stalin, la Unión Soviética transó con Estados
Unidos una política de Coexistencia pacífica y concluyeron ruinosamente
con la caída del muro de Berlín en 1989 y la crisis de todo Europa Este;
para finalmente desmantelarse estrepitosamente la Unión Soviética en
diciembre de 1991.

Mao analizó los cambios producidos en la URSS tras la muerte de Stalin y


afirmó que tras el XX congreso del PCUS se habían abandonado no sólo
las banderas de Stalin, sino las de Lenin y Marx, comenzando así el
proceso de restauración capitalista en lo que había sido la patria del
socialismo. Mao afirmó que la URSS se había transformado en un país
socialfascista hacia dentro, es decir socialista de palabra pero fascista de
hecho y socialimperialista hacia fuera; socialista de palabra, imperialista
de hecho; y que el PCUS y todos los partidos comunistas alineados se
habían convertido en revisionistas e instrumentos de la dominación
imperialista por parte de la Unión Soviética.

Para los maoístas, esto permitió esclarecer las razones de la


restauración capitalista en la patria de Lenin y Stalin y, posteriormente, en
la China de Mao. Con el fundamento de Coexistencia pacífica las dos
superpotencias se repartieron el mundo a favor de sus intereses, en unos
casos vía intromisiones y manejo de gobernantes títeres y en otros casos
vía invasión militar directa, esta política internacional de las dos
superpotencias fue duramente criticada por los maoístas, quienes
calificaron a los soviéticos de capitulacionistas, revisionistas y
socialimperialistas; empezando así abiertamente una pugna por el
liderazgo mundial del comunismo entre China Popular y la Unión
Soviética desde comienzos de la década del sesenta. A esto se sumó el
problema limítrofe de la frontera oriental entre ambos Estados (más de
4200 Km.), que habían sido motivo de conflictos durante tres siglos;
produciéndose en 1969 un incidente bélico.

Los maoístas resaltan, radicalmente, que la revolución es el único medio


para poder lograr el objetivo máximo del comunismo, y una guerra a
escala mundial pondría fin al capitalismo para cimentar una nueva
sociedad sin clases sociales.

A continuación se toman literalmente algunas tesis controversiales de

77
ADOLFO QUISPE ARROYO

Mao, puntos de mayor observación por los críticos, así en las Obras
escogidas de Mao, Tomo V (1977), se encuentra la tesis del Tigre de
papel que sería objeto de crítica, desde que Mao expusiera el 14 de julio
de 1956 en alusión y desafío a los chantajes nucleares del imperialismo
norteamericano, consecuentemente también al socialimperialismo
soviético. En dicha obra recopilada se lee:

…sólo podrá haber paz cuando haya sido eliminado el imperialismo.


Llegará el día en que el tigre de papel será destrozado. Pero no
desaparecerá por sí mismo; para ello hace falta el golpe del viento y la
lluvia.

Cuando afirmamos que el imperialismo norteamericano es un tigre de


papel, estamos hablando en términos estratégicos. Visto como un todo,
debemos despreciarlo; pero, en cuanto a cada una de sus partes,
debemos tomarlo muy en serio. El posee garras y dientes. Para acabar
con él hemos de hacerlo por partes. Si, por ejemplo, tiene diez dientes y
en el primer golpe le arrancamos uno, le quedarán nueve; le arrancamos
otro más y le quedarán ocho. Cuando le hayamos quitado todos los
dientes, le quedarán todavía las garras. Siempre que procedamos paso a
paso y de modo concienzudo, conseguiremos finalmente el éxito.

Desde el punto de vista estratégico, se debe despreciar por completo al


imperialismo norteamericano, mientras que en lo táctico hay que tomarlo
muy en serio. En la lucha contra él, es necesario prestar atención a cada
batalla y a cada caso. Actualmente, Estados Unidos es un país poderoso;
pero, examinándolo con una óptica amplia, en su conjunto y en
perspectiva, se hallará que este tigre morirá sin remedio, porque es
impopular, aplica una política que no complace a nadie, y oprime y
explota a los pueblos. Vistas así las cosas, no tiene nada de terrible y
podemos despreciarlo. Sin embargo, Estados Unidos todavía cuenta con
cierta fuerza, produce anualmente más de cien millones de toneladas de
acero y atropella a la gente por todas partes. Se hace por eso necesario
proseguir la lucha contra él, empeñar grandes esfuerzos en ello y
arrebatarle posición por posición. Esto requiere tiempo. Todo parece
indicar que los países de América, Asia y África tendrán que seguir
peleando con Estados Unidos hasta el fin, hasta que el viento y la lluvia
destruyan este tigre de papel (p. 337).

Nuevamente recurrimos a otra tesis maoísta del tomo V de las Obras


escogidas de Mao (1977), donde se recopiló un discurso pronunciado por
Mao, aún el 27 de febrero de 1957 sobre: El correcto manejo de las
contradicciones en el seno del pueblo, al respecto afirmó:

78
…bajo la dirección de la clase obrera y del Partido Comunista, los
seiscientos millones de seres de nuestro pueblo, unidos en apretado haz,
están realizando la gran obra de la construcción socialista. La unificación
de nuestro país, la unidad de nuestro pueblo y la de todas nuestras
nacionalidades constituyen la garantía fundamental para la ineluctable
victoria de nuestra causa. Pero esto no significa que en nuestra sociedad
ya no exista ninguna contradicción. La idea de que no hay
contradicciones es una ingenuidad, que no corresponde a la realidad
objetiva. Existen ante nosotros dos tipos de contradicciones sociales:
contradicciones entre nosotros y el enemigo y contradicciones en el seno
del pueblo. Estos dos tipos de contradicciones son de naturaleza
completamente distinta.

…las contradicciones entre nosotros y el enemigo y las contradicciones


en el seno del pueblo, por ser de distinta naturaleza, deben resolverse
con diferentes métodos. En pocas palabras, en el primer caso, se trata de
establecer una clara distinción entre nosotros y el enemigo y, en el
segundo, entre lo correcto y lo erróneo. Por supuesto, distinguir entre
nosotros y el enemigo también implica distinguir entre lo correcto y lo
erróneo. Por ejemplo, la cuestión de si la razón nos asiste a nosotros o a
los reaccionarios internos y externos -- el imperialismo, el feudalismo y el
capitalismo burocrático --, supone asimismo distinguir entre lo correcto y
lo erróneo, pero se diferencia, por su naturaleza, de las cuestiones
relativas a lo correcto y lo erróneo en el seno del pueblo.

…en la etapa actual, período de edificación del socialismo, integran el


pueblo todas las clases, capas y grupos sociales que aprueban y apoyan
la causa de la construcción socialista y participan en ella, mientras que
son enemigos del pueblo todas las fuerzas y grupos sociales que oponen
resistencia a la revolución socialista y se muestran hostiles a la
construcción socialista o la sabotean.

…en nuestro país, la contradicción entre la clase obrera y la burguesía


nacional hace parte de las contradicciones en el seno del pueblo. La
lucha de clases entre la clase obrera y la burguesía nacional es, en
general, una lucha de clases en las filas del pueblo, porque la burguesía
nacional de China tiene doble carácter. En el período de la revolución
democrático-burguesa, ella tenía en su carácter tanto un lado
revolucionario como otro conciliador. En el período de la revolución
socialista, al tiempo que explota a la clase obrera obteniendo ganancias,
apoya la Constitución y se muestra dispuesta a aceptar la transformación
socialista.

79
ADOLFO QUISPE ARROYO

…las contradicciones entre nosotros y el enemigo son antagónicas. En


cuanto a las contradicciones en el seno del pueblo, las que existen dentro
de las masas trabajadoras no son antagónicas, mientras que las
existentes entre la clase explotada y la explotadora tienen, además del
aspecto antagónico, otro no antagónico.

…en 1942 sintetizamos este método democrático de resolver las


contradicciones en el seno del pueblo en la fórmula "unidad -- crítica --
unidad", que, expresada en forma detallada, significa partir del deseo de
unidad, resolver las contradicciones a través de la crítica o la lucha y
alcanzar una nueva unidad sobre una base nueva. Según nuestra
experiencia, éste es el método correcto para resolver las contradicciones
en el seno del pueblo.

…las contradicciones en la sociedad socialista son radicalmente


distintas de las existentes en las viejas sociedades, como por ejemplo las
contradicciones en la sociedad capitalista. Estas últimas se manifiestan
en violentos antagonismos y conflictos, en una enconada lucha de
clases; no pueden ser resueltas por el sistema capitalista mismo, sino
únicamente por la revolución socialista. Por el contrario, las
contradicciones en la sociedad socialista son otra cosa, pues no tienen
carácter antagónico y el mismo sistema socialista puede resolverlas
incesantemente. (p.419- 422,425, 429).

Otra tesis controversial que será objeto de observaciones es el análisis


nimio que hizo Sobre la contradicción en agosto de 1937 que están
rubricadas en las Obras escogidas de Mao, tomo I (1968), de esa obra se
extraen algunas apreciaciones filosóficas del líder chino:

La ley de la contradicción en las cosas, es decir, la ley de la unidad de los


contrarios, es la ley más fundamental de la dialéctica materialista.

…en la guerra, la ofensiva y la defensiva, el avance y la retirada, la


victoria y la derrota, son todas parejas de fenómenos contradictorios. El
uno no puede existir sin el otro. La lucha y la interconexión entre ambos
aspectos constituyen el conjunto de la guerra, impulsan su desarrollo y
resuelven sus problemas.

…el caso es que ninguno de los dos aspectos contradictorios puede


existir independientemente del otro. Si falta uno de los dos contrarios,
falta la condición para la existencia del otro. Piensen: de una pareja de
cosas contradictorias o de dos conceptos contradictorios en la
conciencia humana, ¿puede uno de los aspectos existir
independientemente? Sin vida no habría muerte; sin muerte tampoco

80
habría vida. Sin "arriba" no habría "abajo"; sin "abajo" tampoco habría
"arriba". Sin desgracia no habría felicidad; sin felicidad tampoco habría
desgracia. Sin facilidad no habría dificultad; sin dificultad tampoco habría
facilidad. Sin terratenientes no habría campesinos arrendatarios; sin
campesinos arrendatarios tampoco habría terratenientes. Sin burguesía
no habría proletariado; sin proletariado tampoco habría burguesía. Sin
opresión nacional por parte del imperialismo no habría colonias ni
semicolonias; sin colonias ni semicolonias tampoco habría opresión
nacional por parte del imperialismo. Así sucede con todos los contrarios:
en virtud de determinadas condiciones, junto con oponerse el uno al otro,
están interconectados, se impregnan recíprocamente, se interpenetran y
dependen el uno del otro; esto es lo que se denomina identidad. Los
aspectos de toda contradicción se llaman contrarios porque, en virtud de
determinadas condiciones, existe entre ellos no-identidad. Pero también
existe entre ellos identidad, y por eso están interconectados.

…la cuestión no se limita a la interdependencia de los contrarios; más


importante aún es la transformación del uno en el otro. Esto significa que,
en razón de determinadas condiciones, cada uno de los aspectos
contradictorios de una cosa se transforma en su contrario cambiando su
posición por la de éste. Tal es el segundo sentido de la identidad de los
contrarios.

…¿Por qué existe identidad aquí también? Obsérvese cómo, a través de


la revolución, el proletariado se transforma de clase dominada en clase
dominante, en tanto que la burguesía, hasta entonces dominante, se
transforma en dominada, cambiando cada cual su posición por la que
originalmente ocupaba su contrario (p. 333, 340, 360, 361).

Así mismo, se extraen las ideas maoístas de las Obras escogidas de


Mao, tomo III (1972), cuando intervino en el Foro de Yenán Sobre arte y la
literatura del 2 de mayo de 1942, he aquí algunos extractos al respecto:

…en nuestra lucha por la liberación del pueblo chino existen varios
frentes, entre ellos, el de la pluma y el del fusil, es decir, el frente cultural y
el frente militar. Para vencer al enemigo, hemos de apoyarnos ante todo
en el ejército que tiene los fusiles en la mano. Pero éste no basta por sí
solo; necesitamos también un ejército cultural, que es absolutamente
indispensable para estrechar nuestras propias filas y derrotar al
enemigo.

…el arte y la literatura revolucionarios deben crear los más variados


personajes extraídos de la existencia real y ayudar a las masas a
impulsar la historia hacia adelante. Por ejemplo, de un lado, hallamos que

81
ADOLFO QUISPE ARROYO

la gente sufre hambre, frío y opresión, y del otro, está la explotación y


opresión del hombre por el hombre; estos hechos existen en todas partes
y se los considera como cosas corrientes; los artistas y escritores
condensan estos fenómenos cotidianos, tipifican las contradicciones y
luchas existentes dentro de ellos y, de este modo, crean obras capaces
de despertar a las masas, inflamarlas de entusiasmo e impulsarlas a la
unidad y a la lucha para transformar el mundo que las rodea. Sin un arte y
una literatura de este tipo, dicha tarea no podrá cumplirse, o no se
cumplirá tan rápida y efectivamente.

…existe, claro está, un arte y una literatura para los explotadores y los
opresores. El arte y la literatura para la clase terrateniente son arte y
literatura feudales. Fueron el arte y la literatura de la clase dominante de
la época feudal de China, y todavía hoy ejercen considerable influencia.
El arte y la literatura para la burguesía son arte y literatura burgueses.
Aunque gentes de la calaña de Liang Shi-chiu, criticado por Lu Sin,
sostienen de palabra que el arte y la literatura están por encima de las
clases, de hecho preconizan el arte y la literatura burgueses y se oponen
al arte y la literatura proletarios. El arte y la literatura para los imperialistas
-- por ejemplo, las obras de Chou Tsuo-yen, Chang Tsi-ping y sus
congéneres --, son arte y literatura de traición. Para nosotros, el arte y la
literatura no deben servir a esos grupos, sino al pueblo.

…el marxismo sólo puede abarcar, pero no reemplazar el realismo en la


creación artística y literaria, igual que sólo puede abarcar, pero no
sustituir las teorías atómica y electrónica en la física. Las fórmulas
dogmáticas, vacías y secas, destruyen el impulso creador; pero no sólo
eso, sino que también, y en primer término, destruyen el marxismo. El
"marxismo" dogmático no es marxismo sino antimarxismo. Entonces,
¿no destruye el marxismo al impulso creador? Sí, ciertamente destruirá
los impulsos creadores feudales, burgueses, pequeñoburgueses,
liberales, individualistas, nihilistas, arte por el arte, aristocrático,
decadente, pesimista, así como todo otro impulso creador ajeno a las
masas populares y al proletariado. En lo que concierne a los artistas y
escritores proletarios, ¿no deben ser destruidos semejantes impulsos?
Yo creo que sí; tienen que ser destruidos totalmente, y a medida que sean
destruidos, podrá edificarse lo nuevo (p. 67, 74, 75, 81, 93, 94).

Mao llamó al cultivo del arte realista donde se representen sentimientos y


emociones del pueblo para lograr la plenitud de la conciencia social,
adverso a la tendencia del arte por el arte que no representan a ninguna
clase social; pues para Mao el arte y la literatura tienen su sello de clase
en una sociedad donde hay explotados y explotadores; así como la

82
educación, en general, es clasista. Esta apreciación de Mao no guardaría
relación con su posterior consigna de: Que florezcan cien flores y
compitan cien escuelas, pues bajo esta consigna dejó una válvula de
escape para la crítica de otras tendencias respecto al marxismo. En
Obras escogidas de Mao, tomo V (1977), se lee:

…que se abran cien flores y que compitan cien escuelas, es la


orientación para promover el desarrollo del arte y el progreso de la
ciencia e impulsar el florecimiento de la cultura socialista de nuestro país.
En el arte, pueden desarrollarse libremente distintas formas y estilos y, en
la ciencia, competir libremente diferentes escuelas. Consideramos
perjudicial al desarrollo del arte y de la ciencia recurrir a medidas
administrativas imponiendo un particular estilo de arte o una determinada
escuela y prohibiendo otros. El problema de lo correcto y lo erróneo en el
arte y en la ciencia debe resolverse mediante discusiones libres en los
círculos artísticos y científicos y a través de la práctica en esos terrenos,
no de manera simplista. Para determinar si una cosa es correcta o
errónea se requiere a menudo un período de prueba. En la historia ocurre
con frecuencia que lo nuevo y correcto no obtiene al comienzo el
consenso de la mayoría de los hombres, y sólo logra desarrollarse en
medio de luchas y vicisitudes. Sucede a menudo que lo justo y bueno no
es considerado al principio como flor fragante, sino, por el contrario,
como hierba venenosa.

…alguien podría preguntar: ¿Puede criticarse el marxismo


siendo que es reconocido en nuestro país como ideología rectora por la
gran mayoría del pueblo? Desde luego que sí. El marxismo es una
verdad científica y no teme a la crítica. Si la temiese, si pudiera ser
derribado con críticas, no tendría valor alguno ¿Acaso, de hecho, los
idealistas no critican el marxismo a diario y por todos los medios? ¿Acaso
no critican el marxismo también y por todos los medios aquellos que se
aferran a las ideas burguesas y pequeñoburguesas y rehúsan
transformarse? Los marxistas no deben temer a la crítica, venga ésta de
donde viniere. Por el contrario, tienen que templarse, desarrollarse y
ampliar sus posiciones precisamente en medio del fuego de la crítica y en
la tormenta de la lucha (p.445, 447).

La aparente tendencia tolerante de Mao venía de antes, así en su


discurso de Servir al pueblo de todo corazón el 8 de septiembre de 1944
recopilado en Obras escogidas de Mao, tomo III (1972), se lee:

…todos los hombres han de morir, pero la muerte puede tener distintos
significados. El antiguo escritor chino Sima Chien decía: Aunque la

83
ADOLFO QUISPE ARROYO

muerte llega a todos, puede tener más peso que la montaña Taishan o
menos que una pluma. Morir por los intereses del pueblo tiene más peso
que la montaña Taishan; servir a los fascistas y morir por los que explotan
y oprimen al pueblo tiene menos peso que una pluma. El camarada
Chang Si-te murió por los intereses del pueblo, y su muerte tiene más
peso que la montaña Taishan. Servimos al pueblo y por eso no tememos
que se nos señalen y critiquen los defectos que tengamos. Cualquiera,
sea quien fuere, puede señalar nuestros defectos. Si tiene razón, los
corregiremos. Si lo que propone beneficia al pueblo, actuaremos de
acuerdo con ello (p. 177).

Esta supuesta tolerancia a las críticas, para los observadores del


maoísmo, fue un revés para Mao; pues después de la campaña: Dejar
que florezcan cien flores, en adelante aplastó toda oposición sin recurrir
necesariamente a la crítica y autocrítica como método de rehabilitación
maoísta. La tesis del correcto manejo de las contradicciones en el seno
del pueblo terminaron siendo un desliz para el líder chino, ante la práctica
de que se abran cien flores vino como parche para aplastar toda
desviación moderada, radical, ecléctica y reaccionaria llamada Gran
revolución cultural proletaria con amplia propaganda, no perdonó a aquél
que se atreviese a dudar o malinterpretar las ideas de Mao Tse Tung
contenidas en el famoso Libro rojo, a pesar de su otra aseveración: Las
masas poseen un poder creador ilimitado. Hay que ir de las masas a las
masas. Mao consideraba un papel fundamental a la propaganda como
un medio político para lograr los fines esperados.

Se suele poner en duda aportes filosóficos de Mao, y es difícil considerar


como un filósofo, en sentido estricto de la palabra, pero es indiscutible el
rol de adalid y estratega en la dirección de la triunfante Revolución China.
A propósito de aportes filosóficos, los maoístas hacen coro a las Cinco
tesis filosóficas de Mao Tse Tung, consideradas aportes filosóficos
significativos para el desarrollo del marxismo en otros contextos
históricos de manera coloquial y popular en el entendimiento de estas
tesis.

Los maoístas seleccionaron las siguientes cinco tesis


fundamentalmente: a) Sobre la práctica, b)Sobre la contradicción,
c)Sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del
pueblo, d)Discurso ante la conferencia nacional del Partido Comunista
de China sobre el trabajo de propaganda y e) ¿De dónde provienen las
ideas correctas?

Por una lectura rápida y parcelada de las Cinco tesis filosóficas de Mao

84
Tse Tung, algunos marxólogos y muchos marxistoides se consideran
como los únicos entendidos del marxismo-leninismo-maoísmo; sin
molestarse en confrontar y ampliar con otros escritos suyos y obras
bases de sus predecesores para cimentar y armar el árbol gnoseológico
doctrinario.

Las tesis maoístas, consideradas aportes al marxismo, fueron y son


objetos de duras críticas al estilo canibalista, propio del marxólogo, más
la inopia marxistoide. Este punto se detalla con mayor detenimiento en la
sección de críticas al maoísmo.

BASES TEÓRICAS DEL MAOÍSMO

Hasta la década de 1960 las tesis maoístas no fueron consideradas una


nueva ideología. No obstante, las bases de esta teoría política habían
sido fijadas progresivamente por su fundador desde finales de la década
de 1920, a partir de sus escritos. Entre éstos cabe citar los siguientes:
Encuesta sobre el movimiento campesino en Hunan (1927), Una chispa
puede encender toda la llanura (1930), Acerca de la contradicción (1937),
Acerca de la práctica (1937), donde se analiza, la teoría del conocimiento
marxista por fases, complementada con ¿De dónde provienen las ideas
correctas? (1963), La guerra prolongada (1938), Nueva democracia
(1940) y Reformemos nuestro estudio (1941). Además de sus obras, sus
discursos, mención especial merece: Sobre el correcto manejo de las
contradicciones en el seno del pueblo, que pronunció en 1957, fueron
poco a poco configurando los principales ejes teóricos del maoísmo. Con
el desarrollo del culto a la personalidad de Mao se editó una recopilación
de sus escritos y discursos. Los pensamientos del presidente Mao,
realizado de forma lírica en un pequeño libro de pasta roja, por lo que fue
internacionalmente conocido como Libro rojo, que se convirtió en el
manual sagrado del movimiento. El Libro rojo fue repudiado con carácter
oficial después de la muerte de Mao.

La causa directa de que el maoísmo adquiriera el rango de ideología


política fue la ruptura de China con la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas que culminó en los primeros años de la década de 1960. En
1956, como reacción a la condena que hizo el régimen soviético de la
política de Stalin a la muerte de éste, Mao comenzó a airear su propia
política. La campaña Dejar florecer cien flores tenía como objetivo
conciliar a los intelectuales y permitirles criticar a la burocracia. En su
discurso Sobre las diez grandes relaciones, Mao rechazaba la
importancia concedida por los soviéticos a la industria pesada y

85
ADOLFO QUISPE ARROYO

argumentaba que el creciente poder adquisitivo del campesinado era la


clave para alcanzar un desarrollo económico rápido y socialista. Su
plática Sobre el correcto manejo de las contradicciones en el seno del
pueblo (1957), repudiaba la negación soviética de la existencia de
contradicciones en la sociedad socialista e insistía en que el conflicto era
inevitable y saludable. Desde finales de 1957 comenzó a aplicar su
política mediante el denominado Gran salto adelante, que constituyó un
intento de sustituir el Estado burocrático por un sistema celular de
comunas locales autónomas unidas por una ideología común.

Al discutir el liderazgo soviético, dentro del movimiento comunista


internacional, Mao y sus seguidores se vieron impulsados a adoptar y
postular nuevos principios revolucionarios distintos a los representados
por el comunismo soviético, al que acusaban de revisionismo por
traicionar la ortodoxia del marxismo-leninismo.

El maoísmo discutía que el proletariado fuera la vanguardia de la


revolución mundial, y en su lugar defendía el papel primordial del
campesinado; pues los campesinos tendrían instintos comunistas, una
de las razones que explican su éxito en China. En el plano internacional,
consideraba que la confrontación principal en el mundo no tenía lugar
entre la burguesía y el proletariado, sino entre los países
subdesarrollados llamados de forma metafórica el campo y los estados
capitalistas o ciudades. El desarrollo de la revolución comunista, en el
que ejércitos de campesinos rodeaban los reductos urbanos donde se
habían refugiado las fuerzas nacionalistas de Jiang Jieshi fue recreado
de un modo simbólico y propagandístico como motor de la nueva
estrategia internacional. Otra característica principal del maoísmo fue la,
en ocasiones, eufórica confianza en el poder de las masas: las fuerzas
subjetivas, para superar, si estaban guiadas de la forma adecuada por la
línea política correcta, cualquier obstáculo de naturaleza económica o
ideológica. Mao presuponía que las transformaciones económicas
pueden alcanzarse gracias a la fuerza de voluntad del pueblo y que las
mentalidades tradicionales pueden, y deben ser reformadas de una
forma rápida y continua. El énfasis del maoísmo en la igualdad del que
daban testimonio los ubicuos monos azules que vestían mujeres y
hombres, el fervor mesiánico de sus seguidores y las continuas sesiones
de crítica y autocrítica durante las que se rechazaban las viejas ideas;
terminaron por producir cierta represión colectiva ejercida por grupos
homogéneos.

Las principales materializaciones del maoísmo se desarrollaron durante


el Gran salto adelante, colectivización agrícola por medio de granjas de

86
campesinos y creación de empresas de trabajo intensivo en zonas
rurales que tuvieron su efecto más negativo en el transcurso de la Gran
revolución cultural proletaria, cuando en 1966 indicó Mao a propuesta de
su esposa, que debía afectar a los denominados cuatro viejos: las viejas
costumbres, los viejos hábitos, la vieja cultura y los viejos modos de
pensar; sin embargo, inmovilizó a China hasta 1976. Aunque,
oficialmente, en el IX Congreso del PCCH, la revolución cultural se daba
por finalizada en abril de 1969. La premisa básica de este movimiento
establecía que, para evitar el acomodamiento de una élite burocrática en
el seno del Partido Comunista Chino, era necesario movilizar a las masas
empezando por los jóvenes estudiantes, los Guardias Rojos, para que se
rebelaran contra la naturaleza centralizada y autoritaria del sistema. La
revolución cultural degeneró hasta convertirse en un movimiento violento
que sólo admitía la correcta línea política y fomentaba la purga de los
individuos disidentes. La revolución cultural fue dirigida para preservar el
espíritu revolucionario del pueblo chino, ya que en la sociedad socialista
aún existían pequeñas diferencias de clases sociales y, por ende,
contradicciones; corriéndose el riesgo de que las fuerzas reaccionarias,
oportunistas y revisionistas reimplantasen el capitalismo. Estas
contradicciones en el seno del pueblo en una sociedad socialista no eran
aceptadas por los soviéticos, por lo que fueron calificados de social
imperialistas y revisionistas que habían perdido el espíritu revolucionario.

El maoísmo es considerado vigente porque no se habrían superado


algunas tesis populistas y de fácil entendimiento para un gran cambio del
sistema, así por ejemplo, retomando las Obras escogidas de Mao, tomo
III (1972), podemos leer la fábula popular de El viejo tonto que removió
las montañas, cuando pronunció el discurso el 11de junio de 1945 en la
clausura del VII Congreso Nacional del Partido Comunista de China,
donde refiere que:

Hay una antigua fábula china llamada: El Viejo Tonto que removió las
montañas. Cuenta que hace mucho tiempo vivía en el Norte de China un
anciano conocido como el Viejo Tonto de las montañas del Norte. Su
casa miraba al Sur y frente a ella, obstruyendo el paso, se alzaban dos
grandes montañas: Taijang y Wangwu. El Viejo Tonto decidió llevar a sus
hijos a remover con azadones las dos montañas. Otro anciano, conocido
como el Viejo Sabio, los vio y, riéndose, les dijo: ¡Qué tontería! Es
absolutamente imposible que vosotros, siendo tan pocos, logréis
remover montañas tan grandes. El Viejo Tonto respondió: Después que
yo muera, seguirán mis hijos; cuando ellos mueran, quedarán mis nietos,
y luego sus hijos y los hijos de sus hijos, y así indefinidamente. Aunque
son muy altas, estas montañas no crecen y con cada pedazo que les

87
ADOLFO QUISPE ARROYO

sacamos se hacen más pequeñas. ¿Por qué no vamos a poder


removerlas? Después de refutar la errónea idea del Viejo Sabio, siguió
cavando día tras día, sin cejar en su decisión. Dios, conmovido ante esto,
envió a la tierra dos ángeles, que se llevaron a cuestas ambas montañas.
Hoy, sobre el pueblo chino pesan también dos grandes montañas, una se
llama imperialismo y la otra, feudalismo (p.283).

Es uno de los argumentos favoritos de los maoístas para aferrarse a la


idea de la vigencia del maoísmo, aunque con nuevas terminologías y
logías, pero consideramos que es una visión simplista como para
aferrarse a uno de sus ejemplos y aún considerar al maoísmo como
tercera etapa y superior del marxismo. En las críticas del maoísmo
escudriñaremos más detalles sobre la vigencia o la caducidad del
maoísmo como una etapa.

EL MAOÍSMO EN EL RESTO DEL MUNDO

En la década de 1960 el maoísmo ejerció gran influencia en


determinados medios universitarios de Europa y Norteamérica que
quedaron cautivados por su aparente componente antitotalitarista y
voluntarista. Así, algunos grupos maoístas desempeñaron un papel
importante en los sucesos del denominado Mayo Francés de 1968, que a
su vez desencadenaron múltiples acciones sociales en otros puntos del
mundo, conocidas como protestas de 1968. La propia esencia ideológica
del maoísmo y la identidad de su principal soporte social, las clases
campesinas influyeron de forma determinante en que su expansión
tuviera posteriormente una dirección muy definida: el tercer mundo,
cuyas condiciones económicas, sociales y políticas prestaban un
escenario propicio para la difusión de la doctrina de Mao.

En Asia, el ejemplo más paradigmático y trágico de la aplicación del


maoísmo estuvo representado por Pol Pot (1925?-1998), líder del
denominado Jemer Rojo, que implantó un régimen drástico en Camboya
desde 1975 hasta 1979. En Latinoamérica, diversos grupos y
organizaciones nacieron al amparo de tal ideología; es el caso del
peruano Sendero Luminoso, del chileno Mapu Lautaru, del ecuatoriano
Sol Rojo, del boliviano Ejército de la Guerrilla Tupac Katari o del
colombiano Ejército Popular de Liberación, la mayoría de ellos
residuales, pero cuyas virulentas acciones produjeron un efecto
desestabilizador en sus respectivos ámbitos de influencia.

88
Latinoamérica, en particular y el tercer mundo en general, estudió con
gran pasión el maoísmo a través de sus famosos libros rojos que en un
momento fueron calificados de terroristas, todo aquel que poseyera los
libros rojos, algo así como herejía en plena edad media con el absoluto
predominio de la religión. El maoísmo consagraba la guerra popular del
campo a la ciudad, dando equivalencia a los países del tercer mundo
como campo y a los del primer mundo como ciudad, por lo que debían ser
cercados los segundos a escala mundial para poner fin definitivamente al
capitalismo y erigir el comunismo como nuevo sistema social. Los
maoístas consideraban tres etapas estratégicas de la guerra popular: la
defensiva, (donde las fuerzas revolucionarias son aún débiles), el
equilibrio (donde las fuerzas revolucionarias y reaccionarias han
equilibrado sus poderíos) y la contraofensiva (donde las fuerzas
revolucionarias se han vuelto poderosas). Hacemos referencia a Lora
Cam (2004), quien afirma:

…que en China un país semifeudal y semicolonial, Mao tse Tung, no sólo


fundó el Partido Comunista Chino, y dirigió victoriosamente el proceso de
liberación nacional a partir de 1935, sino que formuló teórica y
prácticamente la táctica y la estrategia de la guerra popular, proceso
revolucionario dirigido por el proletariado, en alianza con el
campesinado, las clases medias y la burguesía nacional contra el
feudalismo, el capitalismo burocrático y el imperialismo… (p. 270).

A partir de esta afirmación podemos deducir que la vanguardia de la


revolución en China fueron los campesinos y algunos intelectuales de
avanzada vendrían a ser los proletarios y/o de la clase media con
conciencia social de clase y nacionalista. El nacionalismo chino es
observado como postura contraria que exhortaban los internacionalistas
marxista-leninistas de supuesta ortodoxia.

CRÍTICAS AL MAOÍSMO

La doctrina maoísta fue y es la más criticada dentro de la literatura


marxista y no marxista; si bien hubo críticas al marxismo en general,
críticas mordaces al estalinismo y moderadas al leninismo fue el
maoísmo, sin lugar a dudas, el punto de iceberg que apuntaban las
observaciones demoledoras. Estas críticas, observaciones y/o
correcciones de las debilidades teóricas maoístas vinieron de los
marxólogos, marxistoides y revisionistas de los grupos prosoviéticos que
se encontraban en pugna con los prochinos, y cómo no, de los
intelectuales defensores de la burguesía. Además muchos marxistas en

89
ADOLFO QUISPE ARROYO

su afán dinámico estarían en desacuerdo con las tesis maoístas para los
tiempos actuales de la aldea global.

Entre las observaciones al maoísmo cuentan afirmaciones, entre otras,


sus tesis antimarxistas, antidialécticas, desviacionistas, aventureristas,
terroristas, chauvinistas, anarquistas, voluntaristas, subjetivistas,
mesianistas, populistas, demagogas, trotskistas, etc. Se pone en tela de
juicio contribuciones teóricas de Mao como desarrollo ulterior del
marxismo, al respecto Bottomore (1984), en un sentido moderador
afirma:

La importancia de Mao a la hora de poner en práctica el marxismo o, en


todo caso, como líder que llevó a cabo una revolución inspirada en los
que él creía principios marxistas está generalmente admitida. Por otra
parte, hay una viva y aún no resuelta controversia sobre si hizo, de hecho,
alguna contribución teórica original y, en caso afirmativo, si constituyó un
desarrollo o una tergiversación del marxismo. Es difícil negar que Mao no
sólo hizo, sino que también dijo, cosas significativamente distintas. Si
estas innovaciones tuvieron o no un carácter auténticamente marxista es
un punto discutible, pero parece posible sostener tal opinión, al menos en
parte (p. 476).

Mientras Revel, Jean-Francois (1971) en su obra Ni Marx ni Jesús, niega


algún aporte teórico de Mao, considera que el maoísmo es el conjunto de
vagos slogans que dispensan de cualquier análisis teórico serio. El
contenido del maoísmo es el de un marxismo-leninismo sumario,
esmaltado de consejos morales, por lo tanto no existe versión china del
marxismo. Al respecto refiere:

Mao no es un teórico o, al menos, un inventor. Sus escasos trabajos


teóricos, `A propósito de la práctica´, `A propósito de la contradicción´, se
limitan a vulgarizar y simplificar `Materialismo y empiriocrítica´, de Lenin.
Son en fin, como todos sus textos, escritos de circunstancia, de combate,
destinados a encauzar una presión política precisa sobre tal o cual
tendencia concreta, en el seno o fuera del P.C. Chino. En fin, la ideología
leninista-stalinista, adoptada para siempre, no lo es en tanto que
ideología, una vez repensada por Mao. Cuando aparentemente hace
ideología, se trata en realidad de táctica...La `teoría´ de las Cien Flores,
pese a la belleza de su formulación, no es una verdadera teoría. Iba
destinada en 1957 a calmar a quienes exigían mayor libertad de
discusión en el Partido... El estudio de los textos obliga a decir que,
filosóficamente, el pequeño escritor rojo no existe, que no hay `versión
china´ del marxismo, que no hay `pensamiento de Mao´ (p.214, 215).

90
Se cuestiona acerbamente la elevación del maoísmo a una tercera nueva
y superior etapa del marxismo-leninismo; pues sería una exageración y
magnificencia considerar tercera etapa y superior del marxismo a las
ideas y prácticas de Mao, por el excesivo culto y sobrevaloración
adulante, ya que por esta propaganda los grupos maoístas buscan crear
desesperadamente mitos para encontrar un pensamiento guía al que lo
llaman presidente que docilita a sus seguidores. Esta historia del
pensamiento guía, se habría generado durante los años de la Revolución
Cultural China, cuando Lin Piao (1907-1971), endiosó a Mao Tse Tung y
propaló que el pensamiento del líder chino era la etapa culminante del
marxismo-leninismo. Al respecto Karol K.S en La segunda revolución
China (1977), refiere:

El 18 de marzo de 1966, en una reunión ampliada de la secretaría


política, Lin pronunció un discurso sobre el valor y el contenido del
pensamiento de Mao. No se anduvo con chiquitas, a juzgar por los
fragmentos aparecidos posteriormente en los carteles de los guardias
rojos: El presidente Mao tiene una experiencia práctica mucho mayor que
la de Marx, Engels y Lenin, que no dirigieron personalmente y durante
mucho tiempo una revolución proletaria. Lenin no gobernó durante tanto
tiempo como Mao Tse tung (...) El camarada Mao es el marxista más
grande de nuestra época. Ha continuado salvaguardando y
desarrollando el marxismo leninismo de forma genial, creadora e íntegra
(p.180).

El autor en apéndice I de su obra citada reproduce algunos documentos


de la revolución cultural, siendo éste Carta de Lin Piao del 11 de marzo de
1966, donde se lee:

El pensamiento-mao-tse-tung no nació espontáneamente entre el


pueblo trabajador, sino que se debe al hecho de que el presidente mao ha
continuado y desarrollado de forma genial la ideología marxista-leninista
sobre la base de una gran práctica revolucionaria. Ha resumido las
nuevas experiencias del movimiento comunista internacional y ha hecho
que el marxismo-leninismo pasara a una etapa superior, totalmente
nueva (p.545).

Desde entonces, surgió la corriente que considera el pensamiento Mao


Tse Tung como la tercera etapa del marxismo leninismo; esta
adjudicación no es aceptada por muchos marxistas-leninistas-
estalinistas y otros grupos afines y distantes. Uno que se opuso
tenazmente a esta categorización fue el albanés Enver Hoxha (1908-
1985), más adelante nos ocuparemos de sus fundamentos. Al respecto

91
ADOLFO QUISPE ARROYO

otro autor de tendencia antimaoista, Sotomayor P. J. (2007), observa:

Constituye un verdadero despropósito considerar al maoísmo como una


etapa superior del marxismo-leninismo. Stalin definió el leninismo como
el marxismo de la época del imperialismo y la revolución proletaria, y esa
época aún no ha terminado. Surge la pregunta ¿El marxismo de que
época es el maoísmo? (p.112, 113).

Se pone en tela de juicio la consigna maoísta de: Que florezcan cien


flores y compitan cien escuelas…, ya que a la par de las flores fragantes,
también debían crecer y desarrollarse las hierbas venenosas,
complementado con la tesis del Correcto manejo de las contradicciones
en el seno del pueblo, ya que para los críticos estas tesis son de una
actitud conciliadora con la burguesía nacional, es decir la contradicción
corresponde a la burguesía nacional y el proletariado, pero al final de
cuentas son contradicciones en el seno del pueblo que lo uno puede
convertirse en lo otro y viceversa; es decir, el proletariado pasaría a ser
dominante y la burguesía a dominada, consideraba también en este
sentido las críticas de los intelectuales, observado como pareja de
contrarios. El desarrollo por ciclos y/o oleadas de parejas de contrarios
de Mao, también son cuestionados, ya que el desarrollo dialéctico se da
en forma espiral y no es cíclico solamente. Estas connotaciones
maoístas no tendrían un matiz férreo dialéctico, porque la contradicción
se da en la esencia misma y no solamente en lo externo, y no es cambio
de lugar simplemente. Para los críticos, Mao no entendió la dialéctica
materialista en su conjunto. Nuevamente recurrimos a Sotomayor P. J.
(2007), quien refiere al punto:

…para Mao las contradicciones no son internas porque, según dice, los
contrarios forman parejas. No son lados contrapuestos, dentro de un
mismo objeto o fenómeno, sino contrarios externos que forman una
paridad.

En la Unión Soviética, dice el líder chino, ahora ya no se enfoca las cosas


en términos de pareja, sino de solitario, y ello con el argumento de que
sólo se debe franquear el paso a las flores fragantes, cerrándolo a las
hierbas venenosas, con lo que se niega la existencia del idealismo y de la
metafísica en los países socialistas.

Como ejemplo de parejas Mao dice: Sin vida no habría muerte, sin
muerte tampoco habría vida. Sin arriba no habría abajo, sin abajo
tampoco habría arriba. Sin desgracia no habría felicidad; sin felicidad
tampoco habría desgracia… Todos los elementos contrapuestos son así.

92
La dialéctica materialista descubre las contradicciones internas de los
objetos y fenómenos. Las parejas de Mao, no son contrarios internos de
las cosas y fenómenos, y no pueden producir un proceso de desarrollo,
automovimiento o autopropulsión de los mismos. Las parejas llevan a
Mao, quiérase o no, a concebir la “conexión de los contrarios”, como una
contradicción mecánica de contrarios externos. Por eso concibe el
desarrollo como una sucesión de equilibrio y desequilibrio o por
oleadas…Lenin dice: En sentido propio, la dialéctica es el estudio de la
contradicción EN LA ESENCIA MISMA DE LOS OBJETOS…con su
teoría de las parejas, Mao enfoca el problema de la vida y la muerte en la
siguiente forma: En el proceso total de la existencia, vida y muerte
incesantemente luchan entre sí y se transforman la una en la otra. La
explicación y el enfoque que Engels hace de esta contradicción, es
distinta. Dice el cofundador del socialismo científico:

Veíamos más arriba que la vida consiste precisamente, ante todo, en que
un ser sea al mismo tiempo, en el mismo instante, el que es y otro. LA
VIDA NO ES, PUES, A SU VEZ, MÁS QUE UNA CONTRADICCIÓN
ALBERGADA EN LAS COSAS Y EN LOS FENÓMENOS Y QUE SE
ESTÁ PRODUCIENDO Y RESOLVIENDO INCESANTEMENTE, AL
CESAR LA CONTRADICCIÓN CESA LA VIDA Y SOBREVIENE LA
MUERTE.

La contradicción entre la vida y la muerte se da en la misma vida, y


cuando acaba esa contradicción se produce la muerte. Pero según Mao
la muerte se convierte en vida, porque la vida y la muerte constituyen y
forman una pareja… (p. 31-35).

Así mismo, se degenera la afirmación de que: La ley de la contradicción


en las cosas, es decir, la ley de la unidad de los contrarios, es la ley más
fundamental de la dialéctica materialista... pretendidamente
considerando a la ley de la contradicción como única ley de la dialéctica,
pues esta simplificación de las tres leyes generales de la dialéctica
materialista de Marx, Engels y Lenin a una sola por Mao, en desmedro de
las dos leyes (la ley de la negación de la negación y la ley del tránsito de
los cambios cuantitativos a cambios cualitativos), es observado como
una tendencia antimarxista y antileninista. Al respecto Bottomore (1984),
desde luego, en un sentido moderador observa:

…el aspecto más importante de su dialéctica es la reducción de las tres


leyes de Hegel y Marx a una sola: la unidad y la lucha de los contrarios.
Esto ya estaba configurado en Sobre la contradicción (1937), cuando dijo
que la ley de la unidad de los contrarios era “la ley fundamental del

93
ADOLFO QUISPE ARROYO

pensamiento”, dándole así aparentemente un status más elevado que a


la negación de la negación y que la transformación de la cantidad en
calidad. En 1964 ya repudiaba explícitamente las dos últimas leyes,
diciendo que él “no creía” en la negación de la negación, y que la
transformación de la cantidad en calidad era simplemente un caso
especial de la unidad de los contrarios. Este desarrollo en las ideas de
Mao ha sido considerado por algunos como una manifestación de la
dialéctica tradicional taoísta del yin y del yang, y por otros como un reflejo
de la influencia de Stalin (p. 478).

Es preciso aclarar que Stalin también llegó a repudiar la ley de la


negación de la negación. Los observadores, no perdonan a Mao el
desastroso final de: El gran salto adelante, en un intento de apurar al
comunismo sin haber transitado por el proceso lento socialista, siendo
calificado de aventura y experimento antimarxista, pues en vez de seguir
un proceso de construcción dialéctica y planificado, Mao habría apelado
a la voluntad y sentimiento chauvinista del pueblo chino. Semiónov V.
(1973), observó:

A mediados de 1958, los maoístas declararon que en China había


culminado totalmente el período de transición, que el socialismo se había
edificado y que se podía emprender la estructuración de relaciones
comunistas. Se planteó la aventurera idea del paso acelerado de China al
comunismo mediante “un gran salto”…desestimación de las leyes
objetivas del desarrollo social. Esto sin duda, estuvo condicionado por las
aspiraciones hegemónicas de Mao y sus partidarios. Para hacerse con el
puesto rector en el movimiento revolucionario mundial se precisaba
“superar” a la Unión Soviética. Para lograr este fin se lanzó la consigna
sobre “el paso acelerado al comunismo”. Este eslogan subjetivista y
antimarxista fue acogido y “teóricamente” comentado por la prensa china
(p. 182,183).

Se critica, también despiadadamente, La gran revolución cultural, pues


ésta sería síntoma de anarquismo y pretexto con el propósito de limpiar a
los verdaderos comunistas en el Comité Central del PCCH en pro de
intereses maoístas, pues no estaba dirigido por el PCCH, si no fue una
explosión espontánea ante un llamamiento de Mao; ya que muchos
auténticos marxistas habrían caído en estas revueltas caóticas. Al
respecto Ostroúmov, G. (1973), refirió:

La ideología maoísta es la ideología del aventurerismo político, de la


demagogia, de la violencia y del terror en masa. Es natural que no se
conciba sin el culto a la personalidad. Con su ayuda, los partidarios de

94
Mao lograron usurpar durante “la revolución cultural” el poder en el
partido y en el Estado (p. 172).

Así mismo, se observa que la llamada: Gran revolución cultural, fue en


menoscabo y destrucción del patrimonio de la humanidad, pues se
destruyeron todas las creaciones culturales anteriores consideradas
como antiproletarias. En este sentido, la revolución cultural fue calificada,
por los críticos, como una cruzada contra la cultura mundial. Al respecto
Baler E. (1973), reseñó:

¿Qué tienen de común con la noción marxista-leninista de la esencia de


la revolución cultural, los acontecimientos que, bajo el nombre de
“revolución cultural”, ocurren en China?

El marxismo–leninismo parte de que la revolución cultural es imposible


llevarla a cabo sin dominar toda la reserva de conocimientos, valores
materiales y espirituales, atesorados por la humanidad. Mao Tse-tung y
sus afines, en cambio, comenzaron “la gran revolución cultural proletaria”
en China proclamando toda la cultura de los siglos pasados, ajena y hostil
al proletariado, y desencadenando la cruzada de los hungweipings
contra lo más sagrado de la civilización mundial (p.261).

La gran época (s/f) compendios virtuales y físicos anticomunistas chinos


en general y antimaoístas en particular, observa la llamada revolución
cultural en los siguientes términos:

Al mismo tiempo que destruía las religiones, el PCCh barría con la cultura
tradicional. Bajo la proclama de que la tradición, la moral y la ética tenían
rasgos feudales, supersticiosos y reaccionarios, las erradicó en nombre
de la revolución. Durante la Revolución Cultural, la propagación de
situaciones abominables violó las tradiciones chinas; matrimonios que se
acusaban mutuamente, estudiantes que golpeaban a sus maestros,
padres e hijos que se enfrentaban entre sí, las Guardias Rojas que
asesinaban inocentes sin justificación alguna y rebeldes que golpeaban,
destruían y saqueaban todo lo que encontraban a su paso (p. 104).

La revolución cultural fue un movimiento social juvenil principalmente,


quienes se movilizaron ante el llamamiento de Mao Tse Tung, en sí no
participaron los auténticos proletarios, se sabe incluso que en algunos
lugares de trabajo se llegaron a enfrentarse con los estudiantes. La
revolución cultural movilizó y cambió drásticamente las formas de hacer
cultura, en adelante la creación cultural sería realista en provecho de la

95
ADOLFO QUISPE ARROYO

satisfacción subjetiva del hombre nuevo de China que represente el


verdadero sentimiento del pueblo y se descartó la creación del arte por el
arte que aduce que el arte no tiene sello de clase. Sistemáticamente se
prohibieron leer obras reconocidas universales por su carácter
reaccionario, aburguesante, revisionista y extranjerizante, las obras de
Shakespeare, Alighieri, Tolstoi, Goethe, Rabelais y otros clásicos no
escaparon a estas purgas. Estos movimientos estaban lleno de idolatría
a la personalidad de Mao Tse Tung, la élite afín a Mao, exhortó a enterrar
las publicaciones hechas antes de 1966, incluso aseguraron que ya
tenían un nuevo plan docente. Baler E. (1973), refiriéndose al nuevo plan
de la revolución cultural aseveró:

…las escuelas primarias completas estudian las citas de los trabajos del
presidente Mao y tres de sus artículos, las escuelas medias, la
compilación de obras escogidas de Mao Tse-tung y otros artículos suyos
y los centros de enseñanza superior, las Obras escogidas de Mao Tse-
tung (p. 271).

Así mismo, los críticos aseguran que las tesis maoístas, hoy en día se
encuentran fuera de contexto y son totalmente inaplicables; ya que son
anticuadas, pudo haber funcionado en la China atrasada semifeudal y
semicolonial de comienzos y mediados del siglo XX. En una sociedad
globalizada, tecnificada y virtual como la actual; las estrategias de larga
marcha, guerra popular, carácter prolongado de la guerra, del campo a la
ciudad y otras serían vanas e inaplicables, en caso de aplicarlas serían
síntomas de aventuras, experimentos y dogmatismos destinados al
fracaso; ya que las condiciones objetivas y subjetivas, no darían pie a la
efectivización de las tesis maoístas.

Otra observación tenaz al maoísmo es la prioridad que dio al aspecto


político en vez del económico, esta tesis contravendría al marxismo,
pues para el marxismo originario la economía en última instancia es la
determinante en la marcha de un sistema. La prioridad por las
condiciones subjetivas como determinantes de las objetivas fue
considerada como voluntarista y subjetivista por los críticos. Así mismo,
el maoísmo no reconocía al capitalismo como un desarrollo progresivo
de la sociedad, solamente acusaban como malvado al estilo de los
utópicos socialistas, y quisieron saltar de la semifeudalidad al
comunismo, y el cambio de roles de la vanguardia revolucionaria del
proletariado por el campesinado es observado y criticado como tesis
antimarxistas. En cuanto a la teoría del conocimiento por saltos también
es observado por su presunción de ser mecanicista. Así Gueórguiev, V.
(1973), alegó:

96
La teoría del conocimiento de la filosofía maoísta no está vinculada con la
teoría materialista del reflejo. En ella no se analiza la dialéctica de las
verdades objetiva, relativa y absoluta, su unidad contradictoria y sus
tránsitos recíprocos, no se examinan en absoluto los problemas del
ascenso lógico e histórico de lo abstracto a lo concreto en el proceso de la
comprensión de la esencia de las cosas y de los fenómenos.

Es más Mao Tse-tung revisa directamente la teoría marxista–leninista del


conocimiento. En primer lugar, divide el proceso cognoscitivo en
procesos independientes, aislados que se suceden unos a otros. Luego,
de forma vulgar y mecanicística, presenta la vinculación del proceso
cognoscitivo con el proceso elaborador de la política práctica, confunde
el problema de la fuente de los conocimientos y el propio proceso del
conocimiento, que como es sabido, se basa en un determinado material
de conocimientos acumulados (p. 63).

Uno de los críticos acérrimos del maoísmo fue el albanés Enver Hoxha,
(1908-1985), quien rechazó la desestalinización y la apertura que
introdujo Jruschov en la Unión Soviética, rompiendo con aquel país en
1961 y abandonando el Pacto de Varsovia tras la invasión soviética de
Checoslovaquia en 1968. En ese momento estableció lazos con la China
de Mao, con la que a su vez rompió tras la muerte de Mao Tse Tung y la
aproximación China a Occidente. Fue un crítico del revisionismo
soviético y chino, a la vez del propio maoísmo. Hoxha en Los
Jruschovistas (1976), observó y analizó: Las raíces de la tragedia de la
Unión Soviética. Las etapas que atravesó Jruschov para usurpar el poder
político e ideológico. La casta jruschovista enmoheció la espada de la
revolución ¿Qué se ocultaba detrás de la dirección colectiva de
Jruschov? Jruschov y Mikoyan, cabezas del complot
contrarrevolucionario. El viento del liberalismo sopla en la Unión
Soviética. Jruschov y Vorochilov se expresan abiertamente contra Stalin.
Jruschov erige su propio culto. Los enemigos de la revolución son
proclamados héroes y víctimas (http://www.los jruschovistas.com).

Estos escritos analíticos de Hoxha fueron considerados un abierto


desafío a la ex Unión Soviética postestalinista.

En su obra: El imperialismo y la revolución (1978), Enver Hoxha, quien


fuera primer secretario del Partido de Trabajo Albanés (PTA), marcó un
hito en la lucha contra el revisionismo. La defensa del marxismo-
leninismo frente al maoísmo, titismo y otras tendencias. En primer lugar,
analiza el contexto internacional del imperialismo, las tácticas de Estados
Unidos de Norteamérica, de China socialimperialista, del

97
ADOLFO QUISPE ARROYO

socialimperialismo soviético y del revisionismo. Luego enlaza la teoría


del imperialismo de Lenin con la situación actual y la época de las
revoluciones. Las tácticas del proletariado sobre la organización y la
relación con las masas; y critica arduamente la atribuida teoría de los tres
mundos de Mao Tse Tung, su pensamiento antimarxista y revisionista,
sus intentos de convertir a China en una superpotencia. Hoxha declarado
estalinista tuvo cáusticos críticas, respecto al maoísmo, quien en la obra
señalada dedica un tratado titulándolo: El pensamiento Mao Tse Tung,
teoría antimarxista. A continuación se extraen algunos pasajes de su
crítica demoledora al maoísmo. Hoxha (1978).

El pensamiento Mao Tse Tung es una variante del revisionismo, que


comenzó a tomar cuerpo ya antes de la Segunda Guerra Mundial y, de
manera particular, después de 1935, cuando Mao Tse Tung se afirmó en
el poder. En este período Mao Tse Tung con sus secuaces desencadenó
una campaña ´teórica` bajo la consigna de la lucha contra el
´dogmatismo`, los ´esquemas hechos`, los ´estereotipos extranjeros´,
etc., y planteó el problema de elaborar el marxismo nacional, negando el
carácter universal del marxismo-leninismo. En lugar del marxismo-
leninismo, predicaba la ´manera china` de tratar los problemas y el estilo
chino `...lleno de vida y lozanía, agradable al oído y a los ojos del pueblo
chino´, (Mao Tse Tung, Obras escogidas, Edic. albanesa, t. 4, pág. 84),
propagando así la tesis revisionista de que el marxismo debe tener en
cada país un contenido peculiar, específico.

El pensamiento Mao Tse Tung ´fue proclamado como el grado sumo del
marxismo-leninismo en la época actual. Los dirigentes chinos han
declarado que Mao Tse Tung ha hecho más que Marx, Engels y Lenin...`
En los Estatutos del Partido Comunista de China, aprobados en su IX
Congreso, que desarrolló sus trabajos bajo la dirección de Mao Tse Tung,
se dice que el pensamiento Mao Tse Tung es el marxismo-leninismo de
nuestra época..., que Mao Tse Tung `ha heredado, defendido y
desarrollado el marxismo-leninismo y lo ha hecho entrar en una etapa
nueva y superior´. (El IX Congreso del Partido Comunista de China,
Documentos, Tirana, 1969, págs. 79,80.)

El pensamiento Mao Tse Tung es una amalgama de concepciones que


mezcla ideas y tesis tomadas de prestado del marxismo con otros
principios filosóficos, idealistas, pragmáticos y revisionistas. Sus raíces
se remontan a la antigua filosofía china y al pasado político e ideológico
de China, a su práctica estatal y militarista. Todos los dirigentes chinos,
tanto los que actualmente han tomado el poder, como aquellos que han
estado en él y han sido derrocados, pero que han maniobrado para

98
materializar sus planes contrarrevolucionarios, han tenido y tienen por
base ideológica el pensamiento Mao Tse Tung.

Mao Tse Tung no ha organizado el Partido Comunista de China sobre la


base de los principios de Marx, Engels, Lenin y Stalin. No ha trabajado
para hacer de él un partido de tipo leninista, un partido bolchevique. Mao
Tse Tung no estaba por un partido de clase proletario, sino por un partido
sin fronteras de clase. Ha utilizado la consigna de hacer masivo el partido
para borrar la línea de demarcación entre el partido y la clase. Por
consiguiente, en este partido podía entrar y salir cualquiera y cuando
quisiera. En este aspecto las concepciones del pensamiento Mao Tse
Tung son idénticas a las de los revisionistas yugoslavos y de los
eurocomunistas.

Paralelamente a esto, Mao Tse Tung siempre ha subordinado la


construcción, los principios y las normas del partido a sus posiciones y a
sus intereses políticos, a su política oportunista, unas veces de derecha y
otras de izquierda, aventurera, a la lucha entre las fracciones, etc.

Las concepciones revisionistas de Mao Tse Tung tienen su base en la


política de colaboración y de alianza con la burguesía, que ha aplicado
constantemente el Partido Comunista de China. También la línea
antimarxista y antileninista de que ´se abran 100 flores y compitan 100
escuelas` tiene su origen en esta política y es manifestación directa de la
coexistencia de ideologías opuestas. Según Mao Tse Tung, en la
sociedad socialista, paralelamente a la ideología proletaria, al
materialismo y al ateísmo, hay que permitir la existencia de la ideología
burguesa, el idealismo y la religión, hay que permitir que crezcan las
`hierbas venenosas a la par de las flores fragantes´, etc.

Esta línea, según él, es indispensable para el desarrollo del marxismo,


para abrir camino a los debates, a la libertad de opinión, pero en realidad,
por medio de ella; él trata de echar los cimientos teóricos de la política de
colaborar con la burguesía y de la coexistencia con su ideología. Mao Tse
Tung dice: ´...impedir que la gente entre en contactos con lo falso, con lo
pernicioso o con lo que nos es hostil, con el idealismo y la metafísica,
impedir que conozca las ideas de Confucio, Lao Tsé y Chiang Kai Shek,
sería una política peligrosa. Conduciría a la regresión del pensamiento, a
la unilateralidad y haría a la persona incapaz de enfrentar las pruebas de
la vida...`. (Mao Tse Tung, Obras escogidas, Ed. Francesa, Pekín, 1977,
t. 5, pág. 397).

99
ADOLFO QUISPE ARROYO

El pensamiento Mao Tse Tung está en oposición a la teoría marxista-


leninista de la revolución. En los escritos de Mao Tse Tung se habla
frecuentemente del papel de las revoluciones en el proceso del
desarrollo de la sociedad, pero en esencia él se atiene a una concepción
metafísica, evolucionista. Contrariamente a la dialéctica materialista, que
argumenta el desarrollo progresivo en forma de espiral, Mao Tse Tung
predica el desarrollo en forma cíclica, giratoria, como un proceso
ondulatorio que pasa del equilibrio al desequilibrio y nuevamente al
equilibrio, del movimiento a la inmovilidad y de nuevo al movimiento, del
ascenso al descenso y del descenso al ascenso, de la progresión a la
regresión y seguidamente a la progresión, etc. Así, ateniéndose al
concepto de la antigua filosofía sobre el papel purificador del fuego, Mao
Tse Tung escribe: ´Es preciso encender el fuego de forma periódica.
Pero, ¿cómo proceder en adelante? Según ustedes, ¿cuándo hay que
encenderlo, una vez al año o una vez cada tres años? A mi juicio
debemos hacerlo como mínimo dos veces cada cinco años, a semejanza
de lo que ocurre con el mes intercalar del año bisiesto en el calendario
lunar, mes que se repite una vez cada tres años o dos veces en cinco
años`. (Mao Tse Tung, Obras escogidas, Ed. Francesa, Pekín, 1977, t. 5,
pág. 499).

Esto se ve con mayor claridad cuando Mao Tse Tung trata el problema de
las contradicciones, dominio donde, según la propaganda china, Mao
habría dado ´una contribución especial` y habría desarrollado aún más la
dialéctica materialista. Es cierto que Mao Tse Tung en muchos de sus
escritos habla frecuentemente de los contrarios, de las contradicciones,
de la unidad de los contrarios, emplea incluso citas y frases marxistas,
pero, con todo esto, está muy lejos de la comprensión materialista
dialéctica de estas cuestiones. Al tratar las contradicciones no parte de
las tesis marxistas, sino de las tesis de los antiguos filósofos chinos,
considerando los contrarios de manera mecánica como fenómenos
externos e imaginando la transformación de los mismos como una simple
inversión de los dos términos. Operando con algunos de esos contrarios
eternos que coge de la filosofía antigua como arriba-abajo, detrás-
delante, derecha-izquierda, fácil-difícil, etc., etc., Mao Tse Tung, en el
fondo, niega las contradicciones internas en los mismos objetos y
fenómenos, y trata el desarrollo como una mera repetición, como una
sucesión de estados intangibles donde se observan los mismos
contrarios y la misma correlación entre ellos. Mao Tse Tung interpreta la
transformación de cada uno de los dos términos de una contradicción en
su contrario como un esquema formal al cual todo debe estar
subordinado como una simple inversión y no, como la solución de la
contradicción ni como un cambio cualitativo del propio fenómeno que

100
comporta estos contrarios. Partiendo de este esquema Mao llega a
declarar: ´Cuando el dogmatismo se transforma en su contrario, se
convierte o bien en marxismo o bien en revisionismo`, (Mao Tse Tung,
Obras escogidas, Ed. Francesa, Pekín, 1977, t. 5, pág. 479), la
metafísica se transforma en dialéctica y la dialéctica en metafísica, etc.
Detrás de estas afirmaciones absurdas y tras el juego sofisticado de los
contrarios se ocultan los conceptos oportunistas y antirrevolucionarios
de Mao Tse Tung. Así, la revolución socialista no es vista por él como un
cambio cualitativo de la sociedad, donde desaparecen las clases
antagónicas, la opresión y la explotación del hombre por el hombre; sino
que es imaginada como una simple inversión de papeles entre la
burguesía y el proletariado. Para probar este descubrimiento, Mao
escribe: Si la burguesía y el proletariado no pudieran transformarse el
uno en el otro ¿Cómo se explicaría que el proletariado se convierta por
medio de la revolución en clase dominante y la burguesía en una clase
dominada? Nosotros y el Kuomintang de Chiang Kai Shek, en lo
fundamental, estamos en posiciones diametralmente opuestas. Como
resultado de la lucha y de la exclusión recíproca de los dos aspectos
contradictorios, nosotros y el Kuomintang cambiamos los lugares... (Mao
Tse Tung, Obras escogidas, Ed. Francesa, Pekín, 1977, t. 5, págs. 399-
400).

Esta misma lógica ha conducido a Mao Tse Tung también a revisar la


teoría marxista-leninista sobre las dos fases de la sociedad comunista.

La dialéctica nos enseña que el régimen socialista, como fenómeno


histórico, desaparecerá un día, del mismo modo que muere la persona, y
que el régimen comunista será la negación del socialista ¿Cómo puede
considerarse marxista la aserción según la cual el régimen socialista y
también las relaciones de producción y la superestructura del socialismo
no desaparecerán? ¿No sería esto un dogma religioso, la teología que
predica la eternidad de Dios? De este modo Mao Tse Tung, al revisar
abiertamente la concepción marxista-leninista sobre el socialismo y el
comunismo, que en el fondo son dos fases de un mismo tipo, de un
mismo orden económico-social, y que se diferencian únicamente por su
grado de desarrollo y madurez, presenta el socialismo como algo
diametralmente opuesto al comunismo.

De tales conceptos metafísicos y antimarxistas, parte Mao Tse Tung


cuando trata en general la cuestión de la revolución, que contempla como
un proceso sin fin que se repetirá periódicamente mientras exista el ser
humano sobre la tierra, como un proceso que pasa de la derrota a la
victoria, de la victoria a la derrota y así sucesivamente. Las concepciones

101
ADOLFO QUISPE ARROYO

antimarxistas, unas veces evolucionistas y otras anarquistas de Mao Tse


Tung sobre la revolución, aparecen con mayor claridad cuando habla de
los problemas de la revolución en China.

El curso de los acontecimientos demostró que la gran revolución cultural


proletaria no era ni revolución, ni grande, ni cultural y, sobre todo, que no
era en absoluto proletaria. Era una revolución de palacio a nivel panchino
para liquidar a un puñado de reaccionarios que habían tomado el poder.
Naturalmente, dicha revolución cultural era una mistificación. Liquidó al
mismo partido comunista de China e incluso a las organizaciones de
masas y hundió a China en un nuevo caos. Esta revolución fue dirigida
por elementos no marxistas, que a su vez fueron liquidados por medio de
un putsch militar por otros elementos antimarxistas y fascistas.

En nuestra prensa Mao Tse Tung ha sido calificado de gran marxista-


leninista, pero nunca hemos empleado ni aprobado las definiciones de la
propaganda china que llamaba a Mao clásico del marxismo-leninismo y
al pensamiento Mao Tse Tung su tercera y más alta etapa. Nuestro
partido ha considerado incompatible con el marxismo-leninismo el culto
desmesurado a Mao Tse Tung en China.

El desarrollo caótico de la revolución cultural y sus resultados reforzaron


aún más nuestra opinión, todavía no bien cristalizada, de que en China el
marxismo-leninismo no era conocido ni aplicado, de que en el fondo, el
partido comunista de China y Mao Tse Tung no sostenían puntos de vista
marxista-leninistas, independientemente de su fachada y de los slogans
que solían emplear, como: por el proletariado, por su dictadura y por la
alianza con el campesinado pobre, y muchas más fórmulas análogas.

El pensamiento Mao Tse Tung, en tanto que doctrina antimarxista, ha


substituido el internacionalismo proletario por el chovinismo de gran
Estado. Cuando se habla del pensamiento Mao Tse Tung, es difícil definir
una línea única y clara del mismo, porque como decíamos al principio, es
una amalgama de ideologías comenzando por el anarquismo, el
trotskismo, el revisionismo moderno a la titista, a la jruschovista, a la
eurocomunista, y acabando por el empleo de algunas frases marxistas.
En toda esta amalgama, un lugar de honor ocupan las viejas ideas de
Confucio, de Mencio y de los otros filósofos chinos, las cuales han influido
directamente en la formación de las ideas de Mao Tse Tung, en su
desarrollo cultural y teórico. Incluso algunos aspectos de las
concepciones de Mao Tse Tung, que aparecen bajo la forma de un
marxismo-leninismo desnaturalizado, llevan el sello y presentan las
particularidades de un cierto "asiocomunismo" con fuertes dosis

102
nacionalistas, xenófobas y hasta religiosas, budistas, que cualquier día
se opondrían abiertamente al marxismo-leninismo (http://www.el
imperialismo y la revolución. com).

El XI Congreso del PCCH, celebrado en agosto de 1977, atribuyó a Mao


Tse Tung La teoría de los tres mundos como un gran aporte al desarrollo
del marxismo-leninismo, aunque la historia registra esta teoría como
revisionista propia de Teng Hsiao Ping quien en su condición de
vicepremier chino detalló las características de La teoría de los tres
mundos ante la Asamblea de las Naciones Unidas (ONU) en 1974. La
atribución a Mao de esta teoría por el XI Congreso del PCCH concluía en
los siguientes términos de informe:

La teoría formulada por el presidente Mao en 1974, sobre los tres


mundos es de significación trascendental y de largo alcance. Valiéndose
del método de análisis de clases, el presidente Mao examinó el desarrollo
y los cambios operados en las diferentes contradicciones
fundamentales, la división y el reagrupamiento de las distintas fuerzas
políticas en el mundo actual, así como el status político y económico de
los diversos países en el plano internacional y, de este modo, elaboró una
síntesis científica de la situación estratégica del mundo en los tiempos
actuales. Las dos potencias hegemónicas, la Unión Soviética y los
Estados Unidos son los mayores explotadores y opresores
internacionales de nuestra época y los enemigos comunes de los
pueblos del mundo entero. Los numerosos países del tercer mundo, que
son los más oprimidos y los más enérgicos en la resistencia, constituyen
la fuerza principal en la lucha contra el imperialismo, el colonialismo y el
hegemonismo. Los países del segundo mundo tienen doble carácter. Por
un lado, oprimen, explotan y controlan a los países del tercer mundo y;
por el otro, sufren, en mayor o menor grado, el control, la amenaza o el
atropello por parte de las dos potencias hegemónicas. La teoría del
presidente Mao de los tres mundos señala el rumbo fundamental de la
actual lucha en el plano internacional y precisa cuáles son las fuerzas
revolucionarias principales, cuáles los enemigos principales y cuáles las
fuerzas intermedias susceptibles de ser ganadas y unidas, de manera
que, en la lucha de clases a escala mundial, el proletariado internacional
puede unirse con todas las fuerzas unibles y formar un frente único lo
más amplio posible para combatir a los enemigos principales. Esta
definición responde a las exigencias estratégicas de la lucha del
proletariado internacional y de todos los pueblos y naciones oprimidos
del mundo en la época actual; así como de la lucha por la victoria del
socialismo y el comunismo. Es una correcta definición estratégica y
táctica para el proletariado internacional en nuestros días y constituye su

103
ADOLFO QUISPE ARROYO

línea de clase en la lucha internacional. La práctica de los últimos años ha


comprobado la completa justeza de esta teoría del presidente Mao,
teoría que, con el correr del tiempo, mostrará indudablemente aun mayor
poderío. (http: //www. documentos XI congreso pcch. com).

Esta atribución fue duramente criticada por el líder albanés en su famosa


obra: El imperialismo y la revolución, en el tratado titulado: El concepto de
los tres mundos, negación del marxismo-leninismo. A continuación se
extraen algunos párrafos de dicho análisis. Hoxha E. (1978), en dicha
obra expresa que:

En la actualidad han aparecido abiertamente y luchan en un vasto frente


contra la teoría y la estrategia leninistas de la revolución y de la lucha de
liberación de los pueblos también los revisionistas chinos. Tratan de
contraponer a esta teoría y estrategia científicas y gloriosas su teoría de
los tres mundos, teoría falsa, contrarrevolucionaria y chovinista.

La teoría de los tres mundos está en oposición a la teoría de Marx,


Engels, Lenin y Stalin, o más exactamente, es una negación de ésta. Lo
de menos es saber quién fue el primero que inventó el término `tercer
mundo´, quién fue el primero que dividió el mundo en tres partes; lo cierto
es que no fue Lenin quien hizo esta división, mientras que el partido
comunista de China reivindica, su paternidad y afirma que la teoría de los
tres mundos ha sido inventada por Mao Tse Tung. Si éste es el autor que
ha formulado por primera vez esta llamada teoría, se trata de otra
confirmación de que Mao Tse Tung no es un marxista. Pero, también si
esta teoría ha sido formulada por otros y él la ha adoptado, esto es
suficiente para no ser un marxista.

La noción de la existencia de tres mundos o de la división del mundo en


tres se funda en una comprensión racista y metafísica del mundo,
comprensión que es engendro del capitalismo mundial y de la reacción.

Toda la teoría de Marx está basada en la lucha de clases y en el


materialismo dialéctico e histórico. Marx ha probado que la sociedad
capitalista es una sociedad con clases explotadoras y explotadas, que
las clases desaparecerán sólo cuando se llegue a la sociedad sin clases,
al comunismo. Según la teoría de los tres mundos de Mao Tse Tung, en
ningún país existen las clases y la lucha de clases. Ella no las tiene en
cuenta, porque considera los países y los pueblos según las
concepciones geopolíticas burguesas y de acuerdo con su nivel de
desarrollo económico. Considerar el mundo dividido en tres, en primer
mundo, segundo mundo y tercer mundo, como hacen los revisionistas
chinos, no a través del prisma de clase, significa desviarse de la teoría

104
marxista-leninista de la lucha de clases, significa negar la lucha del
proletariado contra la burguesía, para pasar de una sociedad atrasada a
una sociedad nueva, a la sociedad socialista y más tarde a la sociedad
sin clases, a la sociedad comunista. Dividir el mundo en tres significa
desconocer los rasgos característicos de la época, impedir el avance del
proletariado y de los pueblos hacia la revolución y la liberación nacional,
impedir su lucha contra el imperialismo norteamericano, contra el
socialimperialismo soviético, contra el capital y la reacción en cada país y
en todos los confines del mundo. La teoría de los tres mundos predica la
paz social, la reconciliación de clases, trata de crear alianzas entre
enemigos irreconciliables, entre el proletariado y la burguesía, entre los
oprimidos y los opresores, entre los pueblos y el imperialismo. Trata de
prolongar los días del mundo viejo, del mundo capitalista, y mantenerlo
vivo precisamente buscando la extinción de la lucha de clases.

...en la actualidad - escribía Lenin en 1921 - existen dos mundos: el viejo,


el capitalismo, que se ha enredado, que nunca retrocederá, y el nuevo
mundo en ascenso que, aunque todavía muy débil, crece porque es
invencible. (V. I. Lenin, Obras, Ed. Albanesa. t. 33, págs. 153,154).

Pero la lucha de clases, la lucha del proletariado y de sus aliados para


tomar el poder y la lucha de la burguesía para conservarlo, jamás pueden
ser apagadas. Esto es un hecho incontestable; esto no puede ser
cambiado por las vanas teorizaciones sobre los mundos: el primer
mundo, el segundo mundo, el "tercer mundo, el mundo no alineado o el
vigésimo mundo. Aceptar tal división, quiere decir renunciar a la teoría de
Marx, Engels, Lenin y Stalin sobre las clases y la lucha de clases, y
abandonarla(http://www. el imperialismo y la revolución. com).

La teoría de los tres mundos atribuida a Mao Tse Tung, también fue objeto
de crítica por otros marxistas resaltando su carácter revisionista, pues
con esta teoría la lucha principal se daría entre los países del primer
mundo, los de segundo y tercer mundo, dependiendo de las alianzas,
dejando de lado la lucha de clases entre la burguesía y el proletariado. La
teoría de tres mundos equivale a países desarrollados (primer mundo),
países en vías de desarrollo (segundo mundo) y países subdesarrollados
(tercer mundo). El calificativo del tercer mundo es confuso en cuanto a la
autoría, ya que también se dice que el término se acuñó durante la guerra
fría, cuando dos bloques hegemónicos opuestos, liderados por Estados
Unidos y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, parecían
dominar la política internacional. Dentro de este modelo bipolar, el tercer
mundo lo componían los países menos desarrollados en materia
económica y tecnológica que no pertenecían a ningún bloque. El término

105
ADOLFO QUISPE ARROYO

es atribuido también al escritor francés de tendencia marxista Frantz


Omar Fanon (1925-1961), la expresión implicaba connotaciones
negativas, y no siempre fue aceptada por los países involucrados.

Los académicos de la ex URSS continuaron con las observaciones a las


ideas de Mao Tse Tung, así Gueórguiev V. (1973), criticó a Mao en los
siguientes términos:

El parecido terminológico externo de los artículos `Respecto a la


contradicción´ y `Respecto a la práctica´ con los trabajos marxistas se
debe a la copia por Mao Tse-tung de toda una serie de postulados de los
manuales soviéticos y da una idea falsa acerca de su verdadero
contenido y auténtico valor.

En los artículos y manifestaciones filosóficos de Mao Tse-tung de los


años cincuenta y sesenta (por ejemplo, en el artículo `En torno al
problema de la solución correcta de las contradicciones en el seno del
pueblo´, 1957, y en las indicaciones respecto a la discusión sobre `El
desdoblamiento de la unidad´, 1964 se sigue tergiversando y
vulgarizando el marxismo. La existencia en las obras de Mao de una
fraseología marxista, la referencia profusa a los trabajos de Marx,
Engels, Lenin y Stalin, el parecido formal terminológico de algunos
postulados del maoísmo con las ideas del marxismo, los maoístas tratan
de utilizarlos para camuflar la verdadera esencia de las `ideas de Mao
Tse-tung´ (p.32,33).

Uno de los vicios cardinales de la `dialéctica´ maoísta es su eclecticismo,


la falta de una conexión armónica y lógica entre los distintos elementos.
Esto se manifiesta, en parte, en la errónea comprensión por Mao de la
singularidad de la acción de la ley de la unidad y lucha de los contrarios en
el socialismo, de la esencia y el papel histórico de las contradicciones
antagónicas y no antagónicas. De una parte, él habla de la identidad de
los contrarios de la contradicción antagónica, de su transición y
compenetración mutuas y, sobre esta base, del paso de los contrarios
antagónicos a no antagónicos y viceversa. De otra parte, él enfoca la
lucha de los lados contrapuestos de la contradicción no antagónica como
el antagonismo de dos fuerzas dirigidas en sentido opuesto.

Partiendo de semejantes principios metodológicos, en el artículo `En


torno al problema de la solución correcta de las contradicciones en el
seno del pueblo´, Mao Tse-tung revisa la doctrina marxista sobre los
distintos tipos de contradicciones sociales. Los conceptos de
`contradicciones antagónicas y no antagónicas´ los suplanta por los
conceptos `contradicciones entre nosotros y nuestros enemigos y
contradicciones en el seno del pueblo´ (p. 39,40).
106
Los académicos ex soviéticos lapidaron el maoísmo, pues atacaron
aparte de otras tesis, sobre todo, al considerado gran aporte de Mao al
marxismo: `La correcta solución de las contradicciones en el seno del
pueblo´. Esto fue calificado de conciliador con la burguesía nacional y
otras élites para aferrarse en el poder, pues sería síntoma del
pragmatismo maoísta conciliador.

Así las críticas voraces propios de un canibalismo apuntaban al


maoísmo, incluso llegaron a afirmar que Mao se consideraba Confucio
por su interpretación del papel de la personalidad en la historia, ya que él
era guía y padre de China venerado por el pueblo, tal como afirmara
Confucio de subordinarse a personalidades sobresalientes. Plimak E.
(1973), denotó:

El confucianismo tenía como objetivo aplastar el pensamiento vivo de la


persona, transformarla en cumplidora fanática de la voluntad de la élite
feudal gobernante. Confucio afirmaba que la vida de las personas en el
celeste imperio depende por completo de los sabios gobernantes. Los
gobernantes, decía él, nos recuerdan el viento, mientras que los
súbditos, nos recuerdan la hierba que se inclina hacia el lado a donde
sopla el viento. Si los gobernantes dirigen con sabiduría, el pueblo
`trabajará´ sin rechistar.

De hecho, éstas son las mismas ideas que se predican en la China de


hoy…, ya que el propio Mao Tse-tung hace mucho que fue convertido por
sus adeptos en `dios vivo´ y en él, como afirma la propaganda maoísta.
Está condensada toda la sabiduría del género humano (p. 146).

Con estas apreciaciones, los críticos trataron de evidenciar que el


maoísmo tiene mucha indigencia teórica, por lo que buscaron entender la
dialéctica materialista recurriendo a los antiguos filósofos chinos
priorizando lo subjetivo en vez de lo objetivo, por ende entendiendo la
historia de una manera idealista subjetiva y no desde el punto de vista de
la dialéctica materialista. Al respecto Gueórguiev V. (1973), recalcó:

La interpretación anticientífica y subjetiva del papel de la personalidad en


la historia encuentra su expresión más nítida en la creación del culto a la
personalidad de Mao, en la exageración de su papel y en el menoscabo
simultáneo del papel del pueblo y del partido comunista en la historia de
la revolución china. Toda la actividad del PCCh en todos los períodos de
su historia se identifica con la actividad de un solo hombre, de Mao Tse-
tung. Mao es una personalidad de orden supremo, declara la propaganda
maoísta, es un genio, que nace una vez cada varios centenios, por eso la
subordinación incondicional a él es la garantía de los éxitos de China…El

107
ADOLFO QUISPE ARROYO

predominio del culto a la personalidad de Mao educa al pueblo chino en


un espíritu de adoración servil del jefe…No puede considerarse marxista
el líder político que en su actividad no se guía por el precepto de que la
historia la hacen las masas, millones de productores, que el papel
decisivo en la transformación revolucionaria lo desempeñan las clases
sociales…y no que la historia la forjan los héroes a su antojo y
fantasía…La fraseología marxista sólo encubre la compaginación
ecléctica del idealismo subjetivo y con algunos postulados del
materialismo premarxista y de la dialéctica ingenua (p.60-62).

El maoísmo también fue atacado como un partido chauvinista con


ilusiones chinocentristas en el mundo, ya que su experiencia
revolucionaria quiso universalizar como la más propicia, sobre todo para
los países, llamados de tercer mundo, en vías de una revolución, como
África, América Latina y Asia; pues serían espacios y condiciones
favorables para el desarrollo de la guerra popular del campo a la ciudad;
mientras tanto, la revolución rusa de octubre que mayormente se
desarrolló en las ciudades y luego se extendió al campo tendría matices
europeístas. Esta visión también es respondida y rebatida por los ex
soviéticos, considerados revisionistas y socialimperialistas por los
maoístas. Se cuestiona el carácter universalista de las tesis maoístas, ya
que se hizo amplia propaganda de las tesis y experiencias de Mao como
principios universales válidas para cualquier revolución. China Popular y
su disputa con la ex Unión Soviética, sobre el liderazgo del movimiento
comunista a nivel mundial, fueron vistas con recelo por otros comunistas;
pues los conflictos y acusaciones eran mutuos, debilitando el movimiento
social mundial y olvidándose del internacionalismo proletario, tarea
ineludible de un auténtico marxista revolucionario. Se evidencia que
tanto la ex Unión Soviética como China Popular buscaban su hegemonía
a nivel universal, para esto se recurrió a un enfrentamiento tenaz teórico,
propagandístico y apatía respecto a otros países que no estaban
alineados con su política chauvinista y hegemónica.

Cabe hacer referencia a lo que Mao consideraba Tigre de papel, sobre


todo referido a los avances tecnológicos bélicos en particular y a todos
los supuestos avances de la técnica capitalista, ya que la ciencia en
general es patrimonio de la humanidad y no solamente de un sistema.

Es característico la acusación de belicista, conflictivo al maoísmo, sobre


todo, por los diáfanos y propulsores de la Coexistencia pacífica. Así
Gueórguiev V. & PlimaK E. (1973), citan: El maoísmo visto por los
comunistas, M.1969, p. 131 y exponen:

108
De una parte, es característico para los dirigentes chinos el menosprecio
de la fuerza destructora del armamento nuclear (y de otro tipo) novísimo,
menosprecio que encontró su expresión clásica en el cacareado eslogan
maoísta: `La bomba atómica es un tigre de papel´. En su conocida
entrevista con Snow, Mao Tse-tung, con tonos en extremo despectivos,
se refirió al arma contemporánea: Los norteamericanos también
hablaron mucho sobre la fuerza destructora de la bomba atómica, y
Jruschov alborotó también bastante acerca de esto… Sin embargo, no
hace mucho recibimos noticias sobre las investigaciones de los
norteamericanos que estuvieron en el islote Bikini a los seis años de
haberse realizado allí los ensayos nucleares. Los investigadores
trabajaron allí desde 1959. Cuando llegaron a la isla tuvieron que abrirse
paso con el hacha en un bosque tropical, descubrieron que vivían ratones
y que en los ríos había peces. El agua era potable, verdeaban las plantas
y gorjeaban las aves. Es posible que después de los ensayos nucleares
hubiera dos años malos, pero la naturaleza prevaleció. La bomba
atómica resultó ser un tigre de papel para la naturaleza, ratones y
árboles. ¿Es que el hombre no es más resistente que ellos? (p. 114,115).

Esta apreciación en referencia a la tesis maoísta de que una guerra


nuclear a escala mundial tenía matices inevitables para que surja en el
mundo un nuevo sistema social; ya que por esta guerra el imperialismo
sería desterrado para siempre. Esto fue visto por los amantes de la paz,
los soviéticos, como ideas caóticas belicistas y un serio peligro para la
supervivencia de la especie humana.

Otro autor chino prosoviético y crítico de Mao en particular y del maoísmo


en general, cuya obra punzantemente titula: La traición de Mao Tse Tung
(1979) es Wang Ming, ex compañero del gran timonel quien califica a
Mao de imperialista, trotskista, contrarrevolucionario, monje solitario,
narcisista, ególatra, antiproletario, antimarxista, antileninista y
pragmatista por todo el intento de chinización del marxismo. A
continuación extraemos algunas afirmaciones mordaces de este autor.
Wang Ming (1979), puntualiza:

No cabe duda de que la degradación tan vergonzosa de Mao Tse-tung,


que llegó al colmo de traicionar la revolución, tiene sus raíces
ideológicas, teóricas, históricas y sociales.

Las raíces ideológicas son las ideas contrarrevolucionarias del


monarquismo feudal, el anarquismo, el trotskismo, el militarismo y el
pragmatismo reaccionario...

109
ADOLFO QUISPE ARROYO

Las raíces teóricas... llegó en fin de cuentas, a la sustitución de una


doctrina profundamente científica y revolucionaria como es el marxismo-
leninismo por el maoísmo contrarrevolucionario y anticientífico,
convirtiéndose así en efectivo traidor al marxismo-leninismo.

Las raíces históricas...incurrió en errores oportunistas de derecha y “de


izquierda” en los problemas de la línea política en todos los períodos de la
revolución china y, en muchos casos cometió graves delitos...

Las raíces sociales...Mao Tse-tung ocupó las posiciones que reflejaban,


en lo fundamental, los intereses de la burguesía nacional... Su estilo y
métodos de trabajo llevaban la profunda impronta de hábitos de
pequeños propietarios desclasados y arruinados y de lumpenproletarios
(p. 228,229).

Finalmente, recurrimos al maestro peruano quien en la década de 1970,


en plena efervescencia de China popular de Mao, estuvo en este país
oriental, nos referimos a Castillo Ríos, Carlos en sus apuntes: La
educación en China una pedagogía revolucionaria (1988), resguarda el
llamado pensamiento Mao Tse Tung en los siguientes términos, a pesar
de reconocer en China posteriores cambios sustanciales que no
necesariamente son socialistas.

En los círculos interesadamente mal informados de occidente, escribe


Castillo Ríos (1988), se habla mucho de una China dominada por un
hombre, Mao Tse-tung, quién provisto de una especie de catecismo
llamado popularmente El libro rojo ha sometido al arbitrio de su voluntad
al país que tiene la población más numerosa del mundo. Se dice que los
chinos, antes que nada, son sujetos-objeto, producto del fanatismo y el
temor.

Nada más falso e irreal. China es, precisamente lo contrario: es un pueblo


que sonríe, que discute y que participa en las decisiones políticas, que
trabaja con entusiasmo impulsado por un ideal; un pueblo tan poco rígido
e informal que a primera vista da la impresión de que es desordenado. En
definitiva: un pueblo que trabaja apasionadamente por el triunfo de su
revolución animado por el pensamiento Mao Tse-tung.

Pero ¿qué es pensamiento Mao Tse-tung para el pueblo chino?...Es la


aplicación de la verdad universal del marxismo-leninismo a la realidad
china. Fue elaborado por Mao Tse-tung en su vida de lucha, a través de
discursos, artículos, directivas y obras políticas…

110
El pensamiento Mao Tse-tung es guía de acción, método de vida y no
dogma invariable. Induce al análisis de las realidades concretas; señala
caminos, orienta acciones para que sean trascendentes y se conviertan
en experiencias positivas…Es una síntesis de principios que conducen a
una vida más plena, más completa; una vida de calidad y cuyo fin
supremo es el bienestar colectivo, sin caer en la explotación del hombre
por el hombre. Lo integran tesis filosóficas, poemas, escritos militares,
informes, discursos y artículos que han ido apareciendo en los últimos
50 años que Mao Tse-tung vive asociado a la lucha por el triunfo del
socialismo en su país (p. 53,54).

El mismo autor nos complementará que este pensamiento está hecho


sobre la base de máximas y principios muy simples que norman la vida
del ciudadano chino, recurriendo a la vida de héroes e interpretando
fábulas con riquezas milenarias propias del país oriental.

También nos aclara que en china simplemente se dice pensamiento Mao


Tse-tung y no, pensamiento de Mao Tse-tung; menos nos habla del
maoísmo como doctrina, por el contrario, nos describe un proceso de
desmaoización iniciado por el mismísimo Mao debido al supuesto culto a
la personalidad del líder chino.

El maoísmo o simplemente pensamiento Mao Tse Tung dará mucho que


estudiar aún, porque es parte inalienable de la historia universal con
costos incalculables en quienes han creído y en los que no han
compartido esta doctrina.

SÍNTESIS DE MARXISMO-LENINISMO-MAOÍSMO

Para el enfoque marxista, estas teorías suponen al proletariado como


clase social de la avanzada, única clase que puede eliminar a todos los
imperialistas y reaccionarios de la faz de la tierra y a las clases sociales
mismas, que creará una sociedad nueva: la comunista, jalonando
procesos por medio de la violencia revolucionaria y por medio de la
guerra acabará con la guerra. No se descarta la alianza con el
campesinado, burguesía nacional y otras subclases progresistas. Para
lograrlo se habría dotado de su ideología, la avanzada y sistemática, el
marxismo-leninismo-maoísmo. Proceso histórico que en medio de
arduas luchas de líneas ha forjado ideología revolucionaria. Con Marx en
la lucha contra el anarquismo; con Lenin, contra el revisionismo, el
oportunismo y contra las ideas burguesas disfrazadas de marxismo y con
Mao Tse Tung, contra el revisionismo contemporáneo; aguda lucha entre

111
ADOLFO QUISPE ARROYO

el marxismo y el revisionismo en la ex Unión Soviética y en el Partido


Comunista Chino para garantizar la ideología y la política del partido.

LAS TRES ETAPAS DEL MARXISMO

Se entiende por etapas del marxismo, el desarrollo de los fundamentos


del marxismo, precisamente en sus tres partes integrantes: filosofía,
economía política y socialismo científico; desarrollo que significaría un
salto cualitativo en la teoría del marxismo y en contextos históricos
determinados. En este sentido; con Marx se tiene el marxismo; con
Lenin, el marxismo-leninismo y con Mao Tse Tung, el marxismo-
leninismo-maoísmo. Cada etapa se desarrolló en contextos históricos
concretos en donde determinados individuos lograrían concretar,
concentrar y sintetizar esos momentos.

PRIMERA ETAPA: EL MARXISMO

Marx planteó la lucha de clases como el motor del desarrollo de las


sociedades y las masas como la fuerza motriz de la historia, la necesidad
de que el proletariado ejerza la violencia revolucionaria contra la
burguesía, la destrucción del viejo Estado y la construcción de uno nuevo
bajo la dictadura del proletariado. Karl Marx en defensa de la ideología
del proletariado luchó contra las posiciones oportunistas del anarquismo
de Bakunin y Proudhon, dotó al proletariado de la I Internacional en 1864
y estableció el programa de los comunistas. Fundamentó en sus tres
partes integrantes el marxismo: en filosofía, analizó, y criticó la filosofía
clásica alemana, que en salto cualitativo generó el materialismo
dialéctico y el materialismo histórico; en economía política, analizó,
criticó y deslindó con la economía política clásica inglesa dando lugar a la
economía política marxista demostrando la clave de la ley del valor en el
capitalismo; y para el socialismo científico analizó, criticó y deslindó con
el socialismo francés, el utópico principalmente y el anarquismo, dando
lugar a la teoría de la lucha de clases, la dictadura del proletariado y la
transformación de la sociedad por medio de la revolución hacia el
socialismo y el comunismo. Friedrich Engels como compañero de Marx
contribuyó a la fundamentación teórica del marxismo, en el materialismo
histórico y en la dialéctica materialista, en la teoría del Estado y otros
estudios afines. Fue un comunista que asumió la responsabilidad de la
dirección del proletariado después de la muerte de Marx, influyó en la
fundación de la II Internacional en 1889 aportando orientaciones tácticas

112
y estratégicas para el movimiento comunista internacional. Marx y
Engels no solo asentaron las bases teóricas del marxismo, sino que
participaron de manera activa y directa en la lucha de clases de su época.

El marxismo es la etapa que expresa la fundamentación de la ideología


proletaria con bases en el materialismo dialéctico y el materialismo
histórico. Corresponde a la época del capitalismo de libre concurrencia y
de la revolución burguesa mundial, donde el proletariado por primera vez
logra el poder en la comuna de París de 1871; se organiza como clase en
partidos comunistas, se fundan la I y II internacional comunista y se da la
lucha entre el marxismo y el revisionismo-anarquismo. Marx es
considerado por los marxistas, como la primera espada del comunismo
mundial.

SEGUNDA ETAPA: MARXISMO-LENINISMO

Con Lenin se avanzaría a la segunda etapa del marxismo, presupone el


desarrollo del marxismo a una etapa cualitativamente superior; en
filosofía, desarrolló el materialismo dialéctico al plantear la teoría del
reflejo fundamentando la teoría del conocimiento, definió la materia,
analizó la verdad relativa y la absoluta; en economía política, planteó el
desarrollo del capitalismo y su paso al imperialismo y con ello toda la
teoría del imperialismo, sus leyes y contradicciones. Lenin dirigió los
primeros periodos de la construcción del socialismo sentando las bases
para el desarrollo y planificación estatal de la economía, de la industria y
la cooperación agrícola. Con la nueva política económica propuso un
modelo de economía mixta, estatal-privada como un periodo previo en la
consolidación del socialismo.

Lenin llevó a la práctica las tesis sobre socialismo científico como la


construcción de los tres instrumentos, desarrolló la teoría marxista sobre
el partido y la necesidad de su férrea construcción basada en la unidad de
la teoría y la práctica, planteando que el partido debe ser firme, capaz con
iniciativa y conciencia de clase social. Lenin definió los dos tipos de
países: los capitalistas imperialistas y las naciones oprimidas, las dos
etapas de la revolución en una nación oprimida, primero democrática y
luego socialista, y la alianza estratégica de las dos corrientes
revolucionarias en la época del imperialismo; las revoluciones
democráticas en los países oprimidos y las revoluciones socialistas en
los países capitalistas e imperialistas. Lenin enseñaba a los partidos
comunistas a no olvidar jamás la principal tarea internacionalista para la
organización de la lucha contra el imperialismo, pues aseveró que el

113
ADOLFO QUISPE ARROYO

imperialismo es la antesala de la revolución proletaria, convencido


revolucionario bajo su consigna: Salvo el poder, todo es ilusión, llevó a los
trabajadores a la toma del poder en la revolución socialista rusa de
octubre en 1917 y defendió el primer Estado socialista contra las
amenazas internas y externas; señaló la necesidad de la dictadura del
proletariado durante todo el proceso del socialismo. Lenin luchó
tenazmente por desarrollar el marxismo a las condiciones de la época y
mantener sus fundamentos contra los revisionistas. Fundó la III
Internacional en 1919 que tuvo como objetivo desarrollar la revolución
mundial y la dictadura del proletariado. José Stalin definió que el
marxismo había devenido en marxismo-leninismo. Stalin comandó la III
Internacional después de la muerte de Lenin en 1924, periodo de crisis
mundial e intensa lucha de clases por el surgimiento de los regímenes
fascistas en Italia, Alemania y Japón que abogaban por una política de
coloniaje tanto en los países desarrollados de Europa como por una
nueva redistribución de las naciones oprimidas y por la destrucción del
socialismo en la ex Unión Soviética.

El leninismo es considerado la etapa del desarrollo del marxismo en la


época del imperialismo, del triunfo de la revolución socialista y de la
dictadura del proletariado. La etapa del Leninismo correspondió al
periodo comprendido entre 1917 y 1957, aproximadamente; ya que
después de Stalin se habrían implementado ideas revisionistas dentro de
la ex Unión Soviética. Lenin es considerado como la segunda espada del
comunismo mundial.

TERCERA ETAPA: MARXISMO-LENINISMO-MAOÍSMO

Desarrollo del marxismo-leninismo por el líder Chino Mao Tse Tung,


considerado etapa superior del marxismo, se pueden considerar los
siguientes aportes: en filosofía, estableció que la contradicción es la ley
fundamental de la dialéctica materialista. En relación con la anterior
desarrolló la teoría del conocimiento del materialismo dialéctico que
contendrían dos saltos: de la práctica al conocimiento y de éste a la
práctica; siendo este último, salto principal. En economía política Mao
aplicó la dialéctica para analizar la relación entre la base y la
superestructura y planteó la tesis de economía en la revolución de nueva
democracia en el período de la construcción del socialismo. Otra
controvertida tesis maoísta es de la superestructura y la conciencia, es
decir, la línea política puede modificar la base económica y las relaciones
de producción, y con el poder político desarrollar las fuerzas productivas;

114
estableció la tesis de poner la política al mando en todo momento y en
todos los aspectos y que la política es la arteria vital para el trabajo
económico en la construcción del comunismo. En cuanto a la revolución
de nueva democracia, en las naciones oprimidas por el imperialismo,
planteó la primordial tesis del capitalismo burocrático como el tipo de
capitalismo que se desenvuelve en naciones oprimidas por el
imperialismo con grados determinados de semifeudalismo o de otras
formas de producción anteriores. Partiendo de la violencia
revolucionaria, como ley universal, sistematizó la teoría militar del
proletariado que se concreta en la guerra popular. Con su tesis de que: El
Poder nace del fusil, Mao llamó a que todos los partidos comunistas,
desde su inicio, se planteen la necesidad de conquistar el poder a través
de la lucha armada. Desarrolló la llamada: Correcta línea y teoría militar
del proletariado para universalizarla como producto de su aplicación en la
revolución de nueva democracia en China; planteó el camino de cercar
las ciudades desde el campo y las tres etapas estratégicas de una
revolución social: defensiva, equilibrio y contraofensiva; así como el
carácter prolongado de una guerra popular. Además sustentó que en el
socialismo aún se daban contradicciones en el seno del pueblo, pues
eran inevitables y saludables para el desarrollo e invocaba a la correcta
solución de las contradicciones en el pueblo, reconociendo las
contradicciones antagónicas y no antagónicas. Resaltó la lucha de
clases entre el proletariado y la burguesía; por lo tanto, habían dos
caminos: el capitalista y el socialista, que se expresaban en lucha de
líneas, la línea del proletariado y la línea de la burguesía. Por lo anterior
concluyó que no estaba definido quien vencería a quien y que esto
demandaría tiempo, presintiendo el proceso de restauración y
contrarestauración para lograr que el proletariado conquiste
definitivamente el poder, estableció el camino para llegar al comunismo
con las sucesivas revoluciones culturales, como la continuación de la
revolución bajo la dictadura del proletariado. Mao Tse Tung batalló por
hacer que la revolución china sirviera a la revolución mundial,
cumpliendo con el internacionalismo proletario. En el período histórico
de la lucha contra el imperialismo norteamericano y el socialimperialismo
soviético en la década del 60, el maoísmo generó partidos comunistas
que repudiaron el revisionismo de Jruschov. En la década del 70,
posteriormente a la muerte de Mao, el maoísmo recibió un duro golpe del
revisionismo, que el líder chino criticara inagotablemente, el golpe vino
de la propia China encabezado por uno de los hijos de la revolución Teng
Hsiao Ping, del socialimperialismo soviético y de Albania de Enver
Hoxha. Mao es considerado como la tercera espada del comunismo
mundial.

115
ADOLFO QUISPE ARROYO

Son las etapas que aceptan algunas organizaciones comunistas, como


desarrollo del marxismo, mientras muchas otras no reconocen al
maoísmo como desarrollo de la doctrina matriz. Por lo expuesto, se
desmorona la supuesta cuarta etapa del marxismo que devenía en el
gonzalismo o la cuarta espada del comunismo mundial desarrollado por
Manuel Rubén Abimael Guzmán Reinoso (1934- ). Pues en el Partido
Comunista del Perú - Sendero Luminoso - se hablaba con ciertos
documentos del pensamiento guía, pensamiento Gonzalo, pero no del
gonzalismo. El pensamiento Gonzalo es tipificado como la aplicación del
marxismo-leninismo-maoísmo a la realidad peruana, recayendo esa
responsabilidad en Guzmán a quien sus partidarios lo consideraban
como el marxista viviente más grande de los últimos tiempos, pero no se
aventuraron a confirmar y desarrollar el gonzalismo como doctrina.
Posiblemente esperaron el triunfo de la revolución peruana, para que
recién se universalice el gonzalismo como doctrina. La aún mítica cuarta
espada del marxismo, que debía devenir en gonzalismo, mayormente es
inferencia de los novelistas contrarios a esta organización. Así como de la
otra colina, por ejemplo, Vladimiro Lenin Montesinos Torres (1945- ), que
constantemente se vanagloria como hombre de inteligencia al servicio
del Estado peruano, sin embargo, el currículo de su vida desdice mucho
de él. Respecto a su inferencia, Montesinos (2009), afirma:

...se observa que no puede reprimir una desmesurada soberbia,


especialmente cuando habla del llamado “Pensamiento Gonzalo”. Él,
personalmente, se siente “La cuarta espada del marxismo” y el
continuador de Mao Tse Tung, y está convencido de que ya entró al
Olimpo de la historia y que el destino del Perú marchará inexorablemente
de conformidad con lo que él ha planteado. En este orden de hechos, es
revelador que todos los documentos que ha debido suscribir como
consecuencia de su captura, los ha firmado como `Presidente Gonzalo´
(p. 102).

Montesinos hace esta inferencia sobre la base de entrevistas y


observaciones con su interlocutor Guzmán, después de su captura en
1992; la cual, supuestamente, es reproducida fidedignamente en su libro
SIN sendero, alerta temprana (2009). Evidentemente como impresión
del autor anonadado por la captura de Guzmán, no es más que impresión
particular de un megalómano con grandezas y delirios de titán, pues no
aporta datos que prueben a Guzmán como la cuarta espada del
marxismo.

116
En el libro de Santiago Roncagliolo, titulado: La cuarta espada (2007), se
expresa:

Guzmán trataba de imitar el proceso histórico de Mao Tse tung: primero


pensamiento guía, luego pensamiento Mao, el último paso era llamarlo
maoísmo, a la altura del marxismo y el leninismo. “Ismo” significaba que
las ideas no eran una aplicación de la doctrina a un país, sino que tenían
validez de leyes universales. Guzmán siguió ese proceso esperando
crear el `gonzalismo´, y convertirse en la cuarta espada del comunismo
mundial (p. 119, 120).

El título marketero del libro de Roncagliolo es desautorizado por otro


libro, recayendo la autoría y la recopilación en los mismos protagonistas
del supuesto dicho proceso, nos referimos a Abimael Guzmán Reinoso y
Elena Yparraguirre Revoredo, respectivamente, cuyo libro titulado es: De
puño y letra (2009), donde en el pie de página 2, referido al título
pomposo del libro de Roncagliolo, se lee :

Sobre el título de este libro, debe quedar claro que en el Partido


Comunista del Perú jamás ni se propuso ni se debatió ni nunca se acordó
que la aplicación del marxismo-leninismo-maoísmo a la realidad peruana
implicara semejante absurdo, creado por la prensa o inteligencia para
desprestigiar la dirección proletaria del doctor Guzmán (p.62).

Por el contraste de posiciones y suposiciones, pretendemos aclarar la


situación de una supuesta cuarta etapa del marxismo que se observa con
escepticismo. En el reino de especulaciones diríamos que quizá no
querían presentar a la cuarta espada en situación de derrota; ya que en el
mismo libro de Guzmán (2009), se lee: “En síntesis, pienso como tú:
nuestro papel hace tiempo terminó y ya son pocas las cosas que restan
por hacer, particularmente a mí, como tú mejor que nadie lo sabe” (p.
277). Esto en una misiva a su compañera Yparraguirre, evidenciándose
la resignación a la derrota. Esta idea se repite más de una vez en el libro
señalado, además de la que suscribe la presentación, o sea,
Yparraguirre.

En El pez fuera del agua obra de crítica demoledora al ultraizquierdismo


gonzaliano como se ufana el autor Ibarra Eduardo (2010), se asevera
que la pretendida creación y propagación de la cuarta espada fue un mito
que nada bueno aportó a la revolución mundial, pues la creación del
mismo maoísmo es discutible, más aún la supuesta paternidad de este
concepto que se atribuye Abimael Guzmán. Al respecto Ibarra (2010),
afirma:

117
ADOLFO QUISPE ARROYO

...en el Perú el primero en usar el término maoísmo y en hablar de


“marxismo-leninismo-maoísmo” fue el PCP-Pukallacta, más o menos
hacia el año 1977, cuando el PCP-SL hablaba todavía de “pensamiento
Mao Tsetung”. Incluso, antes de que el senderismo hablara de maoísmo,
el intelectual marxista Lora Cam publicó el libro marxismo-leninismo-
maoísmo, en el cual, justamente, argumenta el maoísmo como “tercera
etapa del marxismo”. Así pues, tampoco a escala nacional el jefe
senderista tiene la paternidad del término maoísmo ni de su definición
como “tercera etapa del marxismo” (p. 34, 35).

Aunque Ibarra fundamenta apasionadamente sobre los graves errores


cometidos por el líder del PCP-SL y su delirante maoísmo, queda aún
mucho que debatir al respecto, puesto que si bien se deben criticar los
errores históricos para evitar fracasos futuros, no es del todo agradable el
festín en el rostro del derrotado. A propósito de Lora Cam quien reconoce
el marxismo-leninismo-maoísmo como tres etapas de desarrollo de la
concepción matriz en Marxismo-leninismo-maoísmo (1975), señala: “El
marxismo-leninismo-maoísmo es la concepción científica del mundo que
ha permitido que el proletariado deje de ser simplemente una clase en sí
para convertirse en una clase para sí” (p. 136).

En el texto referido Lora Cam, además reconoce como maestros del


proletario a Marx, Engels, Lenin y Mao; aunque no está de todo claro los
aportes significativos y dialécticos de Mao como doctrina de alcance
universal. Sin embargo es resaltante su crítica magistral a las tesis
revisionistas soviéticas.

Algunos maoístas suelen hablar de Ibrahim Kaypakkaya (1949-1973),


como el precursor del maoísmo, quien en los años 70 habría comenzado
la fundamentación de la obra de Mao, dando inicio a la ideología del
marxismo-leninismo-maoísmo. Ibrahim Kaypakkaya joven líder
revolucionario fue muerto en 1973, si bien tenía sólo 24 años, en medio
de los debates políticos a nivel mundial y en Turquía captó la importancia
de las contribuciones de Mao Tse Tung al marxismo y de la precursora
importancia de la Revolución Cultural que Mao dirigía. Unificó a los
revolucionarios turcos en el Partido Comunista de Turquía: marxista-
leninista. El partido que fundó en 1972 emprendió la primera iniciativa
consecuente en ese país para lanzar una guerra popular que movilizara y
se apoyara en las masas populares. Para los que escudriñan la historia
aparecerán nuevas figuras atribuidas en este plano teórico del polémico
maoísmo.

118
Por el análisis lacónico del tema en mención, posiblemente el desarrollo
del marxismo en una cuarta etapa, aún tiene fondo para escarbar en los
académicos y en los constructores de mitos y leyendas.

Apartado 03

LOS ISMOS SIN ETAPAS DEL MARXISMO:

EL ESTALINISMO

Estalinismo, término que en ciencia política designa a la ideología y


praxis política del líder soviético Iósiv Visariónovich Dzhugachvili (1879-
1953), más conocido como Iósif Stalin y, por extensión, a la de los
seguidores de esta doctrina. Stalin quien participara activamente en la
Revolución Rusa y, posteriormente, en la guerra civil con aportes más
pragmáticas que teóricas, fue considerado por Lenin como un experto en
nacionalismo. Justamente Stalin escribió: El marxismo y la cuestión
nacional (1914), fue nominado como comisario del pueblo para las
nacionalidades tras la revolución. En vida de Stalin no era frecuente el
uso de este término, en general, se puede afirmar que el estalinismo está
caracterizado por los rasgos más autoritarios del comunismo implantado
en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) tras la muerte
de Lenin, principal protagonista de la revolución rusa, y una vez superada
la resistencia de los principales opositores a Stalin, especialmente, la de
Liev Trotski (1879-1940). El imperio de la burocracia, el recurso arbitrario
a la represión de las masas, un desproporcionado culto a la personalidad
y la ejecución de los enemigos políticos, en las que la historiografía ha
denominado purgas, constituyeron los fundamentos esenciales del
estalinismo. El término también ha sido empleado para referirse a las
dictaduras comunistas caracterizadas por los mismos elementos: la de
Camboya durante el régimen de Pol Pot (1925?-1998), a Pol Pot,
también se considera maoísta, la de Rumania durante el gobierno de
Nicolae Ceausescu (1918-1989), y la de Corea del Norte con Kim II Sung
(1912-1994).

Hay que resaltar que el estalinismo está caracterizado por su gran


dureza, es decir, por su autoritarismo comunista en la ex Unión Soviética.
El estalinismo fue defendido y asociado a las afirmaciones de Stalin, de
que aunque haya una hostilidad de los países vecinos capitalistas, era
posible construir un país comunista; aunque se haya apagado las
revoluciones en dicho país. Y todo esto llevó a la Unión Soviética a un
orgullo nacional y fortaleció la unidad soviética en todo el país.

119
ADOLFO QUISPE ARROYO

Para los estalinistas, Stalin edificó el socialismo en la Unión Soviética,


socializando los medios de producción llevando a cabo el gran desarrollo
tecnológico y económico del país con las industrias pesadas, influyendo
y controlando a los gobiernos socialistas de Europa Este y parte de Asia.
El estalinismo adquirió ciertas similitudes con una religión de Estado; se
pretendió delimitar la creatividad artística limitándola al llamado realismo
socialista, y algo similar sucedió con las ciencias sociales, incluida la
lingüística y las ciencias naturales. El término estalinismo también se
emplea para definir el modelo soviético de transición al socialismo que
preconizaba Stalin y cuyas notas básicas fueron el fortalecimiento de la
economía otorgando prioridad a los bienes de capital, la colectivización
forzosa y rápida de la agricultura, el énfasis en el principio de la
revolución desde arriba, realizada con severidad militar, y la insistencia
en la celeridad de la modernización sin tener en cuenta el costo humano
resultante.

Stalin logró el desarrollo económico y cultural del país con los planes
quinquenales, cada plan abarcaba un periodo de cinco años de
esfuerzos concentrados en el desarrollo, llevó a la URSS a lo más alto del
mundo, es decir, una potencia mundial, calificativo que recibió después
de concluir la II Guerra Mundial. Sin embargo, los elevados costos
humanos en la modernización de la Unión Soviética tuvo muchos
detractores que acusaron a Stalin, considerado el hombre de acero,
como: sanguinario, dictador, omnipotente que se había alejado del
principio del centralismo democrático. Incluso el sucesor Nikita
Serguéievich Jruschov (1894-1971), en la celebración del XX congreso
del PCUS, en 1956 dio a conocer un informe secreto muy crítico con el
estalinismo y que marcó el inicio de la destitución y purga política de
antiguos seguidores de Stalin, a quien acusó de enjuiciamientos y
ejecuciones ilegales a sus posibles opositores; así como propiciar un
culto a la personalidad de su imagen omnipotente de: El gran Stalin o el
Tío Iósif. Iniciando así un proceso de desestalinización, proceso que fue
calificado de revisionismo.

Se tiene que indicar que los llamados estalinistas o el calificativo


estalinista describen a unos comunistas que siguieron el modelo
soviético de manera entusiasta e incondicional. Todo comunista que lleva
duramente a pie de letra el comunismo, con tipos de represiones para
defender sus bases y demás, son catalogados estalinistas.

En el Diccionario del pensamiento marxista de Bottomore (1984), donde


se analiza la teoría y la ortodoxia estalinista en persecución de ideas
heterodoxas, principalmente de intelectuales se afirma:

120
El documento más notable en que se encarnó la ortodoxia estalinista fue
la Historia del partido comunista de la Unión Soviética, publicada por
primera vez en 1938. En la época de su publicación sólo se atribuyó a
Stalin la sección Sobre materialismo dialéctico e histórico, pero después
de la guerra se dijo que era el autor de todo el libro. Esta obra constituyó el
compendio histórico, filosófico y político de la verdad oficial en la era de
Stalin. Éste intervino también, de vez en cuando, en una serie de
cuestiones teóricas, desde la historia y la economía hasta la lingüística, y
así actuaron también sus lugartenientes. Tanto las opiniones de él como
las de éstos fueron de obligada aceptación por parte de todos los
ciudadanos soviéticos (p. 291,292).

Stalin escribió algunos ensayos, pudiendo destacarse: Sobre el


materialismo dialéctico y el materialismo histórico (1938), donde hace un
análisis del método dialéctico marxista, incluyendo citas de Engels, Lenin
y del mismo Marx para oponer la dialéctica a la metafísica, este texto está
escrito en un lenguaje muy sencillo y casi coloquial, para dar una idea,
Stalin en dicho texto empieza de la siguiente manera: El materialismo
dialéctico es la concepción del mundo del Partido marxista-leninista.
Llámese materialismo dialéctico, porque su modo de abordar los
fenómenos de la naturaleza, su método de estudiar estos fenómenos y
de concebirlos, es dialéctico, y su interpretación de los fenómenos de la
naturaleza, su modo de enfocarlos, su teoría, materialista.

El materialismo histórico es la extensión de los principios del


materialismo dialéctico al estudio de la vida social, la aplicación de los
principios del materialismo dialéctico a los fenómenos de la vida de la
sociedad, al estudio de ésta y de su historia.

El texto presenta tres características fundamentales del materialismo


filosófico: El mundo es material por su propia naturaleza, la materia es
una realidad objetiva que existe fuera e independientemente del sujeto
que conoce, el materialismo filosófico asegura que no existen en el
mundo cosas incognoscibles. Añadía, por cierto cuatro características
fundamentales de la dialéctica: la transformación de cantidad en calidad,
la unidad de los contrarios, la ley de las conexiones universales, y la ley
de la mutabilidad universal, considerando las dos últimas como
innovaciones, respecto a Engels, Lenin y Gueorgui Valentínovich
Plejánov (1856-1918), el teórico marxista más importante de Rusia
prerrevolucionaria, amigo y compañero de Lenin, luego en disputa del
lado Menchevique en oposición a Lenin por lado Bolchevique.

121
ADOLFO QUISPE ARROYO

Por lo demás se dedica a sustentar la dialéctica materialista, haciendo


referencia a su origen etimológico e histórico, de lo que venía a ser en la
antigüedad, así el carácter ingenuo, espontáneo y artístico que tenía la
dialéctica antes del marxismo en general, y en la última parte refiriéndose
al materialismo histórico, ubica y justifica la política soviética socialista,
según esta ciencia social marxista, haciendo referencia al desarrollo de
la historia, reconoce textualmente en la misma cinco modos
fundamentales de relaciones de producción: El comunismo primitivo, la
esclavitud, el feudalismo, el capitalismo y el socialismo, analizando cada
tipo de relación con sus respectivas características.

En abril de 1924, tres meses después de la muerte de Lenin, escribía


Stalin en su compilación sobre Cuestiones del leninismo: Bastan los
esfuerzos de un país para derribar a la burguesía; la historia de nuestra
revolución lo demuestra. La victoria definitiva del socialismo, para la
organización de la producción socialista, los esfuerzos de un solo país,
sobre todo si es campesino como el nuestro, son ya insuficientes: se
necesitan los esfuerzos reunidos del proletariado de varios países
avanzados. Sin embargo, la edición en la que figuran estas afirmaciones
ha sido retirada de la circulación. Las grandes derrotas del proletariado
europeo y los primeros éxitos de la economía soviética hicieron cambiar
de tesis a Stalin, llegando a creer después que la misión histórica del
politburó comunista era construir el socialismo en un solo país, esta tesis
también es atribuida a Nikolái Ivánovich Bujarin (1888-1938),
revolucionario ruso, quien formara parte del politburó y se aliara con
Stalin para el control del partido en contra de Trotski, aunque él mismo
cayese en las purgas estalinistas, años después. La tesis estalinista de la
construcción del socialismo en un solo país dejando de lado las
revoluciones permanentes y a escala mundial fueron objetos de duras
críticas por parte de los trotskistas, pues se habrían olvidado de la misión
histórica el internacionalismo proletario. Finalmente, para la ácida
afrenta, el estalinismo es una degeneración del marxismo que de
ninguna manera puede ser considerado como continuación y/o
desarrollo de la doctrina matriz.

EL TROTSKISMO

A consideración de algunos estudiosos el trotskismo fue un concepto


inventado por el estalinismo para intentar separar las ideas de Lenin de
las de Liev Davidovich Bronstein (1879-1940), más conocido por el
pseudónimo de Trotski, quien después del triunfo de la revolución, creó y

122
organizó el Ejército Rojo para defender el joven régimen soviético en la
guerra civil rusa de 1918 a 1921, saliendo triunfante el Ejército Rojo bajo
su dirección. Lenin consideraba como su sucesor por la sutileza teórica y
práctica revolucionaria. Trotski defendió medidas que buscaban acabar
con el burocratismo dentro del Partido Comunista de la Unión Soviética
(PCUS), como la rotación de cargos y una mayor concreción de las tesis
leninistas del centralismo democrático, aplicadas a la estructura y
organización internas del partido. Hizo aportes teóricos sobre el
feminismo y el arte, y defendió la profundización económica en el
socialismo a través de planes quinquenales, los cuales posteriormente
serían aplicados por Stalin.

Trotski, quien escribiera una autobiografía, Mi vida (1930), además de


numerosas obras, entre otras tenemos: Historia de la revolución rusa,
considerada fuentes de primera mano (02 volúmenes) (1929-1932), La
revolución permanente (1930), La revolución traicionada (1937), donde
critica la política estalinista; jamás aceptó el término derivativo que
terminó como trotskismo. De hecho, los trotskistas en vida de este líder,
se hicieron llamar Bolchevique-leninistas o también comunistas
internacionalistas. Liev Trotski y sus seguidores fundaron: La IV
Internacional el 3 de setiembre de 1938 en París en oposición a Stalin,
para defender la herencia del marxismo-leninismo y para luchar contra
un nuevo fenómeno contrarrevolucionario en el interior del movimiento
obrero: la burocracia estalinista y dirigir a la clase obrera en el proceso de
la revolución socialista mundial, este objetivo era similar a la III
Internacional. Por la década de 1930 postuló el entrismo en las
organizaciones de masas de orientaciones socialistas, como forma de
facilitar la inserción de los partidos adheridos a la IV Internacional en el
movimiento obrero, atrayendo al sector más avanzado a su programa.
Este trabajo debía hacerse siempre de manera abierta y por un espacio
breve de tiempo, ya que luego los trotskistas debían fundar sus propios
partidos y organizaciones. Con ese método se pudo construir el Partido
Obrero Socialista, sección más grande de la nueva organización
alternativa a la III Internacional o Komintern de Stalin.

Tras el asesinato de Trotski en 1940, por un agente estalinista en México,


la IV Internacional estuvo controlada por los comunistas belgas, cuyos
profundos desacuerdos la llevaron a disgregarse en 1953.

Se considera trotskismo a la doctrina y movimiento político basado en el


pensamiento de Liev Trotski, uno de los más destacados líderes de la
Revolución Rusa y de la posterior guerra civil que tuvo lugar en esta
nación. Después de la muerte de Lenin, fue postergado Trotski por Stalin

123
ADOLFO QUISPE ARROYO

y sus aliados con hábiles maniobras y, finalmente, expulsado de la Unión


de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en 1929. Tras haber
fundado la IV Internacional fue asesinado por un agente estalinista en
México en 1940.

El trotskismo condena las vías parlamentarias mediante la urna como


ilusorias para la toma del poder, considera que las clases explotadas
tomarán el poder en lucha contra los que poseen propiedades y se
implantará la dictadura proletaria que salvaguardará la victoria del
proletariado dirigidos por un partido político, pero una vez tomado el
poder el partido debe guardarse de sustituir al proletariado o de
subyugarlo. En la dictadura proletaria los consejos libremente elegidos
por los proletarios darán lugar a la democracia proletaria que controlarán
al gobierno, la producción y al mercado en general. Las democracias
parlamentarias burguesas son dictaduras burguesas para asegurar el
dominio de las clases capitalistas.

Los trotskistas afirman ser los herederos del auténtico


marxismo-leninismo y rechazan el estalinismo, al que consideran traición
a aquél. La aportación teórica fundamental del trotskismo es la doctrina
de La revolución permanente, que sostiene que el imperialismo, al
introducir relaciones capitalistas en países atrasados, impide el
surgimiento de una burguesía fuerte capaz de eliminar los restos de
feudalismo y desarrollar el capitalismo. Por lo tanto, el proletariado de
estos Estados debe proceder sin demora a la construcción del
comunismo obviando las etapas de reformas intermedias y
estableciendo así un frente antiimperialista: exactamente el modelo
contrario al seguido por los socialistas del bloque soviético en la mayoría
de los países subdesarrollados. Al respecto en la introducción de su obra
La revolución permanente (1930), afirma: La revolución permanente, en
el sentido que Marx daba a esta idea, quiere decir una revolución que no
se aviene a ninguna de las formas de predominio de clase, que no se
detiene en la etapa democrática y pasa a las reivindicaciones de carácter
socialista abriendo la guerra franca contra la reacción, una revolución en
la que cada etapa se basa en la anterior y que no puede terminar más que
con la liquidación completa de la sociedad de clases. Y en el epílogo de
las tesis fundamentales de la Revolución permanente, cuestiona aún
más la idea de socialismo en un solo país. Así en la tesis 09 señala: La
conquista del poder por el proletariado no significa el coronamiento de la
revolución, sino simplemente su iniciación. La edificación socialista sólo
se concibe sobre la base de la lucha de clases en el terreno nacional e
internacional. En las condiciones de predominio decisivo del régimen
capitalista en la palestra mundial, esta lucha tiene que conducir

124
inevitablemente; a explosiones de guerra interna, es decir, civil, y
exterior, revolucionaria. En esto consiste el carácter permanente de la
revolución socialista como tal,... En la tesis 10 afirma: El triunfo de la
revolución socialista es inconcebible dentro de las fronteras nacionales
de un país. Una de las causas fundamentales de la crisis de la sociedad
burguesa consiste en que las fuerzas productivas creadas por ella no
pueden conciliarse ya con los límites del Estado, nacional. De aquí se
originan las guerras imperialistas, de una parte, y la utopía burguesa de
los Estados Unidos de Europa, de otra. La revolución socialista empieza
en la palestra nacional, se desarrolla en la internacional y llega a su
término y remate en la mundial. Por lo tanto, la revolución socialista se
convierte en permanente en un sentido nuevo y más amplio de la palabra:
en el sentido de que sólo se consuma con la victoria definitiva de la nueva
sociedad en todo el planeta. En la tesis 12 recalca directamente contra
Stalin-Bujarin: La teoría del socialismo en un solo país, que ha surgido
como consecuencia de la reacción contra el movimiento de Octubre, es la
única teoría que se opone de un modo consecuente y definitivo a la de la
revolución permanente.

El segundo principio doctrinal, como se observan en las citas del


trotskismo es el de la Internacionalización de la revolución: el
proletariado, una vez que ha alcanzado la victoria, debe dar prioridad a la
extensión de la revolución en otros países; puesto que el socialismo no
puede establecerse en una única nación rodeada por una economía
capitalista internacional, como defendía Stalin bajo el lema de El
socialismo en un solo país y El socialismo por etapas.

Respecto a estos dos aspectos, Bottomore (1984) refiriéndose al


trotskismo sintetiza:

Aunque la revolución debe empezar sobre una base nacional (y hasta


puede condenar al Estado revolucionario a un período de aislamiento),
esta fase constituirá sólo el primer acto del drama seguido por el
siguiente representado en otra parte del escenario internacional. De esta
forma, el internacionalismo—segundo aspecto de la permanencia de la
revolución—constituye el sello indeleble del trotskismo (p. 767).

Una de sus últimas obras inconclusas de Trotski es Stalin (1940), donde


biografía al dictador en pleno apogeo de éste, generando aún más la ira
de Stalin, ya que la obra reflejaba la vida oscura, cruel y mediocre del
dictador. Para prueba, en la obra referida, Trotski escribió: Stalin no es un
pensador, ni un escritor, ni un orador. Tomó posesión del poder, no
valiéndose de sus cualidades personales, sino con ayuda de una

125
ADOLFO QUISPE ARROYO

máquina impersonal. Y no fue él quien creó la máquina, sino la máquina


quien lo creó a él. Muchos aseguran que este hecho aceleró el asesinato
de Trotski y en su póstuma obra En defensa del marxismo (1942),
caracterizaba: la dialéctica como una ciencia de las formas de nuestro
pensamiento en la medida en que no se reduce a los problemas diarios,
sino que intenta llegar a una comprensión de los procesos más
complicados y complejos. Comparaba la dialéctica y la lógica formal (la
metafísica) con las matemáticas superiores y las básicas.

El trotskismo representó la principal alternativa marxista-leninista al


estalinismo desde la década de 1930. Denunció las purgas cometidas en
esta época, la burocratización del Estado soviético y su control sobre
otros partidos comunistas internacionales. No obstante, creía que la
situación de la URSS suponía un avance con respecto al capitalismo, un
Estado de los trabajadores, aunque degenerado.

Después de la II Guerra Mundial, el movimiento trotskista entró en crisis


debido a su fragmentación, las disputas sectarias y la obsesión por las
discusiones doctrinales. Dado que ninguno de los grupos trotskistas
consiguió obtener un apoyo significativo de la clase trabajadora, algunos
de sus miembros se declararon partidarios de introducirse discretamente
en partidos socialistas ya establecidos. El trotskismo volvió a emerger en
Europa occidental y en algunos países de Latinoamérica a finales de la
década de 1960. No obtuvo nunca más apoyo que el de un pequeño
grupo de seguidores, aunque ejerció cierta influencia en círculos
intelectuales.

Entre los principales grupos políticos trotskistas, surgidos en España,


cabría señalar al Partido Obrero Revolucionario Español (PORE), a la
Liga Comunista y a la Liga Comunista Revolucionaria, esta última
relacionada con su homónima francesa, que vivió momentos de cierto
auge durante el llamado mayo francés de 1968, durante el cual la IV
Internacional cobró un nuevo impulso. En Latinoamérica también han
existido destacadas formaciones afines al trotskismo; tales son los casos
del Partido Obrero Revolucionario Boliviano, o del grupo guerrillero
argentino Ejército Revolucionario del Pueblo y el Movimiento Guerrillero
del peruano Hugo Blanco Galdós (1934- ) con su lema: tierra o muerte.

126
Apartado 04

EL REVISIONISMO

Concepto que históricamente designó el intento de modificar, en un


sentido moderador, algunos de los puntos fundamentales del marxismo.
Puesto que suponía la vulneración de principios básicos de las doctrinas
políticas, sociales, económicas y filosóficas enunciadas por Karl Marx y
Friedrich Engels, el término fue utilizado de forma despectiva por sus
detractores, que identificaron revisión con traición a la ortodoxia del
comunismo. Lora Cam (2004), conceptúa: “El revisionismo constituye
generalmente una desviación de derecha al interior del materialismo
dialéctico histórico, consistente en tergiversar, adulterar, falsear, etc.; los
principios fundamentales del marxismo -leninismo –maoísmo” (p. 354).

El revisionismo surgió en Alemania en la segunda mitad del siglo XIX,


poco tiempo después de haber sido formulado el propio socialismo
científico. El primer teórico político que reivindicó como necesaria la
autocrítica marxista fue Eduard Bernstein (1850-1932), miembro del
Partido Socialdemócrata Alemán (SPD). Bernstein abogó por el
concepto reformista y pacífico que había de caracterizar al socialismo,
sugiriendo que el sistema parlamentario podía constituirse en vía para
alcanzar aquél. No tardó en abrirse la polémica en el seno del SPD, en
tanto que la cuestión afectaba a su propia ideología y esencia
programática. El debate, abierto y desarrollado en los congresos de
Erfurt (1891) y Stuttgart (1898), plantearon las profundas diferencias
existentes entre las tesis revisionistas de Bernstein y las defendidas por
Karl Kautsky (1854-1938), quien argumentaba que el pilar en que debía
radicar la fuerza del movimiento obrero era la teoría de la revolución y la
no colaboración con las fuerzas de la burguesía. La revisión al marxismo
propuesta por Bernstein, expuesta principalmente en su obra:
Postulados del socialismo y lecciones de socialdemocracia (1899), fue
también rebatida por Rosa Luxemburgo (1871-1919) y objeto de dura
crítica por parte de Lenin. Tras el triunfo de la Revolución Rusa (1917), el
revisionismo siguió significando el alejamiento del corpus doctrinal
marxista, o más bien marxista-leninista, tras el surgimiento del leninismo
como reinterpretación, aceptada como ortodoxa, del marxismo. Pero
adquirió entonces mayores connotaciones peyorativas y pasó a
designar, de hecho, no tanto la divergencia ideológica; sino el no
seguimiento de las directrices impuestas desde 1919 hasta 1943 por la
Komintern y por su sucesora desde 1947, la Kominform. La tendencia se
aceleró desde la llegada al poder de Stalin en la Unión Soviética. Con la
implantación del estalinismo, la hegemonía del Partido Comunista de la

127
ADOLFO QUISPE ARROYO

Unión Soviética (PCUS) sobre el movimiento comunista internacional, no


tardó en revertir en la calificación de revisionista para toda actitud política
que cuestionara tal liderazgo. Así, en 1948, una declaración oficial de la
Kominform, organismo político de colaboración entre los partidos
comunistas -la Internacional Comunista-, acusó de revisionista al Partido
Comunista Yugoslavo (PCY), dirigido por Tito (Josip Broz) (1892-1980),
quien lideró el movimiento de los Países No-Alineados, siendo expulsado
de la organización comunista. Apartados de la línea oficial estalinista, Tito
y el PCY en 1952 pasó a denominarse: Liga de los Comunistas de
Yugoslavia, iniciando, sin renunciar al marxismo, una vía al socialismo
distinta a la que desde Moscú se imponía como ortodoxa.

El concepto de revisionismo alteró por completo su significado desde la


muerte de Stalin en 1953, especialmente desde el proceso de
desestalinización iniciado en el XX Congreso del PCUS de 1956 por
Jruschov. La pujanza adquirida por determinados partidos comunistas
del tercer mundo determinó que fuera la nueva actitud soviética,
protagonizada por Nikita Jruschov, la tildada de revisionista por
acercarse a occidente. Al respecto Lora Cam (2004), expresa:

…Jruschov inició la subversión del materialismo dialéctico histórico a


partir de la tesis idealista y metafísica de la crítica ´del culto a la
personalidad` de Stalin…responsabilizándolo de todas las desgracias,
errores, ´males`, ´pecados`, anomalías, producidas en la URSS. Fue el
acto de presdigitación más grande de la historia de la humanidad. Stalin
es responsable de la burocracia-tecnocracia…Paralelamente a esta
crítica, Jruschov sistematizó las tesis revisionistas--implementadas
desde 1964 por Brézhnev hasta 1982; y hoy por Gorbachov--
denominadas: transición pacífica, emulación pacífica, coexistencia
pacífica, partido de todo el pueblo, Estado de todo el pueblo; la reforma
económica-los estímulos materiales, la reforma de la empresa, etc.; y las
tesis básicas para caracterizar el socialimperialismo soviético: la división
internacional del trabajo y la soberanía limitada--doctrina Brézhnev-- (p.
356).

En su tesis anterior, denominado El marxismo-Leninismo-maoísmo


(1975), Lora Cam suscribe respecto al revisionismo soviético:

Los académicos soviéticos han cumplido--y siguen cumpliendo-- la


función política que la nueva burguesía “zarista” les ha encomendado. El
materialismo dialéctico-histórico, en cuanto concepción del mundo del
proletariado, ha sufrido las consecuencias del revisionismo político;
particularmente los denominados “Manuales” o “Tratados”, referentes al

128
materialismo dialéctico y al materialismo histórico, redactados por los
intelectuales soviéticos, obedecen exclusivamente a la apología
partidaria, al chovinismo, a la inserción muy sutil de sus tesis
revisionistas: la transición pacífica, la emulación pacífica, la coexistencia
pacífica, el partido de todo el pueblo, el Estado de todo el pueblo, la
especialización internacional del trabajo, los estímulos materiales, la
crítica del culto a la personalidad de Stalin (p. 141).

Lora Cam acusa de revisionistas a los manualistas o tratadistas


soviéticos sobre el marxismo, cuestiona duramente los trabajos referidos
a los sistemas categoriales y a los que separan la lógica, la dialéctica y la
gnoseología como disciplinas especiales y autónomas; puesto que
serían teorizaciones extrañas de los marxólogos.

En otro punto, los albaneses de aquellas décadas, menos perdonaron a


Jruschov, la sistematización de las tesis revisionistas, así como los
maoístas consideraban que una guerra a escala mundial con los
imperialistas, pondría los cimientos para una nueva sociedad; ya que el
imperialismo jamás renunciaría a sus intenciones bélicas para dominar el
mundo. En Naim Frasheri (1964), compilaciones de artículos, bajo el
título de: La ideología marxista-leninista vencerá al revisionismo,
volumen II, se lee:

...apreciaciones contradictorias, llevan al grupo de Jruschov a una sola


conclusión revisionista: a la renuncia de la lucha ideológica contra el
imperialismo, a la renuncia al desenmascaramiento de su política de
guerra y de agresión, a la renuncia del apoyo a la lucha de liberación
nacional y revolucionaria, al establecimiento de la colaboración
económica y política en gran escala entre el socialismo y el capitalismo.
Esta es en realidad una línea de acercamiento y fusión con el
imperialismo, la que constituye la esencia del concepto antimarxista del
grupo de Jruschov sobre la coexistencia pacífica (p. 81).

Leonid Brezhnev (1906-1982), preferido y protegido por el mismísimo


Jruschov, agudizó la polarización del revisionismo con los partidos
comunistas, considerados ortodoxos, ya que con la doctrina Brezhnev se
legalizó abiertamente las invasiones comunistas a otros países por
considerar una amenaza al sistema político común, por eso de la
soberanía limitada, ya que la Unión Soviética se consideraba el nuevo
guardián de los sistemas socialistas, materializaciones visibles fueron
las invasiones a Checoslovaquia en 1968, Afganistán en 1979 utilizando
como escudo el llamado Pacto de Varsovia (Alianza Militar compuesta
por ocho países socialistas europeos firmado en 1955), además no fue

129
ADOLFO QUISPE ARROYO

de agrado de muchos países, la llamada división internacional del


trabajo; o sea, los soviéticos industrializados continuaban en su
desarrollo y los otros países en condición de colonias se especializarían
en proporcionar materias primas. Estos puntos fueron un punto de
quiebre en la disputa mundial por el liderazgo sobre los partidos
comunistas entre el PCUS y el PCCH, así como por los prosoviéticos y
los prochinos en el mundo, entrando al ruedo también los
eurocomunistas.

El eurocomunismo es la ideología política adoptada por determinados


partidos comunistas europeos en los primeros años de la década de
1970. Esta vía europea al comunismo estuvo vinculada principalmente al
Partido Comunista Italiano (PCI), al Partido Comunista Francés (PCF) y
al Partido Comunista de España (PCE). El eurocomunismo abandonaba
en buena medida el marxismo ortodoxo y el leninismo, rechazaba el
liderazgo del comunismo internacional ejercido desde la Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas y apostaba por adaptarse a los
regímenes occidentales caracterizados por el sistema político de
democracia parlamentaria. Aceptaba las reglas de ésta, renunciaba a la
revolución como medio y a la dictadura del proletariado como fin y
abogaba por programas políticos de corte reformista. Tachado de
revisionismo y condenado por la URSS en 1977, el eurocomunismo se
agotó tras la mala experiencia política italiana y el realineamiento del
PCF con Moscú en 1979.

Papel fundamental jugó en este sentido Mao Tse Tung, líder del Partido
Comunista de China (PCCH) y promotor de una nueva ideología que se
declaraba heredera de la ortodoxia marxista-leninista en los países
subdesarrollados: el maoísmo. Consecuencias del revisionismo
soviético argumentado desde el Partido Comunista de China, fueron La
Revolución Cultural Proletaria, iniciada por Mao en la década de 1960 en
China, para recuperar el espíritu revolucionario olvidado en la Unión
Soviética y la rivalidad chino-soviética por lograr la hegemonía en el
movimiento comunista mundial.

En Europa, durante la década de 1970, una nueva forma de revisionismo


surgió con la aparición del denominado eurocomunismo. Protagonizado,
principalmente, por el Partido Comunista Francés (PCF), el Partido
Comunista Italiano (PCI) y el Partido Comunista de España (PCE), sus
respectivos líderes (Georges Marchais, Enrico Berlinguer y Santiago
Carrillo) abanderaron una fórmula política muy distinta al marxismo
original, en la que apostaban por la democracia y el pluralismo político
como valores sustitutivos de la revolución.

130
El nacimiento de la socialdemocracia, adoptada por muchos partidos
socialistas que renuncian al proceso revolucionario en su ideario, ha
provocado que el término revisionismo tenga en la actualidad un sentido
residual y casi histórico.

Paradójicamente el académico, de la ex Unión Soviética, Fedoseev


(1975), distingue el revisionismo con un desarrollo del marxismo creador,
al respecto escribió:

Lenin revisó audazmente las distintas tesis anticuadas del marxismo,


como por ejemplo, el conocido enunciado de que la revolución sólo
puede vencer si se produce simultáneamente en todos los países o en la
mayoría de los países capitalistas más desarrollados. El desarrollo del
marxismo con espíritu creador se distingue cardinalmente del
revisionismo, el cual renuncia a las tesis básicas del marxismo,
comprobadas por la vida, o introduce en la teoría marxista `nuevos
principios´ que no responden a las leyes del desarrollo de la sociedad (p.
485).

Finalmente, el último líder de la fenecida Unión de Repúblicas Socialistas


Soviéticas, Mijaíl Gorbachov (1931- ), quien en marzo de 1989 asumió la
presidencia de la URSS llevó a cabo la pulverización de la tan mentada
gran patria socialista, ejemplo de construcción del socialismo rumbo al
comunismo, con el argumento de salvar el socialismo. Gorbachov desde
1985 a 1990, intentó reformar la sociedad soviética introduciendo la
perestroika, reestructuración de la economía y la glasnost, transparencia
de informaciones en asuntos políticos y culturales.

La perestroika es una revolución – escribe Gorbachov (1987)–.Una


decisiva aceleración del desarrollo socioeconómico y cultural de la
sociedad soviética que involucra cambios radicales, camino a un Estado
cualitativamente nuevo, es indudablemente, una tarea
revolucionaria…debemos impartir un nuevo dinamismo al impulso
histórico de la Revolución de Octubre y avanzar aún más en todo lo que
ella comenzó en nuestra sociedad (p.48).

La reforma perestroika, incluyó la democratización interna del PCUS,


pretensión de la modificación constitucional que permitiera el
multipartidismo y la conversión del país en una república
presidencialista, así como mayor autonomía para las Repúblicas de la
Unión soviética. La perestroika fue considerada como reestructuración
del centralismo democrático con más socialismo y más democracia que
reviviría el concepto leninista de la construcción socialista, tanto en la
teoría como en la práctica, para salvar el socialismo—escribía

131
ADOLFO QUISPE ARROYO

Gorbachov—con una dosis de dinámica y cambios en la célula fosilizada


del buró político gubernamental, eliminando de la sociedad las
deformaciones de la ética socialista.

En política exterior, retiró las tropas soviéticas de Afganistán (1988-


1989), normalizó las relaciones con China, firmó una serie de acuerdos
sobre el control de armas con los presidentes estadounidenses Ronald
Wilson Reagan (1911-2004) y George Herbert Walker Bush (1924-2018)
y cooperó en el esfuerzo dirigido por Estados Unidos para expulsar a Irak,
durante mucho tiempo aliado soviético, de Kuwait durante la guerra del
Golfo Pérsico. Por su colaboración en la conclusión de la guerra fría,
permitiendo que antiguos países de Europa Este, pertenecientes al
bloque soviético, abandonaran sus regímenes socialistas, así como por
su intervención en la unificación de Alemania, que aceptó en el Tratado
de Moscú de septiembre de 1990, le fue concedido el Premio Nobel de la
Paz en octubre de 1990. Todas estas pretensiones de intenciones
indulgentes llevaron a la desaparición del insostenible Unión Soviética,
dejando de existir formalmente el 21 de diciembre de 1991.

Tal como ocurriera con los soviéticos, después de la muerte de Stalin, en


China ocurrió un fenómeno parecido a la muerte de Mao en 1976,
emergió un revisionista chino: Teng Hsiao Ping (1904-1997), conocido
como el Pequeño Timonel, quien afirmara: Qué importa que el gato sea
blanco o negro, si igual puede atrapar al ratón, Crecer rico es magnífico,
El socialismo no es pobreza, además de la táctica: Un país, dos sistemas,
refiriéndose a Hong Kong, Macao y Taiwán, considerados por la
República Popular China, como regiones de administración especial,
avistándose unas reformas de tendencias pragmáticas. Con todo ello,
Teng introdujo el sistema denominado: socialismo de mercado.

Siguiendo estas líneas el premier chino Jiang Zemín (1926- ), redefinió


nuevamente a China: Un país, dos sistemas, para referirse a un régimen
político comunista con una economía capitalista en China continental en
general y de sus regiones de administración especial en particular. Una
pesadilla se aproximaba para China Popular, principalmente para los
maoístas.

A la muerte de Mao en 1976, se produjo en China la asunción al poder de


una dirigencia pragmática que había sido reeducada en las cárceles,
como consecuencia de sus desviacionismos y espíritus aburguesantes,
cuando aún vivía el Gran Timonel. En este contexto, el liderazgo de Teng
Hsiao Ping propuso para China mejorar el socialismo a través de
métodos capitalistas lo que fue concretizado hacia 1984, luego de

132
algunos años de fluctuaciones en la producción agrícola y de serias
deficiencias en lo tecnológico. Las reformas que se iniciaron desde esa
época en China apuntaban a lograr que la economía socialista actuara
con los criterios del mercado y del beneficio, lo que en muy poco tiempo
generó un desarrollo del sector privado, especialmente en el sector
terciario y en las pequeñas industrias urbanas, lo que no estuvo exento
de consecuencias negativas tales como la desocupación y la inflación. A
los intentos de modernización económica no ha correspondido un
adecuado compromiso en las reformas políticas. La China de Mao no
había conocido nunca aperturas efectivas en sentido liberal--
democrático aburguesante. Mientras algunos observadores
occidentales aplaudían la política de Teng Hsiao Ping, por introducir
formas de libre mercado, la historia de los últimos años ha demostrado
que el grupo dirigente comunista vivía una forma perversa de iluminismo,
pensando que el mundo se podía controlar con los instrumentos de una
burocracia perfecta. En el sistema chino coexisten una economía de
mercado y un partido autoritario, capaz de controlar la nación si fuera
necesario a través de violentas represiones.

Acostumbrados los chinos durante tantos años al férreo control de la


economía, la modernización impuesta venía ahora a generar los
problemas propios de una economía en proceso de adecuación, como la
desocupación y la inflación. Estas consecuencias generaron el
descontento y las protestas de grandes masas citadinas y obreras,
situación que fue empeorando durante los años 1987 y 1988 al
generalizarse la oposición antigubernamental de los estudiantes de las
universidades de Beijing y de Shanghai en marzo de 1989, quienes
denunciaron sin tapujos las viejas prácticas despóticas del partido
comunista y la corrupción existente al interior del comité central.

A estas manifestaciones estudiantiles se agregaron las de los


intelectuales y profesionales, lo que obligó al PCCH a definirse. En la
dirigencia comunista, el sector liderado por Zhao Ziyang (1919-2005) fue
abiertamente partidario de llegar a tratativas con el movimiento, mientras
que el resto de la dirigencia consideró que las peticiones del movimiento:
democracia, libertad de expresión, de reunión, de imprenta, libre e
igualitario diálogo con la dirigencia del partido, discusión de la situación
con los jerarcas del partido ante los medios de comunicación nacional y
extranjera era la expresión clara de un movimiento antisocialista y
contrarrevolucionario.

Todas estas acusaciones fueron rechazadas por los estudiantes


reunidos en la plaza de Tienanmen de Beijing, y al radicalizarse las

133
ADOLFO QUISPE ARROYO

posiciones, Zao Ziyang y los suyos fueron marginados y Teng Hsiao Ping
y el gobierno optaron por la represión, la que tuvo que posponerse por la
visita de Gorbachov a Beijing el 15 de mayo de 1989. Las huelgas de
hambre iniciadas en Tienanmen se extendieron a las grandes ciudades
de China lo que obligó al gobierno a decretar la ley marcial el 20 de mayo.
Finalmente, en la noche del 03 al 04 de junio del mismo año, las fuerzas
militares chinas se adueñaron a sangre y fuego de la plaza aniquilando la
inefectiva resistencia estudiantil. Según los observadores
internacionales el número de víctimas fueron superiores a 1000, el
gobierno chino sólo reconoció 200.

El 24 de junio de 1989 el mundo se sorprendió negativamente cuando el


comité central del partido comunista procedió a legitimar lo obrado y
premió a los oficiales que habían tenido a su cargo la represión,
desprendiendo al mismo tiempo a la remoción de sus cargos a todos
aquellos funcionarios que habían tenido una posición ambigua frente a
los hechos y que eran considerados no fiables. Desde 1997 el nuevo
presidente chino Jiang Zemín a quien Teng había escogido como su
sucesor, podría mostrar al mundo las bondades económicas de un
Estado totalitario, bajo el mando de una burocracia elitista y militar. Se
cree que la China de Mao se derrumbó con estas políticas y ahora China
es un competidor de las potencias capitalistas en el mercado mundial con
las reglas del capitalismo, pues contaría con mano de obra barata para la
producción del mundo comercial.

En setiembre de 1997 se celebró el XV Congreso del Partido Comunista


Chino, en el que se apoyó el mantenimiento de la línea política conocida
como marxismo neoliberal, caracterizado por dar prioridad a los méritos y
la competencia como factores claves del desarrollo económico, se
reforzaba la figura de Jiang Zemin al frente del país y se reducía el
número de efectivos del ejército, al que se conminaba a doblegarse a las
directrices del PCCH. En 2002 se celebró el XVI Congreso del PCCH, en
cuyo transcurso Jiang Zemín fue sustituido como secretario general del
partido por Hu Jintao (1942- ). El relevo de la tercera generación de
políticos comunistas culminó en marzo de 2003, en el marco de la X
Asamblea Nacional Popular. Durante ésta, Hu Jintao sucedió también a
Jiang Zemín en la presidencia del país. En marzo de 2007, la Asamblea
Nacional Popular aprobó la primera ley de propiedad privada que
materializaba la anteriormente referida reforma constitucional de 2004 al
otorgar la misma protección a la propiedad pública (estatal o colectiva) y
a la individual. En el transcurso del XVII Congreso del PCCH,
desarrollado en octubre de 2007, Hu Jintao fue reelegido secretario
general de la organización. De igual modo, en marzo de 2008, la

134
Asamblea Nacional Popular reeligió a Hu Jintao presidente del país. A
partir del 2013 ocupa este cargo Xi Jinping (1953- )

En conclusión, los revisionistas plantean que es posible el tránsito


pacífico al socialismo por vías legales parlamentarias sin recurrir a una
violenta revolución social necesariamente, la coexistencia pacífica de
dos sistemas opuestos, por ejemplo la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas y los Estados Unidos de Norteamérica. Los revisionistas
también plantean la emulación pacífica, es decir, relaciones económicas
con las transnacionales imperialistas como una forma de intercambio
comercial encubiertas para el provecho de la burocracia. El partido del
pueblo, como tesis revisionista, se fundamentó para expulsar a los
proletarios de la hegemonía del partido comunista y reemplazar por una
burocracia–tecnocracia de la élite revisionista y el Estado del pueblo, otra
tesis, que justifica la liquidación de la dictadura del proletariado para
instaurar la dictadura de la burocracia–tecnocracia, llamados también a
veces el buró político; quienes someten a los verdaderos proletarios y
campesinos. Esta burocracia aburguesada y militarista es una especie
de nueva clase social dominante, después de la muerte de Stalin, que en
sus arcas poseen millones de fondos personales, vía: mercados negros,
coimas, extorsiones, venta de informaciones, tráfico de tecnología y
otras formas de acumulación de bienes, considerados parásitos por los
críticos se legalizaron en el poder para explotar y oprimir al pueblo en
nombre del socialismo de palabra, pero imperialismo de hecho como
calificara el propio Lenin al referirse a los revisionistas y oportunistas.
Para los revisionistas quedaron atrás los internacionalismos proletarios,
el ateísmo científico y la dictadura del proletariado; por el contrario
predican y dan concesiones a libertades y a costumbres burguesas,
como por ejemplo el arte por el arte, libertad de culto, mayor participación
ciudadana, ingreso de capitales extranjeros, soberanía limitada para
invadir a otros países en nombre del comunismo, también construyen un
cientificismo falaz a través de manuales y están de vuelta los estímulos
materiales individuales, propios del hábito burgués. Finalmente, los
revisionistas insisten en que la teoría marxista-leninista-maoísta, la
práctica de la revolución socialista y la dictadura del proletariado han
caducado y son inaplicables a la situación contemporánea globalizada,
donde las democracias liberales burguesas han triunfado siendo
innecesario recurrir a la lucha antagónica de clases sociales.

135
ADOLFO QUISPE ARROYO

Apartado 05

EL ANARQUISMO: IDILIO Y DISCORDIA CON EL MARXISMO

El anarquismo es una doctrina política que se opone a cualquier clase de


jerarquía, tanto si se ha consolidado por la tradición o el consenso como
si se ha impuesto de forma coactiva. Los anarquistas creen que el mayor
logro de la humanidad es la libertad del individuo para poder expresarse y
actuar sin que se lo impida ninguna forma de poder, sea terrenal o
sobrenatural, por lo que es básico abatir todo tipo de gobierno, luchar
contra toda religión o secta organizada; en cuanto que éstas representan
el desprecio por la autonomía de los hombres y la esclavitud económica.
Combatir al Estado como entidad que reprime la auténtica libertad
económica y personal de todos los ciudadanos se convierte en una
necesidad inmediata y la desaparición del Estado se considera un
objetivo revolucionario a corto plazo.

La doctrina anarquista impone para su acción una sola limitación: la


prohibición de causar perjuicio a otros seres humanos, y de esta
limitación nace otro presupuesto ideológico básico: si cualquier humano
intenta hacer daño a otros, todos los individuos bienintencionados tienen
derecho a organizarse contra él.

Nuevamente recurrimos a Bottomore (1984), quien define el anarquismo


como: “Doctrina y movimiento que rechaza el principio de autoridad
política y sostiene que el orden social es posible y deseable sin tal
autoridad” (p.34). A continuación, se consideran ideas fundamentales de
los principales representantes del anarquismo.

ALGUNOS REPRESENTANTES DEL ANARQUISMO

Max Stirner (1806-1856) filósofo alemán, sustentó la moral ácrata que


equivale a sin gobierno, sin autoridad, principalmente, en su obra: El
único y su propiedad (1844), donde prioriza los intereses del individuo.
Para Stirner debemos realizar dos negaciones radicales: la primera es la
negación del Estado como opresor del hombre, la segunda es la
negación de Dios que nos esclaviza espiritualmente. Liberados de estas
dos lacras el hombre puede desenvolverse libremente exaltando su
egoísmo, donde se manifiesta la individualidad en su grado supremo. El
Estado protege los derechos del burgués por lo que los proletarios no
tienen nada que perder al destruirlo. Los decálogos, los principios o
máximas de conductas nos aprisionan por lo que debemos anularlo,

136
siendo la norma de conducta: alarga la mano y coge lo que te haga falta,
vivir plenamente, consumiéndose como una vela hasta quedar reducido
a nada; cuando se pierda respeto por la propiedad y Dios, cada uno
tendrá lo suyo. El Estado vive de los decálogos, leyes, máximas por lo
que si pretendemos ser libres, el Estado es nuestro enemigo.

Stirner critica al socialismo por su pretensión de abolir el egoísmo


individual para convertir en andrajosos a todos con tal de tener algo
todos. La revolución socialista busca cambiar unas instituciones por
otras, por lo que para los ácratas lo correcto son las insurrecciones que
no toleren instituciones gobernantes, sino su propio autogobierno
basado en el egoísmo. Stirner exalta vehementemente el yo único
definiendo así su Asociación de Egoístas (que opone a la sociedad): La
utilización de todos por todos. La argumentación de Stirner explora y
extiende los límites de la crítica hegeliana que el autor dirige
especialmente a sus contemporáneos (principalmente a sus colegas, los
jóvenes hegelianos, como Ludwig Feuerbach) seguidores de ideologías
populares, tales como el nacionalismo, estatismo, liberalismo,
socialismo, comunismo y humanismo.

Pierre Joseph Proudhon (1809-1865) escritor y teórico político francés,


ha sido considerado desde una perspectiva histórica el padre del sistema
denominado anarquismo filosófico. En su escrito ¿Qué es la propiedad?
(1840), denunció los abusos que origina la propiedad privada, llegando a
conceptuar como un robo, esto le denotó fama de pensador. En la
mencionada obra, Proudhon (1983), refiere: “--¡La propiedad es el
robo!...¿Qué inversión de ideas! Propietario y ladrón fueron en todo
tiempo expresiones contradictorias, de igual modo que las personas que
designan se consideran entre sí antipáticas; todas las lenguas han
consagrado esta antinomia” (p.30). Proudhon se oponía a las tesis de los
socialistas, argumentando que la sociedad no puede ser transformada
de acuerdo a un plan preconcebido. Imaginaba una sociedad donde la
naturaleza ética y el sentido moral de la responsabilidad estarían tan
desarrollados en el pueblo que, para protegerla y regularla, no sería
necesaria la existencia del Estado, ni de otras instituciones coercitivas,
pues al existir regulan y sustraen la preciada libertad convirtiéndose las
responsabilidades en obligación. Rechazaba el uso de la fuerza para
imponer un sistema al pueblo, de ahí su distanciamiento del socialismo
por propugnar la revolución social violenta. En la sociedad ideal, lo que él
llamaba orden en la anarquía, el pueblo actuaría de forma ética y
responsable y por su propia voluntad. Además de otras obras se
consideran de vital importancia sus obras: Filosofía de la miseria (1846),
que le valió la réplica de Karl Marx en su ensayo: Miseria de la filosofía

137
ADOLFO QUISPE ARROYO

(1847), Las ideas revolucionarias (1849), De la justicia en la revolución y


en la iglesia (3 vols., 1858), La guerra y la paz (1861) y De la capacidad
política de las clases obreras (1863).

Mijaíl Alexándrovich Bakunin (1814-1876), pensador revolucionario


ruso, uno de los principales fundadores del anarquismo. Bakunin se
dedicó a difundir el pensamiento anarquista por Europa. En 1869 fundó la
organización semiclandestina Alianza de la Democracia Socialista y, en
calidad de dirigente del grupo, se opuso al socialismo de Karl Marx en el
transcurso de la I Internacional; enfrentamiento que concluyó con la
expulsión de Bakunin en 1872 y con la definitiva ruptura entre los
marxistas y los anarquistas. Defensor de los principios revolucionarios
antiautoritarios, por oposición al centralismo estatal de los marxistas
rechazó cualquier autoridad y legislación por considerarlas propias de
una minoría dominante.

Bakunin celebró el establecimiento de La Comuna de París (1871), como


atrevida y expresa negación del Estado, acercándola esta insurrección al
modelo revolucionario anarquista. Se consideran obras de mayor interés
de Bakunin, entre muchas otras, Estatismo y anarquía (1873) y Dios y el
Estado (1871).

Piotr Alexéievich Kropotkin (1842-1921), pensador y político ruso, el


principal teórico del movimiento anarquista de las primeras décadas del
siglo XX .En 1872 participó en la I Internacional, primero como marxista y
luego como seguidor del ideólogo anarquista Bakunin.

El tema central de los numerosos trabajos de Kropotkin fue la abolición


de toda forma de gobierno en favor de una sociedad que se rigiera
exclusivamente por el principio de la ayuda mutua y la cooperación sin
necesidad de instituciones estatales. Esa sociedad ideal (comunismo
anarquista o anarcocomunismo) sería el último paso de un proceso
revolucionario que pasaría antes por una fase de colectivismo (el
anarcocolectivismo). Su libro más conocido e importante para el
pensamiento anarquista viene a ser: La conquista del pan (1888).

Emma Goldman (1869-1940), pensadora y política lituana, figura del


anarquismo en el siglo XX. Emigró a Estados Unidos y lideró el
movimiento anarquista en dicho país, siendo perseguida y deportada a
su país natal por sus ideas de rebelión ante toda autoridad. Goldman
había sido una ferviente admiradora del régimen soviético durante su
fase inicial, pero no tardó en criticar duramente la política bolchevique,
por lo que fue expulsada del país. Goldman expuso las razones que le
llevaron a cambiar su opinión sobre el gobierno soviético en: Mi

138
desilusión ante Rusia (1923), para después abrazar la doctrina
anarquista como única alternativa de una auténtica libertad humana,
además de ser precursora del movimiento feminista. Estos dos últimos
autores pretendieron crear una concepción científica del mundo y de la
evolución social desde una perspectiva anarquista.

Como ya mencionamos, durante el periodo de la Asociación


Internacional de Trabajadores (AIT) o I Internacional, las posturas
anarquistas estuvieron representadas por los seguidores de Mijaíl
Bakunin. Sin embargo, sus posturas chocaron con las expuestas por los
socialistas seguidores de Karl Marx y, tras sucesivas derrotas en varios
congresos, en el V Congreso de la AIT celebrado en La Haya en 1872, los
anarquistas fueron expulsados de la Internacional. Desde entonces el
socialismo y el anarquismo han divergido de un modo frontal, aunque
ambas ideologías partan de su radical negación del capitalismo. Los
anarquistas filosóficos continúan en desacuerdo con los socialistas por la
importancia que le conceden a la libertad del individuo por encima de
cualquier limitación, sobre todo, por parte del Estado (receta aburrida y
monstruosa comunista por la dictadura del proletariado). Muchos
activistas anarquistas preservan la doctrina con presencia en
movimientos sociales de rebeldía buscando la preciada libertad; sobre
todo, en algunas organizaciones sindicales. Esta nueva táctica es debida
a la dura represión que sufrieron los anarquistas por inmolarse en
atentados contra personajes políticos y burgueses, en la táctica
denominada propaganda por los hechos, dirigida a estimular las
insurrecciones populares.

ANARQUISMO Y MARXISMO: DIVERGENCIAS

El anarquismo y el marxismo son las dos ramas principales en las que se


ha dividido históricamente el movimiento socialista. Ambas han realizado
una crítica al sistema capitalista y han buscado una alternativa para
sustituir a éste. Las relaciones entre anarquistas y marxistas no han sido
siempre fáciles, puesto que pese a compartir su crítica hacia el
capitalismo, han manifestado visiones diferentes manteniendo varios
puntos de discordia. Para Karl Marx las ideas de Pierre Joseph Proudhon
eran propias de la pequeña burguesía francesa de su época. De la misma
forma Mijaíl Bakunin se enfrentó con Karl Marx en los debates de la I
Internacional por la cuestión del derecho de herencia. Para el primero era
imprescindible su abolición, para el segundo era una idea secundaria
pues la abolición de la propiedad privada de los medios de producción
llevaría implícita la desaparición de la herencia.

139
ADOLFO QUISPE ARROYO

ORIGEN HISTÓRICO DE LAS DIVERGENCIAS

En su libro ¿Qué es la propiedad? (1840), Pierre-Joseph Proudhon, con


argumentos históricos, jurídicos y económicos procura demostrar que la
propiedad sobre ciertos bienes en el orden político presente es un acto de
robo, Proudhon identifica la propiedad como un derecho inalienable de
todo individuo que justamente el orden económico político no respeta en
pos de beneficiar a unos pocos. Proudhon critica el concepto de la renta
como la idea de exigir algo a cambio de nada. Identifica por vez primera a
una parte de la población (los obreros) como los productores de riqueza,
y a otra como los usurpadores de esa riqueza (la burguesía). Concluye
que esta apropiación de propiedad solo puede ser posible a través de una
imposición jurídica por parte del Estado. Por lo tanto, según Proudhon,
los ciudadanos nunca estarán libres de la expoliación hasta que
desaparezca el Estado.

Proudhon consideraba que un cambio violento apenas implicaría un


cambio de gobierno y que no modificaría las relaciones sociales en nada.
Estas tendrían que ser modificadas gradualmente por la sociedad. En
1846 en su obra: Sistema de contradicciones económicas, conocida
como Filosofía de la miseria, Proudhon, afirma: que después de haber
provocado el consumo de productos por la abundancia de estos, las
sociedades estimulan la escasez por el bajo nivel de los salarios. Esta
idea es conocida con el nombre de crisis de superproducción
subconsumo.

En 1847 Marx escribe, en respuesta, Miseria de la filosofía en la que


critica a Proudhon su posición de pequeño burgués, iniciando el conflicto
entre dos corrientes laboralistas que empezaban a definirse en la I
Internacional y cuya división continúa hasta hoy. El principal desacuerdo
fue que para Proudhon y Bakunin, la revolución, sería imposible sin la
abolición inmediata del Estado; mientras que para Marx y Engels, el
Estado podría ser una parte instrumental del proceso revolucionario.
Mientras que Proudhon y Bakunin rechazaban cualquier proceso
autoritario en la revolución, Marx y Engels no lo hacían. Proudhon y
Bakunin rechazaron la comunidad de bienes y la repartición por
necesidades por identificarlas como inviables o tendientes al
parasitismo.

Bakunin, quien se enfrentara a Marx a pesar de reconocer su genialidad


por su entrega a la causa de la revolución, incomparablemente de ideas
sabias y avanzadas que él, considera que Marx como todos los grandes

140
genios tiene defecto propio de humanos, por lo que no se debe depositar
en un solo hombre el poder de las masas oprimidas, esto referido a la
dirección de la I Internacional. Bakunin resalta las siguientes debilidades
en Marx: En primer lugar…el defecto profesional de todos los científicos:
es un doctrinario. Cree absolutamente en sus teorías y desde la altura de
las mismas desprecia a todo el mundo. Al ser sabio e inteligente, ha
formado necesariamente su partido, un núcleo de amigos ciegamente
dedicados a él, que hablan por su boca, que le deifican y le adoran y que,
con ello, lo están corrompiendo, lo han corrompido ya
considerablemente. Ha llegado a considerarse muy seriamente como el
papa del socialismo, o mejor, del comunismo; pues con toda su teoría es
un comunista autoritario que quiere…, la emancipación del proletariado
por medio del poder centralizado de un Estado. En segundo lugar…a
esta autoadoración por sus teorías absolutas y absolutistas, se añade en
Marx, como consecuencia lógica, el odio contra los burgueses; pero no
solamente contra ellos, sino también contra todos aquellos, aunque sean
socialistas revolucionarios que se atreven a contradecirle y a seguir un
orden de ideas diferentes de sus teorías. Como indicáramos Bakunin y
sus seguidores fueron expulsados de la I Internacional, agudizando el
conflicto ideal por la naturaleza del cambio social para la anhelada
justicia y libertad.

ANARQUISMO Y MARXISMO: APUNTES DE DIVERGENCIAS

El anarquismo cuestiona al marxismo, sobre todo, en su versión


(marxista-leninista-maoísta), que la libertad no se puede alcanzar
mediante la dictadura; el bienestar no se puede obtener desde la miseria;
la participación activa del pueblo no se puede lograr desde un
centralismo absoluto; la solidaridad no se puede imponer por la fuerza; el
humanismo no se logra desconociendo las características e intereses de
los individuos; no puede haber bienestar sin libertad, así como la
abundancia, independencia y equidad económica no se puede conseguir
monopolizando la propiedad por parte del Estado.

En cuanto a clases sociales, tanto para los anarquistas como para los
marxistas los análisis se basan en la idea de la sociedad dividida en
diferentes clases sociales, cada una con diferentes intereses de acuerdo
a sus posesiones materiales. Difieren, sin embargo, en el lugar donde se
dibuja la línea divisoria entre esos grupos. Para los marxistas, las dos
clases más relevantes son la burguesía (propietarios de los medios de
producción) y el proletariado (trabajadores asalariados). Marx esperaba

141
ADOLFO QUISPE ARROYO

que las condiciones objetivas y subjetivas de los trabajadores


industriales les incitaran a organizarse y tomar el control del Estado,
socializando los medios de producción, expropiando a la clase
propietaria y creando una sociedad sin clases sociales, administrada por
y para los trabajadores. No consideró como elementos de una revolución
en su rol histórico a los campesinos, los pequeños burgueses y los
lumpenproletarios.

Los anarquistas argumentan que no es la totalidad de la clase dirigente la


que tiene el control del Estado, sino una minoría que es parte de la clase
dirigente que defiende sus propios intereses conservando el poder del
Estado. Una minoría revolucionaria que tome el poder del Estado y lo
imponga al pueblo sería tan autoritaria como la minoría dirigente en el
capitalismo y podría constituirse a sí misma en una clase dirigente.
También, los anarquistas han comentado que se necesita el apoyo del
campesinado, de la pequeña burguesía y del lumpenproletariado para el
triunfo de una revolución, en sí de toda la masa popular en su
autoorganización y no solamente del proletariado. Los activistas
anarquistas participaron en muchos movimientos sociales y
revoluciones, incluyendo la rusa.

En la actualidad, es una doctrina que continúa debatiendo sobre la


naturaleza del cambio social con las premisas marxistas, siendo aún los
temas de debate: dictadura del proletariado, presencia del Estado
socialista, partido político del proletariado, la vanguardia revolucionaria,
¿sociedad socialista o comunas populares?, entre otros. Aunque los más
moderados prefieren buscar puntos de coincidencias en vez de
distensiones que debilitan a las fuerzas revolucionarias.

Se diferencian dos grupos marcados de anarquistas: uno el anarquismo


individualista que subraya la libertad individual, la soberanía del
individuo, posesión privada y el rechazo a la perversión de monopolios.
Otro es el considerado el anarquismo socialista que rechaza la propiedad
privada, así como al Estado a quienes lo identifican como causales de la
desigualdad social, por lo que hacen llamamientos para destruir el
Estado y otras instituciones coercitivas; así como la abolición de la
propiedad privada para lograr la igualdad social como condición
necesaria para la libertad individual.

142
PEDAGOGÍA LIBERTARIA

Por ser el anarquismo un movimiento, muchas veces, enmarañado con el


marxismo consideramos necesario tratar el enfoque pedagógico
anarquista y su modelo humano, previa sustentación casi reiterada de
sus fundadores. Como ya señalamos uno de los representantes que dan
pie a este pensamiento como doctrina es Pierre Joseph Proudhon (1809-
1865), con sus obras: ¿Qué es la propiedad? y Filosofía de la miseria,
llegando a afirmar que la historia de la sociedad es una lucha de ideas, la
gran propiedad capitalista es un robo, algo malo que debe ser despojado
por el lado bueno; sin embargo, arteramente defiende la pequeña
propiedad de la llamada pequeña burguesía. Otro representante viene a
ser Mijaíl Alexándrovich Bakunin (1814-1876), principalmente con sus
obras: Estatismo y anarquía y Dios y el Estado, sostiene que el principal
opresor de la humanidad es el Estado apoyado en la ficción de Dios. Se
refiere al matrimonio Estado-iglesia. En su sentencia: La religión es una
locura colectiva, un producto monstruoso de las masas oprimidas; Si
Dios existiera realmente habría que hacerle desaparecer, todo Estado,
como toda teología, supone al hombre esencialmente perverso y
malvado. Entonces debemos luchar contra el Estado y la iglesia que son
causales de nuestro infortunio que impiden llegar a nuestra verdadera
libertad, excluyen el principio de autoridad de la vida del pueblo.
Debemos creer ciegamente en el espíritu revolucionario inagotable de
las masas oprimidas como de los campesinos y los lumpenproletarios.
Plantea una lucha incesante, incansable, sin métodos, sin estrategias y
sin teorías de atadura. Critica al marxismo por querer implantar la
dictadura del proletariado, pues no sería una verdadera libertad. El
Estado es una especie de cementerio donde los sueños del pueblo
mueren. Al creer en Dios, el hombre se vuelve esclavo; los verdaderos
socialistas creen y confían solamente en la libertad, mientras los
marxistas son partidarios del principio de autoridad, la llamada dictadura
del proletariado es una propuesta del Estado más monstruoso que del
propio burgués, que suministrará todas las necesidades sin libertad
auténtica alguna.

Para Bakunin, la realización del hombre es por la autonomía y la


cooperación. La libertad sin la igualdad es puro privilegio. La igualdad,
empero, sin libertad es monstruosa y despótica. El comunismo
despojado de libertad conduce a la autocracia totalitaria. Bakunin citado
por Fullat, O. (2000), escribe:

Soy un fanático de la libertad…no me refiero a la libertad formalizada,


concedida, medida y reglamentada por el Estado, que es pura mentira

143
ADOLFO QUISPE ARROYO

consistente en el privilegio de unos pocos basado en la esclavitud de


todos. Tampoco me refiero a la…fingida libertad individualista de
Rousseau y de otras escuelas del liberalismo burgués…hablo de la
libertad que no conoce otras limitaciones que las impuestas por nuestra
naturaleza, limitaciones que no ha señalado legislador alguno (p.248,
249).

Se fomenta un rechazo a todo orden y autoridad, hostil a todo poder.


Llaman al desorden, desobediencia y rebeldía, se consideran constantes
revolucionarios, condenan ciegamente la explotación. Para ellos, el
Estado, la iglesia, la escuela y todas las instituciones capitalistas que
oprimen al hombre se deben aniquilar inmediatamente, para así alcanzar
la verdadera libertad. En un apresuramiento libertario casi instintivo,
plantean que la escuela debe morir, porque es una institución opresora.
Llaman a la desobediencia a la autoridad del maestro, rechazo a los
exámenes, a la educación religiosa y metódica, sobre todo referidos a
premios y castigos; pues la sociedad arrastra esta lacra desde los
tiempos medievales. León Tolstoi defiende un solo criterio educativo que
es la libertad y un método que es la experiencia. Afirmaba en Fullat, O.
(2000): Es insensato querer dar instrucción y educación al niño, puesto
que se halla mucho más cerca que yo del ideal armonioso de lo
verdadero, lo bello y lo bueno (p.251).
En este sentido, el niño no está obligado a frecuentar una escuela, en
caso de frecuentar no tiene que utilizar uniformes y tiene derecho a no
obedecer al maestro. El estudiante debe arreglárselas como pueda,
porque una escuela institucionalizada es opresora que controla la plena
libertad. En este caso la escuela está al servicio del Estado capitalista.
Pedagogos anarquistas como el español Francesc Ferrer i Guardia
(1859-1909), el estadounidense Paul Goodman (1911-1972), el
austríaco-mexicano Iván Illich (1926-2002), implantaron las formas de
escuelas antiautoritarias libertarias sin escuelas, libres de dogmas,
deberes y autoridades. En uso de la razón y responsabilidad natural
solamente para emancipar a la sociedad a través de la revolución. Estas
formas de educación deben ser las pioneras para llegar a la plena
libertad, porque una escuela formal institucionalizada es dirigida, de
todas maneras, por el Estado vigente que busca formar un modelo para
seguir con el sistema económico-social, sobre todo, oprimiendo al
pueblo, pintándole ilusiones, mostrando ritos y creando mitos de justicia
e igualdad. Francamente la escuela debe morir para la salvación de la
humanidad. Entre los principales postulados pedagógicos
antiautoritarios se tienen: Suprimir todo tipo de coerción en la escuela,
Libertad para el individuo, Exaltar la libertad del niño y la del grupo en que

144
el niño está integrado, Considerar al maestro como un instrumento de
aprendizaje que los alumnos pueden utilizar cuando lo deseen, Libertad
para el grupo, Énfasis en los aspectos no represivos, Considerar a la
comunidad educativa como una especie de comunidad terapéutica, El
niño llegará a ser libre si no se le prohíbe serlo, El poder se deposita en la
asamblea.
La pedagogía libertaria es una teoría surgida de las experiencias y textos
escritos por diversos pedagogos anarquistas, representa la línea
educacionista del anarquismo para la emancipación. Sus postulados y
prácticas son consecuencias directas de la filosofía anarquista que
desconfía de la existencia del progreso determinista o científicamente
asegurado y en cambio confía en la existencia de una evolución
continuamente posible y dependiente del esfuerzo y solidaridad de los
individuos.
Los principios fundamentales de esta corriente buscan conseguir un
método de aprendizaje para que la persona pueda desarrollar sus
aptitudes libremente, sin ninguna autoridad impuesta. Su objetivo es
conseguir personas íntegras y libres, en la que no existan los dogmas ni
la sumisión. El concepto de autoridad se plantea como una traba para
dicho objetivo.
Valer Lopera, L. (2004), sostiene: “Los antiautoritarios están:
preocupados más por lo emocional que por lo intelectual, más por los
corazones que por las cabezas (Corazones, no cabezas en la escuela, es
el título de una conocida obra de Neill)” (p.25). Alexander Sutherland Neill
(1883-1973), pedagogo escocés-británico, famoso por su Escuela de
Summerhill, donde introdujo el concepto de Haz lo que te plazca, para los
estudiantes sin intromisión de adultos ni aburridas reglas (no obstante,
esta escuela fue de carácter privado).
Por los fundamentos filosóficos, sociales y pedagógicos podemos
describir el tipo de hombre que busca el anarquismo.

MODELO HUMANO ANARQUISTA


v Es un hombre del desorden, crítico por crítico, busca el caos, rebelde
por rebelde.
v Es un hombre de verborrea contra toda autoridad, muchas veces
llegado el momento de actuar no lo hace.
v Es un hombre con tendencias ateas, antiautoritarias en todas sus
formas.
v El anarquista busca destruir el orden del sistema establecido.
v El anarquista quiere eliminar el Estado y todas las instituciones por
ser consideradas opresoras.
v El anarquista tiene olfato del caos, genera el desorden, hace

145
ADOLFO QUISPE ARROYO

llamamiento a la rebeldía, sin programas ni pautas a seguir (orden en


la anarquía).
v Se consideran revolucionarios auténticos, aunque no son partidarios
de teorías y métodos a seguir.
v El anárquico busca la libertad absoluta, sin orden más que la ley
natural.
v El anárquico siembra odio a toda sociedad o teoría con principio de
autoridad.
v Es un hombre caótico, renegado de toda condición u organización
social política.
v Quiere una educación sin escuela, por considerar una institución
opresora, ya que es dirigida por el Estado.
v El anárquico se considera un auténtico revolucionario en busca de la
libertad plena y absoluta.
v El anárquico profesa un fanatismo a la libertad; lucha en nombre de la
preciada libertad.
v Es enemigo del marxismo, porque este quiere implantar la dictadura
del proletariado.
v Considera al socialismo como un sistema más monstruoso que el
burgués.
v Consideran clases revolucionarias a la masa oprimida como los
campesinos, los proletarios y los lumpenproletarios. Es extraño
entender en forma casi análoga el lumpenproletariado y el
proletariado, ya que son distintos, incluso antagónicos.
v El anárquico se considera libre y justo, aunque algunos defienden la
pequeña propiedad.
v El anárquico acusa al burgués de robo por tener grandes
propiedades.
v Es un hombre que genera sentimientos individualistas, ambiciones
pequeño burguesas en nombre de la libertad.
v El anárquico clama por la voluntad de luchar por luchar contra los
opresores, pero quiere conservar lo suyo.
v Es un hombre con sentimientos antirreligiosos y propicia una
educación netamente laica y antiautoritaria.
v El anárquico rechaza toda forma de evaluación, prueba, calificación,
innovación o reforma proveniente del Estado opresor.
v El anárquico clama por una educación igualitaria sin distinción de
género, una formación coeducativa, dentro de la libertad absoluta, no
hay que privar ciertos derechos a uno u a otro género.
v El anárquico responsabiliza a la escuela como a la iglesia de ser
culpables de la alienación humana formando modelos dirigibles por
el Estado.

146
Apartado 06

ÍCONOS DEL MARXISMO LATINOAMERICANO

Es posible que se generen desacuerdos en cuanto a la percepción de los


íconos latinoamericanos del marxismo, consideramos propiamente
humano tener algunos apasionamientos, por unos y otros movimientos
sociales e ideologías como imágenes del marxismo latinoamericano. No
lo discutimos, sin embargo creímos ineludibles tratar el mariateguismo y
el guevarismo como principales íconos del marxismo latinoamericano.

EL MARIATEGUISMO

Se considera mariateguismo al método y a la teoría creadora desde el


punto de vista marxista del Gran Amauta peruano José Carlos Mariátegui
La Chira (1894-1930), periodista, literato, político, pensador, ensayista y
socialista peruano, es considerado como uno de los grandes teóricos del
marxismo en América Latina. Su obra más conocida: Siete ensayos de
interpretación de la realidad peruana (1928), se convirtió en obra de
consulta obligada para los socialistas latinoamericanos. En su obra
mencionada trata: Esquema de la evolución económica, el problema del
indio, el problema de la tierra, el proceso de la instrucción pública, el
factor religioso, regionalismo y centralismo y el proceso de la literatura.

Primero, Mariátegui manifiesta editorialmente su ruptura con el líder


histórico de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) Víctor
Raúl Haya de la Torre (1895-1979), así define su posición socialista y
funda el Partido Socialista del Perú (PSP), siendo su primer Secretario
General. Luego de su muerte el partido cambiará de nombre y se llamará
Partido Comunista del Perú (PCP). Existen desacuerdos por estas
terminologías y por la afiliación a la III Internacional; así mismo sobre la
ortodoxia o su heterodoxia y la vigencia o caducidad del mariateguismo
en la actualidad.

Mariátegui en 1929 fundó la Confederación General de Trabajadores del


Perú (CGTP), también buscó la construcción de un socialismo
auténticamente indoamericano, que no sea ni calco ni copia del
socialismo europeo, sino una creación heroica del pueblo. Afirmó: No
queremos, ciertamente, que el socialismo sea en América calco y copia.
Debe ser creación heroica. Tenemos que dar vida, con nuestra propia
realidad, en nuestro propio lenguaje, al socialismo indoamericano. En
Aniversario y balance (Amauta, No. 17, septiembre de 1928).

147
ADOLFO QUISPE ARROYO

Es en Europa, en contacto directo o próximo con los grandes


acontecimientos que se producen como resultado de la crisis y de la ola
revolucionaria y de la influencia de la Revolución Rusa, más de las
relaciones que establece con personalidades y organizaciones de
vanguardia del acceso más directo al movimiento comunista
internacional y a la literatura marxista, donde Mariátegui se compenetra
con el marxismo y armoniza sus convicciones socialistas. Su estancia
europea fue decisiva para su formación y para la ampliación de su
horizonte intelectual. Esto le valió acusaciones de europeísta. Afirmó en
la advertencia a los Siete ensayos de interpretación de la realidad
peruana. He hecho en Europa mi mejor aprendizaje. Y creo que no hay
salvación para Indo-América sin la ciencia y el pensamiento europeos u
occidentales. En el viaje a los diferentes países de Europa observó de
cerca el desarrollo de la teoría marxista y otras teorías antimarxistas
como el fascismo. Aseverando que el fascismo no era una excepción
italiana o un cataclismo, sino un fenómeno internacional posible dentro
de la lógica de la historia, del desarrollo de los monopolios en el
imperialismo y de su necesidad de derrotar la lucha del proletariado.

El marxismo que asumió Mariátegui, para unos está totalmente alejado


de todo espíritu dogmático ortodoxo y si Europa le permitió ampliar sus
conocimientos y su experiencia para extender la mirada al mundo de su
tiempo, es en el Perú y en Indoamérica donde encuentra sus raíces del
cual fluye su pensamiento y el papel del indígena, para otros se
encuentra dentro de la ortodoxia europeísta.

Mariátegui considera al marxismo abierto, dinámico y creador; no


obstante, su declaración de ser: Marxista convicto y confeso generó
polémicas en su tiempo y los genera aún en este tiempo.

Su labor política en defensa del sindicalismo y el proletariado es muy


importante, así como su innovador pensamiento político para la época.
De hecho el Gran Amauta, como también se le conoce por iniciativa del
indigenista José Arnaldo Sabogal Dieguez (1888-1956), marcando doble
hito: en la revista y en Mariátegui, es considerado como uno de los
primeros científicos sociales del continente americano y uno de los más
importantes del siglo XX.

Además de muchos escritos y conferencias inéditas, entre otras obras,


del Gran Amauta en vida y póstumamente se tienen: La escena
contemporánea (1925), El alma matinal y otras estaciones del hombre de
hoy (1950), La novela y la vida (1955), Defensa del marxismo (1959), El
artista y la época (1959), Signos y obras (1959), Historia de la crisis

148
mundial (1959), Peruanicemos al Perú (1970) Temas de nuestra América
(1959) Ideología y política (1959) Temas de educación (1970).

La influencia de las obras de Mariátegui sigue teniendo importancia,


tanto en la política peruana como latinoamericana, históricamente como
en la actualidad. En muchas formas, su pensamiento, ha influenciado
desde movimientos de izquierdas democráticas como la Izquierda Unida
(IU), el Partido Unificado Mariateguista (PUM), Movimiento Nueva
Izquierda (MNI) ) y el Partido Socialista Peruano (PSP), en diferentes
países de Latinoamérica con esta denominación. Además de
movimientos armados, entre otros como: Ejército de Liberación Nacional
(ELN), Partido Socialista Revolucionario (PSR), el Movimiento
Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) y el Partido Comunista del Perú
conocido como Sendero Luminoso (PCP-SL) en Perú. Este último
calificado como pro chino maoísta de accionar extremadamente violento.
El Partido Socialista Argentino (PSA), la Junta Coordinadora Nacional
(JCN), ligada a la Unión Cívica Radical (UCR), y el Partido Intransigente
Argentino (PIA); el Partido Socialista de Chile (PSCH), el Frente Amplio
de Uruguay (FAU), el Frente Sandinista de Nicaragua (FSN), pasando
por los distintos partidos comunistas de América Latina; el guevarismo, el
bolivarianismo venezolano, el castrismo cubano y el Movimiento Al
Socialismo en Bolivia (MAS). Mariátegui también influenció
notablemente en el movimiento estudiantil latinoamericano y al
pensamiento antiimperialista del subcontinente.

Sería irreverente tratar de describir y analizar el pensamiento de


Mariátegui en su plenitud en pocas páginas, ya que sus obras con su
método y teoría merecen un tratado prolijo y extenso de expertos en el
tema Mariátegui. Por lo dicho, con el atrevimiento propiamente humano
solo hemos bosquejado a grandes rasgos el pensamiento de Mariátegui.
También hacemos una breve referencia de los que reclamaron
legitimidad en sus interpretaciones respecto al pensamiento del Amauta;
evidentemente este viene a ser el reflejo de la crisis del Movimiento
Comunista Internacional del fenómeno cisma entre pro chinos y pro
soviéticos, como ya lo tratamos con datos históricos de las mutuas
acusaciones por el liderazgo y fidelidad a un marxismo genuino ortodoxo,
manifestándose principalmente a comienzos de la década de 1960.

Se toma, en la brevedad posible, la expresión y calificación de la otrora


escisión del PCP del quien fuera su máximo exponente del Partido
Comunista del Perú–Sendero Luminoso, de tendencia China maoísta,
Manuel Rubén Abimael Guzmán Reinoso (1934- ), quien en la llamada:
Entrevista del siglo de El diario (1988), ante la interrogante ¿Por qué
considera que el maoísmo es la tercera etapa del marxismo? expresó:

149
ADOLFO QUISPE ARROYO

...Para nosotros, el marxismo es un proceso de desarrollo y este


grandioso proceso nos ha dado una nueva, tercera y superior etapa ¿Por
qué decimos que estamos frente a una nueva, tercera y superior etapa,
que es el maoísmo? Decimos esto porque viendo las tres partes
integrantes del marxismo es palmariamente evidente que el Presidente
Mao Tsetung ha desarrollado cada una de estas tres partes. Así,
simplemente para enumerar: en la filosofía marxista nadie puede negar
su grandioso desarrollo en la dialéctica, centralmente en la ley de la
contradicción estableciendo que es la única ley fundamental; si nos
planteáramos el problema de la economía política, podemos decir que en
este campo basta destacar dos cosas: una, para nosotros de importancia
inmediata y concreta, el capitalismo burocrático; y, dos, el desarrollo de la
economía política del socialismo, pues, en síntesis, podríamos decir que
es él quien ha realmente establecido y desarrollado la economía política
del socialismo; en cuanto al socialismo científico bastaría con destacar la
guerra popular, pues, es con el Presidente Mao Tsetung que el
proletariado internacional logra una teoría militar cabal, desarrollada y
nos da así la teoría militar de la clase, del proletariado, con aplicación en
todas partes. Creemos que estas tres cuestiones nos demuestran que
hay un desarrollo de carácter universal. Visto el problema de esta
manera, entonces estamos frente a una nueva etapa y la llamamos
tercera porque el marxismo tiene dos etapas precedentes: la de Marx y la
de Lenin, de ahí que hablemos de marxismo-leninismo. En lo pertinente a
superior: en el maoísmo, la ideología del proletariado universal logra el
más alto desarrollo adquirido hasta hoy, su más alta cumbre; pero en el
entendimiento de que el marxismo es una -disculpen la reiteración-
unidad dialéctica que da grandes saltos y esos grandes saltos son los
que generan etapas. Así, para nosotros, lo que existe en el mundo hoy es
marxismo-leninismo-maoísmo y principalmente maoísmo.
Consideramos que en la actualidad ser marxistas, ser comunistas, nos
demanda necesariamente ser marxista-leninista-maoístas y
principalmente maoístas; de otra manera no podríamos ser comunistas
verdaderos...

A la otra interrogante: ¿Ud. consideraría de que José Carlos Mariátegui si


estuviera vivo asumiera los aportes y las tesis del Presidente Mao?,
respondió:

En síntesis, Mariátegui era marxista-leninista; más aún, en él, en


Mariátegui, en el fundador del Partido, encontramos tesis similares a las
que el Presidente Mao ha establecido a nivel universal. En consecuencia,
para mí concretamente, Mariátegui sería hoy marxista-leninista-maoísta;
y esto no es especulación, es simplemente producto de la comprensión
de la vida y obra de José Carlos Mariátegui (p.9-11).
150
Ya en 1968 en Para entender a Mariátegui se declaraban como los
legítimos herederos de Mariátegui. Así, el nombre Sendero Luminoso
proviene de una máxima de José Carlos Mariátegui, fundador del PSP
que sobrevino en PCP, utilizada en la portada de un periódico editado por
esta organización: El marxismo-leninismo abrirá el sendero luminoso
hacia la revolución. El informe de la Comisión de la Verdad y
Reconciliación (CVR), refiere al respecto: como un slogan del frente
estudiantil huamanguino sobre el cual tenía influencia Guzmán: Por el
sendero luminoso de Mariátegui (tomo II cap. I / CVR).

Los enemigos de esta tendencia reconocerán sin miramientos que esta


organización es de tendencia marxista-leninista-maoísta con miramiento
nostálgico a Mariátegui. Desde la otra colina en la lucha de dos colinas
en términos de Abimael Guzmán, reconocen en todos los medios que es
una organización marxista-leninista que devino principalmente en
maoísta, así Montesinos en su obra SIN sendero, alerta temprana
(2009), refiriéndose a Guzmán, afirma:

Del marxismo, interpreta la “lucha de clases” y “La dictadura del


proletariado” como las realidades del mundo, y en ese sentido, la
revolución peruana como parte de la revolución mundial a la cual
pertenece y debe apoyar.

Del leninismo, asimila la interpretación del imperialismo como nueva


etapa del capitalismo y el concepto de que es el Partido el que debe
realizar la revolución e instaurarse la “Dictadura” en representación y
nombre del proletariado (sin partido no hay revolución).

De Mao Tse Tung, toma la tesis de la guerra campesina contra el


feudalismo (los malvados “Shenshi”), de la Revolución Democrático
Burguesa contra el colonialismo y de las revoluciones culturales en la
construcción del socialismo. Todo esto en el marco de la “Guerra Popular
y Prolongada del Campo a la Ciudad”, constituyéndose todo este corpus,
además, en enemigo de los “revisionismos” de la entonces Unión
Soviética, China Popular y Albania, ya que aquellos no propugnan el
campo violento y han dejado de ser marxistas-leninistas.

De Mariátegui, interpreta libremente su pensamiento en la aplicación de


los conceptos marxistas a las condiciones reales y concretas del Perú
(cada pueblo tiene su propia revolución y se basa en sus propias
fuerzas), especialmente al problema de la tierra y del indio como cultura
sojuzgada (p.18).

151
ADOLFO QUISPE ARROYO

El PCP-SL no dejará de adular a Mariátegui por su obra imperecedera y


su legado histórico, pero recalcan constantemente que era y es
necesario retomar y desarrollar el pensamiento de Mariátegui, haciendo
entender que ellos eran los encargados de cumplir ese rol histórico.

A continuación se extrae un párrafo de quien fuera el Secretario General


del Partido Comunista Peruano, primero de 1946 a 1948, luego de 1960 a
1991, considerado dentro de la legalidad, Jorge del Prado Chávez (1910-
1999), uno de los que sobrevivieron a tantas escisiones, calificado por
sus adversarios como pro soviético y eurocomunista.

Del artículo: Las depuraciones internas y los reajustes orgánicos en


cuatro facetas de la historia del PCP de ediciones Unidad, octubre de
1987, de Jorge del Prado se lee:

¿Qué era el mariateguismo? Era fundamentalmente los métodos de


Mariátegui para la construcción del partido, la acumulación de fuerzas, la
organización y conducción de las luchas populares; la defensa
intransigente de los principios marxistas-leninistas y la lucha sin cuartel
contra los enemigos de clase. Mariátegui aplicaba, sin embargo, una
metodología flexible frente a los jóvenes impacientes, a los dirigentes
obreros que provenían del anarcosindicalismo y a los intelectuales
ganados, sentimentalmente, pero que no tenían posiciones ideológicas
definidas. Con todos ellos era persuasivo, trataba de hacerles
comprender los fenómenos sociales en sus causas y efectos. Les dejaba
amplio margen para que expusieran sus puntos de vista y sus dudas, los
mismos que discutía con franqueza y sencillez. Mariátegui tenía especial
predilección por señalar las perspectivas del desarrollo revolucionario.
Les decía que el camino iba a ser largo y difícil, pero que conduciría con
seguridad al objetivo histórico deseado por el pueblo. Trataba de
inculcarles confianza en la ideología, en la ciencia del marxismo-
leninismo, en el advenimiento inevitable del socialismo, por encima de
las dificultades y peligros de la lucha revolucionaria.

A nivel del movimiento sindical, el mariateguismo se expresó en el cultivo


de la ideología propia del proletariado, concretada principalmente en el
sindicalismo clasista. Mariátegui sostenía que -dentro del movimiento
sindical- los comunistas debían ser la vanguardia en cuanto a educar y a
dar el ejemplo de entereza en la lucha de clases. Aconsejaba no actuar
sectariamente en el movimiento sindical porque el sindicato es un frente
único donde deben estar los obreros de todas las tendencias, que sólo
así sería posible impulsar la lucha cotidiana contra los enemigos.
Reiteraba que, a partir de la lucha concreta-reivindicativa, se iba

152
formando la conciencia de clase y que, sobre ella, resultaría más fácil
inculcar la ideología y el programa revolucionario. De este modo,
Mariátegui forjó los cuadros sindicales del partido. En cuanto a los
intelectuales, Mariátegui trató de ganarlos para el movimiento
revolucionario y el partido, o, por lo menos, para que asumieran
posiciones progresistas. Valoró la importancia de ellos como aliados
ideológicos del partido, como reserva importante de la revolución.

Sólo así se explica cómo pudo atraer a la revista "Amauta" a los más
destacados intelectuales de la época, a los más representativos en el
campo de la filosofía de la historia, de la economía política, de la
literatura, de la poesía, de la pintura, etc. de su época.

Esto es esencialmente el mariateguismo. El método y las enseñanzas del


Amauta para la construcción del partido y para el trabajo de este en los
frentes de masas y con los aliados.

EL GUEVARISMO

Guevarismo es un conjunto de conceptos y criterios políticos de origen


marxista, desarrollados a partir de las acciones y las ideas del
revolucionario argentino-cubano Ernesto Rafael Guevara De la Serna
(1928-1967), aunque legalmente no era necesario el segundo apellido,
conocido como el “Che”, uno de los líderes de la Revolución Cubana. En
Bolivia fue capturado y ejecutado de manera clandestina por el Ejército
Boliviano con la colaboración de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
Tras su muerte se ha convertido en un símbolo de alcance mundial; para
sus partidarios simboliza la lucha contra las injusticias sociales o de
rebeldía y espíritu incorruptible, mientras es visto por sus detractores
como un asesino en masa, criminal, voluntarista, aventurero, utópico,
pragmático y lejos de la teoría auténtica marxista. Así Massari (2004),
observa:

Calidad y cantidad se mezclan en su vicisitud práctico- teórica,


produciendo para la historia un depósito de experiencias intelectuales,
elaboraciones éticas y emblemas personales, como nunca se habían
fundido en una sola personalidad en el transcurso de los últimos
decenios. Se podrá discutir si Guevara parecerá todavía, una vez
avanzado el 2000, como un “hombre del siglo XXI”, pero es cierto hasta
ahora que lo fue plenamente para el siglo XX: un siglo del que encarnó las
aspiraciones y las esperanzas más vivas y avanzadas.

153
ADOLFO QUISPE ARROYO

La contribución del Che a la historia de la utopía se coloca obviamente en


el campo del pensamiento “político” y “social” en el más amplio sentido de
la palabra (p. 345).

Además, el autor considera a Guevara como uno de los máximos


exponentes de la utopía socialista marxista, tendientes al pragmatismo
envuelto en uno de los proyectos utópicos más emblemáticos de
América.

El contorno del rostro del “Che” Guevara, obtenido a partir de una


fotografía del fotógrafo cubano Alberto Korda (1928-2001), cuando el
“Che” miraba el cortejo fúnebre de los caídos en el sabotaje del barco Le
Coubre por parte de la CIA, el 5 de marzo de 1960, es una de las
imágenes más reproducidas del mundo.

En la formación filosófica del “Che” Guevara se evidencia el contacto con


los textos clásicos de Karl Marx, Friedrich Engels y Vladimir Ilich, Lenin,
varios años antes de la proclamación socialista de la Revolución Cubana.
Su formación filosófica, política y económica anterior a la Revolución
Cubana incluye por lo menos la lectura de El manifiesto comunista y El
capital de Marx; el Anti-Dühring de Engels; El Estado y la revolución y El
imperialismo fase superior del capitalismo de Lenin. Con los dos
primeros tuvo contacto a los 16 y 17 años, cuando comienza a redactar
un diccionario filosófico. Las notas para ese diccionario las escribe en
diferentes épocas y las culmina en México. Los otros tres los analizó en
sus años de estudios universitarios. En trabajos y en su correspondencia
familiar desde 1954, en adelante, en la época de sus grandes viajes por
América Latina aparecen regularmente categorías marxistas y
frecuentes alusiones irónicas a sus apasionadas lecturas de los clásicos
de esta corriente. Por ejemplo, en un trabajo sugestivamente titulado: La
clase obrera de los EE.UU... ¿Amiga o enemiga? de abril de 1954, el
joven Guevara analiza a partir de la categoría del imperialismo los
métodos de la burguesía norteamericana para compensar la plusvalía
extraída a su proletariado.

Si bien el “Che” Guevara tuvo influencias diversas en su formación


ideopolítica antiimperialista, merece mención especial su llegada a Lima
el 1 de mayo de 1952, donde establece una estrecha relación con el
médico Hugo Pesce Pescetto (1900-1969), conocido especialista en
lepra, discípulo de José Carlos Mariátegui La Chira (1894-1930) y
dirigente del Partido Comunista Peruano, éste influiría definitivamente en
las decisiones de vida que adoptaría Guevara. Esta influencia fue, tanto
por su visión mariateguista del marxismo que replanteaba el papel de los

154
indígenas y campesinos en los cambios sociales en América Latina,
como por el ejemplo personal de vida como médico dedicado a los
problemas de salud de los pobres y marginados.

Después de sus viajes por los diferentes lugares de América Latina, el


“Che” Guevara vislumbraría la situación paupérrima de los indígenas y
campesinos, así como el papel de Estados Unidos del Norte en la
desgracia de los pueblos del Sur, convenciéndose definitivamente de su
antiimperialismo norteamericano con una pasión propia del auténtico
hombre incorruptible; más tarde renegaría de la condición del
socialimperialismo soviético; por lo que dedujo que América Latina debía
buscar su propio camino. La reacción del Partido Comunista de la Unión
Soviética no se hizo esperar calificando al “Che” Guevara como
aventurero, causal del abandono del Partido Comunista Boliviano
dependiente de las directivas de la Unión Soviética.

Aunque los autores soviéticos consideran que el “Che” Guevara fue un


amigo internacionalista de la gran patria socialista, resaltan sus viajes a
la Unión Soviética y otros países socialistas. El apego del “Che” Guevara
a la protección como aliado de los soviéticos respecto a Cuba y su
admiración por la gran patria socialista de Lenin y Stalin. Culpan a los
autores occidentales de manipular la información para hacer ver al “Che”
Guevara como antisoviético. Respecto al “Che” Guevara, el autor ex
soviético Grigulévich (1988), escribe:

…enérgico, extraordinariamente honrado ante su conciencia


revolucionaria, amaba y era fiel a la Unión Soviética; un comunista, como
se dice, “de pies a cabeza”. Teniendo en cuenta su popularidad en todo
el mundo, después de su muerte los izquierdistas y los agentes de la CIA,
mediante toda clase de infundios trataron de presentarlo como un
enemigo de la URSS y del comunismo (p.282).

En su diseño de libro La función del médico en América Latina (1954)


consideraba que: …la medicina social preventiva y el médico constituían
un eje central para una transformación revolucionaria orientada a
establecer una sociedad socialista.

El 28 de julio de 1960, ante el Primer Congreso de Juventudes


Latinoamericanas, realizado en La Habana, el “Che” Guevara, sostuvo
un concepto que luego desarrollaría ampliamente: la idea del hombre
nuevo socialista, al que concebía como un nuevo tipo humano que se
desarrollaría a la par del socialismo, y en el que el sentimiento de
solidaridad y compromiso con la sociedad se impondría al interés y
egoísmo personal. El trabajo voluntario era para él una expresión

155
ADOLFO QUISPE ARROYO

fundamental del hombre nuevo. El “Che” Guevara, personalmente, se


dedicaba todos los sábados al trabajo voluntario en las líneas de
producción de las fábricas, la zafra, como obrero en las obras de
construcción y promovía esa actitud entre los demás funcionarios, los
que no siempre recibieron de buena gana su austeridad y su propuesta
de dar ejemplo con el comportamiento personal.

El “Che” Guevara siempre tuvo un pensamiento fuertemente


internacionalista. No solo era partidario de que se abrieran nuevas
experiencias guerrilleras en otras partes del mundo, sino que pensaba
que solo generalizando la lucha armada en América Latina, Asia y África
sería posible derrotar al imperialismo. Guevara discrepaba abiertamente
con la propuesta de coexistencia pacífica de los Estados Unidos y la
Unión Soviética.

El “Che” Guevara, considerado como ejemplo del hombre solidario


latinoamericano, efectivamente se consideraba como tal al margen de
las nacionalidades, a veces argentino, cubano, peruano, boliviano u
otras nacionalidades latinoamericanas por lo que fue reconocido como
un auténtico internacionalista. En su intervención en la Asamblea
General de las Naciones Unidas (ONU) como representante de la
República de Cuba en uso del derecho de réplica, el 11 de diciembre de
1964, manifestó: Me siento tan patriota de Latinoamérica, de cualquier
país de Latinoamérica, como el que más y, en el momento en que fuera
necesario, estaría dispuesto a entregar mi vida por la liberación de
cualquiera de los países de Latinoamérica, sin pedirle nada a nadie, sin
exigir nada, sin explotar a nadie.

Desde el mismo momento en que la Revolución Cubana tomó el poder, el


“Che” Guevara comenzó a organizar y promover experiencias
guerrilleras en América Latina, destacándose las que se abrieron en
Guatemala, Nicaragua, Perú, Colombia, Venezuela y Argentina. Todas
ellas fracasaron, pero en algunos casos sentaron las bases de futuros
movimientos guerrilleros como el Frente Sandinista de Liberación
Nacional en Nicaragua y los Tupamaros en Uruguay. Esta posición llevó
a un fuerte enfrentamiento del “Che” Guevara con los partidos
comunistas de América Latina, que habitualmente no aprobaban la
estrategia de la lucha armada generalizada.

Después de una participación, sin mucho éxito, en la guerra de Congo vio


en Bolivia otra posibilidad de fomentar la revolución internacional a través
de focos guerrilleros; sin embargo, en abril de 1967 fue capturado Jules
Régis Debray (1940-- ) y Ciro Roberto Bustos Marco (1932--2017)

156
colaboradores del “Che” Guevara en Bolivia. Por un lado, los actos de
Debray y Bustos, bajo tortura y, por otro lado, la inacción y conflictividad
por liderazgo de Mario Monje Molina (1929- 2019), secretario general del
Partido Comunista Boliviano (PCB) a directivas de la Unión Soviética que
debió haber ofrecido apoyo logístico, han sido muy discutidos. Por cierto,
Monje en la década de 1980 se fue a vivir a Moscú, donde permanece. En
ese momento “Che” Guevara escribió: Mensaje a los pueblos del mundo,
que fue leído en la reunión de la tricontinental (Asia, África y América
Latina en la Habana- Cuba), que contiene sus afirmaciones más
radicales y contundentes proponiendo una guerra mundial abierta contra
Estados Unidos, en abierta contradicción con la coexistencia pacífica
que sostenía por entonces la Unión Soviética y los partidos comunistas
latinoamericanos dentro del marco conceptual de la Guerra Fría.
Guevara encabezó ese documento con una de sus frases más
recordadas: Crear dos, tres... muchos Vietnam, es la consigna.

El texto del documento está referido a las guerras limitadas que se


generaron en todos los continentes desde el fin de la Segunda Guerra
Mundial, señalando la extrema crueldad de los Estados Unidos en
Vietnam y como, a pesar de que el pueblo de Vietnam estaba luchando
solo, la superpotencia norteamericana se encontraba empantanada.
Guevara concluye entonces que el imperialismo utiliza la guerra como
chantaje y que la respuesta de los pueblos debería ser no temer a la
guerra. El “Che” Guevara continúa en el documento que bajo la consigna
de: No permitiremos otra Cuba, los Estados Unidos estaban afirmando
estar dispuestos a una cruenta intervención generalizada con el fin de
evitarlo. Analiza luego las intervenciones en cada continente, para
concluir que en América Latina estaba madurando una rebelión que
adquiriría carácter continental. Guevara advierte entonces que la
liberación no sería permitida por Estados Unidos pacíficamente, y que no
había que hacerse ilusiones, ya que se trataría de una guerra larga en la
que: La represión irá buscando víctimas fáciles, masacrando a la
población campesina o bombardeando ciudades. Debido, entonces, que
los pueblos eran empujados a la lucha, no había más remedio que
prepararse para ella. Sostiene que las oligarquías utilizarían toda la
capacidad de represión, toda la capacidad de brutalidad y demagogia, y
que la primera tarea sería sobrevivir y prepararse espiritualmente para
resistir represiones más violentas. Propone entonces recurrir al odio
como factor de lucha para soportar esas agresiones y poder, galvanizar
el espíritu nacional, sosteniendo que: Un pueblo sin odio no puede
triunfar sobre un enemigo brutal. Advierte entonces que luego habrá que
llevar la guerra también a los países agresores y que seguramente eso
los harían más bestiales, pero también minaría su moral. Y termina

157
ADOLFO QUISPE ARROYO

sosteniendo que todas las luchas populares del mundo deberían unirse.
Sostuvo: Toda nuestra acción es un grito de guerra contra el imperialismo
y un clamor por la unidad de los pueblos contra el gran enemigo del
género humano: los Estados Unidos de Norteamérica.

Enfocando lo socioeconómico referido a los países subdesarrollados


habló de una relativa independencia política y un total dominio
económico que es, en última instancia, la que determina y asegura la
dependencia y sumisión de un país respecto a los imperialistas. “Che”
Guevara (s/f) afirmó en una conferencia de 20 de marzo de 1960, por la
televisión, en el programa Universidad Popular titulado: Soberanía
política e independencia económica, la siguiente:

Con la revolución se logra una soberanía política auténtica, para


inmediatamente lograr la independencia económica, pues muchas veces
países que logran una independencia política que no aseguran
inmediatamente su independencia económica, ésta poco a poco se va
debilitando hasta que se pierde (p.10).

El “Che” Guevara desarrolló una serie de ideas y conceptos que se ha


conocido como guevarismo. Su pensamiento tomaba el
antiimperialismo, el marxismo y el comunismo como elementos de base,
pero con reflexiones sobre la forma de realizar una revolución y crear una
sociedad socialista que le dieran identidad propia a Latinoamérica.
Cuestionó las recetas manualistas de la economía del supuesto
socialismo científico, así como el determinismo dogmatizante del
DIAMAT (materialismo dialéctico) y del materialismo histórico
considerado ortodoxo. Creó y popularizó muchísimas consignas
revolucionarias que los jóvenes rebeldes universitarios y no
universitarios del mundo se apasionan por ellas. En seguida aludimos
algunas:

o Me siento tan patriota de Latinoamérica, de cualquier país de


Latinoamérica, como el que más y, en el momento en que fuera
necesario, estaría dispuesto a entregar mi vida por la liberación de
cualquiera de los países de Latinoamérica, sin pedirle nada a nadie,
sin exigir nada, sin explotar a nadie.
o …me he sentido guatemalteco en Guatemala, mexicano en México,
Peruano en Perú, como me siento hoy cubano en Cuba y naturalmente
como me siento argentino aquí y en todos los lados, ese es el estrato
de mi personalidad, no puedo olvidar el mate y el asado.
o Porque esta gran humanidad ha dicho basta y ha echado a andar.

158
o Ha pasado un camión del ejército, el mismo de ayer, en la parte de
atrás dos soldaditos envueltos en una manta. No he tenido el valor de
dispararles ni he tenido suficientes reflejos para capturarlos.
o El odio como factor de lucha, el odio intransigente al enemigo, que
impulsa más allá de las limitaciones naturales del ser humano y lo
convierte en una eficaz, violenta, selectiva y fría máquina de matar.
Nuestros soldados tienen que ser así: un pueblo sin odio no puede
triunfar sobre un enemigo brutal.
o En una revolución se triunfa o se muere, si es verdadera.
o ...y sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo
cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del
mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario.
o Nuestra libertad y su sostén cotidiano tienen color de sangre y están
henchidos de sacrificio.
o Pero la juventud tiene que crear. Una juventud que no crea es una
anomalía realmente.
o Si el presente es de lucha, el futuro es nuestro.

Entre las consignas atribuidas tenemos a las más famosas en las


siguientes:
o Bolivia es el mejor país para hacer guerra de guerrillas en América.
o Dispara cobarde, que solo vas a matar a un hombre.
o El conocimiento nos hace responsables.
o El revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de
amor.
o Es mejor caminar descalzo, que robando zapatillas.
o Hay que endurecerse sin perder jamás la ternura.
o ¡Hasta la victoria siempre, libertad o muerte! (Posteriormente Fidel
Castro la popularizaría como 'Patria o muerte', aunque el mismo “Che”,
también llegó a afirmar: 'Patria o muerte').
o La revolución no se lleva en los labios para vivir de ella, se lleva en el
corazón para morir por ella.
o Mi confianza en el triunfo final de lo que creo, es completa.
o No se vive celebrando victorias, sino superando derrotas.
o O nosotros somos capaces de destruir con argumentos las ideas
contrarias, o debemos dejar que se expresen. No es posible destruir
ideas por la fuerza, porque esto bloquea cualquier desarrollo libre de la

159
ADOLFO QUISPE ARROYO

inteligencia.
o Permitidme que diga, aun a riesgo de parecer ridículo, que el
verdadero revolucionario se guía por grandes sentimientos de amor.
o Seamos realistas y hagamos lo imposible.
o Si avanzo sígueme, si me detengo empújame, si retrocedo mátame.
o Si no hay café para todos, no habrá para nadie.
o Nuestro sacrificio es consciente, es el pago por la libertad que estamos
construyendo.
o El escalón más alto que puede alcanzar la especie humana es ser
revolucionario.
o Podrán cortar todas las flores, pero nunca terminarán con la
primavera.
o Viejo, aunque reviente voy a seguir jugando al Rugby.
o Prefiero morir de pie que vivir de rodillas por siempre.

El guevarismo se caracteriza por un enfoque radicalizado del cambio


social y la predilección por la lucha armada. El guevarismo ha sido
emparentado aunque sin identificarse con doctrinas muy diversas,
principalmente con el comunismo, trotskismo, el anarquismo y el
maoísmo, aunque en todos esos ismos existen sectores críticos del
guevarismo.

El guevarismo también es considerado como la expresión más avanzada


del marxismo leninismo, más pura y la más revolucionaria en el camino
de la liberación de los pueblos latinoamericanos y del mundo hasta la
destrucción completa y final del imperialismo, y el nacimiento de la nueva
sociedad socialista y el comunismo. Desarrollándose así una dura batalla
de ideas entre el “Che” Guevara y el revisionismo internacional, ante el
reemplazo de la línea estratégica leninista de la revolución mundial con la
línea de la coexistencia pacífica.

Guevara otorgaba un papel fundamental a la lucha armada. A partir de su


propia experiencia desarrolló toda una teoría sobre la guerrilla que ha
sido definida como foquismo. Para él, cuando en un país existen
condiciones objetivas para una revolución, un pequeño foco guerrillero
puede crear las condiciones subjetivas y desencadenar un alzamiento
general de la población. El foquismo es una teoría revolucionaria
inspirada por Ernesto "Che" Guevara y desarrollada como tal por Regis
Debray.

160
En su texto: La guerra de guerrillas (1960), Guevara postuló que la
experiencia de la Revolución Cubana demostraba que cuando las
condiciones subjetivas no son suficientes para que las masas lleven
adelante la revolución socialista, un pequeño foco que iniciara acciones
típicas de la guerra de guerrillas podría lograr con relativa rapidez que la
revolución se expandiera, obteniendo así el levantamiento de las masas
y el derrocamiento del régimen. El "Che" Guevara consideraba válidas
estas consideraciones principalmente para los países subdesarrollados
y sostenía que los focos debían tomar como base social al campesinado.
Para el “Che” Guevara existía un vínculo estrecho entre la guerrilla, los
campesinos y la reforma agraria.

…las condiciones actuales de América—escribe Guevara (s/f), por lo


menos, y de casi todos los países poco desarrollados económicamente,
los lugares que ofrecen las condiciones ideales para la lucha son
campestres y por lo tanto la base de las reivindicaciones sociales que
levantará el guerrillero será el cambio de la estructura de la propiedad
agraria.

La bandera de la lucha durante todo este tiempo será la reforma


agraria….Al campesino siempre hay que ayudarlo, técnica, económica,
moral y culturalmente. El guerrillero será una especie de ángel tutelar…
(p.83, 84).

Esta posición diferenció su pensamiento del socialismo europeo y/o


soviético, más relacionado con la importancia de la clase obrera
industrial y lo acercó al maoísmo, no obstante, que otros lo vieron
cercano al estalinismo. Su libro: La guerra de guerrillas es un manual
donde se exponen las tácticas y estrategias usadas en la guerrilla
cubana.

Son tres las aportaciones fundamentales de la Revolución


Cubana—escribe Guevara(s/f): (1) Las fuerzas populares pueden ganar
una guerra contra el ejército. (2) No siempre hay que esperar a que se
den todas las condiciones para la revolución; el foco insurreccional
puede crearlas. (3) En la América subdesarrollada el terreno de la lucha
armada fundamentalmente es el campo (p. 47).

Criticó a los revolucionarios quietistas o pseudorrevolucionarios, que se


refugian en su inactividad temiendo al ejército profesional, y otros que
esperan a que en forma mecánica se den todas las condiciones objetivas
y subjetivas necesarias sin preocuparse de acelerarlas. Se debe
considerar que exista un mínimo de necesidades que hagan factible el
establecimiento y la consolidación del primer foco guerrillero.

161
ADOLFO QUISPE ARROYO

Así mismo, otorgaba un rol fundamental a la ética individual, tanto del


guerrillero durante la revolución como del ciudadano en la sociedad
socialista. Este aspecto lo desarrolló bajo el concepto del hombre nuevo
socialista, al que veía como un individuo fuertemente movido por una
ética personal que lo impulsa a la solidaridad y el bien común sin
necesidad de incentivos materiales. En este sentido Guevara concedía
un valor central al trabajo voluntario al que veía como la actividad
fundamental para formar al hombre nuevo.

Para el guevarismo la táctica fundamental de la lucha es la construcción


del ejército revolucionario, a partir de la guerrilla. El “Che” Guevara define
a la guerra de guerrillas como un método de lucha que tiene por fin, para
todo revolucionario, la toma del poder político. Es aquí donde el
guevarismo rechaza la concepción que busca contraponer la guerra de
guerrillas con la lucha de las masas, no sólo en la teoría sino
fundamentalmente en la práctica.

La teoría se puso en práctica, en manos del propio Guevara, por primera


vez en el Congo y, por segunda vez en Bolivia. Ninguno de los intentos
tuvo éxito; el segundo de ellos finalizó con la captura y ejecución del
"Che" Guevara en Bolivia por parte de fuerzas del ejército de ese país
apoyados por la CIA estadounidense.

Pero las tesis guevaristas dejaban en flanco a los partidos comunistas,


pues no daba la importancia que reclamaban los partidos políticos
marxistas- leninistas como entes directrices de la vanguardia
revolucionaria de base obrera. Para continuar con la tesis y fundamentar
teóricamente Regis Debray escribió: ¿Revolución en la revolución?
(1967), donde complementa la tesis guevarista.

—Lo decisivo para el futuro—escribe Debray (s/f)—es la apertura de


focos militares y no de focos políticos…para expresarlo
esquemáticamente, digamos que se va de un foco militar al movimiento
político—prolongación natural de una lucha armada de esencia
política—pero no se va, salvo excepciones—de un movimiento político
puro al foco militar. No se combate victoriosamente a la burguesía en su
terreno de elección. En la mayor parte de los países en que se dan las
condiciones de la lucha armada, comenzando por el foco militar es
posible llegar al foco político, pero comenzando por el foco político es
casi imposible llegar al foco militar (p. 102, 103).

Debray recalca que la realidad de la revolución rusa, china, vietnamita y


otras son muy diferentes a las condiciones latinoamericanas. La
confrontación directa en la ciudad para tomar el poder en Rusia, del

162
campo a la ciudad en China y Vietnam en todos los casos bajo la
dirección de un partido no es lo propicio para Latinoamérica; puesto que
la historia y las relaciones de los partidos marxistas-leninistas tienen
connotaciones diferentes en Latinoamérica, lo mejor es dejar en manos
de un solo hombre la dirección militar y la dirección política como jefe
político y militar. Lo primordial es desarrollar la guerra de guerrillas y no el
fortalecimiento de los partidos existentes o en la creación de nuevos
partidos copiando mecánicamente experiencias ajenas, ya que la
revolución no tiene propietarios exclusivos. Viniendo a ser ésta el gran
aporte de la Revolución Cubana latinoamericana al marxismo-leninismo
internacionalista. Debray además pone en duda a las organizaciones
revolucionarias dirigidas por partidos políticos, ya que ellos aspiran a la
vida normal y legal de un país, supuestamente buscando afianzarse para
la lucha armada y terminan absorbidos por el sistema, además de
diezmar a sus mejores cuadros en políticas de visitas y congresos en
búsqueda de amistades internacionales con un balance positivo en sus
informes que retrasan las perspectivas de una lucha insurreccional.
Observando eternamente a los que creen que ha llegado el momento de
una insurrección como: aventureros y prematuros; además de rodearse
con un grupo contingente de cuadros militares, los de alta dirección, para
calmar a los que piden cuentas. Esta es la fundamentación y defensa de
la tesis guevarista a cargo de Regis Debray. A partir de los mediados de
1960 hasta los de 1980, grupos de diversas tendencias políticas (no sólo
en países subdesarrollados) tomaron el foquismo como estrategia.
Ninguno pudo llevar exitosamente una revolución socialista. El foquismo
ha recibido numerosas y fuertes críticas desde el marxismo y, muchas
veces, ha sido confundido con el método de guerra de guerrillas, el cual
fue ampliamente utilizado en los procesos de casi todas las revoluciones
socialistas triunfantes: Rusia, China, Cuba, Vietnam, etc.

El guevarismo inspiró y aún inspira movimientos guerrilleros y


organizaciones armadas no gubernamentales, urbanas y rurales en todo
el mundo. Entre ellos puede destacarse el Ejército Revolucionario del
Pueblo (ERP) en Argentina, el Movimiento de Liberación Nacional
Tupamaros (MLNT) en Uruguay, el Frente Sandinista de Liberación
Nacional (FSLN) en Nicaragua, Movimiento de Izquierda Revolucionaria
(MIR) en Perú, el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA)
también en Perú, etc; que vieron en el guevarismo una forma romántica
de guerrilla aprestándose a formar focos guerrilleros acampando en
lugares agrestes y con el uso de ciertos uniformes para no ser
confundidos con los campesinos lugareños de quienes precisamente
buscaban el apoyo para la insurrección generalizada.

163
ADOLFO QUISPE ARROYO

Apartado 07

EL NEOMARXISMO

Se conoce como neomarxismo a las interpretaciones poco ortodoxas del


marxismo, sobre todo las que se remontan a los primeros escritos de Karl
Marx antes del proyecto conjunto con Friedrich Engels; pues Marx
inicialmente habría enfocado los diferentes problemas bajo la influencia
del idealismo dialéctico más que del materialismo dialéctico. Estas
interpretaciones rechazan el determinismo económico percibido en Marx
más adelante, prefiriendo encaminarse en una revolución psicológica
más cultural que política. Se considera cuatro pilares de polémicas entre
críticos y seguidores por las interpretaciones del marxismo que dieron
lugar al neomarxismo, siendo ellas:
1) El materialismo filosófico sustentado en la perspectiva histórico-
social.
2) La comprensión dialéctica del mundo.
3) El humanismo en su pretensión concreta de realización del ideal
comunista.
4) El carácter práctico-revolucionario de sus proyecciones en todos los
planos de la vida social.

Se conoce, también como neomarxismo la interpretación que hicieron


del marxismo diferentes pensadores que no comulgaban
necesariamente con la supuesta ortodoxia practicada en Europa Este,
vigilada por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en
general y del Partido Bolchevique en particular; por lo mismo se empezó
a cuestionar las interpretaciones manualistas, simplistas y deterministas
del marxismo de la Academia de Ciencias de la URSS y de sus países
satélites. Fortaleciéndose teóricamente, por esta postura, el marxismo
occidental. A propósito en el Diccionario del pensamiento marxista,
Bottomore (1984) quien es occidental, pero no necesariamente marxista,
respecto a la cuestión tratada señala:

Los textos básicos de la Segunda Internacional y del marxismo soviético


abogaban por el marxismo como ciencia universal de la historia y de la
naturaleza. Para los marxistas occidentales, estas definiciones estaban
próximas al positivismo, a la reducción de una teoría social a ciencia
natural; y una perspectiva positivista socavaba las categorías críticas de
subjetividad y conciencia de clase que eran extrañas a la naturaleza pura
(p.507).

164
Además el autor referido señala que los occidentales rechazaron las
interpretaciones soviéticas por considerar que son realidades muy
distintas y la manera revolucionaria leninista no se cumpliría en el
occidente. Esta aseveración fue por la constante derrota de los
proletariados en esta parte del mundo, por lo que buscaron
interpretaciones distintas a la naturaleza de conciencia de clase,
autoactividad, hegemonía cultural, alienación, reificación y otras propias
de los pensadores marxistas occidentales. Ni Engels se salvó de la crítica
y acusación por una supuesta interpretación incorrecta y deformación de
Marx; ya que con la aplicación de la dialéctica a la naturaleza se
eliminaron las dimensiones singulares de la historia: subjetividad y
conciencia. Para tal fin volvieron a estudiar e interpretar las mismas obras
de Marx, principalmente de sus primeros escritos rompiendo con las
autoridades marxistas de la pretendida escuela ortodoxa.

El neomarxismo, independientemente de las diversas corrientes que se


incluyen dentro de él, se considera por lo común aquel que se distanció
del marxismo oficial establecido en los países del llamado socialismo
real. Sus antecedentes se encuentran, entre otros, en el intento de utilizar
el marxismo para analizar autocríticamente el propio marxismo y
renovarlo, destacarlo como filosofía de la praxis. Estos análisis
estuvieron condicionados por la publicación de los trabajos tempranos y
otros inéditos de Marx que promovieron polémicas sobre la enajenación,
el humanismo, la ideología, entre otras. Una idea común propiciadora del
neomarxismo, emergido básicamente en los países de Europa
occidental, pues Marx dejó una teoría económica elaborada en relación
al capitalismo premonopolista, pero debían ser más desarrollados sus
fundamentos filosóficos, epistemológicos, axiológicos; así como, su
teoría política en general en correspondencia con las transformaciones
de esa sociedad y del naciente socialismo en el pasado siglo XX.

El neomarxismo, aunque mantuvo su abolengo anticapitalista, también


criticó la experiencia del socialismo real al considerarlo distanciado de su
proyecto originario y por enquistar la filosofía marxista en su versión
dogmática del materialismo dialéctico.

El neomarxismo corresponde, según los marxólogos al estudio y


actualización del análisis y pensamiento del joven Marx, además de
complejas interpretaciones de las obras del mismo, para no terminar en
simplismos y determinismos; mientras para los marxistoides, el
neomarxismo es una desviación del idealismo oportunista y revisionista
conciliadora. Muchos neomarxistas estaban ligados a los movimientos
estudiantiles de los 1960s, por lo que pasaron a ser percibidos como

165
ADOLFO QUISPE ARROYO

sustento del pensamiento de la Nueva Izquierda. El neomarxismo es


también usado frecuentemente para describir la oposición a
desigualdades experimentadas por países en vías de desarrollo en el
nuevo orden económico internacional. En un sentido social, el
neomarxismo añade la explicación más particularizada de Max Weber
(1864-1920) sobre la desigualdad social, en conceptos tales como el
status y el poder a la filosofía marxista. Ya que el pensamiento clásico
marxista no dio la importancia a la lucha por el status y el poder, ya que
esta lucha, inclusive se daría en el comunismo.

En América Latina el neomarxismo se ha desarrollado en permanente


confrontación crítica con las posturas ortodoxas dentro del marxismo y
con otras corrientes filosóficas, económicas y sociológicas
contemporáneas. Esas batallas han fortalecido el marxismo, pero
también han evidenciado sus partes fofas por lo que sus defensores se
han visto precisados a enriquecer la teoría y a fortalecer sus argumentos
a tenor con los cambios en el mundo y los logros de las ciencias. Cuando
la labor intelectual se ha limitado dogmáticamente a encontrar
respuestas acabadas para todos los novedosos problemas
contemporáneos y específicos en un supuesto arsenal teórico inagotable
de sus clásicos fundadores, presuponiendo que sólo hay que remitirse a
él para tener todas las soluciones, la producción marxista se ha
empequeñecido.

El neomarxismo ha sido una de las palancas propulsoras de la


renovación y enriquecimiento de aquellos pilares iniciales de la teoría de
Marx-Engels y de otros nuevos gestados por la complejidad del actual
mundo globalizado.

El neomarxismo se manifiesta en la Escuela de Frankfurt con su teoría


crítica y otros pensadores precursores afines que sentaron las bases
para esta Escuela. Otra manifestación viviente se presenta con los
defensores del socialismo del siglo XXI. Iniciaremos con las tesis
fundamentales de los precursores.

EL MARXISMO GRAMSCIANO

Antonio Gramsci (1891-1937) político, pedagogo y filósofo marxista


italiano, uno de los fundadores del Partido Comunista Italiano (PCI),
escindido del Partido Socialista Italiano (PSI), participó activamente en la
vida política de su país, además de hacer conocer sus ideas marxistas en
los diferentes diarios e informar sobre los acontecimientos

166
revolucionarios en Rusia. Paradójicamente con Gramsci se sientan las
bases para el marxismo occidental, reflejándose en la Escuela de
Frankfurt y en los pensadores afines al neomarxismo.

El eco de la Revolución Rusa causó revueltas en Italia y la consecuente


represión por parte del sistema a la vez en conflicto permanente con el
fascismo del ex militante del PSI Benito Mussolini (1883-1945), que
después de la I Guerra Mundial tomaba vigor en antagonismo con los
partidos comunistas y socialistas, haciéndose con el poder los fascistas
desde 1922 empezaron con la persecución impío de otros grupos,
Gramsci es arrestado y encarcelado por oponerse a la dictadura de
Mussolini, juzgado en Roma en mayo de 1928 por un tribunal fascista,
acusado de actividad conspirativa, instigación a la guerra civil, apología
de rato e incitación al odio de clase siendo condenado a 20 años de
prisión. El 8 de febrero de 1929 obtiene finalmente lo necesario para
escribir e inicia los Cuadernos de la prisión, publicada por primera vez
entre 1948 y 1951 en seis volúmenes, ordenados por argumentos
homogéneos con los títulos: El materialismo histórico y la filosofía de
Benedetto Croce (1948), Los intelectuales y la organización de la cultura
(1949),El risorgimento (1949), Notas sobre Maquiavelo, sobre la política
y sobre el Estado moderno (1949), Literatura y vida nacional (1950),
Pasado y presente (1951). De éstas, además de muchas otras firmas de
Gramsci en los periódicos de la época antes de su ingreso a la prisión,
tratamos de sintetizar las ideas y observaciones de Gramsci, sobre el
marxismo.

En marzo de 1917 el zar de Rusia es derribado y se instaura un moderado


gobierno liberal; las noticias llegan parciales y confusas, pero el 29 de
abril del mismo año, Gramsci escribe pronosticando que: La revolución
rusa es…un acto proletario y que ella naturalmente debe desembocar en
un régimen socialista, en el mes de mayo del mismo año sostiene que:
Lenin ha suscitado energías que jamás morirán. Él y sus compañeros
bolcheviques están persuadidos que es posible en todo momento
realizar el socialismo. El 24 de noviembre de 1917 la edición nacional del
periódico Avanti publica una editorial cuyo título es La revolución contra el
capital, firmado por Gramsci, cuyo escrito se puede observar en
Antología de Gramsci (1970), donde se lee:

La revolución de los bolcheviques es la revolución contra el Capital de


Karl Marx. El Capital [...] era la demostración crítica de la fatal necesidad
que en Rusia se formase una burguesía, se iniciase una era capitalista,
se instaurase una ciudadanía de tipo occidental [...] si los bolcheviques
reniegan algunas afirmaciones del Capital, no reniegan el pensamiento

167
ADOLFO QUISPE ARROYO

inmanente, vivificador [...] viven el pensamiento marxista, aquel que no


muere nunca [...] que en Marx se había contaminado de incrustaciones
positivistas y naturalistas (p.34, 35).

En ese famoso artículo titulado: La revolución contra el capital, Gramsci


afirma que la revolución bolchevique representaba una revolución contra
el libro clásico de Karl Marx, considerado la guía básica de la
socialdemocracia y el movimiento obrero antes de 1917; ya que para
Gramsci, El capital de Marx era en Rusia el libro de los burgueses más
que de los proletarios. Iba en contra de varias premisas al efectuarse una
revolución socialista en un país atrasado como Rusia que no reunía las
condiciones económicas y sociales que se consideraban indispensables
para el tránsito al socialismo. Curioso dato desconcertante, pues para
Lenin El capital de Marx constituía el arma teórica de la revolución
socialista.

El principio de la primordialidad de las relaciones de producción, decía


Gramsci, era una malinterpretación del marxismo. Tanto los cambios
económicos como los cambios culturales son expresiones de un proceso
histórico básico, y es difícil decir qué esfera tiene más importancia. La
creencia fatalista, común entre el movimiento obrero en sus primeros
años, de que triunfaría inevitablemente debido a leyes históricas era,
para Gramsci, el producto de circunstancias de una clase oprimida
restringida principalmente a la acción defensiva y sería abandonada
como un obstáculo, una vez que la clase obrera pudiera tomar la
iniciativa. La filosofía de la praxis, un eufemismo de marxismo que usaba
para eludir a los censores de la prisión no puede confiar en leyes
históricas invisibles como los agentes del cambio social. La historia está
definida por la praxis humana y, por lo tanto, incluye el albedrío humano.
Sin embargo, el poder de la voluntad no puede lograr nada que quiera en
una situación determinada, cuando la conciencia de la clase obrera
alcance el nivel de desarrollo necesario para la revolución, las
circunstancias históricas que se encuentren serán tales que no se
puedan alterar arbitrariamente.

Después de la muerte de Lenin, se inició una lucha entre las diversas


corrientes dentro del PCUS, Gramsci en un sentido profético escribió una
carta en 1926 al Comité Central del Partido Bolchevique con la siguiente
reflexión: Hoy ustedes están destruyendo vuestra propia obra y corren el
riesgo de anular la función dirigente que el Partido Comunista de la URSS
había conquistado [...] vuestros deberes rusos pueden y deben ser
llevados a cabo sólo en el cuadro de los intereses del proletariado
internacional. Pero Palmiro Togliatti (1893-1964), delegado del PCI en

168
Moscú, prefirió no entregar la carta. Esto creó un conflicto entre Gramsci
y su compañero y amigo Togliatti. A continuación damos nociones
elementales de sus tesis fundamentales.

Antonio Gramsci elaboró el concepto de hegemonía y bloque


hegemónico, también enfatizó el estudio de los aspectos culturales de la
sociedad (la llamada superestructura en el marxismo clásico), como
elemento desde el cual se podía realizar una acción política y como una
de las formas de crear y reproducir la hegemonía. Por esta tesis es
conocido, en algunos espacios, como el marxista de las
superestructuras. Gramsci atribuyó un papel central al agenciamiento
infraestructura (base real de la sociedad, que incluye: fuerzas de
producción y relaciones sociales de producción), la superestructura
(ideología, constituida por las instituciones, sistemas de ideas, doctrinas
y creencias de una sociedad), para dar concepto de bloque hegemónico.

Según ese concepto, el poder de las clases dominantes sobre el


proletariado y todas las clases sometidas en el modo de producción
capitalista, no está dado simplemente por el control de los aparatos
represivos del Estado; pues si así lo fuera, dicho poder, sería
relativamente fácil de derrocar (bastaría oponerle una fuerza armada
equivalente o superior que trabajara para el proletariado); dicho poder
está dado fundamentalmente por la hegemonía cultural que las clases
dominantes logran ejercer sobre las clases sometidas a través del control
del sistema educativo, de las instituciones religiosas y de los medios de
comunicación. A través de estos medios, las clases dominantes educan a
los dominados para que estos vivan su sometimiento y la supremacía de
las primeras como algo natural y conveniente, inhibiendo así su
potencialidad revolucionaria. Así, por ejemplo, en nombre de la nación o
de la patria las clases dominantes generan en el pueblo el sentimiento de
identidad con aquellas, de unión sagrada con los explotadores, en contra
de un enemigo exterior y en favor de un supuesto destino nacional. Se
conforma así un bloque hegemónico que amalgama a todas las clases
sociales en torno a un proyecto burgués.

La hegemonía es, por tanto, el ejercicio de las funciones de dirección


intelectual y moral unida a aquella del dominio del poder político. El
problema para Gramsci está en comprender cómo puede el proletariado
o, en general, una clase dominada, subalterna volverse clase dirigente y
ejercitar el poder político, a convertirse en una clase hegemónica. Para
tal fin explica sobre las clases subalternas como sinónimo de la clase
oprimida.

169
ADOLFO QUISPE ARROYO

Las clases subalternas--subproletariado, proletariado urbano, rural y


también la pequeña burguesía--no están unificadas y su unificación
ocurre solo cuando se convierten en Estado, cuando llegan a dirigir al
Estado, de otra forma desarrollan una función discontinua y disgregada
en la historia de la sociedad civil de los estados singulares. Su tendencia
a la unificación es despedazada continuamente por la iniciativa de los
grupos dominantes de los cuales ellas sufren siempre la iniciativa, aun
cuando se rebelen e insurreccionen.

La crisis de la hegemonía se manifiesta cuando, aunque manteniendo el


propio dominio, las clases sociales políticamente dominantes no logren
más ser dirigentes de todas las clases sociales; o sea, no logren resolver
los problemas de toda la colectividad ni imponer a toda la sociedad la
propia compleja concepción del mundo. La clase social subalterna, si
logra indicar concretas soluciones a los problemas dejados irresueltos,
se vuelve dirigente e incrementando su propia cosmovisión también a
otros estratos sociales, crea un nuevo bloque social volviéndose
hegemónico. El momento revolucionario se vuelve inicialmente, según
Gramsci, a nivel de superestructura; es decir, político, cultural, ideal,
moral, pero traspasa a la sociedad en su complejidad embistiendo hasta
su estructura económica, o sea, embistiendo a todo el bloque histórico,
término que para Gramsci indica el conglomerado de la estructura y de la
superestructura, las relaciones sociales de producción y sus reflejos
ideológicos.

Para lograr que la sociedad civil (el pueblo soberano, la opinión pública)
llegara a tener un modo común de sentir y pensar (sentido común), es
necesario adueñarse de los organismos e instituciones en donde se
desarrollan los valores y parámetros culturales: medios de
comunicación, universidades, escuelas y las artes. Hacia allí se deben
apuntar con paciencia por el paso del tiempo, educando a las nuevas
generaciones desde su niñez se logrará la hegemonía ideológica-
cultural, base de una revolución comunista.

Después de cumplido este proceso a lo largo de los años, la consecución


del poder político caerá por su propio peso, sin revoluciones armadas, sin
resistencias ni contrarrevoluciones, sin necesidad de imponer el nuevo
orden por la fuerza, ya que el mismo tendría consenso general. Para
esto, debemos superar los obstáculos que ponen la religión y la familia
tradicional. Gramsci aseguró que: El movimiento entre infra y
superestructura es de carácter dialéctico, es decir, que si la
infraestructura material determina la superestructura ideológica, política,
cultural y moral, esta superestructura a su vez puede tener vida propia y

170
actuar sobre la infraestructura. Gramsci, partiendo de tal premisa,
estableció un modelo revolucionario según el cual la hegemonía cultural
es la base de la revolución comunista, significando con ello que ésta
depende de la capacidad de las fuerzas revolucionarias de adquirir y
controlar los medios que permiten dirigir la conciencia y conducta social.
Teniendo presente que Lenin concibió la revolución como un proceso de
cambio de poder, que puede ser realizado tanto de manera sangrienta
como incruenta, Gramsci propone realizar la revolución de modo
invertido, es decir, de arriba hacia abajo, desde la superestructura hacia
la infraestructura. A esta propuesta se conoce frecuentemente como la
revolución cultural gramsciana.

El hombre activo--;o sea, la clase obrera,--afirma Gramsci, no tiene una


clara conciencia teórica de su forma de obrar… su conciencia teórica
hasta puede estar en contraste con su forma de obrar. Él obra
prácticamente y en el mismo tiempo tiene una conciencia teórica
heredada del pasado, acogida por lo más en un modo acrítico. La real
comprensión crítica de sí mismo ocurre …a través de una lucha de
hegemonías políticas, de direcciones contrastantes, primero en el campo
de la ética, luego de la política para llegar a una elaboración superior de la
propia concepción real. La conciencia política, es decir, el ser parte de
una determinante fuerza hegemónica es la primera fase para una ulterior
y progresiva autoconciencia donde teoría y práctica finalmente se unen.

Papel fundamental brinda Gramsci a los intelectuales orgánicos, parte de


que todos los hombres son intelectuales, pero no todos tienen en la
sociedad la función de intelectuales. Al respecto Gramsci (1974), señala:

Cuando se distingue entre intelectuales y no intelectuales, en realidad


sólo se hace referencia a la inmediata función social de la categoría
profesional de los intelectuales, es decir, se tiene en cuenta la dirección
en que gravita el mayor peso de la actividad específica profesional, si en
la elaboración intelectual o en el esfuerzo nervioso muscular. Esto
significa que sí se puede hablar de intelectuales, no tiene sentido hablar
de no-intelectuales, porque los no intelectuales no existen…no hay
actividad humana de la cual se pueda excluir de toda intervención
intelectual, no se puede separar al homo faber del homo sapiens en
cuanto, independientemente de su profesión específica, cada quien es a
su modo un filósofo, un artista, un hombre de gusto, participa de una
concepción del mundo, tiene una consciente línea moral, pero no todos
los hombres tienen en la sociedad la función de intelectuales (p.25).

171
ADOLFO QUISPE ARROYO

Para Gramsci, los intelectuales modernos no son simplemente


escritores, sino directores y organizadores involucrados en las tareas
prácticas de construir la sociedad. La necesidad de crear una cultura
obrera se relaciona con el llamado de Gramsci por una educación capaz
de desarrollar intelectuales obreros, que compartan la pasión de las
masas. Divide a los intelectuales en intelectuales orgánicos, a los que
necesita cualquier nueva clase progresista para organizar un nuevo
orden social e intelectuales tradicionales, con una tradición que se
remonta a períodos históricos-primitivos conservadores.

Si los intelectuales pueden ser mediadores de cultura y de consenso


hacia los grupos sociales, una clase políticamente emergente debe
valerse de intelectuales orgánicos, para la apreciación de sus valores
culturales, hasta poder imponerlos a la sociedad entera y convertirse en
hegemónico.

En cuanto a la historia, dentro del enfoque materialista, Gramsci refiere


que la dialéctica es un instrumento de investigación histórica, que supera
la visión naturalista y mecanicista de la realidad, es unión de teoría y
praxis, de conocimiento y acción. La dialéctica es doctrina del
conocimiento y sustancia medular de la historiografía y de la ciencia de la
política, y puede ser comprendida solo concibiendo el marxismo como
una filosofía integral y original que inicia una nueva fase de la historia y en
el desarrollo mundial, en cuanto supera al idealismo y a los materialismos
tradicionales expresión de viejas sociedades. Si la filosofía de la praxis
(el marxismo) no está pensada como subordinada a otra filosofía, no se
puede concebir la nueva dialéctica en la cual, precisamente, aquella
superación se efectúa y se expresa.

El viejo materialismo es metafísico, para el sentido común la realidad es


objetiva, independiente del sujeto, existente independientemente del
hombre, es un obvio axioma confortado por la afirmación de la religión
por la cual el mundo, creado por Dios, se encuentra ya dado de frente a
nosotros ¿Cómo podría de hecho existir una objetividad extra histórica y
extrahumana y quién juzgará tal objetividad? El hombre conoce
objetivamente, en cuanto el conocimiento es real para todo el género
humano históricamente unificado en un sistema cultural unitario, pero
este proceso de unificación histórica ocurre con la desaparición de las
contradicciones internas que despedazan la sociedad humana,
contradicciones que son la condición de la formación de los grupos y del
nacimiento de las ideologías. Hay pues, una lucha por la objetividad (para
librarse de las ideologías parciales y falaces) y esta lucha es la misma
lucha para la unificación cultural del género humano.

172
La filosofía y la ciencia no reflejan una realidad independiente del
hombre, sino que son verdad en tanto que expresan el proceso de
desarrollo real de una situación histórica determinada. Para Gramsci, sin
embargo, el marxismo era verdadero en el sentido pragmático social, en
que al articular la conciencia de clase del proletariado, expresa la verdad
de su época mejor que ninguna otra teoría. Aquí se nota la influencia
ecléctica idealista de Benedetto Croce (1866-1952), filósofo italiano
deslumbrado por el idealismo de Hegel que influyó a Gramsci. No
obstante, Gramsci fue un duro crítico del idealismo de Croce al igual que
de Nikolái Ivánovich Bujarin (1888-1938), líder bolchevique que se alió
con Stalin en la pugna por el poder con Trotski. Gramsci consideraba una
interpretación simplista y mecánica del marxismo a los escritos de
Bujarin.

En cuanto al Estado, Gramsci con su teoría de la hegemonía liga a su


concepción del Estado capitalista, que controla mediante la fuerza y el
consentimiento. El Estado no debe ser entendido en el sentido estrecho
de gobierno. Gramsci lo divide entre la sociedad política, que es la arena
de las instituciones políticas y el control legal constitucional y la sociedad
civil, que se ve comúnmente como una esfera privada o no estatal, que
incluye a la economía. La primera es el ámbito de fuerza y la segunda, el
de consentimiento, es decir la sociedad política organiza la fuerza y la
sociedad civil proporciona su consentimiento, siendo el Estado balanza
que engloba a ambas sociedades. Sin embargo, Gramsci aclara que la
división es meramente conceptual y que las dos pueden mezclarse en la
práctica. Gramsci afirma que bajo el capitalismo moderno, la burguesía,
puede mantener su control económico permitiendo que la esfera política
satisfaga ciertas demandas de los sindicatos y de los partidos políticos de
masas de la sociedad civil. Así, la burguesía, lleva a cabo una revolución
pasiva al ir más allá de sus intereses económicos y permitir que algunas
formas de su hegemonía se vean alteradas. Gramsci ponía como
ejemplos de estos movimientos: el reformismo y el fascismo; así como la
administración científica y los métodos de la línea de ensamblado de
Frederick Taylor (1856-1915), el taylorismo aplicado exitosamente por
Henry Ford (1863-1947), incluso naciendo el fordismo en la etapa
considerada edad dorada del capitalismo, ambos símbolos del
capitalismo estadounidense.

En otra tesis, siguiendo la línea de Maquiavelo, argumenta que el


príncipe moderno--el partido revolucionario--es la fuerza que permitirá
que la clase obrera desarrolle intelectuales orgánicos y una hegemonía
alternativa dentro de la sociedad civil. Para Gramsci, la naturaleza
compleja de la sociedad civil moderna implica que la única táctica capaz

173
ADOLFO QUISPE ARROYO

de minar la hegemonía de la burguesía y llevar al socialismo es una


guerra de posiciones (análoga a la guerra de trincheras), la guerra en
movimiento (o ataque frontal) llevado a cabo por los bolcheviques fue una
estrategia más apropiada a la sociedad civil, primordial, existente en la
Rusia Zarista. Considera que la tarea histórica del proletariado es crear
una sociedad regulada y define al Estado que tiende a desaparecer como
el pleno desarrollo de la capacidad de la sociedad civil para regularse a sí
misma.

Gramsci da un paso adelante en el terreno epistemológico al afirmar que:


El marxismo también es una superestructura, lo que quiere decir que no
es exactamente la verdad, sino un punto de vista que, como todo punto
de vista, puede tener sus falacias. Al oponerse al realismo
epistemológico defendido por los leninistas y al positivismo, abre paso a
un grado mayor de relativismo epistemológico, que no constituye para
Gramsci una renuncia ética o política, sino la asunción cabal del carácter
provisorio y construido del conocimiento humano.

GEORG LUKÁCS Y EL MARXISMO ENRAIZADO EN HEGEL

Georg Lukács (1885-1971) filósofo y crítico literario húngaro no adscrito a


la Escuela de Frankfurt, observado por algunos marxólogos y
marxistoides, tímida y dubitativamente como neomarxista, miembro del
Partido Comunista Húngaro, quien en su principal escrito filosófico-
político de Historia y conciencia de clase (1923), influyó en el
pensamiento marxista no soviético, fundamentalmente, para el
desarrollo del marxismo occidental. No obstante que la patria de Lukács
se encontraba bajo la influencia soviética. Esta obra es considerada por
el autor en forma de autocrítica como una evolución de un joven hacia un
marxismo que pretendía encontrar la esencia misma recuperando las
raíces hegelianas del pensamiento marxista, antes de la I Guerra
Mundial. Estas aclaraciones y excusas los da en el extenso prólogo a la
misma obra en 1967. Fue bastante criticado por esta obra que más tarde
tuvo que repudiar, ya que fue acusado por los medios ortodoxos
marxistas como desviacionista de izquierda, por cuanto una de las tesis
que defendía vigorosamente era el carácter subjetivo de la revolución.
Para Lukács, el materialismo dialéctico supone un proceso de continua
interacción entre sujeto y objeto. La dialéctica no es un proceso
únicamente objetivo controlado por el hombre ni es una metodología
científica, impuesta desde fuera de la cosa para ordenar la multiplicidad
de lo real. La dialéctica es una relación del sujeto con el objeto, un campo

174
de fuerza que abarca la consciencia del ser. Lukács en un sentido
académico trató el sentido de la ortodoxia marxista a diferencia del
marxismo dogmático, porque era frecuente cualificar a los marxistas en
ortodoxos y heterodoxos, pero sin un fundamento teórico para dicha
cualificación. Lukács en su obra de 1923, se interroga ¿Qué es marxismo
ortodoxo? A la cual se responde:

…marxismo ortodoxo no significa reconocimiento acrítico de los


resultados de la investigación marxiana—escribe Lukács en Historia y
consciencia de clase Volumen I (1985) —, ni fe en tal o cual tesis, ni
interpretación de una escritura “sagrada”. En cuestiones de marxismo la
ortodoxia se refiere exclusivamente al método. Esa ortodoxia es la
convicción científica de que en el marxismo dialéctico se ha descubierto
el método de investigación correcto, ese método no puede continuarse,
ampliarse ni profundizarse más que en el sentido de sus fundadores. Y
que, en cambio, todos los intentos de “superarlo” o “corregirlo” han
conducido y conducen necesariamente a su deformación superficial, a la
trivialidad, al eclecticismo (p. 73, 74).

En este sentido, para Lukács, aún en el caso de que se demostrara la


inexactitud de cada uno de los enunciados de Marx, un marxista ortodoxo
podría desechar estas tesis de Marx, pero continuaría manteniendo la
ortodoxia marxista si persiste en utilizar el método dialéctico.
Precisamente esta diferenciación entre teoremas y análisis concretos
realizados por la doctrina marxista, por un lado, y el método histórico-
dialéctico, por otro, ha posibilitado posteriormente exégesis y teorías
marxistas de carácter heurístico e innovador, ya que la preservación
mecanicista dogmática de todas las aserciones y los vaticinios de Marx y
Engels habrían conducido a una total esterilidad teórica.

Lukács diferencia la ortodoxia marxista del marxismo dogmático


mecanicista acrítico; en este entendimiento se concibe a Lenin como un
marxista ortodoxo, porque utilizó el método dialéctico creadoramente
con un análisis concreto de la situación concreta de las condiciones
diferentes de su tiempo y espacio y, no solo se dedicó a repetir
mecanicista, fatalista y dogmáticamente lo que Marx augurara. En 1924
en su escrito Lenin, el filósofo húngaro Lukács, puntualizaba:

El leninismo—Lukács (2005) —significa un grado no alcanzado


precedentemente del pensamiento concreto, no esquemático, no
mecanicista, y orientado puramente a la praxis. Conservar esto es la
tarea de los leninistas. Pero en el proceso histórico sólo puede
conservarse lo que se desarrolla vivamente (p. 101).

175
ADOLFO QUISPE ARROYO

Retomando su Historia y consciencia de clase, el autor lleva a cabo otra


hazaña teórica marxista desafiante. Fue el primer marxista en criticar al
padre fundador Friedrich Engels y la progresiva positivización del
marxismo, tanto en su variante social democrática como en la comunista,
señalando que el ámbito de aplicación del método marxista es
exclusivamente el terreno histórico-social y no el campo de la naturaleza.
Con ello se opuso a una transformación del marxismo en una ciencia
universal de pretensiones ontológicas y metahistóricas, como lo propuso
Engels en sus escritos: Anti-Dühring y Dialéctica de la naturaleza. Lukács
asevera que Engels confundió la praxis sociopolítica con las actividades
de la industria, el laboratorio y el experimento las que carecerían de la
interrelación mutua entre sujeto y objeto y de la unidad entre teoría y
praxis. De acuerdo a Lukács la identificación entre el mundo natural y el
social, entre la praxis humana y la esfera de la fábrica y el laboratorio
contribuye a producir un saber instrumental dominacional. Apoyado
sobre las leyes, aparentemente irreversibles del desarrollo histórico,
cuya dialéctica apunta a mera tecnología de la lucha política. El igualar
sociedad y naturaleza (o praxis y trabajo alienado) conduciría al dilema
irresoluble entre fatalismo y voluntarismo, entre libertad y necesidad.

La identificación del sujeto con el objeto es uno de los aspectos más


criticados de Historia y consciencia de clase y una de las tesis centrales
de la obra, por cuanto permite salvar la unidad de la teoría y la praxis,
ligándola históricamente a la aparición del proletariado.

En sus teorías estéticas como en literatura, refiere en un concepto


dialéctico del arte relacionado estrechamente con las contradicciones de
la sociedad. Critica la respuesta del romanticismo al problema de la
fragmentación del hombre, producto de la alienación y de la cosificación
en la sociedad capitalista, ya que para los románticos la manera de
resolver este proceso es apelando a la creatividad de cada uno; convertir
a cada hombre en un artista. Lukács asevera que la respuesta romántica
no logra resolver el problema de la cosificación, por lo que critica el
modernismo y defiende el realismo decimonónico. Arguye que la tarea de
superación del proletariado es destruir el sistema social vigente, porque
no funciona. El proletariado es incompatible con este sistema capitalista.
Lo que va a llevar al proletariado a la superación es la conciencia de
clase, pero en la actualidad ni siquiera tiene esa conciencia.

Sólo si la consciencia del proletariado—escribe Lukács en el volumen II


de Historia y consciencia de clase (1985) —es capaz de identificar el
paso al que objetivamente tiende la dialéctica del desarrollo histórico (sin
ser capaz de darlo por su propia dinámica), sólo en este caso la

176
consciencia del proletariado llega a ser consciencia del proceso mismo, y
el proletariado se yergue como sujeto-objeto idéntico de la historia, y su
práctica es transformación de la realidad. Si el proletariado no consigue
dar ese paso, la contradicción queda irresuelta y es reproducida a más
alta potencia, en forma renovada y con creciente intensidad por la
mecánica dialéctica del proceso (p. 145, 146).

Por proletariado se entiende al trabajador manual, aquel que no tiene otro


medio de subsistencia que su fuerza de trabajo, siendo la división entre
trabajo manual y trabajo intelectual un problema. La praxis del
proletariado no es solo la praxis productiva sino desarrollar la lucha como
acción de cambio, pues la que genera la conciencia es siempre la acción.
Uno de los conceptos centrales en Lukács es la reificación o cosificación,
en tanto el mismo humano se percibe como objeto y no como sujeto,
obedeciendo a supuestas leyes que rigen el mercado en una sociedad
con clases sociales. Aunque este término fuera utilizado implícita y
explícitamente por Marx junto con alienación y fetichismo de la
mercancía, fue Lukács quien resaltó y explicó con mayor pincelada al
respecto.

Lukács pretende integrar las raíces subjetivas hegelianas en las


explicaciones sociales por las supuestas limitaciones del determinismo
económico del marxismo clásico. A pesar de su estadía en Moscú, entre
1930 y 1945 además de ser considerado miembro de la Academia de
Ciencias de la URSS, criticó al estalinismo por subordinar la estrategia a
la táctica y la teoría a la práctica e imponer el dominio de la burocracia.

El precepto del realismo socialista según el cual la literatura debería


reflejar la realidad y mostrar ciertas actitudes políticas, está
profundamente arraigado en la crítica marxista. Esta teoría es uno de los
argumentos con los que la crítica marxista hizo frente a las teorías
formalistas. La idea de que el arte es reflejo de la estructura social
aparece en numerosos textos marxistas y recibió su mejor formulación
en las obras de Lukács; para el autor cualquier obra literaria verdadera
brinca por encima de estilos o temas para presentar al lector una visión
totalizadora de la realidad. La forma que toma la obra debe ser aquella
que con mayor inmediatez permita acceder al contenido, no debe
funcionar como obstáculo, no debe servir de distracción de la realidad
que cuente el autor. El escritor debe aspirar a la máxima transparencia y
no deformar los objetos que represente. Desde este punto de vista, el
ideal sería que no existiera forma, lo que supondría identificar o
superponer ambos planos: el mundo y la literatura.

177
ADOLFO QUISPE ARROYO

En otra tesis, sostiene que el fetichismo de la mercancía es el proceso por


el que los actores otorgan a la mercancía y al mercado una existencia
objetiva e individual en la sociedad capitalista. Extendiendo el concepto
de fetichismo, que Marx asociaba a la economía, a toda la sociedad,
incluyendo ámbitos como el derecho y el Estado.

Según Lukács, conciencia de clase es el sistema de creencias


compartidas por los que ocupan la misma posición de clases en la
sociedad. Sus últimos trabajos se centran en las relaciones entre
necesidad y libertad, plantea que: La mayoría de los filósofos han
construido sus sistemas sobre uno u otro de estos dos polos o han
negado la necesidad o han negado la libertad humana. En cuanto al
concepto de trabajo, refiere que el trabajo no está biológicamente
determinado, sino implica la elección entre varias alternativas, siendo las
alternativas primordiales y necesarias para el trabajo humano no
alienado, pero esta elección no es posible en el sistema capitalista. Entre
otras y numerosas obras señalamos algunas, aparte de las ya citadas: El
alma y las formas (1910), Teoría de la novela (1916)El joven Hegel
(1948), Literatura y democracia (1948), Breve historia de la literatura
alemana (1949), Existencialismo o marxismo (1951),El asalto a la razón
(1954), El significado del realismo contemporáneo (1957), Estética
(1962).

En uno de los favoritos libros de muchos tratadistas, tomo VI Dynnik


(1966), observa a Lukács en los siguientes términos:

...la ciencia marxista ha sometido a crítica la metodología revisionista de


G. Lukács y sus continuadores, los cuales acercan la filosofía marxista y
la hegeliana, sustituyen la lucha del materialismo y el idealismo por la
contraposición del racionalismo y el irracionalismo, etcétera(p. 382, 383).

Por lo demás, el autor señalado, citando a otros autores, considera


oportunista aburguesante a Lukács que no reconoce el espíritu partidario
de la filosofía marxista-leninista, principalmente leninista, identificando el
objeto del materialismo dialéctico tan sólo con el método dialéctico, al
que le atribuía una supuesta independencia respecto a la teoría
materialista. Lukács fue bastante criticado por una supuesta adulteración
del marxismo, sin embargo, las plumas académicas de Lukács se
ganaron un lugar en el itinerario de la historia marxista.

178
LOUIS ALTHUSSER Y LA EXÉGESIS DEL MARXISMO

Louis Althusser (1918-1990) es otro pensador no adscrito, pero cercano


a la Escuela de Frankfurt, filósofo francés miembro del Partido
Comunista de Francia (PCF) desde 1948, pero pronto se enfrentó a la
estructura política de la organización y llegó prácticamente a la ruptura a
finales de los años 70. Althusser generó polémica con su obra: La
revolución teórica de Marx (1965), donde intenta establecer una
periodización estricta de las obras de Marx, separando al Marx maduro,
marxista, del Marx joven aún bajo la fuerte influencia idealista de Hegel y
el materialismo antropológico de Feuerbach. Esta periodización ha sido
sometida a fuertes críticas por el pensamiento marxista posterior, que ha
intentado revalorizar el pensamiento político del primer Marx. Su otra
obra: Para leer el capital (1965), desafió la interpretación dominante del
marxismo clásico, relacionada con temas humanistas y hegelianos
heredados, en gran medida, de los primeros escritos de Karl Marx. Para
leer el capital consiste en un intenso trabajo de relectura, en clave
estructuralista de El capital de Karl Marx. El libro está dividido en dos
partes; en la primera de ellas Althusser realiza una fuerte crítica a la
lectura de El capital de forma empirista y, en general, a toda forma de
empirismo. En la segunda parte analiza el objeto teórico de El capital y la
teoría de la transición de una sociedad a otra que hay allí.

La tesis central de toda la filosofía de Althusser es considerar a la historia


como un proceso sin sujeto ni fines, cuyo motor son las fuerzas
productivas y la lucha de clases determinada por ellas. La historia, para
Althusser, no tiene sentido, todos somos sujetos; por lo tanto marionetas
de la historia que no es dirigido por nadie, de algo que no va a ningún
lado, de algo sin sentido. Otra tesis de Althusser en filosofía es considerar
al contrario, de lo que comúnmente se piensa, que la filosofía siempre
viene después de la ciencia. Esta tesis rechaza que la filosofía haya sido
la madre de todas las ciencias, por el contrario la filosofía es la hija de las
ciencias. Esto quiere decir que la filosofía no es una ciencia, sino una
reacción a las ciencias en el campo teórico. En el prólogo a la segunda
edición de su obra La revolución teórica de Marx— Althusser afirma:

…la matemática de Tales provocó el nacimiento de la filosofía platónica;


de la misma manera en que la fundación de la física por Galileo provocó
el nacimiento de la filosofía cartesiana, etc.…la fundación de la ciencia de
la historia por Marx ha provocado el nacimiento de una nueva filosofía
teórica y prácticamente revolucionaria: la filosofía marxista o
´materialismo dialéctico`.

179
ADOLFO QUISPE ARROYO

Lo interesante de este proceso es que la filosofía marxista, engendrada


por la ciencia de la historia es para Althusser, correcta, no verdadera;
pues la filosofía no dice verdades, no es una ciencia, sino una ideología.
Para Althusser la ideología es ahistórica, pues, igual que el inconsciente
freudiano, es eterna. Esto quiere decir, que siempre habrá ideología.
Para Althusser esta no es una forma de engañar o de conciencia falsa,
sino una relación normal de individuos con la sociedad.

Althusser pensaba que las ideas de Marx habían sido malentendidas,


especialmente, por los autodenominados marxistas. Consideraba que
varias formas de interpretar a Marx (el historicismo, el idealismo, el
economicismo, el humanismo, etc.), no hacían justicia al carácter
científico de los trabajos de Marx a partir de 1845. Frente a la idea de que
toda la obra de Marx se podía entender como un todo consistente,
Althusser argumentó que hubo una ruptura epistemológica con
hegelianismo a partir del momento en que Marx se concentró en sus
trabajos económicos. Afirmaba que una teoría nueva surgía en los textos
de Marx a partir de 1845 y, ésta, la concepción materialista de la historia
era superior, cognoscitiva y políticamente a su obra de juventud.
Además, consideraba que se perdía la especificidad y la fuerza del
conocimiento científico si se complementaba al Marx maduro con
nociones extraídas de sus escritos de juventud o de las obras de Engels.

El proyecto de Althusser era rescatar el poder y originalidad de la teoría


de Marx para el avance del conocimiento científico de la sociedad, lo que
él denominaba el continente historia descubierto por Marx y, a partir de
ese conocimiento, poder ofrecer al movimiento comunista internacional
elementos para orientar la acción política.

Althusser propuso una lectura del marxismo en términos estructuralistas.


Consideraba que la sociedad estaba formada por una jerarquía de
estructuras, diferentes unas de otras que gozaban de una relativa
autonomía, aunque condicionada por consideraciones económicas en
última instancia. Así pues, la historia era un proceso sin sujeto. Los seres
humanos pasaban solo a ser soportes o efectos de las estructuras de la
sociedad. El pensamiento de Althusser ofrece una versión sofisticada no
reduccionista del materialismo histórico marxista. Propuso captar a la
sociedad y cada coyuntura histórica de la misma, analizando en toda su
complejidad. Llamó a la formación social estructura dominante y su
causalidad estructural que gobiernan el desarrollo histórico. En este
sentido, los seres humanos no son los autores o sujetos de la historia,
siendo solamente efectos de las estructuras y las relaciones de
formación social. Por este enfoque normalmente Althusser es calificado
de marxista estructuralista. Otro de sus textos es La filosofía como arma

180
de la revolución (1968), donde refiere que existen dos filosofías: la
clásica y la marxista; la primera basada en el idealismo y en el
materialismo; mientras la segunda se basa en la razón y la relación que
tiene la teoría con el objeto. Además da a conocer cómo el obrero está
sujeto a lo que la clase burguesa (dominante) le indica a hacer y pensar
sin un por qué, pues para sus pensamientos o ideas alguien (Estado) ya
los creó con el objetivo de someterlos y dominarlos. Por lo que el
proletariado debe tener su arma teórica para hacer frente al dominio. Al
respecto en dicha obra Althusser (1999), señala:

La teoría marxista-leninista implica una ciencia (el materialismo histórico)


y una filosofía (el materialismo dialéctico). La filosofía marxista es, por lo
tanto, una de las armas teóricas indispensables para la lucha de clase
proletaria. Los militantes comunistas deben asimilar y utilizar los
principios de la teoría: ciencia y filosofía.

La revolución proletaria necesita también militantes que sean científicos


(materialismo histórico) y filósofos (materialismo dialéctico), para ayudar
a la defensa y al desarrollo de la teoría (p.13).

Entre otras afirmaciones de Althusser que ocasionaron reacciones


febriles, aparte de periodizar las obras de Marx, se cuentan sus versiones
de que Marx habría rechazado la idea de una esencia o naturaleza
humana universal. Alimentando con ella un antihumanismo que no
comulgaba con la teoría marxista; además refirió que, incluso, una
sociedad comunista habrá de tener su ideología; afirmación muy
cuestionada por pretender advertir opuestamente las obras de Marx,
también su reducción de la filosofía a mera ideología es considerada
absurda.

Bottomore (1984), observa a nuestro pensador en los siguientes


términos:

…el sistema althusseriano, a pesar de todo su énfasis en la ciencia


materialista, exhibía numerosos rasgos de idealismo. Restaba valor a las
relaciones que el marxismo, como teoría en evolución, llevó a la historia
contemporánea de los conflictos de clase. En nombre del rechazo al
empirismo, enclaustró al conocimiento dentro de un dominio conceptual
enteramente circular, autovalidante. Cortado el acceso directo a lo que
está dado por la realidad, se concedió a la teoría, no obstante, una
correspondencia con ella de carácter más misterioso, cuyo secreto, al
menos en lo que concierne a la realidad social, no fue otro que la esencia
común única compartida por la teoría y las otras prácticas sociales como,
en último término, modos de producción (p.33).

181
ADOLFO QUISPE ARROYO

La discípula resaltante en Latinoamérica es la chilena Marta Harnecker,


referente de la izquierda marxista latinoamericana de las últimas
décadas del siglo XX y comienzos del siglo XXI. Harnecker generó
polémica con la publicación de su libro: Los conceptos elementales del
materialismo histórico (1969), que es una especie de vademécum del
marxismo didáctico en lectura apremiada.

Entre otras obras de Althusser traducidas a la lengua española se tiene:


Lenin y la filosofía (1969), Para una crítica de la práctica teórica (1973),
Filosofía y marxismo (1986), Ideología y aparatos ideológicos de Estado
(1988). Reiteramos que los años referenciales son de ediciones
españolas.

LA ESCUELA DE FRANKFURT PLECTRO DE LA NUEVA


IZQUIERDA

La Escuela de Frankfurt es el movimiento filosófico y sociológico fundado


en 1923 y asociado al Instituto de Investigación Social de la Universidad
de Frankfurt que agrupó a pensadores; entre otros, sociólogos,
psicólogos, literatos, economistas y filósofos. El rótulo Escuela de
Frankfurt se hizo famoso en la década de 1960, tanto en Alemania como
en el resto de países que, de alguna manera, siguieron las discusiones
teóricas y políticas que pretendían una teoría social crítica y de izquierda,
siendo a la vez distantes de la supuesta ortodoxia marxista practicado en
la URSS. La Escuela de Frankfurt reunió marxistas disidentes, críticos
severos del capitalismo que creían que algunos de los denominados
seguidores del marxismo clásico sólo utilizaban una pequeña ración de
ideas del marxismo, usualmente en defensa de los partidos comunistas
ortodoxos. La Nueva Izquierda hizo suyas algunas tesis de los
representantes de la Escuela de Frankfurt. Recurrimos al Diccionario del
pensamiento marxista de Bottomore (1984), quien resalta que los de la
Escuela:

Se opusieron, sobre todo, a la interpretación determinista y positivista del


materialismo histórico, que hacía hincapié en las etapas inalterables del
desarrollo histórico (impulsadas por una base económica aparentemente
autónoma) y en lo adecuado del modo metodológico de las ciencias
naturales para entender esas etapas. Esta última interpretación de Marx
corresponde—decían—a una forma de pensamiento que el propio Marx
había rechazado: el materialismo contemplativo, un materialismo que
ignoraba la importancia fundamental de la subjetividad humana (p. 274).

Los neomarxistas ante el inminente surgimiento y avance del nazismo en


una nación tecnológica, cultural y económicamente avanzada como

182
Alemania y los fracasos de las revoluciones obreras en Europa
Occidental, especialmente, después de la Segunda Guerra Mundial
tomaron como tarea hallar las partes del pensamiento marxista que
pudieran servir para clarificar las condiciones sociales que Marx no podía
haber visto o predicho. El proyecto inicial se definía como marxismo
heterodoxo, es decir, pretendía desarrollar una serie de teorías atentas a
los problemas sociales, como la desigualdad de clases, no solo desde el
punto de vista sociológico, sino también filosófico. Apetecían de
combinar el historicismo de Marx con el biologismo de Sigmund Freud
(1856-1939), reparando en el inconsciente las motivaciones más
profundas para la liberación de la humanidad. La Escuela anhelaba
renovar la teoría marxista de la época, haciendo hincapié en el desarrollo
interdisciplinario y en la reflexión filosófica sobre la práctica científica,
agrupó a estudiosos de muy diferentes ámbitos y tendencias. Fue la
primera institución académica de Alemania que abrazó abiertamente el
marxismo, pero debido al origen judío de la mayoría de sus miembros se
debió trasladar al exilio americano durante el régimen nazi, para regresar
a Frankfurt tras la victoria aliada. Los teóricos de esta Escuela, además,
sostenían que el marxismo, al igual que cualquier otra doctrina el
psicoanálisis por ejemplo, debían someterse a la crítica. Argumentaban
que la sociedad moderna está aquejada de enfermedades que sólo
pueden curarse con una transformación radical de la teoría y la práctica, y
que la tecnología constituye una de esas enfermedades, por lo tanto, no
es una solución como había supuesto el marxismo clásico. Asimismo,
mantenían que la revolución proletaria, que habría de liberar a la
humanidad, no es inevitable y que el pensamiento teórico no es del todo
independiente de las fuerzas sociales y económicas.

La función de la teoría crítica era analizar detalladamente los orígenes de


las teorías en los procesos sociales sin aceptarlas de inmediato como
hacían los empiristas y positivistas, ya que ello sería aceptar
implícitamente procesos y condiciones de los que el hombre ha de
emanciparse. Afirmaban que las ciencias no están libres de valores, sino
que conllevan supuestos implícitos cuya condición de valor está oculta
por su evidente obviedad. Estos juicios de valor, como la conveniencia de
dominar la naturaleza mediante la tecnología, deben desenmascararse y
exponerse a la crítica. El énfasis de la Escuela en el componente crítico
de la teoría se derivaba de su intento por sobrepasar los límites del
positivismo, el materialismo vulgar y la fenomenología mediante un
retorno a la filosofía crítica de Immanuel Kant (1724-1804) y sus
sucesores en el idealismo alemán, principalmente Hegel. Una influencia
clave también vino de la publicación en 1930 de las obras de Marx
Manuscritos económico-filosóficos o Cuadernos de París y la Ideología

183
ADOLFO QUISPE ARROYO

alemana, obras que mostraron una continuidad de ciertos temas


hegelianos en la obra de Marx.

La denuncia de la teoría crítica se centra en las implicaciones


institucionales y mercantiles del enfoque positivista, que naturaliza las
exigencias propias de la sociedad de consumo sin prestar atención a los
conflictos sociales ni hacer algo por solucionarlos; esta observación,
principalmente, dirigido a los positivistas de teorías organicistas o
naturalistas que justifican las desigualdades sociales comparándolos
con un organismo. Bottomore (1984), describe:

El reconocimiento de que el marxismo se había convertido en una


ideología represiva en su manifestación estalinista -- confirmando así
que sus doctrinas no ofrecen necesariamente la clave de la
verdad—constituye una de las premisas cruciales de la teoría crítica. Ello
permite reconocer no solo el hecho de que los conceptos marxistas
clásicos son inadecuados para explicar una gama de fenómenos
(estalinismo, fascismo, entre otros), sino también que las ideas y las
teorías -- por ejemplo, las de Weber y Freud-- proporcionan claves vitales
para los problemas con que se enfrentan los marxistas: por qué se
esperaba una revolución en occidente y por qué ésta no ha ocurrido. La
preocupación de los teóricos críticos por evaluar y, siempre que sea
posible, desarrollar el pensamiento no marxista no representa un intento
de debilitar el marxismo. Por el contrario, es un intento de revigorizarlo y
de desarrollarlo. En consecuencia, al mismo tiempo que reconocen la
importancia fundamental de la contribución de Marx a la economía
política, ésta se considera una base insuficiente para la comprensión de
la sociedad contemporánea (p. 273).

REPRESENTANTES DE LA ESCUELA DE FRANKFURT

Son muchos los miembros adscritos a esta Escuela, por la naturaleza de


nuestra obra se nos hace difícil describir e interpretar a todos, por lo que
enfocamos las ideas fundamentales de algunos de sus máximos
representantes.

THEODOR WIESENGRUND ADORNO

Theodor Wiesengrund Adorno (1903-1969) neomarxista, filósofo,


sociólogo y musicólogo alemán; uno de los máximos exponentes de la
Escuela de Frankfurt. En 1938 emigró a Estados Unidos donde colaboró
con Max Horkheimer en la redacción de Dialéctica del iluminismo (1947)
y otras obras.
184
Adorno trabajó en el tema de la división de clases en las sociedades
modernas en un libro titulado: Minima Moralia (1951), que es una
explicación al colapso de la civilización europea durante la II Guerra
Mundial, en Jerga de autenticidad (1964), critica al filósofo existencialista
Martin Heidegger (1889-1976) observándose como pro-nazi y a otros
que negaban la posibilidad de la verdad objetiva. La enorme influencia de
Adorno se debe quizá a los conceptos que elaboró en colaboración con
Horkheimer. Entre estos cabe destacar el de razón instrumental, que
habla de la corrupción de los ideales de la ilustración bajo los actuales
sistemas de dominio; la cultura industrial, que transforma obras de arte
en objetos al servicio de la comodidad; y la personalidad autoritaria de los
conformistas que prefieren obedecer órdenes antes que afrontar y
superar las dificultades cotidianas. Aludió con cierta nostalgia: Que
vivimos en un mundo totalmente cogido en una tela hilada, por la
burocracia, la administración y la tecnocracia. Adorno al igual que
Horkheimer criticó el empirismo-positivismo, llegó a afirmar: El
empirismo, como la dialéctica, fue una vez una filosofía. Pero una vez
reconocido esto, el término filosofía, que a nosotros se nos reprocha
como si fuera una vergüenza, deja de causar horror y se revela a sí
mismo como la condición y la meta de una ciencia que quiera ser algo
más que simple técnica y que no se doblegue a la burocracia.

En Dialéctica de la ilustración (1944) Adorno y Horkheimer explican la


ruina de la civilización, definitivamente estropeada. El devenir o decurso
del proceso de la civilización se entabla como relación dialéctica entre el
mito y la ilustración. Así, en la antigüedad, la mitología había constituido
un intento de dominación y explicitación de la naturaleza. La ilustración
despojó al mundo de esa dimensión mágica, pero, encubiertamente,
inventó sus nuevos mitos. Literalmente sostienen: Lo que nos habíamos
propuesto era nada menos que comprender por qué la humanidad, en
lugar de entrar en un estado verdaderamente humano, se hunde en un
nuevo género de barbarie. Para responder a la cuestión realizan un
análisis del concepto de razón tal como se ha fraguado y convertido en
hegemónico en la civilización occidental, llegando a la conclusión de que
en él participan por igual las ideas de liberación y de dominación. El
núcleo fundamental de la obra es la crítica al proyecto ilustrado
concebido como dominio de la naturaleza. De acuerdo con dicha tesis,
los excesos de la razón dominadora han acabado dando una prioridad
absoluta a la razón instrumental, es decir, a una razón que se aplica a los
medios (la tecnología, el entramado industrial, la sociedad administrada
y otros), pero que ha perdido completamente de vista los fines esenciales
que ha de perseguir el ser humano y a los cuales debería estar
subordinada la tan adulada razón.

185
ADOLFO QUISPE ARROYO

En el momento en que los autores escribían esta obra se vivía con


crudeza un ejemplo contemporáneo de aquello a lo que estaban
refiriéndose, el falso fundamento pseudoracional de la demencial teoría
de los nazis que sostenían el mito desprovisto de toda razón de la
superioridad de los germanos, sobre las otras razas. Los autores
referidos califican el fascismo y el nazismo como productos de la
modernidad racional y no como hechos puntuales ocurridos en
occidente. Por esto Adorno no va a depositar sus esperanzas en la
racionalidad, sino, más bien, en el arte y en la cultura. Pero no apuntaba a
cualquier forma de arte, sino a las vanguardias opuestas a las
manifestaciones artísticas de masa del siglo XX en creciente despliegue.
En Estados Unidos bien se pudo conocer el avance avasallador de los
mass media: radio, cine, televisión, música popular eran el nuevo mito
ilustrado. Ambos autores sostuvieron, con desencanto, que los nuevos
medios técnicos producían arte estandarizado y fácilmente expendible y
consumible mercantilistamente, por esta razón la industria cultural
estaba segura de la fidelidad de sus clientes. Todo fue derivando hacia
una cultura del banal y superficial entretenimiento. Esto paulatinamente
se fue transformando y se habría de seguir transformando en un
elemento unificador aplastante de la individualidad, de la independencia,
de la capacidad de pensamiento del sujeto.

La visión que Adorno y Horkheimer tejieron sobre la civilización


occidental masificada tiene un tinte señaladamente sombrío. Mirando el
pasado se tiene la brutal barbarie del nazismo, y mirando hacia adelante
se puede avizorar una comunidad de hombres-masa en que la libertad se
va atrofiando por los manejos de la industria cultural.

Otra de las obras fundamentales de Adorno es Dialéctica negativa


(1966), que puede considerarse la insignia de todo su proyecto filosófico.
Lo que él propone como dialéctica negativa es una forma de dialéctica
que trata de salir del esquema hegeliano clásico, el esquema de diálogo
entre opuestos que acaba en una síntesis reconciliadora, para hacer
hincapié en aquellos aspectos negativos, en los puntos sueltos de la
historia, en lo que no tiene nombre, en el desfavorecido. Literalmente en
el prólogo afirma: La formulación dialéctica negativa es un atentado
contra la tradición. Pretendiendo proseguir el tipo de filosofía inaugurado
por Hegel en una situación diferente, ya que el movimiento dialéctico del
pensamiento no termina en una síntesis superior de los opuestos, sino
que deja las contradicciones con toda su crudeza como muestra de las
contradicciones reales existentes en la realidad.

186
MAX HORKHEIMER

Max Horkheimer (1895-1973), neomarxista, filósofo y sociólogo alemán,


portavoz inicial de la Escuela de Frankfurt. Sus teorías rechazaban el
empirismo y el positivismo y afirmaban que la tecnología supone una
amenaza para la cultura y la civilización, y que las ciencias físicas, en las
que se sustenta la tecnología, ignoran los valores humanos. Es
considerado como el padre de la teoría crítica.

Sus trabajos más destacados aparecieron recopilados en 1968 bajo el


título de Teoría crítica. En ellos, Horkheimer argumentaba que
solamente una transformación radical de la teoría y de la práctica social
puede curar a la civilización moderna de su enfermedad. Afirmaba que la
teoría crítica debía descubrir y describir los orígenes sociales del
conocimiento para lograr la emancipación de los seres humanos.
Horkheimer colaboró, entre otros miembros de la Escuela de Frankfurt,
con Theodor Adorno con el que escribió: Dialéctica del iluminismo
en1947.

Horkheimer centró su crítica al positivismo en el libro: Crítica de la razón


instrumental (1946) a partir de unas conferencias que impartió en la
Universidad de Columbia a lo largo de 1944. En esta obra afirma:
Mediante su identificación de conocimiento y ciencia el positivismo limita
la inteligencia a funciones que resultan necesarias para la organización
de un material ya tallado de acuerdo con el molde de la cultura comercial.

Para Horkheimer y Adorno, lo que genera la opresión sobre el hombre no


es exactamente la propiedad privada sino la lógica de dominio, siendo
ésta la razón instrumental; pues en los países pretendidamente
comunistas se abolió la propiedad privada, pero la lógica de dominio
continúa con su política contraria al hombre, por lo que es ineludible una
crítica de la razón instrumental para construir una ciudad digna del
hombre.

En seguida, recurrimos a la expresa vigilancia de Bottomore (1984),


quien observa a Horkheimer de la siguiente manera:

Se mostró crítico respecto al tipo de marxismo promulgado por la


Segunda y Tercera Internacionales y, específicamente, respecto a todas
las interpretaciones ´deterministas´ y ´positivistas´ del materialismo
histórico. La regeneración filosófica y política del marxismo fue el centro
de su obra (p.376).

187
ADOLFO QUISPE ARROYO

HERBERT MARCUSE

Herbert Marcuse (1898-1979) filósofo neomarxista alemán,


nacionalizado estadounidense, otro de los máximos exponentes de la
Escuela de Frankfurt que trató de sintetizar el marxismo con el
psicoanálisis. El principal interés del pensamiento de Marcuse radica en
las relaciones que estableció entre las doctrinas de Karl Marx y las
teorías de Sigmund Freud. Debido a su apertura a hablar en las protestas
estudiantiles, Marcuse pronto vino a ser conocido como El padre de la
Nueva Izquierda, calificativo que él rechazaba. Las críticas y
predicciones del fin de la era de las democracias liberales venían esta
vez desde las entrañas mismas del sistema capitalista. Fue evidente su
influencia sobre los líderes estudiantiles que dirigieron las
manifestaciones universitarias acaecidas en Europa y Estados Unidos a
finales de la década de 1960, también desprendió críticas a los conflictos
ideológicos y estratégicos de la Guerra fría. Imaginándose un conflicto
entre la fuerza azul y la fuerza roja en juegos peligrosos para la situación
mundial en El hombre unidimensional, escrito aún en1964, Marcuse, cita
a Francois Perroux y escribe. Marcuse (1985):

Se cree morir por la Clase, se muere por las gentes del Partido. Se cree
morir por la Patria, se muere por los Industriales. Se cree morir por la
Libertad de las personas, se muere por la Libertad de los dividendos. Se
cree morir por el proletariado, se muere por su Burocracia. Se cree morir
por orden de un Estado, se muere por el Dinero que lo sostiene. Se cree
morir por una nación, se muere por los bandidos que la amordazan. Se
cree…pero, ¿por qué creer en una oscuridad tal? ¿Creer? ¿Morir?...
¿Cuándo se trata de aprender a vivir? (p. 234, 235).

Afirmaba en sus escritos que los males sociales sólo pueden superarse si
se renuncia al proceso democrático liberal, hizo llamamientos a la
desobediencia general para apresurar la caída del sistema opresor
vigente. Mantenía que los mayores desafíos al orden establecido
vendrían de los estudiantes y de grupos minoritarios, pero no de los
trabajadores como sostenía el marxismo clásico, porque ellos ya
estarían comprometidos con las situaciones vigentes. De las críticas de
Marcuse a la sociedad capitalista, especialmente en su síntesis de Marx
y Freud, nació la obra Eros y la civilización (1955), su obra patente de
fama intelectual muy influyente fue El hombre unidimensional (1964).

La crítica fundamental que realiza Marcuse a la sociedad moderna,


desarrollada en El hombre unidimensional, es que el sujeto
unidimensional es víctima de su propia impotencia y de la opresión. La
sociedad tecnológica vende una ilusión de libertad, pero en realidad

188
oprime con sus estructuras burocráticas, con la imposición de una
ideología y suprime la oposición crítica integrando todas las clases
sociales en el proyecto moderno de dominio de la naturaleza. Aún así en
la sociedad moderna existe un pequeño sector que no acepta las reglas
de juego, manteniendo viva la mecha del proceso revolucionario; por lo
que la teoría crítica de la sociedad debe estar cerca de todos aquellos
que violan las reglas de juego del sistema.

Esta crítica implica que la sociedad moderna es incapaz de asimilar


cualquier forma de oposición que surja al interior de sí misma y, por tanto,
no permite ningún movimiento individual ni colectivo capaz de
oponérsele o de socavar sus raíces socioeconómicas. Este hecho se
contrasta fundamentalmente con el capitalismo temprano, en que el
movimiento proletario era una fuerza con el potencial efectivo de derribar
al régimen. El capitalismo avanzado que describe Marcuse, en cambio,
ha generado a través de los estados de bienestar una mejora en el nivel
de vida de los obreros que es insignificante a nivel real, pero contundente
en sus efectos: el movimiento proletario ha desaparecido y aún los
movimientos antisistémicos más emblemáticos como el movimiento
punk-anarquista o el movimiento bohemio han sido asimilados por la
sociedad y orientados a operar para los fines que la sociedad coactiva
reconoce como legítimos y permisivos. El motivo de esta asimilación
consiste en que el contenido mismo de la conciencia humana ha sido
fetichizado (en términos marxistas) y que las necesidades mismas que el
hombre inmerso en esta sociedad reconoce, son necesidades ficticias
producidas por la sociedad industrial moderna y orientada a los fines del
modelo. En este contexto, Marcuse distingue entre las necesidades
reales (las que provienen de la naturaleza misma del hombre) y las
necesidades ficticias (aquellas que provienen de la conciencia alienada,
y son producidas por la sociedad industrial). Sin embargo, como la misma
conciencia está alienada, el hombre ya no puede realizar la distinción y
está atada en una sola dimensión.

La principal necesidad real que Marcuse descubre es la libertad


entendida como el instinto libidinal no sublimado (en términos
freudianos). Para Marcuse, lo que la sociedad industrial moderna ha
hecho con el instinto libidinal del hombre es sublimarlo y reducirlo al
exclusivo ámbito de la genitalidad, cuando en realidad el cuerpo mismo
del hombre es sólo ansia de libertad. La sublimación del instinto libidinal y
su encasillamiento en su genitalidad permiten a la sociedad industrial
moderna disponer del resto del cuerpo humano para la producción
capitalista, así como de todas las energías de los hombres. Lo que la
sociedad industrial moderna ha trasmutado es precisamente el ámbito

189
ADOLFO QUISPE ARROYO

familiar en que la sociedad misma alienante se ha introducido a través de


los medios de comunicación de masas, reemplazando a la familia y
formando a los hombres con categorías que no salen de él mismo, sino
del capitalismo. Las necesidades del hombre; así como sus anhelos,
sueños y valores han sido producidas por la sociedad y, de esa manera,
se ha asimilado cualquier forma de oposición o movimiento antisistema.

En este punto radica la diferencia de alienación que describe Marx y la


que describe Marcuse. Mientras en Marx la alienación está focalizada en
el ámbito del trabajo, donde al hombre se le arrebata su plusvalor y, por
tanto, su condición humana; en Marcuse la alienación está enfocada en
la conciencia misma del hombre moderno y, por tanto, no hay forma
alguna de escapar a la coacción. A propósito en El hombre
unidimensional (1964), cuando analiza la sociedad unidimensional,
Marcuse (1985), escribe:

El rasgo distintivo de la sociedad industrial avanzada es la sofocación


efectiva de aquellas necesidades que requieren ser liberadas—liberadas
también de aquellas que es tolerable, ventajoso y cómodo—mientras
que sostiene y absuelve el poder destructivo y la función represiva de la
sociedad opulenta. Aquí, los controles sociales exigen la abrumadora
necesidad de producir y consumir el despilfarro; la necesidad de un
trabajo embrutecedor cuando ha dejado de ser una verdadera
necesidad; la necesidad de modos de descanso que alivian y prolongan
ese embrutecimiento; la necesidad de mantener libertades engañosas
tales como la libre competencia a precios políticos, una prensa libre que
se autocensura, una elección libre entre marcas y gadgets (p.37).

Marcuse, al referirse al arte, considera como vía de la realidad, aunque la


sociedad moderna pretende reorientar el rumbo de la cultura solamente
hacia el arte, hacia lo estético, considera al arte como capaz de sacarnos
de la vida cotidiana diaria; puesto que el arte nos hace ver la realidad de
otra forma, porque nos coloca en otra perspectiva. Sin embargo, el arte
está distanciado, pero no separado de la realidad porque está
mercantilizado y en manos de la clase dominante. También Marcuse
considera al pensamiento positivo y su filosofía neopositivista como
filosofía unidimensional triunfante para esta sociedad con su análisis
lingüístico aspirando a curar al pensamiento y al lenguaje de las nociones
metafísicas que los confunden con espectros oscurantistas generando
problemas.

Analiza los procesos de cambios sociales y reconoce la posibilidad de


alternativas y los diferentes caminos recalcando la tarea de la filosofía
para tal fin. En una nota al pie muy curiosa de su libro El hombre

190
unidimensional, Marcuse en la nota 14 dice: Todavía existe el legendario
héroe revolucionario que puede derrotar incluso a la televisión y a la
prensa: su mundo es el de los ´países subdesarrollados´ (p. 101). A pesar
de reconocer otras vías o medios menos violentos de cambio social no
descartó la posibilidad de un gran movimiento social violento,
depositando esa confianza en un líder legendario, principalmente salidos
de los países subdesarrollados. Entre otras obras de interés se tienen:
Razón y revolución. Hegel y el surgimiento de la teoría social (1941), El
marxismo soviético (1958), donde con cautela, pero con perspicacia
intelectual deslinda con el marxismo clásico presumiblemente ortodoxa
cultivada en la ex URSS.

Bottomore (1984), observa a Marcuse en los siguientes términos:

La carrera de Marcuse representa un intento constante por examinar y


reconstruir la empresa marxista. A través de toda su obra se transparenta
una preocupación por el destino de la revolución, la potencialidad del
socialismo y la defensa de los objetivos utópicos (aparentemente
inalcanzables). Los objetivos de su planteamiento crítico de la sociedad
son la autoemancipación, la gestación de un movimiento político
descentralizado y la reconciliación entre humanidad y naturaleza (p.482).

Por lo demás Bottomore afirma: mientras Horkheimer y Adorno


reconocían la importancia de los escritos del joven Marx; Marcuse no
solamente reconocía sino puso especial atención y análisis de los
Manuscritos económicos –filosóficos del joven Marx, donde se explica la
teoría general del trabajo y la alienación. Su intento de integrar su teoría
con la de Sigmund Freud marca la singularidad de su proyecto,
evidenciándose más afinidades con los planteamientos de Erich Fromm
que también tratamos en nuestro estudio.

WALTER BENJAMIN

Walter Benjamin (1892-1940) neomarxista escritor, teórico y filósofo


estético alemán, colaborador muy cercano de la Escuela de Frankfurt,
aunque no fuera considerado como miembro oficial, su obra ejerció una
enorme influencia sobre la crítica literaria y artística del siglo XX. Durante
la década de 1920 asumió postulados marxistas bajo la influencia del
crítico marxista Georg Lukács (1885-1971). Trabó una estrecha amistad
con Theodor Adorno, Max Horkheimer, quien a pesar de su afinidad le
acusó por su azarosa vida y con el poeta alemán Bertolt Brecht (1898-
1956), quien a partir de 1924 había empezado a estudiar el marxismo,
aunque con interpretaciones distintas de la concepción clásica. Benjamin
defendió el concepto de teatro épico de Brecht. En 1933, como

191
ADOLFO QUISPE ARROYO

consecuencia de la llegada de los nazis al poder, se exilió en París por


temor a la persecución, dada su condición de judío. En esta ciudad
ingresó en el Instituto de Investigación Social, órgano de la Escuela de
Frankfurt. Sus escritos desde el punto de vista marxista se consideran:
La obra de arte en la era de su reproducción técnica, (1936),
Iluminaciones (1961) y El autor como productor (1934), que versan sobre
temas estéticos y literarios. Estas obras ejercieron una gran influencia en
su época y hoy son consideradas clásicas. En una de sus obras
fundamentales, Benjamin afirma que el auge del fascismo y la sociedad
de masas son síntomas de una era degradada en la que el arte sólo es
una fuente de gratificación para ser consumida, pero que podría servir de
vehículo de difusión del comunismo para concienciar a las masas. En el
intermedio de su vida rebelde afirmó su posición ante las tendencias del
momento: Jamás militaría ni en el sionismo, ni en el comunismo ni en el
fascismo. Para Benjamin el verdadero mal es la naturaleza, la salvación
de la humanidad está ligada a la salvación de la naturaleza. Más tarde
Benjamin criticó sin clemencia a Adolf Hitler (1889-1945), a la teoría
fascista y también a la izquierda, intentó conciliar el marxismo y el
judaísmo. En 1930 consiguió reunir su inmensa biblioteca que reconoció
como uno de sus tesoros logrados. Benjamin había comenzado a escribir
una obra monumental que no llegó a terminar sobre el poeta y crítico
francés, con el que se abre la vía a la poesía moderna, Charles
Baudelaire (1821-1867), publicada de forma póstuma en 1973 con el
título: Charles Baudelaire: un poeta lírico en la era del gran capitalismo.

ERICH FROMM

Erich Fromm (1900-1980), aunque muy forzado lo citaremos como


neomarxista porque a Fromm se conoce más como psicoanalista
alemán. Nacionalizado estadounidense, célebre por aplicar la teoría
psicoanalítica a problemas sociales y culturales. Miembro del Instituto de
Investigaciones Sociales de la Universidad de Frankfurt, por invitación
directa de Max Horkheimer participó activamente en la primera fase de
las investigaciones interdisciplinarias de la Escuela de Frankfurt, cuando
se presentó divergencias intelectuales con otros miembros de la
Escuela, especialmente con Herbert Marcuse y Theodor Adorno que
llevaron a su desvinculación de la Escuela a finales de 1939 y
desligándose definitivamente con ellos a inicios de 1940, debido a su
heterodoxa interpretación de la teoría freudiana, ya que intentó sintetizar
en una sola disciplina el psicoanálisis y los postulados del marxismo
(freudomarxismo). Fromm había sido un apasionado estudioso del
marxismo. Estos deslindes tuvieron lugar en Estados Unidos, ya que
Fromm al igual que otros miembros migró a Norteamérica por el control
del poder Nazi en Alemania.
192
Para Fromm, uno de los líderes y principales exponentes del movimiento
psicoanalítico del siglo XX, los tipos específicos de personalidad tienen
que ver con pautas socioeconómicas concretas. Esto significaba romper
con las teorías biologicistas de la personalidad para considerar a los
seres humanos más bien como frutos de su cultura. Proponía armonizar
los impulsos del individuo y los de la sociedad donde vive.

Erich Fromm intenta explicar la correlación de factores sociales y


psicológicos; a diferencia de Freud no es biologicista, sino describe al
hombre a través de procesos psicológicos, así como en procesos
históricos. Observa el capitalismo con recelo y temor por calificar como
sociedad psíquicamente enferma, alienada, irracional y los ciudadanos
convertidos en simples cosas. Como alternativa de salida a ese sistema
es el psicoanálisis humanista, en una terapia sobre todo individual.
Fromm en El miedo a la libertad (1941), asegura que el hombre tiene
miedo a una verdadera y absoluta libertad. A opinión del
neopsicoanalista, por este temor, el hombre necesita pertenecer y
afiliarse a ciertas organizaciones e instituciones para la supervisión y
corrección de su conducta, el hombre quiere que alguien o algo controle
su conducta, no necesariamente de manera consciente, es represión,
miedo en una sociedad que se manifiesta en esta conducta. Fromm
intentó sintetizar el freudismo con el marxismo y se consideraba un
auténtico humanista, realzaba a Marx en cuanto a sus concepciones del
hombre y de la libertad. La tesis que defiende el pensamiento de Fromm,
en esta obra, es principalmente que el hombre moderno liberado de los
lazos de la sociedad preindividualista, no ha podido lograr la libertad; la
noción de libertad que se emplea en esta obra no es sentido positivo de
libertad para, sino en el sentido negativo de libertad de; es decir, libertad
de la determinación instintiva para actuar, todo esto en el contexto de que
la existencia del hombre y la libertad son inseparables desde un principio.
Y ha sido así en la realización de su ser individual.

Desde mediados de la década de 1950, Fromm estuvo fuertemente


involucrado con los movimientos pacifistas norteamericanos y fue un
destacado oponente de la guerra de Vietnam. Se alejó de todo apoyo al
socialismo de Estado, sobre todo del modelo totalitario soviético y criticó
la sociedad de consumo capitalista. De sí mismo se decía partidario de
un socialismo humanista y democrático. A partir de sus renombradas
obras, sintetizamos las ideas fundamentales de Fromm, afirma que el
hombre actual se caracteriza por su pasividad y se identifica con los
valores del mercado porque el hombre se ha transformado a sí mismo en
un bien de consumo y siente su vida como un capital que debe ser
invertido provechosamente. El hombre se ha convertido en un

193
ADOLFO QUISPE ARROYO

consumidor eterno y el mundo para él no es más que un objeto para


calmar su apetito. Para el autor, en la sociedad actual el éxito y el fracaso,
se basan en el saber invertir la vida. El valor humano se ha limitado a lo
material, en el precio que pueda obtener por sus servicios y no en lo
espiritual (cualidades de amor, ni su razón, ni su capacidad artística). La
autoestima en el hombre depende de factores externos y de sentirse
triunfador con respecto al juicio de los demás. De ahí que vive pendiente
de los otros y su seguridad reside en la conformidad; en no apartarse del
rebaño. El hombre debe estar de acuerdo con la sociedad, ir por el mismo
camino y no apartarse de la opinión o de lo establecido por ésta.

La sociedad de consumo para funcionar bien necesita una clase de


hombres que cooperen dócilmente en grupos numerosos que quieren
consumir más y más, cuyos gustos estén estandarizados y que puedan
ser fácilmente influidos y anticipados. Este tipo de sociedad necesita
hombres que se sientan libres o independientes, que no estén sometidos
a ninguna autoridad o principio o conciencia moral y que; no obstante,
estén dispuestos a ser mandados a hacer lo previsto, a encajar sin roces
en la máquina social. Los hombres actuales son guiados sin fuerza,
conducidos sin líderes e impulsados sin ninguna meta, salvo la de
continuar en movimiento, de avanzar. Este hombre es el autómata,
persona que se deja dirigir por otra.

El humano debe trabajar para satisfacer sus deseos, los cuales son
constantemente estimulados y dirigidos por la maquinaria económica. El
sujeto automatizado se enfrenta a una situación peligrosa, ya que su
razón se deteriora y decrece su inteligencia adquiriendo la fuerza
material más poderosa sin la sabiduría para emplearla.

Para superar el peligro de automatización del hombre, el autor suscribe


que se debe vencer la enajenación, vencer las actitudes pasivas y
orientadas mercantilmente que ahora lo dominan y elegir en cambio una
senda madura y productiva. Debe volver a adquirir el sentimiento de ser
él mismo y retomar el valor de su vida interior. Fromm enunció
psicoanalistamente la caracterización de dos síndromes, el de
crecimiento (amor a la vida, a la independencia y la superación del
narcisismo) y el de decadencia (amor a la muerte, a la simbiosis
incestuosa y al narcisismo maligno), identificando la Guerra Fría como el
reflejo del Síndrome de Decadencia, pues a pesar del enorme riesgo de
muerte prevalece el odio inspirado en un narcisismo maligno y suicida, se
impone entre los gobiernos de las superpotencias. También son de
importancia trascendental sus estudios acerca de la relación que existe
entre los sistemas políticos totalitarios y las religiones monoteístas.

194
Según Fromm las religiones monoteístas educan a los individuos en la
obediencia ciega a una autoridad superior, que pone las normas por
encima de cualquier razón o discusión. Así el hombre queda reducido a
un mero servidor de un Dios Todopoderoso. Esta mentalidad masoquista
adquirida desde la infancia, sería la base psicológica que ha hecho que
muchos hombres sigan ciegamente a dictadores como Hitler. Para
comparar estas características a Fromm le interesaba la visión de
Thomás Hobbes (1588-1679), quien afirmara que: El hombre es lobo
para el hombre, pero al mismo tiempo, destaca la inclinación humana al
autosacrificio. Se pregunta respecto de esta condición dual si es el
hombre lobo o cordero de sí mismo. En busca de una respuesta recurre al
Nuevo Testamento para concluir, finalmente, que este libro refleja tanto
una condición como la otra; luego concluye que el hombre es a la par lobo
y cordero. Sin embargo, no todos los hombres han desarrollado de la
misma manera ambas condiciones, pues en la inmensa mayoría
predomina el cordero, en tanto una minoría es dominada por la condición
de lobo, pero esta minoría ha sabido exaltar la condición de lobo que
existe en la inmensa mayoría, y afirma: Pero si la mayor parte de los
hombres fueron corderos ¿Por qué la vida del hombre es tan diferente de
la del cordero? Su historia se escribió con sangre; es una historia de
violencia constante, en la que la fuerza se usó casi invariablemente para
doblegar su voluntad ¿Exterminó Talaat Pachá por si solo millones de
armenios? ¿Exterminó Hitler por sí solo a millones de judíos? ¿Exterminó
Stalin por sí solo a millones de enemigos políticos? Esos hombres no
estaban solos, contaban con miles de hombres que mataban por ellos y
que lo hacían no solo voluntariamente, sino con placer. Fromm concluye
que: El hombre ordinario con poder extraordinario es el principal peligro
para la humanidad y no el malvado o el sádico lo cual se puede
concretizar cuando se combinan en él las tres orientaciones que forman
el síndrome de decadencia y que mueve al hombre a destruir por el gusto
a la destrucción y a odiar por el gusto de odiar.

En El arte de amar (1956), Fromm analizó la capacidad de amar,


características de un amor genuino y otros rasgos propios del amor, así
como ciertos principios, el amor infantil sigue el principio: amo porque me
aman; el amor maduro obedece al principio: me aman porque amo; el
amor inmaduro dice: te amo porque te necesito; el amor maduro dice: te
necesito porque te amo; además de otros secretos y explicaciones
psicosociales propios de ese mundo llamado y confundido en
oportunidades con amor.

Fromm, considerado aparte de neopsicoanalista, educador y literato


abrazó un marxismo alejado del totalitarismo imperante y rechazó el

195
ADOLFO QUISPE ARROYO

capitalismo feroz. Mención especial merece su obra: Marx y su concepto


del hombre (1961), donde analiza los Manuscritos económicos-
filosóficos de Karl Marx considerándolo como la principal obra filosófica
de Marx, donde expone su concepción del hombre, la enajenación, la
emancipación, etc. entregándose el autor al pensamiento del joven Marx
y haciendo referencia al desarrollo de la teoría del viejo Marx,
principalmente en El capital. En esta obra Fromm puntualiza el
humanismo de esta teoría para la liberación del hombre enajenado.
Reconoce y hace uso de categorías que utiliza Marx en su descripción y
análisis en la obra mencionada. Cuestiona a los que tergiversan las ideas
de Marx como en el totalitarismo de la Unión Soviética y China Popular,
ya que en vez de la liberación de los trabajadores existe mayor
sometimiento, desnaturalizándose la teoría de Marx en dichos países,
quienes presentan como ortodoxa sus prácticas a los pueblos de Asia y
África; calificó a Stalin de conducir un Estado terrorista y a Jruschov
continuación y guía de Estado policiaco reaccionario. Recalca que Marx
buscaba la liberación del hombre de las ataduras del sistema capitalista
con un auténtico humanismo. Literalmente en el prefacio de la obra
referida, manifiesta: La filosofía de Marx, como una gran parte del
pensamiento existencialista, representa una protesta contra la
enajenación del hombre, su pérdida de sí mismo y su transformación en
una cosa; es un movimiento contra la deshumanización y automatización
del hombre, inherente al desarrollo del industrialismo occidental. En la
primera parte de esta obra que le es propio, Fromm se entrega al
pensamiento de Marx para defenderlo y cuidarlo de los falsificadores casi
olvidándose, inclusive, de su otro autor preferido; el padre del
psicoanálisis Sigmund Freud. Literalmente en la obra descrita señala:

No hay mayor malentendimiento o malinterpretación de Marx que aquella


que se encuentra, implícita o explícitamente, en el pensamiento de los
comunistas soviéticos, los socialistas reformistas y los opositores
capitalistas del socialismo por igual, todos los cuales suponen que Marx
sólo quería el mejoramiento económico de la clase trabajadora y que
quería abolir la propiedad privada para que el obrero pudiera poseer lo
que ahora tiene el capitalista (p. 53).

Reconoce que la concepción del socialismo en Marx parte de su


concepto del hombre y no es una sociedad de individuos regimentados,
automatizados, subordinados al Estado, a la máquina de la burocracia;
pues el fin del socialismo es el hombre que pueda superar la enajenación
de su trabajo, de sus semejantes, de sí mismo y de la naturaleza para
encontrarse y hacerse uno con el mundo.

196
En el apéndice I reproduce los manuscritos económicos-filosóficos de
Marx, en el apéndice II considera otros escritos y prólogos breves de
Marx y en el último introduce curiosidades, algunas cartas, discursos y
recuerdos muy humanos referidos a Marx.

Por esta obra, Fromm se ubicaría fácilmente dentro del neomarxismo,


pero como señaláramos al inicio es muy arriesgado etiquetarlo de
neomarxista, ya que su fama de neopsicoanalista ganó más espacio en
la comunidad social científica que sus posiciones reducidas marxistas;
tanto es así, que es más fácil ubicar las obras de Fromm de explicaciones
neopsicoanalíticas que encontrarlas por sus estudios marxistas.

Entre sus numerosas publicaciones, aparte de las ya mencionadas,


habría que señalar las más trascendentales: La sociedad sana (1955), La
misión de Sigmund Freud (1956), Más allá de las cadenas de la ilusión
(1962), El corazón del hombre (1964) ¿Tener o ser? (1976).

JURGEN HABERMAS

Jürgen Habermas (1929- ) neomarxista sociólogo y filósofo alemán, uno


de los máximos representantes de los últimos tiempos de la Escuela de
Frankfurt.

La obra de Habermas constituye un ataque radical a la idea de que la


ciencia, la investigación y el positivismo moderno sean objetivos. Opina
que la ciencia y la tecnología están más bien regidas por valores e
intereses que a veces contradicen la búsqueda desinteresada de la
verdad. Sostiene que la sociedad tecnológica y el consiguiente aumento
de la burocracia han servido, entre otras cosas, para perpetuar las
instituciones del Estado y despolitizar a los ciudadanos. De esta forma la
razón y la ciencia se han convertido en herramientas de dominación más
que de emancipación. En la política contemporánea, Habermas, señala
que los procesos tradicionales de la democracia no proporcionan
espacio para la toma de decisiones colectivas pero la esfera pública se
puede reformar promoviendo la participación de órganos comunitarios.
Elaboró una teoría crítica de la sociedad basada en los conceptos de
acción comunicativa y la diferencia entre entendimiento y acuerdo.

Su obra referencial es Historia y crítica de la opinión pública (1962). Si


bien su obra y pensamiento están fundados en la teoría crítica de la
Escuela de Frankfurt, tiene profundas divergencias con sus maestros y
predecesores. Su trabajo se enfoca en las bases de la teoría social, la
epistemología y el análisis de la avanzada sociedad capitalista industrial.
Otros temas importantes de sus análisis son la democracia y la primacía

197
ADOLFO QUISPE ARROYO

de la ley pública (o transformación estructural de la publicidad); se


aproxima de forma crítica al concepto de opinión pública y recupera la
visión eminentemente democrática del mismo con su distinción entre
opinión pública manipulada y opinión pública crítica.

En su obra posterior: La reconstrucción del materialismo histórico (1976),


explica recurriendo a este punto las nuevas problemáticas de las
sociedades del capitalismo tardío. En este sentido reprocha a Karl Marx
aduciendo que, este reduce la praxis humana sólo a una techné, en el
sentido de que Marx le otorga la importancia fundamental al trabajo como
eje de la sociedad en desmedro del otro componente de la praxis humana
que Habermas rescata: la interacción. El trabajo para Habermas es una
mera techné, en tanto que está colonizado por la racionalidad
instrumental (con arreglo a fines). De este modo, entiende que el cambio
social debe darse más bien en un ámbito simbólico; en el ámbito de la
comunicación y el entendimiento entre los sujetos, repensará esta
distinción entre trabajo e interacción como dos momentos irreductibles
de la acción y tratará de incluir en la labor productiva (el trabajo)
componentes de la interacción, por lo que dirá que es posible pensar un
cambio social desde el campo del trabajo.

Si bien Habermas tuvo desencuentros con Adorno y Horkheimer por sus


ideas en su Teoría y práctica (1963) y Conocimiento e interés (1968)
apoya los puntos de vista de Adorno y Horkheimer de que las ciencias
engloban presupuestos e intereses ideológicos, y que la razón del
progresismo ha pasado a ser un medio de opresión. En su Teoría de la
acción comunicativa (1981), aboga por un ideal de comunicación que
englobe a todos los seres racionales y que esté totalmente libre de la
dominación y el interés. Su principal contribución a la filosofía fue una
teoría sobre la racionalidad, es decir, la habilidad para pensar de forma
lógica y analítica. Habermas imagina un futuro en el que la razón y el
conocimiento trabajen en pro de una sociedad mejor. En ese futuro la
comunicación humana no debería estar sujeta a la dominación del
Estado y los ciudadanos racionales deberían poder actuar en la sociedad
de forma libre en el ámbito político. Tiene numerosas obras prolijas, entre
las ya mencionadas añadimos algunas de ellas: La lógica de las ciencias
sociales (1967), Ciencia y técnica como ideología (1968), Verdad y
justificación. Ensayos filosóficos (1999), El futuro de la naturaleza
humana. ¿Hacia una eugenesia liberal? (2001) y una de sus últimas
obras El discurso filosófico de la modernidad (2008). Insistimos que las
obras mencionadas son solo una pequeña muestra, ya que en su
conjunto el análisis particularizada de cada una y todas sus obras,
llevarían a estudios analíticos en varios volúmenes.

198
Como estamos recurriendo a la apreciación de Bottomore (1984), sobre
los distintos autores, de la misma forma rescatamos su apreciación en el
presente, quien parte de:

El imperativo para reformular la crítica teórica se deriva en Habermas del


curso de la historia Del siglo XX. La degeneración de la Revolución rusa
en el estalinismo y la administración social tecnocrática; el fracaso hasta
el momento de la revolución de masas en Occidente; la ausencia de una
conciencia de clase proletaria y revolucionaria; la caída frecuente de la
teoría marxista sea en una ciencia objetivista y determinista, sea en una
crítica cultural pesimista: según él, todos estos son rasgos
característicos de nuestro tiempo (p.358).

EL FREUDOMARXISMO

Dentro del intento de la sistematización de una teoría neomarxista


surgieron entre otras, teorías apéndices conciliadoras y concomitantes,
siendo una de ellas el freudomarxismo que brevemente referimos.

En un intento de armonizar la teoría psicoanalítica biologicista de


Sigmund Freud y el historicismo de Karl Marx, con pensadores
mediadores como Erich Fromm (1900-1980), Wilhelm Reich (1897-
1957) con sus obras: Materialismo dialéctico y psicoanálisis (1929), La
revolución sexual (1945), otro autor de esta tendencia es A.S Neill (1883-
1973) con su Escuela de Summerhill, donde se partía de haz lo que te
plazca, aunque a opinión de otros sería un anarquista. Los
freudomarxistas, entre otros, plantean que el humanismo de Marx es
compatible con los de Freud, es sólo cuestión de organizar, armonizar, si
se habla de una liberación económica para terminar con las desgracias
humanas. Es imprescindible hablar de una liberación sexual de lo
contrario el hombre seguiría siendo esclavo de las represiones. Si no hay
una liberación sexual no sólo se deja a las masas bajo el dominio de las
clases explotadoras, económicamente hablando, también se incurren en
perversiones sexuales como formas de salidas a las energías
libidinosas. La Escuela, la Iglesia, la Familia son instituciones que aparte
de ser instituciones alienantes al servicio del Estado, y éste a su vez a la
clase dominante en la lucha de clases, sirven para reprimir las diferentes
conductas sexuales que crean en el educando sentimientos de tabú,
ciertas prohibiciones, normas que atan al hombre y no dejan
manifestarse tal como desearía en su libertad. A opinión de Reich: La
Familia y la Escuela no son más que talleres de orden social burgués
destinados a la fabricación de sujetos discretos y obedientes. El padre

199
ADOLFO QUISPE ARROYO

es el representante de las autoridades burguesas y del poder del Estado


en la Familia.

El niño debe tener una libertad para manifestarse tal como desea, se
debe permitir tener las uniones sociales y sexuales entre adolescentes;
las prohibiciones generan represión y tabú esclavizando de esta forma al
hombre. En este sentido, el hombre no es esclavo solamente por la
existencia de la propiedad privada, sino de los tabúes, represiones
sexuales que tienen un control sobre los hombres y hacen que se odie la
vida, que se odie al prójimo y a la sociedad en general.

Herbert Marcuse, es otro de referencia en este intento de sintetizar a


Marx y Freud por utilizar muchas categorías freudianas en sus obras de
explicaciones psicológicas sociales.

El intento de vinculación ideológica entre psicoanálisis y marxismo fue y


es duramente criticado por ser considerado inviable, fundamentalmente,
debido a dos postulados: objetos heterogéneos y metodologías
inconciliables. Sintetizando el perfil de un hombre freudomarxista, en
seguida caracterizamos el ideal de este tipo de hombre.

MODELO HUMANO FREUDOMARXISTA


· Es un hombre que busca liberarse económica y sexualmente por
considerar estos dos aspectos, elementos represivos y opresores.
· Es un hombre que ansía la libertad económica y sexual, por
considerar determinantes para una verdadera libertad.
· Tiene temor, reproche a la sociedad porque se siente esclavo y a la
vez forma parte de ella.
· Hombre que da vital importancia a la conducta sexual sin tabú
alguno.
· Se considera psíquicamente enfermo, por pertenecer a la sociedad
capitalista enfermiza.
· Acusa a la Iglesia, Familia y Escuela por ser generadores de tabúes,
miedos y vergüenzas al servicio de la clase dominante.
· Considera que tanto las relaciones sociales como las sexuales
deben ser completamente libres.
· Se siente en un mundo hostil económica y sexualmente; lleno de
prejuicios, temores, desigualdades e injusticias con una inmensa
cantidad de instituciones represoras ya sean económica o

200
sexualmente.
· Justifica la perversión sexual y el hurto ilegal económico porque es
consecuencia directa de las represiones sociales, económicas y
sexuales.

Apartado 08

SOCIALISMO DEL SIGLO XXI

No está clara la definición del socialismo del siglo XXI; por el contrario,
fomenta discusiones e invitaciones para sumarse en este gran proyecto
latinoamericano como una oposición al neoliberalismo, calificado como:
rapaz y salvaje, por lo que se da la salida con la consigna de otro camino
es posible, ante la amenaza de inevitabilidad del total neoliberalismo en
Latinoamérica. Los países mayormente comprometidos son: Venezuela,
Bolivia, Paraguay, Ecuador y algunos del Caribe; máxime a partir de
finales del siglo XX continuando en la primera década del siglo XXI, bajo
la atenta mirada de Cuba. A continuación hacemos referencias de su aún
breve historia y algunas tesis del socialismo del siglo XXI.

El socialismo del siglo XXI es un concepto planteado desde 1996 por


Heinz Dieterich Steffan (1943- ), analista alemán con cátedra
universitaria en México y asesor gubernamental del gobierno bolivariano
de Venezuela. Dieterich es uno de los referentes de mayor relevancia a la
hora de analizar la deriva teórico-práctica de la izquierda anticapitalista
de tradición marxista posterior a la caída de la Unión Soviética. Sus
aportes suponen una alternativa a la falta de un proyecto de construcción
económica, política y social de la cual adolecía el movimiento
altermundista surgido durante la década de 1990.

Dieterich en su obra: Socialismo del siglo XXI (1996), explica la base


teórica del concepto homónimo, la cual encuentra su aplicación práctica
más directa en el proceso revolucionario de Venezuela y, en menor
medida, en sus homólogos de Bolivia y Ecuador, aunque con cierta
presencia de teoría keynesiana se confunde este nuevo proyecto
histórico latinoamericano, ya que el británico John Maynard Keynes
(1883-1946), estaba a favor de una intervención del Estado en los
asuntos del mercado. El socialismo del siglo XXI fue difundido desde el
30 de enero de 2005, por el presidente de Venezuela Hugo Rafael
Chávez Frías (1954-2013). En ese entonces desde el V Foro Social
Mundial, quien invistiera la banda presidencial desde 1999. En el marco
de la Revolución Bolivariana, Chávez ha señalado que para llegar a este
socialismo habrá una etapa de transición denominada: democracia

201
ADOLFO QUISPE ARROYO

revolucionaria. Esta química del pensar nos da la idea intrínseca del


binomio Hugo Chávez y el socialismo del siglo XXI, dentro de la llamada:
Revolución Bolivariana que tiene como fin llegar a un nuevo socialismo. A
partir del 2013 asume la presidencia de Venezuela Nicolás Maduro
Moros (1962-), quien continúa dicho proyecto. Actualmente el socialismo
del siglo XXI está en evolución y en constantes discusiones nacionales e
internacionales, para los círculos bolivarianos expresa tránsito y
evolución de cuatro macrodinámicas autoimpuestas:

ü La revolución antiimperialista.

ü La revolución democrático-burguesa.

ü La contrarrevolución neoliberal.

ü La pretensión de llegar a una sociedad socialista del siglo XXI.

Una propuesta dentro del proyecto histórico es la Alternativa Bolivariana


para América Latina y El Caribe (ALBA) integración de índole diferente,
cuya iniciativa es instituir una vía alternativa al Área de Libre Comercio de
las Américas (ALCA) promovida desde Estados Unidos que responde a
los intereses del capital transnacional y persigue la liberalización
absoluta del comercio de bienes y servicios e inversiones, mientras el
ALBA pone el énfasis en la lucha contra la pobreza y la exclusión social
expresando los intereses de los pueblos latinoamericanos.

Dieterich, en su obra Socialismo del siglo XXI se basa en la visión de Karl


Marx, sobre la dinámica social y la lucha de clases profundizando y
renovando la teoría marxista para el mundo de hoy, incorporando los
avances del conocimiento, las experiencias de los intentos socialistas
clásicos, develando sus limitaciones, entregando propuestas concretas;
tanto en la economía política como en la participación democrática de la
ciudadanía para construir una sociedad libre de explotación. El modelo
del socialismo del siglo XXI se sustentaría, según el autor, en cuatro ejes:
El desarrollismo democrático regional, la economía de equivalencias, la
democracia participativa y las organizaciones de base.

Dieterich cuestiona el estancamiento teórico del proyecto marxista


quedándose sólo en un modelo clásico de los tiempos de Marx y Engels.

Si se analiza el destino del socialismo teórico clásico de Marx y Engels


con relación a otros grandes paradigmas de la ciencia—escribe Dieterich
(1996) —llama la atención que el primero no tuvo un desarrollo científico
comparable al de los paradigmas de la física o la biología.

202
El socialismo teórico clásico (Marx-Engels), la biología teórica clásica
(Darwin) y la física teórica clásica (Newton), tienen orígenes comunes en
la epistemología científica de los siglos XVIII y XIX; sin embargo, su
evolución posterior es muy diferente. Mientras los modelos de Darwin y
Newton se convierten en fundamentos de una física y biología teórica
constantemente renovada –que se profundiza y potencia
cualitativamente en el siglo XX con el desarrollo de la teoría de la
relatividad, la física cuántica y la biología molecular, entre otros– no
sucede lo mismo con la obra de Marx y Engels.

Ilustraremos este hecho con la evolución de la física. Las leyes


encontradas por Newton explican, en esencia, determinados
movimientos mecánicos de los sistemas naturales. Cuando se trata de
interpretar movimientos o realidades más complejas, por ejemplo, los
termodinámicos o electrodinámicos, se requieren nuevos paradigmas de
interpretación. Algunos de esos paradigmas o teorías fueron
desarrollados por Albert Einstein en las teorías de la relatividad; por
Werner Heisenberg y Max Planck en la física cuántica y Murray Gell-
Mann en la teoría de los quarks. Si se busca una explicación para este
extraordinario avance de la física teórica –que abrió nuevas dimensiones
de la realidad al conocimiento objetivo y al dominio humano– la respuesta
es sorprendente: se debe a una interacción dialéctica (influencia mutua)
entre: la física experimental, la física teórica, la matemática pura y la
lógica. Es la constante interacción entre el conocimiento empírico
(experimental), el razonamiento sintético (teórico) y los sistemas
abstractos de la matemática pura y la lógica que ha permitido la
vertiginosa evolución de la física, desde Newton hasta la actualidad.
Lamentablemente, no se produjo la misma evolución en el paradigma de
Marx y Engels.

Vladimir I. Lenin, Rosa Luxemburgo, Antonio Gramsci y otros próceres


dedicaron su vida a la implementación de la teoría clásica del socialismo
en la práctica haciendo la revolución contra el capital y defendiéndola. En
esa lucha aportaron aspectos importantes que enriquecieron al
socialismo teórico clásico: por una parte, porque se enfrentan a
realidades determinantes que no existían aún en tiempos de Marx (por
ejemplo, el capitalismo monopólico) y, por otra, porque la misma
realización práctica del paradigma genera realidades que exigen nuevos
planteamientos teóricos.

Sin embargo, esas aportaciones inspiradas y forzadas por las


necesidades de la práctica, no le proporcionan a la teoría del socialismo
revolucionario nuevas fuerzas teóricas, que fuesen comparables a las de

203
ADOLFO QUISPE ARROYO

los nuevos paradigmas de la física. Tenemos, en consecuencia, especie


de socialismo experimental o aplicado, pero no el socialismo teórico ni su
“matemática” y lógica pura.

En consecuencia, carecemos de una teoría socialista para el siglo XXI


que pueda guiar las luchas de transición hacia el triunfo de las mayorías.

¿Quiere decir esto, que lo que Marx, Engels, Lenin y otros socialistas
desarrollaron, es obsoleto para la actualidad? ¿Que ya no puede aportar
nada su obra? No, por supuesto que no. Sería como afirmar que Newton
es obsoleto, porque existe Einstein. Para determinadas tareas de la
realidad, las enseñanzas de estos próceres revolucionarios siguen
siendo vigentes; pero para otras nos faltan los Einstein, Planck,
Heisenberg y Gell-Mann del socialismo teórico (p. 38).

Entre otras, sintetizando las principales tesis del socialismo del siglo XXI
tenemos:
ØTransformar la sociedad burguesa cualitativamente (revolucionarla),
significa reemplazar esas instituciones de explotación, dominación y
explotación por las instituciones de la democracia real. El programa de
transición que es el medio para llegar a tal fin se deriva de dos
elementos: a) de la realidad capitalista actual, y b) de la
institucionalidad de la democracia participativa.
ØDisolver la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), pues
es brazo armado de las potencias neocoloniales; la abolición del feudal
Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas
(ONU)—que no reconoce el principio de la división de poderes, porque
acumula en sí los poderes legislativos, jurídicos y ejecutivos del
gobierno mundial, sin legitimación ni control democrático alguno,
porque ni siquiera se somete a la jurisdicción del Tribunal Internacional
de Justicia de La Haya—; la votación democrática de la Asamblea
General de la ONU sobre toda legislación y reglamento que atañe a la
sociedad internacional, al principio, probablemente, mediante votos
ponderados y, posteriormente, según el principio formal de un Estado,
un voto.
ØRedistribuir el ingreso mundial que actualmente se monopoliza, en un
83 por ciento, en manos del 20 por ciento de la población global.
ØDemocratizar la cultura, mediante el acceso equitativo de los
principales sectores de la sociedad civil a los medios de comunicación;
por ejemplo, la repartición de los canales de televisión entre los
sectores más importantes de la sociedad como trabajadores,
empleados, empresarios, mujeres, indígenas, estudiantes, etc.

204
ØFormar un fondo mundial de becas para científicos y artistas del Tercer
Mundo a fin de contrarrestar la fuga de cerebros —inducida tanto por
diferencias estructurales como por políticas deliberadas— hacia el
Primer Mundo; el regreso del patrimonio cultural del Tercer Mundo,
expropiado por el colonialismo, a sus legítimos dueños.
ØRemunerar adecuadamente el trabajo de hogar de la mujer; un ingreso
básico digno para todos los miembros de la sociedad, incluyendo las
personas discapacitadas para trabajar; la obligación constitucional de
un referendo para decidir el inicio o el fin de una guerra —facultad
usurpada hoy día por las élites—.
ØReorganizar el Estado centralista y opresor de minorías étnicas
mediante su federalización y el respeto a la autonomía de los pueblos
que conviven a su interior; la promoción activa de los sectores que por
discriminación étnica, sexista o histórica (mujeres, minorías étnicas,
etc.) se encuentran sub representadas en la vida pública (parlamento,
gobierno, etc.) y privada (empresas); en fin, existe una serie de
contenidos y objetivos del nuevo proyecto histórico; o sea, del
socialismo del siglo XXI que puede y debe integrarse ya en los
programas nacionales, regionales y globales de lucha de la primera
fase de su realización.

El nuevo sistema se establece, por lo general, en un sector del sistema


dominante para luego expandirse gradualmente y convertirse de
subsistema o nuevo orden (heterodoxia) en sistema u orden principal
(normal), la nueva ortodoxia. Suponemos, que la transición del
capitalismo global contemporáneo hacia la democracia mundial
participativa seguirá esta misma lógica evolutiva.

Al igual que la Revolución Francesa y la Rusa, el nuevo sistema tendrá


que imponerse a dos grandes desafíos: a) un entorno, probablemente
hostil frente al nuevo orden democrático, y b) sostenerse y crecer dentro
de la interacción con el mercado mundial todavía capitalista y con los
sectores de la economía nacional o regional que aún no estén lo
suficientemente desarrollados para convertirlos al nuevo sistema.

La economía de la fase de transición tendrá, por ende, necesariamente


un carácter mixto. La base de operación de los sectores más avanzados
de la nueva economía nacional pasará de precios-costos monetarios a
valores objetivos (tiempo de trabajo), mientras que los sectores más
atrasados y el mercado mundial seguirán operando sobre precios-
costos. Para entrar al socialismo del siglo XXI, la guerrilla clásica ha
dejado de ser —por múltiples razones, que van desde la urbanización en
América Latina hasta la tecnología militar y la imposibilidad de un

205
ADOLFO QUISPE ARROYO

desarrollo nacional independiente—un acceso estratégico a una


sociedad no capitalista. El uso de las armas sigue siendo legítimo, por
supuesto, en la defensa de los intereses de los pueblos, cuando los
caminos institucionales democráticos están cerrados. La opción viable
para América Latina es el proyecto bolivariano cuya esencia radica en un
bloque regional de poder (Patria Grande), para hacerle frente al
imperialismo del Norte, se considera la democracia participativa
consciente y real del pueblo en el control del poder. No es válido el
argumento de que hoy en día la televisión vuelve imposible la
concientización de las masas. La televisión del feudalismo era la Iglesia
católica que garantizaba el adoctrinamiento y la sumisión sistemática de
la población. Pero pese a su férreo control mediante el terrorismo
psicológico y de Estado (la inquisición), no pudo impedir el renacimiento
de la razón secular y crítica que rompieron las cadenas invisibles de la
ideología dominante. La tarea fundamental en los inicios del socialismo
del siglo XXI debe ser la concientización. De hecho este proceso será
prolongado y lleno de sabotajes internos y externos. Heinz Dieterich
Steffan, al final de su obra, llama a un debate abierto y constructivo para
mejorar el proyecto del socialismo del siglo XXI, lo cual indica que dicha
ideología sigue reformulándose.

Hugo Chávez expresó: Hemos asumido el compromiso de dirigir la


Revolución Bolivariana hacia el socialismo y contribuir a la senda del
socialismo, un socialismo del siglo XXI que se basa en la solidaridad, en
la fraternidad, en el amor, en la libertad y en la igualdad, en un discurso a
mediados de 2006. A su juicio, por las condiciones presentes en el actual
mundo globalizado, esta transición, será bastante prolongada. El
gobierno venezolano y sus partidarios afirmaron que habrá que realizar
una transformación profunda de la estructura social, económica y
política, pero que no se puede pretender acelerar torpemente la dinámica
de los cambios estructurales. También se ha hecho un llamado a generar
la discusión sobre el tema para abrir cauces a este sistema de vida
propuesto y en proceso de desarrollo en la región.

A comienzos de 2007, el presidente venezolano mostraba sus


referencias teóricas, frente a la cúspide eclesiástica de su país indicando:
Les recomiendo a los obispos que lean a Marx, a Lenin, que vayan a
buscar la Biblia para que vean el socialismo en sus líneas, en el viejo y
nuevo testamento, en el sermón de la montaña. Del mismo modo,
Chávez afirmó compartir ideas trotskistas, como la revolución
permanente. Además de que: … el socialismo del siglo XXI acepta la
propiedad privada a diferencia de la postura clásica marxista-leninista.,
que se manifestó en una noticia exaltada a la vez ensombrecida, bajo el
título de: Chávez defiende la propiedad privada.
206
Además el socialismo del siglo XXI debe nutrirse de las corrientes más
auténticas del cristianismo, dentro de una democracia participativa y
protagónica, debiendo conjugar igualdad con libertad. Otro político de
esta tendencia es el presidente de Bolivia, Juan Evo Morales
Ayma(1959- ), quien asumió el control del Estado a partir de 2006 con su
Movimiento Al Socialismo (MAS), líder cocalero, indigenista indiscutible.
Consonante con Chávez en sus discursos se encuentran matices
etnonacionalistas en pro del socialismo del siglo XXI, creando tratados
propios y afines entre Venezuela de Hugo Chávez - Nicolás Maduro y
Cuba de Fidel Castro, este último se mantuvo en el poder desde el triunfo
de la Revolución Cubana en 1959 hasta 2008, año en que decidiera
ceder a su hermano Raúl Castro la dirección del Estado socialista de
Cuba.

El socialismo del siglo XXI pareciera una mescolanza pequeña burguesa


y caudillesca con vertientes revisionistas y conciliadoras aún en su
aparente tendencia antiimperialista apuntando a la vieja tesis del
capitalismo de Estado sin pretensiones de cambiar el sistema, sino
reformarla con un rostro más humano, donde el Estado cumpla en sus
responsabilidades con su pueblo y para mantenerse en el poder se crea
una aristocracia militar en la cúspide de la pirámide social para garantizar
el control del Estado y reprimir a otros grupos descontentos. Gastón
Diego Arrué en la Revista peruana de filosofía marxista (2009) en el
artículo El socialismo del siglo XXI: El eterno retorno de la tercera vía,
aparte de paralelar esta teoría con las propuestas de Víctor Raúl Haya de
la Torre(1895-1979) y Juan Velasco Alvarado (1909-1977), observa al
socialismo del siglo XXI en los siguientes términos:

Utilización demagógica de la ciencia para justificar teorías burguesas y


reaccionarias...
Disfrazar de socialismo a propuestas de capitalismo nacional y decir que
este capitalismo es socialismo o iniciador del socialismo...
Rechazo de los partidos políticos y esperanzas en los movimientos
populares, en militares “progresistas”, ONG, en caudillos reformistas...
Transición pacífica al socialismo y rechazo implícito de la lucha de clases
y de la revolución para tomar el poder para el pueblo... (p.29, 30).

El autor referido enfatiza que el doctor Dieterich utiliza criterio burgués


que no busca transformar el mundo y el llamado socialismo del siglo XXI
es un socialismo pequeño burgués que no es ninguna novedad, puesto
que en el Manifiesto del partido comunista el apartado titulado: El
socialismo conservador burgués calza perfectamente como antecedente
de esta propuesta.

207
ADOLFO QUISPE ARROYO

La mezcla constreñida de socialismo, cristianismo, nacionalismo,


democracia real, humanismo, justicia, libertad, soberanía y otras
terminologías que indistintamente utilizan los defensores del socialismo
del siglo XXI, ponen en duda la definición teórica, genuina y propiamente
revolucionaria de esta naciente doctrina. Más aún cuando confusa y
forzadamente nos insinúan que el libertador Simón Bolívar (1783-1830)
fue socialista o Jesucristo, fue el primer socialista liberador de la
humanidad; degenerando su pretensión de alcanzar la categoría de
doctrina, propiamente dicha. Aunque para Dieterich (2007), es ya una
teoría científica, al respecto manifiesta:

La teoría científica del Socialismo del Siglo XXI ha logrado romper la


primera línea de defensa ideológica del sistema capitalista que pretendía
mantenerlo como una realidad impensable, como un tabú. Hoy día, el
debate sobre la nueva teoría es ya un debate mundial y este hecho
constituye una derrota estratégica para el sistema (http://www.rebelión.
El socialismo del siglo XXI.com).

Dieterich, además considera un mérito histórico de Hugo Chávez, haber


proclamado en el año 2005 la necesidad del socialismo del siglo XXI,
ante el neoliberalismo y sus repetidas intervenciones públicas
posteriores que mantuvieron viva la flama, pues el presidente de
Ecuador, Rafael Vicente Correa Delgado (1963-), quien se invistiera con
la banda presidencial nuevamente el 2013, se acercó a este nuevo
proyecto de la sociedad poscapitalista al igual que el presidente
paraguayo Fernando Armindo Lugo Méndez (1951- ) que asumió el cargo
en 2008.

A pesar de lo observado no tenemos derecho legal, real ni moral para


cuestionar las alternativas que eligen los pueblos y/o clases sociales en
búsqueda de otras vías respecto al neoliberalismo capitalista,
considerado rapaz y salvaje, no en vano refrendan que otro camino es
posible.

Cabe mencionar que el socialismo del siglo XXI, también es objeto de


estudio y polémica en Europa, principalmente en Alemania, Francia y
España, así tenemos al ex presidente del Partido Carlista, Carlos Hugo
de Borbón Parma (1930- ), nacido en París que publicó el texto: Algunas
reflexiones sobre el socialismo del siglo XXI (2004), donde con
perspicacia y mezcla de mesura parte de que el socialismo que ha
muerto es el socialismo autoritario orientado hacia el control del
ciudadano por una política monopolizada o controlada desde el partido
único, que reclamaba un reparto del fruto de la propiedad y de la

208
producción, pero no un simultáneo reparto del poder. Este socialismo, sí
ha muerto. El socialismo como ideal humano de construcción política,
basado en la participación del ciudadano, en el control de su vida política
y económica, así como en el reparto de los bienes, no ha muerto. Hay que
decirlo una y otra vez: un proyecto socialista se hace hoy imprescindible.

El carlismo es un movimiento popular de disidencia social que surgió


hace más de siglo y medio como respuesta a los atropellos de la
incipiente burguesía española y que ha seguido desarrollándose contra
ella hasta nuestros días. Sus reivindicaciones fundamentales de justicia
social, descentralización y libertad de conciencia, no están resueltas, por
lo que sigue vivo el interés en su estudio.

APRECIACIONES CRÍTICAS AL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI

Una crítica demoledora al socialismo del siglo XXI, viene de los


defensores del neoliberalismo o los que consideran al mundo unipolar
con la prevalencia de los Estados Unidos como amo y dueño del planeta
y la soberanía global. No es de extrañar la crítica de parte de ellos, sin
embargo las críticas y actitudes despectivas de los conservadores
moralistas van más allá de las tesis críticas conocidas. Aducen que, los
que no lograron la gran revolución internacional bajo la dirección del
mítico proletario, ahora se aferran a las minorías discriminadas o
socialmente no aceptadas, pudiendo ser estos grupos: feministas,
luchadores por la igualdad de género y por los derechos de los
homosexuales. Ideológicamente transitaron de la revolución roja a verde
o al color de arco iris (LGBT) Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transgénero
con supuesta defensa del medio ambiente, enarbolando neologismos
como ecoandinismo, ecosocialismo, plurinacionalismo, entre otros.
Pero dejando de lado al proletario quien debía asumir su rol histórico en la
transformación de la sociedad según el marxismo clásico. Ahora han
vuelto las miradas a la subversión cultural.

Estos grupos minoritarios, ahora serían el fortín de los socialistas


aburguesados que buscan el cogobierno en el Estado que antes
pregonaban destruir. Los socialistas del siglo XXI son considerados
como la base ideológica de los movimientos reivindicativos de los grupos
de minoría; por ello habría nacido la tan oscura y temida ideología de
género que aparentemente busca una construcción social de su
identidad en desmedro de la naturaleza. La crítica mordaz de los
conservadores se debilita en gran medida, cuando algunos de los
teóricos refieren a Dios o a la Biblia buscando argumentos contra los

209
ADOLFO QUISPE ARROYO

supuestos defensores de la ideología de género. No obstante que en


este grupo de conservadores o neoconservadores también están
algunos ateos. Así mismo, en el grupo de los socialistas del siglo XXI,
unos son creyentes y no todos son propulsores reivindicativos de los
grupos minoritarios. Algunos aún mantienen la clásica ortodoxia de la
lucha de clases y el papel preponderante del proletariado internacional
en la transformación social. Refieren que la causa y la esencia ortodoxia
son irremplazables por supuestos problemas que son en sí efectos y el
marxismo religioso es una aberración en franca deshonra de los clásicos.

En conclusión los antagonismos actuales de los grupos referidos son


intrascendentes, pérdida de tiempo en movimiento y espacio que abren
ventanas a planteamientos individualistas, depresivas, anarcos o pos
realistas. La historia es dinámica es inevitable el desarrollo dialéctico; ya
que fenecen algunas tradiciones y nacen otras, así como las culturas.
Presumir y juzgar a la generación joven con la moral antiquísima de
jóvenes de otras generaciones es retrógrada, antievolucionista y
dogmática. Por otro lado reducir la esencia de la lucha de clases a la
lucha por el medio ambiente, por derechos homosexuales, feministas,
igualdad de género es una desviación ingenua y obtusa. Tal como
describiéramos de esa férrea contradicción entre conservadores y
liberales. En otras palabras la causa de los males objetivos o supuestos
son las desigualdades sociales; lo que propone el socialismo señorito es
“solucionar” el efecto o de los fenómenos y no de la esencia del problema
fundamental. Puesto que solucionada la causa del problema en su
esencia, los supuestos males o efectos que se aferran se disiparán en el
tiempo y el espacio.

A continuación, transcribimos una crítica mordaz al socialismo del siglo


XXI, de la obra: El libro negro de la nueva izquierda (2018) de Márquez N.
& Laje A.

Los pensadores del “socialismo del Siglo XXI”

El “socialismo del Siglo XXI” es la expresión latinoamericana de la


renacida izquierda. Como proyecto, con nombre y apellido, aquél nació
formalmente el 27 de febrero de 2005 en Venezuela, oportunidad en la
cual Hugo Chávez convocara a los intelectuales orgánicos, desde su
insufrible programa televisivo “Aló Presidente”, a “inventar el socialismo
del siglo XXI”. El socialismo no había muerto con la implosión soviética;
debía “reinventarse” con los ajustes necesarios de acuerdo a las
condiciones del nuevo siglo y a los nuevos postulados teóricos que los
revisionistas del marxismo habían confeccionado. De todo ello se habló

210
con especial énfasis en los Foros Internacionales de Filosofía de
Venezuela que empezaron precisamente en ese año, y que apuntaron a
desempolvar ideas que se creían condenadas al museo de antigüedades
de una vez para siempre. El proyecto del socialismo del Siglo XXI, en
estos momentos, mientras estas líneas se escriben, está siendo pensado
y repensado por intelectuales orgánicos dedicados a cumplimentar con
la orden del difunto dictador venezolano y expandirlo a toda la región.
Aquí daremos apenas un vistazo a las ideas de algunos de ellos que, si
bien en muchas cosas presentan un pensamiento más o menos
heterogéneo, coinciden a pie juntillas en algo que no es nada menor para
la tesis de nuestro trabajo: el carácter cultural de la revolución
izquierdista del nuevo siglo. Y es que aquéllos son deudores, sin lugar a
dudas, del pensamiento post-marxista que, tal como vimos, corrió su
mirada desde la agitación de la clase obrera hacia la construcción de
nuevos antagonismos sociales, culturales, étnicos, etarios, sexuales,
etcétera. El uruguayo Sirio López Velasco es un caso interesante. Este
ha basado su propuesta intelectual del socialismo del Siglo XXI en
discusiones éticas que tienen su fundamento en el famoso postulado de
Marx que reza: “De cada uno según su capacidad, a cada uno según su
necesidad”. Pero admite, seguidamente, que la clase obrera que supo
ver Marx no es la de hoy y ello lo obliga a contemplar cambios
importantes: “En momentos en que la clase obrera ha disminuido
cuantitativamente y se ha modificado cualitativamente, con centrales
sindicales que de hecho aceptan los límites del capitalismo, ya suena a
museo la invocación de cualquier 'partido obrero de vanguardia'; la tarea
crítico-utópica ecomunitarista hoy es colocada en manos de un bloque
social heterogéneo, con forma de movimiento, que agrupa a los
asalariados, los excluidos de la economía capitalista formal, las llamadas
'minorías' (que a veces son mayorías, como las mujeres, y algunas
comunidades étnicas en algunos países), las minorías activas (sobre
todo en movimientos, partidos, sindicatos y organizaciones no
gubernamentales, y en especial muchas de carácter ambientalista), los
pueblos indígenas que sin asumir una postura identitaria a-histórica
esencialista, quieren permanecer y transformarse sin aceptar el dogma
de los 'valores' capitalistas de la ganancia y del individualismo, y los
movimientos de liberación nacional que combaten el recrudecido
imperialismo yanqui-europeo”. El argentino Atilio Borón sigue esta
misma línea, aunque hace hincapié en la necesidad de “construir” —es
decir, fogonear el conflicto— en lugar de “encontrar” al sujeto de la nueva
revolución socialista, con claras reminiscencias a Laclau: “No existe un
único sujeto —y mucho menos un único sujeto preconstituido— de la
transformación socialista. Si en el capitalismo del siglo XIX y comienzos
del XX podía postularse la centralidad excluyente del proletariado

211
ADOLFO QUISPE ARROYO

industrial, los datos del capitalismo contemporáneo (...) demuestran el


creciente protagonismo adquirido por masas populares que en el pasado
eran tenidas como incapaces de colaborar en —cuando no claramente
opuestas a— la instauración de un proyecto socialista. Campesinos,
indígenas, sectores marginales urbanos eran, en el mejor de los casos,
acompañantes en un discreto segundo plano de la presencia estelar de la
clase obrera”. Así pues, lo que debe hacer el nuevo socialismo es
recoger, impulsar y agitar “las reivindicaciones de los vecinos de las
barriadas populares, de las mujeres, de los jóvenes, de los ecologistas,
de los pacifistas y de los defensores de los derechos humanos”, a través
de la estrategia hegemónica, es decir mediante la unión de todos estos
microconflictos que hemos analizado anteriormente. “En conclusión
—anota Boron—, la construcción del 'sujeto' del socialismo del siglo XXI
requiere reconocer, antes que nada, que no hay uno sino varios sujetos.
Que se trata de una construcción social y política que debe crear una
unidad allí donde existe una amplia diversidad y heterogeneidad”. Puesto
en términos de la teoría post-marxista que ya hemos visto: de lo que se
trata es de lograr una hegemonía socialista que aglutine todos los
elementos de conflagración social posible. Habíamos dicho antes que la
hegemonía sólo tenía sentido en un marco social donde el conflicto entre
los distintos grupos fuera la regla. El marxismo tradicional encontró un
único conflicto fundamental que lo abarcaba todo: el de las clases
sociales —es decir, el conflicto económico—. Pero como el nuevo
socialismo ha tenido que minimizar —prácticamente abandonar— la
visión estrictamente clasista, necesita hacer irrumpir nuevos conflictos,
de distintos tipos, que puedan encontrar su hilo conductor en la oposición
al orden capitalista y a los valores occidentales en los que aquél se
sostiene. Esta generación permanente del conflicto es recomendada por
el sociólogo venezolano Rigoberto Lanz cuando anota que el socialismo
del Siglo XXI sólo puede tener éxito “apostando duro por el impulso de
prácticas subversivas que propaguen el efecto emancipatorio de las
rupturas, de los conflictos, de las contradicciones”. Las coincidencias
entre los autores llaman la atención y deben ser remarcadas a riesgo de
caer en la redundancia, pues es lo que nos da la pauta de que estamos ya
no frente a una “propuesta” sino frente a una clara estrategia en marcha.
En efecto, el teórico alemán Heinz Dieterich, ex asesor de Chávez y
célebre académico del “socialismo del Siglo XXI”, argumenta algo muy
parecido a lo de sus colegas cuando escribe que no se trata de la
búsqueda de un mítico “sujeto de liberación predeterminado, sino del
reconocimiento de que los sujetos de liberación serán multiclasistas,
pluriétnicos y de ambos géneros” y que “la clase obrera seguirá siendo un
destacamento fundamental (...) pero probablemente no constituirá su
fuerza hegemónica”. Por su parte, el pensador neomarxista ruso

212
Alexander Buzgalin, también ha declarado que una premisa objetiva “del
socialismo del siglo XXI es la asociación de los trabajadores y
ciudadanos en general (...) así se suman a los sindicatos los diversos
movimientos sociales (mujeres, etnias discriminadas por el racismo,
campesinos, ecologistas, etc.), las organizaciones no gubernamentales
y las asociaciones informales no permanentes y muy flexibles que
agrupan a gentes movidas puntualmente por causas comunes”. Pero
López Velasco se queja de una importante omisión que el ruso hace en
su trabajo: “nos llama la atención que Buzgalin omita (a no ser que lo
hayamos leído mal) a los movimientos homosexuales (gays y lesbianas)
en el arco iris de los movimientos asociativos que germinan como
semillas del asociativismo participativo-decisorio requerido por/en el
socialismo del siglo XXI”. El filósofo y ex guerrillero boliviano Álvaro
García Linera, actual vicepresidente de Evo Morales, hace
especialmente hincapié en la cuestión indigenista en concreto, y explica
esta traslación del sujeto revolucionario dada entre el histórico “obrero
explotado” al actual “indígena colonizado” a través del hilo conductor del
marxismo: “Iniciamos así una relectura, o más bien una ampliación de
nuestra mirada, desde lo obrero muy centrado en Marx, o al menos en las
obras clásicas de Marx y Lenin, hacia la temática de lo nacional, de lo
campesino, hacia la temática de lo que se llama las identidades difusas.
Ahí nace una etapa —hacia el año 1986— que se mantiene hasta hoy, de
preocupación en torno a la temática indígena… supe incorporar la
temática indígena en un esfuerzo por volverla comprensible y entendible
a partir de las categorías que yo tenía; mi autoformación era básicamente
marxista. (...) Comienza una obsesión, con distintas variantes, a fin de
encontrar el hilo conductor sobre esa temática indígena desde el
marxismo”.Y seguidamente realza el proyecto hegemónico del nuevo
socialismo en base a estos nuevos sujetos: “Toda revolución implica un
tipo de alianzas, aun la guerra de clases es exitosa si se logra aislar,
desmoralizar, debilitar al adversario y acoplar a potenciales aliados, esa
es la idea de una hegemonía”. Extraigamos como conclusión algo que a
esta altura ya es evidente: si hay algún acuerdo estratégico en el marco
de la reconstrucción de una nueva izquierda para el siglo XXI, es que ésta
se tiene que apoyar con fuerza en nuevos “movimientos” que son
mencionados y repetidos hasta el hartazgo por todos los teóricos que
hemos repasado hasta aquí, incluidos Ernesto Laclau y Chantal Mouffe
que, como vimos en el subcapítulo anterior, sentaron las bases teóricas
post-marxistas para superar definitivamente el economicismo que sólo
permitía ver la lucha socialista como una confrontación de clases
sociales. Esos nuevos movimientos que el socialismo del Siglo XXI debe
hegemonizar son fundamentalmente los indigenistas, ecologistas,
derechohumanistas, y a los que en este primer tomo de esta obra les

213
ADOLFO QUISPE ARROYO

dedicaremos especial atención: las feministas y los homosexualistas (de


estos últimos se encargará Nicolás Márquez en la segunda parte de la
presente obra), eufemísticamente representados por lo que se ha dado
en conocer como la “ideología de género” (p.41-44).

Entre otros ismos del marxismo tenemos el luxemburguismo


considerado movimiento marxista revolucionario a partir de las
propuestas de la polaca-alemana Róża Luksemburg, más conocida por
su nombre castellanizado de Rosa Luxemburgo (1871-1919) y su Liga
Espartaquista, que se caracterizaba por su rechazo total de la guerra de
1914 y su defensa de la democracia obrera frente a la visión militarista del
partido que atribuían a Lenin y a los bolcheviques. La frase de Karl
Marx…la emancipación de los trabajadores será obra de los trabajadores
mismos, fue el punto de partida de sus ideas. La defensa de una cierta
espontaneidad revolucionaria del proletariado y de la democracia obrera
y la democracia interna de las organizaciones con un internacionalismo
radical que les lleva a confrontar con los nacionalismos. Así mismo, el
denominado castrismo del régimen político instaurado por Fidel
Alejandro Castro Ruz (1926 - ), seguido por su hermano Raúl Modesto
Castro Ruz (1931- ) en Cuba, a partir del triunfo de la Revolución Cubana
en enero de 1959, sobreviviendo a la primera década del siglo XXI,
avizorándose aún por más tiempo. Por extensión del castrismo se
considera a la ideología de corte populista y raíz antinorteamericana
esbozada por estos líderes a lo largo de sus vidas, moldeando así una
versión latinoamericanista del marxismo-leninismo con mucha afinidad
con las ideas del “Che” Guevara. Al respecto Draper Theodore en su obra
Castrismo: teoría y práctica (1966), se interroga y responde:

¿Qué es el castrismo?...¡Cuál es la relación que existe entre el castrismo


y el comunismo?...la respuesta es relativamente simple para dos
tendencias de pensamiento totalmente opuestas. La primera sostiene
que Fidel castro es y siempre ha sido comunista; la segunda insiste en
que no lo es ni podría serlo nunca. El problema resulta mucho más
complejo para quienes, como yo, creen que Castro no era comunista de
hecho antes de tomar el poder, pero que cierto tiempo después decidió
unir su suerte a la de los comunistas (p.17).

Por lo demás, Draper considera que castrismo es una evolución a la


cubana del Movimiento 26 de julio cuyo mejor programa folleto fue el
célebre discurso, sello del castrismo La historia me absolverá que
pronunciara Castro en su defensa de1953 por el fallido asalto al cuartel
de Moncada.

214
Además de considerar, un tanto confuso, en sus conceptos preferimos
obviar a los otros ismos del marxismo por poca trascendencia y escasez
bibliográfica de primera fuente. Con ello, y por lo dicho, consideramos
que hemos concluido la apretada tarea de conceptuar elementalmente
los ismos del marxismo desde los puntos de vista considerados
ortodoxos y heterodoxos. Ninguna doctrina filosófica social y económica
generó tanta controversia, sólo en poco más de un siglo y medio. Nada
como el marxismo para despertar pasiones, adulaciones,
magnificaciones y persecuciones; a la vez esperanza para la humanidad
de una felicidad terrenal de aquí y ahora.

Insistimos que la presente obra es una mera introducción matriz a las


diversas y hasta antagónicas interpretaciones del marxismo que podrían
considerarse como desarrollo, etapas, retrocesos, falsificaciones,
mistificaciones, utopías y otras pasiones del mismo. La tarea
fundamental para la generación joven, definitivamente es la creación
heroica de un sistema liberador a partir de las bases históricas para los
pueblos oprimidos y las clases sociales desposeídas que esperan con la
paciencia propia de su condición, la tan anhelada e inalcanzable felicidad
terrenal. La historia es testigo inmortal de los cambios sociales drásticos,
ya que el pueblo, si justicia no percibe exige la revolución, en cualquier
sistema social y llegado el momento, no existe régimen alguno que haga
frente y resista a la unidad y decisión de la clase progresista en el
cumplimiento de su rol histórico.

215
ADOLFO QUISPE ARROYO

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222
ACCESORIOS

Accesorio 00

LA LÓGICA DE LA ILÓGICA Y ELCOROLARIO DE LA HISTORIA:

Llámalo pensamiento café si quieres...

Una referencia para analizar los problemas individuales, nacionales e


internacionales a través de la lógica. A continuación, ejemplificamos
escuetamente casos coloquiales a la luz de la lógica.

Solemos escuchar en la comunicación cotidiana: “en el fútbol no existe la


lógica”, cuando el equipo B vence en el corolario al equipo A, favorito para
la afición y los comentaristas deportivos. Entonces ¿Cuál es la
explicación de que en el fútbol no existe la lógica? El padre de la lógica
formal, el filósofo Aristóteles propuso tres principios lógicos: 1) principio
de no contradicción, 2) principio de identidad y 3) principio de tercero
excluido. En las postrimerías de la modernidad el filósofo Gottfried
Leibniz propuso un cuarto principio complementario: el principio de razón
suficiente.

Siguiendo esta base lógica el equipo A es favorito y no puede ser de otro


modo; el equipo A es favorito porque es el mismo; el equipo A es favorito o
no es favorito, siendo inaceptable una tercera posibilidad.

El equipo A es favorito porque es un equipo de excelentes jugadores con


reconocido técnico y muchas veces campeón de torneos, razón
suficiente para ser el vencedor. Pero resulta que el equipo B
aparentemente rompe estas reglas y vence al favorito; por lo tanto es
ilógico. Pero este corolario ilógico tiene su lógica; ya que la lógica formal
en su matriz fundamental puede dar resultados tautológicos, o repetitivos
(VV); contingentes, es decir eventuales (VF) y contradictorios u opuestos
(FF).

Por lo tanto cuando afirmo es ilógico el corolario, en realidad demuestro


que mi enunciado es ilógico, como en este ejemplo.

El equipo A es favorito por las razones expuestas, pero lleva en sí, esta
afirmación la disyuntiva de ser verdadera o falsa, en cualquiera de los dos
casos existe la lógica ¿Entonces de dónde rayos tenemos esa
reminiscencia de que en el fútbol no existe la lógica? El corolario es
totalmente lógico, gana el equipo que anota más goles. Siendo éste un

223
ADOLFO QUISPE ARROYO

resultado lógico, pues mi afirmación de que A es favorito resultó falso,


siendo lógico el corolario final. En consecuencia, no existe ninguna
ilógica mística, pasionaria imprevisible, siendo una falacia esa bendita
afirmación de que “en el fútbol no existe la lógica”.

En política social sucede algo parecido, ejemplos por doquier. El caso de


Alberto Fujimori Fujimori que derrotó al favorito Mario Vargas Llosa en las
elecciones presidenciales del Perú, allá por los años de 1990. Un
movimiento social aparentemente débil llega a derrotar y trastocar todo
un sistema.

Los grupos poderosos que subestiman a grupos “débiles” por lógica en sí


muestran su extenuación, por ende, su derrota. No existe resultados
inadmisibles cuando las premisas están dadas. Algo así como el
enfrentamiento bíblico de David y Goliat; siendo favorito el gigante Goliat,
pero venció el menudo David ¿Este resultado es ilógico? No, es
totalmente lógico, porque vence quien derriba al otro. En caso contrario
no hubiera habido tal confrontación. El poderoso ejército Nazi fue
derrotado por el ejército rojo; algunos movimientos guerrilleros triunfaron
y otros fracasaron, pero el corolario sigue siendo lógico. Muchas veces
los supuestos poderosos terminan en sofismas, porque inapelablemente
lo falso o lo verdadero es un corolario lógico y no se mantendrá por
mucho tiempo el sofisma.

Ahora bien, procuramos analizar desde el punto de vista de la lógica


dialéctica.

La dialéctica posee tres grandes leyes: 1) ley de la unidad y lucha de


contrarios, 2) ley de la negación de la negación y 3) ley del tránsito de los
cambios cuantitativos a cambios cualitativos y viceversa. Además estas
leyes tienen categorías dinamizantes, como: Lo singular y lo universal,
causa y efecto, contenido y forma, necesidad y casualidad, esencia y
fenómeno, posibilidad y realidad, entre otras. Estas leyes y categorías de
la dialéctica fueron sistematizadas mayormente por el filósofo Wilhelm
Hegel, pero de manera idealista. Con Karl Marx y Friedrich Engels
adquieren carácter científico porque se aplica en la realidad, esto desde
la concepción materialista. En nuestro ejemplo del equipo A favorito y B
como “predestinado” a perder, diremos que el equipo A es favorito pero
tiene contradicción con otro equipo supuestamente débil, sin este equipo
no tendría el rango de favorito. Además es imposible que el equipo A se
mantenga favorito perpetuamente, pues por dialéctica en su desarrollo
se hará viejo y los equipos jóvenes le ganarán la partida, ocuparán su
lugar y a su vez se harán viejos y perderán con otros. El equipo débil que

224
perdía constantemente, empatando a lo sumo, siendo estos corolarios
cambios cuantitativos no se mantendrá eternamente en esa rutina: en su
desarrollo por dialéctica llegará a ser un poderoso equipo con corolarios
“sorprendentes”, o sea con corolarios favorables. Siendo totalmente
lógico el corolario y los cambios en el equipo. Entonces, nos volvemos a
preguntar ¿De dónde rayos surgió el fanfarroneado cliché de que: “en el
fútbol no existe la lógica”? Todo resultado es lógico y las categorías
filosóficas nos podrían ayudar a entender mejor la lógica de lo ilógico.
Para muestra un botón de la categoría posibilidad y realidad. En la
confrontación del equipo A con B, tanto el débil como el poderoso, de por
sí, llevan la posibilidad de ganar. Caso contrario no tendría sentido el
partido, pues por aplausos y comentarios de la mayoría le darían el
triunfo al equipo A. Pero en el partido de fútbol llega la confrontación y
ambos tienen la posibilidad de ganar, siendo el resultado totalmente
lógico, así que gane o pierda el poderoso, pues quien ganó convirtió a la
posibilidad en realidad. Es lógico ¿Dónde está la ilógica?

En política social es más evidente, la mayoría no implica necesariamente


verdad. Afirmaciones como: “Somos mayoría y tenemos la razón, somos
poderosos e invencibles” de por sí lleva la impotencia y derrota en la
confrontación con la minoría “débil e insignificante”. En los tiempos del
gobierno de Fujimori los que estaban en el poder se jactaban de que eran
absolutamente nueva mayoría y actuaban para intereses de la mayoría,
siendo esa una “verdad”, aparentemente; dicha afirmación se
desmoronó espectacularmente cuando el gobierno de Fujimori hizo agua
en todas partes, frente a las nuevas fuerzas. Este proceso es totalmente
lógico, se evidencia que tanto el poderoso como el débil no se
mantendrán con ese rango perpetuamente, más aún si, de por medio,
existen contradicciones. El ejército NAZI poderoso y avasallador terminó
derrotado por otras fuerzas; después de la Edad Media sobreviene el
Renacimiento. Los grupos de revolucionarios sociales se enfrentaron a
fuerzas muy poderosas en la historia, pero lograron el triunfo, así como
otros digirieron el sabor de la derrota; pero esta derrota de las nuevas
fuerzas, de por sí, lleva el triunfo inexorable, mientras la victoria de las
fuerzas caducas es fugaz y engañosa. Este resultado es una constante
dentro del corolario de la historia y su lógica de la ilógica. Un clásico llamó
a los supuestos poderosos “tigres de papel”.

Hoy pueden estar en el poder, mañana estarán otros. Por dialéctica “el
tigre de papel” a pesar de su poder sólo en el papel, tiene que caducar y
las fuerzas jóvenes que eran débiles en un inicio se hacen poderosas en
el proceso de la lucha. Es inevitable la confrontación, es inexorable la
caída del vetusto grupo de poder ante las fuerzas de grupos jóvenes y

225
ADOLFO QUISPE ARROYO

esto es por lógica dialéctica. Es lógico también que el grupo de poder se


resista al cambio reaccionando de la manera más violenta contra las
fuerzas jóvenes. Insistimos, es inexorable la derrota de las fuerzas
caducas. Ojalá se entienda como un proceso de desarrollo de la
dialéctica y no se busquen argumentos domésticos metafísicos, porque
es fachosa esta actitud de quienes se consideran “únicos científicos”.
Parafraseando a un clásico podemos paralelar: “materialistas
progresistas de palabra, pero metafísicos reaccionarios de hecho”. El
argumento corresponde simplemente a las leyes de la dialéctica, y no se
refiere en absoluto al ciclo biológico que todos habremos de pasar
irremediablemente, siendo también dialéctico. Es metafísico referirse a
las fuerzas caducas equivaliendo con la edad cronológica; a lo que
refiere la lógica de la historia son a las nuevas ideas, nuevos paradigmas.
Paradójicamente un líder progresista a pesar de sus muchos años
cronológicos, puede mantenerse: renovador, revolucionario y más activo
que muchos jóvenes cronológicos que vegetan parasitariamente en la
rutina de la caducidad histórica. Se entiende así la dialéctica, salvo que
sigamos en el Medioevo, con mordaza y sin arremetidas reflexivas y
críticas. Se sabe, también por psicología social que un grupo por su
mismo desarrollo tiende a dividirse y formar otros grupos, siendo
totalmente lógico este proceso. Así no hay nada de sorprendente para
quien entienda la lógica de la historia. No entienden la lógica formal,
menos la dialéctica, los que se sienten perpetuos vencedores, favoritos,
mayoría y los que creen que siempre los nuevos deben someterse,
siendo esa la “verdad”. Como ya indicamos, esa verdad lleva consigo la
falsedad, el triunfo de los poderosos lleva implícito su derrota. Siendo
fugaz el espíritu triunfalista del “grupo poderoso”.

En esta trama la supuesta ilógica es lógica, entiéndase que es un


proceso del desarrollo natural e histórico. Hemos visto ventajoso
considerar el fútbol, como ejemplo, siendo éste un vicio de las parias del
sistema con una influencia adormecedora en el pueblo, sea por el
lenguaje, por el escándalo o por la adrenalina. Por analogía hemos
referido también a la política social en su desarrollo para concluir que la
ilógica tiene lógica.

Publicado en suplemento especial del diario La Jornada - Ayacucho 2009


& en el Opúsculo Café Filosófico (2011)

226
Accesorio 01

LAS DOS CONCEPCIONES DEL MUNDO

SOBRE LA CONTRADICCION

Tomado de Obras Escogidas (Tomo I) de Mao Tse-tung


Ediciones en lenguas extranjeras
Pekín 1968

A lo largo de la historia del conocimiento humano, siempre han existido


dos concepciones acerca de las leyes del desarrollo del universo: la
concepción metafísica y la concepción dialéctica, que constituyen dos
concepciones del mundo opuestas. Lenin dice:

"Las dos concepciones fundamentales (¿o las dos posibles?


¿o las dos que se observan en la historia?) del desarrollo (evolución) son:
el desarrollo como disminución y aumento, como repetición, y el
desarrollo como unidad de los contrarios (la división del todo único en dos
contrarios mutuamente excluyentes y su relación recíproca)."

Lenin se refiere aquí precisamente a estas dos diferentes concepciones


del mundo.

Durante largo tiempo en la historia, tanto en China como en Europa, el


modo de pensar metafísico formó parte de la concepción idealista del
mundo y ocupó una posición dominante en el pensamiento humano. En
Europa, el materialismo de la burguesía en sus primeros tiempos fue
también metafísico. Debido a que una serie de países europeos entraron,
en el curso de su desarrollo económico-social, en una etapa de
capitalismo altamente desarrollado, a que las fuerzas productivas, la
lucha de clases y las ciencias alcanzaron en esos países un nivel sin
precedentes en la historia y a que allí el proletariado industrial llegó a ser
la más grande fuerza motriz de la historia, surgió la concepción marxista,
dialéctica materialista, del mundo. Entonces, junto al idealismo
reaccionario, abierto y sin disimulo, apareció en el seno de la burguesía el
evolucionismo vulgar para oponerse a la dialéctica materialista.

La concepción metafísica del mundo, o concepción del mundo del


evolucionismo vulgar, ve las cosas como aisladas, estáticas y
unilaterales. Considera todas las cosas del universo, sus formas y sus

227
ADOLFO QUISPE ARROYO

especies, como eternamente aisladas unas de otras y eternamente


inmutables. Si reconoce los cambios, los considera sólo como aumento o
disminución cuantitativa o como simple desplazamiento. Además, para
ella, la causa de tal aumento, disminución o desplazamiento no está
dentro de las cosas mismas, sino fuera de ellas, es decir, en el impulso de
fuerzas externas. Los metafísicos sostienen que las diversas clases de
cosas del mundo y sus características han permanecido iguales desde
que comenzaron a existir, y que cualquier cambio posterior no ha sido
más que un aumento o disminución cuantitativa. Consideran que las
cosas de una determinada especie sólo pueden dar origen a cosas de la
misma especie, y así indefinidamente, y jamás pueden transformarse en
cosas de una especie distinta. Según ellos, la explotación capitalista, la
competencia capitalista, la ideología individualista de la sociedad
capitalista, etc., pueden ser halladas igualmente en la sociedad
esclavista de la antigüedad, y aun en la sociedad primitiva, y existirán sin
cambio para siempre. En cuanto al desarrollo social, lo atribuyen a
factores exteriores a la sociedad, tales como el medio geográfico y el
clima. De manera simplista, tratan de encontrar las causas del desarrollo
de las cosas fuera de ellas mismas, y rechazan la tesis de la dialéctica
materialista, según la cual el desarrollo de las cosas se debe a sus
contradicciones internas. En consecuencia, no pueden explicar ni la
diversidad cualitativa de las cosas, ni el fenómeno de la transformación
de una calidad en otra. En Europa, este modo de pensar se manifestó
como materialismo mecanicista en los siglos XVII y XVIII y como
evolucionismo vulgar a fines del siglo XIX y comienzos del XX. En China,
el modo metafísico de pensar expresado en el dicho "El cielo no cambia y
el Tao tampoco", ha sido durante largo tiempo sostenido por la decadente
clase dominante feudal. En cuanto al materialismo mecanicista y al
evolucionismo vulgar, importados de Europa en los últimos cien años,
son sostenidos por la burguesía.

En oposición a la concepción metafísica del mundo, la concepción


dialéctica materialista del mundo sostiene que, a fin de comprender el
desarrollo de una cosa, debemos estudiarla por dentro y en sus
relaciones con otras cosas; dicho de otro modo, debemos considerar que
el desarrollo de las cosas es un automovimiento, interno y necesario, y
que, en su movimiento, cada cosa se encuentra en interconexión e
interacción con las cosas que la rodean. La causa fundamental del
desarrollo de las cosas no es externa sino interna; reside en su carácter
contradictorio interno. Todas las cosas entrañan este carácter
contradictorio; de ahí su movimiento, su desarrollo. El carácter
contradictorio interno de una cosa es la causa fundamental de su
desarrollo, en tanto que su interconexión y su interacción con otras cosas

228
son causas secundarias. Así, pues, la dialéctica materialista refuta
categóricamente la teoría metafísica de la causalidad externa o del
impulso externo, teoría sostenida por el materialismo mecanicista y el
evolucionismo vulgar. Es evidente que las causas puramente externas
sólo pueden provocar el movimiento mecánico de las cosas, esto es, sus
cambios de dimensión o cantidad, pero no pueden explicar la infinita
diversidad cualitativa de las cosas ni la transformación de una cosa en
otra. De hecho, hasta el movimiento mecánico, impulsado por una fuerza
externa, tiene lugar también a través del carácter contradictorio interno
de las cosas. El simple crecimiento de las plantas y los animales, su
desarrollo cuantitativo, también se debe principalmente a sus
contradicciones internas. De la misma manera, el desarrollo de la
sociedad no obedece principalmente a causas externas, sino internas.
Países de condiciones geográficas y climáticas casi idénticas se
desarrollan de un modo muy distinto y desigual. Más aún, en un mismo
país se producen enormes cambios sociales sin que haya cambiado su
geografía ni su clima. La Rusia imperialista se transformó en la Unión
Soviética socialista, y el Japón feudal, cerrado al mundo exterior, se
transformó en el Japón imperialista, sin que se hubieran producido
cambios en el medio geográfico ni el clima de ninguno de los dos países.
China, dominada durante largo tiempo por el feudalismo, ha
experimentado enormes cambios en los últimos cien años y ahora está
avanzando hacia su transformación en una nueva China, emancipada y
libre; sin embargo, no han ocurrido cambios ni en su geografía ni en su
clima. Por cierto, se operan cambios en la geografía y el clima de la Tierra
en su conjunto y de cada una de sus zonas, pero son insignificantes en
comparación con los cambios en la sociedad; los primeros se manifiestan
en términos de decenas de miles de años, en tanto que los segundos lo
hacen en términos de miles, cientos o decenas de años, e incluso en
pocos años o meses (en períodos de revolución). Según la dialéctica
materialista, los cambios en la naturaleza son ocasionados
principalmente por el desarrollo de las contradicciones internas de ésta, y
los cambios en la sociedad se deben principalmente al desarrollo de las
contradicciones internas de la sociedad, o sea, las contradicciones entre
las fuerzas productivas y las relaciones de producción, entre las clases y
entre lo viejo y lo nuevo. Es el desarrollo de estas contradicciones lo que
hace avanzar la sociedad e impulsa la sustitución de la vieja sociedad por
la nueva. ¿Excluye la dialéctica materialista las causas externas? No. La
dialéctica materialista considera que las causas externas constituyen la
condición del cambio, y las causas internas, su base, y que aquéllas
actúan a través de éstas. A una temperatura adecuada, un huevo se
transforma en pollo, pero ninguna temperatura puede transformar una
piedra en pollo, porque sus bases son diferentes. Existe constante

229
ADOLFO QUISPE ARROYO

influencia mutua entre los pueblos de los diferentes países. En la época


del capitalismo, especialmente en la época del imperialismo y de la
revolución proletaria, son extremadamente grandes la influencia mutua y
la interacción entre los diversos países en los terrenos político,
económico y cultural. La Revolución Socialista de Octubre inauguró una
nueva era, no sólo en la historia de Rusia, sino también en la historia
mundial. Ha ejercido influencia en los cambios internos de los demás
países del mundo y también, con especial profundidad, en los cambios
internos de China. Tales cambios, sin embargo, han tenido lugar a través
de las respectivas leyes internas de dichos países, incluida China.
Cuando dos ejércitos traban combate y uno resulta vencedor y el otro,
vencido, tanto la victoria del uno como la derrota del otro son
determinadas por causas internas. Uno es el vencedor gracias a su
poderío o a la corrección de su mando, y el otro sale derrotado sea por su
debilidad o por los errores de su mando; las causas externas actúan a
través de las causas internas. En China, la derrota que la gran burguesía
infligió al proletariado en 1927 se produjo por obra del oportunismo que
existía entonces en el seno del proletariado chino (dentro del Partido
Comunista de China). Cuando liquidamos ese oportunismo, la revolución
china volvió a desarrollarse. El que más tarde la revolución china haya
sufrido de nuevo serios golpes de sus enemigos es consecuencia del
aventurerismo que surgió en nuestro Partido. Cuando liquidamos el
aventurerismo, nuestra causa reanudó su avance. De esto se desprende
que si un partido quiere conducir la revolución a la victoria, ha de basarse
en la justeza de su línea política y en la solidez de su organización.

La concepción dialéctica del mundo surgió ya en la antigüedad, tanto en


China como en Europa. Sin embargo, la antigua dialéctica tenía un
carácter espontáneo e ingenuo; en razón de las condiciones sociales e
históricas de entonces, no le era posible constituirse en teoría
sistemática, y por eso no podía dar una explicación completa del universo
y fue reemplazada más tarde por la metafísica. Hegel, célebre filósofo
alemán de fines del siglo XVIII y comienzos del XIX, hizo importantísimas
contribuciones a la dialéctica, pero su dialéctica era idealista. Sólo
cuando Marx y Engels, los grandes protagonistas del movimiento
proletario, crearon la gran teoría del materialismo dialéctico y del
materialismo histórico sintetizando todo lo positivo conquistado en la
historia del conocimiento humano y, en particular, asimilando
críticamente los elementos racionales de la dialéctica hegeliana, se
produjo en la historia del conocimiento humano una gran revolución sin
precedentes. Esta gran teoría ha sido desarrollada posteriormente por
Lenin y Stalin. Al ser introducida en nuestro país, provocó enormes
cambios en el pensamiento chino.

230
Esta concepción dialéctica del mundo nos enseña principalmente a
observar y analizar el movimiento de los contrarios en las distintas cosas,
y a determinar, sobre la base de tal análisis, los métodos para resolver las
contradicciones. Por consiguiente, es para nosotros de singular
importancia comprender concretamente la ley de la contradicción en las
cosas.

Accesorio 02

LEYES FUNDAMENTALES DE LA DIALÉCTICA MATERIALISTA


Tomado de Manual de Filosofía, capítulo VII y VIII de Víctor Afanasiev

Como sabemos, la dialéctica marxista es la teoría del desarrollo y


concatenación universal. Lo más importante del desarrollo es el
problema de sus fuentes y fuerzas motrices. Puesto que la respuesta a
esta cuestión está en la ley de la unidad y lucha de contrarios,
comenzaremos por ella exponiendo las leyes fundamentales de la
dialéctica materialista.

LEY DE LA UNIDAD Y LUCHA DE CONTRARIOS

Lenin la llamó esencia y médula de la dialéctica. Esta ley pone al


descubierto las fuentes y causas reales del eterno movimiento y
desarrollo del mundo material. Su conocimiento es de gran importancia
para comprender la dialéctica del desarrollo de la naturaleza, de la
sociedad y del pensamiento, para la ciencia y la actividad revolucionaria
práctica.

El análisis de las contradicciones de la realidad objetiva y el


descubrimiento de su naturaleza es una exigencia importantísima de
toda investigación científica y de toda obra práctica.

1. UNIDAD Y LUCHA DE CONTRARIOS

Antes de hablar de la ley, veamos qué entiende la dialéctica


marxista-leninista por "contrarios" y por su "unidad".

Unidad de los contrarios

Todo el mundo conoce lo que es un imán y sabe que su principal


característica es tener dos extremos, el polo norte y el sur, que se
excluyen mutuamente, pero que están indisolublemente ligados entre sí.
Por mucho que tratemos de separar ambos polos no lo conseguiremos.

231
ADOLFO QUISPE ARROYO

El imán partido en dos, cuatro, ocho o más partes seguirá teniendo los
mismos polos.

Se llama contrarios a los aspectos, tendencias o fuerzas internas


del objeto que se excluyen mutuamente y al mismo tiempo, se
presuponen el uno al otro. La relación de indestructible dependencia de
estos aspectos constituye la unidad de los contrarios.

Todos los objetos y fenómenos tienen aspectos contradictorios. Todos


ellos constituyen una conexión orgánica, una unidad indestructible de
contrarios. Las partículas "elementales", por ejemplo, son una unidad
contradictoria de propiedades, ondulatorias y corpusculares. Son
contradictorias no sólo las partículas elementales, sino también el átomo
formado por ellas. En su centro se encuentra el núcleo con carga positiva
rodeado de uno o varios electrones con carga negativa. El proceso
químico es una unidad contradictoria de asociación y disociación de
átomos.

En los organismos vivos se presentan asimismo tendencias


contrapuestas. Ya hemos hablado de los procesos contradictorios de
asimilación y desasimilación, que constituyen el metabolismo inherente a
lo vivo. Además, los organismos poseen también propiedades
contradictorias, como la herencia y la adaptabilidad, La primera es
la propensión del organismo a conservar las propiedades adquiridas
hereditariamente, mientras que la adaptabilidad es su aptitud para
obtener nuevas propiedades adecuadas a las condiciones modificadas
del medio.

La actividad psíquica del hombre se caracteriza por procesos


contradictorios de excitación e inhibición, concentración e irradiación de
las excitaciones de la corteza de los hemisferios cerebrales.

En las sociedades divididas en clases antagónicas existen clases


contradictorias: el esclavo y el amo, en la sociedad esclavista, el
campesino siervo y el señor feudal, en el feudalismo, el proletario y el
burgués, en el capitalismo.

Aspectos contradictorios presenta también el proceso del conocimiento.


E hombre aplica métodos de investigación tan contradictorios y
mutuamente enlazados, como la inducción y la deducción, el análisis y la
síntesis, etc.

232
Así pues la contradicción de los objetos y fenómenos del mundo tiene
carácter general, universal. En el mundo no hay objeto ó fenómeno
que no se desdoble en tendencias contrapuestas. Los contrarios no
solamente se excluyen, sino que se presuponen forzosamente.
Coexisten en un mismo objeto o fenómeno y son inconcebibles el uno sin
el otro.

Hemos recalcado ya la unidad irrompible de los polos opuestos del imán.


Tan inseparables son la asimilación y la desasimilación en el organismo
vivo, el análisis y la síntesis en el proceso del conocimiento. La sociedad
capitalista es imposible sin clases opuestas: el proletariado y la
burguesía. Por supuesto, como resultado de la revolución socialista, el
proletariado liquida a la burguesía como clase, pero entonces el
capitalismo deja de ser capitalismo y cede el terreno al socialismo.
Mientras se conserva el capitalismo, la clase obrera no puede vivir sin
vender su fuerza de trabajo al capitalista y el capitalista siempre necesita
explotar al obrero.

Engels escribió: “y no puede existir un término de una contradicción sin


que exista el otro, como no se puede tener en la mano una manzana
entera después de haberse comido la mitad”

La lucha de contrarios, fuente del desarrollo

Hemos establecido que los objetos y fenómenos son una unidad de


contrarios. ¿Cuál es, pues, el carácter de esta unidad? ¿Existen los
contrarios pacíficamente en esa unidad o entran en contradicción, en
lucha, el uno con el otro? El desarrollo de los objetos y fenómenos más
diversos es prueba de que los extremos contrarios no pueden coexistir
pacíficamente en un mismo objeto, el carácter contradictorio de las
tendencias contrapuestas que se excluyen mutuamente, provoca
necesariamente la lucha entre ellas. Lo viejo y lo nuevo, lo que nace y lo
que muere en los objetos, no pueden menos de entrar en contradicción.
La contradicción, la lucha de contrarios, constituye la fuente esencial del
desarrollo de la materia y la conciencia. “El desarrollo -escribió Lenin- es
la 'lucha' entre tendencias contrapuestas”, recalcando con especial vigor
que esta lucha es absoluta, como absolutos son el desarrollo y el
movimiento.

La afirmación de que lo decisivo en el desarrollo es la lucha de contrarios


no disminuye la importancia de su unidad. La unidad de contrarios es una
condición indispensable de la lucha, pues la lucha sobreviene
únicamente donde las tendencias contrapuestas existen en un mismo
objeto o fenómeno.
233
ADOLFO QUISPE ARROYO

Lenin expresó que entre las tendencias contrapuestas puede existir


también un estado de equilibrio temporal, que se debe comprender en el
sentido de que, en una etapa determinada del desenvolvimiento del
proceso, ninguna de ellas tiene ventaja ostensible.

Así ocurrió, por ejemplo, en Rusia en octubre de 1905, cuando el zarismo


ya no tenía fuerzas para vencer, y a la revolución aún le faltaban fuerzas
para triunfar. También hubo cierto equilibrio de fuerzas entre la burguesía
y los terratenientes, por una parte, y los obreros y campesinos, por otra,
en el período de febrero a junio de 1917. Pero en ambos casos el
equilibrio de las fuerzas opuestas fue temporal. En 1905 vencieron las
fuerzas reaccionarias, pero en 1917 conquistaron la victoria el
proletariado revolucionario y sus aliados.

El equilibrio de los contrarios es también relativo en cualquier otro


proceso. No puede ser de otra manera, si fuera constante, eterno, en el
mundo no se produciría desarrollo alguno. Sólo la lucha constituye la
fuente y fuerza motriz del desarrollo.

Muchos representantes de la filosofía burguesa contemporánea


tergiversan la esencia revolucionaria de la médula de la dialéctica
marxista y otorgan categoría de absoluto al equilibrio de los contrarios,
negando la lucha. No ven lo principal en la lucha de las tendencias
contrapuestas, sino en su conciliación, en el equilibrio. De este modo
intentan conciliar los intereses de la burguesía con los del proletariado,
desviar a las masas populares de su aspiración a resolver por vía
revolucionaria las contradicciones del capitalismo. En realidad, es
imposible conciliar las contradicciones de clase.

Testimonio convincente de ello es la historia de la humanidad y la práctica


de la lucha revolucionaria de la clase obrera. Toda la experiencia de la
evolución científica y de la práctica histórico-social de los hombres
atestigua incontrovertiblemente que la fuente del desarrollo es la
lucha de contrarios. Al mismo tiempo, se debe tener en cuenta que esta
lucha se manifiesta de distinta manera en diferentes dominios de la
realidad material.

En la naturaleza inorgánica es muy frecuente la lucha (interacción) de


fuerzas opuestas como la atracción y la repulsión. La interacción de las
fuerzas de atracción y repulsión mecánicas, eléctricas, nucleares, etc.,
desempeña un gran papel en el surgimiento y existencia de los
núcleos atómicos, átomos y moléculas. La lucha de estas fuerzas, como
lo demuestran las teorías cosmogónicas moderna ha sido una
importantísima fuente de la aparición del sistema solar.
234
La astronomía moderna ha descubierto también que la interacción de las
fuerzas de atracción y repulsión es una de las fuentes más importantes
de los diversos procesos que se operan actualmente en el espacio
cósmico. No existe un equilibrio absoluto de estas fuerzas en los diversos
ámbitos del universo, sino que predomina necesariamente alguna de
ellas. Donde predomina la repulsión, la materia y la energía se dispersan,
las estrellas se apagan, donde prevalece la atracción, la materia y la
energía se concentran y, en consecuencia, se encienden nuevas
estrellas. Así, pues, en el proceso de la lucha y las interacciones de las
fuerzas contrapuestas se produce el movimiento eterno de la materia y la
energía en el cosmos.

Ya hemos visto que los procesos contradictorios de asimilación y


desasimilación son propios de los organismos vivos. Su lucha e
interdependencia constituyen la fuente específica del desarrollo de lo
vivo. Estos procesos contradictorios no pueden estar en equilibrio
absoluto, uno de ellos debe predominar. En el organismo joven la
asimilación predomina sobre la desasimilación y esa es la causa de que
crezca y se desarrolle. Cuando la desasimilación predomina sobre la
asimilación, el organismo envejece, se destruye, sin embargo, en
cualquier organismo, sea joven o viejo, tales procesos dependen uno del
otro. La vida es interacción y contradicción. Cuando cesa esta
contradicción, termina la vida y llega la muerte.

El progreso del desarrollo social también se produce sobre la base de la


unidad y lucha de contrarios. Entre las contradicciones del desarrollo
social desempeñan una función de gran magnitud las existentes en la
producción material y, ante todo, entre las fuerzas productivas y las
relaciones de producción. Esta última contradicción se expresa, en las
sociedades divididas en clases antagónicas, en la lucha entre ellas, lucha
que conduce a la revolución social y a la sustitución del viejo régimen por
otro nuevo.

Los objetos o fenómenos se desdoblan en tendencias contrapuestas,


constituyen la unidad de contrarios. Las tendencias contrapuestas no
existen simplemente, sino que se encuentran en estado de contradicción
y lucha permanentes entre ellas. La lucha de contrarios constituye el
contenido interno de la fuente del desarrollo de la realidad.

Tal es la esencia de la ley dialéctica de la unidad y lucha de contrarios.

235
ADOLFO QUISPE ARROYO

2. MULTIFORMIDAD DE LAS CONTRADICCIONES

En el mundo existen muchas y diversas contradicciones. Continuamente


tropezamos con ellas en la vida diaria. Diversas ciencias las estudian. La
dialéctica marxista, a diferencia de esas ciencias, estudia las
contradicciones más generales. Por eso nosotros analizaremos aquí los
grupos más grandes e importantes de contradicciones, tales como las
internas y externas, antagónicas y no antagónicas, principales y no
principales.

Contradicciones internas y externas

La dialéctica marxista exige ante todo que se distingan las


contradicciones internas y externas.

Son contradicciones internas la interacción y lucha de las tendencias


contrapuestas de un determinado objeto. Contradicciones externas
son las relaciones contradictorias que un objeto tiene con el medio
ambiente Y con otros objetos de este medio.

Los adversarios de la dialéctica marxista tergiversan el papel que los


distintos grupos de contradicciones desempeñan en el desarrollo.
Niegan la importancia decisiva de las contradicciones internas y
consideran a las externas como única fuente del desarrollo.

Desde su punto de vista, por ejemplo, la fuente del desarrollo de la


sociedad de clases no es la lucha de las clases opuestas, sino la
contradicción existente entre la sociedad y la naturaleza. No quieren
comprender el hecho de que la propia relación del hombre con la
naturaleza y el grado de su dominio sobre ella dependen de las
relaciones establecidas entre las clases en la sociedad y del carácter del
régimen social.

Tanto las contradicciones internas como las externas son inherentes a


los objetos y fenómenos de la realidad material. Pero lo principal y
decisivo son las internas, las contradicciones implícitas en el propio
objeto. Estas son, ante todo, la fuente del movimiento. Así, pues, la
dialéctica marxista entiende el movimiento como automovimiento de la
materia, como movimiento interno, cuyos motivos e impulsos están
implícitos en los propios objetos y fenómenos en desarrollo.

La interacción y lucha de las propiedades ondulatorias Y corpusculares


de la materia, de las fuerzas de atracción y repulsión, de la asimilación

236
desasimilación y otras tendencias contrapuestas, que ya hemos
mencionado como fuentes del desarrollo en distintos dominios de la
realidad, no son introducidas en los objetos y fenómenos desde el
exterior, sino que son inherentes a ellos.

Las contradicciones internas son la fuente del desarrollo, porque ellas


determinan la faz y la naturaleza del propio objeto. Fuera de sus
contradicciones internas el objeto no sería lo que es. El átomo, por
ejemplo, no podría existir sin la interacción o "lucha" entre el núcleo, con
carga positiva, y los electrones, con carga negativa, el organismo, sin la
asimilación y la desasimilación, etc.

Las influencias exteriores ejercidas sobre un objeto se reflejan siempre a


través de las contradicciones internas que le son propias, y en esto
se revela también el papel determinante que desempeñan en el
desarrollo. El cambio del medio ambiente sólo da un impulso al
desenvolvimiento de los organismos. Pero la dirección del proceso y sus
resultados dependen en última instancia del tipo de metabolismo
inherente al organismo, es decir, de la interacción entre la asimilación y la
desasimilación propias de ese organismo.

La fuente del desarrollo de la sociedad también está implícita en ella


misma, en sus propias contradicciones internas. La forma y la orientación
en la evolución de un país y el tipo de su organización social dependen
del modo en que se resuelvan sus contradicciones internas de clase. El
Programa del PCUS dice: "La revolución no se hace por encargo. No se
la puede imponer al pueblo desde el exterior. Es resultado de las
profundas contradicciones internas e internacionales del capitalismo".

Es verdad que abundan los casos de imposición de regímenes sociales a


los pueblos por fuerzas reaccionarias exteriores, pero esos
regímenes son siempre inestables y se desmoronan a la primera
prueba dura.

Si bien es cierto que las contradicciones internas desempeñan un papel


decisivo, eso no significa que la dialéctica materialista niega la
importancia de las contradicciones externas en el desarrollo. La función
de éstas es diversa. La mayor parte de las veces constituyen una
condición indispensable del proceso. Tal es, por ejemplo la contradicción
existente entre la sociedad y la naturaleza, a la que el hombre arranca los
bienes materiales.

237
ADOLFO QUISPE ARROYO

Las contradicciones externas pueden contribuir al desarrollo o frenarlo,


imprimirle distintos matices y formas, pero no definir el curso principal del
proceso ni el desarrollo en su conjunto. Así, la solución acertada de
las contradicciones internas y, ante todo, el antagonismo existente
entre la burguesía derrocada, más no liquidada aún definitivamente, y el
proletariado, tuvo una importancia decisiva para la victoria del socialismo
en la URSS. Sin embargo el movimiento hacia el socialismo se produjo
asimismo en presencia de la contradicción externa existente entre el
Estado soviético y los países del capitalismo, que procuraron todos los
medios para restablecer el régimen capitalista en la URSS. El boicot
político y el bloqueo económico, la intervención, las reiteradas
provocaciones armadas y finalmente, la invasión de los fascistas
alemanes, frenaron seriamente el desarrollo de la Unión Soviética.

Puesto que las contradicciones internas determinan el desarrollo de


todos los objetos y fenómenos, en la actividad práctica es necesario ante
todo saber descubrir y resolver correctamente esas contradicciones.
Tampoco se deben desdeñar las contradicciones externas, pues
desempeñan asimismo un gran papel en el desarrollo. El éxito se alcanza
únicamente cuando se tienen muy en cuenta la interdependencia y la
interacción de las contradicciones internas y externas.

Contradicciones antagónicas y no antagónicas

Al hablar de las contradicciones antagónicas y no antagónicas se debe


tener presente, ante todo, la esfera de los fenómenos sociales. Es verdad
que también existen antagonismos de cierto género en los organismos
vivos, entre algunos tipos de bacterias, entre animales rapaces y no
rapaces y entre algunos organismos vegetales, pero no se los debe
confundir con los antagonismos sociales.

Contradicciones antagónicas son, ante todo, las existentes entre las


clases que tienen intereses inconciliables. Son las más exacerbadas y
manifiestas y se deben al acusado contraste de las condiciones de
vida, fines y propósitos de las clases. Su rasgo más importante
consiste en que no se pueden resolver dentro del marco del régimen
social, del cual son típicas. Al profundizarse y acentuarse, las
contradicciones antagónicas dan lugar a cruentos choques y conflictos.
El medio de resolverlas es la revolución social.

La contradicción existente entre la burguesía y el proletariado en la


sociedad capitalista presenta particular agudeza y profundidad. Su
antagonismo se debe a la posición objetiva que estas clases ocupan en la

238
sociedad. La burguesía posee todos los medios de producción y merced
a ello, se queda con la parte mayor parte de los valores materiales
producidos por la sociedad. Ejerce el dominio político y goza de todos los
bienes culturales. El proletariado carece de medios de producción, y por
eso se ve forzado a trabajar para la burguesía. Crea todos los bienes
materiales y recibe únicamente una parte insignificante. Está privado de
derechos políticos y de la posibilidad de gozar de las conquistas
científicas y culturales.

Los intereses de la burguesía y el proletariado son diametralmente


opuestos, aquélla tiende a perpetuar su dominio, y éste, a emanciparse
de la explotación. En consecuencia, está entablada entre ambos una
tenaz lucha de clases, cuyo fin inevitable es la revolución socialista. Así,
pues, la lucha de clases y la revolución socialista son una forma particular
de resolver las contradicciones antagónicas del capitalismo.

Los ideólogos de la burguesía y los revisionistas niegan la existencia de


antagonismos de clase en la sociedad capitalista moderna.

En realidad, las contradicciones antagónicas del capitalismo no sólo no


han desaparecido en nuestros días, sino que se acentúan
constantemente. Existen y existirán mientras exista el capitalismo, y
desaparecerán únicamente con la victoria del socialismo.

Las contradicciones no antagónicas son las existentes entre las clases y


grupos sociales cuyos intereses principales coinciden. Estas
contradicciones no se resuelven por medio de una revolución social, sino
que se superan gradualmente. Tales son, por ejemplo, las existentes
entre la clase obrera y los campesinos. Bajo el capitalismo, la ciudad
explota al campo, y por eso el campesino hace extensiva en cierta
medida al obrero la animadversión que siente por la ciudad. El
campesino posee algo (tierra, ganado de labor, aperos, etc.) y está
interesado en conservarlo. El obrero no tiene ninguna propiedad. Los
intereses de unos y otros chocan asimismo en el mercado, donde el
campesino procura vender más caros los productos de su trabajo. Todo
esto provoca determinadas contradicciones entre la clase obrera y los
campesinos bajo el régimen capitalista.

Los intereses de obreros y campesinos, contradictorios en aspectos


particulares, coinciden plenamente en lo principal. Unos y otros son
clases explotadas. Por eso aspiran a liquidar la explotación, y en esta
cuestión cardinal sus intereses son idénticos.

239
ADOLFO QUISPE ARROYO

Esta comunidad de intereses fundamentales constituye la base objetiva


para concertar la alianza de ambos en la lucha contra el régimen
capitalista.

Teniendo presente esa comunidad de intereses vitales, el Partido


Comunista de la Unión Soviética los cohesionó en una poderosa fuerza
social que derrotó a la burguesía.

Luego, en el proceso de la edificación del socialismo, fueron superadas


las contradicciones heredadas del capitalismo, y de este modo la unidad
de obreros y campesinos en la lucha común por el socialismo fue cada
vez más sólida e indestructible, sin grandes conflictos.

Contradicciones fundamentales y no fundamentales

Desde los objetos y fenómenos más simples hasta los más complejos
llevan simultáneamente implícitas varias contradicciones. Para
orientarse en ese enjambre es preciso hallar entre ellas la
fundamental, la más importante. La contradicción fundamental
desempeña el papel decisivo y primordial en el desarrollo e influye en
todas las demás contradicciones.

La contradicción fundamental y decisiva del proceso químico es la


existente entre la asociación y la disociación de los átomos, en el proceso
biológico, el carácter contradictorio del metabolismo, etc. Es de suma
importancia encontrar la contradicción fundamental en la vida social, que
se distingue por su complejidad y variedad excepcionales. Encontrar
esta contradicción fundamental ayuda a las clases progresistas de la
sociedad y a los partidos marxistas a elaborar una política acertada y a
organizar de manera eficiente la labor práctica.

To m e m o s l a s o c i e d a d c o n t e m p o r á n e a . Ti e n e m u c h í s i m a s
contradicciones implícitas. En cualquier país capitalista existe
antagonismo entre el carácter social del proceso de producción y la
forma privada de apropiación, entre el trabajo y el capital. Existen
contradicciones entre países capitalistas por separado, entre grupos y
bloques de cada país, etc.

¿Cuál de ellas es la fundamental, la decisiva?

En la sociedad contemporánea, en su conjunto, es la que existe entre las


fuerzas del socialismo, encarnadas en el sistema socialista mundial, y las
fuerzas reaccionarias del imperialismo. Esta contradicción se ha

240
convertido actualmente en la base del desarrollo de la humanidad.
Entraña dos líneas, dos tendencias históricas. Una, representada por el
sistema mundial del socialismo, es la línea del progreso. La otra,
representada por el imperialismo, es la línea de la reacción, la opresión y
las guerras.

La contradicción existente entre el socialismo y el imperialismo ejerce


inmensa influencia en todo el curso de la historia universal. Influye en la
lucha de clases en los propios países capitalistas, en la que sostienen los
pueblos coloniales y dependientes contra sus opresores y en las
contradicciones entre los propios países imperialistas. La existencia
del sistema socialista mundial es un serio obstáculo que impide a los
imperialistas desencadenar una nueva guerra mundial. Les impide
pisotear impunemente los derechos soberanos de los pueblos, da
seguridad en la justicia de su causa a los trabajadores de los países
capitalistas y los alienta en la lucha contra los explotadores. A medida que
el sistema socialista obtiene éxitos en el desarrollo económico, político y
cultural, aumenta su importancia en la arena internacional. Por eso,
cuando organizan su actividad práctica, los partidos marxistas tienen en
cuenta la influencia de esta contradicción, la más importante de la
actualidad, así como el incremento constante del poderío de las fuerzas
socialistas y el debilitamiento de las imperialistas.

La contradicción existente entre el socialismo y el imperialismo, que es la


fundamental de nuestra época, no elimina las profundas contradicciones
que desgarran al mundo capitalista. El Programa del PCUS recalca: "...
El sistema imperialista mundial se ve desgarrado por profundas y agudas
contradicciones. El antagonismo entre el trabajo y el capital, las
contradicciones entre el pueblo y los monopolios, el creciente
militarismo, la disgregación del sistema colonial, las contradicciones
entre los países imperialistas, los conflictos y las contradicciones entre
los jóvenes Estados nacionales y las viejas potencias colonizadoras y,
sobre todo, el desarrollo impetuoso del socialismo mundial minan y
destruyen el imperialismo, lo llevan a su debilitamiento".

Entre las contradicciones internas y externas, entre las antagónicas y no


antagónicas y entre las fundamentales y no fundamentales no hay
fronteras absolutas. En realidad, se enlazan entre sí, pasan de unas a
otras y desempeñan distinto papel en el proceso de desarrollo. Por eso
cada contradicción se debe abordar de una manera concreta, teniendo
en cuenta las condiciones en que se manifiesta y el papel que
desempeña.

241
ADOLFO QUISPE ARROYO

Durante los primeros años de Poder soviético se reveló de manera muy


acusada la contradicción entre la avanzada organización política
instaurada en el país y la economía atrasada, recibida en herencia de la
Rusia zarista. Esta contradicción se resolvió durante los años de lucha
por la industrialización. A medida que ésta se realizaba, se fue
agudizando cada vez más la contradicción entre la industria socialista y la
agricultura atrasada de los pequeños campesinos, que se resolvió
con los esfuerzos del pueblo mediante la colectivización de las
haciendas rurales.

LEY DEL TRANSITO DE LOS CAMBIOS CUANTITATIVOS A


CUALITATIVOS

La ley del tránsito de los cambios cuantitativos a cualitativos trata de la


manera en que se opera el proceso del desarrollo, cuál es su mecanismo.
Para comprender la esencia de esta ley debemos aclarar, ante todo, qué
es calidad y qué es cantidad.

1. CONCEPTO DE CALIDAD Y CANTIDAD

En torno de nosotros hay muchos objetos y fenómenos de lo más


diversos, y todos ellos se mueven y cambian sin cesar. No obstante, no
los confundimos, los distinguimos y determinamos. No los vemos
fundidos en una masa gris y amorfa, sino que cada uno se distingue de
los otros por particularidades y propiedades inherentes solamente a él.

Tomemos, por ejemplo, el oro. Tiene un color amarillo peculiar, ductilidad


y maleabilidad, posee determinada densidad, capacidad térmica y
temperatura de fusión y ebullición. El oro no se disuelve ni en los álcalis ni
en toda una serie de ácidos, presenta escasa actividad química y no se
oxida en el aire. Todas estas propiedades, tomadas en conjunto, lo
distinguen de otros metales. Lo que hace que un objeto sea lo que es, y
no otro, y lo distingue de los demás, se llama calidad.

Todos los objetos y fenómenos poseen calidad. Eso nos permite


determinarlos y distinguirlos. ¿En qué se distingue, por ejemplo, lo vivo
de lo inanimado? En su facultad metabólica, en su capacidad para
reaccionar adecuadamente a los agentes exteriores y reproducirse. Este
rasgo y algunos otros son su calidad.

242
Los fenómenos sociales también se distinguen por su calidad.

Así, el capitalismo se diferencia del feudalismo por el predominio


de la producción mercantil, por la existencia de la propiedad capitalista y
el trabajo asalariado y por otros rasgos.

La calidad se manifiesta en cualidades. La cualidad caracteriza una cosa


por algún aspecto determinado, en tanto que la calidad da una idea de
conjunto del objeto. El color amarillo, la maleabilidad, la ductilidad y otros
rasgos del oro tomados por separado son sus cualidades, y estas
cualidades juntas constituyen su calidad. Además de una calidad
determinada, cada objeto posee también cantidad. A diferencia de
aquélla, ésta define al objeto por el grado de su desarrollo o la intensidad
de sus cualidades, así como por su magnitud, volumen, etc. Por lo
general, la cantidad se expresa en número. Tienen expresión numérica
las dimensiones, el peso y el volumen de los objetos, la intensidad de sus
colores y de los sonidos que emiten, etc.

La característica cuantitativa es también inherente a los fenómenos


sociales. Cada régimen político-social posee un determinado nivel y un
grado de desarrollo de la producción. Cada Estado dispone de una
capacidad de producción y recursos humanos, energéticos y de materias
primas determinados.

La cantidad y la calidad son un todo único porque representan aspectos


de un mismo objeto. Pero entre ellas existen también grandes
diferencias. El cambio de la calidad cambia el objeto, lo trasforma en otro;
el cambio de la cantidad, dentro de ciertos límites, no trasforma
visiblemente el objeto. Si se destruye la propiedad capitalista, o sea, el
rasgo cualitativo más importante del capitalismo, y se sustituye por la
socialista, al capitalismo, sucederá un régimen nuevo, cualitativamente
distinto. Pero si esa propiedad se agranda, centraliza y concentra en
manos de un grupo reducido de monopolistas o del Estado burgués,
como ocurre en el mundo capitalista contemporáneo, no por eso el
capitalismo dejará de ser capitalismo. Por el contrario acentúa sus
cualidades.

La unidad de cantidad y calidad se llama medida. Ésta, es algo así como


la frontera o marco, dentro del cual el objeto sigue siendo lo que es. La
"infracción" de la medida, de esta combinación determinada de los
aspectos cuantitativos y cualitativos, cambia el objeto, lo trasforma en
otro. Así, la medida para el mercurio en estado líquido es una
temperatura que va desde 39° C bajo cero hasta 3570° C sobre cero. Si

243
ADOLFO QUISPE ARROYO

desciende a la primera temperatura, el mercurio se solidifica; sí


sobrepasa a la segunda, empieza a hervir y pasa al estado gaseoso. En
ambos casos sus cualidades, sus propiedades cambian. Sin embargo
mientras se mantiene dentro de ese marco todavía se puede decir que es
mercurio.

Los fenómenos sociales también tienen expresión cuantitativa y


cualitativa. Por ejemplo cada crisis capitalista mundial es
cuantitativamente mayor que las anteriores, abarca más territorios,
satura en mayor medida los mercados, mayores son las consecuencias
en el empleo y la producción. Pero aunque en su seno ya se gesten las
condiciones nuevas para que el capitalismo sea superado, hasta que
no se producen los “saltos” cualitativos necesarios: eliminación de la
burguesía como clase dominante, socialización de los medios de
producción, etc. sigue siendo capitalismo.

En la cognición y en la actividad práctica es de suma importancia tener en


cuenta la unidad de los aspectos cuantitativos y cualitativos de los
objetos fenómenos.

2. EL TRÁNSITO DE LOS CAMBIOS CUANTITATIVOS A


CUALITATIVOS. LEY DEL DESARROLLO

Como queda dicho, el cambio de la cantidad dentro de ciertos límites no


cambia el estado cualitativo del objeto. Pero en cuanto se rebasan esos
límites o se "infringe" la medida, los cambios cuantitativos que antes
parecían poco importantes, originan necesariamente trasformaciones
radicales, cualitativas. La cantidad se convierte en calidad. Marx escribió
que en el proceso del desarrollo “...los cambios puramente cuantitativos
se truecan en diferencias cualitativas”.

El tránsito de los cambios cuantitativos a cualitativos es una ley universal


del desarrollo del mundo material. Veamos, pues, cómo actúa en
distintos dominios de la realidad. La física moderna ha establecido que
algunas partículas "elementales" se pueden trasformar en otras
cualitativamente distintas, con la particularidad de que ese proceso está
siempre vinculado con determinadas acumulaciones cuantitativas, se
opera solo en el caso de que las partículas tengan un nivel de energía
suficientemente alto.

Las numerosas conversiones de sustancia de un estado de agregación


en otro (de sólido en líquido, de líquido en gaseoso, etc.) son una
manifestación muy frecuente de la ley del tránsito de los cambios

244
cuantitativos a cualitativos. Así, al calentar el agua a una temperatura
superior de 100° C se trasforma en otra calidad: vapor. Las cualidades del
vapor son distintas de las del agua. Por ejemplo, no puede disolver la sal
ni el azúcar, en tanto que estas sustancias se disuelven en el agua. Para
la lógica formal sigue denominándose vapor de agua, hielo de agua pero
para la lógica dialéctica es otra forma de materia con otras propiedades.

La ley del tránsito de los cambios cuantitativos a cualitativos se


manifiesta con particular evidencia en los procesos químicos. La ley
periódica de Mendeléiev establece que la calidad de los elementos
químicos depende de la cantidad de carga positiva del núcleo de sus
átomos. Hasta determinado límite, el cambio cuantitativo de la carga del
núcleo no origina el cambio cualitativo del elemento químico, pero a
determinado grado lo trasforma en un elemento nuevo. Así, en la
disgregación radiactiva con pérdida de peso atómico y carga del núcleo,
el uranio termina por trocarse con plomo, elemento de otra calidad. La
química es, en general, la ciencia de las trasformaciones cualitativas de
las sustancias como resultado de los cambios cuantitativos. La molécula
de oxígeno, por ejemplo, contiene dos átomos, pero apenas se le agrega
uno más, se convierte en ozono, sustancia química de nueva calidad.

En el mundo orgánico también se produce el tránsito de los cambios


cuantitativos a cualitativos, aunque en él es mucho más difícil advertir
que los cambios de calidad se deben a acumulaciones cuantitativas. El
académico soviético Lisenko ha establecido que las plantas atraviesan
en su desarrollo dos fases cualitativamente distintas: la de vernalización
y la de luminación, y que el tránsito de una fase a otra se debe al cambio
de la cantidad de calor, humedad y luz en las condiciones exteriores.

El proceso del tránsito de los cambios cuantitativos a cualitativos también


se opera por doquier en el desarrollo social. El paso del capitalismo al
socialismo, por ejemplo, que ocurre mediante la revolución socialista,
tiene determinadas premisas cuantitativas: el incremento de las fuerzas
productivas, el aumento del carácter social de la producción y del número
del proletariado revolucionario, etc.

En la realidad objetiva se opera también el proceso inverso: un aumento


de la calidad debido a los cambios cualitativos. Por ejemplo, el cambio
radical, cualitativo, del capitalismo por el socialismo, causó una
alteración considerable de los índices cuantitativos: aumento del
volumen de la producción industrial y agrícola, incremento del ritmo del
desarrollo económico y cultural, ascenso de la renta nacional y de los
salarios, etc.

245
ADOLFO QUISPE ARROYO

Los cambios cuantitativos y cualitativos están, por tanto, ligados entre sí


y dependen unos de otros.

Unidad de la continuidad y la discontinuidad (salto) en el desarrollo

Los cambios cuantitativos presentan un carácter relativamente lento,


continuo, mientras que las trasformaciones cualitativas se interrumpen,
tienen la forma de saltos. El desarrollo se manifiesta, pues, como la
unidad de dos formas o fases distintas, pero interdependientes:
continuidad y discontinuidad (forma de saltos)

La continuidad en el desarrollo es una fase de acumulaciones


cuantitativas lentas e imperceptibles. No afecta a la calidad del objeto,
sino que introduce en él insignificantes cambios cuantitativos y
constituye un proceso de aumento o disminución de lo existente.

La discontinuidad o salto es una fase de cambios cualitativos radicales


del objeto, un momento o período de trasformación de la calidad vieja en
otra nueva. A diferencia de los cambios cuantitativos, lentos y ocultos, el
salto, es un cambio más o menos manifiesto, relativamente rápido de la
calidad del objeto. Estos cambios se operan con relativa rapidez incluso
cuando las trasformaciones cualitativas adquieren la forma de tránsito
gradual.

La trasformación de unas partículas "elementales" en otras, el cambio de


estado de la sustancia, la aparición de un nuevo elemento químico, de
una especie vegetal o animal inexistente antes o de un régimen social
nuevo, son saltos en el desarrollo del mundo material. Con la
particularidad de que cada uno de ellos es resultado de determinadas
acumulaciones cuantitativas.

Los saltos tienen inmensa importancia en el proceso del desarrollo


puesto que ellos destruyen lo viejo y originan lo nuevo. Son de particular
importancia en el desarrollo de la sociedad los saltos, que a menudo
tienen carácter de revoluciones, que derrocan el viejo régimen e
instauran otro nuevo, eliminando al propio tiempo los obstáculos que
impiden el progreso social.

Como el desarrollo es siempre una unidad de cambios cuantitativos


(continuos) y cualitativos (en forma de saltos), estas dos fases del
desarrollo se deben tener en cuenta en la actividad práctica y
cognoscitiva. Ignorar cualquiera de ellas significa desfigurar el proceso
del desarrollo, y lleva a la metafísica.

246
Es característica de los metafísicos negar los cambios cualitativos y
reducir el desarrollo a acumulaciones cuantitativas imperceptibles.
Ejemplo de semejante concepción del desarrollo en la biología es el
preformismo, cuyos representantes (entre ellos el ya citado Robinet)
consideran que el embrión es un organismo adulto, completamente
desarrollado, pero de tamaño microscópico. El desarrollo del organismo
sería un simple crecimiento, un aumento de magnitud del embrión. En
realidad éste experimenta en su desarrollo profundos cambios
cualitativos.

Los ideólogos burgueses, y con ellos los revisionistas también


tratan de explicar el desarrollo social desde posiciones metafísicas
similares. Lo comprenden como una continuidad pura, sin saltos, sin
virajes revolucionarios. Con ello niegan la necesidad de la revolución
socialista. Igualmente erróneo es desdeñar los cambios cuantitativos y
reducir el desarrollo a los saltos, a la interrupción del movimiento gradual,
como hizo, por ejemplo, Cuvier. Según él, en la tierra se sucedieron, uno
tras otro, cataclismos que motivaron la sustitución total de las viejas
especies vegetales y animales por otras nuevas. Además, Cuvier negó
toda vinculación entre las especies aparecidas y las desaparecidas.

La negación de los cambios cuantitativos sirve de base teórica al


anarquismo, corriente pequeñoburguesa hostil al marxismo. Los
anarquistas desdeñan la labor escrupulosa y prolongada con el fin de
reunir fuerzas, organizar a las masas y prepararlas poco a poco para las
acciones revolucionarias. La táctica de los anarquistas, que ha inferido
graves daños al movimiento obrero, es propia de aventureros y
conspiradores.

La dialéctica marxista exige que se tengan en cuenta las formas


continuas y los saltos en el proceso del desarrollo. Es de singular
importancia tomar en consideración su unidad en el desarrollo social.
Puesto que el salto, la revolución, es de alcance decisivo en el desarrollo
de la sociedad, el tránsito del capitalismo al socialismo no se puede
efectuar por medio de cambios cuantitativos lentos, por la vía de las
reformas, sino sólo mediante una trasformación cualitativa del régimen
capitalista como resultado de la revolución socialista.

No obstante, la revolución es imposible sin una preparación previa; por


eso los comunistas preparan concienzudamente las trasformaciones
revolucionarias, reúnen fuerzas y valoran activamente las condiciones
necesarias para dar el viraje revolucionario decisivo. Sirva de ejemplo la
preparación y ejecución de la Revolución Socialista de Octubre. En las

247
ADOLFO QUISPE ARROYO

dificilísimas condiciones que imperaban bajo el régimen zarista, el


Partido organizó a los obreros, los templó ideológicamente, acumuló
fuerzas y ganó influencia en las amplias masas de los trabajadores.
Cuando se dieron las premisas necesarias para empezar la revolución, el
Partido condujo intrépidamente a la clase obrera y sus aliados por
la senda de la trasformación revolucionaria de la sociedad.

En resumen: la cantidad y la calidad son rasgos inherentes a


todos los objetos y fenómenos. Ambas están vinculadas entre sí, y en el
proceso del desarrollo los cambios cuantitativos graduales e
imperceptibles se convierten en cambios radicales cualitativos.

Este paso se realiza en forma de salto, dando lugar a nuevos procesos de


acumulación cuantitativa. Tal es la esencia de la ley dialéctica del tránsito
de los cambios cuantitativos a cualitativos.

LEY DE LA NEGACIÓN DE LA NEGACIÓN

La ley de la negación de la negación indica la dirección general, la


tendencia, del desarrollo del mundo material. Para comprender su
esencia y alcance se debe aclarar, ante todo, qué es negación
dialéctica y qué lugar ocupa en el proceso del desarrollo.

1. NEGACIÓN DIALECTICA Y SU PAPEL EN EL PROCESO DEL


DESARROLLO

En cualquier campo de la realidad material se opera constantemente el


proceso de muerte de lo viejo y nacimiento de lo nuevo. Esta sustitución
de lo que muere por lo que nace, constituye el desarrollo; y el vencimiento
de lo viejo por lo nuevo, que surge a base de lo viejo, se llama negación.

Fue Hegel quien introdujo en filosofía este término, pero


imprimiéndole un sentido idealista. Según Hegel, la negación se basa
en el desarrollo de la idea, del pensamiento. Marx y Engels conservaron
el término interpretándolo de manera materialista.

Demostraron que la negación constituye un momento inseparable del


desarrollo de la realidad material. “En ninguna esfera puede existir
desarrollo que no niegue sus formas precursoras de existencia”, escribió
Marx. El desarrollo de la corteza terrestre, por ejemplo, pasó por varias
épocas geológicas, cada una de las cuales era una determinada
negación de la anterior, sobre cuya base había surgido. En el mundo
orgánico cada especie nueva de planta o animal, surgida a base de la

248
vieja, es al mismo tiempo su negación. La historia de la sociedad
constituye también una cadena de negaciones de viejos regímenes
sociales por nuevos: la sociedad primitiva fue negada por la esclavista; la
esclavista, por la feudal; el feudalismo, por el capitalismo; y el
capitalismo, por el socialismo. La negación es también inherente al
desarrollo del conocimiento, de las ciencias. Cada teoría nueva, más
perfecta, vence a la vieja, menos perfecta.

La negación no es exterior al objeto o fenómeno. Es el resultado de su


propio desarrollo interior. Los objetos y fenómenos, como ya sabemos,
son contradictorios y, al desarrollarse a base de las contradicciones
internas, crean en ellos mismos las condiciones de su propia destrucción
para pasar a otra calidad nueva, superior. La negación es precisamente
la superación de lo viejo a base de las contradicciones internas, el
resultado del autodesarrollo y automovimiento de los objetos y
fenómenos. De este modo, el socialismo sucede al capitalismo como
resultado de la resolución de las contradicciones inherentes al régimen
capitalista.

Concepción dialéctica y concepción metafísica de la negación

La dialéctica y la metafísica entienden de distinta manera la esencia de la


negación. Tergiversando el proceso del desarrollo de la realidad material,
la metafísica la entiende como repulsa y destrucción absoluta de lo viejo.
Lenin denominó "desnuda" y "vana" esa interpretación de la negación,
puesto que excluía toda posibilidad de desarrollo sucesivo.

De esta manera entendían la negación los representantes de la corriente


pequeñoburguesa del "Proletkult", que exhortaron durante los primeros
años del Poder soviético a desechar la cultura creada durante el régimen
burgués y crear otra nueva, una cultura proletaria, sobre un terreno
completamente desnudo, pelado. Semejante manera de entender la
negación no sólo no contribuye al desarrollo, sino que infiere un daño
irreparable a la causa del progreso. Por eso al criticar a los adeptos del
"Proletkult", (Denominación abreviada de la sociedad cultural voluntaria
"Cultura proletaria", que existió de 1917 a 1932) propagaban
concepciones ajenas al marxismo sobre la cultura y el arte. Lenin recalcó
la necesidad de aprovechar la herencia cultural del pasado,
considerando que se puede crear una cultura verdaderamente proletaria,
socialista, únicamente estudiando con sentido crítico esa herencia.

La dialéctica marxista descubre la verdadera esencia de la negación


dialéctica. Lenin consideraba que lo peculiar de la dialéctica marxista no

249
ADOLFO QUISPE ARROYO

es la negación "desnuda" y "vana", sino la negación “como momento de


la concatenación, como momento del desarrollo conservando lo
positivo”.

La concepción dialéctica de la negación se basa en que lo nuevo no


destruye totalmente lo viejo, sino que conserva lo mejor y no sólo lo
conserva, sino que lo trasforma y eleva a un grado más alto. En efecto,
los organismos superiores, al negar los inferiores, a base de los cuales
surgieron, conservaron la estructura celular, el carácter selectivo del
reflejo y otros rasgos inherentes a ellos. El nuevo régimen social, al negar
el viejo, conserva sus fuerzas productivas y adelantos científicos,
técnicos y culturales. La vinculación de lo nuevo con lo viejo se verifica en
el conocimiento científico.

Así, pues, la concepción marxista de la negación reconoce la sucesión, la


vinculación de lo nuevo con lo viejo, en el proceso del desarrollo. Pero se
debe tener en cuenta que lo nuevo jamás recibe enteramente lo viejo en
su forma anterior. Conserva sólo algunos elementos o aspectos, sin
agregárselos mecánicamente, sino asimilándolos y transformándolos de
acuerdo con su propia naturaleza. La dialéctica marxista exige que se
enfoque de manera crítica la experiencia pasada de la humanidad y
expresa la necesidad de aprovecharla de modo creador y tener
rigurosamente en cuenta las nuevas condiciones y tareas de la
práctica revolucionaria. La filosofía marxista, por ejemplo, no ha admitido
simplemente las conquistas del pensamiento filosófico del pasado, sino
que las ha estudiado con un sentido crítico, las ha enriquecido con las
nuevas conquistas de la ciencia y de la práctica y ha elevado la filosofía a
un grado cualitativamente nuevo, superior.

El conservador más celoso de las mejores conquistas del pasado es la


clase obrera, su partido marxista. Al llegar al Poder, el proletariado no
sólo utiliza hábilmente las conquistas de las épocas precedentes, sino
que en el curso de la construcción de la nueva sociedad alcanza éxitos
inauditos en todas las esferas de la economía, la ciencia y la cultura
aprovechando y mejorando estos.

2. CARÁCTER PROGRESIVO DEL DESARROLLO

El desarrollo como progreso

Queda claro, pues, que, como resultado de la negación, se resuelve una


contradicción, se destruye lo viejo y se consolida lo nuevo. Pero ¿cesa
ahí el desarrollo? No, éste no se interrumpe con el nacimiento de lo

250
nuevo. Lo nuevo es eternamente nuevo. Al desarrollarse, prepara
premisas y condiciones para el nacimiento de algo más nuevo y
avanzado. Tan pronto como ellas maduran, vuelve a manifestarse la
negación. Esta es la negación de la negación, o sea la negación de lo que
antes venciera a lo' viejo, la sustitución de lo nuevo por algo aún más
nuevo: lo novísimo. El resultado de esta segunda negación vuelve a ser
negado, vencido, y así sucesivamente. El desarrollo se manifiesta, pues,
como incontable multitud de negaciones que se suceden unas a otras,
como una infinita sustitución y superación de lo viejo por lo nuevo. Como
toda fase superior del desarrollo niega en las inferiores lo que ha
caducado, recibiendo y multiplicando al mismo tiempo las conquistas
alcanzadas en las fases anteriores, el desarrollo adquiere en su totalidad
un carácter progresivo, ascendente. El progreso es precisamente la
dirección general que determina el desarrollo dialéctico.

El progreso se produce en todos los campos de la realidad. Examinemos,


aunque sea a grandes rasgos, el desarrollo progresivo de nuestro
planeta.

Como ya se ha dicho, el material inicial que formó los planetas del


sistema solar, incluida la tierra, fue la materia en estado gaseoso-
pulverulento, en la que estaban contenidos los elementos químicos más
simples. Durante el desarrollo de la naturaleza estas sustancias se
fueron haciendo cada vez más complejas. Así, surgió la naturaleza viva,
orgánica. Los organismos vivos también se desarrollaron de lo simple a
lo complejo: de las formas precursoras de la célula a la célula, de los
organismos unicelulares a los animales más complejos cuya evolución
permitió la aparición de los monos antropomorfos y,
posteriormente, del hombre. Con la aparición del hombre comienza el
proceso del desarrollo social. Los regímenes del comunismo primitivo,
esclavista, feudal, y capitalista, fueron etapas consecutivas del
desarrollo progresivo de la sociedad.

La particularidad más importante del progreso en la sociedad es el


incremento constante del ritmo del desarrollo. El proceso de surgimiento
del hombre empezó aproximadamente hace un millón de años. Si se
tiene en cuenta que el hombre moderno apareció hace apenas algunos
milenios, se puede uno imaginar qué ritmo tan lento ha seguido el
proceso de su formación. El progreso de las sociedades esclavista y
feudal fue más rápido, a pesar de que también se prolongó varios
milenios. El capitalismo se desarrolla con celeridad mucho mayor que el
feudalismo. Con el tránsito al socialismo, el ritmo del desarrollo
económico y cultural se ha acelerado enormemente. En lo futuro, cuando

251
ADOLFO QUISPE ARROYO

la humanidad se libre de las relaciones capitalistas, que frenan el


progreso, y tenga la posibilidad de aplicar todos los medios para dominar
las fuerzas de la naturaleza, el ritmo del desarrollo alcanzará
proporciones inauditas.

Carácter en “espiral” del desarrollo

El carácter progresivo del desarrollo es el rasgo principal, pero no el


único, de la ley de la negación de la negación. Esta ley no caracteriza el
desarrollo como un movimiento rectilíneo, sino como un movimiento
extraordinariamente complejo, algo así como un proceso en forma de
espiral en el que se repiten en cierto modo las etapas recorridas y se
retrocede, en cierto sentido, hacia el pasado. Lenin recalcó este
importante rasgo de la dialéctica: “Es un desarrollo que parece repetir
las etapas ya recorridas, pero de otro modo, sobre una base más alta (la
"negación de la negación"); un desarrollo que no discurre en línea recta,
sino en espiral...” El carácter espiral del desarrollo es propio de distintas
esferas de la realidad.

Tal vez una de las manifestaciones más patentes de esta particularidad


del desarrollo de la naturaleza inanimada sea la ley periódica de los
elementos químicos, de Mendeléiev, ya mencionada.

En el sistema periódico de Mendeléiev los elementos están dispuestos


según la magnitud de la carga positiva de sus núcleos atómicos. Forman
períodos y grupos, en los que se observa determinada repetición de sus
propiedades. Tomemos el segundo período, que empieza por el litio, un
elemento de propiedades metálicas muy acusadas, un metal alcalino. A
medida que crece la carga del núcleo en los elementos que les siguen,
las propiedades metálicas peculiares van disminuyendo paulatinamente
y aumentando las no metálicas. Al final del período se encuentra ya un
metaloide claramente manifiesto, el flúor, y un gas inerte, el neón. El
período consecutivo, que es el tercero, vuelve a empezar por un metal
alcalino (sodio) y acaba por un metaloide, el cloro, y un gas inerte, el
argón. Lo mismo vuelve a repetirse en los períodos subsiguientes, en los
que las propiedades metálicas son negadas por las no metálicas; y luego,
al pasar a otro período, estas últimas vuelven a ser negadas por las
propiedades de los metales. Ocurre algo así como un retorno a lo viejo: la
negación de la negación.

Este sistema de elementos se puede representar esquemáticamente en


forma de espiral ascendente. La repetición de las propiedades se
produce a través del aumento constante del número de elementos (en el

252
primer período, dos; en el segundo, ocho; y así sucesivamente) y
discurre sobre una base cualitativamente distinta: los elementos del
nuevo período tienen el núcleo con mayor carga, una estructura más
compleja y nuevas propiedades.

El desarrollo en espiral se observa también en el mundo orgánico, Engels


demostró la acción de esta ley con el ejemplo del desarrollo de un grano
de cebada. De la semilla, puesta en condiciones propicias, brota el tallo,
que es la negación del grano. Luego, en el tallo crece la espiga con
nuevos granos, que niegan el tallo, es decir, son la negación de la
negación. Con ello se produce cierto retorno al punto de partida, al grano,
pero sobre otra base. Los nuevos granos se distinguen del que fue
sembrado no sólo por la cantidad (de una han salido de diez a veinte),
sino también, a menudo, por sus propiedades. En este caso se da
también un proceso en espiral. En la base hay un grano, del que crecen
luego varios; y estos, a su vez, dan origen a mayor cantidad aun, que con
el devenir evolutivo, afianzaran nuevos rasgos genéticos que implicaran
todo un salto cualitativo.

El desarrollo en espiral tiene lugar también en la vida social

La primera forma de organización fue el régimen de la comunidad


primitiva. Fue una sociedad sin clases, basada en la posesión común de
los medios de producción, sumamente rudimentarios. El desarrollo
sucesivo de la producción llevó a la negación de este régimen por la
sociedad esclavista, dividida en clases. Luego ésta fue sustituida por el
feudalismo; y el feudalismo, por el capitalismo. Al capitalismo empieza a
superarlo el socialismo, primera fase del comunismo. Esto es ya algo así
como la negación de la negación, el retorno, en cierta medida, al punto de
arranque del desarrollo, pero sobre una base completamente distinta,
cualitativamente nueva.

Como vemos, la negación de la negación determina cierta


reiteración cíclica en el desarrollo progresivo de la materia. Sin
embargo, debemos recalcar que la repetición de las etapas ya recorridas
no es un retorno literal a lo viejo, sino la afirmación de lo nuevo, que a
menudo guarda con lo viejo sólo un parecido exterior, formal, y se
distingue radicalmente de él por su naturaleza interna. El sodio, por el
que empieza el tercer período del sistema de Mendeléiev, se incluye,
como el litio, en el grupo de los metales alcalinos, pero tiene una
organización más compleja y propiedades inherentes a él solo.

La propiedad social dominante en el socialismo parece reproducir la

253
ADOLFO QUISPE ARROYO

propiedad comunal de la sociedad primitiva, pero la reproduce sobre una


base material muy superior, así si el escaso desarrollo de las fuerzas
productivas obligo a la humanidad a trabajar de forma comunitaria, en el
comunismo desarrollado, esta forma de asociación social es permitida y
necesaria por su opuesto: un gran desarrollo de las fuerzas productivas
que de no distribuir sus frutos de forma comunista satura los mercados y
genera las crisis económicas terminales del capitalismo.

En síntesis, el desarrollo se produce negando lo viejo por lo nuevo y lo


inferior por lo superior, y adquiere un carácter progresista, puesto que lo
nuevo, al negar lo viejo, conserva y desarrolla sus rasgos positivos. Al
mismo tiempo se produce en espiral, repitiendo en las fases superiores
algunos aspectos y rasgos de las inferiores. Tal, es la esencia de la ley
dialéctica de la negación de la negación.

En este capítulo hemos examinado las leyes fundamentales de la


dialéctica materialista. Ellas explican el desarrollo y el movimiento
universal en el mundo material, y permiten conocer sus fuentes y causas
motrices implícitas en las contradicciones internas. Descubren el
carácter del proceso en forma de saltos, su tendencia ascendente
y progresiva, señalando que el progreso de la realidad material trascurre
mediante continuas sustituciones, a base de la negación de lo viejo por lo
nuevo.

Para comprender de manera más completa y multilateral el desarrollo es


necesario examinar también las categorías fundamentales de la
dialéctica materialista.

CATEGORÍAS DE LA DIALECTICA MATERIALISTA

Una ciencia, cualquiera sea la esfera de la realidad material que estudie,


no es solo un sistema de leyes, sino también de determinadas
categorías, es decir, de los conceptos más generales que se forman en el
curso de su desarrollo y constituyen su fundamento o base. En la
mecánica, por ejemplo, son categorías los conceptos de masa, energía y
fuerza; en economía política, los de mercancía, valor, dinero, etc.

Al generalizar las conquistas de la ciencia y la actividad práctica de los


hombres, la filosofía ha elaborado su propio sistema de categorías. Las
categorías filosóficas son conceptos que reflejan los rasgos y nexos,
aspectos y propiedades generales de la realidad. Ya hemos visto

254
algunas, las más importantes, al estudiar el materialismo filosófico. Son
ante todo, las categorías de materia y conciencia, así como las de
movimiento, espacio y tiempo. Al estudiar las leyes fundamentales de la
dialéctica marxista, hemos examinado también la contradicción, la
cantidad, la calidad, el salto y la negación. En este capítulo se examinará
especialmente otro grupo más de categorías: lo singular y lo universal, el
contenido y la forma, la esencia y el fenómeno, la causa y el efecto, la
necesidad y la casualidad, la posibilidad y la realidad. Con ello
complementaremos nuestras nociones del desarrollo y concatenaciones
universales del mundo material, así como de las leyes fundamentales de
la dialéctica marxista.

Las leyes y categorías de la dialéctica están vinculadas entre sí.

Al estudiar las leyes fundamentales de la dialéctica marxista hemos visto


que representan, en esencia, una relación, una concatenación de
categorías. Por ejemplo, la ley del tránsito de los cambios cuantitativos a
cualitativos expresa determinada concatenación de las categorías de
cantidad y calidad, etc. Por eso, sin conocer las categorías, es imposible
comprender las leyes. Por otro lado, el conocimiento de las leyes permite
comprender la esencia de las categorías de la dialéctica. En efecto, la ley
de la unidad y lucha de contrarios permite esclarecer el verdadero
sentido de categorías contrapuestas como el contenido y la forma, la
necesidad y la casualidad, la posibilidad y la realidad, etc.

Antes de empezar a estudiar las categorías por separado aclaremos cuál


es su origen y examinemos algunos de sus rasgos generales.

O R I G E N Y PA R T I C U L A R I D A D E S G E N E R A L E S D E L A S
CATEGORIAS DE LA DIALECTICA

Las categorías de la dialéctica marxista son el resultado, la


generalización de la experiencia, el trabajo y el conocimiento seculares
del hombre. En el proceso de su actividad práctica el hombre ha entrado
en contacto con los objetos y fenómenos del mundo y los ha conocido,
destacando de ellos lo esencial, lo universal, fijando los resultados en
categorías y conceptos. Las de causa y efecto, contenido y forma, etc., se
fueron formando en la conciencia a medida que el hombre tropezaba
prácticamente miles de millones de veces con las causas y los efectos, el
contenido y la forma, existentes objetivamente, en cuerpos materiales
concretos y con otros aspectos importantísimos de la realidad. Las
categorías son, pues, resultado de la actividad práctica y cognoscitiva del
hombre, fases de su conocimiento del mundo circundante.

255
ADOLFO QUISPE ARROYO

“Ante el hombre aparece una malla, de fenómenos naturales -escribió


Lenin-. El hombre instintivo, el salvaje, se confunde con la naturaleza. El
hombre consciente se desprende de ella, las categorías son fases de
este desprenderse, es decir, del conocimiento del mundo.”

Siendo resultado de la práctica y del conocimiento, las categorías de la


dialéctica materialista tienen inmensa importancia para la actividad
práctica y cognoscitiva. Al constituir peldaños del conocimiento, ayudan a
los hombres a orientarse en la compleja malla de fenómenos de la
naturaleza y de la sociedad, a descubrir la concatenación y dependencia
mutuas de las cosas, el orden determinado, la regularidad de su
desarrollo y, de acuerdo con ello, a actuar acertadamente en la práctica.

La dialéctica marxista pone de manifiesto la esencia de las categorías,


las fuentes de su origen y, ante todo, recalca su carácter objetivo. Las
fuentes de las categorías son los objetos y fenómenos exteriores al
hombre, cuyos rasgos esenciales y más generales reflejan. Las
categorías de causa y efecto, por ejemplo, reflejan la concatenación real
de los objetos y procesos en la cual unos son origen de otros, y éstos
productos de aquéllos.

En contraposición al materialismo, el idealismo niega la objetividad de las


categorías. Para los idealistas subjetivos, las categorías existen
únicamente en la conciencia del hombre y no tienen ninguna relación con
la realidad. Kant consideraba que aún antes de que el hombre empiece a
conocer el mundo, en su conciencia hay ya categorías de causalidad,
necesidad, casualidad, etc., mediante las cuales ponen orden en el
mundo caótico de fenómenos de la naturaleza. Algo parecido afirman
también los idealistas objetivos contemporáneos, en particular los
neopositivistas. Consideran que las categorías son conceptos generales
ligados únicamente con las emociones sensuales directas del sujeto, sin
relación con el mundo objetivo exterior. El idealista objetivo Hegel,
aunque reconocía de palabra el carácter objetivo de las categorías, las
consideraba de hecho fases o momentos del desarrollo de la idea
absoluta, del espíritu universal.

Las opiniones de los idealistas acerca de las categorías carecen de toda


consistencia. La práctica, el desarrollo de la ciencia y la experiencia
personal de los hombres son testimonios de que no han sido imaginadas,
sino descubiertas en la propia realidad objetiva. Otros rasgos
importantísimos de las categorías son su interdependencia, mutabilidad
y movilidad. Reflejan la unidad del mundo material, la concatenación
universal y la interacción de sus objetos y fenómenos. El entrelazamiento

256
de las categorías es tan estrecho, que, en determinadas condiciones,
pueden trocarse las unas en las otras: la causa se convierte en efecto; el
efecto, en causa; la necesidad se convierte en casualidad; la casualidad,
en necesidad, etc., etc. Pero las categorías no sólo son
interdependientes, sino mutables y móviles. Al reflejar el mundo material
en constante desarrollo, cambian también ellas.

Al estudiar el mundo material salta a la vista, ante todo, la incontable


multitud de objetos y fenómenos singulares. Luego, al compararlos y
confrontarlos, el hombre destaca de ellos los rasgos y nexos generales,
similares, así obraremos también nosotros: comencemos a examinar las
categorías por lo singular y lo universal.

LO SINGULAR Y LO UNIVERSAL

¿Qué es lo singular y lo universal?

Todo objeto posee una serie de rasgos peculiares inherentes a él solo.


Tomemos, por ejemplo, el álamo que crece junto a nuestra casa. Tiene
ciertas dimensiones, un número y disposición determinados de ramas,
una configuración particular de las raíces y algunos rasgos más.

Cualquier hombre determinado y concreto (Juan, Pedro, etc.) posee


también sus rasgos peculiares, que no se repiten, aptitudes y
costumbres, intereses e inclinaciones, manera de andar y hablar. Estos
rasgos lo destacan de los millones de habitantes de nuestro planeta. Lo
singular es, pues, ese álamo concreto, una persona, cada objeto o
fenómeno individual del mundo material.

Sin embargo, cualquier cosa singular, individual, no existe por sí misma,


desligada de otros objetos y fenómenos. Cada individuo vive en la tierra
rodeado de muchas personas a quienes está vinculado con millares de
lazos de los más variados. Por lo tanto, tiene con ellas mucho de común.
Posee una profesión, lo cual quiere decir que presenta algunos rasgos
propios de todos los individuos de esa especialidad. Pertenece a una
clase y nación determinadas, por lo que le son inherentes determinadas
particularidades nacionales y de clase. En cuanto a su constitución
anatómico-fisiológica, así como a la facultad de sentir, pensar, trabajar y
hablar son rasgos comunes a todos los seres humanos. De idéntica
manera, cada objeto presenta rasgos comunes de otros, excepto los
individuales, propios únicamente de él.

257
ADOLFO QUISPE ARROYO

Lo universal constituye lo que es propio de muchos objetos singulares. Si


un objeto se distingue de otros por los rasgos individuales, lo universal
parece aproximarlo a estos objetos, los liga entre ellos y condiciona su
pertenencia a una especie o clase determinada de objetos homogéneos.

Dialéctica de lo singular y lo universal

En cualquier objeto lo singular y lo universal se encuentran


dialécticamente unidos. Por un lado, lo singular contiene lo universal, y,
como dijo Lenin, “no existe más que en su relación con lo general”. Cada
organismo singular está vinculado con lo universal: la especie a que
pertenece y con la que tiene rasgos comunes, y, a través de la especie,
con el género, aún más general. Teniendo en cuenta la vinculación de lo
singular con lo universal, la existencia de lo universal en lo singular, el
materialismo dialéctico considera que todo lo singular es, de uno u otro
modo, universal.

Por otro lado, lo universal existe únicamente en lo singular, a través de lo


singular. No hay una sola especie de planta o animal fuera de sus
individuos singulares. La especie, general con relación al individuo, no
comprende todos los rasgos de los organismos individuales que la
constituyen, sino los esenciales y reiterativos nada más. Por eso Lenin
caracterizaba lo universal como aspecto o esencial de lo singular.

Lo singular y lo universal no sólo guardan mutua ligazón, sino que


cambian constantemente. La barrera que media entre ellos es muy
movediza. Durante su desarrollo, en determinadas condiciones, lo uno
se trasforma en lo otro: lo singular se trueca en universal y viceversa.

En el desarrollo de los organismos, por ejemplo, se observan hechos, en


los que algún rasgo nuevo y útil, adquirido por un individuo singular, se
trasmite por herencia y, con el tiempo, llega a ser patrimonio de la
multitud, de una inmensidad de individuos, es decir, se trasforma en
rasgo universal, de la especie. Si un rasgo universal pierde su
importancia para la actividad vital de la especie, se extingue
paulatinamente, se atrofia, y, en las generaciones sucesivas, aparece
sólo ocasionalmente como un atavismo, como un retorno a la
organización de los antepasados, en organismos singulares. En este
caso lo universal se trueca en singular.

La dialéctica de lo universal y lo singular se manifiesta también en los


fenómenos sociales. Tomemos, aunque sólo sea, el siguiente ejemplo:

258
En la primavera de 1919 un grupo de obreros del depósito de
locomotoras Moscú- Sortiróvochnaia, del ferrocarril de Moscú a Kazán,
salió a trabajar un sábado comunista. Terminada la jornada, y sin
retribución suplementaria, repararon locomotoras y vagones e hicieron
faenas de carga, descarga, etc. Este acontecimiento singular inició la
emulación socialista en masa que, posteriormente, se convirtió en
método universal de la edificación comunista, en una ley del desarrollo
del socialismo y del comunismo. Lo singular se convirtió en universal.

Importancia práctica de lo singular y lo universal

Conocer la dialéctica de lo singular y lo universal es de inmensa


importancia para la actividad científica y práctica. Sólo el conocimiento
de la interdependencia y la dialéctica de lo singular y lo universal permite
comprender profundamente la complejidad de los diferentes procesos
que se operan en la realidad objetiva, descubrir las leyes de su desarrollo
y utilizarlas acertadamente en la actividad práctica. Además, conocer lo
universal y su vinculación con lo singular, constituye la base de la
previsión científica y permite no sólo descubrir importantes rasgos de
objetos y fenómenos determinados, definir las vías y dirección
fundamental de su desarrollo, sino predecir la existencia de otros objetos
y procesos singulares desconocidos aun por el hombre. Mendeléiev, por
ejemplo, basado en la ley periódica de los elementos químicos, que
descubre sus propiedades más generales, predijo la existencia de otros
cuatro, desconocidos entonces. Algo más tarde describió
detalladamente las propiedades de tres de ellos. Pasado algún tiempo,
se descubrieron estos elementos (galio, escandia y germanio).

Tener rigurosamente en cuenta la interacción existente entre lo singular y


lo universal es de enorme importancia en la vida social, sobre todo en
nuestros días, donde grandes movimientos sociales se desarrollan en
todo el mundo. El éxito de este movimiento depende mucho del acierto
con que se resuelva el problema de la correlación existente entre las
leyes generales de la revolución socialista y sus particularidades
nacionales. Por eso es tan porfiada actualmente la lucha ideológica en
torno a esta cuestión.

Los revisionistas contemporáneos niegan las leyes universales del


desarrollo socialista y convierten lo singular, las condiciones nacionales
concretas de distintos países, en una categoría absoluta. Oponen a la
teoría del socialismo científico ideas anticientíficas de "vías nacionales al
socialismo", lo que significa, en esencia, renunciar a la necesidad del
partido revolucionario, de la revolución socialista, y la dictadura del
proletariado. En fin significa traicionar los intereses de la clase obrera.
259
ADOLFO QUISPE ARROYO

Los dogmáticos, por el contrario, cierran los ojos a la necesidad de tener


en cuenta las condiciones histórico-concretas en la revolución,
consideran que ésta se realiza en todas partes según los mismos
esquemas, elaborados de una vez para y siempre. El daño causado por
esta actitud estriba en que coarta la iniciativa creadora de las masas
populares, les quita la posibilidad de aprender de su propia experiencia y
provoca serias dificultades al proceso de su desarrollo. Hemos aclarado
hasta aquí qué es lo singular y su indisoluble ligazón con lo universal.

Ahora profundizaremos y concretaremos esas nociones sobre lo singular


y aclararemos qué son los objetos, cosas y fenómenos singulares con lo
que el hombre tropieza constantemente.

Las categorías de contenido y forma dan, ante todo, una noción de lo que
es un objeto.

CONTENIDO Y FORMA

¿Qué es contenido y forma?

Contenido es el conjunto de elementos y procesos que constituyen un


objeto o fenómeno. Forma es la estructura u organización del contenido;
no es algo externo a éste, sino intrínsecamente inherente a él.

Las partículas "elementales" y los procesos ligados con su movimiento


constituyen el contenido del átomo del elemento químico. La
organización de estas partículas y el orden de su disposición en e1 átomo
representan su forma. El contenido de un organismo vivo son los
procesos de metabolismo, excitabilidad, contractilidad, etc., así como los
órganos, tejidos y células en que se operan esos procesos. El orden en
que ocurren estos procesos vitales en el organismo y la estructura de sus
órganos y tejidos son la forma del organismo vivo.

El contenido y la forma son inherentes también a todos los fenómenos


sociales. Por ejemplo, las fuerzas productivas (ante todo los
instrumentos de producción y las personas que los manejan) constituyen
el contenido de un modo de producción históricamente determinado. Las
relaciones de producción (interdependencia de los hombres en el
proceso de producción basada en la relación que tengan con estos
instrumentos) constituyen su forma.

El materialismo dialéctico se basa en la unidad del contenido y la forma y


en la inseparabilidad de estas categorías. Tanto la forma como el

260
contenido son intrínsecamente inherentes al objeto y por eso no se
pueden separar. No existe contenido en general, existe únicamente
contenido con una forma determinada. De la misma manera, tampoco
existe forma pura, sin contenido. La forma siempre tiene un contenido,
presupone la existencia de un contenido, cuya estructura y organización
representa.

Importancia determinante del contenido y papel activo de la forma

Puesto en claro que cada objeto representa una unidad inseparable de


contenido y forma, examinemos cómo estas dos categorías están
mutuamente ligadas y cuál es su interacción en el proceso del desarrollo
de los objetos.

El contenido se distingue por una gran actividad. En virtud de sus propias


contradicciones, se desarrolla, se mueve continuamente, y de acuerdo
con sus cambios, cambia también la forma. El contenido determina la
forma. Veamos, por ejemplo, cómo se desarrolla la producción social.

El proceso empieza siempre por el contenido: las fuerzas productivas. En


su aspiración a obtener la mayor cantidad posible de bienes materiales,
los hombres perfeccionan constantemente los instrumentos de
producción y elevan su calificación. Esto lleva inevitablemente el cambio
de la forma de la producción social: las relaciones de producción.

En los fenómenos de la naturaleza la forma también se determina por el


contenido. La biología ha establecido que al cambiar las condiciones de
existencia del organismo vivo, cambian primero sus funciones: su tipo de
metabolismo y otros procesos constitutivos del contenido de la vida, y
surgen nuevas sustancias albuminoideas, etc. Y sólo después cambia la
forma: la organización y estructura del organismo. Si, por ejemplo,
trasplantamos una planta de un clima húmedo a otro más seco, su
metabolismo se modifica, de tal modo que en las nuevas condiciones el
organismo obtenga más y gaste menos humedad.
Correspondientemente cambia también la estructura: las raíces cavarán
más hondo en la tierra para obtener más humedad, y las hojas se
estrecharán más para que ésta se evapore menos.

Aunque el contenido origine la forma, ésta no permanece pasiva. Influye


activamente en él y favorece o frena su desarrollo. Una forma nueva,
adecuada a su contenido contribuye a que éste se desarrolle y avance.
La forma vieja, que no corresponde a su contenido, frena su desarrollo.
Si, a este respecto, volvemos a la cuestión del desarrollo la producción

261
ADOLFO QUISPE ARROYO

social, nos persuadiremos de que su forma -las relaciones de producción


no sólo depende del contenido, sino que desempeña de por sí un activo
papel en su desarrollo. Así, las relaciones socialistas de producción, que
son progresivas, aseguran un ritmo sin precedente de la producción
industrial y agrícola y un ascenso de toda la economía socialista. Las
relaciones de producción del capitalismo moderno, por su parte,
detienen, frenan el desarrollo de las fuerzas productivas y, a veces,
ocasionan su destrucción. Esto significa que no se debe menospreciar el
papel y la importancia de la forma en el desarrollo.

Contradicción entre forma y contenido

Para tener una idea más completa sobre la correspondencia existente


entre el contenido y la forma importa también aclarar el carácter
contradictorio de esta relación. Ya hemos dicho que, a diferencia del
contenido, la forma es más estable y menos móvil. Por eso se rezaga en
el proceso del desarrollo, envejece y entra en contradicción con el
contenido.

Esta contradicción termina ordinariamente con la sustitución de la vieja


forma por otra nueva, y así el contenido tiene mayores posibilidades para
seguir desarrollándose.

En efecto, cuando las condiciones cambian, el organismo se ve obligado


a asimilar nuevas sustancias alimenticias. En relación con ello, el
contenido del organismo, es decir, su metabolismo y toda su actividad
vital cambian con mayor o menor rapidez. Por lo que se refiere a la forma,
a la estructura del organismo, no alcanza al contenido en su desarrollo y
entra en contradicción con él. Esta contradicción se resuelve
modificándose la estructura del organismo y poniéndose en
correspondencia con el contenido, modificado. En consecuencia, se
opera una trasformación de los órganos existentes o surgen otros. Por
ejemplo, cuando los organismos pasan de la vida acuática a la de los
anfibios, en vez de agallas se desarrollan paulatinamente pulmones; en
lugar de aletas, extremidades, etc.

La contradicción existente entre contenido y forma se manifiesta también


en el proceso social. Claro testimonio de ello es el ejemplo mencionado
del desarrollo de la producción social.

En su curso, el nuevo contenido (fuerzas productivas) entra en


contradicción con la vieja forma (relaciones de producción). Esta
contradicción se resuelve sustituyendo las relaciones de producción

262
anticuadas por nuevas, lo que garantiza el, desarrollo sucesivo y sin
obstáculos de las fuerzas productivas. Así, durante el desenvolvimiento
de la sociedad capitalista sus fuerzas productivas en forma de gran
producción colectiva mecanizada han entrado en contradicción con las
relaciones de producción, basadas en la propiedad privada capitalista.
Esta contradicción se resuelve por medio de la revolución socialista, que
sustituye la vieja forma capitalista de producción por otra forma nueva de
relaciones de producción, basada en la propiedad social, colectiva. En
los países imperialistas la contradicción existente entre la forma y el
contenido de la producción social aún espera solución.

Una vez aclarado qué es contenido y forma de un objeto, examinaremos


si todos sus elementos y aspectos tienen igual valor, si todos
desempeñan el mismo papel en la existencia y desarrollo de ese objeto
para obtener la respuesta a esta cuestión se deben estudiar las
categorías de esencia y fenómeno.

ESENCIA Y FENÓMENO

¿Qué es esencia y qué es fenómeno?

El concepto de esencia es afín al de contenido, pero no idéntico, Si el


contenido es el conjunto de todos los elementos y procesos que forman el
objeto, esencia es el aspecto principal, interno, relativamente estable del
objeto (o el conjunto de sus aspectos y relaciones). La esencia determina
la naturaleza del objeto, de ella se derivan todos los demás aspectos y
rasgos.

La esencia del organismo vivo es el metabolismo. En él se basan todas


las funciones vitales y constituye la naturaleza interna de lodo cuerpo
vivo. Como decía Engels, del metabolismo, que representa una función
esencial de la albúmina, dimanan todos los demás factores de la vida: la
excitabilidad, la contractilidad, la facultad de desarrollo y el movimiento
interior.

En los fenómenos sociales, la esencia expresa también el aspecto


interno, principal, de los procesos. Al caracterizar el imperialismo, fase
superior del capitalismo, Lenin lo definió como capitalismo monopolista.
Precisamente el dominio de los monopolios, que sucedió a la
competencia, constituye la esencia del imperialismo. De ese dominio
derivan todos los otros rasgos del imperialismo y, ante todo, la obtención
de altas ganancias monopolistas por los capitalistas que integran los
monopolios. En su afán de obtener superganancias, los imperialistas se

263
ADOLFO QUISPE ARROYO

agrupan en uniones monopolistas internacionales que reparten el mundo


en esferas de influencia, monopolizan las finanzas, exportan capital en
vez de mercancías y acentúan la explotación de los trabajadores de su
país así como la de los pueblos de los países coloniales y dependientes.
Todo esto exacerba extremadamente las contradicciones inherentes al
capitalismo. El imperialismo es la víspera de la revolución socialista.

La esencia de la sociedad socialista es el dominio de la propiedad


socialista y el carácter planificado de la economía, la ausencia de
explotación, la satisfacción más completa de las demandas materiales y
culturales mediante el desarrollo y perfeccionamiento de la producción
en base a una técnica más elevada.

¿Qué significa entonces fenómeno? Fenómeno es la expresión externa y


directa de la esencia, la forma en que ésta se manifiesta.

El metabolismo, como esencia de todo lo vivo, se observa en los


fenómenos más distintos. Se observa casi en 500.000 especies de
plantas y cerca de 1.500.000 especies de animales. Todas ellas se
distinguen unas de otras por su aspecto exterior, por el grado de
desarrollo, por la diversidad de modos de alimentación, crecimiento y
multiplicación.

La esencia del socialismo se expresa, por ejemplo, en los fenómenos de


la realidad soviética diaria: en la construcción en gran escala de nuevas
fábricas y potentes centrales eléctricas, en el impetuoso progreso técnico
que se opera en las ramas más diversas de la economía nacional, en el
ritmo inaudito de construcción de viviendas y edificios con destino
cultural, en la reducción de la jornada de trabajo, etc.

Dialéctica de la esencia y el fenómeno

Veamos ahora qué relación guardan entre sí la esencia y el fenómeno.

El materialismo dialéctico, al generalizar las conquistas de la ciencia y de


la actividad práctica, afirma la unidad de la esencia y el fenómeno. Ambos
guardan una dependencia mutua, son indisolubles. "La esencia se
manifiesta en el fenómeno. El fenómeno es esencial", anotó Lenin. El
fenómeno es la misma esencia tomada bajo el aspecto de su
manifestación en la realidad inmediata. El aspecto exterior, superficial,
de la realidad - las propiedades, momentos y aspectos singulares de las
cosas- constituye el fenómeno.

264
Son esencia los propios fenómenos, los mismos momentos y lados
diversos, tomados en su aspecto más estable, profundo y general. Lenin
comparó la esencia con la corriente profunda, relativamente tranquila y
poderosa, de un rápido río, en cuya superficie se manifiesta por olas
reciales y espuma. “...Espuma en lo alto y las corrientes profundas por
abajo. ¡Pero también la espuma es expresión de la esencia!”

En cada fenómeno se manifiesta necesariamente la esencia, pero no en


su totalidad sino una pequeña parte. El fenómeno no agota la esencia,
sino que la caracteriza sólo bajo algún aspecto singular. Por ejemplo, el
nuevo sistema soviético de adjudicación de pensiones, hoy mucho más
elevadas que antes, expresa una pequeña parte de la esencia del
socialismo, presenta esta esencia sólo desde un ángulo, el de la solicitud
que el Estado socialista muestra para con sus miembros de edad
avanzada.

Tampoco existe esencia "pura", es decir, que no se revele en nada. Toda


esencia se patentiza en la masa de los fenómenos. Así, como ya hemos
dicho, la esencia del socialismo se manifiesta en multitud de
acontecimientos y hechos de la vida diaria socialista.

La esencia no resalta en la superficie, está oculta, no se presta a


observación. Se puede descubrir únicamente estudiando con
detenimiento el objeto en todos los aspectos. Si la forma de
manifestación y la esencia de las cosas coincidieran de manera directa,
escribió Marx, sobraría la ciencia. La misión de ésta consiste
precisamente en hallar, tras la multitud de fenómenos, lados exteriores y
rasgos de la realidad, la esencia, los procesos internos y profundos que
ocurren en su base.

Importancia de las categorías de esencia y fenómeno

Conocer la dialéctica de la esencia y el fenómeno es de inmensa


importancia en la vida, en la ciencia y en la práctica.

Ese conocimiento da a los científicos la seguridad de que, por


complicado que sea el proceso de la cognición de los fenómenos
estudiados y por oculta que esté la esencia, ésta llegará a ser conocida.
Los hombres de ciencia han observado el sol durante muchos años. Han
descubierto en su superficie, con ayuda de instrumentos, manchas y
protuberancias y han captado chorros de las diversas partículas que
irradia. Pero todos estos fenómenos no daban directamente una noción
de la esencia de los procesos profundos que se operan en el sol ni de la

265
ADOLFO QUISPE ARROYO

fuente de energía solar. Luego de prolongadas búsquedas, la ciencia ha


sabido descubrir tras los fenómenos la esencia de estos procesos. Se ha
establecido que en el interior del sol se produce una reacción
termonuclear (formándose helio del hidrógeno). La colosal energía
emitida como consecuencia de esta reacción es la que sostiene la
altísima temperatura del sol.

Es particularmente necesario conocer la esencia porque el fenómeno da


a menudo una idea engañosa de la naturaleza del proceso. Por ejemplo,
el sol parece trasladarse entorno de la tierra, pero en realidad todos
sabemos que es ésta la que se desplaza alrededor del sol. Podría
parecer que en el mundo imperialista existe democracia, pues allí están
formalmente proclamados el sufragio universal, la libertad de palabra,
prensa, organización en partidos y grupos políticos, etc. Pero, en
realidad, la democracia bajo el imperialismo no es sino una apariencia
engañosa, una democracia limitada, sólo para los ricos.

El conocimiento basado únicamente en apariencias y manifestaciones


de la esencia, no puede ofrecer un cuadro certero del mundo ni servir de
guía para la acción. No saber distinguir el fenómeno de la esencia
acarrea graves errores teóricos y prácticos. .

Los fundadores del marxismo-leninismo han ofrecido modelos


insuperables de análisis de la esencia de los fenómenos sociales. Entre
ellos, el descubrimiento que hizo Marx de la esencia de la producción
capitalista, descubrimiento que constituyó toda una época en el
desarrollo del pensamiento social.

Los economistas y sociólogos burgueses se limitaban a estudiarlos


fenómenos, la apariencia, afirmando, y lo siguen haciendo hasta hoy, que
en la sociedad capitalista no hay explotación, que el obrero recibe cuanto
ha ganado. Según ellos, la fuente de la ganancia capitalista no es la
explotación de los obreros, sino el propio capital invertido por el
capitalista en la producción.

Ahora bien, ¿qué ocurre en la realidad?

La verdad es que todo sucede de una manera completamente distinta. El


obrero necesita una cantidad determinada de medios de subsistencia
para él y su familia. Para obtener esos medios se ve obligado a vender su
fuerza de trabajo al capitalista. A primera vista entre ambos se concierta
un trato ordinario de compraventa. El obrero vende su fuerza de trabajo, y
el capitalista se la compra; el obrero trabaja, y el capitalista le paga un
salario.
266
Esa es la apariencia del trato concertado en pie de igualdad entre uno y
otro, tal como aparece en la superficie de las relaciones capitalistas.
Limitándose a ella, los ideólogos burgueses llegan a la conclusión,
completamente falsa, de que en el capitalismo no hay explotación. No
quieren ver la verdadera esencia de la producción capitalista.

Marx no se limitó a analizar los fenómenos superficiales. Tras la


apariencia de contrato hecho en pie de igualdad entre el patrón y el
obrero, descubrió la esencia explotadora de la producción capitalista.
Demostró que la fuerza de trabajo es una mercancía peculiar, capaz de
producir valores materiales. Con la particularidad de que esos valores
cuestan mucho más caros de lo que en forma de salario paga por ellos el
capitalista. Éste abona únicamente una parte del valor de los artículos
producidos por el obrero; la otra, que

Marx denominó plusvalía, se la apropia. En eso precisamente, y nada


más que en eso, reside la fuente del lucro capitalista.

El descubrimiento, hecho por Marx de la esencia de la explotación


capitalista, tiene enorme alcance histórico. Ha permitido poner al
desnudo la base del antagonismo existente entre la burguesía y el
proletariado y mostrar la inevitabilidad de la lucha entre ellos, que llevará
en última instancia a la revolución socialista, a la muerte del capitalismo.

Ese modelo clásico de estudio de los fenómenos sociales atestigua la


inmensa importancia que tiene el conocimiento de la esencia para la
ciencia y la práctica revolucionaria.

Hasta aquí hemos analizado qué es lo singular y lo universal, el contenido


y la forma, la esencia y el fenómeno, es decir, todo cuanto da una idea de
un objeto o fenómeno.

Ahora bien, sabemos que los objetos y los fenómenos no existen


aislados, sino vinculados mutuamente, y que fuera de esa concatenación
no se los puede comprender. Estudiar un objeto en conexión con otros
significa, ante todo, establecer la causa de su aparición. Pasemos, pues,
a examinar las categorías de causa y efecto.

267
ADOLFO QUISPE ARROYO

CAUSA Y EFECTO

¿Qué es causa y qué es efecto?

En el mundo objetivo se observa una interacción permanente entre los


fenómenos, debido a la cual unos originan a otros, éstos a su vez, a otros,
y así sucesivamente. El frotamiento, por ejemplo, produce calor; la falta
de precipitaciones atmosféricas, la sequía, origina malas cosechas, etc.
La interacción de los fenómenos se observa asimismo en los procesos
sociales. Así, el impetuoso movimiento de liberación nacional de los
pueblos oprimidos ha motivado la disgregación del sistema colonial del
imperialismo.

El fenómeno o grupo de fenómenos interdependientes precursor y


promotor de otro se llama causa. El fenómeno originado por la acción de
la causa es el efecto.

La causa siempre precede al efecto, pero la sucesión en el tiempo no es


indicio suficiente de causa. El día sucede a la noche, pero la noche no es
la causa del día. La alternación de días y noches es debida al movimiento
rotatorio de la tierra alrededor de su eje. La dependencia causal entre dos
fenómenos ocurre únicamente cuando uno de ellos no sólo precede al
otro, sino que en forma inevitable lo origina.

No se debe confundir causa con motivo. Motivo es el acontecimiento que


precede inmediatamente al efecto, que no es de por sí la causa, pero que
impulsa su acción. El asesinato del archiduque austríaco Fernando,
cometido en junio de 1914 en Sarajevo, fue el motivo para desencadenar
la primera guerra mundial. Pero la verdadera causa de la guerra fueron
las contradicciones existentes entre las potencias imperialistas que
competían por los mercados. La causa se debe distinguir también de las
condiciones en que obra. El trabajo productivo es la causa de toda la
riqueza social. Más para que el trabajo produzca riqueza hace falta el
objeto del trabajo y las herramientas con que este objeto se elabora. Ni el
objeto del trabajo por sí solo ni las herramientas de por sí producen
riqueza, pero constituyen una condición indispensable de la actividad
laboral del hombre.

Crítica de las concepciones antimarxistas de la causalidad

La causalidad en el mundo material presenta carácter universal.

No hay ni puede haber fenómeno sin causa, todo tiene su causa. "No hay

268
humo sin fuego", expresa el dicho popular. La causalidad es objetiva, no
está introducida en la realidad por el ingenio del hombre ni por la fuerza
sobrenatural. La casualidad es inherente a la propia realidad, y el hombre
la descubre en el proceso del conocimiento y en la práctica.

La concepción materialista dialéctica de la causalidad es opuesta a las


ideas religiosas del mundo, según las cuales la voluntad divina es la
causa primigenia de todo lo existente. Tales ideas afirman que Dios ha
creado el orden reinante en el universo y que es él quien, mediante
milagros de todo género, infringe y cambia ese orden. La religión
preconiza también la concepción teleológica (del griego teleos, que ha
alcanzado el fin, y lagos, tratado) del mundo, según la cual el desarrollo
del universo es la realización de ciertos fines sobrenaturales, prefijados
con antelación. Desde el punto de vista de los adeptos de la teleología, -
escribió irónicamente- Engels, los gatos fueron creados para devorar a
los ratones, los ratones para ser devorados por los gatos y toda la
naturaleza para demostrar la sabiduría del Creador.

En realidad, no existen milagros ni fines prefijados. Todo trascurre en


base a causas naturales y leyes objetivas. La naturaleza, claro está, no
puede proponerse ningún fin ni se lo propone. Otra cosa ocurre en la
sociedad. En ella operan seres conscientes, hombres, que se proponen
determinados fines y procuran alcanzarlos. Pero estos fines no están
definidos por ningún ser supremo, sino por determinadas causas
objetivas, por todo el curso de la historia. Tal es precisamente el
comunismo, gran meta de la humanidad, basado en la rigurosa atención
a la causalidad objetiva y en las leyes que rigen el desarrollo de la
sociedad, meta a la que están encauzados todos los esfuerzos de los
comunistas.

La doctrina que enseña que la marcha natural de las cosas está sometida
a la causalidad, a las leyes objetivas, se llama determinismo. Al
determinismo se opone el indeterminismo, doctrina idealista que niega la
causalidad objetiva, la necesidad y las leyes naturales. Esta concepción
idealista de la causalidad sostiene que el orden y las causas del
desarrollo de los fenómenos no derivan del mundo objetivo exterior, sino
de la conciencia, de la razón.

El materialismo dialéctico no sólo es incompatible con el indeterminismo,


sino también con el determinismo mecanicista, que reduce toda la
variedad de causas a influencias mecánicas exteriores. Semejante
determinismo dominó en las ciencias naturales durante los siglos XVII y
XVIII, cuando la mecánica fue la ciencia que se desarrolló de manera
más completa y multilateral.
269
ADOLFO QUISPE ARROYO

El determinismo mecanicista es aplicable al estudiar el movimiento de los


macro cuerpos y efectuar los cálculos técnicos de máquinas, puentes y
otras obras. Pero son totalmente erróneos los intentos de explicar
numerosos procesos biológicos, la actividad psíquica y la vida social
desde las posiciones del determinismo mecanicista.

El determinismo mecanicista ha resultado también inaplicable a la


mecánica de los quanta, nueva rama de la física. Las micropartículas
estudiadas por la mecánica de los quanta son cualitativamente distintas
de los macro cuerpos estudiados por la mecánica clásica, mientras que la
coordenada (situación del espacio) y la velocidad de un macro cuerpo se
pueden determinar simultáneamente con toda exactitud por las leyes de
la mecánica clásica, es imposible hacer esto tanto con una partícula
"elemental". En el micromundo, donde las leyes de la mecánica clásica
carecen de vigor, rigen las leyes de la mecánica de los quanta, que
permiten determinar en cada momento la coordenada o la velocidad de
una partícula, pero no en exactitud absoluta, sino sólo de manera
aproximada, con cierto grado de probabilidad.

Al ver que el determinismo mecanicista es inaplicable a los micro objetos,


los adversarios del marxismo declararon que el determinismo había
"fracasado" en general y triunfado el indeterminismo. Proclamaron que la
causalidad en los microprocesos era obra del hombre, ejecutada durante
las operaciones de observación y medición. En realidad, la física
moderna no ha refutado el principio materialista dialéctico de la
causalidad, sino que, por el contrario, lo ha confirmado una vez más. Al
mismo tiempo ha demostrado que el determinismo se manifiesta de
distinta manera en diversas esferas de la realidad material.

El divorcio metafísico entre la causa y el efecto es asimismo incompatible


con el materialismo dialéctico. Este, partiendo de las conquistas de la
ciencia y la práctica, afirma que la causa y el efecto están
indisolublemente ligados. Sin causa no hay efecto, y viceversa, La
vinculación entre causa y efecto tiene carácter interno, está sujeta a
leyes. En ella el efecto se deriva de la causa, es resultado de su obra.
Originado por la causa, el efecto no permanece inactivo con relación a su
causa, sino que ejerce sobre ella una influencia inversa, Las relaciones
económicas que se establecen entre los hombres en el proceso de
producción son la causa, la fuente de ideas políticas, filosóficas y de otra
índole, pero estas ideas influyen a su vez en el desenvolvimiento de las
relaciones económicas.

270
La interdependencia existente entre causa y efecto se revela también en
que un mismo fenómeno puede ser la causa en una relación y efecto en
otra. La combustión de la hulla en los fogones de las calderas de las
centrales eléctricas es la causa de la conversión de agua en vapor. El
vapor, efecto de la combustión de la hulla, es, por su parte, causa del
movimiento del rotor del generador. Debido a la revoluciones del rotor
aparece la corriente eléctrica, que es fuente y causa del movimiento de
numerosas máquinas y mecanismos, proporciona a los hombres calor,
luz, etc. Así se podría seguir el hilo de estas reflexiones. La casualidad
caracteriza esta cadena interminable de vinculaciones recíprocas de
interacción universal de los objetos y fenómenos del mundo, cada
eslabón de la cual es causa y efecto al mismo tiempo.

Importancia científica y práctica de la causalidad

Es de excepcional importancia para el trabajo científico y práctico


conocer la dependencia causal de los fenómenos. Descubiertas las
causas de los fenómenos útiles, el hombre puede promoverlos y acelerar
así la aparición de fenómenos y procesos provechosos. Sabiendo, por
ejemplo, que la buena labranza, la siembra en tempero, la recolección
oportuna y la ejecución de otras labores agrícolas son la causa de
cosechas abundantes, los koljoses y sovjoses de vanguardia
perfeccionan de continuo la aerotecnia y procuran aumentar
considerablemente el rendimiento de los cultivos. Conocer las causas de
los fenómenos nocivos permite eliminarlas, restringir su acción y evitar
que se produzcan efectos indeseables para el hombre.

Es de particular importancia en la actividad práctica descubrir las causas


fundamentales, principales, de un fenómeno. Esto permite comprender
acertadamente su origen y esencia, el lugar que ocupa entre otros
fenómenos y las leyes que rigen su desenvolvimiento.

Es principal la causa sin la cual el fenómeno no puede surgir. A ella se


deben los rasgos fundamentales de ese fenómeno.

¿Cuál fue, por ejemplo, la causa fundamental, principal, de la victoria del


pueblo soviético sobre los invasores germanofascistas en la Gran Guerra
Patria de 1941 a 1945? El régimen social y estatal soviético, la potencia
de sus fuerzas armadas, y no la extensión del territorio, el rigor del
invierno ruso, ni otros factores semejantes, como afirman los ideólogos
de la burguesía. Estos factores no fueron, ni mucho menos, las causas
principales y determinantes.

271
ADOLFO QUISPE ARROYO

El materialismo dialéctico tiene en cuenta la diversidad de causas, pero


siempre aspira a encontrar, ante todo, las principales, las determinantes.
Saber destacarlas entre las numerosas causas que existen, permite
encontrar efectivamente el eslabón fundamental, peculiar, de la cadena
de acontecimientos que facilita la solución de todas las empresas que las
sociedades afrontan en diversos períodos. Lenin consideraba que el arte
del revolucionario estriba en saber encontrar el eslabón fundamental de
la cadena de los fenómenos sociales, asirse a él fuertemente y asegurar
así el éxito completo de la empresa.

La causalidad es la concatenación universal, la más general.

Pero no agota la diversidad de concatenaciones existentes en la


realidad, sino que representa únicamente una pequeña parte de ellas.
Las vinculaciones necesarias y causales tienen también gran
importancia en la compleja malla de concatenaciones causales del
universo. Veámoslas.

NECESIDAD Y CASUALIDAD

¿Qué es necesidad y qué es casualidad?

Para comprender mejor esta pregunta, respondamos primero a las


siguientes: ¿han de ocurrir sin falta todos los acontecimientos en las
condiciones dadas? ¿Deben trascurrir todos ellos de esa manera
precisamente, y no de otra, en tales condiciones?

Todo el mundo sabe bien que cualquier semilla sembrada, teniendo


humedad y calor, germina. Pero puede suceder que, debido a una
granizada, la planta perezca. ¿Han de acaecer obligatoriamente los dos
sucesos (la germinación de la semilla y la muerte de la planta)? No, los
dos no. La experiencia diaria nos dice que la germinación de la semilla en
las condiciones dadas, o sea, con el calor y la humedad necesarios es
forzosa. Tal es la naturaleza de la propia planta. En cambio, la granizada
pudo haber ocurrido o no haber ocurrido, pudo haber destruido la planta o
pudo haberla deteriorado nada más. El granizo no se infiere en modo
alguno por la naturaleza de la planta y, en las condiciones dadas pera la
germinación su caída no era obligatoria.

El fenómeno o acontecimiento que ocurre sin falta en determinadas


condiciones se llama necesidad (en nuestro ejemplo es necesidad la
germinación de la semilla). El día sigue necesariamente a la noche, y las
estaciones del año se suceden sin falta. El surgimiento e intensificación

272
del movimiento comunista de la clase obrera en el capitalismo es una
necesidad. Este movimiento está originado por las propias condiciones
de vida de los obreros, por su situación en la sociedad y por la misión que
la historia les ha planteado como clase.

La necesidad dimana de la esencia, de la naturaleza interna del


fenómeno en desarrollo. Es constante y estable en un fenómeno dado.

A diferencia de la necesidad, la casualidad (en nuestro ejemplo, la muerte


de la planta por el granizo) no tiene carácter obligatorio. En las
condiciones dadas puede presentarse o no presentarse, puede ocurrir de
esta manera u ocurrir de otra. La casualidad no se infiere de la naturaleza
del objeto dado, es inestable y temporal. Pero la casualidad no se
presenta sin causa. Su causa no está implícita en el propio objeto, sino
que reside fuera de él, en las condiciones y circunstancias exteriores.

Dialéctica de la necesidad y la casualidad

La necesidad y la casualidad guardan una interdependencia dialéctica.


Un acontecimiento ocurre por necesidad y al mismo tiempo es casual, es
necesario bajo un aspecto y casual bajo otro. El granizo, casual en
relación con la muerte de la planta, es consecuencia necesaria de las
condiciones atmosféricas de la zona.

En contraposición a los partidarios de la dialéctica, los metafísicos niegan


la interdependencia entre necesidad y casualidad. Unos reconocen
únicamente la necesidad y niegan toda casualidad en el desarrollo.
Según ellos, todo sobreviene de manera inevitable, por necesidad, y por
eso el hombre es impotente para hacer algo, debe limitarse a esperar
pasivamente el curso ineludible e irrevocable de los acontecimientos.
Otros reconocen sólo la casualidad, lo que significa en esencia renunciar
a la ciencia, a reconocer la capacidad del hombre para prever la marcha
de los acontecimientos y encauzarlos. La necesidad y la casualidad
pueden trocarse recíprocamente.

Lo que es casual en unas condiciones se convierte en necesario en otras,


y viceversa. En la sociedad primitiva, por ejemplo, el intercambio de
mercancías ofrecía un carácter casual. Todo lo que una comuna
producía, por lo general, lo consumía ella misma. Con el surgimiento y
desarrollo de la propiedad privada, el intercambio de mercancías se fue
extendiendo y, en el capitalismo, se convirtió en una necesidad objetiva.

273
ADOLFO QUISPE ARROYO

La necesidad y la casualidad no existen aisladas una de otra como


categorías puras. La necesidad se presenta en un proceso como la
tendencia principal, como la tendencia del desarrollo, pero esta
tendencia se abre camino a través de una multitud de casualidades.

La casualidad complementa la necesidad, es la forma de su


manifestación. Tras la multitud de casualidades se oculta siempre la
necesidad objetiva, una ley. Tomemos un gas cualquiera encerrado en
una vasija. Sus moléculas están en movimiento constante y
desordenado, chocan casualmente unas con otras y con las paredes de
la vasija. Pese a ello, la presión del gas es igual en todas las paredes y
está determinada necesariamente por las leyes físicas. Así, tras el
movimiento casual de las moléculas se abre camino la necesidad, que
determina la presión, la temperatura, la densidad, la capacidad térmica y
otras propiedades del gas. La casualidad sirve también de forma a la
manifestación de la necesidad en el desarrollo social. Bajo el capitalismo,
la ley del valor se manifiesta en el mercado en las alzas y bajas casuales
de los precios debidas a la influencia de la oferta y la demanda.

Importancia de las categorías de necesidad y casualidad

Es de suma importancia tener en cuenta la dialéctica objetiva de la


necesidad y la casualidad en la labor científica y práctica. La misión de la
ciencia consiste precisamente en buscar las concatenaciones internas,
necesarias, tras la apariencia exterior, tras los numerosos
acontecimientos y concatenaciones casuales. El conocimiento de las
leyes, de la necesidad objetiva, permite al hombre someter a sus
intereses los múltiples fenómenos de la naturaleza y de la vida social.
Cualquier ciencia debe orientarse ante todo a conocer la necesidad. En
este sentido se dice que la ciencia es enemiga de la casualidad. Así, la
misión de la ciencia social estriba en conocer la necesidad objetiva del
desenvolvimiento de la sociedad y, en base a esta necesidad conocida,
trasformar el régimen social en interés de los trabajadores.

Sin embargo la ciencia no puede desentenderse de las casualidades.


Esas casualidades existen y ejercen cierta influencia en la marcha de los
procesos de la realidad, y la ciencia está obligada a tener en cuenta el
papel que desempeñan en el desarrollo y proteger al hombre contra las
casualidades desfavorables. La agronomía, por ejemplo, tiene por
finalidad elaborar métodos de cultivo del suelo, de las plantas y de
recolección que permitan obtener cosechas abundantes con los cambios
más inesperados del tiempo.

274
En diversas condiciones históricas la interdependencia existente entre la
necesidad y la casualidad no se manifiesta de la misma manera. El
dominio de la propiedad capitalista condiciona la acción espontánea de la
necesidad en las condiciones del capitalismo. Las leyes del valor, la
anarquía de la producción y la competencia se abren camino en ellas a
través de un sinfín de casualidades. Por eso los hombres, en el
capitalismo, están privados de la posibilidad de dirigir la vida de la
sociedad con arreglo a un plan y se ven convertidos en elementos de
esas fuerzas espontáneas. El regulador necesario de la producción
capitalista es la ganancia, el beneficio, pero actúa a través de las
innumerables oscilaciones casuales de los precios en el mercado,
oscilaciones que dependen de los cambios casuales, que experimentan
la demanda y la oferta. La distribución de la mano de obra es también
casual bajo el capitalismo. Todo ello hace que el obrero se sienta
inseguro, puesto que en cualquier momento puede quedar sin trabajo y
sin medios necesarios de existencia. Bajo el capitalismo no se siente
tranquilo ni siquiera el empresario, sobre todo el pequeño y el medio, que
puede quebrar en cualquier momento por su incapacidad para resistir la
competencia de rivales más poderosos.

En el régimen socialista, en virtud de las leyes que le son inherentes, los


hombres obtienen la posibilidad de prever la marcha de los
acontecimientos históricos y planear su actividad en todas las esferas de
la vida. La necesidad social se manifiesta en ellas en una cada vez mayor
actividad conciente y planificada de los hombres. En el socialismo la
búsqueda del máximo aprovechamiento de las fuerzas productivas a
través de los planes económicos es una necesidad objetiva del desarrollo
social.

La actividad consciente, ajustada a un plan, restringe considerablemente


el papel de la casualidad. No obstante, en el socialismo ésta también se
presenta y opera. Suelen darse casos en que, en virtud de diversas
circunstancias accesorias, quedan atrasadas determinadas ramas de la
industria o de la agricultura, y algunas empresas no cumplen los planes,
lo que da lugar a desproporciones y desequilibrios en el desarrollo de la
economía nacional. A veces las casualidades están relacionadas con el
tiempo: una sequía, inundaciones, nevadas, etc.

El Partido Comunista y el gobierno soviético procuran reducir al mínimo


la influencia desfavorable de las casualidades en la sociedad. Con este
fin se perfecciona constantemente la planificación y la organización de la
producción, se aplican las conquistas de la ciencia y se crea un sistema
de reservas estatales. Gran número de desviaciones casuales de la línea

275
ADOLFO QUISPE ARROYO

trazada del desarrollo es resultado de una débil dirección por parte de


algunos funcionarios administrativos; por eso el Partido dedica particular
atención a perfeccionar y robustecer la dirección de diversas ramas de la
economía nacional y a inculcar al personal dirigente el sentido de
responsabilidad ante la misión encomendada.

La necesidad se manifiesta siempre en determinadas condiciones


objetivas. Pero las condiciones cambian. Entonces, cambia y se
desarrolla también la necesidad. Sin embargo, toda necesidad nueva no
aparece en forma ya acabada, al principio existe sólo la posibilidad, que
se trasforma en realidad únicamente si las condiciones son favorables.
Examinemos, pues, las categorías de posibilidad y realidad.

POSIBILIDAD Y REALIDAD

¿Qué es posibilidad y qué es realidad?

Lo nuevo, lo que se desarrolla, es necesario, pero no surge de golpe.


Primero se crean sólo las premisas o factores determinantes de su
nacimiento, luego estas premisas maduran, se desarrollan y, en virtud de
las leyes objetivas, aparece el nuevo objeto y fenómeno. Estas premisas
del nacimiento de lo nuevo, implícitas en lo existente, han recibido el
nombre de posibilidad. Así, todo germen tiene la posibilidad de
desarrollarse y transformarse en organismo adulto. El organismo adulto
que se ha desarrollado del germen es ya una realidad. Realidad es la
posibilidad realizada.

Las posibilidades derivan de las leyes objetivas, son originadas por ellas.
Así, la ley de la unidad del organismo y el medio ambiente crea la
posibilidad de influir de manera dirigida en el organismo, modificando las
condiciones exteriores, y crear nuevas especies de plantas y animales.
La ley del desarrollo proporcional y armónico de la economía nacional en
el socialismo crea la posibilidad de la planificación, etc.

Puesto que los objetos y fenómenos del mundo son contradictorios,


también lo son las posibilidades. Se deben distinguir las posibilidades
progresistas (positivas) y las reaccionarias (negativas). Cualquier
revolución socialista, por ejemplo, lleva implícita tanto la posibilidad
positiva de que venzan las fuerzas progresistas como la negativa de que
triunfen las reaccionarias. Sin embargo, en virtud de las leyes objetivas
que rigen en la historia, vencen en última instancia las posibilidades
progresistas, en tanto que el carácter de la victoria de las posibilidades
reaccionarias, es temporal, transitorio. Fue temporal, por ejemplo, la

276
victoria de la reacción en la revolución de 1905 a 1907 en Rusia. Pasados
unos años, en 1917, el proletariado aliado con los campesinos obtuvo
una victoria decisiva primero contra el zarismo y luego contra la
burguesía.

Como todo en el mundo, las posibilidades se desarrollan, tienen


movimiento: unas crecen, se amplían, otras amenguan, se reducen.
Como se sabe, Rusia fue la primera que rompió la cadena del
imperialismo y ha estado largos años, cercada y agredida por Estados
imperialistas. Por eso, inmediatamente después de la victoria de la
Revolución Socialista de Octubre, a la par que la posibilidad de victoria
del socialismo existía también cierta posibilidad de restauración del
capitalismo. La posibilidad de victoria del socialismo fue aumentando
conforme se iba acrecentando el poder soviético.

La dialéctica marxista hace una distinción entre la posibilidad abstracta y


la real.

Posibilidad abstracta (formal) es la que no se puede realizar en las


condiciones históricas dadas, por ejemplo, la posibilidad de que los
planetas del sistema solar choquen con otros grandes cuerpos celestes.
El grado en que esa posibilidad se pueda realizar es ínfimo.

La posibilidad abstracta o formal no se debe confundir con la


imposibilidad. La imposibilidad jamás se puede realizar, ya que
contradice las leyes objetivas. Es imposible, por ejemplo, conciliar los
intereses de la burguesía y del proletariado. La posibilidad abstracta, en
cambio, no está en contradicción con las leyes y, en principio, se puede
realizar, pero únicamente cuando maduren las condiciones adecuadas
para ello.

Posibilidad real es aquella que en las condiciones históricas concretas


cuenta con las premisas necesarias para su realización. Es real, por
ejemplo, la posibilidad de que todos los países coloniales y dependientes
se liberen del yugo del colonialismo. Asistimos precisamente a este
proceso actualmente.

Las diferencias existentes entre la posibilidad abstracta y la real son


relativas. La posibilidad abstracta se puede convertir en real en el
proceso del desarrollo. Varios años atrás la posibilidad de que el hombre
volara a otros planetas era abstracta: no existían los medios técnicos
indispensables para ello. En nuestros días, en cambio, se ha convertido
en real. La realidad de esta posibilidad ha aumentado especialmente

277
ADOLFO QUISPE ARROYO

luego que los astronautas soviéticos realizaron vuelos en el espacio


cósmico por primera vez en la historia de la humanidad. En los albores
del siglo XIX eran una mera abstracción los sueños de los socialistas
utópicos sobre la posibilidad de pasar al socialismo, entonces no había
madurado aún la fuerza llamada a instaurar el socialismo, aún no había
un proletariado revolucionario suficientemente organizado. Más tarde
esta posibilidad se hizo más real y en gran parte del globo se han hecho
real grandes experiencias en la construcción del socialismo.

Transformación de la posibilidad en realidad en la sociedad

En la naturaleza, la trasformación de la posibilidad en realidad


sobreviene espontáneamente, de manera inconsciente. En la sociedad,
en cambio, la actividad consciente de las personas, orientada a un fin
determinado, tiene una importancia decisiva para que la posibilidad se
realice. Sin la intervención activa del hombre, que obra en base a leyes
conocidas, la posibilidad no se convierte en realidad. La conciencia es
una fuerza objetiva que opera en el desarrollo de la sociedad.
Trasformando el mundo en el proceso de su actividad práctica los
hombres descubren las posibilidades existentes en él y llegan a
convertirlas en realidad. Hasta aquí hemos examinado las leyes y
categorías de la dialéctica marxista, hemos adquirido una noción del
desarrollo y concatenaciones universales del mundo material. Debemos
ahora aclarar cómo el hombre conoce este mundo material. Para ello hay
que estudiar la teoría del conocimiento del materialismo dialéctico.

Accesorio 03

SOBRE LA PRÁCTICA

Sobre la relación entre el conocimiento y la práctica, entre el saber y el


hacer Mao tse-tung, Julio de 1937

El materialismo pre marxista examinaba el problema del conocimiento al


margen de la naturaleza social del hombre y de su desarrollo histórico, y
por eso era incapaz de comprender la dependencia del conocimiento
respecto a la práctica social, es decir, la dependencia del conocimiento
respecto a la producción y a la lucha de clases.

278
Ante todo, los marxistas consideran que la actividad del hombre en la
producción es su actividad práctica más fundamental, la que determina
todas sus demás actividades. El conocimiento del hombre depende
principalmente de su actividad en la producción material; en el curso
de ésta, el hombre va comprendiendo gradualmente los fenómenos, las
propiedades y las leyes de la naturaleza, así como las relaciones entre él
mismo y la naturaleza, y, también a través de su actividad en la
producción, va conociendo paulatinamente y en diverso grado
determinadas relaciones existentes entre los hombres. No es posible
adquirir ninguno de estos conocimientos fuera de la actividad en la
producción. En una sociedad sin clases, cada individuo, como miembro
de la sociedad, uniendo sus esfuerzos a los de los demás miembros y
entrando con ellos en determinadas relaciones de producción, se dedica
a la producción para satisfacer las necesidades materiales del hombre.
En todas las sociedades de clases, los miembros de las diferentes clases
sociales, entrando también, de una u otra manera, en determinadas
relaciones de producción, se dedican a la producción, destinada a
satisfacer las necesidades materiales del hombre. Esto constituye la
fuente fundamental desde la cual se desarrolla el conocimiento humano.

La práctica social del hombre no se reduce a su actividad en la


producción, sino que tiene muchas otras formas: la lucha de clases, la
vida política, las actividades científicas y artísticas; en resumen, el
hombre, como ser social, participa en todos los dominios de la vida
práctica de la sociedad. Por lo tanto, va conociendo en diverso grado las
diferentes relaciones entre los hombres no sólo a través de la vida
material, sino también a través de la vida política y la vida cultural (ambas
estrechamente ligadas a la vida material). De estas otras formas de la
práctica social, la lucha de clases en sus diversas manifestaciones
ejerce, en particular, una influencia profunda sobre el desarrollo del
conocimiento humano. En la sociedad de clases, cada persona existe
como miembro de una determinada clase, y todas las ideas, sin
excepción, llevan su sello de clase.

Los marxistas sostienen que la producción en la sociedad humana se


desarrolla paso a paso, de lo inferior a lo superior, y que, en
consecuencia, el conocimiento que el hombre tiene tanto de la naturaleza
como de la sociedad se desarrolla también paso a paso, de lo inferior a lo
superior, es decir, de lo superficial a lo profundo, de lo unilateral a lo
multilateral. Durante un período muy largo en la historia, el hombre se vio
circunscrito a una comprensión unilateral de la historia de la sociedad, ya
que, por una parte, las clases explotadoras la deformaban
constantemente debido a sus prejuicios, y, por la otra, la pequeña escala

279
ADOLFO QUISPE ARROYO

de la producción limitaba la visión del hombre. Sólo cuando surgió el


proletariado moderno junto con gigantescas fuerzas productivas (la gran
industria), pudo el hombre alcanzar una comprensión global e histórica
del desarrollo de la sociedad y transformar este conocimiento en una
ciencia, la ciencia del marxismo.

Los marxistas sostienen que la práctica social del hombre es el único


criterio de la verdad de su conocimiento del mundo exterior.
Efectivamente, el conocimiento del hombre queda confirmado sólo
cuando éste logra los resultados esperados en el proceso de la práctica
social (producción material, lucha de clases o experimentación
científica). Si el hombre quiere obtener éxito en su trabajo, es decir, lograr
los resultados esperados, tiene que hacer concordar sus ideas con las
leyes del mundo exterior objetivo; si no consigue esto, fracasa en la
práctica. Después de sufrir un fracaso, extrae lecciones de él, modifica
sus ideas haciéndolas concordar con las leyes del mundo exterior y,
de esta manera, puede transformar el fracaso en éxito: he aquí lo que
se quiere decir con "el fracaso es madre del éxito" y "cada fracaso nos
hace más listos".

La teoría materialista dialéctica del conocimiento coloca la práctica en


primer plano; considera que el conocimiento del hombre no puede
separarse ni en lo más mínimo de la práctica, y repudia todas las teorías
erróneas que niegan su importancia o separan de ella el conocimiento.
Lenin dijo: "La práctica es superior al conocimiento (teórico), porque
posee no sólo la dignidad de la universalidad, sino también la de la
realidad inmediata. "La filosofía marxista -- el materialismo dialéctico --
tiene dos características sobresalientes. Una es su carácter de clase:
afirma explícitamente que el materialismo dialéctico sirve al proletariado.
La otra es su carácter práctico: subraya la dependencia de la teoría
respecto a la práctica, subraya que la práctica es la base de la teoría y
que ésta, a su vez, sirve a la práctica. El que sea verdad o no un
conocimiento o teoría no se determina mediante una apreciación
subjetiva, sino mediante los resultados objetivos de la práctica
social. El criterio de la verdad no puede ser otro que la práctica social. El
punto de vista de la práctica es el punto de vista primero y fundamental de
la teoría materialista dialéctica del conocimiento.

Pero, ¿cómo el conocimiento humano surge de la práctica y sirve a su


vez a la práctica? Para comprenderlo basta con mirar el proceso de
desarrollo del conocimiento.

280
En el proceso de la práctica, el hombre no ve al comienzo más que las
apariencias, los aspectos aislados y las conexiones externas de las
cosas. Por ejemplo, algunas personas de fuera vienen a Yenán en giras
de investigación. En los primeros uno o dos días, ven su topografía,
calles y casas, entran en contacto con muchas personas, asisten a
recepciones, veladas y mítines, oyen todo tipo de conversaciones y leen
diferentes documentos: todo esto son las apariencias de las cosas, sus
aspectos aislados y sus conexiones externas. Esta etapa del
conocimiento se denomina etapa sensorial, y es la etapa de las
sensaciones y las impresiones. Esto es, las cosas de Yenán, aisladas,
actuando sobre los órganos de los sentidos de los miembros del grupo de
investigación, han provocado sensaciones en ellos y hecho surgir en su
cerebro multitud de impresiones junto con una noción aproximativa de las
conexiones externas entre dichas impresiones: ésta es la
primera etapa del conocimiento. En esta etapa, el hombre no puede
aún formar conceptos, que corresponden a un nivel más profundo, ni
sacar conclusiones lógicas.

A medida que continúa la práctica social, las cosas que en el curso de la


práctica suscitan en el hombre sensaciones e impresiones, se presentan
una y otra vez; entonces se produce en su cerebro un cambio repentino
(un salto) en el proceso del conocimiento y surgen los conceptos. Los
conceptos ya no constituyen reflejos de las apariencias de las cosas, de
sus aspectos aislados y de sus conexiones externas, sino que captan las
cosas en su esencia, en su conjunto y en sus conexiones internas. Entre
el concepto y la sensación existe una diferencia no sólo cuantitativa sino
también cualitativa. Continuando adelante, mediante el juicio y el
razonamiento, se pueden sacar conclusiones lógicas. La expresión de la
Crónica de los tres reinos: "Frunció el entrecejo y le vino a la mente una
estratagema", o la del lenguaje corriente: "Déjeme reflexionar", significan
que el hombre, empleando conceptos en el cerebro, procede al juicio y al
razonamiento.

Esta es la segunda etapa del conocimiento. Los miembros del grupo de


investigación, después de haber reunido diversos datos y, lo que es más,
después de "haber reflexionado", pueden llegar al juicio de que "la
política de frente único nacional antijaponés, aplicada por el Partido
Comunista, es consecuente, sincera y genuina". Habiendo formulado
este juicio, ellos pueden, si son también genuinos partidarios de la unidad
para salvar a la nación, dar otro paso adelante y sacar la siguiente
conclusión: "El frente único nacional antijaponés puede tener éxito." Esta
etapa, la de los conceptos, los juicios y los razonamientos, es aún más
importante en el proceso completo del conocimiento de una cosa por el
hombre; es la etapa del conocimiento racional.
281
ADOLFO QUISPE ARROYO

La verdadera tarea del conocimiento consiste en llegar, pasando por las


sensaciones, al pensamiento, en llegar paso a paso a la comprensión de
las contradicciones internas de las cosas objetivas, de sus leyes y de las
conexiones internas entre un proceso y otro, es decir, en llegar al
conocimiento lógico. Repetimos: el conocimiento lógico difiere del
conocimiento sensorial en que éste concierne a los aspectos aislados,
las apariencias y las conexiones externas de las cosas, mientras que
aquél, dando un gran paso adelante, alcanza
al conjunto, a la esencia y a las conexiones internas de las cosas, pone al
descubierto las contradicciones internas del mundo circundante y puede,
por consiguiente, llegar a dominar el desarrollo del mundo circundante en
su conjunto, en las conexiones internas de todos sus aspectos.

Nadie antes del marxismo elaboró una teoría como ésta, la materialista
dialéctica, sobre el proceso de desarrollo del conocimiento, el que se
basa en la práctica y va de lo superficial a lo profundo. Es el materialismo
marxista el primero en resolver correctamente este problema, poniendo
en evidencia de manera materialista y dialéctica el movimiento de
profundización del conocimiento, movimiento por el cual el hombre,
como ser social, pasa del conocimiento sensorial al conocimiento
lógico en su compleja y constantemente repetida práctica de la
producción y de la lucha de clases. Lenin dijo: "La abstracción de la
materia, de una ley de la naturaleza, la abstracción del valor, etc; en una
palabra, todas las abstracciones científicas (correctas, serias, no
absurdas) reflejan la naturaleza en forma más profunda, veraz y
completa." El marxismo-leninismo sostiene que cada una de las dos
etapas del proceso cognoscitivo tiene sus propias características: en la
etapa inferior, el conocimiento se manifiesta como conocimiento
sensorial y, en la etapa superior, como conocimiento lógico, pero ambas
son etapas de un proceso cognoscitivo único. Lo sensorial y lo racional
son cualitativamente diferentes; sin embargo, uno y otro no están
desligados, sino unidos sobre la base de la práctica. Nuestra práctica
testimonia que no podemos comprender inmediatamente lo que
percibimos, y que podemos percibir con mayor profundidad sólo aquello
que ya comprendemos. La sensación sólo resuelve el problema de las
apariencias; únicamente la teoría puede resolver el problema de la
esencia. La solución de ninguno de estos problemas puede separarse ni
en lo más mínimo de la práctica. Quien quiera conocer una cosa, no
podrá conseguirlo sin entrar en contacto con ella, es decir, sin vivir
(practicar) en el mismo medio de esa cosa. En la sociedad feudal era
imposible conocer de antemano las leyes de la sociedad capitalista, pues
no había aparecido aún el capitalismo y faltaba la práctica
correspondiente. El marxismo sólo podía ser producto de la sociedad

282
capitalista. Marx, en la época del capitalismo liberal, no podía conocer
concretamente, de antemano, ciertas leyes peculiares de la época del
imperialismo, ya que no había aparecido aún el imperialismo, fase final
del capitalismo, y faltaba la práctica correspondiente; sólo Lenin y Stalin
pudieron asumir esta tarea.

Aparte de su genio, la razón principal por la cual Marx, Engels, Lenin y


Stalin pudieron crear sus teorías fue su participación personal en la
práctica de la lucha de clases y de la experimentación científica de su
tiempo; sin este requisito, ningún genio podría haber logrado éxito. La
expresión: "Sin salir de su casa, el letrado sabe todo cuanto sucede en el
mundo" no era más que una frase hueca en los tiempos antiguos, cuando
la técnica estaba poco desarrollada; y en nuestra época de técnica
desarrollada, aunque tal cosa es realizable, los únicos que tienen
auténticos conocimientos de primera mano son las personas que en el
mundo se dedican a la práctica. Y sólo cuando, gracias a la escritura y a la
técnica, llegan al "letrado" los conocimientos que estas personas han
adquirido en su práctica, puede éste, indirectamente, "saber todo cuanto
sucede en el mundo". Para conocer directamente tal o cual cosa o cosas,
es preciso participar personalmente en la lucha práctica por transformar
la realidad, por transformar dicha cosa o cosas, pues es éste el único
medio de entrar en contacto con sus apariencias; asimismo, es éste el
único medio de poner al descubierto la esencia de dicha cosa o cosas y
comprenderlas. Tal es el proceso cognoscitivo que en realidad siguen
todos los hombres, si bien alguna gente, deformando deliberadamente
los hechos, afirma lo contrario. La gente más ridícula del mundo son los
"sabelotodo" que, recogiendo de oídas conocimientos fragmentarios y
superficiales, se las dan de "máxima autoridad en el mundo", lo que
testimonia simplemente su fatuidad.

El conocimiento es problema de la ciencia y ésta no admite ni la menor


deshonestidad ni la menor presunción; lo que exige es ciertamente lo
contrario: honestidad y modestia. Si quieres conocer, tienes que
participar en la práctica transformadora de la realidad. Si quieres
conocer el sabor de una pera, tienes tú mismo que transformarla
comiéndola. Si quieres conocer la estructura y las propiedades del
átomo, tienes que hacer experimentos físicos y químicos, cambiar el
estado del átomo. Si quieres conocer la teoría y los métodos de la
revolución, tienes que participar en la revolución. Todo conocimiento
auténtico nace de la experiencia directa. Sin embargo, el hombre no
puede tener experiencia directa de todas las cosas y, de hecho, la mayor
parte de nuestros conocimientos proviene de la experiencia indirecta, por
ejemplo, todos los conocimientos de los siglos pasados y de otros países.

283
ADOLFO QUISPE ARROYO

Estos conocimientos fueron o son, para nuestros antecesores y los


extranjeros, producto de la experiencia directa, y merecen confianza si
en el curso de esa experiencia directa se ha cumplido la condición de
"abstracción científica" de que hablaba Lenin y si reflejan de un modo
científico la realidad objetiva; en caso contrario, no la merecen. Por eso,
los conocimientos de una persona los constituyen sólo dos sectores: uno
proviene de la experiencia directa y el otro, de la experiencia indirecta.
Además, lo que para mí es experiencia indirecta, constituye experiencia
directa para otros. Por lo tanto, considerados en su conjunto, los
conocimientos, sean del tipo que fueren, no pueden separarse de la
experiencia directa. Todo conocimiento se origina en las sensaciones
que el hombre obtiene del mundo exterior objetivo a través de los
órganos de los sentidos; no es materialista quien niegue la sensación,
niegue la experiencia directa, o niegue la participación personal en la
práctica transformadora de la realidad. Es por esto que los "sabelotodo"
son ridículos. Un antiguo proverbio chino dice: "Si uno no entra en la
guarida del tigre, ¿cómo podrá apoderarse de sus cachorros?" Este
proverbio es verdad tanto para la práctica del hombre como para la teoría
del conocimiento. No puede haber conocimiento al margen de la práctica.

Para poner en claro el movimiento materialista dialéctico del


conocimiento, movimiento de profundización gradual del conocimiento,
surgido sobre la base de la práctica transformadora de la realidad,
daremos a continuación otros ejemplos concretos.

En el período inicial de su práctica, período de destrucción de las


máquinas y de lucha espontánea, el proletariado se encontraba, en
cuanto a su conocimiento de la sociedad capitalista, sólo en la etapa del
conocimiento sensorial; conocía sólo los aspectos aislados y las
conexiones externas de los diversos fenómenos del capitalismo. En esa
época, el proletariado era todavía una "clase en sí". Sin embargo, el
proletariado se convirtió en una "clase para sí" cuando, entrando en el
segundo período de su práctica, período de lucha económica y política
consciente y organizada, llegó a comprender la esencia de la sociedad
capitalista, las relaciones de explotación entre las clases sociales y sus
propias tareas históricas, gracias a su práctica, a su variada experiencia
de largos años de lucha y a su educación en la teoría marxista, resumen
científico hecho por Marx y Engels de dicha experiencia.

Lo mismo pasó con el conocimiento del pueblo chino respecto al


imperialismo. La primera etapa fue la del conocimiento sensorial,
superficial, tal como se manifestó en las indiscriminadas luchas contra
los extranjeros, ocurridas durante los movimientos del Reino Celestial

284
Taiping, del Yijetuan y otros. Sólo en la segunda etapa, la del
conocimiento racional, el pueblo chino discernió las diferentes
contradicciones internas y externas del imperialismo y comprendió la
verdad esencial de que el imperialismo, en alianza con la burguesía
compradora y la clase feudal, oprimía y explotaba a las amplias masas
populares de China; tal conocimiento no comenzó sino por la época del
Movimiento del 4 de Mayo de 1919.

Veamos ahora la guerra. Si los dirigentes militares carecen de


experiencia militar, no podrán comprender en la etapa inicial las leyes
profundas que rigen la dirección de una guerra específica (por ejemplo,
nuestra Guerra Revolucionaria Agraria de los últimos diez años). En la
etapa inicial, sólo vivirán la experiencia de numerosos combates y, lo que
es más, sufrirán muchas derrotas. Sin embargo, esta experiencia (la
experiencia de los combates ganados y, sobre todo, la de los perdidos)
les permitirá comprender lo que por dentro articula toda la guerra, es
decir, las leyes de esa guerra específica, comprender su estrategia y sus
tácticas, y de este modo, dirigirla con seguridad. Si en ese momento se
confía el mando de la guerra a una persona inexperta, ella también tendrá
que sufrir una serie de derrotas (es decir, adquirir experiencia) antes de
poder comprender las verdaderas leyes de la guerra.

Con frecuencia, de algún camarada que no tiene coraje para aceptar una
tarea, oímos decir: "No estoy seguro de poder cumplirla." ¿Por qué no
está seguro de sí mismo? Porque no comprende el contenido y las
circunstancias de ese trabajo según las leyes que lo rigen, porque no ha
tenido o ha tenido muy poco contacto con semejante trabajo, de modo
que no se puede ni hablar de que conozca tales leyes. Pero, después de
un análisis detallado de la naturaleza y las circunstancias de ese trabajo,
se sentirá relativamente seguro de sí mismo y lo aceptará de buen grado.
Si se dedica a él por algún tiempo y adquiere experiencia, y si está
dispuesto a examinar la situación con prudencia, en vez de abordarla de
una manera subjetiva, unilateral y superficial, será capaz de llegar por sí
mismo a conclusiones sobre cómo debe hacer el trabajo y lo hará con
mucho mayor coraje. Sólo quienes abordan los problemas de manera
subjetiva, unilateral y superficial, dictan órdenes presuntuosamente
apenas llegan a un nuevo lugar, sin considerar las circunstancias, sin
examinar las cosas en su totalidad (su historia y su situación actual en
conjunto) ni penetrar en su esencia (su naturaleza y las conexiones
internas entre una cosa y otras). Semejantes personas tropiezan y caen
inevitablemente.

285
ADOLFO QUISPE ARROYO

Así se ve que el primer paso en el proceso del conocimiento es el


contacto con las cosas del mundo exterior; esto corresponde a la etapa
de las sensaciones. El segundo es sintetizar los datos proporcionados
por las sensaciones, ordenándolos y elaborándolos; esto corresponde a
la etapa de los conceptos, los juicios y los razonamientos. Sólo cuando
los datos proporcionados por las sensaciones son muy ricos (no
fragmentarios e incompletos) y acordes con la realidad (no ilusorios),
pueden servir de base para formar conceptos correctos y una lógica
correcta.

Aquí hay que subrayar dos puntos importantes. El primero, que se ha


señalado más arriba pero que conviene reiterar, es la dependencia del
conocimiento racional respecto al conocimiento sensorial. Es idealista
quien considere posible que el conocimiento racional no provenga del
conocimiento sensorial. En la historia de la filosofía existe la escuela
"racionalista", que sólo reconoce la realidad de la razón y niega la
realidad de la experiencia, considerando que sólo es digna de
crédito la razón y no la experiencia sensorial; su error consiste en
trastrocar los hechos. Lo racional merece crédito precisamente porque
dimana de lo sensorial; de otro modo, lo racional sería arroyo sin fuente,
árbol sin raíces, algo subjetivo, autogenerado e indigno de confianza. En
el orden que sigue el proceso del conocimiento, la experiencia
sensorial viene primero; si subrayamos la importancia de la práctica
social en el proceso del conocimiento, es porque sólo ella puede dar
origen al conocimiento humano y permitir al hombre comenzar a adquirir
experiencia sensorial del mundo exterior objetivo. Para una persona que
cierra los ojos y se tapa los oídos y se aísla totalmente del mundo exterior
objetivo, no hay conocimiento posible. El conocimiento comienza con la
experiencia: éste es el materialismo de la teoría del conocimiento.

El segundo punto es que el conocimiento necesita profundizarse,


necesita desarrollarse de la etapa sensorial a la racional: ésta es la
dialéctica de la teoría del conocimiento. Pensar que el conocimiento
puede quedarse en la etapa inferior, sensorial, y que sólo es digno de
crédito el conocimiento sensorial y no el racional, significa caer en el
"empirismo", error ya conocido en la historia. El error de esta teoría
consiste en ignorar que los datos proporcionados por las sensaciones,
aunque constituyen reflejos de determinadas realidades del mundo
exterior objetivo (aquí no me refiero al empirismo idealista, que reduce la
experiencia a la llamada introspección), no pasan de ser unilaterales y
superficiales, reflejos incompletos de las cosas, que no traducen su
esencia. Para reflejar plenamente una cosa en su totalidad, para reflejar
su esencia y sus leyes internas, hay que proceder a una operación

286
mental, someter los ricos datos suministrados por las sensaciones a una
elaboración que consiste en desechar la cáscara para quedarse con el
grano, descartar lo falso para conservar lo verdadero, pasar de un
aspecto a otro y de lo externo a lo interno, formando así un sistema de
conceptos y teorías; es necesario dar un salto del conocimiento sensorial
al racional. Los conocimientos así elaborados no son menos
substanciosos ni menos dignos de confianza. Por el contrario, todo
aquello que en el proceso del conocimiento ha sido científicamente
elaborado sobre la base de la práctica, refleja la realidad objetiva, como
dice Lenin, en forma más profunda, veraz y completa. Los
"prácticos" vulgares no proceden así; respetan la experiencia pero
desprecian la teoría, y en consecuencia no pueden tener una visión
que abarque un proceso objetivo en su totalidad, carecen de una
orientación clara y de una perspectiva de largo alcance, y se contentan
con sus éxitos ocasionales y con fragmentos de la verdad. Si esas
personas dirigen una revolución, la conducirán a un callejón sin salida.

El conocimiento racional depende del conocimiento sensorial, y éste


necesita desarrollarse hasta convertirse en conocimiento racional: tal es
la teoría materialista dialéctica del conocimiento. En la filosofía, ni el
"racionalismo" ni el "empirismo" entienden el carácter histórico o
dialéctico, del conocimiento, y aunque cada una de estas escuelas
contiene un aspecto de la verdad (me refiero al racionalismo y al
empirismo materialistas, y no idealistas), ambas son erróneas en cuanto
a la teoría del conocimiento en su conjunto. El movimiento materialista
dialéctico del conocimiento desde lo sensorial a lo racional ocurre tanto
en un pequeño proceso cognoscitivo (por ejemplo, conocer una sola
cosa, un solo trabajo) como en uno grande (por ejemplo, conocer una
sociedad o una revolución).

Sin embargo, el movimiento del conocimiento no acaba ahí. Detener el


movimiento materialista dialéctico del conocimiento en el conocimiento
racional, sería tocar sólo la mitad del problema y, más aún, según la
filosofía marxista, la mitad menos importante. La filosofía marxista
considera que el problema más importante no consiste en comprender
las leyes del mundo objetivo para estar en condiciones de interpretar el
mundo, sino en aplicar el conocimiento de esas leyes para transformarlo
activamente. Para el marxismo, la teoría es importante, y su importancia
está plenamente expresada en la siguiente frase de Lenin: “Sin teoría
revolucionaria, no puede haber tampoco movimiento revolucionario”.
Pero el marxismo subraya la importancia de la teoría precisa y
únicamente porque ella puede servir de guía para la acción. Si tenemos
una teoría justa, pero nos contentamos con hacer de ella un tema de

287
ADOLFO QUISPE ARROYO

conversación y la dejamos archivada en lugar de ponerla en práctica,


semejante teoría, por buena que sea, carecerá de significación.

El conocimiento comienza por la práctica, y todo conocimiento teórico,


adquirido a través de la práctica, debe volver a ella. La función activa del
conocimiento no solamente se manifiesta en el salto activo del
conocimiento sensorial al racional, sino que también, lo que es más
importante, debe manifestarse en el salto del conocimiento racional a la
práctica revolucionaria. El conocimiento que alcanza las leyes del mundo
hay que dirigirlo de nuevo a la práctica transformadora del mundo, hay
que aplicarlo nuevamente a la práctica de la producción, a la práctica de
la lucha de clases revolucionaria y de la lucha nacional revolucionaria, así
como a la práctica de la experimentación científica. Este es el proceso de
comprobación y desarrollo de la teoría, la continuación del proceso
global del conocimiento. El problema de saber si una teoría corresponde
a la verdad objetiva no se resuelve ni puede resolverse completamente
en el arriba descrito movimiento del conocimiento desde lo sensorial a lo
racional. El único medio para resolver completamente este problema es
dirigir de nuevo el conocimiento racional a la práctica social, aplicar la
teoría a la práctica y ver si conduce a los objetivos planteados. Muchas
teorías de las ciencias naturales son reconocidas como verdades no sólo
porque fueron creadas por los científicos, sino porque han sido
comprobadas en la práctica científica ulterior. Igualmente, el marxismo-
leninismo es reconocido como verdad no sólo porque esta doctrina fue
elaborada científicamente por Marx, Engels, Lenin y Stalin, sino
porque ha sido comprobada en la ulterior práctica de la lucha de clases
revolucionaria y de la lucha nacional revolucionaria.

El materialismo dialéctico es una verdad universal porque nadie, en su


práctica, puede escapar a su dominio. La historia del conocimiento
humano nos enseña que la verdad de muchas teorías era incompleta y
que la comprobación en la práctica ha permitido completarla.
Numerosas teorías eran erróneas, y la comprobación en la práctica ha
permitido corregirlas. Es por esto que la práctica es el criterio de la verdad
y que "el punto de vista de la vida, de la práctica, debe ser el punto de
vista primero y fundamental de la teoría del conocimiento". Stalin tenía
razón al decir: "[. . .] la teoría deja de tener objeto cuando no se halla
vinculada a la práctica revolucionaria, exactamente del mismo modo que
la práctica es ciega si la teoría revolucionaria no alumbra su camino."

¿Se consuma aquí el movimiento del conocimiento? Nuestra respuesta


es sí y no. Cuando los hombres, como seres sociales, se dedican a la
práctica transformadora de un determinado proceso objetivo (sea natural

288
o social) en una etapa determinada de su desarrollo, pueden, a
consecuencia del reflejo del proceso objetivo en su cerebro y de su propia
actividad consciente, hacer avanzar su conocimiento desde lo sensorial
a lo racional, y crear ideas, teorías, planes o proyectos que
correspondan, en términos generales, a las leyes que rigen el proceso
objetivo en cuestión. Luego, aplican estas ideas, teorías, planes o
proyectos a la práctica del mismo proceso objetivo.

Si alcanzan los objetivos planteados, es decir, si en la práctica de este


mismo proceso logran hacer realidad las ideas, teorías, planes o
proyectos previamente formulados, o hacerlos realidad en líneas
generales, entonces puede considerarse consumado el movimiento del
conocimiento de este proceso específico. Pueden darse por logrados los
objetivos previstos cuando, por ejemplo, en el proceso de transformar la
naturaleza, se realiza un proyecto de ingeniería, se verifica una hipótesis
científica, se fabrica un utensilio o se cosecha un cultivo, o, en el proceso
de transformar la sociedad, se gana una huelga, se vence en una guerra,
o se cumple un plan educacional. Sin embargo, por lo general, tanto en la
práctica que transforma la naturaleza como en la que transforma la
sociedad, muy rara vez se realizan sin ninguna alteración las ideas,
teorías, planes o proyectos previamente elaborados por el hombre. Esto
se debe a que la gente que se dedica a la transformación de la realidad
está siempre sujeta a numerosas limitaciones; no sólo se encuentra
limitada por las condiciones científicas y técnicas existentes, sino
también por el desarrollo del propio proceso objetivo y el grado en que
éste se manifiesta (aún no se han revelado plenamente los diferentes
aspectos y la esencia del proceso objetivo). En esta situación, debido a
que en el curso de la práctica se descubren circunstancias imprevistas,
con frecuencia se modifican parcialmente y a veces incluso
completamente las ideas, teorías, planes o proyectos.

Dicho de otra manera, se dan casos en que las ideas, teorías, planes o
proyectos originales no corresponden, en parte o en todo, a la realidad,
son parcial o totalmente erróneos. A menudo, sólo después de repetidos
fracasos se logra corregir los errores en el conocimiento y hacer
concordar a éste con las leyes del proceso objetivo y, por consiguiente,
transformar lo subjetivo en objetivo, es decir, obtener en la práctica los
resultados esperados. En todo caso, cuando se llega a este punto, puede
considerarse consumado el movimiento del conocimiento humano
respecto a un proceso objetivo dado en una etapa determinada de su
desarrollo.

289
ADOLFO QUISPE ARROYO

Sin embargo, considerado el proceso en su avance, el movimiento


del conocimiento humano no está consumado. En virtud de sus
contradicciones y luchas internas, todo proceso, sea natural o social,
avanza y se desarrolla, y, en consonancia con ello, también tiene que
avanzar y desarrollarse el movimiento del conocimiento humano. En
cuanto a los movimientos sociales, los auténticos dirigentes
revolucionarios no sólo deben saber corregir los errores que se
descubran en sus ideas, teorías, planes o proyectos, corno ya se ha
dicho anteriormente, sino que, además, cuando un determinado proceso
objetivo avanza y cambia pasando de una etapa de desarrollo a otra,
ellos deben saber avanzar y cambiar, a la par, en su conocimiento
subjetivo, y conseguir que todos los que participan en la revolución hagan
lo mismo, es decir, deben saber plantear, de acuerdo con los nuevos
cambios producidos en la situación, nuevas tareas revolucionarias y
nuevos proyectos de trabajo. En un período revolucionario, la situación
cambia con mucha rapidez, y si el conocimiento de los revolucionarios no
cambia también rápidamente en conformidad con la situación, ellos no
serán capaces de conducir la revolución a la victoria.

No obstante, sucede a menudo que el pensamiento se rezaga respecto a


la realdad; esto se debe a que el conocimiento del hombre está limitado
por numerosas condiciones sociales. Nos oponemos a los testarudos en
las filas revolucionarias, cuyo pensamiento no progresa en concordancia
con las circunstancias objetivas cambiantes y se ha manifestado en la
historia como oportunismo de derecha. Estas personas no ven que la
lucha de los contrarios ha hecho avanzar el proceso objetivo, mientras
que su conocimiento se halla atascado aún en la vieja etapa. Esto es
característico del pensamiento de todos los testarudos. Su pensamiento
está apartado de la práctica social, y ellos no son capaces de ir delante
guiando el carro de la sociedad; se limitan a ir a la rastra, refunfuñando
que el carro marcha demasiado rápido y tratando de hacerlo retroceder o
dar media vuelta y regresar.

Nos oponemos también a la huera palabrería "izquierdista". El


pensamiento de los "izquierdistas" pasa por encima de una determinada
etapa de desarrollo del proceso objetivo; algunos toman sus fantasías
por verdades, otros pretenden realizar a la fuerza en el presente ideales
sólo realizables en el futuro. Alejado de la práctica presente de la mayoría
de las personas y de la realidad del momento, su pensamiento se traduce
en la acción como aventurerismo.

El idealismo y el materialismo mecanicista, el oportunismo y el


aventurerismo, se caracterizan por la ruptura entre lo subjetivo y lo

290
objetivo, por la separación entre el conocimiento y la práctica. La teoría
marxista-leninista del conocimiento, caracterizada por la práctica social
científica, no puede dejar de oponerse categóricamente a estas
concepciones erróneas. Los marxistas reconocen que, en el proceso
general absoluto del desarrollo del universo, el desarrollo de cada
proceso determinado es relativo y que, por eso, en el torrente infinito de la
verdad absoluta, el conocimiento humano de cada proceso determinado
en una etapa dada de desarrollo es sólo una verdad relativa. La suma
total de las incontables verdades relativas constituye la verdad absoluta.
El desarrollo de todo proceso objetivo está lleno de contradicciones y
luchas, y también lo está el desarrollo del movimiento del conocimiento
humano. Todo movimiento dialéctico del mundo objetivo se refleja, tarde
o temprano, en el conocimiento humano. En la práctica social, el proceso
de nacimiento, desarrollo y extinción es infinito. Y así lo es el proceso de
nacimiento, desarrollo y extinción en el conocimiento humano. A medida
que avanza cada vez más lejos la práctica del hombre que transforma
la realidad objetiva de acuerdo con determinadas ideas, teorías,
planes o proyectos, más y más profundo se va haciendo el conocimiento
que de la realidad objetiva tiene el hombre. Nunca terminará el
movimiento de cambio en el mundo de la realidad objetiva, y tampoco
tendrá fin la cognición de la verdad por el hombre a través de la práctica.
El marxismo-leninismo no ha agotado en modo alguno la verdad, sino
que en el curso de la práctica abre sin cesar el camino hacia su
conocimiento. Nuestra conclusión es la unidad concreta e histórica de lo
subjetivo y lo objetivo, de la teoría y la práctica, del saber y el hacer, y nos
oponemos a todas las ideas erróneas, de "izquierda" o de derecha, ideas
que se separan de la historia concreta.

En la presente época del desarrollo de la sociedad, la historia ha hecho


recaer sobre los hombros del proletariado y su partido la
responsabilidad de conocer correctamente el mundo y transformarlo.
Este proceso, el de la práctica transformadora del mundo, que está
determinado con arreglo al conocimiento científico, ha llegado ya a un
momento histórico en China y en toda la Tierra, a un gran momento sin
precedentes en la historia, esto es, el momento de acabar
completamente con las tinieblas en China y en el resto de la Tierra, y
transformar nuestro mundo en un mundo luminoso, nunca visto antes. La
lucha del proletariado y de los pueblos revolucionarios por la
transformación del mundo implica el cumplimiento de las siguientes
tareas: transformar el mundo objetivo y, al mismo tiempo, transformar su
propio mundo subjetivo, esto es, su propia capacidad cognoscitiva y las
relaciones entre su mundo subjetivo y el objetivo. Estas
transformaciones ya están en marcha en una parte del globo terrestre, la

291
ADOLFO QUISPE ARROYO

Unión Soviética. Allí se sigue promoviendo este proceso de


transformaciones. Los pueblos de China y del resto del orbe también
están pasando o pasarán por semejante proceso. Y el mundo objetivo a
transformar incluye también a todas las personas opuestas a estas
transformaciones, personas que tienen que pasar por una etapa de
coacción antes de poder entrar en la etapa de transformación consciente.
La época en que la humanidad entera proceda de manera consciente a
su propia transformación y a la del mundo, será la época del comunismo
mundial.

Descubrir la verdad a través de la práctica y, nuevamente a través de la


práctica, comprobarla y desarrollarla. Partir del conocimiento sensorial y
desarrollarlo activamente convirtiéndolo en conocimiento racional;
luego, partir del conocimiento racional y guiar activamente la práctica
revolucionaria para transformar el mundo subjetivo y el mundo objetivo.
Practicar, conocer, practicar otra vez y conocer de nuevo. Esta forma se
repite en infinitos ciclos, y, con cada ciclo, el contenido de la práctica y del
conocimiento se eleva a un nivel más alto. Esta es en su conjunto la teoría
materialista dialéctica del conocimiento, y ésta es la teoría materialista
dialéctica de la unidad entre el saber y el hacer.

Accesorio 04

¿DE DÓNDE PROVIENEN LAS IDEAS CORRECTAS?

Mao Tse Tung, Mayo de 1963

¿De dónde provienen las ideas correctas? ¿Caen del cielo? No ¿Son
innatas de los cerebros? No. Sólo pueden provenir de la práctica social,
de las tres clases de práctica: la lucha por la producción, la lucha de
clases y los experimentos científicos en la sociedad. La existencia social
de la gente determina sus pensamientos. Una vez dominadas por las
masas, las ideas correctas características de la clase avanzada se
convertirán en una fuerza material para transformar la sociedad y el
mundo. En la práctica social, la gente se enfrenta con toda clase de
luchas y extrae ricas experiencias de sus éxitos y fracasos. Innumerables
fenómenos de la realidad objetiva se reflejan en los cerebros de las
gentes por medio de los órganos de sus cinco sentidos, la vista, el oído, el
olfato, el gusto y el tacto. Al comienzo, el conocimiento es puramente

292
sensitivo. Al acumularse cuantitativamente este conocimiento sensitivo
se producirá un salto y se convertirá en conocimiento racional, en ideas.
Este es el proceso del conocimiento. Es la primera etapa del proceso del
conocimiento en su conjunto, la etapa que conduce de la materia objetiva
a la conciencia subjetiva, de la existencia a las ideas. En esta etapa,
todavía no se ha comprobado si la conciencia y las ideas (incluyendo
teorías, políticas, planes y resoluciones) reflejan correctamente las leyes
de la realidad objetiva, todavía no se puede determinar si son justas.
Luego se presenta la segunda etapa del proceso del conocimiento, la
etapa que conduce de la conciencia a la materia, de las ideas a la
existencia, esto es, aplicar a la práctica social el conocimiento obtenido
en la primera etapa, para ver si esas teorías, políticas, planes y
resoluciones pueden alcanzar las consecuencias esperadas. Hablando
en general, los que resultan bien son adecuados, y los que resultan mal
son erróneos, especialmente en la lucha de la humanidad contra la
naturaleza. En las luchas sociales, las fuerzas que representan a la clase
avanzada a veces padecen algún fracaso, más no a causa de que sus
ideas sean incorrectas, sino de que en la correlación de las fuerzas en
lucha, las fuerzas avanzadas aún no son tan poderosas por el momento
como las reaccionarias, y por consiguiente fracasan temporalmente,
pero alcanzan los éxitos previstos tarde o temprano. Después de las
pruebas de la práctica, el conocimiento de la gente realizará otro salto,
que es más importante aún que el anterior. Porque sólo mediante el
segundo salto puede probarse lo acertado o erróneo del primer salto del
conocimiento, esto es, de las ideas, teorías, políticas, planes y
resoluciones formadas durante el curso de la reflexión de la realidad
objetiva. No hay otro método para comprobar la verdad. La única
finalidad del proletariado en su conocimiento del mundo es transformarlo
a éste. A menudo sólo se puede lograr un conocimiento correcto después
de muchas reiteraciones del proceso que conduce de la materia a la
conciencia y de la conciencia a la materia, es decir, de la práctica al
conocimiento y del conocimiento a la práctica. Esta es la teoría marxista
del conocimiento, es la teoría materialista dialéctica del conocimiento.
Muchos de nuestros camaradas todavía no comprenden esta teoría del
conocimiento. Cuando se les pregunta de dónde extraen sus ideas,
opiniones, políticas, métodos, planes, conclusiones, elocuentes
discursos y largos artículos, consideran extraña la pregunta y no pueden
replicar. Encuentran incomprensibles los frecuentes fenómenos de salto
en la vida cotidiana en que la materia puede transformarse en conciencia
y la conciencia en materia. Por eso, es preciso educar a nuestros
camaradas en la teoría materialista dialéctica del conocimiento para que
orienten correctamente sus pensamientos, sepan investigar y estudiar
bien, realicen el balance de sus experiencias, superen las dificultades,

293
ADOLFO QUISPE ARROYO

cometan menos errores, trabajen bien y luchen esforzadamente para


convertir a China en una gran potencia socialista y ayudar a las grandes
masas de los pueblos oprimidos y explotados del mundo, cumpliendo así
los grandes deberes internacionalistas que habremos de asumir.

Accesorio 05

TESIS SOBRE FEUERBACH

Escrito en alemán por Karl Marx en la primavera de 1845. Fue publicado


por primera vez por Friedrich Engels en 1888 como apéndice a la edición
aparte de su Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana.

[I] El defecto fundamental de todo el materialismo anterior -incluido


el de Feuerbach- es que sólo concibe las cosas, la realidad, la
sensoriedad, bajo la forma de objeto o de contemplación, pero no
como actividad sensorial humana, no como práctica, no de un
modo subjetivo. De aquí que el lado activo fuese desarrollado por
el idealismo, por oposición al materialismo, pero sólo de un modo
abstracto, ya que el idealismo, naturalmente, no conoce la
actividad real, sensorial, como tal. Feuerbach quiere objetos
sensoriales, realmente distintos de los objetos conceptuales;
pero tampoco él concibe la propia actividad humana como una
actividad objetiva. Por eso, en La esencia del cristianismo sólo
considera la actitud teórica como la auténticamente humana,
mientras que concibe y fija la práctica sólo en su forma
suciamente judaica de manifestarse. Por tanto, no comprende la
importancia de la actuación "revolucionaria", "práctico-crítica".

[II] El problema de si al pensamiento humano se le puede atribuir


una verdad objetiva, no es un problema teórico, sino un problema
práctico. Es en la práctica donde el hombre tiene que demostrar
la verdad, es decir, la realidad y el poderío, la terrenalidad de su
pensamiento. El litigio sobre la realidad o irrealidad de un
pensamiento que se aísla de la práctica, es un problema
puramente escolástico.

[III] La teoría materialista de que los hombres son producto de las


circunstancias y de la educación, y de que por tanto, los hombres

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modificados son producto de circunstancias distintas y de una
educación modificada, olvida que son los hombres,
precisamente, los que hacen que cambien las circunstancias y
que el propio educador necesita ser educado. Conduce, pues,
forzosamente, a la sociedad en dos partes, una de las cuales
está por encima de la sociedad (así, por ejm, en Robert Owen).

La coincidencia de la modificación de las circunstancias y de la


actividad humana sólo puede concebirse y entenderse
racionalmente como práctica revolucionaria.

[IV] Feuerbach arranca de la autoenajenación religiosa, del


desdoblamiento del mundo en un mundo religioso, imaginario, y
otro real. Su cometido consiste en disolver el mundo religioso,
reduciéndolo a su base terrenal. No advierte que, después de
realizada esta labor, queda por hacer lo principal. En efecto, el
que la base terrenal se separe de sí misma y se plasme en las
nubes como reino independiente, sólo puede explicarse por el
propio desgarramiento y la contradicción de esta base terrenal
consigo misma. Por tanto, lo primero que hay que hacer es
comprender ésta en su contradicción y luego revolucionarla
prácticamente eliminando la contradicción. Por consiguiente,
después de descubrir, v. gr., en la familia terrenal el secreto de la
sagrada familia, hay que criticar teóricamente y revolucionar
prácticamente aquélla.

[V] Feuerbach, no contento con el pensamiento abstracto, apela a la


contemplación sensorial; pero no concibe la sensoriedad como
una actividad sensorial humana práctica.

[VI] Feuerbach diluye la esencia religiosa en la esencia humana.


Pero la esencia humana no es algo abstracto inherente a cada
individuo. Es, en su realidad, el conjunto de las relaciones
sociales. Feuerbach, que no se ocupa de la crítica de esta
esencia real, se ve, por tanto, obligado: A hacer abstracción de la
trayectoria histórica, enfocando para sí el sentimiento religioso
(Gemüt) y presuponiendo un individuo humano abstracto,
aislado.

En él, la esencia humana sólo puede concebirse como "género",


como una generalidad interna, muda, que se limita a unir
naturalmente los muchos individuos.

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[VII] Feuerbach no ve, por tanto, que el "sentimiento religioso" es


también un producto social y que el individuo abstracto que él
analiza pertenece, en realidad, a una determinada forma de
sociedad.

[VIII] La vida social es, en esencia, práctica. Todos los misterios que
descarrían la teoría hacia el misticismo, encuentran su solución
racional en la práctica humana y en la comprensión de esa
práctica.

[IX] A lo que más llega el materialismo contemplativo, es decir, el


materialismo que no concibe la sensoriedad como actividad
práctica, es a contemplar a los distintos individuos dentro de la
"sociedad civil".

[X] El punto de vista del antiguo materialismo es la sociedad "civil; el


del nuevo materialismo, la sociedad humana o la humanidad
socializada.

[XI] Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos


modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo.

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Accesorio 06

ENMIENDAS:

00. La bibliografía correspondiente son en casi su totalidad obras


citadas en el presente texto; y mínimamente obras de apoyo
indirecto.

01. Se optaron por considerar el año de nacimiento y el de deceso de


los pensadores mencionados en el presente texto.

02. En las citas, se consideraron repetidamente los autores y fechas


con el propósito de mayor precisión obviándose referencias
estandarizadas.

03. Algunas obras clásicas, además de la fecha de su publicación,


se consideraron por el año en que fueron escritas y/o publicadas
por vez primera.

04. Algunas versiones electrónicas fueron confrontadas con las


obras físicas de los autores clásicos.

05. Se consideraron algunos autores críticos del marxismo con fines


reflexivos para evitar tendencias catequísticas.

06. Los textos considerados manuales o producidos por la Academia


de Ciencias de la URSS son catalogados de revisionistas por
algunos autores que se identifican con el marxismo clásico o
aquellos que reconocen la ortodoxia de las tres etapas de la
doctrina matriz.

07. El presente trata de amalgamar la esencia de la visión comunista


del mundo o de los que pretenden serlo, puesto que el marxismo
es inacabable para un tratado completo, además de sus
disciplinas y las militancias heterodoxas.

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