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Seminario

Centrabilidad y permeabilidad mediática

Sobre la comunicación política


Por Andres Amezcua

Introducción

En el siguiente texto haré un ejercicio de indagación encaminado a mostrar algunas


cuestiones referentes a la forma en que se concibe y define la comunicación política, cuáles
son sus áreas de manifestación y expresión, y cuáles son las problemáticas y dilemas que
presentan éstas.

Desarrollo

La comunicación y la política han estado emparentados desde siempre. Uno de los grandes
pensadores de la filosofía occidental como Aristóteles vio en la sociabilidad una de las
características inherentes del ser humano. Esta característica es concebida como la función
de formar vínculos y dar pie a procesos de organización social denominados políticos. La
herramienta para desarrollar esta dimensión humana es la comunicación. Así pues, damos
cuenta que la comunicación y la política han sido dos factores fundamentales para el
desarrollo de la humanidad (Reyes, O´Quínn, Morales y Rodríguez, 2011).

Sin embargo, a pesar de que estos dos aspectos constituyen dos dimensiones esenciales del
ser humano propiamente dicho, como campo de estudio y preocupación tanto filosófica como
científica es relativamente nueva. Podemos rastrear los primeros intentos por relacionar
fenómenos como el de la comunicación y la política en algunos de los principales filósofos
de la Grecia clásica. Así, podemos ver en Platón y Aristóteles dos antecedentes directos de
lo que después vendrá a conocerse como comunicación política. No es de extrañar que en un
período de creciente florecimiento cultural y de un agitado ambiente político como lo fue la
Atenas de aquellos tiempos, en el que las plazas públicas fungían como espacios de
interacción entre ciudadanos para acordar la mejor gobernanza, la preocupación por temas
relativos a la comunicación y la política resultaran de gran interés y reflexión para estos dos
grandes pensadores. Por una parte, en Platón el modo en que se comunicaban las ideas era
de vital importancia para lograr una mejor organización social y gobernanza. Así en la
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República descalifica la poesía como medio pedagógico y sostiene que el carácter imitativo
de ésta puede resultar contraproducente para la mejor organización de la sociedad. Para
Platón, la poesía promueve un saber alejado de la verdad y va dirigida al nivel sensual del
alma, es decir la parte animal del hombre centrada en el placer. A esto contraponía el saber
verdadero difundido a través del discurso racional del filósofo (Naranjo, 2014). No es de
extrañar que Platón viera en el filósofo como el prototipo ideal de gobernante, ya que este se
encontraba cercano a la episteme o saber verdadero. Por otro lado, Aristóteles dedica parte
de su reflexión filosófica en abordar la cuestión de la retórica, concebida como el arte de la
persuasión. Es a través de ella que se transmite el saber práctico mediante la elaboración de
estrategias discursivas para convencer al público sobre un determinado tema. A diferencia de
Platón quien descalificaba la retórica por estar inclinada a la manipulación de los
sentimientos y pasiones del público, Aristóteles ve en esta una herramienta fundamental para
la gobernanza, es decir, el trato de asuntos generales y cotidianos referentes al orden y
organización social.

La retórica pasaría a ser un elemento fundamental de la práctica política del Imperio Romano
y del Estado-Nación modernos. Sin embargo, estas primeras preocupaciones referentes a la
relación comunicación-política no serían concretizadas en un concepto y en un campo de
estudio hasta ya entrado el siglo XX. Podemos establecer algunos elementos importantes para
el surgimiento de este concepto y campo de estudio: a) el desarrollo de los medios
electrónicos de comunicación, b) la aparición de los mass media, c) la Primera y Segunda
Guerra Mundial.

El sociólogo estadounidense, John B. Thompson (1998), al centrar su análisis sociológico en


los medios de comunicación, sostiene que estos conllevan una dimensión política, más allá
de ser meros instrumentos encargados de transmitir información y contenido simbólico. Esta
dimensión política radica en la capacidad simbólica del ser humano que al usar determinados
medios de comunicación transforma la naturaleza de la producción simbólica y el
intercambio en el mundo moderno, creando nuevas formas de acción e interacción sociales.
Así, el desarrollo de los medios de comunicación ha estado estrechamente relacionado con
el desarrollo social y político de la humanidad. En ese sentido, la aparición de los medios
electrónicos vino a transformar estos modos de acción e interacción sociopolíticos. Al
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derribar las barreras espacio temporales los medios electrónicos dieron lugar a una
potencialización en la difusión de mensajes y a un ancho flujo de información. Los medios
sirvieron, así como catalizadores de la comunicación a gran escala, convirtiéndose con ello
en lo que pasaría a denominarse mass media. Pronto los políticos y gobernantes dieron cuenta
de esta potencia mediática en la transmisión de mensajes, por lo que los medios de
comunicación se convertirían en una herramienta central en la transmisión de mensajes y
programas políticos. Es precisamente durante la Primera y Segunda Guerra Mundial donde
el rol de los medios se convertiría en algo muy relevante. Así, la comunicación política se
identificó en un primer momento con la propaganda (Reyes, O´Quínn, Morales y Rodriguez,
2011).

Sin embargo, antes de continuar y tratar de definir la comunicación política, podemos ver
que a partir de lo anterior la discusión sobre esto se bifurcará. Por un lado, algunos enfoques
de corte más político que comunicacional pondrán el acento del análisis sobre el rol político
que juegan los medios, al grado de sostener que los medios de comunicación “son verdaderos
agentes de poder y que tienen un rango que se acerca al propio de las instituciones políticas”
(Canel, 2006, p.17). Bajo esta concepción, las teorías irán encaminadas a dar cuenta del modo
en que la política influencia a los medios. El otro camino nos llevará por el contrario a la
primacía de los medios sobre la política, y la cuestión estará centrada entonces en la forma
en que los medios influencian y determinan la praxis política.

Referente a la concepción que pone el acento en la política, se concebirá a ésta como “la
actividad por la que se adoptan y se aplican las decisiones en y para la comunidad” (Canel,
2006, p.18). Así, la comunicación resultará un factor elemental para la toma de decisiones ya
que es a través de esta que se vincula a los diversos actores políticos y se transmite de una
forma el poder. En ese sentido, la comunicación orienta a la sociedad, ya que define los
objetivos e intereses de una comunidad. Por lo tanto, podemos ver que la política no será otra
cosa que una forma de comunicación basada en la transmisión simbólica del poder, la
autoridad y el control. La negociación será un factor importante a tener en cuenta en este
modo de comunicación, ya que a través de esta es como se lograrán los acuerdos entre los
diversos actores de la sociedad (2006). Bajo esta concepción, los medios de comunicación
jugarán un papel relevante en la transmisión de ese tipo de contenidos simbólicos, pero no
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solo eso, no serán simples medios usados por los políticos, sino que, al darles este uso, los
medios cobrarán una dimensión política, es decir, se convertirán en instituciones complejas
que tendrán un papel importante en el juego político de la sociedad. En esta línea de estudio
podemos mencionar a autores como Fagen, Nimmo, Trent, Friedenberg, Pares y Wolton,
quienes “buscaron comprender los efectos de las actividades comunicativas, los intercambios
de símbolos políticos, la ideología, los conflictos y, fundamentalmente, su trascendencia e
impacto en la actividad política” (Reyes, O´Quínn, Morales y Rodriguez, 2011, p.90)

Si se pone el acento en la comunicación, los estudios irán encaminados a centrarse en los


efectos de los mensajes y la exposición mediática en la sociedad. Así, cuando se asocia la
propaganda con la comunicación política, debajo se encuentran cuestiones sobre el modo y
el grado en que la exposición mediática afecta a los individuos, siendo la política solo una de
las dimensiones. A este respecto será central el concepto de comunicación de masas y tendrán
mucha relevancia autores como Lazarsfeld, Berelson y Gaudet (Reyes, O´Quínn, Morales y
Rodriguez, 2011). Asimismo, muchos de estos estudios preocupados por los efectos
mediáticos fueron usados en los años sesenta para comprender el papel de la televisión en los
procesos electorales. En ese sentido, cuestiones acerca de la relación de los discursos
políticos, los medios, la opinión pública y las instituciones gubernamentales fueron el centro
de atención de los trabajos de comunicación política en los años precedentes.

Retomando el objetivo de esta indagación, podemos comenzar a dar una definición de la


comunicación política. Primeramente, podemos entenderla como un espacio que conjuga
discursos, medios de comunicación, políticos y la opinión pública. En ese sentido, para
autores como Wolton (citado en Reyes, O´Quínn, Morales y Rodríguez, 2011), la
comunicación política “es el espacio en el que se intercambian los discursos contradictorios
de los tres actores que tienen legitimidad para expresarse públicamente sobre política, y que
son los políticos, los periodistas y la opinión pública a través de los sondeos”; o para Jean
Marie Cotteret (citado en Reyes, O´Quínn, Morales y Rodríguez, 2011), “la comunicación
política es un intercambio de información entre los gobernantes y los gobernados, a través de
canales de transmisión estructurados e informales”; también en términos de espacio se
encontrará la concepción de Castells sobre los medios y la comunicación política, ya que será
aquella el lugar donde se crea el poder (Castells, 2009).
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Por otro lado, Nimmo y Sanders, citados en Reyes, O´Quínn, Morales y Rodriguez, 2011,
sostienen que, para conquistar el reconocimiento como disciplina, la comunicación política
tuvo que pasar por cinco momentos: a) su reconocimiento como parte fundamental de los
procesos políticos, b) el surgimiento de literatura especializada sobre el tema, c) su
reconocimiento académico, d) su profesionalización y e) por una convergencia
multidisciplinaria en el tratamiento del tema. Asimismo, algunas de las características que
tiene la comunicación política según Denton y Woodwart (citados en Canel, 2006) son: a) la
comunicación política se orienta a corto plazo (busca resultados inmediatos), b) la
comunicación política es comunicación estratégica y c) la comunicación política es mediada.

En términos de áreas de indagación, la comunicación política puede centrarse en: a) el


análisis del mensaje, b) en los procesos políticos, c) acciones de la comunicación y d)
mediación del mensaje realizado por los medios de comunicación; los cuales a su vez pueden
ser analizados desde diversos enfoques, por nombrar algunos, conductista, funcionalista,
marxista-crítico, sistémico, institucional, modelos de difusión, la teoría de la agenda setting
o la de la espiral del silencio y los estudios culturales.

Conclusión

De lo anterior, podemos concluir que la comunicación política, más que un campo de


investigación científico, debería ser considerada como una dimensión y proceso humano en
el que los diversos actores de la sociedad interactúan haciendo uso de los medios y
tecnologías de la comunicación disponibles tanto para asociarse como para desasociarse.
Siendo parte inherentes del ser humano, comunicación y política son dos caras de una misma
moneda, es ante todo una búsqueda ontológica por el reconocimiento del individuo ante el
grupo y del grupo ante las instituciones de gobernanza. En la comunicación política los
individuos se reconocen así mismos y reconocen sus instituciones y las diversas
manifestaciones del poder. La comunicación política se erige así como una parte fundamental
de las llamadas democracias.
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Bibliografía:
Canel, M. (2006). Comunicación política: una guía para su estudio y práctica. Madrid:
Tecnos.
Castells, M. (2009). Comunicación y poder. Madrid: Alianza Editorial.
Naranjo, J. (2014). La crítica de Platón a la poesía. Recuperado de http://revistamito.com/la-
critica-de-platon-la-poesia/
Reyes, M., O´Quínn, J., Morales, J. y Rodríguez, E. (2011). Reflexiones sobre la
comunicación política. Espacios Públicos, 14 (30), 85-101.
Thompson, J. B. (1998). Los media y la modernidad: una teoría de los medios de
comunicación (J. C. Delgado, Trans.). Barcelona: Paidós.

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