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Ambos versículos nos hablan de que debe haber una corrección, o una
exhortación, (Exhortar: Incitar [una persona con autoridad o derecho] a otra a
hacer una cosa o a actuar de cierta forma, mediante razones o ruegos.)
Aquí quiero hacer un paréntesis, y quiero preguntar, ¿será que estos proverbios,
solo se pueden aplicar a los hijos, o también pueden ser aplicados a nuestros
hermanos en Cristo? Claramente el concepto de los dos proverbios se puede
aplicar no solo a nuestros hijos, sino a nuestros hermanos en Cristo, a nuestros
discípulos, a nuestros hijos espirituales, a cualquier persona que deseamos
encaminar en los caminos de Jesús.
Es necesario que a la hora de exhortar a nuestros hijos tengamos un
temperamento calmado, y un actuar razonable. Es normal que los errores de
nuestros hijos nos causen enojo, por eso es necesario que antes de exhortar a
esa persona nos deshagamos de ese enojo, pues como dice el proverbio, no se
apresure tu arma en destruir a tu hijo; pues en un estado de enojo no medimos
nuestras palabras.
EFESIOS 6
2 honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con
promesa;
3 para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.
4 y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en
disciplina y amonestación del Señor
Hemos escuchado miles de veces los dos versículos, honra a padre y madre,
para que te vaya bien, y viva mucho; pero al parecer se olvidan del cuarto
versículo del sexto capitulo de Efesios.
Normalmente muchos padres hemos usado esos dos versículos, con el fin de
casi manipular a los hijos para que hagan lo que queremos, sin importar de como
se sienta. Lo mismo pasa con nuestros hermanos y discípulos, intentamos
edificarlos de una manera forzada, que los terminamos asfixiando, porque nos
sentimos con el derecho/autoridad o porque tenemos la razón; pero aun teniendo
la razón, dice 1 Corintios 16:14 “Todas vuestras cosas sean hechas con
amor”. Pues de nada nos sirve tener conocimiento y enseñarlo a la fuerza.
Debemos tener en mente que la persona a la que vamos a exhortar no nos vea
como un enemigo, o como una persona que solo habla mal de ella, es necesario
llegar a tener una relación ligera con las personas, en la cual conozcamos a la
persona, su personalidad, como podemos acercarnos a esa persona, como
podemos hablarle a esa persona.