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GLOSA A LA SOLEÁ

Autor: Rafael de León

¿Te acuerdas de aquella copla menos faltarle a mi mare.


que escuchamos aquel día Porque esa mimbre de luto
sin saber quién la cantaba que no levanta su voz.
ni de qué rincón salía? que, en seis años, no ha tenío
Pero qué estilo, qué duende, contigo ni un sí ni un no;
qué sentimiento y qué voz; que anda como una pavesa,
creo que se nos saltaron que no gime ni suspira,
las lágrimas a los dos. que se le llenan los ojos
"Toíto te lo consiento de gloria cuando nos mira;
menos faltarle a mi mare que me crió con su sangre;
que a una mare no se encuentra que me llevaba la mano
y a ti te encontré en la calle". para que me santiguara
como todo fiel cristiano
No vayas a figurarte y en las candelas del hijo
que esto va con intensión. consumió su juventú
Tú sabes que por ti tengo cuando era cuarenta veses
clavao en mi corazón mucho más guapa que tú.
el queré más puro y firme Tienes que hacerte a la cuenta
que ningún hombre sintiera que la has visto en los altares
por la que Dios uno y trino y jincarte de rodillas
le entregó de compañera. antes de hablarle a mi mare;
Pero es bonita la copla porque el amor que te tengo
y entra bien por soleares: se lo debes a su amor,
"Toíto te lo consiento que yo me casé contigo
menos faltare a mi mare..." porque ella me lo mandó.
Y me enterao casualmente Conque a ver si tu consiensia
de que le fartaste ayé se aprende esta copla mía
y nadie me lo ha contao, mu semejante a aquer cante
nadie, pero yo lo sé. que escuchamos aquer día
Yo tengo entre dos amores sin saber quién lo cantaba
mi corazón repartío ni de qué rincón salía.
si le encuentro a uno llorando
es que el otro le ha ofendío; "A la mare de mi arma
y mira, nunca me quejo la quiero desde la cuna;
de tus caprichos constantes. por Dios, no me la avasalles
¡Quiero un vestío! ¡catorse! que mare no hay más que una
¡quiero un reló! ¡de brillantes! y a ti te encontré en la calle".
Ni me importa que la gente
vaya de mí murmurando
que soy pa ti un muñeco,
que si me has quitao el mando
que en la diestra y la siniestra
tienes un par de agujeros
por donde se va a los baños
el río de mis dineros.
¡Y a mí qué! Con tal que nunca
De mi lao te desepares
toíto te lo consiento

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