4. ¿Qué ocurre con el nivel de los lípidos en sangre? ¿Por qué ocurre esto?
Durante el embarazo se produce un aumento fisiológico en el nivel de lípidos
en la sangre, y se produce una hipercolesterolemia fisiológica, debido al efecto de los compuestos estrogénicos que aumentan su formación en el hígado y disminuyen su degradación por las enzimas, aumentando predominantemente las lipoproteínas de baja y muy baja densidad (llamadas coloquialmente mal colesterol) que predominan sobre las de alta densidad (buen colesterol), llegando a tener los valores normales del colesterol total en la embarazada del tercer trimestre el doble del límite de una mujer no embarazada de la misma edad. Se cree que esta modificación se produce para aumentar el aporte de nutrientes al feto y favorecer su desarrollo, y esa alteración se normaliza rápidamente después del parto. (1)
El contenido de lípidos en sangre aumenta desde:
- 650-700 mg/100 ml a unos 1000mg/100ml
La fracción correspondiente al colesterol aumenta desde:
- 180mg/100ml a aproximadamente 260mg/100ml
El combustible principal del organismo de la madre son los hidratos de
carbono. Durante el embarazo, estas necesidades son mayores dadas las exigencias metabólicas del feto y de las estructuras que se encuentran en desarrollo en el organismo materno, como el tejido muscular uterino. A excepción del cerebro materno y del fetal -que pueden emplear únicamente glucosa como combustible- el resto de tejidos están preparados para emplear las grasas o lípidos, una vez consumidos los depósitos de hidratos de carbono en el organismo. Durante el embarazo la absorción de lípidos se encuentra aumentada, principalmente en el último trimestre, donde se ve incrementado el tejido adiposo y los triglicéridos circulantes en sangre, para estar disponibles en el caso de necesidad fetal.
Es por ello frecuente y no debe considerarse patológico, que en el examen
rutinario de una mujer gestante durante el último trimestre de gestación, se encuentren elevados los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre.
Los niveles altos de lípidos en sangre de la madre durante el embarazo pueden
producir efectos no deseados sobre la salud del niño. Normalmente los niveles tanto de triglicéridos como de colesterol aumentan durante el embarazo porque la placenta requiere una mayor cantidad de ácidos grasos para la síntesis de hormonas. Si la madre comienza el embarazo con niveles elevados de lípidos en sangre, se debe tratar de corregirlos porque se sabe que producen aumento en el peso del niño, parto prematuro, y están relacionados con la aparición de preclampsia (hipertensión durante el embarazo), situación de alto riesgo tanto para el niño como para la madre. 5. ¿Cómo y por qué se modifica la función renal durante el embarazo?
La formación de orina por la embarazada suele ser algo mayor de lo habitual a
causa de la mayor ingestión de líquidos y a su elevada carga de productos de desecho. Además, se producen varias alteraciones especiales de la función urinaria.
En primer lugar:
La capacidad de resorción de sodio, cloro y agua en los túbulos renales
aumenta incluso el 50%, como consecuencia de la mayor producción de hormonas que retienen sales y agua, en especial hormonas esteroideas de la placenta y la corteza suprarrenal.
En segundo lugar:
El flujo sanguíneo renal y la filtración glomerular también se elevan hasta en
el 50% durante el embarazo normal, debido a vasodilatación renal.
Aunque los mecanismos que provocan vasodilatación renal en el embarazo
aún no están claros, algunos estudios sugieren que el aumento en los niveles de óxido nítrico o de la hormona ovárica relaxina puede contribuir a estos cambios.
El incremento de la tasa de filtración glomerular se produce probablemente, al
menos en parte, como una compensación de un aumento de la reabsorción tubular de sales y agua.
Así, la embarazada normal acumula sólo 2,3 kg de agua y sales adicionales.
(2)
Los cambios que se producen en la función renal durante el embarazo están
mediados por las hormonas placentarias y por los ajustes cardiovasculares. El tamaño del riñón aumenta ligeramente, de 1 a 1,5 cm, existe además dilatación de pelvis, cálices y uréteres (que simulan hidronefrosis).
El flujo sanguíneo renal aumenta en un 40%.
Disminuye la resistencia vascular sistémica originando un aumento en la
secreción de aldosterona en la activación del sistema renina-angiotensina.
La filtración glomerular se eleva alrededor del 40%. Debido a esto,
disminuyen las concentraciones séricas de urea, creatinina, ácido úrico, aumentando la glucosa en orina por disminución de reabsorción tubular (glucosuria) y de aminoácidos (proteinuria).
Aumento del agua plasmática y extracelular (aprox. 7 litros). Después del
parto se da, lógicamente, un aumento de la diuresis. Disminuye la concentración de albúmina en el plasma (y por tanto la presión coloidosmótica).
6. ¿Cuáles son los requerimientos nutricionales adecuados en una gestante?
Cuando su dieta carece de los elementos nutritivos adecuados, la embarazada
puede desarrollar diversas deficiencias nutricionales. Las más frecuentes son las de calcio, fosfato, hierro y vitaminas. Por ejemplo, el feto necesita unos 375 mg de hierro para formar su sangre y la gestante necesita otros 600 mg para formar su propia sangre adicional. Los depósitos normales de hierro no hemoglobínico de la mujer suelen ser tan sólo de unos 100 mg fuera del embarazo y casi nunca superan los 700 mg. Por tanto, cuando sus alimentos no aportan el hierro suficiente, es frecuente que una embarazada presente una anemia hipocrómica. También es muy importante que la mujer embarazada reciba vitamina D, porque, aunque la cantidad total de calcio consumida por el feto es pequeña, el calcio suele absorberse mal en el aparato digestivo en ausencia de esa vitamina. Por último, poco antes de nacer el niño, suele añadirse vitamina K a la dieta de la gestante para que el feto disponga de cantidades idóneas de protrombina y evitar así las hemorragias, especialmente la hemorragia cerebral causada por el proceso del parto (9).
Es evidente que la alimentación y la gestación están muy ligadas en el curso de
un embarazo normal. Desde el comienzo del embarazo, la mujer demanda abundancia de alimentos. Este hecho se denomina hiperfagia y suele durar los dos primero tercios de la gestación, con lo que se inicia el proceso de acumulación de reservas energéticas. - Necesidades energéticas en el embarazo: La principal fuente de energía son los hidratos de carbono, destacando los complejos como el arroz, las legumbres, las patatas, las frutas, etcétera. Las embarazadas no deben abusar de los hidratos de carbono simples, que se encuentran en el azúcar refinado, la miel y otros, ya que pueden alterar el metabolismo de la glucosa.
- Necesidades de proteínas en el embarazo: Las proteínas son
necesarias para cubrir las necesidades del crecimiento del feto, de la placenta y de los tejidos maternos. Alimentos ricos en proteínas tenemos: Queso, Leche de vaca, Pollo, Cordero, Lentejas, otros.
- Necesidades de ácidos grasos esenciales: Las grasas desempeñan
una doble función: por un lado energética; y por otro, intervienen en la formación de los tejidos. Como principal grasa se debe consumir el aceite de oliva, que contiene los ácidos grasos esenciales, importantísimos para el desarrollo del tejido nervioso y de la retina del feto, así como los tejidos maternos.
- Hierro. La anemia por déficit de hierro constituye una patología
nutricional de alta prevalencia en las embarazadas, debido a los importantes requerimientos de hierro durante el embarazo.
- Calcio. El embarazo produce modificaciones del metabolismo del calcio,
dado por la expansión del volumen plasmático, disminución de la albuminemia, aumento de las pérdidas por orina y la transferencia a través de la placenta que llevan a una disminución del calcio iónico. Con fines de mantener la estabilidad se produce un aumento de la hormona paratiroidea que, a término, alcanza 30 a 50% de los valores basales; de igual forma aumenta la calcitonina para proteger al hueso del aumento de la hormona paratiroidea.
- Vitaminas. La embarazada que tiene acceso a una dieta balanceada no
requiere de suplementación adicional de vitaminas. Prácticamente todas las vitaminas aumentan sus requerimientos durante la gestación, especialmente ácido fólico y vitamina D, los cuales alcanzan un 100% de aumento. El consumo excesivo de vitaminas condiciona un potencial riesgo perinatal, especialmente con las vitaminas liposolubles como son la vitamina A y D que tienen un efecto acumulativo. El consumo de grandes dosis de vitamina D se asocia a malformaciones cardíacas del feto, particularmente la estenosis aórtica. Una normal exposición a la luz solar permite una adecuada síntesis de vitamina D y no sería necesaria una suplementación de esta vitamina. Fuente: Recommended Dietary Allowances, 2009, USDA / Perez A, Betran H, et al. Sistema mexicano de alimentos equivalents, foment de nutricion y salud A.C, Mexico: 2008
CONCLUSIONES
- El nivel de lípidos durante el embarazo tiene un aumento fisiológico y se
produce una hipercolesterolemia fisiológica, debido al efecto de los compuestos estrogénicos que aumentan su formación en el hígado. - Durante la gestación aumenta la reabsorción de iones debido a las hormonas producidas por la placenta y las glándulas, el flujo renal esta aumentado debido a vasodilatadores que aumentan en esta etapa; la relaxina y el óxido nítrico, además se ve aumentada la filtración glomerular como compensación de la reabsorción de iones. Esto hace que la formación de orina sea mayor de la habitual. - Los requerimientos nutricionales se ven aumentados tanto calóricos, como de vitaminas, líquidos y minerales. En estas cabe destacar la importancia de las vitaminas B9 y B12 necesarias para la formación del tubo neural del feto.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
1. Coronel E, Nasca S, Morocho C. Nutrición de la mujer embaraza y en
periodo de lactancia. Quito; 2014. . 2. Jelinic L, Marshall H, Novak S, Conrad T, Parry L. Vascular actions of relaxin: nitric oxide and beyond. British Journal of Pharmacology; 2017.
3. Marangoni F, Cetin I, Verduci E, et al. Maternal Diet and Nutrient
Requirements in Pregnancy and Breastfeeding. An Italian Consensus Document. Nutrients. 2016.
4. Perez A, Betran H, et al. Sistema mexicano de alimentos equivalents, foment