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La civilización incaica, también llamada civilización inca o civilización

quechua, fue la última de las grandes civilizaciones precolombinas que


conservó su Estadoindependiente (Imperio incaico) durante la conquista de
América, hasta la conquista del Perú (1532-1533). Con la extensión del imperio,
esta fue absorbiendo nuevas expresiones culturales de los pueblos
incorporados, y se ubicó en los actuales territorios
del Perú, Bolivia, Ecuador, Chile, Argentina y Colombia.
Desde la ciudad sagrada del Cusco, los quechuas consolidaron un Estado que
logró sintetizar los conocimientos artísticos, científicos y tecnológicos de sus
antecesores. Basados en un concepto de expansión del Estado,
el Tahuantinsuyo (Imperio inca) recogió aquellos conocimientos y los potenció.
En la actualidad, algunas costumbres y tradiciones de la desaparecida
civilización inca prevalecen aún en Perú, Ecuador y Bolivia.
La conquista del Perú, realizada entre 1530 y 1540 por los españoles,
encabezados por Francisco Pizarro, puso fin al imperio. Sin embargo, focos de
resistencia de los llamados Incas de Vilcabamba se mantuvieron hasta 1572.
La economía inca se basó en la agriculturaque desarrollaron mediante técnicas
avanzadas, como las terrazas de cultivo llamados andenes para aprovechar las
laderas de los cerros, así como sistemas de riego heredados de las culturas
preincas. Los incas
cultivaron maíz, maní, yuca, papa, frijoles, algodón, tabaco y coca, entre otras.
Las tierras eran propiedad comunal y se trabajaban en forma colectiva.
Desarrollaron también una ganadería de camélidos
sudamericanos (llama y alpaca). Por los excelentes caminos incas (Cápac Ñan)
transitaban todo tipo de mercancías:
desde pescado y conchas spondylus hasta sal y artesanías del interior.
Entre las expresiones artísticas más impresionantes de la civilización inca se
hallan los templos (Sacsayhuamán y Coricancha), los palacios y los complejos
estratégicamente emplazados (Machu Picchu, Ollantaytambo y Písac).
Si bien no puede hablarse de un imperio monárquico socialista, por la clara
diferenciación económica, política y social, el Imperio incaico estableció el
sistema de reciprocidad y complementariedad económica.
Organización políticaEditar

Detalle de una galería de retratos de los soberanos incas que fue publicada en 1744 en la obra Relación
del Viaje a a la América Meridional en la que Jorge Juan y Antonio de Ulloa fueron sus autores.

La organización política incaica fue una de las más avanzadas de América


precolombina. A decir de Luis E. Valcárcel, el propósito del Estado inca era
garantizar el bienestar de todos sus súbditos, a diferencia de otras monarquías
históricas que buscaban solo defender los privilegios de grupos reducidos. El
imperio incaico «garantizó a la totalidad de seres humanos, bajo su jurisdicción, el
derecho a la vida mediante la satisfacción plena de las necesidades físicas
primordiales de alimentación, vestido, vivienda, salud y sexo.» Ello se logró
organizando de manera meticulosa a los pobladores, considerados ante todo como
actores del proceso de la producción económica, de modo que pudieran evitar las
hambrunas y estar siempre prevenidos ante los embates destructivos de la
naturaleza. El Estado inca tuvo, pues, un alto sentido de previsión social.[1]
La diarquíaEditar
Los cronistas españoles, cuyos escritos constituyen la fuente primaria de la
historia inca, interpretaron al sistema político de los incas según su concepción
europeísta y occidental. Es por eso que describieron al gobierno inca como una
monarquía absolutista, a la cabeza del cual se hallaba un solo soberano absoluto, el
Inca. Sin embargo, los modernos estudios nos dejan entrever que existieron dos
gobernantes que ostentaron al mismo tiempo el mando.[2][3] Uno pertenecía a la
parcialidad del Hanan Cuzco (Cuzco alto) y el otro a la del Hurin Cuzco (Cuzco
bajo). Esta dualidad del Hanan y del Hurin se daba también en los curacazgos, y se
remonta a la época preincaica; es pues, típica de la cosmovisión andina.[4]
Según Waldemar Espinoza Soriano, si bien en el Imperio había dos
administradores o jefes máximos, ello no significa que existiesen dos monarquías
paralelas, sino que solo había una, debidamente unificada. Los dos gobernantes
tenían sus bienes y posesiones de manera equivalente, aunque era el de Hanan el
que reunía más rango por ser el que manejaba la vida cívica, política, económica,
social y militar; por eso se le llamaba el Sapa Inca. El otro gobernante, el de Hurin,
concentraba en su persona el poder sacerdotal: era el Willaq Umu, y aunque era de
menos rango, no por ello dejaba de tener enorme influencia en las decisiones
imperiales.[5]
La jerarquía imperialEditar
El Sapa Inca o, simplemente, el Inca era pues, el máximo gobernante, que
compartía el poder con el sumo sacerdote o Willaq Umu. Todos sus súbditos
debían acatar con sumisión sus órdenes. Símbolo de su poder era la mascapaicha,
una especie de borla de lana roja que ceñía en la cabeza. Ejercía las funciones de su
gobierno desde el palacio particular que cada uno se hacía construir en el Cuzco.
Allí concedía audiencia todo el día y administraba justicia. Pero también viajaba
con frecuencia por todo el territorio de su imperio, llevado en andas sobre
hombros de cargadores, para atender personalmente las necesidades de su
pueblo.[6]
Al Inca le seguían en jerarquía:

 El Auqui o príncipe heredero. En vida de su padre, ejercía el cogobierno, para ejercitarse


en las funciones imperiales. No necesariamente era el hijo mayor del Inca y de la coya, sino
que se lo escogía de entre todos los hijos del Inca, recayendo el honor sobre quien tuviera
las mejores cualidades para desempeñar tan alta función.[7][8]
 El Tahuantinsuyo Camachic o Consejo Imperial, integrado por cuatro personajes o apus,
que tenía a su cargo el gobierno de cada uno de los suyos o regiones. Algunos autores lo
denominan Suyuyuc Apu. A esos 4 apus habría que agregar, según Guaman Poma de Ayala,
a otros 12 consejeros: cuatro por cada uno de los suyos grandes (Chinchaysuyo y
Collasuyo) y dos por cada uno de los de menor tamaño (Antisuyo y Contisuyo). De modo
que el Consejo Imperial estaba representado por 16 consejeros: 4 principales y 12
secundarios.[9]
 Los gobernadores o Apunchic, con atribuciones político-militares. Su labor consistía en
mantener en orden las provincias. Residía en fortalezas ubicadas en puntos estratégicos y
rendía cuentas directamente al Inca y a su Consejo.[9]
 El Tucuirícuc o tocricoc, «el que todo lo ve», una especie de supervisor o veedor imperial,
que controlaba a los funcionarios de provincias, y en caso necesario, ejercía las funciones
de gobierno. Se encargaba además de recoger los tributos y remitirlos al Cuzco, de casar a
las parejas y de ejercer la justicia.[10] Como símbolo del poder que le otorgaba el Inca,
llevaba siempre un hilo de la mascapaicha, que era inconfundible para la gente.
 El curaca, era el jefe del ayllu o comunidad. Equivalente a cacique. Solía ser el más anciano
y sabio de su pueblo, aunque a veces los incas imponían sus propios curacas en las
poblaciones recalcitrantes a su dominio. Vigilaba por el orden y aplicaba justicia; también
se encargaba de recolectar el tributo para el Inca. Tenía como privilegios el poder
entrevistarse con el Inca, de tener como esposa principal a una aclla cusqueña, además de
numerosas esposas secundarias. Debía enviar a sus hijos al Cuzco, para ser educados junto
con la elite inca; con ello, el Estado inca buscaba quechuizar a la clase dirigencial de las
provincias.[10]

División territorial: Suyos o regionesEditar


Artículo principal: Suyos del Imperio incaico
Mapa del imperio incaico: Chinchaysuyo (en rojo), Collasuyo (en azul), Antisuyo (en verde)
y Contisuyo(en amarillo).

Los cronistas afirmaron que el imperio incaico estuvo dividido en cuatro


grandes distritos conocidos como suyos (del quechuasuyu, que significa
surco): Chinchaysuyo, Antisuyo, Collasuyo y Contisuyo. El centro de esta división
era el propio Cuzco. Debido a ello, el imperio adoptó el nombre
de Tahuantinsuyo, es decir, los cuatro suyos o regiones, concordantes con los
cuatro puntos cardinales. El concepto del suyo era más que nada demarcativo.
No equivalía a una denominación política ni étnica, tan así que nunca los
pobladores del imperio se autodenominaron tahuantinsuyanos. Los suyos se
dividían a la vez en huamanis o grandes provincias, los cuales solían coincidir
con las fronteras de los territorios de los pueblos o etnias sometidas al imperio.
Los huamanis se dividían a su vez en sayas o sectores, que eran dos:
Hanansaya o parte alta, y Hurinsaya o parte baja. En cada sayavivía un número
variable de ayllus o grupos familiares.[11]
Se ha atribuido al inca Pachacútec la creación de este sistema de organización
del territorio; sin embargo sabemos que se trataba de una práctica mucho más
antigua.
La base decimal de la administraciónEditar
Para la mejor administración del imperio, era necesario asegurar que todos
trabajaran y cumplieran lo que se les imponía. Con esta finalidad, los incas
crearon una organización decimal que consistía en una escuela de
funcionarios, cada uno de los cuales controlaba el trabajo de diez que estaban
bajo su inmediata autoridad:[12][13]
 El Purec o jefe de familia (la base de la sociedad).
 El Chunca-camayoc, encargado de una Chunca, es decir, el conjunto de diez familias.
Mandaba a diez purecs y estaba encargado del censo de las personas correspondientes a su
jurisdicción, distribuirles tierras y dirigirles en el trabajo.
 El Pachaca-camayoc, funcionario al parecer equivalente al curaca, que controlaba
una Pachaca o conjunto de cien familias. Estaba encargado de vigilar a los chunca-
camayocsen el cumplimiento de sus obligaciones y revisar las decisiones que hubiesen
tomado en asuntos de su jurisdicción.
 El Huaranga-camayoc, a cargo de una Huaranga o conjunto de mil familias. Supervigilaba a
los pachaca-camayocs; especialmente debía cuidar la exactitud de los registros censales y
la equidad de la distribución de tierras, para evitar que aquellos aprovechasen su
autoridad en perjuicio del bienestar del pueblo.
 El Huno-camayoc, al mando de un Huno o conjunto de diez mil familias, amplitud que hace
pensar en una confederación tribal estabilizada por la autoridad del Inca. Supervigilaba a
los huaranga-camayocs. Conservaba los registros censales y de acuerdo con ellos dirigía la
política agraria y los trabajos artesanales. Se hallaba subordinado al Tucuirícuc y al
Suyuyuc Apu.

El sistema vial y el transporteEditar


Los Incas se preocuparon por tener buenas vías de comunicación y por ello se
dedicaron a construir a lo largo y ancho de sus dominios una vasta y compleja
red de caminos. Estos tenían la función de integrar y unificar el Imperio. [14]
Qhapaq Ñan o camino realEditar
Artículo principal: Red vial incaica

Sistema de caminos del imperio incaico.

El Qhapaq Ñan o Camino Real es, indudablemente, el más imponente ejemplo


de la ingeniería civil incaica. Tiene una longitud de 5.200 km y servía de enlace
a una red articulada de caminos e infraestructuras de más de 20.000 km,
construidas a lo largo de dos milenios de culturas andinas precedentes a los
incas. Todo este sistema de caminos recorría, superando los potenciales
obstáculos de los candentes desiertos, de la escabrosidad de las montañas, los
zigzag de las quebradas, las correntadas de los ríos, vinculando diversos
núcleos productivos, administrativos y ceremoniales: cuyo centro era la ciudad
del Cuzco, donde, como en la Roma antigua, todos los caminos confluían. [15]
El Qhapaq Ñan se dividía en dos ramales longitudinales: el camino de la costa
y el camino de la sierra. Interconectaba localidades tan distantes como Quito, al
norte, y Tucumán, al sur. Los cronistas españoles alabaron no solo su
extensión, sino su trazado, anchura y calidad, sobre todo por el esfuerzo que
significó su construcción en medios tan agrestes como los Andes y los
desiertos costeros; tanto así que lo compararon con la red vial del Imperio
romano.[16] Es evidente que la red vial incaica facilitó la conquista española,
según lo aseveran los entendidos.
En el 2014, la Unesco proclamó al Qhapaq Ñan como Patrimonio de la
Humanidad. [17]
Los puentesEditar

Puente colgante de Q'eswachacaconstruido según la antigua técnica inca.

Para cruzar ríos, salvar quebradas o desfiladeros, los incas construyeron


ingeniosos puentes. Existieron tres clases de estos:[18]
 Los puentes de piedra o puentes fijos, que se construían en medio de ríos de poco caudal o
quebradas angostas.
 Los puentes colgantes, fabricados de resistentes fibras de maguey, que soportaban el peso
de hombres y animales de carga.
 Los puentes flotantes o de oroyas, constituidos por grandes cestos o balsas sujetas con
gruesas sogas, que se extendían de una orilla a otra, donde los cabos se sujetaban a
peñascos o pilares. Para cruzar el río el viajante se subía a la balsa y tiraba de la soga, hasta
llegar a la otra orilla.

Los tambosEditar
Un tambo era una construcción que servía de depósito de alimentos, vestidos,
herramientas y armas, que los incas hicieron construir a lo largo de los caminos
que cruzaban el imperio, a fin de que allí pudiesen descansar y reparar sus
fuerzas los funcionarios, los ejércitos en campaña y aun el mismo Inca con su
séquito. Los viajeros particulares no podían participar de estos beneficios pues
estos estaban obligados a llevar alimentos de su propia tierra. Había tambos
aún en los lugares desiertos y cuando estaban cerca de algún pueblo tenían
por objeto evitar que el paso del ejército y los funcionarios no aumentara la
carga tributaria al mismo. Los españoles admiraron este sistema y lo
aprovecharon.[19][20]
Los chasquisEditar
Para llevar las órdenes y disposiciones del Inca a todos los confines del Imperio
en la menor brevedad posible, existió un sistema de correo de postas
denominado de los chasquis. Estos eran jóvenes corredores apostados en los
caminos y que se cobijaban en chozas. Cada puesto estaba a una distancia
prudencial del otro, aproximadamente de 1.5 km, pues decían que aquello era
lo que un joven podía correr con ligereza, sin cansarse. Cuando el encargado
de llevar el mensaje llegaba al puesto en donde terminaba, anunciaba su
llegada por medio de un pututo (trompeta hecha de concha marina), saliendo a
su encuentro otro mozo, que escuchaba el mensaje dos y tres veces, hasta
memorizarlo exactamente y, a su turno, salía a la carrera para transmitirlo al
próximo puesto. Por ello el mensaje debía ser corto, concreto y muy simple
para evitar que se olvidasen. Otras noticias se transmitían por quipus o hilos
con nudos, sistema mnemotécnico cuyo significado solo lo podían descifrar las
personas entendidas. De ese modo, se llevaba a cabo una gigantesca carrera
de postas que permitía que las órdenes, noticias, mercaderías, etc., llegara a
su destino con bastante rapidez. Se asegura que así se conocían en Cuzco las
noticias de Chile o Quito sólo en el término de 15 días y aún menos; y que el
Inca recibía en su palacio cuzqueño pescado fresco desde la costa. [19][20]

Organización militarEditar
Véase también: Ejército inca

Manco Inca fue el primer guerrero inca en adoptar la técnica militar de los hispanos (espadas, corazas de
hierro y caballos de guerra).

Los incas formaron un ejército fuerte acorde con las necesidades de su Estado
expansionista. Se dividía en grupos de guerreros profesionales y soldados
reclutados especialmente para cada campaña, y basaba su poder en la cantidad de
hombres, la eficiente logística, la férrea disciplina y moral de combate, y la
construcción de fortalezas militares. Las acciones bélicas guardaban un carácter
religioso.

El Estado Incaico planificó tanto las conquistas de pueblos vecinos como la defensa
del territorio propio. Su base fue un ejército bien dotado, una red de caminos que
facilitaban su desplazamiento y la construcción de grandes fortalezas que
cumplían como principal función la disuasión de posibles ataques y su contención,
si se producían.

Instrucción premilitarEditar
Todos los hombres eran preparados para la guerra desde muy jóvenes. Entre los
10 y 18 años eran entrenados en el manejo de las armas y la lucha cuerpo a cuerpo.
Todo ello se complementaba con otras actividades físicas, como trepar cerros y
cruzar ríos. Aprendían también a espiar al enemigo, a imitar el grito de los
animales y enviar mensajes con señales de humo y el sonido de un tambor.[21]
Toda esta instrucción la recibían los muchachos como parte de su educación
tradicional; en períodos de conflicto, la preparación se realizaba en las fortalezas
militares.

El ejércitoEditar
Todos los hombres entre los 25 y los 50 años estaban obligados a servir en
el ejército. Cada provincia del imperio debía aportar una cuota de reclutas según su
población, los que servían por riguroso turno e iban comandados por sus
respectivos jefes, no siendo mezclados sino que permanecían bajo el mismo
comando.
La mayor parte de los soldados eran campesinos (solo la guardia del Inca reinante
estaba compuesta por combatientes de oficio, casi todos de origen noble).

El servicio de armas, uniforme y rancho, estaba admirablemente organizado. De


trecho en trecho en los principales caminos que recorrían, se aprovisionaban en
los tambos que hacían las veces de verdaderos cuarteles de abastecimiento y nada
tenían que sacar de los pueblos ni exigir provisiones a sus habitantes.

La jerarquíaEditar
Las tropas estaban divididos en grupos de 10, 100 y 1000 soldados o aucarunas,
cada una de las cuales estaban mandada por el chuncacamayoc,
el pachacacamayoc y el huarangacamayoc, respectivamente. El jefe supremo del
ejército era el Inca, pero el jefe ejecutivo era un pariente más cercano de su entera
confianza, su príncipe heredero o cualquier otro príncipe; era llamado
el Apuquispay, cuyo nombre sugiere el modo de impartir órdenes mediante una
trompeta. También eran altos jefes los hermanos, tíos y otros parientes cercanos
del Inca que tuviesen grandes condiciones guerreras, incluidas la valentía y la
habilidad.[22]
Armas ofensivas y defensivasEditar
 Armas ofensivas: Preferentemente utilizaron la maza o huactana, hecha de madera o
metal de una sola pieza; y la porra o champi, confeccionada con una piedra o metal en
forma de estrella encajada en un palo. También usaron el hacha o chictana, la lanza
o chuqui, la honda o huaraca, la estólica, el arco y flecha, entre otras. Usaron también
las galgas, que eran grandes piedras que colocaban en el borde de una ladera, y que
echaban a rodar para que causara estragos a los que pasaban por la parte baja.[23]
 Armas defensivas.- Los guerreros vestían túnicas de algodón reforzado y cascos de
madera o de cañas entretejidas con hilos de lana. También se cubrían la espalda con placas
de madera, y llevaban escudos del mismo material, a veces reforzados con piel de
venado.[24]

FortalezasEditar
En sitios estratégicos, los incas hicieron construir grandes fortalezas. Dichas
fortalezas eran de diversos tipos, pero por lo general se alzaban sobre eminencias
de terreno, salvando las gradientes por rampas y muros defensivos, siendo
coronadas por torreones. Casi siempre ocupaban lugares inexpugnables por sus
tres lados, siendo el lado de acceso defendido por muros y almenas.[25]
Métodos de luchaEditar
Pese a contar con un ejército formidable, los incas intentaban primeramente el
sometimiento voluntario y pacífico del pueblo que querían conquistar.
Previamente enviaban embajadas con ricos presentes, con lo que buscaban
demostrar a dicho pueblo todas las ventajas que sacarían si aceptaban la
dominación inca. Si este ofrecimiento era rechazado, entonces entraba en acción el
ejército. Para tal efecto, aislaban al enemigo y luego procedían al ataque. Lo
iniciaban lanzando proyectiles con sus hondas, estólicas y arcos; luego venía el
combate cuerpo a cuerpo, en el cual los incas eran expertos. Estos entraban en
batalla dando terribles alaridos y usaban con destreza sus mazas, hachas, lanzas y
porras.[26]

Organización socialEditar
El AylluEditar
Artículo principal: Ayllu

La base de la organización social del Tahuantinsuyo estuvo en el Ayllu, palabra de


origen quechua y aymara que significa, entre otras cosas: comunidad, linaje,
genealogía, casta, género, parentesco. Puede definirse al ayllu como el conjunto
de descendientes de un antepasado común, real o supuesto que trabajan la tierra
en forma colectiva y con un espíritu solidario.
En el Imperio todo se hacía por ayllus: el trabajo comunal de las tierras (tanto las
del pueblo mismo como las del Estado); las grandes obras públicas (caminos,
puentes, templos); el servicio militar y otras actividades.

El jefe del ayllu o curaca era el anciano más recto y sabio, asesorado por un grupo
de ancianos. Sin embargo, cuando el peligro amenazaba, el mando militar lo ejercía
un sinchi, guerrero aguerrido y prudente, elegido entre los más fuertes del ayllu.
Clases socialesEditar
El Inca Pachacútec y su hijo, el príncipe heredero Túpac Yupanqui(dibujo de Martín de Murúa).

La sociedad en el Incanato estuvo organizada a base de clases sociales. Existían dos


clases muy diferenciadas: la Nobleza y el Pueblo. En cada una de estas clases había
diversos niveles.[27]
 Nobleza:
o La realeza o la corte imperial, conformada por el Inca (el monarca o rey),
la Coya (esposa principal del Inca) y los príncipes legítimos o auquis.[28]
o Nobleza de Sangre, conformada por los descendientes de cada Inca, quienes
integraban los ayllus reales o panacas. Ejercían las más altas funciones, como
funcionarios imperiales, gobernadores, generales, sumos sacerdotes, etc.[29]
o Nobleza de Privilegio, cuyos miembros no pertenecían a la familia real, sino que eran
nacidos del pueblo, pero que por sus grandes servicios prestados al Estado (en las
guerras, en el culto religioso, en las obras públicas, etc.) habían alcanzado tal jerarquía.
Tal era el caso de los jefes militares, los sacerdotes y las acllas o escogidas.[29]
o Nobleza de las nacionalidades derrotadas, es decir, los curacas y sus parentelas que
conformaban la aristocracia regional y local.[30]

 Pueblo:
o Los artesanos, es decir, los que hacían trabajos artesanales: los orfebres, plateros,
tejedores, olleros, chicheros, carpinteros, ojoteros. Los más reputados eran los orfebres
y plateros de la costa (como los chimúes), así como los tejedores de tejidos finos de la
región del Collao (cumbicamayocs).[31]
o Los mercaderes, que era una clase muy especial dentro las poblaciones costeras, que se
ocupaban del trueque y del intercambio. Tal es el caso de los tratantes o
comerciantes chinchanos y los del extremo norte del imperio (costa del actual Ecuador),
donde eran conocidos como mindalás. Fueron los españoles quienes le dieron el nombre
de “mercaderes”, concepto ajeno a la mentalidad indígena, que desconocía el uso de la
moneda.[32] Controlaban el comercio del spondylus, estaban exonerados de los trabajos
comunales y públicos, aunque tributaban en especie tanto a su curaca como al Estado
imperial.[33]
o Los hatunrunas, que quiere decir hombres grandes, conformaban la gran masa del
pueblo que se dedicaba a las labores agrícolas y pastoriles, aunque también prestaban
su trabajo en las obras públicas. Vivían agrupados formando parte de los ayllus. De
entre ellos se elegían a los soldados, a los mitmas y a los yanas. Eran los verdaderos
sustentadores del imperio.[34]
o Los pescadores, vivían a lo largo del litoral, en pueblos separados de las aldeas
campesinas y sin poseer tierras de cultivo, formando una clase social distinta. No solo
pescaban, sino que cazaban aves y cosechaban eneas que usaban como materia prima
para sus embarcaciones y chozas. Salaban los pescados y los intercambiaban con otros
productos.[35]
o Los mitmas o mitmaqkunas, llamados también mitimaes, eran aquellos pobladores
quechuas enviados a colonizar los nuevos territorios conquistados y formar así una
barrera contra las poblaciones fronterizas todavía no dominadas por los Incas. Había
otro tipo de mitmas, los de las etnias sometidas, que como castigo a su rebeldía, eran
enviados a zonas distantes de su lugar de origen, para ser sometidos a vigilancia. Este
último tipo de mitimaes aumentó en los años inmediatamente anteriores a la conquista
española.[36][37]
o Los yanas, eran prisioneros de guerra o bien solo simples individuos desarraigados de
sus ayllus por capricho del Inca o del curaca para ejercer como siervos, en tareas
domésticas, agrarias y pastoriles. El Inca solía donar yanacunas a los altos dignatarios, a
los jefes guerreros y a los curacas. El estatus del yanacuna era de por vida y lo
transmitía a sus descendientes. De acuerdo a quien sirviera recibía diversos nombres.
Cuando lo hacían en beneficio de personas o familias, se los llamaba yanas o yanacunas;
cuando estaban al servicio del Inca y del Estados, se los denominaba yanayacos o
yanayacocunas.[38]
o Las mamaconas o acllas, mujeres que desde temprana edad eran reclutadas de todo el
imperio para ser internadas en los acllahuasis. Allí se dedicaban a la fabricación de
textiles, la preparación de bebidas para los ritos, y otras labores; algunas eran
seleccionadas para convertirse en las esposas secundarias del Inca o para ser
entregadas como premio a los curacas y jefes principales.[39]
o Las pampayrunas o mitahuarmis eran mujeres que por mandato del Estado estaban
obligadas a ejercer la prostitución, pero fuera de las poblaciones, en el campo. Se
trataba de mujeres prisioneras, capturadas en las guerras. Así se pretendía evitar que
hubieran violaciones u otro tipo de acoso de parte de los jóvenes solteros hacia las
muchachas o las mujeres casadas.[40]
o Los piñas o pinas, eran prisioneros de guerra, que estaban en el último escalón de la
pirámide social del Imperio. De acuerdo a Waldemar Espinoza, estaban sometidos a la
esclavitud, pero solo al servicio del Inca y del Estado imperial; no había piñas al servicio
de particulares. Se los destinaba a las plantaciones de coca (cocales) en la ceja de selva,
donde el trabajo era muy extenuante.[33] Sin embargo, no se puede considerar
esclavista al Estado inca, pues el número de esos piñas era ínfimo en comparación con el
número total de la población.

EconomíaEditar
La economía incaica estaba basada en la previsión y planificación de todas las
etapas del proceso productivo. En el Tahuantinsuyo, nada estaba fuera del control
permanente y directo del Estado, que, haciendo suyas las experiencias tecnológicas
y culturales desarrolladas por las culturas preincas, organizó un aparato
productivo, fundamentalmente agrícola, que dio solución a los problemas de
alimentación, vestido, vivienda y seguridad social de una población cada vez más
numerosa.[1]
No hay consenso en cuanto al cálculo sobre el número de pobladores que
albergaba el imperio inca a la llegada de los españoles. John Rowe lo calculó en seis
millones; por su parte, Noble David Cook (1981) lo elevó a nueve millones. Otros
investigadores dan cifras menores.[41]
El trabajoEditar

Existía una obligación entre la población circundante de dar mantenimiento a la infraestructura vial del
imperio. En la foto, pobladores en el ritual de renovación del Puente Q'eswachaca, ritual que se mantiene
desde la época incaica hasta la actualidad.

El trabajo era considerado como una función social de la que no podía eximirse
ningún individuo; era pues obligatorio. Todos los habitantes del Imperio, hombres
y mujeres, debían trabajar, pero no era igual para todos sino que se asignaba a
cada individuo según sus capacidades. A nadie se le exigía más de lo que podía dar;
así, el niño trabajaba mucho menos que el joven y éste menos que el adulto, edad
en la que se exigía el máximo esfuerzo, descendiendo después la exigencia a
medida que iba ascendiendo la edad.[42]
El trabajo era colectivo, pues siempre lo hacían con la intervención de todos los
miembros de la comunidad o ayllu, los mismos que se ayudaban mutuamente unos
a otros. Modalidades de trabajo comunitario eran la mita, el ayni y la minca.[43]
 El ayni.- Consistía en la ayuda mutua o recíproca que se prestaban las familias que
componían el ayllu, principalmente en las labores del campo. Cuando un miembro del
ayllu no podía labrar su parcela, venía otro a ayudarle en esa labor; luego aquel devolvía el
favor de similar manera.
 La minca.- Consistía en el trabajo en masa que realizaban los ayllus para cultivar las
tierras del Inca y del Sol o cuidar sus rebaños. El Inca y los sacerdotes les proporcionaban
todo lo necesario: herramientas, vestidos, bebidas, etc.
 La mita.- Era el trabajo obligatorio y por turno que debían prestar por tres meses al año
los varones de 25 a 50 años de edad en las grandes obras públicas: caminos, puentes,
templos, palacios, fortalezas, el laboreo de las minas, el cultivo de la coca, el servicio
militar, y también servicios como el de los chasquis y el de la guardianía de los puentes.

División de las tierrasEditar


De acuerdo a los cronistas, las tierras del Imperio se dividían en tres sectores:[44]
 Tierras del Sol, destinadas a la obtención del alimento necesario para la ofrenda de los
dioses y para el sustento de la clase sacerdotal encargada del culto.
 Tierras del Inca o del Estado, destinadas a proporcionar alimento al Inca, su familia, la
nobleza y los funcionarios. De estas tierras se sacaba también alimento para la gente que
trabajaba al servicio del Inca, para los ejércitos en campaña y para ayudar a los pueblos
que por alguna catástrofe perdían sus cosechas. Estos alimentos se guardaban en los
graneros. Tanto las tierras del Sol como las del Inca eran trabajadas en comunidad por el
pueblo.
 Tierras del Pueblo, eran de mayor extensión destinadas a los ayllus para que obtuvieran
su sustento. Cada año se hacía el reparto de estas tierras entre los hombres y mujeres
aptos para realizar las labores agrícolas. Cada hombre casado recibía un tupu (o topo),
otro por cada hijo varón y medio tupu por cada hija mujer. De acuerdo a las informaciones
del Inca Garcilaso, un tupu era igual a una fanegada y media (2880 m²) y representaba una
extensión de tierra donde se podía sembrar un quintal de maíz (46 kg).[45] En realidad,
según la opinión de Baudin, un tupu era el lote de terreno necesario para cultivar lo
suficiente para una familia sin niños. Su extensión debía variar según la clase de tierra.

Sin embargo, el sistema de propiedad de la tierra era mucho más complejo. Había
también tierras que eran de propiedad de los ayllus reales y de las panacas; otras
que eran destinadas para sustentar a las huacas en el mantenimiento de su culto;
otras que estaban en posesión de los curacas regionales o locales.[46][47]
AgriculturaEditar
Artículo principal: Agricultura incaica
Fueron más de 200 las variedades de papas cultivadas, que constituyen el mayor aporte de los pueblos
andinos a la alimentación mundial.

Los incas se valieron de varias técnicas para ganar terrenos de cultivo (andenes,
camellones, hoyas, pozas secas), así como usaron y ampliaron los sistemas de riego
heredados de las culturas preincaicas (acueductos y canales). Todo ello se amplía
en la sección de Tecnología agrícola.

Se estima que los incas cultivaron más de ochenta especies vegetales, entre ellas
especies alimenticias como la papa, el camote, el maíz, el olluco, la oca, la quinua,
el ají, el tomate, el maní, el pallar, la palta, la yuca y el frijol. Es de destacar la papa,
cuya domesticación ha sido el gran aporte de la civilización andina para la
alimentación mundial. Domesticaron más de 200 variedades de papa. Se las
consumía sancochadas, con cáscara y todo, y también se las sometía a procesos de
conservación, obteniendo la papaseca y el chuño.[48]
El maíz, domesticado en el Antiguo Perú de manera independiente con respecto a
México, fue también la base de la alimentación y era comido en muy variadas
formas: tostado (cancha), sancochado (mote) y en una especie de pan
llamado tanta. Sus hojas eran consumidas como legumbres y de sus granos hacían
también la famosa chicha o acja, la bebida preferida del Imperio.[49]
Cultivaron también plantas industriales como el algodón y el magüey. Del algodón
hicieron tejidos. Del maguey aprovecharon sus fibras para hacer sogas resistentes
y calzados. Otras plantas cultivadas fueron la tabaco(sairi) y coca (cuca) para uso
ritual y medicinal.
GanaderíaEditar
Artículo principal: Ganadería incaica

Los camélidos fueron un recurso esencial del Tahuantinsuyu. El Estado inca se preocupó de abastecerse
tanto de la carne como de la fibra de estos animales.

La ganadería, a diferencia de la agricultura, fue menos favorecida. Esto se debió a la


escasa fauna andina. Aun así, constituyó la única ganadería existente en la América
precolombina, constituida por los dos camélidos sudamericanos domesticados:
la llama y la alpaca, de los que aprovechaban tanto su carne para alimento, como su
fibra o lana para sus vestimentas. La llama también fue utilizada como medio de
transporte de carga. Aprovecharon también la carne y la lana de la vicuña y el
guanaco (camélidos salvajes), para lo cual organizaban cacerías
llamadas chacos o chakus.[50] A los camélidos sudamericanos se les llama
también auquénidos, término erróneo que no debe usarse,
pues auchenia corresponde científicamente a un grupo de insectos de la familia de
los Curculiónidos (gorgojos).
Criaron también el cuy, roedor andino que hasta hoy es la base de muchos potajes
de la gastronomía andina. Se los alimentaba con las hojas de las mazorcas de maíz
(panca) y hierbas. Se aprovechaba también una especie de cuy silvestre,
llamado cari.[51] En la costa se criaba una especie de pato, hoy ya extinguido;
también se consumía la carne de perro, especialmente entre los huancas.[52]
La ganadería se relacionaba estrechamente con la agricultura. Los incas no
concebían una sin la existencia de otra. Al igual que la agricultura, la ganadería
estaba distribuida entre el Sol, el Inca, la nobleza y el pueblo.

PescaEditar
Los habitantes de las costas del Pacífico y de las riberas del lago Titicaca se
dedicaban a la pesca. De ella obtenían alimento, material para fabricar objetos
como peines, agujas y abono para la tierra. Para pescar usaban anzuelos, redes,
canastas y arpones. En la costa usaban desde remotos tiempos el famoso caballito
de totora, que era un haz de juncos dispuestos en forma de cigarro, sobre el cual
montaba el pescador, que para impulsarse usaba un pequeño remo. Se dice que
esta peculiar embarcación fue trasplantada por orden del inca Pachacútec a las
orillas del lago Titicaca, donde a partir de entonces se usan las ya tradicionales
balsas de totora.
Para la pesca más prolongada usaban balsas de madera impulsadas por una vela de
fibra de algodón, con las que se atrevían a incursionar más adentro del mar.

Comercio y navegaciónEditar

La balsa Kon-tiki, expuesta en un museo. Es similar a las embarcaciones usadas por los incas.

Entre los incas, y en general en todas las culturas andinas, se empleó el comercio
de trueque y el intercambio, que consiste en el cambio que hace un individuo de los
productos que le sobran por otros que, a su vez, necesita. Así, por ejemplo, los
habitantes de la costa intercambiaban sus productos (pescado seco, conchas, etc.)
con el de los habitantes de la sierra (alimentos, lana, etc.).
Había en la costa una clase dedicada exclusivamente al trueque y el intercambio a
larga distancia, a cuyos miembros los españoles les dieron el nombre de
“mercaderes”, concepto ajeno a la mentalidad indígena, que desconocía el uso de la
moneda. Se ha investigado el caso específico de los “mercaderes” o tratantes
de Chincha: sabemos que la administración inca, al conocer que el valle de Chincha
se hallaba tan poblado al punto que no podía satisfacer la alimentación de todos
sus habitantes, decidió dividir a su población económicamente activa en tres
grupos: agricultores, pescadores y “comerciantes”. Estos últimos ascendían a seis
mil. Otros tratantes o “mercaderes” de importancia eran los de la costa del actual
Ecuador. Uno de los productos más preciados del intercambio comercial era la
concha spondylus.[53]
En sus viajes marítimos, dichos “mercaderes” llegaron a regiones costeras tan
alejadas como Panamá y Costa Rica, y posiblemente hasta las costas del sur de
México.[54] Para cubrir esas rutas usaban resistentes balsas de madera impulsadas
a vela; se afirma también que, hacia 1460, el entonces príncipe Túpac
Yupanqui organizó una nutrida expedición de balsas que descubrió unas
misteriosas islas llamadas Auachumbi y Ninachumbi, que se ha querido identificar
con las islas Galápagos, la isla de Pascua e incluso con la lejana Polinesia.[55]
No existía la moneda; sin embargo, se tiene evidencia de que algunos productos
hacían las veces de moneda, como por ejemplo, el ají, la sal, el maíz, el algodón, la
coca, plumas de aves y conchas marinas. Se mencionan también hachas pequeñas o
tumis. El que vendía recibía en pago cualquiera de estos productos. Cuando
compraba, pagaba a su vez con los referidos productos.

ArtesEditar
Arquitectura y urbanismoEditar
Artículo principal: Arquitectura incaica

Machu Picchu

Muro inca en la ciudad del Cuzco.


Tres fueron las grandes características de la arquitectura inca: solidez, sencillez y
simetría.[56] Las construcciones del pueblo fueron rústicas; en cambio, las
realizadas por el Estado inca para las funciones de la administración, la defensa y
el culto fueron complejas y monumentales. Esta arquitectura pública tiene un
estilo altamente funcional que se distingue principalmente por sus técnicas
avanzadas de planificación territorial, y el refinado uso de la piedra. En la costa el
material preferente era el adobe. Se mencionan tres momentos en esta
arquitectura: el ciclópeo o el de las grandes piedras; el poligonal o de las piedras de
muchos ángulos; y el imperial, con sus piedras en forma de sillares rectangulares o
cuadrados. Hasta hoy causa asombro el tamaño de las piedras en algunos edificios,
y el ensamblado de piedras de diferente forma y tamaño (alguna de hasta de doce
ángulos), sin usar argamasa y que encajan tan perfectamente que entre sus
junturas no pasa ni una hoja de papel.[57] En cuanto al plano, los edificios son de
base rectangular y de un solo piso; característica netamente inca es la ventana de
forma trapezoidal.[58]
Los ejemplos más típicos de esta arquitectura se encuentran en la ciudad que fue la
capital de los incas, Cuzco, donde destacan Sacsayhuamán y el Coricancha. Otros
complejos importantes fueron las de Písac, Ollantaytambo y Machu Picchu.
La ciudadela de Machu Picchu fue descubierta científicamente en 1911 por el
estadounidense Hiram Bingham. Está ubicada a casi 2400 metros de altura, en la
provincia de Urubamba, departamento del Cusco, en pleno Andes Amazónicos. Se
trata de un conjunto de palacios, torreones militares (sunturhuasis) y miradores,
que se elevan entre los picachos Machu Pichu (cumbre vieja) y Huayna Pichu
(cumbre joven). Es sin duda una de las realizaciones más impresionantes de la
ingeniería a nivel mundial. Pocas obras como esta muestran tanta armonía con el
entorno natural. Fue construido, según todas las probabilidades, en el reinado de
Pachacútec, en el siglo XV.[59] Actualmente es uno de los sitios arqueológicos más
importantes del mundo y el principal destino turístico del Perú. En 1983, fue
incluida por la Unesco en la lista del Patrimonio de la Humanidad.[60]
Sacsayhuamán, es un extenso complejo arquitectónico situado a pocos kilómetros
del Cuzco, conformado por tres murallas en zig zag, levantadas con bloques
ciclópeos de granito, que se conservan todavía en muy buen estado. Actualmente
parece un amontamiento de piedras enormes, pero en su momento de esplendor
tenía torreones y otras construcciones menores en su cima, que fueron destruidas
por los españoles. Estos desconocían su verdadera función y la llamaron
“fortaleza”, es decir, le atribuyeron una función militar; sabemos ahora que lo más
probable es que haya tenido una función religiosa (templo del Sol) y científica
(observatorio astronómico), y/o administrativa.[61]
El Coricancha, que significa recinto de oro, era el principal templo del Sol situado en
el Cuzco, que está construida con mampostería de piedra encajada
cuidadosamente sin argamasa (simulando una mazorca de maíz). Interiormente se
dividía en varias habitaciones con hornacinas destinadas a las ofrendas o las
imágenes: la principal estaba dedicada al Sol, con paredes recubiertas con planchas
de oro; y la segunda, dedicada a la Luna, cubierta con planchas de plata; y otras
había para Huiracocha, el trueno y el relámpago, y los dioses de las provincias
sometidas por los incas, aparte de las habitaciones de los sacerdotes y las
mamaconas.[62] Sobre sus muros se eleva actualmente el Convento de Santo
Domingo.[63]
Entre otros templos importantes que se conservan, cabe citar la de la Casa del
Sol en la isla del lago Titicaca; y el templo de las Tres Ventanas en Machu Picchu. En
cuanto a los palacios, se destaca el de las Ñustas, también localizado en Machu
Picchu; el Amarucanchay el Colcampata, en el Cuzco.
También es representativa de la arquitectura inca el complejo de Tambo Colorado
en Piscoy el sector Inca de la Huaca "La Centinela" centro administrativo de
los chinchas en Chincha, ambas en departamento de Ica.
Es de destacar el sentido urbanista que dieron los incas a sus obras públicas. El
plano de sus ciudades estaba basado en un sistema de avenidas que convergían en
una plaza abierta rodeada de edificios administrativos y religiosos. Además,
supieron convertir en habitables terrenos naturalmente inhóspitos, cuando en
Europa no existía nada que se le equiparara, pues la geografía europea es benigna
para la habitabilidad del hombre (ni las montañas, ni los bosques, ni la altitud de
los terrenos alcanzan las dimensiones que el antiguo hombre peruano tuvo que
vencer para realizar sus proezas de arquitectura y urbanismo). El ordenamiento
territorial y urbano obedecían a una planificación y a un razonamiento lógico que
hasta el día de hoy puede observarse en los restos arqueológicos. Mientras tanto
en la España de su apogeo mundial (siglo XVI) no era posible ver el final de una
calle, sin que se atravesaran otras. El ordenamiento urbano llamado "moderno" no
llegaría a Europa sino varios siglos después.

Otros logros destacables incluyen la construcción de puentes colgantes a base de


sogas (algunos de casi cien metros de longitud), los extensos caminos empedrados
que comunican la variada geografía andina, los canales de regadío y acueductos.

EsculturaEditar
Artículo principal: Escultura incaica

Piedra de Saywite.

Conopa incaica, con figura de camélido.


En escultura, los incas hicieron muchos trabajos bien elaborados. En su mayoría
fueron hechos en piedra, pero también lo hicieron en metales como el oro y plata,
así como en madera. Representaron figuras antropomorfas (humanas), zoomorfas
(animales) y fitomorfas (vegetales), de diversos tamaños, desde miniaturas hasta
representaciones en tamaño real. Existe también alguna representación
monumental, como la del felino de Qenko.[64]
Algunas representaciones escultóricas están talladas sobre la roca madre (como
en Machu Picchu) o sobre grandes piedras (Saywite); es decir se hallan asociadas a
las grandes construcciones arquitectónicas. En algunos casos se ven
representaciones de cerros, escalas y acueductos, de posible simbolismo ritual.[65]
En estatuaria, se mencionan estatuas de los incas de tamaño natural,
llamadas guaoquis; así como una presumible representación del dios Viracocha,
hecha en piedra, que se hallaba en el templo de Cacha, de la cual se conserva su
cabeza en un museo de Madrid, mientras que el resto del cuerpo está en el
Cuzco.[66] De hecho, no existen más estatuas conservadas, pues sin duda fueron
destruidas por los españoles al considerarlas ligadas a la idolatría.
Otras piezas escultóricas son de pequeño tamaño, de uso ritual:[65]
 Los ulltis, representaciones de camélidos, algunas de las cuales son figuras de alpacas
lanudas con un receptáculo para colocar sebo.
 Los illas o conopas, piezas que representan heredades, ganados y sementeras.

CerámicaEditar
Artículo principal: Cerámica incaica

Aríbalo incaico. Museo de Arte Precolombino, Cuzco, Perú.


Quero escultórico, representando una cabeza felínica.

Se pueden distinguir dos tipos de cerámicas, la utilitaria y la ceremonial. La


cerámica utilitaria era la de uso doméstico, por lo general hecho de manera simple
y tosca. La cerámica ceremonial, mucho más elaborada y decorada, era enterrada
con los difuntos, rebosantes de alimentos o bebidas que, de acuerdo a la creencia
inca, debían servir a los muertos en su camino hacia el otro mundo. Son estos
ejemplares ceremoniales los que se conservan en los museos y por eso lucen en
perfecto estado.[67]
La cerámica inca se caracteriza por sus superficies pulidas, su fina decoración
pictórica de tendencia geométrica y el uso de los colores amarillo, negro, blanco,
rojo y anaranjado. Solían pintar rombos, líneas, círculos, animales y frutos
estilizados, así como plantas y flores.[68]
Ejemplares típicos de la cerámica inca son el aríbalo o puyñun (cántaro), el pucu
(plato de asa) y el quero (vaso).[69] El más conocido es el aríbalo, nombre que le
dieron los españoles por su lejano parecido con las ánforasgriegas. Era usado para
guardar chicha o agua. Su tamaño variaba; había algunos que medían metro y
medio de altura, y otros mucho más pequeños, para uso personal. Su superficie
estaba decorada con motivos geométricos.[68]
Especial mención requiere el quero o vaso ceremonial, que si bien los había de
cerámica, por lo general eran de madera de chonta. Se distinguen dos formas de
quero: el de forma campanular (como la de un vaso típico, con la boca más ancha
que la base) y el de forma escultórica (que por lo general adopta la forma de una
cabeza humana o la de un felino).[70] Existen queros que tienen decoraciones
labradas, como aquel que representa una serpiente enroscada. Otros queros están
decorados con dibujos y diseños pintados con variedad de colores, pero por su
estilo se considera que son de la época colonial. Los propiamente de la época inca
serían los queros escultóricos o labrados.[71]
El prestigio alcanzado por la cerámica inca hizo que en muchos lugares
conquistados se copiara sus formas y decoraciones. Generalmente se producía una
mezcla de los estilos locales con el estilo inca, y se encuentran piezas chimú-inca,
chancay-inca, etc. Cuando llegaron los españoles, la alfarería inca perdió su función
mágica y ceremonial y se volvió utilitaria.
PinturaEditar
Artículo principal: Pintura incaica

La pintura como arte fue ampliamente practicada por los incas, aunque sin
alcanzar los niveles de las culturas preincaicas, como la nasca y la moche.
Esta expresión artística fue realizada principalmente sobre murales y mantos, de
los cuales solo se conservan algunas trazas.

 Los murales pintados.- Las decoraciones pictóricas se hacían sobre paredes enlucidas
empleando pintura al temple. Se daba especialmente en las edificaciones de adobe de la
costa, como en Paramonga, Pachacámac y Tambo Colorado. Hay que distinguir entre
paredes pintadas de uno o varios colores y los murales con diseños o motivos
representando escenas diversas.[72] El Inca Garcilaso de la Vegamenciona también una
antigua pintura mural incaica que representaba a dos cóndores y que en sus días todavía
se podía ver en una peña altísima en las afueras del Cuzco. Según el mismo cronista, su
ejecución habría sido ordenada por el inca Viracocha, en conmemoración de su victoria
sobre los chancas.[73]
 Los mantos pintados.- Esta técnica aplicada sobre telas de algodón era propia de toda la
costa, con mayor énfasis en el norte. Todavía por los años de 1570 a 1577 existían artistas
especializados en el arte de pintar mantos que ejercían su oficio trasladándose de un lugar
u otro; estos artesanos pedían licencia ante el oidor para usar de su arte e ir libremente
por los valles sin ser estorbados. En los museos y colecciones privadas se pueden apreciar
estos mantos, empleados quizá para cubrir paredes desnudas o servir de vestimenta a los
señores importantes.

Otras muestras de este arte serían las tablas y telas pintadas con escenas históricas
y guardadas en Puquincancha (Cuzco), según testimonio del cronista Pedro
Sarmiento de Gamboa, pero de las que ya no quedan ningún ejemplo
conservado.[72]
También es de destacar la pintura como complemento ornamental de las piezas de
cerámica y de otras artesanías, como la realizada sobre los aríbalos (cántaros) y
los queros (vasos ceremoniales). En un segundo plano estarían la decoración de los
escudos militares, a manera de figuras heráldicas, según la información de algunos
cronistas.[74]
Otro renglón dentro del arte pictórico fue la realización de una suerte de mapas
pintados que representaban un lugar o una región. El cronista Juan de
Betanzos cuenta que después de la victoria sobre los chancas obtenida por el
príncipe Cusi Yupanqui, los dignatarios cusqueños fueron al encuentro de éste
para ofrecerle la borla y lo encontraron pintando los cambios que pensaba
introducir en el Cuzco. Esta práctica estaría confirmada por una afirmación en un
juicio sostenido por las etnias de Canta y de Chaclla en 1558-1570. Uno de los
litigantes presentó ante la Real Audiencia de Lima los dibujos de su valle indicando
sus reclamos territoriales, mientras los segundos exhibieron una maqueta de barro
de todo el valle. Pedro Sarmiento de Gamboa decía que al conquistar un valle se
hacía una maqueta y se le presentaba al Inca.
Orfebrería y plateríaEditar

Estatuillas de oro y plata.

Los incas utilizaron los metales preciosos (oro y plata) para labrar bellos objetos
de orfebrería y platería. En realidad, quienes realizaban estas obras artísticas eran
los pueblos sometidos, como los chimúes y los ichmas, cuyos orfebres fueron
trasladados al Cuzco para ejercitar su arte al servicio del Inca. Producían aretes,
orejeras, brazaletes, ajorcas, collares, sortijas, prendedores, tumisrituales, placas,
planchas, efigies de plantas, animales y seres humanos para adornar los templos y
palacios del Cuzco y otras ciudades importantes.[75]
Los orfebres y plateros formaban una casta especial y tenían ciertos privilegios. El
orfebre era llamado cori camayoc; el platero, collque camayoc.[76]
Es fama que los conquistadores españoles encontraron cantidades ingentes de
objetos artísticos labrados en oro y plata, como aquellos que fueron ofrecidos para
el rescate del inca Atahualpa y los hallados en el Coricancha; en este último se hizo
famoso un gigantesco disco de oro que era imagen del dios Sol o Inti (punchau). Sin
embargo, todos esos objetos fueron fundidos y transformados en lingotes para ser
repartido entre los captores del Inca y la Corona española.[74]
TextileríaEditar
Artículo principal: Textilería incaica

Arte textil inca con tocapus. Túnica.

La textilería estuvo muy desarrollada, aunque sin llegar a la belleza desplegada por
algunas culturas preincas costeñas, como la nazca y la paracas.
Los incas conocieron los telares verticales y horizontales con los que crearon
variados tejidos de lana y algodón. Los tejidos finos que se han conservado son
motivo de admiración por su colorido y finura en la confección. Este tejido,
llamado cumbi o cumpi, estaba hecho de lana de vicuña, y cuando se le quería dar
calidad especial o aspecto vistoso, se le mezclaba con hilos de oro, pelos de lana y
murciélago, o se le recubría con plumas multicolores, o se adornaban con cuentas.
Estaba decorado con hermosos dibujos geométricos y naturales (tocapus). Los
elementos decorativos y el color realzaban la fineza y suavidad del tejido.
También crearon tejidos decorados con plumas de colores vivos, de los que se
conservan bastantes muestras en el ajuar de sus momias.

Debido a la organización clasista de la sociedad inca, los trajes finísimos estuvieron


destinados al Inca y a la nobleza, mientras que las gentes del pueblo vestían trajes
simples y burdos. Pese a ello, los habitantes del Perú antiguo fueron los mejores
vestidos de la América precolombina.

Música y danzaEditar
Los incas conocieron solo los instrumentos musicales de viento. Usaron flautas en
diversas variedades, como las quenas, antarasy otras, así como
los pututos (trompetas hechas de conchas marinas). También instrumentos de
percusión como las tinyas o tambores. La música incaica era de cinco notas
fundamentales, es decir, era pentatónica, en vez de la música de siete notas que
hoy usamos.
Las labores agrícolas se hacían generalmente al son de la música y canto para
darles ritmo y compás. La danza era ejecutada por grandes masas humanas y tenía
preferentemente un carácter religioso. Había danzas totémicas destinadas a dar
culto a los tótems u antepasados epónimos; danzas solemnes como las realizadas
en las grandes fiestas religiosas como el Inti Raymi; danzas dedicadas a los
muertos; danzas en conmemoración de hechos históricos; danzas guerreras y
danzas de alegría (Kashua).
MomificaciónEditar
Según Del Busto, se considera a la momificación como un arte porque buscó la belleza de
los reyes incas y de los nobles fallecidos, ya que los incas consideraban necesaria la
conservación de sus cuerpos para asegurar la buena fortuna a su linaje.

LiteraturaEditar
Artículo principal: Literatura incaica

Véase también: Poesía incaica

Los cronistas de la conquista y de la colonia han dado fe de la existencia de una


literatura quechua o incaica, que se transmitió de manera oral, siendo su principal
vehículo de transmisión el idioma quechua o runa simi, que los incas impusieron
como lengua oficial en todo el imperio. Se suele dividir en literatura cortesana y
literatura popular.
Literatura cortesanaEditar
Llamada así por haberse realizado en la corte de los Incas, era la literatura oficial y
su ejecución estaba encargada a los amautas o profesores y a los quipucamayocs o
bibliotecarios, que usaban el sistema mnemotécnico de los quipus o cordones
anudados. Tres fueron los géneros principales que cultivaron: el épico, el didáctico
y el dramático.
 El género épico está representada por los poemas que expresaban la cosmología del
mundo andino (mitos de la creación, el diluvio, etc.), así como las que relataban el origen
de los incas (leyendas de los hermanos Ayar, de Manco Cápac y Mama Ocllo, etc.).
 El género didáctico abarcaba fábulas, apólogos, proverbios y cuentos, ejemplares de los
cuales han sido recogidos modernamente por diversos estudiosos.
 El género dramático, que a decir del Inca Garcilaso, abarcaba comedias y tragedias,
buscando similes con la cultura occidental.[80] En realidad, se trataban de
representaciones teatrales en donde se mezclaban danza, canto y liturgia. Se afirma que el
famoso drama Ollantay, cuya versión escrita data de la época colonial, tendría un núcleo
fundamental de origen incaico y una serie de interpolaciones posteriores enderezadas a
amoldarla al teatro hispano.

Literatura popularEditar
Es la que surgió espontáneamente en el pueblo y en el campo. Abarca masivamente
el género lírico, es decir, composiciones poéticas que estaban unidas a la música y
la danza, y que por lo general eran entonadas en grandes masas corales,
alternándose hombres y mujeres. Estas manifestaciones formaban parte del
quehacer cotidiano. Funerales, fiestas, nupcias, peleas, guerras, etc. estaban
enmarcados en una ritualización expresada a través del arte. Son dos sus
manifestaciones principales:
 El harawi, canción de diversos tipos (de amor, de arrepentimiento, de alegría, etc.). Tenía
un carácter intimista y estaba a cargo de un aedo, denominado harawec o haravicu. En la
época colonial derivó en el huayno y en el yaraví.
 El haylli, himno de alegría, se entonaba en las fiestas religiosas o en celebraciones de
triunfos.

Muchas de estas creaciones han llegado a nuestros días de forma diferida,


plasmadas en los trabajos de los primeros cronistas: por ejemplo, el Inca Garcilaso
de la Vega recupera poesía quechua,[81] mientras que Felipe Guaman Poma de
Ayala relata el mito de las cinco edades del mundo.

Ciencia y tecnologíaEditar
La etnia inca, al igual que otras culturas andinas contemporáneas, no hicieron
grandes aportes a las ciencias y tecnologías. Lo que hicieron fue recoger y
aprovechar todo el legado cultural de civilización andina, que se remonta a Caral,
es decir al 3000 a.C. Al momento de fundarse el imperio inca, las diversas ramas de
las ciencias como la astronomía, las matemáticas y la medicina, así como las
variadas tecnologías aplicadas en la agricultura, la hidráulica y la arquitectura, ya
estaban inventadas, experimentadas y desarrolladas hasta su máxima perfección.
El mérito de los incas fue aprovechar costumbres, conocimientos y técnicas
milenarias, haciendo alguna que otra contribución, y luego, con ese sustento, crear
un Estado imperial cuyo fin era la unificación del mundo andino, pero cuya
consolidación definitiva se vio truncada por la invasión española.[82]
Hay que señalar además que lo que llamamos conocimientos científicos en el Perú
antiguo corresponden en realidad a una etapa precientífica, por la que también
pasaron otras grandes civilizaciones del mundo. Se trataba de saberes empíricos,
que se consolidaron a través de milenios de experiencia, y que tuvieron un carácter
eminentemente práctico. No hay evidencia que alguna vez el hombre del Perú
prehispánico haya hecho reflexiones teóricas ni formulaciones matemáticas. Es de
destacar también que en todos los dominios de la ciencia y técnica se inmiscuía la
magia y la religión. Es solo con la revolución científica ocurrida en Europa a partir
del siglo XVII que se puede hablar con propiedad de un desarrollo científico en el
mundo.[83]
MedicinaEditar

Cráneos incas con señales evidentes de trepanación. Obsérvese el crecimiento del tejido óseo alrededor
del corte, lo que indica que el paciente sobrevivió a la operación.

La medicina que se practicó en el incanato, estaba íntimamente ligada a la religión.


El doctor Hermilio Valdizán ha determinado una serie de enfermedades que
conocieron los incas y los tratamientos que aplicaron a cada una de ellas. Los
curanderos o médicosincaicos se llamaban hampi camayocs.[84]
Los incas llegaron a realizar intervenciones quirúrgicas, como trepanaciones, con
el propósito de eliminar fragmentos de huesos o armas, que quedaban incrustadas
en el cráneo, luego de accidentes o enfrentamientos bélicos. Algo que ya hacían,
siglos atrás, los paracas. Uno de los instrumentos utilizados en la cirugía incaica,
fue el tumi o cuchillo de metal en forma de "T". Se desconoce que es lo que
utilizaban como anestesia, aunque algunos suponen que se usaba la coca. También
usaron gasas y vendas.
El Inca Garcilaso de la Vega asegura que efectuaban la sangría para curar diversas
dolencias, así como que usaban purgantes y vomitivos para la expulsión de
parásitos y otros humores.[85]
Su farmacopea contaba con numerosas hierbas medicinales y plantas alucinógenas,
de la costa, sierra y selva.[86] Particularmente muy estimadas fueron las hojas de la
coca y el tabaco. También usaron medicinas de origen animal (como el sebo) y
mineral.
En muchos lugares del Perú todavía existe la figura del curandero y el hierbero,
que siguen utilizando los tratamientos heredados de la época prehispánica, a base
de hierbas y otros productos, lo que constituye la llamada medicina folklórica.
Lamentablemente, en la mayoría de los casos se trata de una herencia ya borrosa y
lejana de los grandes conocimientos del pasado, atenuados y mermados por la
Conquista española, la llamada "extirpación de idolatrías" católica. Las épocas
colonial y republicana continuaron este desarrollo de la destrucción cultural y
progresiva eliminación de los conocimientos ancestrales.

MatemáticasEditar
Conocieron el sistema decimal, que lo aplicaron a la estadística de los quipus y a la
organización. También tuvieron grandes conocimientos de agrimensura, es decir,
la medición de tierras. En el arte de construir debieron también aplicarse
conocimientos científicos, si se tiene en cuenta los imponentes y bien ensamblados
que son algunos edificios, como Sacsayhuamán y Machu Picchu, que
indudablemente requirieron de una cuidadosa programación y cálculos físicos y
matemáticos.
AstronomíaEditar

Intihuatana en Machu Picchu.

La astronomía mereció especial atención porque se relacionaba con las labores


agrícolas y su división se marcaba con una fiesta especial. Observaron
pacientemente al Sol y determinaron los solsticios y los equinoccios. Para tal efecto
utilizaron columnas de piedra levantadas en las partes altas del Cuzco. Al
observatorio solar llamaron Intihuatana (quechua: inti watana, “donde se amarra
al Sol”), que consistía en una columna de piedra levantada sobre un círculo de este
material, que se hallaba en algunos lugares destacados, tales como los patios de los
templos o edificios religiosos, y siempre expuestos a la proyección de la luz solar.
El año estaba dividido en 12 lunas de 30 días cada una, más una serie de días
complementarios. A cada luna o mes le correspondían festividades religiosas
acompañadas de ceremonias específicas. Según Guaman Poma de Ayala,
el calendariode ceremonias y festividades se dividía de la siguiente manera:
 Enero: Cápac Raymi
 Febrero: Paucar Varay
 Marzo: Pachapucuy
 Abril: Inca Raymi Quilla
 Mayo: Amoray Quilla
 Junio: Inti Raymi
 Julio: Chacraconacuy
 Agosto: Chacrayapuy Quilla
 Septiembre: Coya Raymi
 Octubre: Uma Raymi Quilla
 Noviembre: Aya Marcay Quilla
 Diciembre: Cápac Inti Raymi

GeografíaEditar
Tuvieron amplios conocimientos de geografía y a base de ellos dividieron el
Imperio en cuatro suyos.[87] Sabían perfectamente cuál era la naturaleza física del
territorio que dominaban y lo plasmaron en mapas en relieve, elaborados de
arcilla, marcando todos los accidentes geográficos.[88]
Diferenciaron las diversas regiones naturales y la clasificaron según la altitud. A la
costa la llamaron Yunga. A la sierra la dividieron en cuatro
altitudes: Quechua, Suni, Puna y Jalca. A la selva Rupa rupa y Omagua. Todos estos
conceptos los aprovechó el geógrafo Javier Pulgar Vidal para hacer su célebre
clasificación de las regiones naturales del Perú.[88]
HistoriaEditar
El que hacía de historiador entre los incas era el amauta, un funcionario adscrito a
la corte del Inca, cuyo papel era equivalente al de un maestro y cronista. Este
amauta conservaba la memoria de los hechos gloriosos del Inca y de sus
antepasados (que figuraban en la lista del Cápac cuna). Todo lo registraba, tanto
las ordenanzas y prohibiciones imperiales, como las guerras y victorias de los
reyes incas. Al no contar los incas con escritura, estas tradiciones se trasmitían de
manera oral. Pero algunos cronistas afirman que esta memoria se guardaba
también a través del sistema de los quipus, cuerdas de algodón de colores diversos
y con nudos desplegados a intervalos, de los que si se tiene certeza que se usaban
en la contabilidad. El experto en estos quipus se llamaba quipucamayoc.[88]
MetalurgiaEditar

Bases de huayras u hornos metalúrgicos en viña del Cerro, Copiapó.

En el campo de la metalurgia, los incas se colocaron a la cabeza de los pueblos


precolombinos, perfeccionando las técnicas heredadas de las culturas preincas.
Conocieron y trabajaron el oro, la plata y el cobre, y aún obtuvieron la aleación del
bronce (cobre y estaño). No conocieron el hierro.
Los metales los obtenían de los botines de las conquistas y de las explotaciones
mineras organizadas, que pertenecían tanto al Inca como a las comunidades,
obteniéndolas sin cavar muy profundamente la tierra. El oro lo sacaban
mayormente de las arenas de los ríos.

Los minerales los fundían en huayras o crisoles de tierra cocida, que colocaban en
las altas cumbres y cuyo fuego se avivaba con los vientos, o bien lo atizaban
soplando con canutos de cobre.
Los metales de mayor dureza lo utilizaban en las puntas de sus instrumentos de
labranza, en sus armas, y en instrumentos para tallar piedras durísimas como el
granito.

Tecnología agrícolaEditar

Andenes en el Valle Sagrado de los Incas (Písac).

Camellón o waru waru moderno.

Los incas fueron un pueblo esencialmente agrícola; sin embargo, tuvo su asiento en
un territorio falto de tierras cultivables. Para superar tal deficiencia aplicaron
técnicas agrícolas, las principales de las cuales fueron las siguientes:[89]
 Andenes o terrazas, para evitar la erosión y aprovechar las laderas de los cerros. Estaban
constituidos por plataformas con superficies cultivables, reforzadas con muros de
contención de piedras, que iban escalando las laderas, adaptándose a las sinuosidades del
terreno. Viéndolas de lejos simulan enormes escalinatas.[90]
 Acueductos o canales, en los valles costeños, herencia de las culturas preincaicas, aunque
otros fueron ejecutados bajo administración inca. También en la sierra se construyeron
canales.[91]
 Waru waru o camellones, técnica heredada de las poblaciones del altiplano. Se trataba de
montículos artificiales de tierra, hechos para elevar las zonas de cultivo por encima de la
superficie natural del terreno; en torno a ellos circulaban canales de agua. La idea era
permitir un mejor drenaje en lugares donde la tierra era poco permeable y estaba sujeta a
frecuentes inundaciones, como en la región del lago Titicaca. Los camellones hacían
posible aprovechar mejor el agua, evitando su rápida circulación.[92]
 Huachaques u hoyas, realizadas en la costa, que consistían en excavaciones hondas y muy
anchas en zonas totalmente áridas, hasta alcanzar las capas húmedas del subsuelo, donde
se sembraba.[93]
 Cochas o pozas secas que se llenaban en época de lluvias y que luego se usaban en el riego.
Eran muy empleadas en las tierras altas vecinas al lago Titicaca.[94]

También utilizaron abonos o fertilizantes, que consistían en excrementos de


camélidos y de cuyes, el pescado y, especialmente, el afamado guano de islas. Como
instrumentos agrícolas se usaron la chaquitaclla o arado de pie, y las azadas.[93]
Se debe resaltar además la técnica de mejoramiento de especies, como al parecer
lo atestigua el sitio de Moray, conformado por una serie de andenes circulares, que
simula un anfiteatro, sitio que posiblemente fue un centro de investigación
agrícola, donde se llevaron a cabo experimentos de cultivos a diferentes alturas. La
disposición de sus andenes produce un gradiente de microclimas teniendo el
centro de los andenes circulares concéntricos una temperatura más alta y
reduciéndose gradualmente hacia el exterior a temperaturas más bajas, pudiendo
de esta forma simular hasta 20 diferentes tipos de microclimas.[95]
Tecnología de la conservación de alimentosEditar
Los incas conocieron la técnica de la conservación de alimentos, lo que les permitía
evitar su deterioro durante mucho tiempo. Uno de los alimentos mejor
conservados fue la papa, pero no cualquier papa, sino la amarga, y solo en casos de
faltar esta se tomaba la negra o la blanca. A dichos tubérculos se les sometía a un
proceso para que eliminara el agua; al efecto tendían en el suelo las papas y
durante algunos días se las dejaba bajo los rayos solares y la helada nocturna;
luego se le sometía a presión para que expulsara la poca humedad que aún
conservaba, y ya secas, perdían los dos tercios de su peso original. Luego la molían
hasta convertirla en harina de chuño, que lo guardaban en los depósitos. Otro
tubérculo empleado para hacer chuño era la oca; más no lo hacían con el olluco,
por ser demasiado pequeño.[96]
También supieron conservar la carne, deshidratándola y convirtiéndola
en charqui(chalonas o cecinas). Para tal fin, solo bastaba colgar la carne cortada en
pedazos, hasta que perdiese toda su humedad que tuviese, y no le echaban sal ni
otro preservativo. Una vez seca podía durar por mucho tiempo. Las carnes
preferidas eran la de llama, y de vez en cuando, la del venado.[97]
En el litoral marítimo y en las riberas de los lagos, los pueblos pescadores secaban
y salaban el pescado, tanto para el consumo propio como para el intercambio.

Trabajo de la piedraEditar

La piedra de los doce ángulos.

En la sección de arquitectura ya mencionamos la impresionante técnica del trabajo


de la piedra para las edificaciones. Contrasta los resultados soberbios con la
humildad de los instrumentos usados. En esta técnica lítica se puede distinguir tres
momentos: la extracción de la piedra, el traslado y su asentamiento. En el trabajo
en las canteras usaban las mismas técnicas que han usado otras grandes
civilizaciones: se introducían cuñas de madera en incisiones hechas en la roca, que
luego mojaban, de modo que cuando se dilataba la madera se quebrantaba la roca.
Luego se cortaba y labraba la piedra por sus cuatro lados. Otro problema
complicado era el traslado del bloque. Se debieron usar rodillos de madera y sogas,
bajo exclusiva tracción humana, pues no contaban con animales de tiro. Pudieron
así mover bloques de hasta 100 toneladas. Un vestigio del esfuerzo realizado es la
célebre piedra cansada, que se quedó a medio camino. Finalmente, venía la
colocación de las piedras en la edificación, para lo cual debieron usar planos
inclinados y terraplenes. Los instrumentos usados eran palancas de madera
resistente (como de chonta) y sogas de magüey. Lo asombroso es que lograban que
las piedras talladas encajaran a la perfección unas con otras, pese a que eran de
distintos tamaños y con varios ángulos.[98]
Los quipus y otras formas de comunicaciónEditar

Quipu incaico

Los incas contaron con un ingenioso registro numérico a base de cuerdas y nudos
llamado quipus. Los nudos indicaban los números, del uno al diez, y el color del
cordón u otros detalles indicarían el tipo de bienes registrados, aunque hay que
destacar que esto último no era una regla común sino que tendía a variar. El
encargado de elaborar e interpretar el quipu era el quipucamayoc. El quipu es una
herencia cultural milenaria, pues en Caral se descubrieron quipus de 5000 años de
antigüedad.[99]
Dos probables formas de comunicación ideográfica fueron los tocapus y
los quillcas:
 Los tocapus o tocapos son recuadros en sucesión, cada uno de los cuales tienen un diseño
particular, a manera de figuras heráldicas. Suelen aparecer pintados en los vasos o queros
y en los tejidos incas. Se ha postulado que se traten de signos de una escritura fonética,
aunque otros consideran que son de la época colonial, y por tanto, serían solo diseños
artísticos influenciados por la cultura occidental.[100]
 Quillca es una palabra quechua que indicaría un diseño pintado. Los españoles lo
tradujeron como escritura, aunque en realidad se tratarían de diseños pictográficos
realizados sobre peñas (petroglifos), pero no de símbolos fonéticos.[100]

ReligiónEditar
Artículos principales: Religión incaica y Mitología incaica.

Los incas adoraban al dios sol al que llamaban Inti, así como a la luna y a los
fenómenos naturales.
La cosmovisión andina fue de carácter politeísta, animista y totémica. En los andes
vivieron gran cantidad de creencias, cada cual con un componente étnico. Se creía
en la existencia de tres mundos: superior (Hanan Pacha), medio (Kay Pacha) e
inferior (Uku Pacha); y en un dios creador Viracocha.
El culto quechua, era presidido por el Inca, considerado hijo del sol y asistido por
los siguientes personajes:
 El Sumo sacerdote inca, llamado Willaq-Uma o Huíllac-Uma (en quechua: «cabeza de los
presagiadores o adivinos»), tenía entre sus funciones: presidir las ceremonias religiosas,
velar por la ortodoxia del culto, aconsejar al Inca, etc.
 Las acllas: fueron mujeres separadas de sus familias y dadas como tributo por las diversas
regiones del Tahuantisuyo. Por lo general realizaban labores al servicio del Estado y la
religión. Vivían en los Acllahuasis, edificios ubicados en diferentes regiones del Perú.
Destacan los acllahuasis del Cuzco y Pachacámac.

DivinidadesEditar

Cabeza inca de piedra con llauto y mascapaicha. Representa probablemente al dios Viracocha.

 Wiracocha: fue una divinidad panandina, de origen preinca. Era un dios adorado por la
nobleza cusqueña.
 El Sol (Inti): fue el dios oficial en el Tawantinsuyo, difundido por el inca Pachacútec.
 La Luna (Mama Killa). Diosa del cielo y las estrellas, protectora de las mujeres (coyas y
acllas) y esposa del dios Inti.
 Pachacámac: fue el dios más importante de la costa central.
 Illapa: dios del rayo.
 Pachamama: madre tierra.
 Mama Cocha: madre de los lagos.
 Coyllur: diosa de las estrellas.
 Apus: dioses de las montañas, los montes tutelares.

FestividadesEditar
Fiesta del Inti Raymi en la actualidad, en la explanada del Sacsaihuaman.

 Inti Raymi (en quechua, fiesta del Sol), la fiesta más solemne, que se efectuaba durante el
solsticio de invierno, en homenaje al Sol, dios y padre de los fundadores del imperio. A ella
acudían los dignatarios de todo el país, ataviados con el mayor lujo que le fuera posible. El
Inca presidía la ceremonia en una explanada de la plaza del Cuzco, esperando la aparición
del Sol. El inca elevaba dos grandes vasos de oro con chicha, y mientras invitaba al Sol con
el de la mano derecha, del otro vertía pequeñas cantidades en los vasos de sus
parientes.[101]
 Cápac Raymi, la fiesta principal del Sol, que se realizaba en el mes de diciembre. Se
sacaban en procesión las imágenes del Sol guardadas en el Coricancha, así como a las
momias de los incas. Se hacían muchas ofrendas de oro, plata y spondylus, así como
sacrificios de niños y de camélidos. Se realizaba también la ceremonia
del Warachikuy.[102]
 Capac cocha, que podría traducirse como «obligación real», se realizaba entre abril y julio,
en honor al dios Viracocha. La ceremonia incluía fiestas y ofrendas de reconocimiento y de
gratitud. Desde las cuatro direcciones del Tahuantisuyo los poblados enviaban uno o más
niños al Cusco, para, luego de las ceremonias allí oficiadas, regresar y ser ofrendados a
huacas o santuarios locales.
 Citua, era la fiesta solemne celebrada el primer día de la luna después del equinoccio. Era
considerada como un sacrificio de expiación general. El pueblo se preparaba con un ayuno
de 24 horas y con una continencia escrupulosa. Hacían una especie de pasta mezclada con
sangre, sacada de entre la nariz y las cejas de los niños con la que se frotaban el cuerpo,
previamente lavado, operación con la cual creían precaverse de toda clase de
enfermedades. Frotaban igualmente con la misma pasta los umbrales de las casas. El sumo
sacerdote hacía la misma operación en el Coricancha y en los palacios.[103]

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