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Cómo muy bien decía Aristóteles1, el hombre es un ser social por naturaleza;
esto significa que en el momento que llegamos a este mundo, adquirimos la
capacidad de ser individuos sociales, para que con el transcurso de nuestra vida,
podamos ser nosotros los que desarrollemos esta capacidad de
desenvolvimiento en la sociedad futura, o por el contrario, minimizar esta
exposición a la civilización, siendo una persona más resguardada y con
tendencia al individualismo. Sin importar cuál sea la decisión de ese individuo,
no se puede dejar atrás la necesidad latente de encontrar a un semejante, que
pueda facilitar su tiempo en este mundo terrenal, ya que desde la filosofía una
persona tiene que “co-ser” para poder “ser” 2. En palabras más simples, nos
están diciendo que es necesario desarrollar la capacidad de interacción con los
Por otra parte, debemos de resaltar el papel tan importante que cumplió la
manera en la que los hombres primitivos organizaban su trabajo, ya que gracias
a este se logró la transición de la vida zoológica a la social, porque esta
cohesionaba a los miembros de la comunidad en una colectividad, dejando así
como resultado los primeros indicios de las relaciones interpersonales entre
ellos3.
Cabe agregar, que nos podemos encontrar con ciertos individuos que se creen
el centro del universo solo por la cantidad de objetos que tienen acumulados,
convirtiéndolos así, en seres antropocéntricos; dicho concepto hizo que el
hombre fuera conocido como una persona egoísta, asignándole también un
comportamiento individualista. Estas conductas avanzan con un propósito un
tanto colectivo, que coincide con el bienestar humano enfocado en el desarrollo
personal de cada uno como comunidad; causando un efecto adverso con uno de
los bienes más comunes, puesto que la evolución tecnológica ha dejado de ser
producto de la evolución del hombre, es decir, la evolución tecnológica ha
frenado la evolución del hombre en sí.
Gracias a esto hemos podido entender la dificultad que ha ido adquiriendo el ser
humano para tener una relación con otro individuo, ya que ha deteriorado su
pensamiento como ser social causado por el exceso de las nuevas tecnologías.
Hoy en día el amor se mide en que tan rápido se responde un mensaje y en qué
cantidad de fotos se tiene posteadas, cuando vemos que una pareja borra las
fotos que tenían, ahí mismo empezamos a lanzar comentarios y críticas, porque
nos hemos acostumbrado a que las relaciones deben de llevarse en los medios
y no en la intimidad de cada pareja; lastimosamente el romanticismo y la
necesidad de quedar bien con el otro ha quedado en el pasado al igual que la
facilidad de llevar una relación sana.
Nos estamos dando cuento que la vida se nos está yendo, que los días que se
van ya no pueden regresar, pero preferimos continuar con nuestra mente
consumista, nuestros impulsos equívocos que nos llevan a la acumulación de
bienes materiales pero a la escases de sentimientos, de personas positivas en
nuestras vidas, estamos pasando por alto que lo material es algo terrenal y que
quizás nos regale felicidad momentánea, pero un dispositivo electrónico, no nos
podrá abrazar en medio de la soledad o dar un buen consejo en medio de un
problema.