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Plantearse las dimensiones de las historias de vida, de las diversas formas de la historia
oral y las fuentes documentales que las acompañan, implica tener en cuenta las
dimensiones del trabajo de investigación, el contexto histórico concreto, y las formas de
discurso que son vigentes en éste. Exige analizar las modalidades de la comunicación en
la sociedad de masas, para poder situar en ellos lo particular de la transmisión oral.
Además, promueve una reflexión sobre la intervención sociológica en su totalidad.
Las historias de vida están formadas por relatos que se producen con la intención de
elaborar y transmitir una memoria, personal o colectiva, que hace referencia a las formas
de vida de una comunidad en un período histórico determinado. Surgen a petición de un
investigador. Esto las diferencia de otros materiales o repertorios como por ejemplo las
autobiografías, tradiciones orales, entre otros, que se difunden en el interior de un grupo,
o en el espacio de una subcultura. Las historias de vida no existen antes que el proceso
de investigación, sino que se producen en él, aunque las formas del contexto oral
(historia oral) vengan refiriendo aspectos y relatos que luego se articulan en las historias
que recogemos. Se van haciendo a medida que la investigación avanza, según sus
objetivos, hallazgos y límites. Los referentes no son precisos, pero tampoco significa que
sean falsos. Están dirigidas a orientar la vida y acción de quienes las narran.
Denzin propone distinguir entre life story (relato de vida) y life history (historia de
vida). El primero se refiere a la historia de una vida tal como la cuenta la persona
que la ha vivido, el segundo a los estudios de casos sobre una persona dada, que
comprenden no solo su propio, relato si no otros tipos de documentos
La historia oral tiene que abordar el acontecimiento social no cosificándolo, sino tratando
de abrirlo a sus planos discursivos. El valor subjetivo de los relatos es precisamente el
valor más original, el fenómeno social que la historia de vida permite que exista y circule,
por entre los sentidos de una colectividad y una época. La vía de la subjetividad es la que
permite reconstruir el alcance objetivo de una conciencia de grupo y de época. “Se trata
de un tipo de investigación que se nutre de la reflexión individual sobre eventos
específicos de la historia de una sociedad analizando sus múltiples causas,
consecuencias y efectos sobre la vida individual/familiar de los participantes y de
otros actores sociales” (Mallimaci y Giménez Beliveau: 2006)
“La historia oral es una estrategia de investigación social contemporánea utilizada
en especial, pero no exclusivamente, por la historia. Y su propósito es la
comprensión de procesos y situaciones sociales a partir de la creación de fuentes
testimoniales.” Galeano Marín, E (2004)
Las historias de vida tienen un alcance ético y político ya que apuestan por la capacidad
de recuperar la memoria y de narrarla desde los propios actores sociales. Esta capacidad
atribuida a las fuentes orales acompaña la intención de capturar los sentidos de la vida
social que no son fácilmente detectables desde los limitados filtros del investigador. La
historia oral se atreve a recoger los relatos de la gente tal y como estos surgen.
Cuando uno trabaja con alguien para que cuente episodios de su vida, corre el riesgo de
que lo que uno ya sabe (etapa histórica en la que se encuentra esa persona o grupo)
adquiere para aquella o aquel otro sentido. Tiene que ver con los relatos y la cultura
propia.
Las historias de vida son los escenarios de los discursos particulares que surgen a pesar
de los discursos de los medios de comunicación o de formación de masas. Porque los
discursos, las historias particulares, son historias de experiencias, de saberes prácticos
que los medios de comunicación de masas no hacen circular salvo convertidas en
espectáculo-mercancía. Las historias de vida por el mismo contexto en el que surgen no
son estrictamente individuales. La aplicación de la historia de vida requiere la atención al
contexto concreto: cómo son las formas de intercambio y circulación de la memoria y de
las experiencias en el interior de la cultura mediática, del espectáculo o de la dominación.
Por eso cada trabajo concreto de historia oral implica considerar la forma concreta de la
tensión entre las historias particulares y la Historia entendida de forma universal.
Esta atención al contexto, nos sitúa ante el modo de tratar las historias de vida sabiendo
todo lo que ella implica. No hay que olvidarnos su contexto de época ni que se trata de
elementos de producción de sentido que tienen una dimensión inmediatamente social.
1. Antropologismo conservacionista: principios de siglo XX hasta los años ’30. Acá las
historias de vida están dirigidas por la práctica antropológica. Se trata de rescatar y
poner en circulación, en la sociedad que se va industrializando, otras formas de vida. La
tarea en esta etapa se basa fundamentalmente en el estudio de casos. La biografía de
cada individuo se entiende desde la perspectiva psicológica. La tarea tiene como objetivo
fundamental las biografías de sujetos destacados de las sociedades preindustriales, que
coexisten con el desarrollo de la industrialización, y con vidas que se construyen en el
ámbito comunitario. Objeto propio de las historias de vida: los cambios en los procesos
de identidad entre lo comunitario y lo societario. Las transformaciones no sólo
estructurales, sino biográficas son producidas por los flujos migratorios inter e
intranacionales. Las migraciones no sólo harán cambiar las estructuras, los lugares de
producción, sino también las formas de identidad. Esta combina relatos y documentos,
para recoger formas de identidades cambiantes determinadas por la migración y la
complejificación de la sociedad, lleva a plantear dos sentidos del término historia oral: la
historia oral incluye no solamente el discurso hablado de la gente, sino cartas,
documentos en el sentido más amplio, indicios, materiales que transmiten información de
cómo ese grupo elabora su historia; mientras que el relato oral supone la narración, el
proceso mismo de la identidad contada.
a. visión positivista documental: conservación de las historias, las cuales se toman como
indicio de un momento, de un sistema o de una formación social. Se toman como
documento positivo. Predomina el valor literal, incluso la fetichización del documento
frente a la reconstrucción del proceso de producción de ese documento. Se abstrae la
enunciación.
La historia de vida ocupa un lugar central dentro de las prácticas de la historia oral.
Forman parte de esta última: canciones, refranes, leyendas, ritos, etc., que organizan la
vida de las diferentes comunidades.