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Insuficiencia renal: Es la incapacidad de los riñones para fabricar orina o fabricarla

de baja calidad ("como agua"), ya que en ella no se ha eliminado la cantidad


suficiente de residuos tóxicos.

Etiología: Se produce cuando los riñones no son capaces de filtrar


adecuadamente las toxinas y otras sustancias de desecho de la sangre.

Síntomas: Son inespecíficos, pero pueden incluir: malestar general, vómitos,


cefaleas, infecciones recurrentes de las vías urinarias, palidez, halitosis.
Aguda: Es una pérdida rápida de la función renal debido al daño a los riñones, en
donde, la alteración de las funciones del riñón se produce de forma brusca. Por lo
general, es una alteración reversible o que suele curar sin secuelas una vez que
se ha resuelto la causa que lo ha producido.

Las causas que pueden desencadenar esta enfermedad son múltiples, y son más
habituales en pacientes ingresados en un hospital. Generalmente ocurre cuando
los riñones se dañan de repente, puede ser producida debido a: 1- No hay
suficiente sangre fluyendo a través de sus riñones. 2- Una lesión directa a los
riñones o un problema con los riñones. 3- Un bloqueo en sus uréteres, los tubos
que llevan la orina de sus riñones a su vejiga.

Tratamiento: Depende de lo que la haya causado. Algunos tratamientos posibles


incluyen: 1- Hemodiálisis temporal para hacer el trabajo que sus riñones deben de
estar haciendo, hasta que puedan recuperarse. 2- Medicinas para controlar las
cantidades de vitaminas y minerales en su sangre. 3- Tratamientos para mantener
la cantidad correcta de líquido en su sangre.

Crónica: Es la pérdida lenta de la función de los riñones con el tiempo, como


resultado de la progresión de diversas enfermedades primarias o secundarias. La
diabetes y la hipertensión arterial son las 2 causas más comunes y son
responsables de la mayoría de los casos. Muchas otras enfermedades y
afecciones pueden dañar los riñones, por ejemplo: 1- Trastornos autoinmunitarios
(como lupus eritematoso sistémico y esclerodermia). 2- Defectos de nacimiento
(anomalías congénitas) de los riñones (como la poliquistosis renal). 3- Ciertos
productos químicos tóxicos. 4- Lesión al riñón.
Tratamiento: El daño en los riñones es generalmente permanente, pero se pueden
realizar algunas acciones para tratar de mantener los riñones lo más sanos que se
pueda por el mayor tiempo posible, como: 1- El control de la presión arterial
retrasará un mayor daño al riñón. 2- No fumar. 3- Consumir comidas con un
contenido bajo de grasa y colesterol. 4- Hacer ejercicio regularmente (hable con su
médico o enfermera antes de empezar). 5- Tomar medicamentos para bajar el
colesterol, si es necesario. 6- Mantener controlado el nivel de azúcar en la sangre.
7- Evitar ingerir demasiada sal o potasio.

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