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Fichaje literario

Título: La increíble y triste historia de la Cándida Eréndira y su


abuela desalmada.

Autor: Gabriel García Márquez

Género literario: narrativo

Subgénero: cuento/ realismo mágico

(…) ”era una sangre oleosa, brillante y verde.”

(…) “hasta su cráneo pelado estaba verde de sangre.”

“Ulises logró otra vez liberar el brazo, abrió un tajo en el vientre,


y una explosión de sangre la empapó de verde hasta los pies.”

(…) “se embadurnaba de aquella materia verde y viva que


parecía fluir de sus dedos.”

“Tan pronto como él los tocó, el vaso y el frasco cambiaron de


color. Luego tocó por simple travesura una jarra de cristal que
estaba en la mesa con otros vasos, y también la jarra se volvió
azul.”

“Estaba la mujer que se había convertido en araña (…)”

Argumento

La abuela, acostumbrada a una vida de lujo y comodidad explota


a su nieta Eréndira, quien desde muy pequeña debe realizar
múltiples labores domésticas. Tras un incendio accidental, la
abuela decide que Eréndira lo va a pagar, y la consagra al
comercio sexual.
En el pueblo donde Eréndira causa gran alboroto, conoce a un
joven, el cual quiere redimirla, pero su saldo no le alcanza.
Luego, conoce a Ulises, hijo de un narcotraficante, a quien ama
pero no tiene el dinero suficiente para pagar por ella. Luego,
Eréndira es capturada y llevada a un convento y para volver a
tenerla, la abuela le “compra” un marido a veinte pesos y se
casan. Eréndira le pregunta a Ulises si sería capaz de matar a la
abuela. Mientras que él responde que haría cualquier cosa por
ella. Prepara un pastel con veneno pero el plan fracasa y Ulises
desaparece. Luego regresa con una nueva estrategia, que
consiste en volar a la abuela con dinamita instalada en su piano.
Pero la explosión no la mata. Finalmente la acuchilla en el pecho.
Del cuerpo de la abuela sale “una sangre oleosa, brillante y
verde, igual que la miel de menta”.
Al verse libre, Eréndira recuerda que la abuela conservaba oro y
se lo lleva. Corre por la orilla del mar, llevando consigo el chaleco
de oro. Ulises la persigue sin éxito.

“Iba corriendo contra el viento, más veloz que un venado”.

Narrador:

 Según el grado de conocimiento: equisciente.

“Nadie conoció los orígenes ni los motivos esa familia” (No es


omnisciente)

“Detrás de la pila de latas y sacos de arroz, Eréndira pagó el viaje


y el transporte de los muebles haciendo amores de a veinte
pesos con el carguero del camión.”
El narrador da cuenta de conocer lo mismo que la protagonista
de la historia.

 Según el grado de participación:

Narrador observador: “Tres días después del encuentro con los


misioneros, la abuela y Eréndira dormían en un pueblo próximo al
convento, cuando unos cuerpos sigilosos, mudos, reptando como
patrullas de asalto, se deslizaron en la tienda de campaña.”

Narrador testigo: “Las conocí por esa época (…) aunque no había
de escudriñar los pormenores de su vida sino muchos años
después (…) y me pareció que era bueno para contarlo.”

“Esa fue la única vez que la vi (…)”

Estructura del texto: Título

Inicio

Desarrollo

Desenlace

Final

Tema: la esclavitud sexual. También se puede considerar como


tema la trata de personas.

Índices:

Eréndira: jovencita: “había cumplido apenas los catorce años, y


era lánguida y de huesos tiernos.”

“Su cuarto también era lujoso (…) y estaba atiborrado de las


muñecas de trapo y los animales de cuerda de su infancia
reciente.”

Mansa: “demasiado mansa para su edad.”


Servicial: “Le desenredó el cabello hebra por hebra, se lo perfumó
y se lo peinó (…)”

“A las doce estaba puliendo las últimas copas de champaña.”

Trabajadora: (casi autómata) “Trabajaba dormida.”

Inocente: “A la primera tentativa del viudo Eréndira gritó algo


inaudible y trató de escapar.”

“Dormía con los ojos abietos.”

Sumisa: “La niña intervino asustada.”

Esclava: “Eréndira, que caminaba al paso del burro agobiada por


el calor y el polvo, no hizo ningún reproche a las cuentas de la
abuela (…)” “Tengo vidrio molido en los huesos—dijo.

--Trata de dormir.

--Sí, abuela.

Cerró los ojos, respiró profundo (…) y siguió caminando dormida.”

Abuela:

Imponente: “parecía una enorme ballena blanca en la alberca de


mármol.”

Supersticiosa: “Anoche soñé que estaba esperando una carta –


dijo la abuela.”

Avara: “La abuela contemplaba con un abatimiento impenetrable


los residuos de su fortuna.”

Cínica: --“Mi pobre niña—suspiró--. No te alcanzará la vida para


pagarme este percance.”
Indiferente: “La abuela, abanicándose en el trono, parecía ajena
a su propia feria.”

Cruel: “(…) se lo impidió la cadena de perro con que la abuela la


había encadenado de un travesaño de la cama (…)”

Alocada:”(…)empezó a arrancarse el cabello con las dos manos,


muerta de risa (…) hasta que la cabeza le quedó como un coco
pelado.”

Ulises:

Inocente: “—Y tú-le dijo la abuela-, ¿dónde dejaste las alas?”

“(…) pero él se quedó trémulo en su sitio (…) Ella conocía ese


miedo.

--¿Es la primera vez?-le preguntó.

Ulises no contestó, pero hizo una sonrisa desolada.”

“(…) la inocencia de Ulises le hubiera cambiado.”

Contrabandista: “(…) lo que llevamos a la frontera es un


contrabando de naranjas.”

Determinado:

“-Te irás-dijo Ulises.”

“-Por ti soy capaz de todo.” (dijo Ulises)

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