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Europa después de la Primera Guerra

Mundial1919-1929 / Europa
Cuando terminó la Primera Guerra Mundial, Europa y el mundo vivieron profundos
cambios. El largo conflicto bélico marcó el final de una época protagonizada por
Europa, que fue sustituida por el liderazgo mundial de Estados Unidos. El mapa
europeo sufrió grandes transformaciones. Los años veinte fueron años de cambios
políticos, económicos y sociales. Aparecieron nuevos modelos políticos que
cuestionaron a la democracia liberal: el modelo soviético, el fascismo y el
nacionalsocialismo.

Durante los meses posteriores a la Primera Guerra Mundial hubo negociaciones de paz. Las
potencias aliadas impusieron a las derrotadas condiciones muy duras en el Tratado de
Versalles, que tuvieron profundas consecuencias políticas y económicas. Se creó la
Sociedad de Naciones, una asociación de Estados que pretendía resolver los conflictos en
forma pacífica pero que, a pesar de las buenas intenciones, fracasó en el intento.

La guerra puso fin a los grandes imperios. Austria-Hungría se dividió en cuatro países:
Austria, Hungría, Checoslovaquia y Yugoslavia. El Imperio alemán, convertido en una
república, perdió un tercio de su territorio y todas sus colonias. De Rusia se independizaron
Finlandia, Letonia, Estonia y Lituania. Resurgió Polonia, formada por antiguos territorios
de Rusia y Alemania. Italia incorporó territorios alpinos antes austrohúngaros. El Imperio
otomano perdió parte de su territorio europeo, que pasó a Grecia y a Rumania, y debió
ceder a los aliados sus provincias de Mesopotamia, Palestina, Siria y Armenia.

Todos los países que intervinieron sufrieron duras consecuencias. A las vidas perdidas
durante el conflicto, se sumaron los costos materiales y la parálisis económica. Esta
situación fue aun más dura en los países que perdieron la guerra, lo que provocó un
sentimiento de descontento muy intenso entre sus habitantes.

Este clima fue fértil para el desarrollo de modelos políticos nuevos, que cuestionaron al
capitalismo y a la democracia liberal. En Italia nació el movimiento fascista. Con algunas
similitudes se conformó el Partido Nacional Socialista Obrero Alemán (Nazi).

En Rusia, en 1917, antes del final de la guerra, se produjo la primera revolución socialista
triunfante. En 1922, después de una guerra civil de cinco años, se convirtió en la URSS.
Lenin y la III Internacional1917-1924 /
Rusia

La revolución de 1917 convirtió a Rusia en el primer país con un gobierno


comunista. Lenin fue el líder del Partido Bolchevique que llegó al poder en octubre
de ese año. Aplicó muchas de las ideas del alemán Karl Marx en su país y buscó
la forma de impulsarlas en el resto del mundo, mediante una organización
conocida como la Internacional Comunista, que reunió a los partidos comunistas
de decenas de países con el objetivo de luchar contra el sistema capitalista y
extender la revolución.

Vladimir Ilich Ulianov, conocido como Lenin, se opuso al zarismo desde su juventud.
A sus 17 años, su hermano fue ejecutado, tras ser acusado de conspiración. Luego, Lenin
estudió abogacía y sus actividades contra el zar lo llevaron a exiliarse en Suiza, donde
conoció el marxismo, la ideología del filósofo alemán Karl Marx. Lenin estudió en
profundidad la obra de Marx cuando fue deportado a Siberia. Ya en libertad hizo conocer
sus ideas de llevar adelante una revolución que aplicara los conceptos marxistas en Rusia.
Publicó una gran cantidad de libros y artículos para difundir su pensamiento. Al comenzar
la revolución, Lenin fue su líder y asumió el gobierno del país al mando del Partido
Comunista.

En 1918, Lenin estableció una dictadura del proletariado con un régimen de partido único.
Debió afrontar la resistencia de los opositores a la revolución, organizados en el Ejército
Blanco, que contaban con el apoyo de fuerzas conservadoras extranjeras. También tuvo
que enfrentar a grupos revolucionarios contrarios a la instauración de una dictadura del
proletariado. Cuando las tropas comunistas, conocidas como Ejército Rojo, ganaron la
guerra, Rusia se convirtió en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

La Unión Soviética tuvo un rol determinante en la organización y expansión del


comunismo en todo el mundo a través de la Internacional Comunista creada en 1919. Esta
organización llevó adelante una serie de congresos en los que se reunieron representantes
de los partidos comunistas de decenas de países. El objetivo era luchar contra el sistema
capitalista y la abolición de las clases sociales a través de una revolución de alcance
mundial. Tras la muerte de Lenin, en 1924, su lugar fue ocupado por Joseph Stalin, quien
disolvió la Internacional Comunista en 1943.

La Bauhaus1919-1933 / Alemania
En 1919, el arquitecto Walter Gropius fundó la escuela Bauhaus en Alemania, con
la intención de profesionalizar al artista y al artesano. Grandes artistas fueron
profesores de los distintos cursos y convirtieron a la Bauhaus en un referente para
el arte, la arquitectura y el diseño moderno. Pronto, las ideas políticas de los
profesores y estudiantes de la Bauhaus chocaron con el Partido Nacionalsocialista
(Nazi) y cuando este llegó al poder, en 1933, clausuró la escuela definitivamente.

La Bauhaus fue una escuela de arquitectura, diseño, arte y artesanía fundada en 1919 por el
arquitecto Walter Gropius en la ciudad alemana de Weimar. La idea de Gropius era integrar
todas las artes en cada proyecto. Para que los estudiantes pudiesen dominar técnicas muy
diversas, la Bauhaus contó con talleres de alfarería, ebanistería, pintura, escultura, tejido,
trabajo en vidrio, metal, etc. Estos cursos buscaban que la tecnología acompañara el
desarrollo de la creatividad y la habilidad artesanal de los estudiantes. Gropius convocó a
un grupo de notables profesores que procedían de movimientos artísticos de vanguardia,
como el expresionismo y el arte abstracto, entre los que destacaban los pintores Wassily
Kandinsky y Paul Klee.

La escuela influyó de manera determinante en la arquitectura moderna, a la vez que


estableció y profesionalizó el diseño industrial y gráfico, creando una estética que llegó a
todos los ámbitos de la vida cotidiana: edificios, muebles, tapices, lámparas, carteles y
hasta los tipos de letra. La escuela tuvo tres directores: Gropius, Hannes Meyer y Ludwig
Mies van der Rohe, quienes marcaron tres etapas diferentes: la primera, idealista y
romántica; la segunda, más racionalista; la tercera, más experimental.

La historia de la Bauhaus fue breve. En 1925 tuvo que abandonar Weimar para establecerse
en Dessau, de donde tuvo que partir también en 1932, ante la oposición del Partido
Nacionalsocialista (Nazi), cuyo poder crecía cada vez más en Alemania. Berlín fue la
última sede de la escuela, hasta 1933, año en que el Partido Nazi, ya en el poder del
Gobierno central, la cerró definitivamente. Tras la clausura, muchos profesores y alumnos
de la Bauhaus se trasladaron a los Estados Unidos, donde continuaron su trabajo.

La guerra civil española1936-1939 /


España
En 1936, a partir del intento de golpe de Estado de las fuerzas nacionales
lideradas por Francisco Franco, una guerra civil se desató en España. Mientras el
bando nacional recibió apoyo de los regímenes totalitarios de Hitler y Mussolini, el
bando republicano contó con la ayuda de voluntarios de muchos países. La
superioridad militar del bando nacional acabó por imponerse el 1 de abril de 1939
y dio comienzo a una dictadura que duraría décadas.
El golpe militar de julio de 1936 contra el gobierno republicano triunfó en gran parte del
territorio español y fracasó en otras. España quedó entonces dividida en dos grandes
bandos: el nacional de los golpistas y el republicano de los opositores al golpe. Esta
situación derivó en una guerra civil por el control del país.

El bando nacional, dirigido por un grupo de generales entre los que se encontraba Franco,
estableció un Estado autoritario y militarizado en cada zona controlada. En el bando
republicano el control del territorio estaba en manos de partidos y sindicatos obreros. En
Madrid y en toda Cataluña los trabajadores organizados junto al pueblo irrumpieron en los
cuarteles del ejército, se apoderaron de las armas, enfrentaron y resistieron al bando
nacional con algunas victorias importantes.

En paralelo a los enfrentamientos entre bandos, algunas regiones españolas se lanzaron a


una revolución autogestionaria. En el caso de Cataluña, las principales industrias
se colectivizaron, el pueblo tomó el control de ciudades como Barcelona y el transporte, la
salud, los restaurantes y las escuelas fueron gestionados por los propios trabajadores.
También en el campo se organizaron comunidades agrícolas de producción, bajo el poder
de los campesinos.

Hacia fines de 1936, el bando nacional dirigió un ataque frontal a Madrid. El bando
republicano resistió el ataque y el grito de “¡No pasarán!” se hizo conocido en todo el
mundo. Los republicanos tuvieron el apoyo de decenas de miles de voluntarios franceses,
alemanes, italianos, argentinos, uruguayos y de muchas otras nacionalidades que
conformaron brigadas internacionales de resistencia al golpe.

El 1 de abril de 1939, el bando nacional con la ayuda de los regímenes totalitarios europeos
se impuso y Franco declaró la victoria.

La Revolución rusa1917-1922 / Rusia


Los conflictos en Europa y aquellos sucedidos en Rusia en los primeros años del
siglo XX desencadenaron un proceso revolucionario entre febrero y octubre de
1917. Luego del triunfo de la revolución, el país vivió una guerra civil tras la cual,
en 1922, Rusia se convirtió en el primer país gobernado por un régimen socialista,
bajo el nombre de Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Los cambios
emprendidos por la revolución transformaron radicalmente la economía y la
sociedad soviéticas.

Al comenzar el siglo XX, Rusia era un enorme país, poco industrializado y con la
última monarquía absoluta del mundo. La derrota ante Japón en la guerra de 1905 provocó
una revolución fallida que evidenció la inestabilidad del gobierno del zar Nicolás II. Desde
entonces, se produjo una intensa industrialización. Aunque los campesinos seguían siendo
la mayoría, la aparición de la clase obrera fue un cambio radical para la sociedad rusa.
Mientras ocurrían estas transformaciones, diversos grupos se organizaban contra la
monarquía del zar; entre ellos los bolcheviques, liderados por Lenin.

A mediados de 1915 las tropas rusas habían sufrido más de dos millones de bajas en la
Guerra Mundial. El descontento contra el zar Nicolás II generó un clima de agitación
revolucionaria que estalló en febrero de 1917, con huelgas y protestas que provocaron la
rápida caída del régimen zarista. En los meses siguientes, el país estuvo dividido entre un
gobierno provisional liberal-burgués y los soviets de obreros y soldados que proclamaban
“Paz, tierra y pan”.

En octubre de 1917, Lenin lideró a los bolcheviques para derribar al gobierno provisional y
tomar el control del país. Luego de la victoria, los bolcheviques debieron enfrentar y
derrotar la resistencia conservadora extranjera y también a grupos revolucionarios
contrarios a la instauración de la dictadura del proletariado. Lenin aplicó el comunismo de
guerra, es decir, asegurar que una cantidad mínima de producción agrícola e industrial
llegara a las empresas y la población. En medio de la guerra civil se inició una
transformación radical de la economía y la sociedad rusas. Finalmente, el ejército
revolucionario proclamó la victoria sobre el ejército opositor en 1921. Un año después,
Rusia se convirtió en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).

La Italia fascista1919-1943 / Italia


Benito Mussolini creó en 1921 el Partido Nacional Fascista. En 1922, apoyándose
en un ambiente político violento y en el temor de la burguesía a una revolución
comunista, dio un golpe de Estado y desde entonces instauró en Italia una
dictadura totalitaria. Mussolini abolió los partidos y sindicatos, suprimió las
libertades y derechos de los individuos, controló la prensa y la educación. La
propaganda fascista lo convirtió en Il Duce, el guía que llevó a su país a la
Segunda Guerra Mundial.

Benito Mussolini fue maestro de escuela e integró el Partido Socialista Italiano hasta 1914,
año en que fue expulsado por estar a favor de la entrada de Italia en la Primera Guerra
Mundial, en la que participó como soldado. Luego de la guerra comenzó una intensa
actividad política. En 1919 fundó un grupo nacionalista que se declaraba enemigo del
comunismo y de la democracia liberal. Sus integrantes se identificaban por el uso de
camisas negras y un emblema llamado fasces: un haz de varas que en la antigua Roma
simbolizaba la fuerza de la unión. Este símbolo dio nombre al Partido Nacional Fascista
que Mussolini fundó en 1921.

Italia vivía un clima de agitación y violencia. Los fascistas, que contaban con el apoyo del
rey, el ejército y la burguesía, dieron un golpe de Estado en octubre de 1922: la Marcha
sobre Roma. En los meses siguientes se prohibieron los partidos políticos y los sindicatos, y
se suprimieron las libertades individuales. Se creó un cuerpo de policía especial para
perseguir a los disidentes. En 1924, Giacomo Matteotti, el líder del Partido Socialista, fue
secuestrado y luego asesinado. El régimen controlaba lo que se publicaba en la prensa y lo
que se enseñaba en las escuelas. En 1925, Mussolini había conseguido el control total del
país.

Italia vivía un clima de agitación y violencia. Los fascistas, que contaban con el apoyo del
rey, el ejército y la burguesía, dieron un golpe de Estado en octubre de 1922: la Marcha
sobre Roma. En los meses siguientes se prohibieron los partidos políticos y los sindicatos, y
se suprimieron las libertades individuales. Se creó un cuerpo de policía especial para
perseguir a los disidentes. En 1924, Giacomo Matteotti, el líder del Partido Socialista, fue
secuestrado y luego asesinado. El régimen controlaba lo que se publicaba en la prensa y lo
que se enseñaba en las escuelas. En 1925, Mussolini había conseguido el control total del
país.

Los regímenes totalitarios1920-1970 /


Europa
Luego del final de la Primera Guerra Mundial surgió en Europa una nueva forma
de gobierno y organización del Estado conocida como totalitarismo. Estos
regímenes se organizaron en torno a un partido único, liderados por una figura que
concentraba todo el poder en sí misma, como Hitler en Alemania y Mussolini en
Italia. En el totalitarismo no hay división de poderes ni elecciones democráticas, el
Estado se ubica por encima de las personas y no reconoce la libertad ni los
derechos individuales.

El totalitarismo es una forma de gobierno y de organización del Estado surgida en Europa


durante las décadas siguientes a la Primera Guerra Mundial. Esta forma de gobierno es
opuesta a la democracia y al sistema republicano, pues en los regímenes totalitarios el
poder se concentra en el líder del partido que posee el Gobierno del país (al que puede
haber accedido por una elección democrática o por el uso de la fuerza). Este líder suele
ser carismático y contar con el apoyo fanático de gran parte de la población.

El partido en el poder se identifica con el Estado y prohíbe la existencia de otros partidos.


No se respetan la libertad y los derechos de las personas. El Estado totalitario lo controla
todo: las leyes, la economía, la educación y los medios de comunicación. No permite las
opiniones contrarias a la suya, por lo que utiliza el autoritarismo y la violencia para
mantener a la población bajo un control y dominio total. En este tipo de regímenes cobran
especial importancia instituciones como la policía y las fuerzas armadas, encargadas de
controlar y reprimir a los que se opongan al Gobierno.

Benito Mussolini, dictador italiano y líder del Partido Fascista, fue quien hizo popular el
término totalitarismo en la década de 1920, pues en sus discursos ante las multitudes
proclamaba el lema de su partido: “Todo en el Estado; todo para el Estado; nada fuera del
Estado; nada contra el Estado”.

El totalitarismo pronto se extendió por toda Europa: desde el fascismo en Italia al nazismo
en Alemania, el estalinismo en la Unión Soviética y el franquismo en España, una serie de
líderes, con el apoyo de millones de personas, sustentados en una idea agresiva del poder y
en grandes fuerzas militares, provocaron conflictos y guerras que marcaron profundamente
la historia del siglo XX.

La Alemania nazi1921-1938 / Alemania


Adolf Hitler lideró el Partido Nazi desde 1921. Aprovechándose del clima de descontento
social y del rencor popular contra las potencias que habían castigado a Alemania en los
tratados de paz posteriores a la Primera Guerra Mundial, Hitler llevó al Partido Nazi al
poder en 1934, cuando disolvió la democracia para establecer un régimen totalitario. El
nazismo impuso el terror entre sus adversarios y fue el principal responsable del estallido
de la Segunda Guerra Mundial en 1939.

Adolf Hitler nació en Austria, pero en 1912 se trasladó a Alemania y formó parte del
ejército germano que peleó en la Primera Guerra Mundial. Luego de la guerra entró en
contacto con un pequeño grupo político nacionalista que en 1921 pasó a llamarse Partido
Nacionalsocialista Obrero. Su abreviatura, Partido Nazi, dio nombre al nazismo.

El Partido Nazi creció rápidamente. Hitler era su principal orador, atacaba en sus discursos
a los demás partidos, al gobierno republicano y a las potencias que habían impuesto duros
castigos a Alemania en el Tratado de Versalles. En 1923, Hitler lideró al Partido Nazi en un
intento fallido de golpe de Estado, pero fue capturado y encarcelado. Al recuperar la
libertad, buscó llegar al poder por la vía democrática. El Partido Nazi obtuvo un buen
resultado en las elecciones. Hitler se convirtió en canciller en 1933 y presidente en 1934,
tras la muerte del presidente Paul von Hindenburg. De inmediato, Hitler disolvió la
República e impuso el Tercer Reich, un régimen totalitario de partido único. Hitler se
proclamó führer (‘líder, guía’) y utilizó a grupos paramilitares como las SA y la SS, junto a
la Gestapo, la policía secreta, para perseguir y eliminar a todos sus adversarios, incluso a
los de su propio partido. Era el comienzo de la Alemania nazi.

El nazismo controló a la prensa y adoctrinó a los jóvenes, persiguió a los socialistas y


comunistas, y especialmente a los judíos, contra quienes aplicó una política
de segregación que luego se convirtió en un plan de exterminio total. La idea de Hitler
acerca de la superioridad de la raza aria impulsó la política exterior alemana: fortaleció su
ejército y comenzó una agresiva expansión que provocó el estallido de la Segunda Guerra
Mundial, cuando las tropas nazis invadieron Polonia en 1939.
El 11 de noviembre de 1918 finalmente Alemania firmaba el
armisticio poniendo fin a la Primera Guerra Mundial, en la cual las
potencias aliadas salieron victoriosas. En 1919 se reunieron en
París los representantes de las potencias vencedoras para elaborar
los tratados de Paz; en estos tratados se mostraban las
consecuencias que tenían que pagar a los países derrotados. A
continuación, en esta lección de unPROFESOR veremos cuales
fueron esos tratados y las diferencias que causaron en Europa
después de la Primera Guerra Mundial en lo que se refiere a
pérdidas territoriales.

Tratados firmados en la Conferencia de París


Para saber cómo quedó Europa después de la Primera
Guerra Mundial es esencial que conozcamos todos los
tratados que se firmaron tras la conferencia en la capital de
Francia. El más importante de los tratados, pues fueron cinco
los tratados que se firmaron, fue el Tratado de Versalles
(1919), en el que se estipulaba la suerte de Alemania, ya que
este acuerdo se elaboró partiendo de la base de que
Alemania era el responsable del inicio de la Primera Guerra
Mundial.
El Tratado de Versalles obligó a Alemania a renunciar a
todas sus colonias en ultramar y a gran parte de su territorio
nacional, es decir, tuvo que devolver Alsacia y Lorena a
Francia, la alta Silesia a Polonia y Checoslovaquia, las
ciudades de Malmedy y Eupen a Bélgica, el Norte de
Schleswig a Dinamarca, y además supuso la aparición de un
nuevo reino, Prusia.
Aparte de lo acordado en el Tratado de Versalles, otros
tratados se ocuparon del resto de los vencidos:
 El Tratado de Saint Germain firmado con Austria en 1920,
hizo que Austria se transformase en una pequeña nación de
80.000 Km2. Las antiguas provincias de Bosnia,
Herzegovina, Croacia y Eslovenia se unieron a Serbia y
Montenegro para formar una nueva nación, Yugoslavia.
Hungría cede a Rumanía Transilvania. Los checos y los
eslovacos se unen para formar Checoslovaquia. Galizia pasa
a Polonia y el Tirol del Sur, Istria y Trentino a Italia.
 El Tratado de Trianon firmado en 1920 con Hungría, hizo
que esta perdiera la salida al mar y una parte de sus antiguos
territorios eran cedidos a la nueva Checoslovaquia, a
Yugoslavia y a Rumania.
 El Tratado de Neuilly firmado en 1919 con Bulgaria, hizo
que esta cediera parte de sus territorios mediterráneos a
Grecia.
 Y finalmente con el Tratado de Sèvres firmado en 1920
con Turquía, esta pierde los territorios europeos excepto
Estambul y las islas del Egeo y Esmirna pasan a Grecia.
Mapa de Europa antes y después de la
Primera Guerra Mundial
Para saber cómo quedó Europa después de la Primera
Guerra Mundial, vamos a ofrecerte un mapa donde podrás
apreciar los cambios en este continente. A modo de resumen
y con la visualización de un mapa entenderemos mejor cómo
el mapa de Europa queda modificado tras la Primera Guerra
Mundial.
 En primer lugar, vemos cómo antes de la Primera Guerra
Mundial Alemania ocupaba un gran terreno y tras la guerra
perdió una parte de su país y se creó uno nuevo, Prusia.
Además Dinamarca aumento un poco su territorio reduciendo
así el territorio alemán.
 Por lo que respecta al Imperio Austrohúngaro se formaron
tres estados independientes, Checoslovaquia, Austria y
Hungría. Antes de la Primera Guerra Mundial existía dos
países llamados Serbia y Montenegro que después de la
guerra pasaron a formar parte de Yugoslavia, al igual que
extensas provincias del reino de los croatas, serbios y
eslovenos del antiguo imperio Austrohúngaro fueron
incorporadas también a Yugoslavia.
 Del mismo modo Grecia al igual que el imperio Alemán antes
de la Primera Guerra Mundial, ocupaban grandes
extensiones dentro de Europa, sin embargo Grecia perdió
una pequeña parte al norte ocupado por Bulgaria.
 El Imperio Turco quedo reducido a Constantinopla, Asia
Menor y perdió todos sus territorios árabes
 Y por lo que respecta al Imperio Ruso vemos como antes de
la Primera Guerra Mundial ocupaba casi todo el norte de
Europa, sin embargo tras la firma del tratado este gran país
perdió mucho terreno y dio lugar así a la creación de Polonia,
Lituania, Letonia, Estonia y Finlandia, al mismo tiempo que
Rumania ganaba territorio.
De este modo así fue como se quedó Europa tras la Primera
Guerra Mundial, una Europa bastante segmentada por la
aparición de nuevos reinos que antes de la Primera Guerra
Mundial formaban parte de las potencias centrales.
La guerra que cambió el destino de
Europa
Casi todos los países que participaron calcularon que el conflicto que
estalló en agosto de 1914 iba a ser breve. Duró más de cuatro años y
dejó ocho millones de muertos, de los que un tercio fueron civiles

"La primavera y el verano de 1914 estuvieron marcados en Europa por una


tranquilidad excepcional", recordaba años después Winston Churchill,
alimentando esa idea nostálgica de la estabilidad europea en tiempos de la
Alemania imperial de Guillermo II o la Inglaterra de Eduardo VII, de
contraste entre los “good times” y el período de grandes convulsiones
políticas y sociales inaugurado por el estallido de la Primera Guerra Mundial
en agosto de 1914.

Cuando comenzó esa guerra, Europa estaba dominada por vastos imperios,
gobernados —excepto Francia, donde había surgido una república de la
derrota en la guerra con Prusia en 1870— por monarquías hereditarias. La
nobleza ejercía todavía un notable poder económico y político. En Gran
Bretaña, Francia o Alemania, por citar a las naciones más poderosas, una
oligarquía de ricos y poderosos, de buenas familias, de nobles y burgueses
conectados a través de matrimonios y consejos de administración de
empresas y bancos, mantenía su poder social a través del acceso a la
educación y a las instituciones culturales.

Muchos ciudadanos europeos tenían restringida la libertad para hablar su


idioma o practicar su religión y sufrían notables discriminaciones por el
género, la raza o la clase a la que pertenecían. Las mujeres no votaban, con
excepciones como la de Finlandia que les había concedido el voto en 1906,
y en raras ocasiones se les permitía poseer propiedades o llevar sus
propios negocios. Antes de 1914, la democracia y la presencia de una
cultura popular cívica, de respeto por la ley y de defensa de los derechos
civiles, eran bienes escasos, presentes en algunos países como Francia y
Gran Bretaña y ausentes en la mayor parte del resto de Europa.
En 1919, sólo quedaban los imperios británico y francés. Todos los
demás habían desaparecido
Fue ese orden el que comenzó a desmoronarse cuando Austria declaró la
guerra a Serbia el 28 de julio de 1914, un mes después del asesinato en
Sarajevo del heredero al trono austriaco, el archiduque Francisco Fernando.
A partir de ahí, las tensiones y rivalidades entre los diferentes Estados la
convirtieron en una guerra general, primero europea y, tras la entrada de
Estados Unidos el 6 de octubre de 1917, mundial. Y aunque los gobiernos
de los principales poderes, desde Rusia a Gran Bretaña, pasando por
Alemania y Austria-Hungría, contribuyeron a poner en riesgo la paz con sus
movilizaciones militares, ninguno de ellos había hecho planes militares o
económicos para un prolongado combate.

Esperaban que la guerra fuera corta porque sabían que si entraban en


guerra todos la vez, algo que posibilitaba el sistema de alianzas pactado
unos años antes, el dinero y las energías gastadas podrían conducir a la
bancarrota de la industria y del crédito en Europa. Al declarar la guerra en
agosto de 1914, argumenta la historiadora Ruth Henig, “los poderes
europeos contemplaban una serie de encuentros militares cortos e incisivos,
seguidos presumiblemente de un congreso general de los beligerantes en el
que confirmarían los resultados militares mediante un arreglo político y
diplomático”. Guillermo, el príncipe heredero de la corona alemana, ansiaba
que la guerra fuera “radiante y gozosa”. El ministro ruso de la Guerra, el
general V.A. Sukhomlinov, se preparaba para una batalla de dos a seis
meses y las expectativas británicas eran que sus fuerzas expedicionarias
estuvieran en casa para Navidad.

La guerra, sin embargo, duró cuatro años y tres meses y el entusiasmo que
exhibieron a favor de ella la mayor parte de las poblaciones de los países
beligerantes, incluidas las clases trabajadoras, se evaporó relativamente
pronto, especialmente en Europa central y del este. La escasez de comida y
de materias primas y los numerosos conflictos que se derivaron de las duras
condiciones en que se desarrolló la guerra formaron el telón de fondo de las
revoluciones de 1917 en Rusia que sucesivamente derribaron al régimen
zarista y llevaron a los bolcheviques al poder, el cambio revolucionario más
súbito y amenazante que conoció la historia del siglo XX. En 1919, solo
quedaban los imperios británico y francés. Todos los demás habían
desaparecido y con ellos, un amplio ejército de oficiales, soldados,
burócratas y terratenientes que los habían sostenido.

En el siglo que transcurrió entre el Congreso de Viena en 1815, que puso fin
a la era de Napoleón, y el estallido de la Primera Guerra Mundial, Europa
fue el escenario de dos grandes guerras que destacaron sobre otros
conflictos más localizados: la guerra de Crimea, de 1854-56, dejó unos
400.000 muertos; la que enfrentó a Francia y a Prusia, en 1870-71, causó
184.000 víctimas. Más de ocho millones de personas murieron en la Gran
Guerra de 1914-1918, una cifra a la que habría que añadir las víctimas de la
pandemia de gripe de 1918-19, que golpeó con severidad a una población
debilitada por los efectos de la contienda.

Al menos 800.000 armenios fueron asesinados por las fuerzas


armadas otomanas
Antes de 1914, los civiles muertos en las guerras eran pocos comparados
con quienes las combatían. En la Primera Guerra Mundial, las víctimas
civiles mortales ya representaron un tercio del total; en la Segunda,
superaron los dos tercios. El “embrutecimiento” causado por la primera de
esas guerras, con terribles consecuencias, dio paso a que las poblaciones
civiles se convirtieran en objeto de acoso y destrucción.

Con el estallido de la Primera Guerra Mundial, el destino de Europa


comenzó a decidirse por la fuerza de las armas. Fue un conflicto de una
escala sin precedentes, con dos frentes principales, uno occidental y otro
oriental, con la aparición, por primera vez en la historia, de los bombardeos
aéreos, después de que las batallas por tierra y por mar hubieran sido
durante mucho tiempo las principales manifestaciones de la guerra. Ya a
comienzos de 1915 hubo ataques con bombas desde el aire, ejecutados por
británicos y alemanes. Y las atrocidades cometidas sobre la población civil
demuestran que esa guerra inauguró una nueva época en la violencia entre
Estados, que alcanzó su cénit en la Segunda Guerra Mundial.

Según la investigación de John Horme y Alan Kramer, 6.427 civiles belgas y


franceses fueron asesinados por las tropas alemanas invasoras en agosto
de 1914, apenas comenzada la guerra, y la persecución y muerte de civiles
fue también habitual en el frente este, protagonizada por soldados
alemanes, austriacos y rusos. Cientos de miles de lituanos, letones, polacos
y judíos fueron deportados al interior de Rusia. Aunque el ejemplo más claro
de ese “embrutecimiento” alimentado por la Gran Guerra, un claro
precedente del genocidio nazi, fue el asesinato a sangre fría de al menos
800.000 armenios, entre 1915 y 1916, por las fuerzas armadas otomanas,
una acción deliberadamente planeada y llevada a cabo por las elites del
Estado otomano.

La Primera Guerra Mundial, que decidió el destino de Europa por la fuerza,


tras décadas de primacía de la política y de la diplomacia, ha sido
considerada por muchos autores la auténtica línea divisoria de la historia
europea del siglo XX, la ruptura traumática con las políticas entonces
dominantes. Marcó el comienzo de la escalada de la violencia en esa era
que se extendió hasta 1945, porque borró la línea entre el enemigo interno y
externo, la frontera entre población civil y militar, fue el escenario de los
primeros ejemplos de exterminio masivo de la historia y de ella salieron el
comunismo y el fascismo, los movimientos paramilitares y la militarización
de la política.

La mayoría de los dirigentes de los grandes poderes en el momento del


estallido de la Primera Guerra Mundial pertenecían a ese mundo exclusivo y
elitista, estrechamente vinculado a la cultura aristocrática del Antiguo
Régimen, con escasos conocimientos sobre la sociedad industrial y los
cambios sociales que estaba provocando. Tras ella, ya nada fue igual. A los
intelectuales y artistas les resultó casi imposible quedarse al margen de los
grandes debates públicos. El comunismo y el fascismo se convirtieron en
alternativas a la democracia liberal, vehículos para la política de masas,
viveros de nuevos líderes que, subiendo de la nada, arrancando desde
fuera del establishment y del viejo orden monárquico e imperial, propusieron
rupturas radicales con el pasado. Como declaró Sir Edward Grey, ministro
de Asuntos Exteriores de Gran Bretaña, las luces se estaban apagando en
Europa.
Introducción[editar]

David Lloyd George, Vittorio Orlando, Georges Clemenceau, Woodrow Wilson

El final de la Primera Guerra Mundial acabó con las naciones que habían participado en los
combates agotadas, toda una generación de jóvenes muertos en el campo de batalla y las
condiciones políticas completamente modificadas, muy diferentes de las de antes de la guerra.
Las monarquías de Alemania, Austria y Rusia habían sido apeadas del poder y en su lugar
ahora tenían gobiernos democráticos o revolucionarios. Muchos grupos étnicos europeos que
estaban sujetos a estas tres naciones buscaban una oportunidad para obtener su
independencia. Contra esta situación las potencias vencedoras trataron de obtener la paz
permanente en Europa.
Los vencedores de la guerra rápidamente culparon a Alemania del estallido de la guerra y
decidieron castigarla, y eso es exactamente lo que hicieron con el Tratado de Versalles en
1919. El Tratado fue tan difícil para Alemania porque Francia e Italia la responsabilizaban de
toda la situación.
El Tratado de Versalles 1919[editar]
En el Tratado de Versalles o también llamada Paz de París, los cuatro grandes acordaron
llegar al mejor resultado para el final de la guerra.
Los cuatro grandes eran: los Estados Unidos, representado por su presidente Woodrow
Wilson; Gran Bretaña representada por su primer ministro Lloyd-George; Francia representada
por el primer ministro Georges Clemenceau, que era quien más abogaba por la venganza
contra Alemania; y el primer ministro de Italia, Vittorio Emanuele Orlando.
Alemania y Rusia no fueron invitadas, ya que Alemania fue derrotada y Rusia había firmado la
paz por separado con Alemania en 1917, y era temida debido al crecimiento de los
revolucionarios bolcheviques.
Durante el debate, encabezados por el presidente Wilson, ya que los Estados Unidos habían
sido los menos afectados y por lo tanto eran los más neutrales de los vencedores, y porque
los otros miembros vieron en el plan de los 14 puntos que Wilson proponía un camino ideal
para un nuevo futuro. cambios territoriales resultantes de la Primera Guerra Mundial.
Mapa de Europa (1923) en el que se muestran los cambios territoriales ocurridos como consecuencia de
la Primera Guerra mundial.

Los catorce puntos de Wilson[editar]


Era un nuevo tipo de tratado, democrático, liberal, ilustrado y progresista - diseñado para
hacer que la paz estuviese asegurada para siempre. Los puntos claves de estas propuestas
fueron diseñados para prevenir tratados secretos en el futuro, para permitir la libertad en el
mar, proporcionar una reducción de armamentos, permitir la libre determinación de las
naciones y establecer la Sociedad de las Naciones, que Wilson veía como el principal
instrumento para garantizar la paz futura.
El Tratado con respecto a Alemania[editar]
En contraste con el idealismo de Wilson, el Tratado de Versalles fue duro, brutal, punitivo y
vengativo, especialmente por que Francia seguía rumiando su rabia en contra de la guerra
franco-prusiana y afirmaba que la mayor parte de la guerra habían sido en suelo francés.
Los aspectos del Tratado fueron diseñados para evitar la posibilidad de que Alemania hiciera
la guerra en el futuro. Se decidió que Alemania devolviese muchas de sus colonias recientes,
incluyendo Alsacia-Lorena a Francia. La Renania, entre Francia y Alemania sería
desmilitarizada y transformada en una zona de separación entre las dos naciones.
Las colonias alemanas se repartieron entre Francia y Gran Bretaña y Alemania perdió un 13,
5% de la tierra y el 12, 5% de su población. La marina alemana fue confiscada y el ejército
alemán se limitó a 100. 000 miembros, no se les permitió ningún submarino o aviones ni
artillería.
Alemania fue obligada a pagar unas reparaciones de guerra brutales de 132 mil millones de
marcos oro. Por último, el artículo 231, la Cláusula de la culpa de la guerra, era una medida
estrictamente retributiva que obligaba a Alemania a asumir la plena responsabilidad de la
guerra.
Los problemas de Alemania después de la Primera Guerra Mundial[editar]
El nuevo gobierno democrático de Alemania, llamado la República de Weimar se enfrentó a
graves problemas después del Tratado de Versalles. A pesar de que el Kaiser Guillermo II
abdicó y la cúpula militar perdió su autoridad, los alemanes definitivamente se negaron a
admitir que su ejército había perdido la guerra.
Gran parte de los alemanes creían que si Alemania hubiera seguido luchando podría haber
sido capaz de ganar, y que la rendición fue traicionar a un ejército capaz de ganar la guerra.
Mientras que esta idea socavaba gravemente la credibilidad de la nueva república, la noción
de que Alemania podría haber continuado luchando y ganar finalmente fue rechazada por la
mayoría de los historiadores debido a la llegada de las fuerzas descansadas de Estados
Unidos y al desgaste de los alemanes después de cuatro años de batallas.
De hecho, a finales de 1918, el alto mando alemán frente a una poderosa ofensiva de los
aliados en suelo alemán, y el agotamiento de sus propias tropas, se dirigieron desesperados a
políticos demócratas y les pidiero a ver de qué manera los Aliado encontrarían aceptables
unas negociaciones. pueblo alemán en frente del Reichstag en contra del Tratado de Versalles

El pueblo alemán frente al Reichstag en contra del Tratado de Versalles

Inmediatamente después de la guerra, la República de Weimar se encontró con serios


problemas económicos. Millones de soldados desmovilizados que regresaban a casa para
enfrentar el hecho de que prácticamente no había trabajo. Se extendió el hambre. Para
complicar las cosas, Francia y Gran Bretaña tuvieron que pagar las deudas con los Estados
Unidos y Alemania y para eso requerían reparación a Alemania.
Alemania no podía pagar, entonces Francia se anexionó las ciudades industriales del valle del
Ruhr. En respuesta a Alemania comenzó a imprimir dinero para pagar a los trabajadores en
paro del Ruhr, lo que resultó en una hiperinflación absurda en el país.
Políticamente, fue durante muchos años un casi-caos, a medida que los grupos políticos, tanto
de izquierda y derecha, se enfrentaron abiertamente por el gobierno central. Los
espartaquistas o comunistas llevaron a cabo levantamientos en Berlín y otras ciudades y
tomaron el poder brevemente en Baviera. Los Freikorps, varias bandas de soldados
desmovilizados que no quieren dejar las armas aplastaron el golpe de Estado de Baviera.
Entre tanto, los Freikorps también trataron de derrocar al gobierno de la República de Weimar,
con un golpe de estado en 1920, que fracasó cuando los trabajadores alemanes respondieron
con una huelga general.
Esta era la atmósfera en 1919, cuando un pequeño grupo de la extrema derecha en Múnich
adoptó a un nuevo miembro, un cabo del ejército llamado Adolf Hitler. Experto orador y
político, Hitler tomó rápidamente la posición de cabeza del partido Partido Nacional Socialista
de los Trabajadores Alemanes, conocido como Nazis.
El regreso de la próspera Alemania[editar]
A finales de 1920 la prosperidad volvió a Alemania, principalmente como resultado de los
esfuerzos de América del Norte a través del Plan Dawes de 1924 y del Plan Young de 1929.
Estos planes otorgaron préstamos a la República de Weimar y permitió a la República
mantener un plan realista de pagos de las reparaciones de guerra, ayudando a la
estabilización económica. Esta prosperidad logró calmar a los grupos radicales de izquierda y
derecha. El interés por estos grupos se redujo como resultado de la prosperidad alemana.
El crecimiento del pacifismo y el aislamiento en la década de 1920[editar]
Durante los años 20, las actitudes que prevalecían entre los pueblos y las naciones en general
eran el pacifismo y el aislamiento. Después de ver los horrores y atrocidades de la guerra las
naciones deseaban evitar este tipo de situaciones en el futuro. Fue por esto que Europa tomó
numerosas medidas para garantizar la paz durante la década de 1920.

Bandera de la Republica de Weimar 1926-1933

En la Conferencia Naval de Washington, en 1921, los Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia,
Japón e Italia acordaron reducir el tamaño de sus flotas y no construir nuevos buques de
guerra durante diez años. bandera de la República de Weimar 1926-1933
Mediante los Tratados de Locarno de 1925, Alemania aseguró las fronteras con Francia y
Bélgica incondicionalmente y prometió no violar nunca las fronteras con Checoslovaquia y
Polonia. En 1926, Alemania entró en la Sociedad de las Naciones. La Sociedad fue uno de los
mayores instrumentos europeos para asegurar la paz durante este tiempo. En 1928, 65
naciones firmaron el Pacto Briand-Kellogg, rechazando la guerra como política. En 1934,
Rusia se unió a la Liga de las Naciones.
Democracias en Europa a partir de 1919 hasta 1939[editar]
A medida que creció el fascismo en Europa, las democracias liberales en Gran Bretaña y
Francia buscaron el aislamiento y el pacifismo, como se ha explicado anteriormente, y se
enfrentaron con problemas de desempleo y disputas coloniales. Como resultado de la gran
depresión de la década de 1930, el concepto de que el gobierno era responsable de
proporcionar las necesidades sociales de los ciudadanos se convirtió en muy popular.
Gran Bretaña[editar]
Después de la Primera Guerra Mundial, Gran Bretaña se enfrentó a una serie de problemas.
Uno de los más graves fue el desempleo, con cerca de 2 millones de personas dependiendo
del sistema de bienestar público.
Esto dio como resultado el crecimiento del Partido del Trabajo. Este partido creó un sistema
social moderno en Gran Bretaña, comenzando por una pensión para los ancianos, asistencia
médica, vivienda pública y un seguro de desempleo. Las industrias británicas quedaron
anticuadas y cada vez vendían menos, mientras que Estados Unidos subió en el ranking
industrial. Los países miembros de las colonias británicas, como Irlanda, Egipto, la India y
Palestina estaban absorbiendo los ideales de la Ilustración y comenzando a resistirse a las
reglas del gobierno británico.
Por último, la Gran Depresión causó serios problemas en Gran Bretaña. El primer ministro
Ramsay MacDonald, un miembro del Grupo de Trabajo no estaba de acuerdo con la política
sugerida por el comité, según la cual el gobierno debería reducir sus gastos, incluyendo los
beneficios sociales, puestos de trabajo para las mujeres y crear un arancel del 100% para los
bienes importados. Actuó de acuerdo a las ideas de JM Keynes, que defendía la idea del
gobierno de poner más dinero en la economía para reducir la depresión. Sus ideas fueron
derrotadas y él renunció.
Francia[editar]
La Tercera República de Francia fue el órgano de gobierno desde 1870 hasta 1940. A pesar
de que fue ampliamente criticada por su inestabilidad política y la corrupción, logró llevar a
Francia a una edad de oro, que se conoció como la belle epoque en París.
Por toda la ciudad surgieron nuevos monumentos y edificios públicos, en especial la Torre
Eiffel, construida para la Exposición Universal de París de 1889. París fue renovada como un
centro artístico con los impresionistas inspirándose en los nuevos paisajes.
Al mismo tiempo, París adquirió una reputación menos amigable como la capital del pecado
de Europa, con cientos de burdeles, teatros de revistas y cabarets, de los cuales el más
famoso fue el Moulin Rouge. La ciudad también creó un sistema de metro, inaugurado en el
año 1900. Lautrec pintura - Moulin Rouge 1891

Pintura de Lautrec – Moulin Rouge 1891

En 1877, el presidente MacMahon trató de disolver el Parlamento no sólo disgustado como


primer ministro sino con ganas de más poder. Sin embargo, los franceses eligieron a los
mismos diputados para Parlamento. El pueblo claramente quería evitar que otro dictador
tomara el gobierno.
En 1886-1889, el general Boulanger estuvo a punto de derrocar al gobierno. Logró un fuerte
apoyo entre los realistas, los aristócratas y los trabajadores instando a la lucha contra
Alemania. Sin embargo, perdió los nervios en el momento del golpe, huyó a Bélgica y se
suicidó.
En 1894, un judío francés, oficial del ejército, llamado Alfred Dreyfus, fue falsamente acusado
de traición, en lo que se llamó el caso Dreyfus, lo que demuestra que el antisemitismo todavía
tenía fuerza en Francia, especialmente en el ejército y en la Iglesia Católica. Émile Zola
escribió la famosa carta "J'Accuse!" en la que pidió apoyo para Dreyfus, que fue finalmente
indultado y recuperó su posición en el ejército. En 1905, Francia aprobó la separación de
iglesia y estado.
Después de la 1ª Guerra Mundial, Francia experimentó varios problemas. Tuvo grandes
dificultades con el costo y la carga de la recuperación de la nación y también perdió todas sus
inversiones en Rusia como resultado de la revolución rusa. Las indemnizaciones no fueron
pagadas por Alemania como se esperaba, además, la evasión de impuestos se hizo común en
Francia en esa etapa.
A finales de 1920, se recuperó la prosperidad. A pesar de que la gran depresión de la década
de 1930 dio lugar a inestabilidad política y disturbios sociales.
En 1934, los socialistas y los comunistas competían con los fascistas en la Cámara de
Representantes, una de las Cámaras del Parlamento. Como resultado del malestar, el pueblo
eligió al Frente Popular, una coalición de socialistas, liberales y comunistas para el gobierno.
El líder de este Frente Popular era Leon Blum, que durante su gobierno decretó ayuda para
las familias, beneficios sociales, dos semanas de vacaciones, la semana de cuarenta horas y
la negociación colectiva. Leon Blum fue sustituido en 1938 por Eduard Daladier.

Desafíos de la democracia en los años 30[editar]


Como resultado de la gran depresión, los grupos disidentes como los fascistas y comunistas
se hicieron más atractivos para las personas en general en Europa.
La Gran Depresión se produjo por varias razones. Salarios bajos que dieron lugar a pocas
posibilidades de compra. Mayores rendimientos en la agricultura y la caída de los salarios
resultaron en la disminución de la demanda. Sobreproducción en las fábricas y la súper
expansión del crédito, así como la quiebra de la bolsa de valores en 1929 también
contribuyeron a agravar la situación.

Efectos en las colonias[editar]


Los cambios en Europa dieron lugar a clamores en las colonias por la autonomía, y la
influencia de la propuesta de Woodrow Wilson sobre la autodeterminación de las naciones,
hizo que estos se incrementaran. El presidente Woodrow Wilson

Presidente Woodrow Wilson

En 1931, el Estatuto de Westminster creó la Comunidad de Naciones (Commonwealth) que


agrupaba a Canadá, Nueva Zelanda, Australia, el Estado Libre de Irlanda y Sudáfrica.
Estas naciones tenían autonomía, pero estaban vinculadas a Gran Bretaña a través del
comercio.
En 1930, la India comenzó a clamar por la autonomía. La Liga Musulmana y el Congreso de la
India pedían un espacio más grande en el gobierno. La desobediencia civil de Gandhi llevó al
final del mandato británico y en 1935, el Gobierno de la India permitió que la India tuviese un
gobierno propio. En 1947 la India obtuvo su independencia y se separó de Pakistán.
En 1908 los Jóvenes Turcos derrocaron a Abdul Hamid II del poder en Turquía y gobernó el
país hasta 1918.
Después de la Primera Guerra Mundial, Kemal Ataturk lideró el gobierno turco. En 1923 se
trasladó la capital de Constantinopla a Ankara, marcando el comienzo de la República de
Turquía. Por último, en 1930, cambió el nombre de Constantinopla por Estambul.
Ataturk estableció el código de vestimenta occidental, el alfabeto latino y la poligamia quedó
prohibida en Turquía. En 1936, las mujeres obtuvieron el derecho al voto y fueron admitidas a
trabajar en el parlamento.

El fascismo en Alemania e Italia[editar]


Italia experimentó un cambio de tendencia con el fascismo tras la Primera Guerra Mundial, y
Benito Mussolini llegó al gobierno como dictador. Un poco más tarde, Alemania bajo Hitler,
tomó el mismo camino.
El fascismo fue una nueva forma de gobierno, iniciada por Mussolini, que promovía el
nacionalismo extremo y la unidad nacional; Hizo hincapié en la masculinidad, la juventud, la
agresión y la violencia; la superioridad racial; un líder supremo con habilidades sobrehumanas;
el rechazo de los derechos individuales; el uso de la policía secreta, la censura y la
propaganda; una política exterior militarista y agresiva; estricto control central de la economía;
y el control de los intereses de los individuos que quedaban sujetos a las necesidades de la
sociedad en su conjunto.

El régimen fascista italiano[editar]


El establecimiento del liberalismo en Italia, por temor a una revolución socialista, inspirado en
las ideas de la revolución rusa, elevó al pequeño Partido Nacional Fascista, dirigido por Benito
Mussolini.
Después de varios años de esfuerzo, en octubre de 1922 los fascistas intentaron un golpe de
estado (la marcha sobre Roma); las fuerzas fascistas eran mucho menores, pero el rey ordenó
al ejército no interferir, formó una alianza con Mussolini y convenció al partido liberal para que
apoyara un gobierno dirigido por los fascistas.
En los años siguientes, Mussolini (que llegó a ser conocido como Il Duce) eliminó todos los
partidos políticos, incluyendo el liberal y redujo las libertades personales con el pretexto de
prevenir una revolución.
El crecimiento del fascismo y Hitler en Alemania[editar]

Mussolini

A principios de 1930, Alemania no estaba lejos de una guerra civil. Tropas paramilitares,
pertenecientes a diferentes partidos, tenían a los votantes intimidados y sembraban la
violencia y el odio en el pueblo que sufría por la desocupación masiva y la pobreza.
Mientras tanto, los elitistas en posiciones de influencia, asustados por el surgimiento de
grupos antigubernamentales se enfrentaron entre sí y exploraron la autoridad de emergencia,
que consistía en la Constitución de Weimar para gobernar de manera no democrática por
decreto presidencial.
Después de una serie de gabineteas sin éxito, el 29 de enero de 1933, el presidente von
Hindenburg, ya con pocas alternativas y empujado por sus asesores eligió a Adolf Hitler como
canciller de Alemania. El 27 de febrero, el Reichstag estaba en llamas. Los derechos básicos
se habían anulado en virtud de un decreto de emergencia. Una ley habilitante dio al gobierno
de Hitler pleno poder legislativo.
Se estableció un estado totalitario centralizado, ya no sobre la base de las leyes democráticas,
una política que Hitler había dibujado en su biografía Mein Kampf. El nuevo régimen convirtió
a Alemania en una nación de unpartido único, por lo que los partidos de oposición fueron
declarados ilegales y reprimidas las ideas diferentes del pueblo. Los instrumentos para ello
fueron las organizaciones SA y las SS, así como la policía de seguridad de nueva creación, la
Gestapo. La industria estaba estrechamente regulada con cuotas y requisitos, para cambiar la
economía a una basada en la producción de guerra.

Mapa de Alemania en 1938

Proyectos de obras públicas masivas y una extenso déficit del estado, ayudaron a hacer la alta
tasa de desempleo significativamente más baja. Esto y los grandes programas de bienestar
fueron los principales factores que mantuvieron el apoyo de la gente incluso cuando la guerra
ya estaba en marcha. En 1936, las tropas alemanas entraron en la Renania desmilitarizada en
un intento de reconstruir la autoestima nacional.
Envalentonado, Hitler siguió a partir de 1938 una política de expansionismo para establecer la
Gran Alemania, que era una sola nación alemana, empezando por la unificación con Austria
(llamado Anschluss) y la anexión de los Sudetes (integración de las minorías germánicas) en
la montañosa región de Checoslovaquia.
El primer ministro británico se dio cuenta de que su política de apaciguamiento con Alemania
estaba siendo explotada por la misma Alemania. Para evitar una guerra en dos frentes, Hitler
concluyó el Pacto Molotov-Ribbentrop, un tratado de no agresión con la Unión Soviética.

La Guerra Civil Española 1936-1939[editar]

Mural del Guernica

En 1923, un golpe de Estado dirigido por el general Miguel Primo de Rivera, formó un nuevo
gobierno en alianza con el rey Alfonso XIII Borbón. En 1930, la oposición al gobierno de
derecha de Primo de Rivera llevó a su renuncia.
Los españoles querían la democracia y el socialismo, Alfonso fue apeado del gobierno en
1931 y fue proclamada una república. En 1936, el Frente Popular de izquierda fue elegido
para el parlamento y tomó el control del gobierno. Las acciones anticlericales de izquierdistas
y sus ataques directos a las iglesias y monasterios católicos enfureció a los conservadores
españoles.
Los activistas políticos de derecha e izquierda se enfrentaron en las calles. En julio de 1936, la
rebelión estalló en gran parte del ejército. Recibió el apoyo de las fuerzas conservadoras de
todos los matices de la sociedad y comenzó la lucha.
La nación se dividió en dos facciones. Los republicanos o legalistas, que eran: comunistas,
socialistas, anarquistas y liberales, y que recibió algún apoyo internacional, así como una
importante ayuda financiera y militar de Stalin. Los nacionales que eran: monárquicos,
católicos extremistas, terratenientes, el ejército, miembros del Partido Falange y los
tradicionalistas; recibieron una gran ayuda directa de Italia y Alemania.
En 1936, Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos firmaron un pacto de no intervención en
relación con la guerra civil.
En 1937, la ciudad de Guernica, una ciudad civil fue atacada y bombardeada por la aviación
alemana. En 1939 los nacionales tomaron Barcelona y Madrid y el general Francisco Franco
anunció el fin de la guerra civil.
De 1939 a 1975 gobernó en España como dictador el general Francisco Franco, vencedor en
la Guerra Civil.

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