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CANGUILHEM La Devadencia de La Idea de - Progreso PDF
CANGUILHEM La Devadencia de La Idea de - Progreso PDF
«Si existe algo más conmovedor que un cursos sobre la historia universal, preten-
cuerpo agonizante por falta de pan es un día reescribir el Discurso de Bossuet. «El
alma que muere por hambre de ilustración. género humano, considerado desde su ori-
En conjunto, el progreso se encamina hacia gen, aparece a los ojos del filósofo como un
su culminación. Cualquier día quedaremos todo inmenso que tiene él mismo, como
pasmados... Nos equivocaríamos si dudára- cada individuo, su infancia y sus progresos
mos de esa bendita solución... Nosotros, los [...]; la masa total del género humano [...]
que tenemos fe, ¿qué podemos temer? siempre avanza, aunque a pasos lentos,
Existen tantos reflujos de ideas como reflu- hacia la perfección más extraordinaria».
jos fluviales... ¡y uno puede esperar cual- Fundamentar el progreso en la perfectibili-
quier cosa de este misterioso poder del pro- dad indefinida del género humano, ¿no es
greso que, un buen día, hace confrontar también profetizar? Incluso Kant así lo
Oriente y Occidente en el fondo de un sar- admite. En la segunda sección del Conflicto
cófago y hace dialogar a los imanes con de las Facultades (1798), ante la cuestión
Bonaparte en el interior de la gran pirámi- «¿El género humano está en constante pro-
de!»1. Victor Hugo, en 1862, puso al servi- greso hacia lo mejor?», esboza en el párra-
cio de una idea laica un vocabulario reli- fo VII, una «Historia profética de la huma-
gioso. En lo que los filósofos del siglo nidad». Pero esta profecía se fortalece con
XVIII consideraban una ley de la historia una experiencia reciente de carácter colec-
de la humanidad, él leyó una profecía. tivo: el surgimiento del «interés universal»
¿Podemos decir que se trata de un cambio en los ideales progresivos de la Revolución
de sentido y de energía? De hecho, cuando Francesa. En esto se manifiesta (öffentlich
se le reconoce a Turgot la primacía de verrät) una disposición moral, causa per-
haber presentado, en 1750, en forma de manente de progreso, que ya no conocerá
Cuadro filosófico, los progresos del espíri- ninguna regresión total (nicht mehr gänz-
tu humano –ya célebres en Pascal, Bacon, lich rückgängig)2. Y si no se juzga la con-
Fontenelle–, se ignora o se olvida que
Turgot dio este Discurso en calidad de 2 En uno de sus cursos en 1983, Michel Foucault,
maestro elegido por la Sorbona y que con interpretando el texto de Kant, Was ist Aufklärung?, se
su proyecto, ofrecido en el Plan de dos dis- apoyó en este pasaje del Conflicto de las Facultades
para demostrar que Kant dio menos importancia a la
Revolución en sí misma que a la disposición moral
1 Les Miserables, 4 parte, libro 7, capítulo 4: las virtual revelada por el entusiasmo general por la Re-
dos obligaciones son: vigilar y esperar. Será menos volución. Este curso de Foucault fue publicado en el
extraño ver citado a Victor Hugo a propósito de una Magazine littéraire, n.º 207, mayo, 1984. Nietzsche,
cuestión filosófica si nos referimos a Charles por el contrario, vio en el mismo argumento de Kant
Renouvier, Victor Hugo el filósofo (1900) y Victor un cierto índice de su tontería: «Kant wurde Idiot!».
Hugo el poeta (1893), capítulo XIV. Las mismas cua- En un pasaje anterior, escribió que «el progreso no es
lidades han sido reconocidas recientemente a Hugo más que una idea moderna, es decir, una idea falsa»,
por Jean Maurel, Victor Hugo philosophe, París, El Anticristo 11 y 4; trad. Henri Albert, pp. 254-245,
P.U.F., 1985. del Crépuscule des Idoles, París, Mercure de France.
Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq., 1999, vol. XIX, n.º 72, pp. 669-683.
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ocupe el mismo lugar en el sistema del uni- vescencia intelectual–, cuáles son los ele-
verso y mientras las leyes generales de este mentos y los argumentos de la perfectibi-
sistema no produzcan sobre este globo ni lidad indefinida del hombre, se percibe
un trastorno general ni otros cambios que bien su localización y su fecha. Bien se
ya no permitiesen a la especie humana con- trate de la formación de ideas y de reglas
servarse ni desplegar las mismas faculta- de la razón, bien del estado infantil de la
des...». Así pues, son los Principia de New- inteligencia y de la pedagogía, de la
ton los que, antes de la Exposition de estructura de las ciencias y de su historia,
Laplace, aparecen como garantía de la de la aplicación de las ciencias, de las
autenticidad del Bosquejo. Quizá no se matemáticas en particular, a la práctica de
haya subrayado suficientemente que la las artes incluyendo la medicina y la polí-
astronomía sirvió a la causa del progreso en tica, de la producción de bienes de consu-
el siglo XVIII, y menos por su historia que mo, de los derechos y libertades de los
por su contenido reciente. Puesto que la ciudadanos, se plantea una misma cues-
cosmología newtoniana le parecía definiti- tión. ¿No es una forma histórica de cultu-
va, Condorcet la confió la misión de garan- ra la que se ha reflejado, como en un espe-
tizar la perfectibilidad indefinida del hom- jo, con sus propias luces, donde se ha con-
bre. Y el día en que Augusto Comte, reco- templado ella misma, con su lugar y con
nociendo en Condorcet a su genial precur- su rango en los Cuadros históricos, y que
sor, demuestre que el progreso no es más ha creído descubrir en esa reproducción
que el desarrollo del orden, estará el deve- no una finalización sino una búsqueda
nir histórico a su vez subordinado a la esta- ordenada como los movimientos de los
bilidad cósmica5. astros? Si esto es así, la asimilación de la
Esta preocupación por mantener la con- idea de progreso al principio de conserva-
fianza en el progreso gracias a una certi- ción permitiría explicar la decadencia de
dumbre extraída de las leyes de la astrono- otra forma que por un retroceso imprevis-
mía, ¿no nos autoriza a asimilar la idea del to debido a la irracionalidad.
progreso en el siglo XVIII a un principio de Antes que el principio formulado por
conservación análogo a los que enunciaron Carnot-Clausius hubiese identificado el
los eruditos de los siglos XVII y XVIII, cambio en un sistema cerrado con una
principio de conservación de la natural per- degradación energética, antes que los filó-
fectibilidad del hombre? sofos y literatos hubiesen anexionado, con
De hecho, examinando únicamente en miras a un triste vaticinio, los conceptos
Condorcet –al término de un siglo de efer- fundamentales de la termodinámica a una
decepción escandalosa en el orden político
y social, las esperanzas generales reunidas
5 «[...] la concepción científica del desarrollo
social, considerado en conjunto por su duración, era de la creencia en el progreso, encontraron
esencialmente imposible mientras que la estabilidad sus causas y sus razones en una nueva con-
fundamental de nuestra constitución astronómica [...] figuración sociotécnica y cultural. La nove-
no fuese convenientemente demostrada tras la aplica- dad consistía en una invención de alcance
ción general de la ley de la gravedad, ya que la conti-
nuidad de esta evolución exige primeramente, con
irreductible a la de un mero desarrollo: la
algunos límites, una cierta estabilidad». Cours de phi- máquina de vapor de Watt, destronada a
losophie positive, lección 49. principios del siglo XIX por la máquina de
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y como esperanzas para el futuro, han sido vida de un animal»11. Por el contrario, en la
o no ratificados tras el avance en el tiempo, Enciclopedia el niño tiene el poder de
a partir del momento de su formulación. alcanzar hacia los ocho años la edad de la
En lo que atañe a un cambio cualitativo razón. Según ese modelo, el progreso es el
de la condición humana, a la vez en el espa- rechazo de las travesuras de la especie, de
cio de subsistencia de los grupos sociales y los prejuicios, del reconocimiento de los
en el tiempo de la creación de sus regíme- errores. Contra la voluntad de Rousseau y
nes, el examen debe concernir al origen, a su Emilio, el niño no se remite al adulto
la ley de sucesión de estados, a los instru- sino para ser elevado por la educación de
mentos y procedimientos de difusión, a la su estado inicial de incorrección. Inco-
trayectoria y la dirección del movimiento, a rrecto no significa incorregible. Puede ser
los obstáculos y los riesgos. encauzado por sus contactos con las cosas
y con los adultos, y por lo tanto ser capaz,
bajo los efectos acumulados de sus relacio-
1. El origen nes, de un perfeccionamiento indefinido.
Esta imagen del progreso de la especie
En la teoría del progreso según Turgot y humana, extraída de teorías seculares sobre
Condorcet, y tal como August Comte la sis- el acceso del niño a la responsabilidad
tematizó formulando las tres leyes de los razonada, se fortaleció en el siglo XIX
tres estadios9, los términos de progreso, de dado el interés concedido a cuestiones de la
perfeccionamiento, de desarrollo son inter- evolución biológica. Se ha podido conce-
cambiables. Pero es el término desarrollo bir, y Haeckel, entre otros, no se ha privado
el que impone su significación fundamen- de ello, que el desarrollo psíquico del niño
tal: manifestación sucesiva de potencialida- era la recapitulación de la evolución filoge-
des contenidas en el germen de un organis- nética anterior y en consecuencia la repro-
mo. Por este hecho, el origen no es, no ducción de un progreso. Pero inversamente
puede ser, objeto de experiencia. Pero sí se ha podido mantener, en la misma época,
puede ser, y es, concebido sobre un mode- que la prolongación del estado biológico de
lo infantil. El progreso es el paso de la la infancia, característico de la especie
infancia a la edad adulta, de la debilidad y humana, desempeñaba un papel positivo en
de la ignorancia a la madurez y al saber. su evolución. «Es la infancia la que hace
Pascal decía de los niños que su crecimien- del hombre lo que es» dijo John Fiske12. El
to en edad no abolía su debilidad inicial10. psicoanálisis ha aportado un refuerzo ines-
Bossuet, desde la cima de su serenidad perado a esta proposición. La figura del
dogmática, escribió que «la infancia es la adulto ya no es considerada como la ima-
gen impulsora del desarrollo infantil. Todo
9 Système de politique positive, París, Crès, t. III, lo contrario, es para el niño, en situación de
p. 63-73. La sucesión de los tres estados: teológico,
metafísico, positivo, se descompone en tres leyes de 11 Citado por D. Teysseire, Pédiatrie des
sucesión: para la inteligencia, ficción, abstracción, Lumières, París, Vrin, 1982, pp. 25 y 28.
demostración; para la acción, conquista (militar), 12 The meaning of infancy, 1871. Cf. Canguilhem,
defensa (feudal), trabajo (industrial); para el senti- Lapassade, Piquemal, Ulmann, Du développement à
miento, cívico, colectivo, universal. l’evolution au XIX siècle, en Thalès, 1962, París, reed.
10 Pensées, ed. L. Brunschvicg, sección II, n.º 88. P.U.F., 1985, pp. 44-51.
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dependencia inicial, la causa de los conflic- los avances de las ciencias matemáticas y
tos interiorizados en complejos que persis- astronómicas; Montucla, Bailly, Bossut,
ten en el inconsciente. El adulto ha apren- Saverien, tienen en común su certidumbre
dido que su infancia no puede ser definiti- en la continuidad rectilínea de las adquisi-
vamente abolida, y el acopio de teorías ciones del saber. Incluso la constatación de
pedagógicas no normativas, no represivas, dos tipos de lo que hoy llamamos normali-
a menudo lo han hecho receptivos a la idea dad científica o paradigma, en matemáticas
de que el polimorfismo de las posibilidades (Descartes-Newton, Leibniz), en mecánica
del niño son una reserva de valores. El sen- (Descartes-Leibniz), en cosmología (Des-
tido del progreso se ha invertido. En el ori- cartes-Newton), no consigue debilitar la
gen, en la aurora se encuentra si no la per- confianza en la identidad de la razón consi-
fección, al menos la riqueza. go misma.
Así pues es normal que una nueva repre- En la Alemania de la misma época se
sentación de la infancia suscite un nuevo escribe la historia de la filosofía como una
modelo del origen. Incluso si no la ha ins- historia del progreso. Lucien Braun, en su
pirado directamente, permite comprender importante estudio de este período15, ha
que Vladimir Jankélévitch haya podido asi- insistido en la importancia que los autores
milar progreso a decadencia. Devuelto a su alemanes han atribuido a descomponer el
estado originario, la separación progresiva concepto de progreso en los de objetivo,
resulta ser decadencia y la prueba de ello es lugar, sujeto. La ironía de esta historia está
que engendra, a la larga, nostalgia por el en lo que Kant ha confirmado con respecto
origen perdido y deseo de regeneración por a la ciencia, como se aprecia en el prefacio
medio de la ingenuidad. «La degeneración de la segunda edición de la Crítica de la
es una enfermedad del progreso»13. razón pura, la concepción del progreso
lineal acumulativo elaborado por la
Aufklärung europea, mientras que su revo-
2. La ley de sucesión de estados lución llamada copernicana en filosofía, su
filosofía crítica, iba a provocar una crisis en
En general se admite que cierta concep- la problemática de la historia de la filoso-
ción de la historia de las ciencias en el siglo fía16. El progreso de la razón en la historia
XVIII sostiene la teoría del progreso, desde debía convertirse, en adelante y para siem-
Turgot hasta August Comte. Condorcet pre, en la razón transparente para ella
defiende la utilidad de la historia de las misma, idéntica a sí misma.
ciencias «ante todo en aras de que se Pero resulta todavía más irónico que la
conozca mejor la evolución del espíritu historia de la ciencia fuese a destruir la
humano»14. Según Condorcet, como según imagen lineal del progreso científico
Fontenelle, todos los demás progresos, téc- mediante el replanteamiento de esa propie-
nico, político, moral, están supeditados a dad postulada para la línea recta de no
admitir más que una paralela trazada por
13 L’austérité et la vie morale, París, Flammarion,
1956, p. 40. Cf. pp. 39-49.
14 Éloge des Académiciens de l’Académie Royale 15 Histoire de l’histoire de la philosophie, París,
des Sciences morts depuis 1666 jusqu’en 1699. París, Ophrys, 1973.
1773, p. 9. 16 Ibid., pp. 205-224.
La decadencia de la idea de progreso 675 (111)
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cualquier punto fuera de ella. Dado que las vida agrícola, y la invención de la escritura
simulaciones de revolución en geometría alfabética. Son dos condiciones del progre-
euclidiana, ensayadas por Saccheri y so acumulativo. Sin la primera, no existe
Lambert, han sido ignoradas por sus con- sociedad estabilizada y organizada; por lo
temporáneos matemáticos, los filósofos del tanto no tiene cabida la exigencia perma-
siglo XVIII desconocían la idea, hoy banal, nente de comunicación. Sin la segunda,
de la fecundidad teórica del No. Todavía carecería de medios. Sin comunicación no
más que la geometría no euclidiana, la habría capitalización alguna de la experien-
mecánica no newtoniana ha contribuido a cia ni enriquecimiento del saber.
introducir en la historia de las ciencias la Es en la séptima y en la octava épocas
idea de rectificación dialéctica. El progreso donde Condorcet sitúa dos progresos técni-
continuo es un concepto de epistemología cos de efectos inmediatamente políticos: la
conservadora. Quien anuncia el progreso artillería y la imprenta. Aquí no es más que
hace del hoy un mañana. Ahora bien, sola- el imitador de Bacon quien, mencionando
mente es mañana cuando podremos hablar también la brújula magnética, calificó esas
del día anterior. En cuanto a la crisis de las invenciones como recientes y de origen
nociones fundamentales de la geometría y oscuro18.
del análisis, a principios del siglo XIX, y la Fácilmente comprendemos que en el
utilización de los números complejos y de Siglo de las Luces la invención y la exten-
las series infinitas, Jean Cavaillès escribió, sión de la imprenta, la multiplicación de los
«los resultados obtenidos gracias a los nue- libros y la aparición de los periódicos
vos instrumentos son los que llevan a trans- hayan sido considerados como promotores,
formar todo el sistema matemático: mode- a pesar del obstáculo de la censura, de la
los no euclidianos y geometría proyectiva difusión de la cultura, de la información
construidos con la ayuda de los números pública, del ejercicio de la razón. Era
complejos, teorías de las funciones arbitra- inconcebible en aquella época que en algún
rias representadas por series trigonométri- momento se acabase cuestionando la in-
cas..., las matemáticas reales iniciales no vención del alfabeto y de los caracteres
son más que un caso particular, situado en tipográficos como poder de emancipación
el seno de las nuevas matemáticas y expli- cultural. Sin embargo es eso lo que ha sus-
cado por ellas mismas»17. citado la invención y la difusión de los
mass media modernos, radio y televisión.
Al igual que Rousseau en el Ensayo sobre
3. Instrumentos y procedimientos el origen de las lenguas, denunciaba en la
de difusión escritura un instrumento de separación
Habiendo dividido su recorrido histórico 18 Novum Organum, libro I, prop. 129. El más
en épocas, Condorcet sitúa en la tercera dos reciente comentarista del origen de esas invenciones
hechos de gran alcance histórico: el apego en la civilización china, Joseph Needham, atrae la
del hombre a la tierra en el mundo de la atención sobre el hecho que siendo revolucionarias en
Europa, de ninguna manera han alterado la estructura
«feudal burocrática» de la sociedad china: «Science et
17 Méthode axiomatique et formalisme, París, Société à l’Est et à l’Ouest», en La Science chinoise et
Hermann, 1938, pp. 45-46. l’Occident, París, Le Seuil, 1973.
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ha asestado los golpes más duros, particu- oponerse a los progresos que lo han hecho
larmente en La voluntad del poder: «El posible? Condorcet considera que el desfa-
siglo XIX no ha hecho más progresos que se entre el crecimiento demográfico y el
el siglo XVI; y el espíritu alemán de 1888 aumento de medios de subsistencia podría
está en regresión sobre el espíritu alemán atenuarse por los progresos de la razón en
de 1788 [...], la humanidad no avanza, ni lo que concierne a la procreación, digamos
siquiera existe ya... El hombre no ha hecho más bien por la regulación de nacimien-
progresos con respecto al animal; el hom- tos31. Inversamente, el arte de prolongar la
bre civilizado débil es un aborto al lado del vida humana atañe a la medicina.
árabe o del corso; el chino es un tipo más En resumen, la filosofía del siglo XVIII
logrado, es decir, más duradero que el euro- no ignora el problema de la escasez de
peo»29. Es por lo que Bernard Pautrat pre- recursos con respecto a la cantidad de obje-
cisamente pudo calificar de «retorno al tos necesarios, ve la solución en el control
Este» al pensamiento del eterno retorno de la cuantía de vida humana, en el arte de
que obsesiona a Zaratustra30. Dando a la convertir los elementos en sustancias ade-
obra que publicó hacia el fin de la primera cuadas a nuestro uso. Condorcet es cons-
guerra mundial el título El ocaso de ciente, como tantos otros economistas de
Occidente, Oswald Spengler pudo creer su siglo, de los problemas de subsistencia
que acababa de desacreditar la imagen de planteados por la transformación de las
un progreso de las luces que los filósofos sociedades agrícolas en sociedades indus-
del XVIII habían fortalecido con un présta- triales. Pero, en su época, nadie podría ima-
mo de la historia de la astronomía. ginar lo que la gran industria iba a consu-
mir en materias primas minerales. Ya
hemos hecho referencia a las inquietudes
5. Los obstáculos y los riesgos de Renan y de Cournot. La pregunta se ha
hecho popular rápidamente. Pécuchet, que
La esperanza de una búsqueda del pro- ve el futuro de la humanidad muy oscuro,
greso en el futuro se ve acompañada, en anuncia «el fin del mundo por falta de
Condorcet, por una inquieta interrogación. calor». A lo que Bouvard, que ve la huma-
Si los progresos de los conocimientos, de nidad con optimismo, replica: «Volaremos
las artes, de la industria conllevan, como hacia los astros, y cuando la Tierra esté des-
podríamos esperar, progresos del bienestar, gastada, la humanidad se mudará a las
¿el aumento del número de seres humanos estrellas». Así es como Gustave Flaubert
no vendrá, en cambio, a limitar e incluso a
31 Renan fue más audaz que Condorcet en cuanto
charla que la solemnidad alemana de los Hegel y de a la anticipación: «La generación y la educación del
otros no haya sido más profunda que verdadera!», hombre se han hecho hasta aquí casi por casualidad,
carta del 27 de septiembre de 1853 a M. X... en Lettres ninguna ciencia ha penetrado [...]. ¿Qué pasará sobre
choisies et annotées por Daniel Halévy y Louis todo cuando el hombre esté en posesión de la ley que
Guilloux, París, Grasset, 1929. determine el sexo del embrión y pueda aplicarlo a su
29 Op. cit., trad. G. Bianquis, París, Gallimard, voluntad? Ahora bien, este descubrimiento es de los
1937, II, p. 22. que se puede considerar como susceptibles de ser rea-
30 Versions du soleil. Figures et système de lizados en un futuro próximo». Dialogues philosophi-
Niestzsche, París, Le Seuil, 1971, p. 329 ss. ques, cf. nota 7a, pp. 85-86.
La decadencia de la idea de progreso 679 (115)
SALUD MENTAL Y CULTURA
presenta, hacia 1875, el reparto del siglo singular, es un sistema inestable cuya evo-
XIX entre las dudas y las esperanzas32. lución conduce necesariamente a una
estructura más estable, es decir, más proba-
* * * ble. Igualmente, un mensaje significativo
Algunos meses antes de su muerte, es portador de una información que puede
Georges Dumézil confesó: «Hubiera queri- disminuir en el transcurso de una comuni-
do ser un hombre del siglo XVIII, pero dis- cación sin poder acrecer nunca. En el siglo
poniendo además de ese sentimiento de lo XVIII, no pudieron hacerse a la idea de que
efímero, de lo inaccesible, del que aquellos la transmisión del saber conlleva, por el
hombres carecieron. Me hubiera gustado solo hecho de su transmisión, un riesgo que
ser un D’Alembert o un Montesquieu que la metáfora de la iluminación no estaba
hubiera leído a Darwin y a Bopp»33. Dar- preparada para comprender: el de la altera-
win, es decir, el hombre que introdujo actor ción. Para la Ilustración no existe el
vivo de la historia humana en la historia de «ruido».
la Vida. Bopp, es decir, el hombre que hizo La cuestión física propia en el siglo
del Lenguaje un objeto del saber y no su XIX, la equivalencia cuantitativa pero no
instrumento, quien lo descubrió como cualitativa del trabajo mecánico y del calor,
depositario de las tradiciones y memoria de se encuentra en cierta manera imitada por
las formas de vida colectiva. Es cierto que un problema de economía política y de jus-
antaño los teóricos del Progreso pensaron ticia social: la no equivalencia de la canti-
el futuro histórico con un cierto aire de dad de trabajo útil y de su remuneración en
inmovilidad, reconstituyendo, con medios valor económico en la sociedad capitalista.
en sí mismos extraños a cualquier historici- El socialismo de pretensiones científicas se
dad, la superación de los orígenes y el flo- asigna como tarea la solución de este pro-
recimiento de sus posibilidades. Esta idea blema. Es entonces cuando aparece la dife-
encontró sus límites de validez en la fragi- rencia entre los efectos reales de la utiliza-
lidad de sus modelos y en el fracaso de la ción industrial del calor y los efectos pre-
mayoría de sus anticipaciones. sumibles de la propagación pedagógica de
En el siglo XX comprendemos por qué las luces. Para la filosofía del progreso, la
el siglo XIX fue, de hecho, el juez crítico razón disipa los prejuicios y las injusticias
del siglo XVIII, aunque pensase seguir sus como el sol a las tinieblas. Pero, para el
pasos. Hoy conocemos, mejor que en el socialismo dialéctico, la indignación de la
XIX, la importancia de lo que la ciencia condición obrera no es, como la oscuridad,
física de la época tuvo que reconocer: junto del orden de la privación. Es el efecto de
a los principios de conservación, existe un una expoliación. La corrección no consiste
principio de desigualdad o de degradación, en recubrir lo que falta sino en conquistar
que rige las transformaciones irreversibles. lo que se ha defraudado. El progreso no
Un sistema material aislado, de estructura será efectivo para todos sino después de
una segunda revolución, la verdadera, la
que sustituirá las anticipaciones idealistas
32 Bouvard et Pécuchet, París, Bordas, 1947, pp.
270-271.
por una teoría materialista de la historia.
33 Entretiens avec Didier Eribon, París, Galli- Pero el «poder motor del fuego» no ha
mard, 1987, p. 194. negado la virtud progresista, simbolizada
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por la luz, por el mero hecho de sus conse- ción electromagnética ha fijado en adelante
cuencias indirectas en el orden socio-eco- la unidad del calor y de la luz. Por el hecho
nómico. Ha contribuido a la decadencia de de que la primera aplicación de la física
la idea de progreso tras la importación en la nuclear haya sido la bomba A, la energía
filosofía de conceptos elaborados por los nuclear, con todo fuente de vida para la
fundadores de la termodinámica. Fue superficie terrestre, evoca el rostro terrorí-
William Thomson (Lord Kevin) quien en fico de la muerte.
1852 enunció, después de Clausius, el prin- Si existen pocos Pécuchets hoy que
cipio de disipación o de degradación de la teman el fin del mundo por cese calórico,
energía, debido a que una parte de la ener- por el contrario, son numerosos los que se
gía interna de un sistema no se puede trans- creen sepultados bajo el montón de resi-
formar en energía mecánica. Rápidamente duos del progreso. Gracias a la utilización
percibieron la muerte como horizonte de la de algunos conceptos prestados por una
degradación energética. Un físico alemán, ciencia situada en primer plano, la ecolo-
Wilhelm Ostwald (1853-1892), se esmeró gía, elaboran una teoría pseudo-filosófica
en crear una teoría de valores sobre el de retorno a la simplicidad natural de la
segundo principio de la termodinámica34. vida. La naturaleza da mucho que hablar.
Como se ha establecido que el rendimiento El concepto de «salvaje» se ha revaloriza-
de una máquina es la relación entre el efec- do, en oposición a las teorías evolucionis-
to útil y la cantidad de energía proporcio- tas que se han convertido en ciencias
nada, la valoración de las diversas activida- humanas. Muchos contestatarios del pro-
des humanas puede basarse en un cálculo greso, hoy comprometidos por su apología
análogo. De ahí la advertencia de no derro- desde la sociedad llamada de consumo,
char energía, de utilizarla lo más estricta- creen haber realizado una conversión jan-
mente posible. No ha faltado reconocer ahí senista reencontrando un tema romántico
cierta relación con el famoso principio de querido por el pensamiento alemán: la nos-
economía de pensamiento encomiado por talgia de una Reserva original de autentici-
Richard Avenarius y Ernst Mach, los direc- dad donde los seres descansan al abrigo de
tores espirituales del Círculo de Viena. la alteración, de la degeneración. La
Desde entonces, la historia de la utiliza- Reserva donde todo está preservado. Este
ción de la energía ha sido influida por el tema, la historia lo ha demostrado, a menu-
descubrimiento del núcleo atómico y por la do esconde, bajo el encanto del arcaísmo,
invención de la energía nuclear. Si se puede el vértigo del nihilismo.
hablar con rigor de progreso científico y Sin embargo, existe un rechazo al evolu-
técnico, sin embargo nada ha cambiado en cionismo y a la concepción lineal del pro-
la relación de las actividades humanas con greso que creemos preservado de cualquier
el desgaste de sus medios. La energía tentación de ingenuidad retrógrada. Con-
nuclear liberada es utilizada en forma de siste en comparar la historia de diferentes
energía térmica. Con la contradicción de la sociedades, o bien los distintos estados de
creencia de la entropía, la unidad de la una misma sociedad, con diversos relatos y
energía de masa y de la energía de radia- conforme a diversos criterios. Es la posi-
ción defendida por Claude Lévi-Strauss en
34 Die Philosophie der Werte (1913). numerosos trabajos, pero expuesta con un
La decadencia de la idea de progreso 681 (117)
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vigor particular en dos pequeños textos, dades frías, de historia repetitiva, poseen
Raza e historia y Diógenes dormido35. Las menos agentes de decadencia que las socie-
sociedades llamadas primitivas no repre- dades calientes, de historia acumulativa,
sentan etapas superadas por el progreso de cuya actividad supone desigualdades de
las sociedades llamadas civilizadas, sino considerable nivel.
que son otras soluciones con problemas Claude Lévi-Strauss supo poner en claro
análogos cuyo valor no puede ser estimado la paradoja del «civilizado» criticando
por patrones prestados del exterior. Quien como él la ideología progresista de su
compare conjuntos estructurados de com- sociedad de origen, haciendo hincapié en
portamientos culturales se ve conducido a que esta sociedad se ha interesado por el
dividir su apreciación, a notar un progreso estudio de sociedades inferiores a partir del
en cierta dirección, un estancamiento o un mismo momento en que se aceleraba su
retroceso hacia otro. El relativismo del desaparición en nombre del progreso38.
etnólogo engendra una tolerancia cultural Con ese mismo estado de ánimo ha reac-
que no favorece la teoría unilineal del pro- cionado violentamente ante ciertas afirma-
greso. «Los incondicionales del progreso ciones de Sartre en la Crítica de la razón
se exponen a menospreciar, dado el poco dialéctica39. Sartre retomó, exponiéndolos
caso que las hacen, las inmensas riquezas a su manera, algunos temas de la filosofía
acumuladas por la humanidad de un lado y inspirados por la energética del siglo XIX:
del otro del estrecho surco sobre el que la escasez y la inercia. «Un hombre es un
mantienen fija su mirada; sobreestimando organismo práctico que vive con una mul-
la importancia de los esfuerzos pasados, tiplicidad de semejantes en un campo de
desprecian todos los esfuerzos que nos que- escasez»40. La escasez de recursos en el
dan por cumplir»36. Pero estos esfuerzos, campo práctico-inerte en el que se ejerce la
estos desgastes de energía, precipitan la
disgregación de un orden original. La civi-
cipitando una materia poderosamente organizada
lización, tomada en su conjunto, es un hacia una inercia siempre más grande y que un día
mecanismo de complejidad prodigiosa será definitiva», ibid., p. 374.
cuya función consiste en acrecentar la 38 «Una justa apreciación de las inmensas con-
entropía37. En un cierto sentido, las socie- quistas de Occidente no me impide darme cuenta de la
extraña paradoja que le ha hecho creer en los etnógra-
fos desde el mismo momento en el que decidieron la
35 Race et Histoire, París, UNESCO, 1952, 2 ed., destrucción del objeto de los estudios que lo recono-
París, Gonthier, 1967; Diogène couché, París, Les cían; ni tampoco me impide tomar conciencia del
Temps Modernes, n.º 110, marzo 1955. En este artícu- papel de coartada que nos han obligado a desempeñar.
lo C. Lévi-Strauss retoma con brío los argumentos ¿Solamente como coartada? Quizás, también, sensata
presentados en el folleto anterior, en respuesta a las precaución de una civilización que nos escatima los
críticas de Roger Caillois en «Illusions à rebours», La cobayas y nos las prepara un momento antes de
Nouvelle Revue Française, 1955, n. 24 y n. 25. comerlas, a pesar de todo, con la esperanza de que
36 Tristes Tropiques, París, Plon, 1955; reed. nuestros métodos puedan un día ayudar a comprender
10/18, 1962, p. 354. las nuevas dificultades que vaya descubriendo en su
37 Lejos que [...] el esfuerzo del hombre –incluso seno», Diogène couché, p. 214.
condenado– esté en oponerse en vano a una decaden- 39 París, Gallimard, 1960. La crítica de Lévi-
cia universal, él mismo aparece como una máquina Strauss en encuentra en el último capítulo de La pen-
posiblemente más perfeccionada que las otras, traba- sée sauvage, París, Plon, 1963.
jando por la disgregación de un orden original y pre- 40 Op. cit., p. 688; cf. también p. 223.
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SALUD MENTAL Y CULTURA