Está en la página 1de 7

PEDRO ASCENCIO ALQUISIRAS

Pedro Ascencio Alquisiras, fue uno de los generales más aguerridos y astutos durante la Independencia
de México. Nació en el año 1778, en San Francisco Acuitlapan, lo que era en el momento Nueva España. Era
indígena, descendiente de la raza otomí, quien además de hablar español, también hablaba las lenguas
indígenas Tlahuica, mazahua y otomí. En el año 1810 ingresó como soldado a las filas insurgentes, y en 1811
fue nombrado capitán de caballería por parte de don José María Rayón; quien posteriormente le dio la
responsabilidad de encabezar un ejército de 50 hombres.

Pedro Ascencio ha sido catalogado como uno de los héroes más valientes de todo México; fue
compañero de Juan Álvarez Hurtado, pues este lo impulsó a unirse a las fuerzas insurgentes, que en
el momento eran lideradas por José María Morelos. Este hombre ganó mucha popularidad desde el
momento que decidió armar a sus indios, y posterior a la muerte de Morelos, Alquisiras decidió
presentarse ante Vicente Guerrero, con quien se mantuvo luchando incansablemente hasta el final.
Esta alianza resultó una amenaza para los realistas, pues desde que decidió batallar junto a
Guerrero se convirtió en uno de los principales enemigos de José Gabriel de Armijo y del virrey Juan
Ruiz de Apodaca.
Batallas con los realistas
En 1820, la independencia parecía haberse quebrantado, sin embargo, Alquisiras se fortaleció en el
cerro de la galeta y al enfrentarse a los realistas causó incalculables estragos en el lugar. Ese mismo
año participó en la guerra de santa Rita, mostrando esa constancia y valentía que lo caracterizaba; la
fe y su astucia dejaban sorprendidos a todos sus enemigos, sobre todo a los realistas, pues este
parecía invencible y en cada batalla podía demostrarlo, ya que fueron varias las estrategias que le
otorgaron tanta fama.

Era muy temido por sus enemigos, pues aparte de su valor y audacia, también actuaba a sangre fría
al enfrentarse a sus adversarios, Alquisiras no tenía compasión, tomó a muchos como prisioneros
para luego fusilarlos o colgarlos, con el único propósito de aterrorizar y ahuyentar al ejército realista,
demostrando que podía salir airoso de cada una de las batallas que se atrevía a presenciar.

Enfrentamientos después del plan de Iguala

Pedro Ascencio ha sido catalogado como uno de los héroes más valientes de todo México; fue

compañero de Juan Álvarez Hurtado, pues este lo impulsó a unirse a las fuerzas insurgentes, que en

el momento eran lideradas por José María Morelos. Este hombre ganó mucha popularidad desde el

momento que decidió armar a sus indios, y posterior a la muerte de Morelos, Alquisiras decidió

presentarse ante Vicente Guerrero, con quien se mantuvo luchando incansablemente hasta el final.

Esta alianza resultó una amenaza para los realistas, pues desde que decidió batallar junto a

Guerrero se convirtió en uno de los principales enemigos de José Gabriel de Armijo y del virrey Juan
Ruiz de Apodaca.
Enfrentamientos después del plan de Iguala

El plan de Iguala fue promulgado en 24 de febrero de 1821, aún después de esto, los

enfrentamientos no cesaron; a pesar de que el propio Ascencio ya había firmado, este siguió

luchando contra las fuerzas leales al virrey. Luego de esto los comandantes realistas Márquez

Donayo y Gabriel de Armijo trasladaron sus tropas a Zacualpan, donde batallaron contra Alquisiras

durante el 9 y 10 de abril; pero para su desgracia, estos de ninguna manera lograron derrotarlo, así
que no tuvieron otra alternativa que regresar a Taxco.

Meses más tarde, exactamente el 3 de Junio, Ascencio inició la batalla con otro de sus enemigos en

Tetecala, el comandante realista Cristóbal Húber. Sin embargo, después de encontrarse en el

combate, se vio obligado a retirarse para dirigirse a Cuernavaca y durante este trayecto, Alquisiras
también enfrentó las fuerzas de Dionisio Boneta.

Sin embargo, Huber solo quería obtener la victoria y aunque no tenía tropas suficientes para

defender la plaza de Cuernavaca, le pidió ayuda a don Javier del Yermo, quien era dueño de la

Hacienda de San Gabriel. Húber le pidió en nombre del Rey que le prestara apoyo, permitiéndole

usar como ejercito a sus dependientes y mozos de la hacienda. De esta manera, se dedicó a

perseguir las tropas insurgentes; quienes se encontraban en Milpillas, cerca de la capital de Morelos,

justo cuando los realistas llegaron, enfrentándose en una larga y sangrienta batalla donde
lamentablemente Pedro Alquisiras falleció.

Pedro Ascencio Alquisiras, un líder que debe ser recordado.


Su cabeza fue enviada a Armijo a Cuernavaca y llevaba un cartel que decía “esta es la cabeza del

bandolero Pedro Ascencio”. Los restos de Ascencio se encuentran en Miaycuamantitlán, Mazatepec,

esto lo informó el jefe político de esta región. Actualmente, el nombre de este héroe mexicano está

escrito en letras de oro en el Palacio Legislativo Nacional. Además de ello, el 29 de noviembre de

1890, en el estado de Guerrero se constituyó un municipio que lleva por nombre “Pedro Ascencio
Alquisiras” todo esto en honor al más valiente guerrillero indígena.

Cabe destacar que Pedro Ascencio no sólo rechazó de inmediato el indulto que le ofrecía Agustín de
Iturbide, sino que en definitiva, este no pensaba negociar de ninguna manera con el líder realista. Su
inquebrantable convicción y confianza acerca de lo que este realmente quería para su país, fueron la
razón principal, por la que decidieron en un inicio ocultarle todas las comunicaciones, que Iturbide y
Guerrero habían tenido. Pues algo que no sabía Guerrero en su momento, era que todo esto ha
Pedro Ascencio ha sido catalogado como uno de los héroes más valientes de todo México; fue
compañero de Juan Álvarez Hurtado, pues este lo impulsó a unirse a las fuerzas insurgentes, que en
el momento eran lideradas por José María Morelos. Este hombre ganó mucha popularidad desde el
momento que decidió armar a sus indios, y posterior a la muerte de Morelos, Alquisiras decidió
presentarse ante Vicente Guerrero, con quien se mantuvo luchando incansablemente hasta el final.
Esta alianza resultó una amenaza para los realistas, pues desde que decidió batallar junto a
Guerrero se convirtió en uno de los principales enemigos de José Gabriel de Armijo y del virrey Juan
Ruiz de Apodaca.

Al saber Pedro Ascencio que el realista Márquez había salido de Cuernavaca para Acapulco, con las
mejores tropas y recursos que en el primer punto existían quiso aprovechar esta circunstancia para
dar un golpe seguro a Tetecala y Cuernavaca; para ello marchó con 800 hombres sobre la primera
ciudad. El criollo José Pérez Palacios era su segundo en el mando.

Cuando se supo en Tetecala la proximidad de Pedro Ascencio y sus hombres, Dionisio Boneta, el
comandante realista de esa población, pidió auxilio al comandante de Cuernavaca –un individuo
llamado Huber–, haciéndole saber que sucumbiría si no le prestaban ayuda. El tal Huber, al parecer,
no tenía tropas suficientes ni para defender adecuadamente la plaza de Cuernavaca y en tan críticas
circunstancias recurrió a don Javier del Yermo, dueño de la Hacienda de San Gabriel, pidiéndole en
nombre del Rey que con los dependientes y mozos de la hacienda, montados y armados, le
auxiliasen; así se hizo y el comandante Huber, con toda esa fuerza, la que pudo reunir en
Cuernavaca, más los urbanos de Huitzuco y Tepecoacuilco, marchó para Tetecala a enfrentar a los
guerrilleros de Pedro Ascencio,

Alamán cuenta que, entre tanto, Pedro Ascencio había llegado al frente de esa plaza el 21 de junio
de 1821 exigiendo su rendición; sin embargo, los defensores no aceptaron entregarse y se desató el
asalto. Tres veces los insurgentes penetraron hasta las calles céntricas de la población y otras tantas
fueron rechazados; llegó la noche, pero el fuego cruzado continuaba tenazmente hasta que a las
22:00 horas Pedro Ascencio se retiró a las haciendas de Miacatlán y del Charco, dejando a la vista
de Tetecala una partida de observación en el cerro de la Cruz.

. Amaneció el día siguiente y Pedro Ascencio –continúa el relato de Alamán– volvió a emprender con
todo ardor el asalto a la plaza; después de un ligero combate que le valió apoderarse a viva fuerza
de algunas casas cercanas al zócalo de Tetecala el jefe guerrillero recibió la noticia de que el
comandante Huber y su contingente armado se dirigía en auxilio de los sitiados. Ascencio les sale al
encuentro con un pequeño cuerpo de caballería y algunos hombres de a pie, encontrándose en un
paraje llamado Milpillas, y se acometieron con tal violencia que nadie tuvo tiempo de hacer uso de
las armas de fuego, empeñándose el combate con armas blancas.

La lucha –describe Alamán– fue horrible y sangrienta; hombres y caballos caían macheteados y a
lanzadas en medio de la confusión de la bárbara matanza; en un momento de la batalla, Pedro
Ascencio se aleja 200 varas, seguido por sus enemigos, quienes lo rodean en número de 13 y lo
atacan desesperadamente.

Entre los dependientes de la hacienda de San Gabriel iba un español llamado Francisco Aguirre,
quien sigilosamente se acercó a Pedro Ascencio y lo anduvo siguiendo largo rato, colocándose
siempre a la espalda del jefe guerrillero, y en uno de los momentos en que Pedro Ascencio era
atacado afanosamente por el frente, por varios adversarios, Aguirre tuvo la sangre fría de levantar
lentamente su machete descargándolo sobre la cabeza del caudillo indígena, matándolo en el acto,
situación que motivó la huida desordenada de sus hombres.

Enseguida, los vencedores le cortaron la cabeza y se la enviaron a Armijo a Cuernavaca, en donde


éste y el comandante Huber la mandaron exhibir en un paraje público, con un lacónica inscripción
arriba de ella que decía simplemente: “Cabeza de Pedro Ascencio”.

Los restos mortales de Pedro Ascencio se encuentran en Miaycuamantitlán, Mazatepec, como lo


informa el jefe político de la región, en el año de 1823, en un documento que se localiza en el
Archivo Histórico del estado de México.

Es de mencionarse que el nombre de este héroe patrio está inscrito en letras de oro en el Palacio
Legislativo Nacional y que en su honor fue constituido en el estado de Guerrero, el 29 de noviembre
de 1890, el municipio de Pedro Ascencio Alquisiras, ubicado en la región norte de nuestra entidad.

No queremos concluir la breve reseña sobre este ejemplar guerrillero indígena sin hacer notar que
Pedro Ascencio no sólo rechazó el indulto que le ofrecía Iturbide, sino que se oponía a toda
negociación con él como representante del realismo; su inalterable posición fue el motivo por el cual
se le ocultaron, en sus inicios, las comunicaciones epistolares entre Iturbide y Guerrero, que
pretendían en realidad –con el desconocimiento de don Vicente– la independencia política de
México, pero sin cambios generales en la estructura social del nuevo país que afectaran a las altas
clases sociales que en la Colonia tenían todo y componían el vértice de la pirámide poblacional de la
Nueva España y, por otro lado, que beneficiaran a la población desprotegida de la Nueva España,
que representaba el 90% del total.

Héctor O. Sumano Magadán, escritor mexiquense, nos dice sobre Pedro Ascencio lo siguiente: “De
los hombres que dedicaron su vida a la lucha de independencia de México de una manera honrada y
libertaria, oponiéndose a toda forma de absolutismo, y a quien se le rinde un homenaje permanente,
es Pedro Ascencio de Alquisiras, ya que sus hechos históricos mantuvieron un vigoroso espíritu de
nacionalidad, que en la actualidad robustecen el ánimo popular de seguir dando la batalla a la
reacción, con la bandera de Miguel Hidalgo y Costilla, de Independencia Nacional y buen Gobierno”.

Don Guillermo Prieto escribió dos largos corridos, en la segunda mitad del Siglo XIX, titulados
Romance de Pedro Ascencio y Romance de los Adictos y de la Cueva del Diablo, que se publicaron
en el Romancero Nacional, con prólogo de Ignacio Manuel Altamirano, los cuales describen
claramente al guerrillero; uno lo hace en sus inicios y traza el perfil físico de nuestro personaje, y en
el otro, a medio corrido se cuenta la reacción de Iturbide ante las proezas militares del caudillo
indígena. Se transcriben los dos párrafos mencionados:

Pedro Ascencio Alquisiras, un líder que debe ser recordado.

Su cabeza fue enviada a Armijo a Cuernavaca y llevaba un cartel que decía “esta es la cabeza del
bandolero Pedro Ascencio”. Los restos de Ascencio se encuentran en Miaycuamantitlán, Mazatepec,
esto lo informó el jefe político de esta región. Actualmente, el nombre de este héroe mexicano está
escrito en letras de oro en el Palacio Legislativo Nacional. Además de ello, el 29 de noviembre de
1890, en el estado de Guerrero se constituyó un municipio que lleva por nombre “Pedro Ascencio
Alquisiras” todo esto en honor al más valiente guerrillero indígena.
Cabe destacar que Pedro Ascencio no sólo rechazó de inmediato el indulto que le ofrecía Agustín de
Iturbide, sino que en definitiva, este no pensaba negociar de ninguna manera con el líder realista. Su
inquebrantable convicción y confianza acerca de lo que este realmente quería para su país, fueron la
razón principal, por la que decidieron en un inicio ocultarle todas las comunicaciones, que Iturbide y
Guerrero habían tenido. Pues algo que no sabía Guerrero en su momento, era que todo esto ha

sr. recorrio muchisimos pueblos del estado de mexico morelos y gro su tierra natal en el municipio de almoloya de
alquisiras en una comunidad llamada la union riva palacio ay un cerro muy alto con una gran visivilidad a diferentes
caminos donde transitaban los españoles en ese cerro el general pedro acencio de alquisiras tenia su escondite
muy apropiado para vigilar al enemigo pero llego el momento que tendrian que dejar ese escondite uno de muchos
que el tenia por que el usaba mucho las montañas y cuevas para esconder su jente y cuando iban a partir de ese
cerro que yo menciono tenian muchisimo dinero el cual no podian ya llevar con ello y pedro acencio dio la orden de
aser un hidolo de barro en el cual guardarian el dinero que ya no podrian llevar y al hidolo le pusieron una placa en
su panza donde decia para adonde apunta el dedo mas chico de mi mano se encuentra el dinero asiendo
referencia al dedo pulgar de nuesta mano no al dedo meñique el hidolo tenia la posision de la mano derecha como
si estubieramos saludando en el himno nacional entonces los vecinos del pueblo de la union riva palacio cuando se
dieron cuenta que pedro asencio habia dejado ese escondite fuero a buscar aber que abia dejado pues era bien
savido que cargaban con mucho oro y pues curiosando descubrieron el hidolo y con la leyanda que el hidolo tenia
se pusiero a escarbar acia donde apuntaba el dedo meñique hicieron bastantes escabaciones aun en la actualidad
se notan muy bien pero ya enfadados de escabar y no encontrar nada por ningun lado un tio de mi abuelo ya
molesto y despues de aber escarbado tanto fue su enojo que decidio tirar el hidolo cual fue su sorpresa que el
estomago del hidolo donde apuntaba su dedo pulgar que es el mas chico de la mano estaba lleno de oro en
monedas claro y el fue el que tubo la suerte de quedarce con todo el dinero yo soy muy muy admirador de este
gran personaje y cada vez que puedo ir a este cerro lo ago no con interes de encontrar dinero si no de recordar
todas esas historias que nos platicaba mi abuelo y que creen que despues de 200 años yo fui quien descubrio el
hidolo estaba intacto aun nadie en la actualidad lo abia descubierto incluso no san la juventud ni por que lleva el
nobre ese cerro llamado el cerro del hidolo yo logre traerme un pedazo de su panza donde estaba almacenado el
dinero es algo que puedo compartir de este gran personaje espero les aya gustado saber un poquito mas de este
personaje de la historia de mexico disculpas por la mala ortografia espero lo entiendan

También podría gustarte