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Biotiful Ebook Vegano
Biotiful Ebook Vegano
¿CÓMO EMPEZAR?
Haz tu plan semanal
Crea tu lista de la compra
Nos vamos de compras
De vuelta a casa
BATCH COOKING
Entiendo que si has llegado hasta aquí es porque tu meta es comer de forma más sa-
ludable, sostenible y consciente, centrándote en alimentos naturales y de temporada
para tu familia y para ti. Si ya sabes lo importante que es la alimentación a la hora de
cuidar tu salud, tienes mucho ganado. Si por el contrario se trata de un hábito nuevo,
te encantará conocer todas las ventajas que tiene comer de manera saludable a largo
plazo.
El proceso de llevar una vida saludable a través de la alimentación empieza con una
buena planificación y termina cuando te llevas los alimentos a la boca. Por eso, en
este Ebook quiero contarte y enseñarte mi experiencia a la hora de comprar de una
manera más inteligente y sostenible.Quiero ayudarte a organizar tu despensa y tu
nevera saludables. Quiero que optimices tu tiempo, sobre todo en la cocina.
Si queremos tener una alimentación saludable es en la planificación donde empie-
za todo. Nuestro objetivo es conseguir que nuestra nevera y nuestra despensa estén
siempre llenas de opciones saludables para facilitarnos llevar una vida sana. Por lo
tanto, vamos a empezar a ordenar y explicar todo el proceso.
¿CÓMO EMPEZAR?
Haz tu plan semanal
Crea tu lista de la compra
Nos vamos de compras
De vuelta a casa
HAZ TU PLAN SEMANAL
Las ventajas de una buena planificación son: comer saludable con recetas
diferentes todos los días, ahorrar tiempo, dinero y evitar desperdiciar comida.
Yo suelo ir de 1 a 2 veces por semana a hacer la compra, pero imagino que cada uno
se organizará como pueda. La idea es optimizar nuestro tiempo y la organización es
clave para no ir comprando cada día alguna cosa porque
al final acabaremos desperdiciando comida y gastando más dinero.
DE VUELTA A CASA
Al llegar a casa con la compra hecha es el mejor momento para guardar los alimentos.
Queremos que todo se conserve de la mejor manera (mantener las verduras lo más
frescas posibles) y que podamos tenerlas a mano durante la semana (en tarros donde
estén visibles en todo momento). Por ejemplo, limpiar bien las verduras delicadas
(verduras de hoja verde, hierbas frescas, etc), guardar en bolsas de tela, etc. y
reordenar la nevera para la semana.
Rellenar los tarros de mi despensa con legumbres, frutos secos, semillas, granos y
cereales, y quizás aprovechar también para limpiar algunos tarros vacíos. Es clave
una buena organización y conservación.
Algunas zonas de la despensa son más cálidas que otras y esto influye en el tiempo de
conservación. El orden y la disposición de los alimentos no será casual: yo organizo
los artículos de primera necesidad y que más utilizo más cerca y a la vista, preferi-
blemente ordenados por grupos (semillas y frutos secos, alimentos para el desayuno,
legumbre y cereales, por ejemplo).
El pan se conserva bien uno o dos días en una panera o en una bolsa de tela.
Se puede meter en la nevera; no se enmohece, pero se endurece más deprisa.
Y se puede congelar.
Otro detalle a tener en cuenta es que hay alimentos que se “pican”; es decir, se
instalan en ellos unas pequeñas polillas, más conocida como palomilla o polilla india
de la harina, deteriorando el alimento y contaminando cualquier grano que esté a su
alrededor. Por eso es importante, una vez abierto los paquetes, mantenerlos bien ce-
rrados con unas pinzas exclusivas para ese uso o bien trasladar el producto restante a
un recipiente con tapadera hermética.
Los productos más susceptibles de que esta polilla aniden en ellos son los cereales y
frutos secos, como arroz, pastas, almendras, nueces, ect., aunque también me ha pa-
sado con la manzanilla. Una vez descubras una polilla de estas en tu despensa, habrás
de tirar todos los granos que tengas en ella.
En general, a menos que sean frutas delicadas o frutos rojos, se recomienda guardar
la fruta fuera de la nevera. Hay una serie de hortalizas y frutas que no soportan bien
el frío, entre ellas están los tomates, plátanos, kiwis, porque pierden aroma. Estos es
mejor dejarlos fuera, a temperatura ambiente.
Las frutas a guardar dentro de la nevera serían las bayas, frutos rojos, arándanos,
cerezas o fresas, siempre y cuando no estén sometidas a un frío excesivo.
Los envoltorios con los que te venden las frutas en la frutería, o las bandejas y bolsas,
no son siempre el mejor método de conservación de frutas y verduras. Por esto es me-
jor que emplees tus propias bolsas o papeles y que sean perforados para dejar ‘respirar’
a los alimentos (se puede hacer fácilmente con un perforador del papel).
No todas las verduras se pueden poner juntas, al igual que ocurre con las frutas.
Por ejemplo: las cebollas estropean a las patatas cuando están en contacto entre sí
porque éstas absorberán la hidratación de las cebollas, y las manzanas y otras frutas,
producen gas etileno el cual hace que las frutas y verduras maduren más rápidamente
y se estropeen antes. Si pones los aguacates cerca de las manzanas y de los plátanos
éstos maduraran antes.
Patatas y otros tubérculos (yuca, boniato) se han de guardar en un lugar bien venti-
lado y oscuro.
Las leches vegetales se guardan en la nevera una vez abiertas; evita la puerta de la
nevera donde la temperatura es más variable.
Estos son los alimentos saludables que yo tengo en mi despensa. Existen unos
productos básicos o de “fondo de armario” que no deberían faltar en ninguna
despensa saludable.
Yo todos los meses hago un repaso de la despensa para que no se quede ningún resto
olvidado por los rincones.
Mi truco es, cuando voy a colocar la compra, retiro los que tengo en la despensa y
pongo el nuevo detrás y el antiguo delante, como hacen en los supermercados.
De esta forma me aseguro gastar primero los productos que tengo en la despensa.
Además, no hace falta tener siempre la despensa llena del todo, pues habrá cosas
que posiblemente no uses nunca y acaben en la basura caducadas. Sí es importante
tener un buen fondo de despensa que te permita improvisar una comida saludable si
acabas de llegar de viaje o no te dio tiempo a ir a la comprar ese día.
Dentro de lo posible, ten un paquete de reserva sin empezar, así será casi imposible
que te falten alimentos básicos para cocinar.
Ten a mano diferentes harinas (de espelta, de avena, de sarraceno, de arroz) para
poder preparar pasteles, muffins, etc.
Frutos secos y semillas (crudos y sin sal) que no falten, para aportarle el toque cru-
jiente a tus platos, además de aportar minerales y omega 3 a tu organismo.
Todo tipo de legumbres y garbanzos (lentejas pardinas, beluga, tipo corral, adzukis,
frijoles, alubias blancas) para la proteína vegetal.
Cereales y granos como la quinoa, arroz integral, mijo, sarraceno para la base de
muchos platos.
Un buen aceite de oliva, aceite de coco, sirope de arce, tahini, tamari (salsa de soja
sin gluten), vinagre de manzana, sal, pimienta son las bases para cocinar platos
deliciosos y saludables.
Normalmente la nevera tiene que estar a unos 5ºC, aunque en verano es conveniente
bajarlo dos o tres grados. Para mantener la temperatura es importante no amontonar
demasiado los alimentos y abrir la puerta siempre durante poco tiempo.
En los cajones se deben guardar las frutas y las verduras como cebolletas, puerros,
zanahorias, lechugas o pepinos, entre otros. No las guardes apretadas, envuélvelas
en papel o paños húmedos. Las verduras de hoja se conservan hasta 4 o 5 días si están
bien conservadas. Las hierbas frescas como el perejil, el eneldo, cebollín, estragón,
orégano, romero o salvia, entre otros, se envuelven en papel de cocina o paño.
Se conservan dependiendo la delicadeza de cada una de ellas.
No hay que sobrecargar los estantes de la nevera; es decir, mucho arriba y poco abajo
o viceversa, porque esto limita la circulación del aire frío, que se distribuirá de forma
diferente, lo que puede llegar a afectar la conservación de la comida.
Es una buena idea también colocar una etiqueta para saber cuál es la fecha en que se
abrió el paquete o frasco (en el caso de no tener fecha de caducidad).
No metas alimentos cuando están calientes, por ejemplo, si lo sacaste recién del
horno o del fuego. Espera que tomen temperatura ambiente para evitar que la nevera
tenga que hacer más trabajo para refrigerar el nuevo alimento.
CONGELADOR
Congelando sigues manteniendo los nutrientes y es una buena solución para pasar
menos tiempo en la cocina. Cocina de más y congela.
Congela fruta y verdura para hacer smoothies, como plátanos, frutos rojos, remola-
cha, brócoli o mango, por ejemplo.
Ten siempre espinacas, guisantes, brócoli u otra verdura como estas congelada;
tendrás una cena saludable lista rápidamente.
Recuerda que los alimentos congelados no duran eternamente, así que escribe en el
envase la fecha de congelación y tenla en cuenta para consumirlo cuanto antes. No
todos los alimentos se conservan en condiciones óptimas durante el mismo tiempo.