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05 Librito-Testimonio PDF
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¿QUÉ es un testimonio?
Hay diferentes tipos de testimonios y todos son válidos e importantes. Sin embargo, en
ONTHEREDBOX, te animamos a contar el testimonio de conversión. Es el momento en
el que pasaste de muerte a vida, de estar lejos de Dios a formar parte de su familia, de
tener una conciencia sucia a tener una conciencia limpia, de ser esclavo del pecado a
ser libre para servir a Dios, y de ser condenado a ser perdonado.
Como el testimonio es una experiencia personal, no hay otro igual, por eso es especial.
Cada historia con Dios es única y maravillosa. Cristo dio su vida por ti, escuchó tu
oración y te salvó, ¡tu testimonio no podría ser más espectacular!
Todos los que nos hemos arrepentido y que seguimos a Jesucristo tenemos un
testimonio. Muchos creyentes piensan que no tienen un testimonio si no han tenido un
pasado horrible y una conversión dramática, pero eso no es verdad. Si te has
arrepentido y le has entregado tu vida a Cristo, tienes una historia que contar.
Para ayudarte a pensar en ese encuentro transformador con Jesús, quisiera hacerte
algunas preguntas. Te invito a que le pidas al Espíritu Santo que te ayude a
contestarlas.
Puede que haya sido un momento puntual en el que Dios te cambió o que haya sido
un proceso. Pero en algún momento, tenemos que tomar una decisión de dejar al
pecado y seguir a Cristo. Y no podemos tener un encuentro con Cristo sin ser
cambiados de alguna forma.
¿Qué ha hecho el Señor contigo? ¿Cómo ha tenido misericordia de ti? ¿De qué te ha
perdonado?
Para personas que siempre han estado en la iglesia y siempre han amado a Dios, a
veces es difícil hablar de un momento en particular en el que experimentaron un
cambio. No obstante, cuando damos la espalda al pecado y depositamos nuestra fe en
Jesús para el perdón de pecados, se produce un cambio en nosotros. El pecado que
antes disfrutamos, ahora nos da asco.
Tu historia es poderosa para dar esperanza a otros acerca de lo que Cristo puede hacer
en sus vidas. Siempre hay alguien que se puede identificar con tu historia. Casi todos
los días lo vemos en el evangelismo. Recuerdo un vez que estaba hablando con un
joven judío, y hablamos un buen rato. Hablamos de Jesucristo, de la cruz y de la
resurrección. Al final le conté mi testimonio, cómo un día clamé a Dios y Cristo me
contestó. Le hablé del increíble cambio que experimenté y de las cosas que Jesús hizo
en mí. El chico se quedó con la boca abierta, no podría creer que era posible que eso
pasara. El testimonio animó a ese judío a buscar a Jesús.
Vemos algo parecido con la mujer samaritana. Dice la Biblia que “muchos de los
samaritanos creyeron en [Jesús] por el testimonio de ella” (Juan 4:39). Una mujer
sencilla contó lo que Jesús había hecho por ella. Estaba en una situación terrible, sin
salida, sin dignidad y Jesús la restauró, la perdonó y le dio vida. En consecuencia, todo
un pueblo vino a Cristo a causa de su testimonio.
Nadie puede negar lo que Cristo hizo en tu vida. La gente puede debatir tus doctrinas
y creencias, pero no pueden negar tu encuentro con Cristo. Cristo marcó tu vida; tú
recuerdas lo que sentiste y lo que viviste.
No tenemos que ser expertos en teología para contar nuestra historia, simplemente
hablamos de lo que pasó. Es parecido a un testigo que se presenta delante de un juez,
nadie le exigiría una justificación de lo que pasó, ni el uso correcto de términos
jurídicos. Sencillamente se espera que cuente fielmente lo que vio y que dé un informe
de los hechos; esa es nuestra tarea.
Aun así, la versión de un testimonio de ONTHEREDBOX dura sólo 2 minutos. Para los
que hablan poco, eso puede parecer toda una eternidad, para otros, es un límite que
permite contar sólo lo esencial. En la calle nadie tiene la obligación de escucharnos,
¿por qué no ir al grano y honrar a la gente que nos regala dos minutos de su vida?
¿Para qué aburrir a la gente si queremos llegar a ellos? Al omitir detalles que no tienen
transcendencia, llegamos a más personas. Los que son curiosos y quieren saber más,
siempre te van a buscar después para hacerte preguntas.
Por lo tanto, céntrate en lo más importante de tu encuentro con Cristo y omite los
detalles que sobran.
ESTRUCTURA
Cuerpo
Queremos evitar hablar del vacío que sentíamos sin hablar de la raíz del problema que
era el pecado que nos separaba de Dios. El vacío o falta de alegría no eran nuestro
problema principal; el problema principal siempre es el PECADO.
Cuando abres tu corazón y confiesas esta parte vergonzosa de tu vida, pasarán varias
cosas. La gente será atraída por tu sinceridad y tu humildad, verán que no les estás
condenando a ellos, y el Espíritu Santo traerá convicción sobre los oyentes, también.
DURANTE el encuentro:
Conclusión
Siempre debemos recordar que estamos en la calle hablando con personas que quizás
nunca hayan entrado en una iglesia evangélica y nunca hayan escuchado el evangelio.
Es fundamental que hablemos de tal forma que nos puedan entender y que
eliminemos toda jerga evangélica. Lamentablemente nos acostumbramos con mucha
facilidad a un lenguaje que sólo los “redimidos” entendemos. Por ejemplo: “hemos
sido lavados con la sangre del Cordero”, “el hombre de Galilea murió en la cruz del
Calvario para salvarnos”, “desde que aceptamos a Jesús, ya no vivimos en pecado”.
La gente en la calle no entiende estas frases, así que es importante explicar las cosas
de una manera sencilla. Usa palabras comunes y transmite el concepto bíblico de tal
forma que un niño te pueda comprender. Si no estás seguro de si se entiende una
frase que estás usando, pregunta a alguien en la calle.
La “FE” que salva no es intelectual, sino del corazón. Muchas personas “creen” en
Dios y en Jesús, pero no son salvos porque no han tomado la decisión de arrepentirse
y entregar sus vidas a Cristo. Esta fe significa rendir el control de tu vida a Cristo; dejar
de confiar en tus propias obras y poner tu confianza en lo que Jesucristo hizo por ti en
la cruz. Por eso podemos hablar de entregar tu vida a Cristo o rendirse a Él.
Hay muchos nombres para Dios en la Biblia. Para evitar confusión, en vez de
mencionar a Dios, el Señor o Jehová, recomendamos hablar de JESUCRISTO o
CRISTO. Dioses puede haber muchos y muchas personas asocian la palabras “dios”
con diferentes ideas. Sin embargo, sólo hay un Jesucristo. La Biblia lo dice claramente:
“No hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser
salvos” (Hechos 4:12). Usemos este nombre que es sobre todo nombre para atribuir a
él la salvación que experimentamos en nuestras vidas.
PRESENTACIÓN
Al subirnos a la caja para dar el testimonio, es oportuno tener en mente los siguientes
consejos prácticos que nos ayuden a conectar con las personas que nos estén
escuchando y transmitir nuestra historia con mayor eficacia y claridad:
1. Proyectar la voz sin gritar. Es desagradable escuchar los gritos de una persona, no
es necesario gritar para que la gente nos escuche. Te recomendamos que uses tu
diafragma en vez de tu garganta para subir el volumen de tu presentación y que
intentes hablar con tonos graves. Si lo encuentras difícil, ¿por qué no bajas el
volumen para sentirte cómodo e invitas a tu público a acercarse para que te oigan
bien? Lo más importante acerca del volumen es que sea agradable para los oyentes
y que conectes con ellos.
2. Usar gestos de una forma natural. Con los nervios, a veces usamos gestos que
distraen del mensaje sin darnos cuenta. Evita meter las manos en los bolsillos,
cruzar los brazos, o señalar con el dedo.
3. Mantener contacto visual con tus oyentes. Las personas que te escuchan quieren
ver tus ojos. Evita cerrarlos, mirar hacia un lado o mirar al suelo. Somos conscientes
de que te puede intimidar mirar a los ojos del público, si ese es tu caso, mira por
encima de sus cabezas, para ti será más agradable y tus oyentes pensarán que les
estás mirando directamente.
6. Calmar los nervios. Lo más probable es que siempre estés nervioso antes de dar tu
testimonio en público, es lo normal. Te recomendamos que:
a. ORES. Confía en que Dios va a tomar tu testimonio y usarlo para penetrar el
corazón de los que te escuchan.
Así que toma tiempo para preparar tu testimonio, busca oportunidades para
compartirlo con otros y ¡Dios te usará para bendecir muchas vidas!