Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Ricardo Ros
E= [ (I+A2) (P*F) ]D
1
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
La reproducción total o parcial de este eBook en forma idéntica o modificada por cualquier medio mecánico o
electrónico, incluyendo fotocopia, grabación o cualquier sistema de almacenamiento y recuperación de
información no autorizada por los editores, viola derechos reservados. Cualquier utilización debe ser
previamente solicitada.
Foto: Dreamstime
ISBN: 978-84-939560-1-1
2
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
Índice
CAPÍTULO 1. Avalancha.....................................................................................................................5
CAPÍTULO 2. E= Éxito.....................................................................................................................14
CAPÍTULO 3: I= Idea........................................................................................................................24
CAPÍTULO 5: P = Persistencia..........................................................................................................55
CAPÍTULO 6: F = Flexibilidad.........................................................................................................61
CAPÍTULO 7: D = Diversión............................................................................................................69
Ricardo Ros........................................................................................................................................74
3
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
CAPÍTULO 1. Avalancha
4
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
5
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
7
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
8
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
9
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
10
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
—En este mundo hay dos tipos de personas, los que aprenden
de lo que les ocurre y aquellos que dejan pasar esa oportunidad. Yo
procuro sacar enseñanzas personales de todo lo que me ocurre.
Aprendo por la experiencia.
—Mi nombre es Max Pinton. Y soy un fracasado.
—Hay que prestar atención al lenguaje que utilizamos. El verbo
ser sirve para hablar de la identidad o de un atributo. En nuestra
lengua mezclamos esas dos acepciones. Si dices que "eres" un
fracasado estás diciendo que el fracaso forma parte de tu identidad.
Y el fracaso no forma parte de tu identidad. Me gustaría que
volvieras a hablarme de tu fracaso, pero sin utilizar el verbo "ser".
—No sé cómo hacerlo —dije confuso.
—Vuelve a decirme el mismo concepto pero sin utilizar el verbo
ser.
—Mi nombre es Max Pinton. Y…
—Usa un verbo de acción, en vez del verbo ser.
—Me llamo Max Pinton, y he fracasado en mis negocios y con
mi pareja.
—Cuando alguien dice "Juan es tímido" —continuó— le está
atribuyendo a Juan una cualidad que lo define como persona. El uso
del verbo ser nos lleva a realizar afirmaciones generales que no tienen
demasiada relación con la realidad.
Entonces entendí lo que me quería decir. Si usaba el verbo ser
para hablar de algo que me había pasado, entonces estaba
extendiendo ese hecho concreto a toda mi identidad como persona.
Si empleaba un verbo de acción, entonces tenía que delimitar mi
fracaso a una parcela de mi vida.
Le expliqué cómo durante toda mi vida yo había luchado por
tener éxito, por ser una persona de éxito, y cómo ahora, a mis casi
cuarenta años, mi empresa era un fiasco y mi vida amorosa un
11
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
infierno.
—¿A qué te dedicas profesionalmente, Quetzalcoatl? —me
atreví a preguntar, mordiéndome la lengua y rectificando mi primera
formulación mental, que era ¿Qué eres profesionalmente?
—Soy maestro.
—Eh, un momento, acabas de decirme que no hay que emplear
el verbo ser cuando no hablamos de nuestra identidad.
—Es que te estoy hablando de mi identidad. Soy maestro,
aunque trabajo en otras cosas. Puedo enseñarte a conseguir el éxito,
si quieres. Te voy a dar la fórmula del éxito. La fórmula del éxito es
sencilla. Pero la mayor parte de la gente la complica. Si aplicas la
fórmula que te voy a dar, tienes el éxito asegurado en cualquier
aspecto de tu vida personal, familiar, social o profesional. Soy
maestro porque hablo de mi propia experiencia, no hablo de lo que
otros me han transmitido. Quetzalcoatl escribió en un papel:
E= [ (I+A2) (P*F) ]D
12
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
CAPÍTULO 2. E= Éxito
E
E= [ (I+A2) (P*F) ]D
13
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
14
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
15
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
17
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
18
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
Cuando abrí los ojos, la claridad del día comenzaba a dejarse ver
por un minúsculo ventanuco que había sobre la puerta. No se oía
nada. Silencio.
—Creo que has podido descansar, ¿no? —me preguntó
Quetzalcoatl, que estaba sentado en un rincón.
—Me encuentro mucho mejor. La verdad es que ayer estaba
reventado. He dormido profundamente toda la noche. Estoy como
nuevo. He soñado con la montaña, con águilas majestuosas que
volaban sobre mi cabeza, con preciosos arco iris…
—Si te parece bien —propuso Quetzalcoatl —hoy puedes
acabar de descansar y mañana te ayudaré a bajar a la falda de la
montaña, si antes no aparecen los equipos de rescate.
Quetzalcoatl avivó el fuego, sobre el que colocó una cazuela para
hacer sopa. Me incorporé un poco y me senté en la cama. Y
entonces me pude fijar en él. Quetzalcoatl era un hombre de unos
cincuenta años, con el cabello muy oscuro, complexión fuerte, no
muy alto. Me pareció una de esas figuras en terracota de reyes aztecas
que se han descubierto últimamente en excavaciones arqueológicas.
Estaba vestido con una camisa blanca y unos pantalones oscuros.
Encima de la camisa llevaba un jersey de lana de llama con todos los
colores del arco iris y de su cuello colgaban varios collares con
figuras para mí desconocidas. Y lo más sorprendente de todo es que
llevaba unas sandalias sin calcetines, con los dedos al aire. Esa era la
primera visión que tuve de él, sus sandalias de cuero descendiendo
por la cuerda. Pensaba que había sido una alucinación, pero no, era
real, aquel personaje increíble estaba a más de seis mil metros de
altura, con una temperatura de veinte grados bajo cero vestido con
unas sandalias. Quetzalcoatl adivinó mis pensamientos.
—Formamos parte de la naturaleza. La montaña y yo somos
amigos y ella nunca me haría daño si yo no se lo hago a ella. La
sensación de frío o de calor, la sensación de dolor, está solo en
19
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
»¿Ya sabes cuáles son las características que tiene que tener el
éxito para que llene tus expectativas?
22
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
CAPÍTULO 3: I= Idea
"Hay muchas cosas que requieren menos fuerza para hacerlas que
para pensarlas" Paul Valèry
I
E= [ (I+A2) (P*F) ]D
23
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
24
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
cubierta de nieve.
—Ese es el altar que utilizaban nuestros ancestros para realizar
sacrificios humanos. Para la persona designada era un verdadero
honor haber sido elegida. Se consideraba que su sacrificio apaciguaba
a la montaña y era algo bueno para toda la comunidad. Ya no
hacemos eso, ¿sabes?, pero seguimos pidiéndole a la montaña que
nos cuide. Acercarse a la montaña y conocerla es hacerse amigo de
ella y, como consecuencia, contar con su protección. Tus amigos han
muerto porque se acercaron a la montaña sin conocerla. Nosotros no
hacemos sacrificios humanos, pero la montaña sigue cobrándose por
sí misma esos sacrificios entre aquellos que se atreven a desafiarla sin
conocerla.
Quetzalcoatl quedó en silencio. Se arrodilló, extendió los brazos
y con los ojos cerrados comenzó a cantar aquella especie de letanía
que ya había oído por la noche. Yo también me arrodillé. Una fuerza
invisible me hizo extender también mis brazos, mientras
comenzaban a salir de mi garganta algunos sonidos guturales sin
significado y que salían de forma ajena a mi voluntad. No sé cuánto
tiempo estuvimos así, posiblemente algunos minutos, pero tuve la
sensación de que habían pasado horas. Cuando nos levantamos, me
noté a mi mismo más ágil, más centrado.
Sin decir nada, nos dirigimos hacia la cabaña. Quetzalcoatl se
colgó del cuello un bolso de lana y emprendimos el camino de
regreso a la civilización. No me preguntó cómo me encontraba, tan
evidente era que me encontraba perfectamente de salud.
Comenzamos el descenso. Ver a aquel hombre saltar de piedra en
piedra era algo espectacular. Parecía ser un joven de veinte años.
Poco a poco fuimos dejando atrás la nieve y comenzamos a caminar
sobre tierra, piedras y algunas islas de hierba. De repente,
Quetzalcoatl saltó como si hubiera un resorte bajo sus piernas y
corrió hacia un saliente de una roca del que salía una enorme planta.
25
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
27
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
28
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
29
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
30
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
31
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
32
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
"Vale más hacer la cosa más insignificante del mundo que estar
media hora sin hacer nada" Goethe
A 2
E= [ (I+A2) (P*F) ]D
33
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
34
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
35
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
36
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
37
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
encontrado abajo.
—Algunos de los miedos al futuro más corrientes —continuó
Quetzalcoatl sentándose sobre una piedra —suelen ser el miedo a la
imperfección, el miedo a no saber superar los propios defectos, el
miedo a lo desconocido, el miedo a cometer errores, el miedo a tener
que responder a enormes exigencias, el miedo a ser juzgado, el miedo
al cambio, el miedo a los demás, el miedo a tener que mandar sobre
otras personas... Y, lo que es todavía más curioso y paradójico, el
miedo al éxito.
—¿Miedo al éxito? ¿Se puede tener miedo al éxito? —pregunté
sorprendido.
—Algunas personas tienen arraigada la idea de que el éxito
conlleva consecuencias no aceptables desde un punto de vista de las
creencias. El éxito solo es posible si robas, el éxito solo es posible si
engañas, el dinero es malo y solo trae desgracias, éxito es igual a
dinero sucio, etc. Son creencias muy arraigadas. Son ideas que no
tienen ninguna base, pero que se asientan sobre lo más profundo de
nuestras creencias. Quizás algo así decía tu abuelita cuando eras niño,
pero ¿tienes eso sentido ahora que ya eres una persona adulta?
—Tienes razón —dije —Mi madre siempre decía que el dinero
estaba hecho por el demonio y que los ricos nunca podrían ser
felices.
—Hay muchas técnicas para acabar con estas creencias absurdas
—continuó Quetzalcoatl —A veces las creencias son limitadoras y ya
no nos sirven en nuestro momento actual.
—Estoy cansado, Quetzalcoatl, necesito descansar un poco.
—Estimado Max —respondió con una sonrisa de oreja a oreja
—detrás de aquella loma hay una aldea. Estoy seguro de que nos
darán hospitalidad muy contentos.
38
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
cuidan y se protegen.
Comimos una sopa deliciosa. A mi me dieron además trucha a la
brasa, que ellos no probaron. El pastorcito que habíamos visto al
llegar asomó la cabeza por la puerta. Quetzalcoatl lo abrazó con
ternura y me lo presentó como su nieto, Huemac. El niño era todo
ojos y oídos. Se sentó a nuestro lado y no se perdió ni una sola
palabra de nuestra conversación.
—Me gustaría que las ovejas parieran cuanto antes —dijo el niño
— así podría empezar a hacer otras cosas.
—Eso es imposible, Huemac, —sentenció Quetzalcoatl—
Algunas personas quieren hacer las cosas del todo, y las quieren
hacer del todo inmediatamente. Puedes empezar ahora, pero no
puedes acabarlo todo ahora. La naturaleza necesita un proceso, todas
las cosas necesitan un proceso.
El niño sonrió. Tenía unos enormes ojos negros preciosos.
—Ese es el gran error de muchas personas —continuó
Quetzalcoatl dirigiéndose hacia mi— Y como no pueden acabarlo
todo de inmediato, van postergando el empezar. No empiezan hasta
que tengan la absoluta seguridad de que pueden acabar ya. Las cosas
necesitan su tiempo y su proceso. Hoy puedes empezar. Mañana
podrás seguir.
—Como dijo Séneca hace ya muchos años —explicó Tlaloc —
no nos falta valor para comenzar ciertas cosas porque son difíciles,
son difíciles porque nos falta valor para comenzarlas.
Guardaron silencio. Me apliqué la frase que le acababan de decir
al niño. Eso me pasaba a mí. Quería hacerlo todo a la vez y me
frustraba por no conseguirlo. Mi vida estaba llena de ejemplos.
Huemac me cogió de la mano y me llevó a ver el rebaño de
ovejas. Una docena de ovejas pacían tranquilamente en un campo.
Algunas de ellas estaban gordas, a punto de parir. Tlaloc nos siguió.
40
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
41
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
42
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
43
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
pedir.
—A mí me cuesta mucho pedir —dije— Prefiero que me
adivinen mis necesidades los demás.
—Todavía es peor cuando alguien cree que son los demás
quienes tienen que adivinar sus necesidades. "Si me quisieras, sabrías
cuáles son mis necesidades", es una frase absurda, ya que alguien
puede quererte pero no saber cuáles son tus necesidades. "Si tengo
que pedirlo, entonces ya no merece la pena" es otra de esas creencias
sin ninguna base, pero que destrozan parejas y relaciones con los
demás.
—Creo que ese ha sido el problema que he tenido con mi pareja.
—Si quieres algo, pídelo, no esperes que sean los demás quienes
adivinen tus necesidades —dijo entonces Quetzalcoatl, mirándome a
mí— En este camino que hemos iniciado hacia el éxito es
fundamental saber pedir. Pide lo que necesitas. Pide a tu pareja, a tus
padres, a tus hijos, a tus compañeros de trabajo, a tus jefes, al banco.
Pide. No pasa nada por pedir.
—Tengo miedo de que me digan que no.
—Pero es que los demás también tienen derecho a decirte que
no. Y ese 'no', no necesariamente significa que no te quieran. Es solo
un 'no' a esa demanda concreta que has hecho. Pídelo de otra
manera, pídelo en otro momento, pídeselo a otra persona, pero no
dejes nunca de pedir. Pedir hace que los demás sepan lo que quieres.
Pide las cosas como si estuvieras seguro de que te las van a dar, con
convicción, con entusiasmo. Pide las cosas a quien pueda dártelas.
Pide de forma concreta y clara. No utilices rodeos ni segundas
intenciones. No uses indirectas. Pide directamente. Me gustará que
durante los próximos días comiences a ejercitar tu capacidad para
pedir. Pide todo lo que necesites. Te sorprenderás de lo que ocurre
cuando pides. Y si no pides, no responsabilices a los demás de no
recibir. Y recuerda que para recibir, primero hay que dar. Quieres
44
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
cambiar tu vida. Quieres iniciar una nueva ruta que te llevará hacia el
éxito. Pero, ¿estás dispuesto a cambiar tus hábitos, estás dispuesto a
eliminar de tu vida todo aquello que te está bloqueando?
—Pues me gustaría dormir un rato —dije sin pensarlo mucho.
Me señalaron un catre en un rincón. Me acosté. Bisabuelo,
abuelo y nieto salieron en silencio. Me quedé profundamente
dormido, mientras oía una cantinela que ya me resultaba familiar.
Pero esta vez, la melodía sonaba a tres voces. Y soñé. Soñé con un
mundo en el que todas las personas eran felices, en un mundo en el
que todas las personas se dedicaban a cultivar sus destrezas y
habilidades.
45
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
46
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
48
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
52
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
53
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
CAPÍTULO 5: P = Persistencia
P
E= [ (I+A2) (P*F) ]D
54
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
55
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
59
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
CAPÍTULO 6: F = Flexibilidad
"La lengua resiste porque es blanda. Los dientes ceden porque son
duros" Proverbio chino
F
E= [ (I+A2) (P*F) ]D
60
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
poco, que venían a buscarme. Una hora más tarde me llamaron por
los altavoces. Me llevaron a un jet privado. Cuando subí al avión, mi
sorpresa fue mayúscula. Quien estaba esperándome era Tanitani, la
preciosa e inteligente maestra de escuela.
Tanitani me dijo que estaba pasando unos días en casa de
Quetzalcoatl y que cuando supo que yo iba a llegar de visita ella
había querido venir a recibirme. Me dijo que Quetzalcoatl no había
podido venir porque tenía cosas que hacer, pero que lo veríamos más
tarde. El jet privado despegó y media hora más tarde nos dejó en un
pequeño aeropuerto cercano al mar. Se trataba de un enorme
complejo de edificios, rodeados de jardines y parques.
—Nos encontramos en el Instituto Médico-Educacional y
Tecnológico de Ranchito Alto —dijo Tanitani— Aquí se cuecen las
mejores ideas sobre Inteligencia aplicada al desarrollo humano. Miles
de personas investigan sobre cómo hacer que la tecnología se ponga
al servicio de la educación y la salud, integrándose en los
conocimientos tradicionales de cada pueblo. Lo que viste en la
escuelita es fruto del trabajo que se realiza aquí. Todos los profesores
de la escuelita estamos formados aquí. Como la escuelita que tú viste,
existen otras quinientas repartidas por todo el mundo. Esas escuelas
tienen los mejores medios técnicos y humanos. No solo formamos a
nuestros alumnos en conocimientos, sino, sobre todo, en despertar
su consciencia, el conocimiento de ellos mismos y la necesidad de
devolver lo que han recibido a sus comunidades. No nos interesa
formar a las personas para que después exploten a otras personas o
se vayan a otros países desarrollados a hacerse ricos con los
conocimientos que les hemos dado. Nuestra función principal es que
todos estos niños cuando hayan recibido una educación universitaria
o tecnológica, devuelvan todo su saber a sus propios pueblos y
comunidades. En las escuelas, los hospitales, los centros de
investigación trabajan ya los niños que comenzaron en los poblados.
Yo misma empecé como alumna en una escuelita que está muy cerca
61
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
62
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
63
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
64
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
65
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
66
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
67
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
CAPÍTULO 7: D = Diversión
D
E= [ (I+A2) (P*F) ]D
Volví a Nueva York. Mis negocios iban por muy buen camino.
Puestas en marcha todas las instrucciones de la Fórmula de Éxito
todo iba viento en popa. Yo sabía que tenía que hacer dos cosas:
devolver todo lo que había aprendido y vivir con Tanitani. Por eso
contraté a varias personas para que dirigieran mis negocios. Con
Internet yo podía supervisar mi negocio desde cualquier parte del
mundo. Y entonces me decidí. Volví al valle y comencé a trabajar
con adolescentes y jóvenes, proporcionándoles pequeños préstamos
para que crearan sus propios negocios. Si un joven tenía una idea,
68
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
69
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
70
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
71
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
https://www.claveserver.com/ebook/v/LB3
72
Ricardo Ros – La Fórmula Matemática del Éxito
Ricardo Ros
73