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BIOGRAFÍA DE WILLIAM FAULKNER

William Faulkner (25 de septiembre de 1897 – 6 de julio de 1962) escritor. Nació


en Nueva Albania, Misisipi, Estados unidos. Nació en una familia tradicional
sureña, y como hermano mayor tuvo que asumir varias responsabilidades. Su
padre era Murry Cuthbert Falkner y su madre Maud Butler. La cultura y las
tradiciones de su estado natal causaron mucha influencia en él, asimismo el
ambiente general del Sur de Estados Unidos. Su carácter típico sureño estuvo
presente en toda su obra, y que junto a la atemporalidad de sus temas, marcarían
la base de todos sus trabajos literarios.

Faulkner tuvo el privilegio de estudiar en la escuela, pero en 1915 abandonó los


estudios y empezó a trabajar en el banco de su abuelo. Realmente tenía mayor
interés en recolectar dinero que en educarse. Luego, se desempeñó como piloto
de la RAF (Real Fuerza Aérea Británica) en la I Guerra Mundial. Luego de
regresar de la guerra se dirigió a su ciudad, y entró a la Universidad de Misisipi,
aunque nuevamente decidió retirarse de la academia. Esta vez lo hizo con la
intención de dedicarse a la escritura.

Para sustentarse tuvo que recurrir a trabajos varios desde pintor de techos hasta
cartero de la Universidad de Misisipi, en este trabajo duraba poco porque repartía
tarde el material ya que se quedaba leyéndolo. Faulkner tuvo que afrontar
momentos difíciles, publicó su primer y único poemario: The Marble Faun (1924).
Previamente el escritor se desempeñaba como periodista en Nueva Orleans, en
donde tuvo la oportunidad de conocer a Sherwood un importante escritor de
cuentos estadounidense, su amistad fue clave porque este ayudó a encontrar un
editor para su primera novela, La paga de los soldados (1926).

Sus viajes por varios estados de Estados Unidos fueron de gran importancia para
la creación de sus obras literarias. Estuvo en Los Ángeles, Nueva Orleans, Nueva
York o Toronto y salió a Europa, vivió cinco años en París, aunque para muchos
es sorprendente, Faulkner nunca se interesó por frecuentar los círculos literarios
de la llamada Generación Perdida. Para este autor conseguir el éxito literario era
fundamental, pero realmente nunca lo alcanzó. Lo más cerca que estuvo del éxito
fue gracias a su obra El ruido y la furia (1929), novela de carácter experimental,
esta posee cuatro voces distintas que narran la historia.

Luego de este éxito y de los buenos comentarios que recibió la obra, Faulkner
publicó otra obra del mismo corte: ¡Absalón, Absalón! (1936), la estructura
temporal del relato es laberíntica, dejando de lado la linealidad de la narración
tradicional para mejor seguir el hilo de la conversación o del recuerdo. Mientras
tanto, en Las palmeras salvajes (1939) se establece entre los capítulos un juego
de ecos e ironías nunca cerrado por sus lectores ni por los críticos. Se dice que el
autor era adicto al trabajo y escribía durante jornadas extenuantes sin descanso.

Pero tal vez sin esto, no hubiera nacido el personalísimo estilo, construido a partir
de frases extensas y atropelladas, de gran barroquismo y potencia expresiva, en
varias ocasiones fue cuestionado por su carácter excesivo, pero la fascinación de
su escritura se impuso finalmente a los críticos. La situación que más afectó su
vida personal y literaria fue su adicción al alcohol.

A pesar de esto en 1950, recibió un premio por sus Narraciones completas, y en


ese mismo año recibió el Premio Nobel de Literatura, esto fue el espaldarazo
definitivo que necesitaba para ser reconocido, en su país natal, como un gran
escritor. Desde ese momento, Faulkner se alejó un poco del alcohol y continuó
trabajando en sus obras, además recibió numerosas condecoraciones. También
se desempeñó como escritor de guiones de cine para productoras
cinematográficas de Hollywood.

Esta situación lo convirtió en un hombre público, e incluso fue nombrado


embajador itinerante por el presidente Eisenhower. Los últimos años de su vida,
los dedicó a dictar conferencias, colaborar con el reconocido director de cine
Howard Hawks, realizó varios viajes, y como nunca se casó mantuvo varias
relaciones sentimentales efímeras y fugaces, esto fue una estrategia para aislar su
mente de su adicción, igualmente dan la impresión de una angustia creciente y
nunca resuelta.

Como mencionamos anteriormente, el escenario de la mayoría de sus novelas, es


su ciudad natal; el Sur de Estados Unidos. El escritor recreó un imaginario
condado sureño bautizado Yoknapatawpha, cuyas connotaciones y poder
simbólico le confiere un aura casi bíblica. En las obras de Faulkner se observa la
intención de recrear la vida sureña, a pesar de su localismo sus historias y sus
personajes logran adquirir una proyección universal. Dicha situación fue muy
admirada por otros escritores y por la crítica.

William Faulkner es considerado como uno de los más grandes autores del siglo
XX, y considerado como uno de los padres de la novela contemporánea. Uno de
los trabajos más admirados fue su antología de cuentos La paga de los soldados
(1926), El ruido y la furia (1929), Santuario (1931) fue, su novela más vendida,
también podemos mencionar Luz de agosto (1932), ¡Absalón, Absalón! (1936), El
villorrio (1940), ¡Desciende, Moisés! (1942). También fue autor de guiones como:
Vivamos hoy (1933), Gunga Din (1939) y El sueño eterno (1946).

Luego de morir, con una salud empobrecida y atacada por su adicción al alcohol,
Faulkner recibió el National Book Award, este entregado por la edición de sus
Cuentos Completos. El escritor norteamericano murió el 6 de julio de 1962, a
causa de un infarto de miocardio. Sus restos fueron cremados en el Oxford
Memorial Cemetery, en un sepulcro familiar.

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