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Mundial1919-1929 / Europa
Cuando terminó la Primera Guerra Mundial, Europa y el mundo vivieron profundos
cambios. El largo conflicto bélico marcó el final de una época protagonizada por
Europa, que fue sustituida por el liderazgo mundial de Estados Unidos. El mapa
europeo sufrió grandes transformaciones. Los años veinte fueron años de cambios
políticos, económicos y sociales. Aparecieron nuevos modelos políticos que
cuestionaron a la democracia liberal: el modelo soviético, el fascismo y el
nacionalsocialismo.
Durante los meses posteriores a la Primera Guerra Mundial hubo negociaciones de paz. Las
potencias aliadas impusieron a las derrotadas condiciones muy duras en el Tratado de
Versalles, que tuvieron profundas consecuencias políticas y económicas. Se creó la
Sociedad de Naciones, una asociación de Estados que pretendía resolver los conflictos en
forma pacífica pero que, a pesar de las buenas intenciones, fracasó en el intento.
La guerra puso fin a los grandes imperios. Austria-Hungría se dividió en cuatro países:
Austria, Hungría, Checoslovaquia y Yugoslavia. El Imperio alemán, convertido en una
república, perdió un tercio de su territorio y todas sus colonias. De Rusia se independizaron
Finlandia, Letonia, Estonia y Lituania. Resurgió Polonia, formada por antiguos territorios
de Rusia y Alemania. Italia incorporó territorios alpinos antes austrohúngaros. El Imperio
otomano perdió parte de su territorio europeo, que pasó a Grecia y a Rumania, y debió
ceder a los aliados sus provincias de Mesopotamia, Palestina, Siria y Armenia.
Todos los países que intervinieron sufrieron duras consecuencias. A las vidas perdidas
durante el conflicto, se sumaron los costos materiales y la parálisis económica. Esta
situación fue aun más dura en los países que perdieron la guerra, lo que provocó un
sentimiento de descontento muy intenso entre sus habitantes.
Este clima fue fértil para el desarrollo de modelos políticos nuevos, que cuestionaron al
capitalismo y a la democracia liberal. En Italia nació el movimiento fascista. Con algunas
similitudes se conformó el Partido Nacional Socialista Obrero Alemán (Nazi).
En Rusia, en 1917, antes del final de la guerra, se produjo la primera revolución socialista
triunfante. En 1922, después de una guerra civil de cinco años, se convirtió en la URSS.
Lenin y la III Internacional1917-1924 /
Rusia
Vladimir Ilich Ulianov, conocido como Lenin, se opuso al zarismo desde su juventud.
A sus 17 años, su hermano fue ejecutado, tras ser acusado de conspiración. Luego, Lenin
estudió abogacía y sus actividades contra el zar lo llevaron a exiliarse en Suiza, donde
conoció el marxismo, la ideología del filósofo alemán Karl Marx. Lenin estudió en
profundidad la obra de Marx cuando fue deportado a Siberia. Ya en libertad hizo conocer
sus ideas de llevar adelante una revolución que aplicara los conceptos marxistas en Rusia.
Publicó una gran cantidad de libros y artículos para difundir su pensamiento. Al comenzar
la revolución, Lenin fue su líder y asumió el gobierno del país al mando del Partido
Comunista.
En 1918, Lenin estableció una dictadura del proletariado con un régimen de partido único.
Debió afrontar la resistencia de los opositores a la revolución, organizados en el Ejército
Blanco, que contaban con el apoyo de fuerzas conservadoras extranjeras. También tuvo
que enfrentar a grupos revolucionarios contrarios a la instauración de una dictadura del
proletariado. Cuando las tropas comunistas, conocidas como Ejército Rojo, ganaron la
guerra, Rusia se convirtió en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
La Bauhaus1919-1933 / Alemania
En 1919, el arquitecto Walter Gropius fundó la escuela Bauhaus en Alemania, con
la intención de profesionalizar al artista y al artesano. Grandes artistas fueron
profesores de los distintos cursos y convirtieron a la Bauhaus en un referente para
el arte, la arquitectura y el diseño moderno. Pronto, las ideas políticas de los
profesores y estudiantes de la Bauhaus chocaron con el Partido Nacionalsocialista
(Nazi) y cuando este llegó al poder, en 1933, clausuró la escuela definitivamente.
La Bauhaus fue una escuela de arquitectura, diseño, arte y artesanía fundada en 1919 por el
arquitecto Walter Gropius en la ciudad alemana de Weimar. La idea de Gropius era integrar
todas las artes en cada proyecto. Para que los estudiantes pudiesen dominar técnicas muy
diversas, la Bauhaus contó con talleres de alfarería, ebanistería, pintura, escultura, tejido,
trabajo en vidrio, metal, etc. Estos cursos buscaban que la tecnología acompañara el
desarrollo de la creatividad y la habilidad artesanal de los estudiantes. Gropius convocó a
un grupo de notables profesores que procedían de movimientos artísticos de vanguardia,
como el expresionismo y el arte abstracto, entre los que destacaban los pintores Wassily
Kandinsky y Paul Klee.
La historia de la Bauhaus fue breve. En 1925 tuvo que abandonar Weimar para establecerse
en Dessau, de donde tuvo que partir también en 1932, ante la oposición del Partido
Nacionalsocialista (Nazi), cuyo poder crecía cada vez más en Alemania. Berlín fue la
última sede de la escuela, hasta 1933, año en que el Partido Nazi, ya en el poder del
Gobierno central, la cerró definitivamente. Tras la clausura, muchos profesores y alumnos
de la Bauhaus se trasladaron a los Estados Unidos, donde continuaron su trabajo.
El bando nacional, dirigido por un grupo de generales entre los que se encontraba Franco,
estableció un Estado autoritario y militarizado en cada zona controlada. En el bando
republicano el control del territorio estaba en manos de partidos y sindicatos obreros. En
Madrid y en toda Cataluña los trabajadores organizados junto al pueblo irrumpieron en los
cuarteles del ejército, se apoderaron de las armas, enfrentaron y resistieron al bando
nacional con algunas victorias importantes.
Hacia fines de 1936, el bando nacional dirigió un ataque frontal a Madrid. El bando
republicano resistió el ataque y el grito de “¡No pasarán!” se hizo conocido en todo el
mundo. Los republicanos tuvieron el apoyo de decenas de miles de voluntarios franceses,
alemanes, italianos, argentinos, uruguayos y de muchas otras nacionalidades que
conformaron brigadas internacionales de resistencia al golpe.
El 1 de abril de 1939, el bando nacional con la ayuda de los regímenes totalitarios europeos
se impuso y Franco declaró la victoria.
Al comenzar el siglo XX, Rusia era un enorme país, poco industrializado y con la
última monarquía absoluta del mundo. La derrota ante Japón en la guerra de 1905 provocó
una revolución fallida que evidenció la inestabilidad del gobierno del zar Nicolás II. Desde
entonces, se produjo una intensa industrialización. Aunque los campesinos seguían siendo
la mayoría, la aparición de la clase obrera fue un cambio radical para la sociedad rusa.
Mientras ocurrían estas transformaciones, diversos grupos se organizaban contra la
monarquía del zar; entre ellos los bolcheviques, liderados por Lenin.
A mediados de 1915 las tropas rusas habían sufrido más de dos millones de bajas en la
Guerra Mundial. El descontento contra el zar Nicolás II generó un clima de agitación
revolucionaria que estalló en febrero de 1917, con huelgas y protestas que provocaron la
rápida caída del régimen zarista. En los meses siguientes, el país estuvo dividido entre un
gobierno provisional liberal-burgués y los soviets de obreros y soldados que proclamaban
“Paz, tierra y pan”.
En octubre de 1917, Lenin lideró a los bolcheviques para derribar al gobierno provisional y
tomar el control del país. Luego de la victoria, los bolcheviques debieron enfrentar y
derrotar la resistencia conservadora extranjera y también a grupos revolucionarios
contrarios a la instauración de la dictadura del proletariado. Lenin aplicó el comunismo de
guerra, es decir, asegurar que una cantidad mínima de producción agrícola e industrial
llegara a las empresas y la población. En medio de la guerra civil se inició una
transformación radical de la economía y la sociedad rusas. Finalmente, el ejército
revolucionario proclamó la victoria sobre el ejército opositor en 1921. Un año después,
Rusia se convirtió en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
Benito Mussolini fue maestro de escuela e integró el Partido Socialista Italiano hasta 1914,
año en que fue expulsado por estar a favor de la entrada de Italia en la Primera Guerra
Mundial, en la que participó como soldado. Luego de la guerra comenzó una intensa
actividad política. En 1919 fundó un grupo nacionalista que se declaraba enemigo del
comunismo y de la democracia liberal. Sus integrantes se identificaban por el uso de
camisas negras y un emblema llamado fasces: un haz de varas que en la antigua Roma
simbolizaba la fuerza de la unión. Este símbolo dio nombre al Partido Nacional Fascista
que Mussolini fundó en 1921.
Italia vivía un clima de agitación y violencia. Los fascistas, que contaban con el apoyo del
rey, el ejército y la burguesía, dieron un golpe de Estado en octubre de 1922: la Marcha
sobre Roma. En los meses siguientes se prohibieron los partidos políticos y los sindicatos, y
se suprimieron las libertades individuales. Se creó un cuerpo de policía especial para
perseguir a los disidentes. En 1924, Giacomo Matteotti, el líder del Partido Socialista, fue
secuestrado y luego asesinado. El régimen controlaba lo que se publicaba en la prensa y lo
que se enseñaba en las escuelas. En 1925, Mussolini había conseguido el control total del
país.
Italia vivía un clima de agitación y violencia. Los fascistas, que contaban con el apoyo del
rey, el ejército y la burguesía, dieron un golpe de Estado en octubre de 1922: la Marcha
sobre Roma. En los meses siguientes se prohibieron los partidos políticos y los sindicatos, y
se suprimieron las libertades individuales. Se creó un cuerpo de policía especial para
perseguir a los disidentes. En 1924, Giacomo Matteotti, el líder del Partido Socialista, fue
secuestrado y luego asesinado. El régimen controlaba lo que se publicaba en la prensa y lo
que se enseñaba en las escuelas. En 1925, Mussolini había conseguido el control total del
país.
Benito Mussolini, dictador italiano y líder del Partido Fascista, fue quien hizo popular el
término totalitarismo en la década de 1920, pues en sus discursos ante las multitudes
proclamaba el lema de su partido: “Todo en el Estado; todo para el Estado; nada fuera del
Estado; nada contra el Estado”.
El totalitarismo pronto se extendió por toda Europa: desde el fascismo en Italia al nazismo
en Alemania, el estalinismo en la Unión Soviética y el franquismo en España, una serie de
líderes, con el apoyo de millones de personas, sustentados en una idea agresiva del poder y
en grandes fuerzas militares, provocaron conflictos y guerras que marcaron profundamente
la historia del siglo XX.
Adolf Hitler nació en Austria, pero en 1912 se trasladó a Alemania y formó parte del
ejército germano que peleó en la Primera Guerra Mundial. Luego de la guerra entró en
contacto con un pequeño grupo político nacionalista que en 1921 pasó a llamarse Partido
Nacionalsocialista Obrero. Su abreviatura, Partido Nazi, dio nombre al nazismo.
El Partido Nazi creció rápidamente. Hitler era su principal orador, atacaba en sus discursos
a los demás partidos, al gobierno republicano y a las potencias que habían impuesto duros
castigos a Alemania en el Tratado de Versalles. En 1923, Hitler lideró al Partido Nazi en un
intento fallido de golpe de Estado, pero fue capturado y encarcelado. Al recuperar la
libertad, buscó llegar al poder por la vía democrática. El Partido Nazi obtuvo un buen
resultado en las elecciones. Hitler se convirtió en canciller en 1933 y presidente en 1934,
tras la muerte del presidente Paul von Hindenburg. De inmediato, Hitler disolvió la
República e impuso el Tercer Reich, un régimen totalitario de partido único. Hitler se
proclamó führer (‘líder, guía’) y utilizó a grupos paramilitares como las SA y la SS, junto a
la Gestapo, la policía secreta, para perseguir y eliminar a todos sus adversarios, incluso a
los de su propio partido. Era el comienzo de la Alemania nazi.
Cuando comenzó esa guerra, Europa estaba dominada por vastos imperios,
gobernados —excepto Francia, donde había surgido una república de la
derrota en la guerra con Prusia en 1870— por monarquías hereditarias. La
nobleza ejercía todavía un notable poder económico y político. En Gran
Bretaña, Francia o Alemania, por citar a las naciones más poderosas, una
oligarquía de ricos y poderosos, de buenas familias, de nobles y burgueses
conectados a través de matrimonios y consejos de administración de
empresas y bancos, mantenía su poder social a través del acceso a la
educación y a las instituciones culturales.
La guerra, sin embargo, duró cuatro años y tres meses y el entusiasmo que
exhibieron a favor de ella la mayor parte de las poblaciones de los países
beligerantes, incluidas las clases trabajadoras, se evaporó relativamente
pronto, especialmente en Europa central y del este. La escasez de comida y
de materias primas y los numerosos conflictos que se derivaron de las duras
condiciones en que se desarrolló la guerra formaron el telón de fondo de las
revoluciones de 1917 en Rusia que sucesivamente derribaron al régimen
zarista y llevaron a los bolcheviques al poder, el cambio revolucionario más
súbito y amenazante que conoció la historia del siglo XX. En 1919, solo
quedaban los imperios británico y francés. Todos los demás habían
desaparecido y con ellos, un amplio ejército de oficiales, soldados,
burócratas y terratenientes que los habían sostenido.
En el siglo que transcurrió entre el Congreso de Viena en 1815, que puso fin
a la era de Napoleón, y el estallido de la Primera Guerra Mundial, Europa
fue el escenario de dos grandes guerras que destacaron sobre otros
conflictos más localizados: la guerra de Crimea, de 1854-56, dejó unos
400.000 muertos; la que enfrentó a Francia y a Prusia, en 1870-71, causó
184.000 víctimas. Más de ocho millones de personas murieron en la Gran
Guerra de 1914-1918, una cifra a la que habría que añadir las víctimas de la
pandemia de gripe de 1918-19, que golpeó con severidad a una población
debilitada por los efectos de la contienda.
El final de la Primera Guerra Mundial acabó con las naciones que habían participado en los
combates agotadas, toda una generación de jóvenes muertos en el campo de batalla y las
condiciones políticas completamente modificadas, muy diferentes de las de antes de la guerra.
Las monarquías de Alemania, Austria y Rusia habían sido apeadas del poder y en su lugar
ahora tenían gobiernos democráticos o revolucionarios. Muchos grupos étnicos europeos que
estaban sujetos a estas tres naciones buscaban una oportunidad para obtener su
independencia. Contra esta situación las potencias vencedoras trataron de obtener la paz
permanente en Europa.
Los vencedores de la guerra rápidamente culparon a Alemania del estallido de la guerra y
decidieron castigarla, y eso es exactamente lo que hicieron con el Tratado de Versalles en
1919. El Tratado fue tan difícil para Alemania porque Francia e Italia la responsabilizaban de
toda la situación.
El Tratado de Versalles 1919[editar]
En el Tratado de Versalles o también llamada Paz de París, los cuatro grandes acordaron
llegar al mejor resultado para el final de la guerra.
Los cuatro grandes eran: los Estados Unidos, representado por su presidente Woodrow
Wilson; Gran Bretaña representada por su primer ministro Lloyd-George; Francia representada
por el primer ministro Georges Clemenceau, que era quien más abogaba por la venganza
contra Alemania; y el primer ministro de Italia, Vittorio Emanuele Orlando.
Alemania y Rusia no fueron invitadas, ya que Alemania fue derrotada y Rusia había firmado la
paz por separado con Alemania en 1917, y era temida debido al crecimiento de los
revolucionarios bolcheviques.
Durante el debate, encabezados por el presidente Wilson, ya que los Estados Unidos habían
sido los menos afectados y por lo tanto eran los más neutrales de los vencedores, y porque
los otros miembros vieron en el plan de los 14 puntos que Wilson proponía un camino ideal
para un nuevo futuro. cambios territoriales resultantes de la Primera Guerra Mundial.
Mapa de Europa (1923) en el que se muestran los cambios territoriales ocurridos como consecuencia de
la Primera Guerra mundial.
En la Conferencia Naval de Washington, en 1921, los Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia,
Japón e Italia acordaron reducir el tamaño de sus flotas y no construir nuevos buques de
guerra durante diez años. bandera de la República de Weimar 1926-1933
Mediante los Tratados de Locarno de 1925, Alemania aseguró las fronteras con Francia y
Bélgica incondicionalmente y prometió no violar nunca las fronteras con Checoslovaquia y
Polonia. En 1926, Alemania entró en la Sociedad de las Naciones. La Sociedad fue uno de los
mayores instrumentos europeos para asegurar la paz durante este tiempo. En 1928, 65
naciones firmaron el Pacto Briand-Kellogg, rechazando la guerra como política. En 1934,
Rusia se unió a la Liga de las Naciones.
Democracias en Europa a partir de 1919 hasta 1939[editar]
A medida que creció el fascismo en Europa, las democracias liberales en Gran Bretaña y
Francia buscaron el aislamiento y el pacifismo, como se ha explicado anteriormente, y se
enfrentaron con problemas de desempleo y disputas coloniales. Como resultado de la gran
depresión de la década de 1930, el concepto de que el gobierno era responsable de
proporcionar las necesidades sociales de los ciudadanos se convirtió en muy popular.
Gran Bretaña[editar]
Después de la Primera Guerra Mundial, Gran Bretaña se enfrentó a una serie de problemas.
Uno de los más graves fue el desempleo, con cerca de 2 millones de personas dependiendo
del sistema de bienestar público.
Esto dio como resultado el crecimiento del Partido del Trabajo. Este partido creó un sistema
social moderno en Gran Bretaña, comenzando por una pensión para los ancianos, asistencia
médica, vivienda pública y un seguro de desempleo. Las industrias británicas quedaron
anticuadas y cada vez vendían menos, mientras que Estados Unidos subió en el ranking
industrial. Los países miembros de las colonias británicas, como Irlanda, Egipto, la India y
Palestina estaban absorbiendo los ideales de la Ilustración y comenzando a resistirse a las
reglas del gobierno británico.
Por último, la Gran Depresión causó serios problemas en Gran Bretaña. El primer ministro
Ramsay MacDonald, un miembro del Grupo de Trabajo no estaba de acuerdo con la política
sugerida por el comité, según la cual el gobierno debería reducir sus gastos, incluyendo los
beneficios sociales, puestos de trabajo para las mujeres y crear un arancel del 100% para los
bienes importados. Actuó de acuerdo a las ideas de JM Keynes, que defendía la idea del
gobierno de poner más dinero en la economía para reducir la depresión. Sus ideas fueron
derrotadas y él renunció.
Francia[editar]
La Tercera República de Francia fue el órgano de gobierno desde 1870 hasta 1940. A pesar
de que fue ampliamente criticada por su inestabilidad política y la corrupción, logró llevar a
Francia a una edad de oro, que se conoció como la belle epoque en París.
Por toda la ciudad surgieron nuevos monumentos y edificios públicos, en especial la Torre
Eiffel, construida para la Exposición Universal de París de 1889. París fue renovada como un
centro artístico con los impresionistas inspirándose en los nuevos paisajes.
Al mismo tiempo, París adquirió una reputación menos amigable como la capital del pecado
de Europa, con cientos de burdeles, teatros de revistas y cabarets, de los cuales el más
famoso fue el Moulin Rouge. La ciudad también creó un sistema de metro, inaugurado en el
año 1900. Lautrec pintura - Moulin Rouge 1891
Mussolini
A principios de 1930, Alemania no estaba lejos de una guerra civil. Tropas paramilitares,
pertenecientes a diferentes partidos, tenían a los votantes intimidados y sembraban la
violencia y el odio en el pueblo que sufría por la desocupación masiva y la pobreza.
Mientras tanto, los elitistas en posiciones de influencia, asustados por el surgimiento de
grupos antigubernamentales se enfrentaron entre sí y exploraron la autoridad de emergencia,
que consistía en la Constitución de Weimar para gobernar de manera no democrática por
decreto presidencial.
Después de una serie de gabineteas sin éxito, el 29 de enero de 1933, el presidente von
Hindenburg, ya con pocas alternativas y empujado por sus asesores eligió a Adolf Hitler como
canciller de Alemania. El 27 de febrero, el Reichstag estaba en llamas. Los derechos básicos
se habían anulado en virtud de un decreto de emergencia. Una ley habilitante dio al gobierno
de Hitler pleno poder legislativo.
Se estableció un estado totalitario centralizado, ya no sobre la base de las leyes democráticas,
una política que Hitler había dibujado en su biografía Mein Kampf. El nuevo régimen convirtió
a Alemania en una nación de unpartido único, por lo que los partidos de oposición fueron
declarados ilegales y reprimidas las ideas diferentes del pueblo. Los instrumentos para ello
fueron las organizaciones SA y las SS, así como la policía de seguridad de nueva creación, la
Gestapo. La industria estaba estrechamente regulada con cuotas y requisitos, para cambiar la
economía a una basada en la producción de guerra.
Proyectos de obras públicas masivas y una extenso déficit del estado, ayudaron a hacer la alta
tasa de desempleo significativamente más baja. Esto y los grandes programas de bienestar
fueron los principales factores que mantuvieron el apoyo de la gente incluso cuando la guerra
ya estaba en marcha. En 1936, las tropas alemanas entraron en la Renania desmilitarizada en
un intento de reconstruir la autoestima nacional.
Envalentonado, Hitler siguió a partir de 1938 una política de expansionismo para establecer la
Gran Alemania, que era una sola nación alemana, empezando por la unificación con Austria
(llamado Anschluss) y la anexión de los Sudetes (integración de las minorías germánicas) en
la montañosa región de Checoslovaquia.
El primer ministro británico se dio cuenta de que su política de apaciguamiento con Alemania
estaba siendo explotada por la misma Alemania. Para evitar una guerra en dos frentes, Hitler
concluyó el Pacto Molotov-Ribbentrop, un tratado de no agresión con la Unión Soviética.
En 1923, un golpe de Estado dirigido por el general Miguel Primo de Rivera, formó un nuevo
gobierno en alianza con el rey Alfonso XIII Borbón. En 1930, la oposición al gobierno de
derecha de Primo de Rivera llevó a su renuncia.
Los españoles querían la democracia y el socialismo, Alfonso fue apeado del gobierno en
1931 y fue proclamada una república. En 1936, el Frente Popular de izquierda fue elegido
para el parlamento y tomó el control del gobierno. Las acciones anticlericales de izquierdistas
y sus ataques directos a las iglesias y monasterios católicos enfureció a los conservadores
españoles.
Los activistas políticos de derecha e izquierda se enfrentaron en las calles. En julio de 1936, la
rebelión estalló en gran parte del ejército. Recibió el apoyo de las fuerzas conservadoras de
todos los matices de la sociedad y comenzó la lucha.
La nación se dividió en dos facciones. Los republicanos o legalistas, que eran: comunistas,
socialistas, anarquistas y liberales, y que recibió algún apoyo internacional, así como una
importante ayuda financiera y militar de Stalin. Los nacionales que eran: monárquicos,
católicos extremistas, terratenientes, el ejército, miembros del Partido Falange y los
tradicionalistas; recibieron una gran ayuda directa de Italia y Alemania.
En 1936, Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos firmaron un pacto de no intervención en
relación con la guerra civil.
En 1937, la ciudad de Guernica, una ciudad civil fue atacada y bombardeada por la aviación
alemana. En 1939 los nacionales tomaron Barcelona y Madrid y el general Francisco Franco
anunció el fin de la guerra civil.
De 1939 a 1975 gobernó en España como dictador el general Francisco Franco, vencedor en
la Guerra Civil.