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REMATE

JOSE LUIS TORRES FERNANDEZ


MATRICULA 094045507
MATERIA: JUICIOS ESPECIALES

Una vez dictada la sentencia y en ésta se señala la condena a una de las partes,
tenemos que entender que dicha condena puede ser alusión a ordenar un dar, un
hacer o un no hacer, a la parte vencida en juicio. Con la sentencia ejecutoriada se
da por concluido la etapa procesal, sin embargo, cabe la posibilidad de que dicha
sentencia no se cumpla de manera voluntaria, para lo cual la ley ha determinado
ciertos medios mediante los cuales se garantiza al acreedor, que el condenado en
juicio pueda cumplir con lo estipulado en los resolutivos de la sentencia.
Debemos de entender que pueden ocurrir diferentes cosas, ya sea el secuestro y
remate de los bienes, la adjudicación de los mismos o el cumplimiento voluntario
de la condena impuesta por el órgano jurisdiccional.
Se puede dar el caso de que la parte que ha sido vencida en juicio no cumpla con
lo establecido en ella, por lo que la parte vencedora estará en condiciones de
solicitar al órgano jurisdiccional la ejecución forzosa de la sentencia, es decir, que
le solicita la realización coactiva de condena que la parte vencida no ha querido
cumplir voluntariamente.
La fase de ejecución de sentencia no es otra cosa sino la solicitud hecha por el
vencedor en el juicio para que proceda a la ejecución forzosa de lo sentenciado,
en virtud de que su contraparte no lo ha hecho de forma voluntaria. Una vez que
sea solicitada la ejecución, el juez señalará un término para aquel que resulte
perdedor en el juicio, cumpla de manera voluntaria con lo ordenado y en caso de
no hacerlo se estará en condiciones de proceder a la ejecución coactiva de la
misma, esto se puede obtener según la legislación vigente en cada estado o por la
vía de apremio, que no es otra cosa que el procedimiento para llevar a cabo la
ejecución forzada o a través de un juicio ejecutivo, toda vez que las sentencias
que han causado ejecutoria se constituyen como títulos ejecutivos, siendo éste el
documento principal que da pie al juicio en comento.

El embargo es una afectación sobre un bien o un conjunto de estos, dicha


afectación se puede materializar de diferentes formas, por ejemplo, mediante el
señalamiento de bienes en una diligencia juridicial. Otra forma de llevar a cabo
esta afectación es a través del secuestro o depósito del bien sobre el que recae
dicha afectación, en la que el acreedor se convertirá en depositario, previo
inventario.
Para los casos en que el embargo se refiera a un crédito, se le notificará al deudor
mediante la orden de retención de las cantidades correspondientes a percibido de
las sanciones para el caso de desobediencia. Cuando el embargo recaiga sobre
fincas urbanas y /o sus rentas, la afectación se podrá llevar a cabo mediante el
nombramiento de un administrador y tratándose de fincas rústicas, empresas
comerciales o industriales, se nombrará a un interventor con cargo a caja.
Es preciso señalar que los bienes a embargar no deberán ser de aquellos que la
ley señala como inembargables.

El embargo es una etapa transitoria para poder llegar al remate, es decir, el


procedimiento de enajenación de los bienes inmuebles embargados, culmina con
el remate de dichos bienes.
El remate puede ser realizado tanto por los particulares, mediante la forma de un
contrato de compraventa o por algún órgano de autoridad, los cuales tendrán que
llevar a cabo el procedimiento de ventas en remate.

El código procesal civil señala el procedimiento para el remate de bienes


inmuebles:

VALUO----SUBASA O REMATE-----EMTREGA DEL PRECIO----OTORGAMIENTO


DE ESCRITURA-----PAGO DEL EJECUTANTE.

Si el valor de los bienes alcanza para cubrir el importe de los adeudos fiscales,
entonces tu adeudo queda totalmente pagado; pero si no logra cubrirlo, el SAT
emite otro requerimiento para ampliar el embargo por el importe restante y se
embargan nuevamente bienes hasta cubrir totalmente tu adeudo fiscal.
Cuentas con un plazo de 30 días hábiles para pagar o garantizar el adeudo, de lo
contrario el SAT iniciará acciones para cobrarlo, incluso con el embargo de tus
bienes.

No son susceptibles de embargo:

1. Los bienes que constituyan el patrimonio de familia, desde su inscripción en


el Registro Público de la Propiedad.
2. El lecho cotidiano, los vestidos y los muebles de uso ordinario del deudor,
de su cónyuge o de sus hijos, no siendo de lujo.

3. Los instrumentos, aparatos y útiles necesarios para el arte u oficio a que el


deudor esté dedicado;
4. La maquinaria, instrumentos y animales propios para el cultivo agrícola, en
cuanto fueren necesarios para el servicio de la finca a que estén
destinados, a efecto de lo cual oirá, el tribunal, el informe de un perito
nombrado por él, a no ser que se embarguen juntamente con la finca.

5. Los libros, aparatos, instrumentos y útiles de las personas que ejerzan o se


dediquen al estudio de profesiones liberales;

6. Las armas y caballos que los militares en servicio activo usen,


indispensables para éste, conforme a las leyes relativas.

7. Los efectos, maquinaria e instrumentos propios para el fomento y giro de


las negociaciones mercantiles e industriales, en cuanto fueren necesarios
para su servicio y movimiento, a efecto de lo cual oirá el tribunal el dictamen
de un perito nombrado por él; pero podrán ser intervenidos juntamente con
la negociación a que estén destinados.

8. Las mieses, antes de ser cosechadas; pero sí los derechos sobre las
siembras.

9. El derecho de usufructo, pero sí los frutos de éste.

10. Los derechos de uso y habitación.


11. Los sueldos y emolumentos de los funcionarios y empleados públicos;
12. Las servidumbres, a no ser que se embargue el fundo a cuyo favor estén
constituidas; excepto la de aguas, que es embargable independientemente.
13. La renta vitalicia, en los términos establecidos en el Código Civil;
14. Los ejidos de los pueblos y la parcela individual que, en su fraccionamiento,
haya correspondido a cada ejidatario, y
15. Los demás bienes exceptuados por la ley.

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