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U.N.E.F.A.
NUCLEO – VARGAS
CINU
EL SAPITO LIPÓN
Integrante:
El sapito lipón
Cuenta en un lugar de una carretera lejana parecida a la del camino a Quiroz, el relato de
Furrumeo, ese humilde servidor:
En una noche en que todo parecía que no existía Dios, relámpagos, rayos y truenos, azotaban
la región. No vean ustedes el ventarrón que jugaba conmigo como si fuese un perol. Me
dirigía rumbo a la casa de mi querida Gumersinda, quien era la dueña de mi amor.
Apareció entonces frente a mí un aparato, era un plato grande, era un plato que volaba, o
sea, un platillo volador. Viendo aquel escenario, hice lo que cualquier varón, avancé hacia el
aparato resuelto a echarle pichón.
Del plato bajo un enano, ¡que enano tan ojón! el bicho era feo, chiquito y barrigón, era un
enano verde como el famoso sapito lipón.
Cuando el mentado enano se acercaba, vi que en su mano tenía un machetón, era un aparato
largo con luces de neón, antes que el enano me hiciera algo de lo que no tuviera salvación,
lo agarré por el cuello y de una, le eché un tirón. Eso fue una pelea de perro contra león,
algunas veces él era el perro, en otras, el perro era yo.
Afortunadamente le aplique una llave que me aprendí por televisión, de un tal agente 07,
ese que mientan James Bond. Lo cierto es que al enano casi lo abrí como un portón, dejándolo
sembrado en el piso como si fuera una flor. No se crean, si vieran como quede yo, hasta la
cédula tenia moretón.
Cuando por fin logré agarrar aliento y sacudirme un poco el raspón, cuán grande fue mi
sorpresa, que del plato volador se bajaban dos enanitos igualitos al anterior.
¡Sape! grite corriendo, rumbo a mi chatarra con motor y los condenados me perseguían; te
aseguro que con mala intención, pero en ese embrollo no me vuelvo a meter yo.
Así fue como pasaron las cosas, si quieren créanlo o no, me aleje de aquellos paramos y nunca
más conté sobre el sapito lipón.
Adaptación del guion
Guion