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Dimensionesdeldlloinf 647 PDF
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INFANTIL
MODULO
AUTORA
AMANDA ARTEAGA BARRANTES.
FUNDACION UNIVERSITARIA
LUIS AMIGÓ
FACULTAD DE EDUCACIÓN
MEDELLÍN
2003
TABL A DE CONTENIDO
INTRODUCCIÓN
OBJETIVOS GENERALES:
OBJETIVOS ESPECIFICOS:
INTRODUCCIÓN
Para tal efecto se hará precisión sobre los siguientes conceptos: desarrollo,
maduración, crecimiento, comportamiento instintivo, comportamiento
aprendido, comportamiento específico de la especie, plasticidad psíquica
infantil. Por otra parte, se hará alusión a los factores que inciden en el
desarrollo humano, a los principios que se cumplen en el proceso evolutivo y
de manera especial al significado de la infancia dentro de la evolución
humana.
A su vez, en este capitulo se incluye una síntesis acerca de las explicaciones
que han formulado con relación a las dimensiones del desarrollo infantil, los
enfoques psicodinamicos humanistas y cognoscitivistas.
1
SPITZ. René (1.986) el primer año de vida del niño. Fondo de Cultura Económica. México Pág. 18
2
PAPALIA, Diane E. Wendskos Olds Sally Desarrollo Humano. Mac Graw Hill Interameri cane Méxi co Pág.
3
Todas las personas mantienen una continuidad en la expresión de su
desarrollo, pero con el tiempo se presentan cambios.
3
Op Cit No 2 Pág. 128
Con frecuencia se emplea el termino CRECIMIENTO para dar cuenta de la
maduración o del desarrollo. Estos procesos se relacionan estrechamente,
pero existen importantes diferencias entre ellos. Dentro del desarrollo
humano crecimiento más que referirse al hecho de hacerse mayor o ganar
estatura, se entiende como el aumento de las estructuras corporales y el
cambio en la apariencia que da cuenta de importantes modificaciones
internas.
4
Op Cit No 2 Pág. 107
5
OSTERRIETH P (1.986) Psicología Infantil. Ediciones Morata. Madrid Pág. 41
ya tienen grabados en su cerebro los comportamientos propios de su
especie. Lo anterior indica la importancia de la educación en la infancia,
como periodo crítico en el cual se sientan las bases del desarrollo humano. El
desarrollo continua hasta el final del ciclo vital; el adulto esta llamado a
aumentar y completar todas sus posibilidades pero lo hará sobre las vías
amplias y profundas, o estrechas y limitadas que la cultura en la cual crece y
se educa le hayan legado.
Para Freud, los niños pequeños son muy débiles frente a las fuerzas
biológicas sociales que los afectan; entre las fuerzas biológicas o enérgicas
de los instintos y las represiones sociales, en especial de origen familiar se
ejerce presión sobre los pequeños. En los niños se generan sentimientos
sexuales y de hostilidad frente a sus padres, sentimientos que llevan al
conflicto, a la ansiedad e inclusive a la neurosis, Freud considero que cada
ser humano nace con una cantidad determinada de Energía Biológica que es
la fuente de los impulsos instintivos, orienta el comportamiento, los
pensamientos y las motivaciones. Recordemos las fuentes de energía
instintiva, ya mencionadas: sexualidad (o libido), pulsiones conservadoras de
la vida y agresión.
La inversión de la energía se denomina CATEXIS y cuando el individuo
catectiza un objeto o dirige su energía hacia dicho objeto – una persona, un
pensamiento, una acción, la energía existente se reduce. Cada instinto o
cada impulso van cargados de energía; se afirma que la catexis dinamiza la
personalidad, dado que la excitación de la energía es la fuerza que lleva a la
acción. Los instintos cargados de energía llevan al sujeto a hacer algo y la
reducción de la excitación es el objetivo o meta. La actuación humana queda
representada en el siguiente grafico:
Al nacer los niños sólo poseen el ello (ID), fuente de la energía instintiva de
los impulsos, represiones, agresividad y que atiende el principio del placer.
En esta instancia reposara a lo largo del desarrollo, el material del
inconsciente. A medida que los niños crecen, invierten energía en diferentes
objetos y poco a poco desarrollan el yo (ego) y el súper yo (súper ego).
Hacia el tercer o cuarto año de vida; una parte del material del ello se separa
y empieza a constituir el nivel psíquico conocido como el yo. Este se
estructura durante toda la vida y contiene las destrezas, los aprendizajes, el
lenguaje, las funciones de conciencia, de percepción, atiende al principio de
la realidad. En este momento del desarrollo, el niño toma conciencia de su
autonomía y busca auto afirmarse.
Los conflictos generados entre las demandas del ello y del súper yo y las
mediaciones del yo, producen ansiedad. Si el yo no logra el equilibrio,
desarrolla las defensas, las cuales pueden convertirse en síntomas como
fobias, neurosis obsesivas depresiones o agresión.
Se relaciona con los procesos del pensamiento y desde este punto de vista
explica el desarrollo.
Ve a los seres humanos como seres activos, no reactivos. En lugar de
responder a estímulos, las personas van en la búsqueda y exploran el medio.
Se centra más en los cambios cualitativos, o sea, en la manera de pensar
en las diversas edades, que en los cambios cuantitativos.
1.2 CAPITULO 2
Durante las etapas Prenatal y Neonatal ya se sientan las bases del desarrollo
en todas las dimensiones y es por cierto un momento del desarrollo
denominado PERIODO CRITICO porque el ser en formación es más
vulnerable a cualquier agente nocivo debido a que su sistema nervioso esta
también en formación. Un período crítico es un momento del desarrollo
durante el cual un hecho determinado tiene mayor impacto. Así, cuando un
niño aprende una lengua extranjera, si lo hace antes de los siete años, no
tendrá acento extranjero al hablar; si lo aprende mas tarde si tendrá el acento
porque ha pasado el período crítico en el desarrollo del lenguaje.
Durante las treinta y seis horas que siguen a la fecundación, el cigoto pasa
por una rápida división celular, llegando a poseer treinta y dos células, a las
setenta y dos horas y setenta células a las noventa y seis horas. La división
continúa hasta llegar a las ochocientas mil millones de células del cuerpo
humano.
Sexo
1.2.1 INFLUENCIAS HEREDITARIAS Y MEDIO AMBIENTALES
6
Op Cit No 5 Pág. 24
7
Op Cit No 5 Pág. 25
Puede afirmarse que los niños tienden a alcanzar el nivel intelectual
característico del ambiente en el que se desarrollan.
PRIMER MES: El nuevo ser crece con mayor rapidez que en cualquier otro
momento de la vida; es diez mil veces mayor que el cigoto. Mide entre
0.635 y 1.27 CMS. La circulación sanguínea comienza y el minúsculo
corazón late sesenta y cinco veces por minuto. Ya se empiezan a formar el
cerebro, los riñones, el hígado y el aparato digestivo. El cordón umbilical
que lo une con la madre, esta funcionando. Aparecen en la cabeza las
protuberancias que darán origen a los ojos, oídos, boca y nariz; no se
distingue el sexo.
SEGUNDO MES: Su longitud es de 2.54 CMS aproximadamente y pesa
1/13 de onza. De acuerdo con el desarrollo céfalo caudal, la cabeza es la
mitad de la longitud del cuerpo ya se han desarrollado la lengua y todas las
estructuras de la cara. Los brazos y las piernas también están completos;
posee todos los dedos rodillas y tobillos. Tiene una delgada capa de piel,
sensible a estímulos táctiles y puede dejar huellas digitales en manos y
pies. El cerebro del embrión comanda las funciones orgánicas. el
estomago, el hígado y los riñones cumplen sus funciones vitales. Se ha
observado que un embrión abortado de ocho semanas, si se golpea con
suavidad, responde flexionando el tronco, extendiendo la cabeza y llevando
los brazos hacia atrás.
TERCER MES: ahora el feto pesa una onza y mide cerca de diez cms, su
sexo se observa fácilmente. Tiene uñas, parpados cerrados, cuerdas
vocales, labios y nariz sobresalientes, su frente es protuberante y la cabeza
mide un tercio de la longitud total del cuerpo, el feto puede respirar,
introducir liquido amniótico en los pulmones y expulsarlo. Todos los
sistemas orgánicos están funcionando. Los órganos reproductivos internos
poseen óvulos o espermatozoides primitivos, posee costillas y vértebras
cartilaginosas.
Puede realizar gran cantidad de comportamientos especializados: mover
piernas, manos, dedos, cabeza, abrir y cerrar la boca y tragar, posee
diferentes reflejos si le tocan los parpados parpadea; si se le toca la palma
de la mano empuña; si se le tocan los labios succiona; abre los dedos de
los pies si se le toca ligeramente la planta.
CUARTO MES: la cabeza es ahora solamente ¼ del tamaño total de su
cuerpo y esa proporción, tendrá al nacer, mide entre quince y veinticinco
CMS y pesa aproximadamente siete onzas. La madre puede sentir sus
patadas lo cual se denomina pataleo; las actividades reflejas que
aparecieron en el tercer mes son más precisas y fuertes debido al mayor
desarrollo muscular. El cordón umbilical tiene la misma longitud del feto. La
placenta esta totalmente desarrollada, igual que todos los órganos.
QUINTO MES: pesa entre doce onzas y una libra y mide aproximadamente
treinta CMS. Sus comportamientos indican que es ya una individualidad:
tiene preferencia por determinadas posiciones; horarios definidos de sueño
y vigilia; se despereza, se retuerce y cada día es más activo. Ya funcionan
las glándulas sudoríparas y sebáceas. Posee cejas, pestañas y cabello en
la cabeza es posible escuchar los latidos de su corazón, el sistema
respiratorio aun no funciona para mantenerlo con vida fuera del útero. Si
nace, generalmente no sobrevive.
SEXTO MES: mide aproximadamente treinta y cinco cms y pesa veinte
onzas su crecimiento disminuye un poco. Debajo de la piel se forman
tejidos adiposos. Sus ojos están completos. Llora y puede respirar
continuamente durante veinticuatro horas pero como su aparato respiratorio
es inmaduro, tiene pocas probabilidades de sobrevivir fuera del útero.
SEPTIMO MES: mide cuarenta cms y pesa aproximadamente de tres a
cinco libras. Tiene todos los comportamientos reflejos completamente
desarrollados. Respira, traga, llora y puede chuparse los dedos. Y su peso
llega a tres y media libras tiene altas posibilidades de sobrevivir fuera del
útero, con adecuada atención médica.
OCTAVO MES: pesa entre cinco y siete libras y mide entre cuarenta y seis
y cincuenta centímetros. El útero ya le queda estrecho, por lo cual los
movimientos son limitados. Durante el octavo y noveno mes, su cuerpo se
cubre con una capa de grasa que le permite al nacer adaptarse a los
cambios de temperatura fuera del útero.
NOVENO MES: cuando el feto pesa aproximadamente siete libras y mide
cincuenta cms deja de crecer, los varones tienden a ser más grandes y
pesados que las niñas, los órganos funcionan completamente. Aumentan la
frecuencia cardiaca y e xcreta más heces. Poco a poco se desarrolla el color
rojizo de la piel y aproximadamente a los doscientos ochenta días de
gestación se produce el nacimiento.
ENFERMEDADES INFECCIOSAS
Las infecciones de tipo venéreo como sífilis y gonorrea pueden ocasionar retraso
mental, ceguera o abortos.
Las diferencias individuales entre los recién nacidos que lloran constantemente,
padecen cólicos, dificultades alimentarías o de sueño y aquellos que aparecen
placidos y tranquilos han sido asociados con la tensión y ansiedad de la madre o
con su serenidad y ajuste emocional.
En su aspecto físico, los ojos tienen color gris, azulado, el cuello es muy pequeño,
la cabeza puede ser alargada y un poco deforme debido al moldeo que facilita el
parto; los huesos del cráneo no se encuentran totalmente soldados y no estarán
unidos totalmente hasta los diez y ocho meses. La cabeza es
desproporcionalmente grande, con relación al resto del cuerpo, su cara es amplia
y achatada; la piel es suave y un vello fino cubre todo su cuerpo; el abdomen es
prominente.
Desde otra perspectiva es importante aclarar que en el momento del parto, el peso del
bebé estará entre dos mil setecientos gramos y tres mil ochocientos gramos, si es un
niño. En caso de una niña, oscilará entre dos mil quinientos y tres mil seiscientos
gramos. Así mismo, el promedio habitual de talla de recién nacidos está, para niños,
entre cuarenta y seis y cincuenta y cinco centímetros y, para niñas, entre cuarenta y
cuatro y cincuenta y tres centímetros. Durante los cuatro primeros meses de vida, el
bebé crecerá rápidamente, su talla aumentará de diez a quince centímetros y duplicará
su peso.
El desarrollo físico de ahora en adelante será muy equilibrado. Durante las primeras
horas de vida, las funciones del bebé se estabilizarán y pronto se habituará al nuevo
medio. Se notara cómo sus movimientos son cada vez más coordinados y cómo se
desarrolla el tono muscular de todo su cuerpo. El neonato, estará completamente
desgonzado, al final del tercer mes levantará su cabeza con fuerza y unos meses
después ya podrá sentarse.
La percepción sensorial del bebé empieza desde su muy temprano desarrollo dentro
del cuerpo de la madre. Sus sentidos comienzan a despertársele varios meses antes
de nacer, pero al establecer contacto con el mundo exterior, esta evolución será
sorprendentemente rápida.
Durante los primeros días de vida, la vista es el sentido más incipiente del bebé. El
neonato permanecerá mucho tiempo con los ojos cerrados, y cuando los abre parecerá
que mira al vacío. A los pocos días será capaz de reconocer figuras a treinta
centímetros, que es la distancia media a la que estará la cara de la madre cuando lo
amamanta. Hacia el final del tercer mes, su vista se habrá desarrollado hasta lograr la
capacidad de seguir con la mirada objetos en movimiento, fijarla por segundos y
reconocer objetos y personas conocidas a alguna distancia. Comenzará a sonreír al ver
los rostros de la madre o de las personas mas significativas para él y moverá los ojos
coordinadamente en todas las direcciones.
Su sentido del oído también trabajará para adaptarse al nuevo medio. Al igual que
cuando estaba dentro de la madre, el bebé reaccionará con desagrado a los sonidos
fuertes y así mismo sonreirá al escuchar su voz. Hacia el final de esta etapa, su cabeza
girará en dirección hacia donde perciba los sonidos. El bebé extrañará el medio en que
se encontraba, los sonidos y la manera como los percibía. Por ello es recomendable
que su madre lo coloque sobre el vientre y sobre el pecho para que se reencuentre con
los sonidos de su cuerpo, el latido de su corazón y los movimientos de su estómago,
esto lo ayuda a que se tranquilice con su olor y el calor de su cuerpo cuando este muy
ansioso.
El gusto y el olfato del bebé están muy bien desarrollados desde el embarazo. El recién
nacido reconoce desde un principio los cuatro sabores básicos: dulce, salado, ácido y
amargo. Acepta con facilidad los sabores dulces, como el de la leche materna; y
rechaza el salado y el amargo. Así mismo, reconocerá rápidamente el olor de su madre
después de unos días de nacer. El estar cerca de ella lo tranquilizará y además
asociará su olor con el momento de la lactancia.
El sentido del tacto en el bebé comienza por la boca, ya que el recién nacido aún no
controla sus manos. A los dos o tres meses se fascinará con el movimiento de sus
dedos: descubrirá sus manos. Pasará ratos enteros mirándose las manos, moviéndolas
y llevándoselas a la boca. A los cuatro meses, ya será capaz de sostener los objetos
con las manos para introducírselos en la boca.
Al nacer, el bebé tendrá varios reflejos motores. Algunos de estos, como el de succión,
los perderá a las pocas semanas; otros, como el de prensión (cerrar los dedos sobre
cualquier cosa que sea puesta en su mano), los conservará durante algunos meses.
Si bien todos los estímulos del mundo exterior son lo suficientemente novedosos como
para ejercitar la motricidad y la percepción del bebé, hay objetos y juguetes que, debido
a la lúdica, lo acompañarán en el gran descubrimiento del mundo.
Para el neonato, en los primeros meses les son de gran estímulo los contrastes, por
ejemplo: un móvil de tonalidades y formas extremas, como figuras geométricas y
colores como el blanco, el negro y los primarios, o juguetes de material blando con
tonos fuertes y brillantes que produzcan sonidos suaves. También se le puede colocar
música suave y armónica, cantarle y contemplarte con él frente al espejo.
Más importante que los juguetes son las rutinas de juego con el bebé. Además del
cuidado y el amor que se le de, el tiempo de juego es el mejor regalo que puede darle
su madre o su padre. No es sólo cuestión de entretenimiento, el juego es el mecanismo
de socialización y aprendizaje por excelencia del niño: le permite desarrollar destrezas
motrices, cognitivas, sociales, comunicativas y emocionales.
Está en continuidad con el desarrollo del embrión y del feto: el sistema nervioso se
configura, las células nerviosas se multiplican, se desplazan y llegan a hacer las
conexiones oportunas en un perfeccionamiento continuo desde la tercera semana
después de la concepción hasta el nacimiento, la infancia y la edad adulta.
Globalmente, las secuencias del desarrollo son las mismas en todos, mientras la
velocidad y fechas de adquisición precisas dependen de cada niño y de factores
diversos: su potencial genético, el ambiente que le rodea, el mismo temperamento del
niño, la existencia o no de enfermedad, etc.
Una persona con experiencia puede valorar bien las adquisiciones psicomotrices de un
niño: es el caso de los padres que tienen varios hijos y el de los profesionales de la
infancia que tienen especial sensibilidad para este tema. Hay que evitar alarmarse
porque un niño no sigue exactamente los pasos de sus hermanos: cada uno tiene su
propio ritmo; evitar también pasar por alto un retraso en determinado campo, cuando un
profesional experimentado –pediatra o neuropediatra- lo podría detectar.
Motor
¿Va consiguiendo un sostén estable de la cabeza?
¿Succiona y deglute bien?
¿Manotea y patalea abundante y armónicamente?
¿Es excesivamente blando o rígido?
Sensorial
¿Sigue con la mirada?
Social
¿Sonríe ante el rostro de las personas?
Motor
¿Comienza a llevar las manos voluntariamente hacia los objetos que llaman su
atención para agarrarlos?
¿Utiliza indistintamente ambas manos o, por el contrario, muestra particular preferencia
por una de ellas?
Social
¿Le interesan las personas y los objetos del entorno?
Sensorial
¿Vuelve la cabeza hacia el lado desde donde se le llama suavemente, o hacia el
sonajero?
Siete meses
Motor
¿Se mantiene sentado sin apoyo durante 1 minuto?
¿Es capaz de dar la vuelta completa en la cama?
Lenguaje
¿Su balbuceo es abundante?
Social
¿Hace ademán para que le tomen en brazos?
¿Sonríe ante las personas?
Sensorial
¿Sus ojos son paralelos, o se tuerce habitualmente alguno?
Diez meses
Motor
¿Se mantiene de pie, aun con ligera ayuda, dando pequeños saltitos, sin excesiva
rigidez de las piernas, sin cruzar las piernas, sin apoyar exclusivamente la punta de los
pies?
¿Es capaz de coger un objeto entre el pulgar y el índice, en forma de pinza, o lo hace
con toda la mano?
¿Utiliza por igual ambas manos?
Social
¿Comienza a mostrar señales de extrañeza ante las personas ajenas a su medio
familiar o es indiferente a ello?
Lenguaje
¿En sus balbuceos, comienza a emitir algunos sonidos similares a los de la lengua
materna?
Catorce meses
Motor
¿Es capaz de caminar solo?
¿Arrastra la punta de algún pie al dar el paso?
Intelectual
¿Busca con la mirada un objeto que le apetece, aunque se le esconda de su vista?
Lenguaje
¿Pronuncia alguna palabra refiriéndose claramente a una persona u objeto concretos?
Cognitivo-motor
¿Sabe usar la cuchara y el vaso?
¿Juega con objetos (coches, muñecas) «como si fueran de verdad»?
Afectivo- social
¿Señala con el índice lo que quiere?
Lenguaje
¿Entiende más palabras que las que dice?
¿Combina 2 palabras diferentes?
Motor
¿Cómo corre?
Cognitivo
¿Conoce 5 partes del cuerpo?
¿Intenta usar el lápiz?
Lenguaje
¿Hace frases con sujeto- verbo-complemento?
Con este tipo de niños de «riesgo» se aplica una atención temprana, que consiste en
una estimulación personalizada y armoniosa de los circuitos sensitivos y motores del
bebé. De hecho, se sabe que el cerebro del bebé es muy vulnerable, pero a la vez muy
sensible para el aprendizaje, y los primeros meses de vida parecen los más adecuados
para la neuro-rehabilitación. El seguimiento de parte de profesionales del desarrollo de
estos niños permite, por lo tanto, la adecuada estimulación del bebé, la información de
los padres para que tomen una actitud activa ante el desarrollo del niño -sin alarmismo
y sin quedarse pasivos ante el riesgo- y que descubran así las capacidades reales y la
personalidad de su hijo; después de unos meses, se perfila un diagnós tico más preciso
de normalidad o de lesión neurológica, con el consiguiente seguimiento en
rehabilitación.
8
OP Cit No 1 Pág. 18
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OP Cit No 1 Pág. 23
El padre debe integrarse y participar activamente en el cuidado del bebe. Su papel
como agente que transmite la ley, la norma tendrá posteriormente mas valor si el
niño lo reconoce como sujeto comprometido al igual que la madre en su crianza y
humanización.
Al igual que en el desarrollo motor, en esta área el niño llevará a cabo varios cambios.
Pasará de ser un bebé que todavía depende para todo de su madre, a adquirir su
independencia física, que va de la mano de la independencia emocional.
Penélope Leach define a los niños de esta edad como preadolescentes científicos, que
a ratos quieren ser papachados y seguir siendo bebés, y a ratos ser niños libres para
explorar el mundo. Esta ambivalencia genera confusión en los padres.
Es muy común que el bebé inicie la separación física de los padres alejándose y
volviendo inmediatamente para verificar que siguen ahí. Primero el bebé no se atreverá
a alejarse mucho de su madre o de los demás adultos que le brindan apoyo, ya que
está consciente de que todavía los necesita; por ello deben permitir que él vaya
decidiendo qué tan lejos se va y cada cuanto vuelve a verlos, y por supuesto, siempre
estar donde los dejó, si por algún motivo se tienen que cambiar de lugar es
recomendable avisarle y explicarle dónde van a estar.
Una vez que el niño ya se atreve a distanciarse de los padres utilizará el s onido para
verificar que ellos siguen allí, por lo que los llamará constantemente y es recomendable
siempre responderle, ya que de esta manera fomentarán en él la confianza básica
hacia ellos, la cual consiste en que el niño sienta que sus padres no lo van a
abandonar.
Durante esta etapa continúa la "mamitis", el miedo a los extraños o la ansiedad por la
separación, se desconcierta cuando pierde de vista a su mamá o a la persona cercana
que lo está cuidando, le da terror pensar que no regresarán. Por otro lado, es frecuente
que busquen hacer las cosas ellos solos y rechacen la ayuda y las órdenes.
Es muy importante para el niño de esta edad el orden de las cosas, encontrar los
objetos donde los dejó. No le gustan los cambios de muebles o de la decoración de su
casa, lo hacen sentirse ansioso e inseguro. Por otro lado, ésta es una excelente
oportunidad que hay que aprovechar para crear hábitos de orden.
Cuando el niño ya domina la marcha querrá extender el control que tiene sobre su
cuerpo, sobre los objetos y personas que están afuera de él, por lo tanto se iniciará una
lucha constante entre el niño y sus padres para ver quién puede más, es la época
llamada "noismo", durante la cual el niño reta casi todas las instrucciones que se le dan
aunque desea realizarlas, ya que el busca medir su fuerza. "No" y "déjame" serán
palabras sumamente utilizadas.
Una preocupación muy grande de los papás es poner límites y que sus hijos no les
"tomen la medida". Es importante que en este aspecto se tenga en cuenta de que
además de tener muy poco autocontrol, la memoria de los niños es muy corta
(aproximadamente un minuto) y después de este tiempo pueden intentar hacer algo
que antes ya les habías dicho que no, no es malicia, es simplemente que ya se les
olvidó. Incluso pueden acercarse a algún objeto prohibido diciendo que no, están
interiorizando la orden con la conducta esperada. Hay que ayudarlo a hacerlo
reforzando lo que se espera de él, tomando su mano, haciendo contacto visual y
diciendo muy claramente que "no". Puede ser de gran ayuda llevarlo a otro lugar donde
ya no vea el objeto y se le quite la tentación. Lo intentará muchas veces y eso puede
ser un poco cansón para los adultos que lo cuidan, pero en la medida en que sean
consistentes lograrán que lo asimile más rápido.
El bebé es egocéntrico (el mundo gira alrededor de él), no es capaz de entender los
sentimientos de los demás, no sabe esperar, puede ser muy exigente e intolerante,
poco paciente, en especial si tiene hambre. Es importante que lo ayuden a prolongar
los tiempos de espera, platicándole lo que están haciendo mientras preparan su
comida, o mientras lo atienden.
Más adelante llegará el momento en que seguirá las instrucciones y será capaz de
prever los resultados de sus acciones, reconocerá los sentimientos y derechos. Él
elegirá la actitud que tomará hacia los adultos dependiendo de la forma en que los
conceptualice. Si para él son personas amorosas y respetuosas, esta será la actitud
que tomará hacia ellos, será la base de la disciplina que tendrá el resto de su vida.
En esta etapa hay que encontrar el punto medio entre los límites y lo que es permitido,
para eso es necesario que los papás se pongan de acuerdo y lo ayuden a establecer
los límites de manera clara, permanente (en tiempo y espacio) y firme, si lo hacen entre
los dos siempre será más fácil.
Estos movimientos tienen un valor incomparable porque son la base del desarrollo
mental, se constituyen en la inteligencia práctica por la cual el niño adquiere
conceptos e imágenes.
Inicialmente los movimientos del niño son masivos y globales, pero poco a poco,
como producto de la maduración, se presenta el desarrollo motor, el cual se
aprecia en cuanto a coordinación y combinación de diferentes movimientos en el
sentido de afinar y aislar movimientos. Arnold Gesell dividió el desarrollo sensorio
motor durante el primer año en cuatro etapas de tres meses cada una: en los tres
primeros meses el desarrollo se centra en la boca y en los ojos. De tres a seis
meses en la cabeza, el cuello y los hombros. De seis a nueve meses en la región
del tronco, los brazos y las manos; de nueve a once meses en las piernas, los
pies, los dedos y la lengua.
Al nacer el niño pierde peso pero posteriormente lo recupera y a los cinco meses
el peso del bebe al nacer se ha duplicado pasando de siete y media libras
(promedio) a cerca de quince. Al año tiene tres veces el peso que tenia al nacer.
Durante el segundo año disminuye el acelerado crecimiento y el peso aumenta
pero solo cinco o seis libras. Al cumplir los dos años tiene cerca de cuatro veces el
peso que tenia al nacer.
El siguiente cuadro ofrece una síntesis sobre las principales características del
desarrollo sensorio motor de cero a dos años, buscando señalar su influencia en el
desarrollo psicológico.
Finalmente vale la pena enfatizar que con las actividades sensorio motoras el
infante se reafirma cada vez mas, se apropia del mundo material, hecho este
distintivo de la infancia, pero, aun mas, inicia la confianza en sus propios medios.
Sobre esta confianza construye su autonomía, su iniciativa, el sentimiento de su
propio valor, lo que resulta indispensable para afrontar el crecimiento.
1.3.2 Los Años Preescolares Dos a Siete años: en este periodo los niños se
alejan por primera vez de su hogar y de su grupo familiar para integrarse al medio
escolar.
Los sistemas nervioso y muscular maduran en forma acelerada para dar paso a
las diferentes destrezas psicomotoras que emergen en este periodo: carreras,
saltos, flexiones, movimientos coordinados, mano-ojo, entre otros.
Para la explicitacion de este punto se presenta primero una síntesis sobre los
principales avances a nivel físico, sensorial y motor. Al final se mencionan los
hechos más destacados del desarrollo en esta dimensión, con sus consecuencias
a nivel psíquico.
Cuatro a cinco años: Con sus huesos y sus músculos mas fuertes, una mayor
capacidad pulmonar, una mayor coordinación entre los sentidos, entre los
miembros y el sistema nervioso central los niños logran grandes avances en sus
habilidades motrices: Motricidad Gruesa, o destrezas físicas como saltar, correr,
para los cuales se emplean los músculos largos; Motricidad Fina, habilidades
como botonar su camisa, cerrar la cremallera, copiar figuras, donde trabajan los
músculos cortos.
La edad entre los tres y los cinco años ha sido llamada “edad de la gracia” porque
el niño es infatigable en sus actividades motoras y sensoriales; sus movimientos
son armoniosos, libres, espontáneos, son menos bruscos en sus movimientos, la
falta de coordinación y globalización de los primeros años han sido superados. El
niño se vuelve un gran imitador, observa y acompaña sus acciones y gestos con
palabras. Logra expresar sus sentimientos sin inhibiciones.
Cinco a siete años: Las destrezas motoras, ya bastante avanzadas, sientan las
bases para la practica de deportes, bailar y otras actividades que comienzan a la
mitad de la infancia y duran toda la vida. Por lo general los niños menores de seis
años aún no están en capacidad para tomar parte en programas encaminados a
deportes organizados. A los siete años ya pueden lanzar y atrapar bien una pelota,
para ayudar a los niños a desarrollarse físicamente, los adultos deben animarlos a
estar activos en un nivel adecuado para su madurez y participando en juegos
libres que mejor estructurados.
A los siete años comienza a escribir con soltura y muestra agrado al dibujar y
pintar. Además ya tiene definida su literalidad, es decir, la preferencia por utilizar
la mano derecha o la izquierda para cada movimiento.
1.3.3. Hechos mas destacados en la dimensión física, sensorial y motora,
durante los años preescolares
Entre los tres y cinco años los niños emplean algunos objetos en reemplazo de
otros y les asignan el nombre de acuerdo al papel que desempeñan en el juego:
un palo reemplaza la cuchara, una caja es la cuña de la muñeca. A partir de los
cinco años, el niño comprende el significado del objeto, aunque emplee algunos
en reemplazo de otros, mientras juega. Lo anterior indica iniciativa para jugar a la
acción del adulto.
BIBLIOGRAFIA RECOMENDADA
GESELL, Arnold (1.971) Psicología evolutiva de uno a diez y seis años. Biblioteca
de Psicología Evolutiva. Buenos aires.
MAIER, Henry (1.975) tres teorías sobre el desarrollo del niño. Erickson, Piaget y
Sears. Amorrato editores Buenos Aires.
PAPALIA, Diane E. Wend Olds Sally. (1.997) Desarrollo humano. ED MC Graw Hill
Interanericane. México.
SPITZ Rene A (1.986) el primer año de vida del niño. ED Fondo de cultura
Económica, Mé xico.
10
SPITZ, René A. (1.986) El primer año de vida del niño. Fondo de cultura Económica. México Pág. 39
El neonato no discrimina el mundo que le rodea, se confunde con el medio
ambiente; percibe el pecho de la madre cono el satisfactor de sus
necesidades, pero que forma parte de él mismo.
Spitz12 considera que este inicio de las relaciones de objeto opera como un
“dialogo“que a su juicio se da en la secuencia acción – reacción – acción en
las relaciones madre – hijo. Esta interacción crea para el infante un mundo
particular muy propio, dotado de un ambiente emocional especifico, donde la
11
Op Cit No 1 Pág. 39- 40
12
Spitz Op. Cit. Pagina 44
secuencia acción- reacción- acción permite al infante poco a poco dotar los
estímulos de significado.
13
MORGAN Cliffo rd T. y King Richard (1979). Introducción a la psicología. Ed. Aguilar. Madrid Págs. 271-
274
14
COON Dennos (1989). Introducción a la psicología. Fondo educativo interamericano. México , Pág. 100
Cuando comienza el segundo mes, una persona que se acerca al infante
empieza a tener un lugar especial entre las cosas que rodean al pequeño. El
infante empieza a percibir visualmente al adulto que se acerca. Si en ese
momento el bebe tiene hambre y esta llorando, puede observar que se calla,
abre la boca y empieza a succionar. Sólo la percepción táctil, intra oral de
alimento, produce esta respuesta a esa edad; pero es necesario que el
infante tenga hambre.
Dos o tres semanas después hay otro progreso: cuando el infante percibe un
rostro humano, sigue sus movimientos con atención y concentración. No hay
otro estimulo capaz de generar este comportamiento en el bebe; lo anterior
en virtud de que el rastro humano se presenta continuamente en su campo
visual y asociado a la satisfacción de sus necesidades. La configuración del
rostro humano se hace significativa porque se asocia con el alivio del
displacer y con la experiencia del placer. Así, el bebe criado con pecho mira
fijamente el rostro de la madre durante todo el tiempo en el que succiona.
Cabe señalar que la cavidad bucal presenta en las primeras semanas de vida
un mayor desarrollo que el resto del organismo; el bebé no solo tiene
movimientos de succión y deglución, sino que es capaz de coordinar desde
su nacimiento estos movimientos con la respiración. La secuencia de la
alimentación y la cavidad bucal como zona favorecida y particularmente
sensible, marcan los comienzos de la organización. Pero debe señalarse que
la situación de alimentación va acompañada de múltiples estimulaciones
sensoriales que dan comienzo paulatinamente a la percepción diacrítica: las
caricias y manipulaciones de la madre, los ruidos relacionados con los
preparativos y las palabras y sonidos emitidos por la madre, el olor de la
madre y muy especialmente, la presencia del rostro de la madre, de la
configuración del rostro humano que esta siempre presente en los momentos
de satisfacción.
Sin embargo, no puede afirmarse que la sonrisa del tercer mes ante el rostro
humano, esta dando cuenta de que el infante reconoce o percibe en ese
rostro a un congenere humano, o a un ser querido (objeto libidinal). Este
rostro es un signo o una configuración privilegiada que se compone de ojos,
frente, nariz, todo en movimiento. En realidad puede afirmarse que la sonrisa
del infante entre los tres y los seis meses se genera por una configuración
que representa el rostro humano. Si este se presenta de perfil, no aparece la
sonrisa.
La figura N°
Ilustra la relación sonriente del bebe ante el rostro humano.
Para Bruner, tanto las cogniciones como los contextos son cruciales para el desarrollo
del lenguaje. Bruner sugirió que el niño aprende a usar el lenguaje para "comunicarse
en el contexto de la solución de problemas", en lugar de aprenderlo; se enfatiza el
aspecto comunicativo del desarrollo del lenguaje más que su naturaleza estructural o
gramatical. De acuerdo con Bruner, el niño necesita dos fuerzas para lograr el
aprendizaje del uso del lenguaje. Una de ellas es equivalente al LAD de Chomsky; la
otra fuerza sería la presencia de un ambiente de apoyo que facilite el aprendizaje del
lenguaje. Bruner denominó a éste sistema de apoyo para la adquisición de un lenguaje
o LASS. Dentro de este LASS sería relevante la presencia del "habla infantil", forma de
comunicación que tienen los padres con sus hijos pequeños que se caracteriza por su
lentitud, brevedad, repetitividad, concentración en el "aquí y ahora" y en su simplicidad;
esta manera de comunicarse le permite al niño "extraer la estructura del lenguaje y
formular principios generales"(DAVIDOFF, 1989). Esta "habla infantil" aparecerá
generalmente en un contexto de acción conjunta, en el que el tutor y el niño concentran
su acción en un solo objeto y uno de ellos "vocaliza" sobre él.
Es un teórico dialéctico que enfatiza tanto los aspectos culturales del desarrollo como
las influencias históricas. Para Vygotski la reciprocidad entre el individuo y la sociedad,
siendo definida esta tanto histórica como culturalmente, es muy importante. El contexto
de cambio y desarrollo es el principal foco de atención, dado que ahí es donde
podemos buscar las influencias sociales que promueven el progreso cognitivo y
lingüístico. Para Vygotski el habla es, fundamentalmente, un producto social.
El lenguaje precederá al pensamiento e influiría en la naturaleza de éste: los niveles de
funcionamiento intelectual dependerían de un lenguaje más abstracto. Además, habla y
acción están íntimamente unidas: mientras más compleja es la conducta y más
indirecta la meta, más importante es el rol de la lengua.
A los seis meses aparece un balbuceo semejante a emisiones monosilábicas. Las más
comunes semejan sílabas Ma, Mu, Da, Di. A los ocho meses se hacen más frecuentes
las repeticiones; se distinguen estructuras de entonación en las emisiones y estas
pueden indicar emociones. A los 10 meses las emisiones se mezclan con sonidos de
juego como los gorgoritos; realiza imitaciones de sonidos.
2.3.3.1. Prelenguaje
Gran cantidad de observaciones del desarrollo primario del lenguaje realizadas por
psicólogos y psicolingüistas indican que incluso niños muy pequeños poseen una
gramática elemental. Como guía del avance en la adquisición de esta gramática, uno
de los indicadores más fiables es el LME (Longitud media de enunciado), que indica
cuantos morfemas (elementos con significado) expresa el niño, en promedio, en cada
enunciado. Así, se definen cinco etapas de LME, en la cual la I corresponde a un LME
entre 1 y 2 (Dale, 1992, p.34); por otras parte, Brown (81, p.114) da como límite
superior de I un LME de 1,75. Las otras 4 etapas corresponderían a aumentos de 0.5
en el índice.
Las funciones del lenguaje en esta etapa serían, primero, de orden pragmática
(obtención de objetos y servicios, control de la conducta de las personas) y expresiva
(manifestaciones de agrado o rechazo). Más adelante, el lenguaje tendrá una función
heurística (obtención de información sobre el medio inmediato) e imaginativa (creación
de propias realidades).
El niño emite sus primeras palabras al final del primer año. En un principio se referirán a
objetos y personas, pero no demorarán en expresar peticiones o en describir el
ambiente. Estas primeras palabras se caracterizan por usar un número limitado de
elementos fonéticos y por referirse a categorías más amplias que las aceptadas por la
lengua adulta, tanto en lo que se refiere a los objetos y acciones. Las palabras, en esta
época, "parecen ser esfuerzos por expresar ideas complejas, ideas que un adulto
expresaría mediante oraciones"(Dale, 1992); a esto se le denomina habla polisintética.
Etapa I (LME de 1 a 2) Esta etapa comienza generalmente entre los diez y ocho a
veinte meses. Se empiezan a formar frases que constan de, generalmente, dos
palabras, pudiendo llegar a las siete Las frases escuchadas por el niño, al ser imitadas,
sufren un proceso de reducción característico, que conforma lo que algunos
investigadores llaman "lenguaje telegráfico"(Brown,1981,p.96), el que se caracteriza,
principalmente , por la retención de los elementos con alta carga semántica
(sustantivos, verbos, adjetivos) y la omisión de aquellos elementos que cumplen con
una función gramatical (ilativos, inflexiones, verbos auxiliares, etc.). ; en el aspecto
formal, estas frases se caracterizan por mantener el orden original y en mantener, para
una determinada etapa del desarrollo, un largo constante no importando la extensión de
la frase modelo. La elección de las palabras por el niño se haría en razón de la función
referencial de las palabras continentes (los sustantivos, verbos y adjetivos hacen
referencia a objetos o cualidades de estos presentes y actuales), la brevedad de la
palabra, por la imposibilidad de inferencia del contexto de la palabra y por la
acentuación más fuerte que se le da las palabras con carga semántica dentro de la
oración (Brown, 1981, p.96-97)
Otros investigadores parten de la base que los niños generan sus propias gramáticas ,
las cuales "poseen propiedades estructurales características, es decir, regularidades
sistemáticas de orden de palabras" (MUSSEN, 1978). Estas gramáticas se
caracterizarían por usar 2 clases de palabras: palabras "pivotes", clase de reducido
número, ubicadas en un determinado lugar de la oración, acompañando siempre a
palabras X; y las palabras de clase abierta o "X", clase más grande, las cuales son las
que no pertenecen a la clase pivote. El niño, en un principio, sólo sabe que
determinadas palabras (las pivotes) son usadas antes de todas las otras (las de clase
abierta), no estableciendo mayor diferenciación; con el tiempo, el niño aprende a
diferenciar que palabras pueden y cuales no pueden preceder a otras, adaptándose a
los patrones adultos de lenguaje.
Las interrogaciones son idénticas a las afirmaciones, con excepción de la entonación,
que es ascendente (Dale, 1992, p.39)
Etapa II (LME de 2 a 2.5) El niño posee ya un vocabulario que excede las cincuenta
palabras. El niño comienza a utilizar las inflexiones del lenguaje, o sea, aquellos
elementos que modifican el significado de las palabras, dándoles una connotación más
específica (pluralidad, tiempo) o estableciendo relaciones entre otros elementos. El
orden en que estas se aprenden, por lo menos en el inglés, es bastante consistente y
depende, en parte, de la complejidad "cumulativa" de los morfemas (Dale, 1992, p.51).
Un hecho interesante de este aprendizaje de flexiones es la hiper regularización, o sea,
el uso de las mismas inflexiones de los verbos regulares en los irregulares, lo que
muestra que el niño busca patrones en el lenguaje.
A esta etapa se llega cuando el niño llega a los 3 o 4 años, entre las etapas III y IV. Se
produce "un abandono progresivo de las estructuras elementales del lenguaje infantil y
de su vocabulario específico, sustituidos por construcciones cada vez más acordes con
el lenguaje del adulto." (Bouton, 1976). En el caso del inglés - lenguaje en el cual se
han realizado más investigaciones- se produce el aprendizaje de las principales
transformaciones gramaticales (reglas de construcción que le dan al sujeto la
capacidad de "transformar" determinados tipos de oración en otros) que le permitirán
formular oraciones "declarativas, negativas, preguntas absolutas, preguntas del tipo wh
[en castellano, las del tipo dónde, cómo, porqué] y oraciones imperativas" (Dale, 1992,
p.136)
El bebé descubre el mundo y aprende a través de todos sus sentidos, a los tres
meses le resultan fascinantes los rostros, en particular obviamente el de su mamá, si
acerca su rostro mientras lo amamanta probablemente lo acaricie, la madre debe
acariciarlo también, esto no solo es gratificante para ambos sino que resulta en
estimulo para su inteligencia.
Durante los primeros meses el contacto físico es la mejor forma de estimularlo,
acariciarlo, darle masajes, apoyarlo sobre el pecho para escuchar su corazón, y sobre
todo hablarle, mirarlo a los ojos y sonreírle.
El bebé aprende jugando, se debe convertir el baño diario en una experiencia
placentera, colocar juguetes de colores vivos en el agua y cantarle mientras lo bañan,
esto permite que mueva sus brazos y piernas.
Hay que poner atención para ver como reacciona ante los ruidos, por lo general un
bebé sin problemas auditivos se sobresalta ante un ruido inesperado. También se
calma cuando escucha una voz familiar, la de su madre en particular.
Observar su cabecita, desde el primer mes el bebé debe poder levantar su cabeza
aunque todavía no la sostenga erguida.
Colocar un móvil de colores vivos sobre su cuna, colocar un objeto frente a él y
movérselo para que lo siga con la vista.
Tratar de llevarlo a pasear al aire libre, a lugares donde pueda ver cosas de colores
vi vos, flores, animales, gente.
A los dos meses el bebé ya sabrá manifestar que algo le agrada por medio de la
sonrisa, responde a su sonrisa con otra sonrisa y háblale con cariño.
No importa si no la madre no puede tenerlo todo el tiempo en brazos, se sugiere
llevarlo, en su cochecito o sillita de bebé y mientras el adulto hace sus tareas habla
con él, contarle que hace y cada tanto debe detenerse para hacerle una caricia y
tomarlo en tus brazos, sin miedo porque eso no es malcriarlo, al contrario un bebé que
recibe afecto será un niño y un adulto mas estable.
Se le debe enseñar a asociar las horas de luz con estar despierto, sacándolo de la
cuna en cuanto se despierte y llevándolo a la habitación en la que está la familia.
Colocar su cochecito en diferentes posiciones para que pueda ver distintas cosas, si
se tiene una ventana que de a un jardín notara como se entretiene viendo moverse las
hojas. Un espejo puede ser fascinante, colocarlo frente a un espejo en brazos o poner
su cochecito frente a uno, será muy útil porque le encantará mirarse.
Si tiene hermanitos, disfrutará mucho viéndolos jugar, si no los tiene hay que procurar
llevarlo a lugares donde pueda estar con otros bebés.
Cuando comience a balbucear, ah, eh, ajo, se le debe contestar, pues está poniendo
las bases para el desarrollo del lenguaje. El adulto debe colocarse frente a él y hacer
gestos, ruidos, sonreírle dándosele tiempo a contestar con una sonrisa o haciendo
gorgoritos, en unos meses se vera que los sonidos que emite sonaran como frases
pues tratará de imitarte y ‘dialogar’.
Hay que darle juguetes que hagan ruido, como un sonajero o campanilla, mostrarle
como hacerlos sonar y permitirle que él trate de hacerlo.
Cantarle o permitirle escuchar música, tomarlo en brazos y bailar con él.
El adulto debe sentarse frente a él, jugar al escondrijo, bastará con tapar su cara con
una tela para luego destaparla y decir ‘acá está’.
Puede comenzar a familiarizarlo con los miembros de su cuerpo, preguntando ¿dónde
está la mano (o el pie, o la nariz)?’ y mostrándosela.
Juegue con él, a medida que maneje mejor su cuerpo ayúdelo a sentarse, colóquelo
boca abajo en la cama y permita que se mueva, nunca lo deje solo pues puede darse
vuelta y caerse. Colocar una manta acolchada en el piso y rodéalo de juguetes, poco
a poco notara que mejora su habilidad para tomar las cosas, cuando tenga cuatro o
cinco meses tratará de desplazarse para tomar algo que le llame la atención.
Para que el bebé pueda aprender a gatear necesitará que lo dejen en el piso, que
debe estar muy limpio pues todo lo que encuentre lo llevará a la boca, nunca lo dejen
solo pero permítale cierta libertad de movimiento, muéstrele un juguete y luego aléjelo
para que trate de alcanzarlo. Felicítelo cuando lo logre.
Cuando tenga seis meses es probable que se sostenga sentado solo, su destreza
manual habrá aumentado mucho y podrá pasar las cosas de una mano a la otra o
tomar cosas muy pequeñas con dos dedos, permita que toque diferentes texturas,
telas suaves y ásperas, cosas blandas y duras.
Aunque no hable, el bebé entiende y mucho, es muy importante festejar sus logros
para animarlo a seguir aprendiendo.
Llamarlo siempre por su nombre y enseñarle quien es ‘papá’, ‘abuelo’, ‘abuela’, ‘tía’,
etc.
Los juguetes para apilar o meter uno dentro de otro, le encantarán, si no puedes
comprarlo pueden hacerse con cajas de cartón o recipientes de plástico, demostrarle
alegría cuando logre armar una pila o meta uno en otro.
Cuando comience a darle alimentos sólidos, permita que toque la comida, aunque
pase algún tiempo antes de que pueda comer solo, es bueno que desde el principio el
bebé pueda sostener su propia cuchara y su taza. Pronto intentará comer por sus
medios, aunque la mayor parte de la comida se caerá antes de llegar a su boca,
ayudarlo con otra cuchara pero no lo prive de intentarlo, su destreza aumentará en
poco tiempo
El bebé disfruta mucho imitando a los adultos, por lo que la mejor manera de
enseñarle algo es haciéndolo primero, así cuanto más le hable mas querrá hablar,
apilar juguetes o tomar el alimento solo.
Jugando se le puede enseñar el concepto de dar y tomar, cada vez que se le de algo
dígale ‘toma’ y pídele ‘dame’ mientras se la saca con suavidad, pronto aprenderá y
cuando le diga ‘toma’ extenderá sus manos para tomar lo que le ofrecen y lo
devolverá cuando le diga ‘dame’. Cuando maneje bien el concepto enséñele a jugarlo
con una pelota arrojándosela y pidiendo que la devuelva.
Un bebé de diez a doce meses puede aprender a tomar líquidos solo, debe tener su
propia taza, de plástico para que no se lastime, al principio coloca muy poco líquido,
aumentándolo de a poco.
Mientras juega con él, cuéntele cosas sobre los juguetes, para que aprenda conceptos
como tamaño, posición y cantidad. Por ejemplo: ‘esta caja es mas grande que esta’,
‘ponemos la caja azul debajo de la caja roja’, ‘tenemos un, dos, tres pelotas rojas’. O
coloca tu mano al lado de la de él, ‘que grande es la mano de mamá’.
A medida que el bebé crezca, si le pone atención y le toma tiempo para observarlo y
jugar con él, encontrará nuevas formas de ayudarlo a aprender.
La ciencia nos enseña que el ser humano llega a este mundo con casi la totalidad de
células nerviosas que va a requerir en su vida, pero el mapa de conexiones entre ellas
al momento del nacimiento está aún empezando a dibujarse. Con las primeras
experiencias, cuando el bebé escucha a su mamá cantándole una nana, percibe el
olor del biberón, gatea por el pasillo tras la pelota, etc.… se van despertando una
cascada de conexiones nerviosas en su cerebro. Por eso una experiencia rica y una
estimulación adecuada favorecen el desarrollo de su inteligencia.
Las siguientes orientaciones pueden resultarte muy útiles para la tarea de favorecer el
desarrollo y aprendizaje del bebé!
Estimulando la inteligencia de tu bebé La ciencia nos enseña que el ser humano llega
a este mundo con casi la totalidad de células nerviosas que va a requerir en su vida,
pero el mapa de conexiones entre ellas al momento del nacimiento está aún
empezando a dibujarse. Con las primeras experiencias, cuando el bebé escucha a su
mamá cantándole una nana, percibe el olor del biberón, gatea por el pasillo tras la
pelota, etc… se van despertando una cascada de conexiones nerviosas en su
cerebro. Por eso una experiencia rica, una estimulación adecuada, favorece el
desarrollo de su inteligencia.
Precisamente en el periodo comprendido entre los 0 y los 6 años de edad se produce
un gran desarrollo en el cerebro humano, por ello se han realizado en los últimos
tiempos, numerosas investigaciones para encontrar la mejor forma de potenciar las
capacidades motrices e intelectuales del niño durante esa época de su vida.
A continuación te enseñamos paso a paso, las formas más adecuadas para estimular
la inteligencia de tu bebé. Pero debes tener en cuenta que nunca se ha de forzar al
niño, ni tampoco tratar de adelantar ninguna función cognitiva. Uno de los riesgos que
corremos al tratar de ser unos educadores modélicos para nuestros hijos es
precisamente el de sobre estimular a los pequeños, pudiendo provocar entonces su
irritabilidad y hasta el insomnio. Lo importante es que el niño disfrute y los adultos
debemos estar atentos para observar los primeros síntomas de cansancio, distracción
o aburrimiento, porque será justo el momento de parar el juego.
Recomendaciones para la estimulación temprana: De 0 a 3 meses: Billones de
conexiones neuronales están esperando a ser activadas. Se recomienda:
•Utilización de cartulinas con palabras o números para que se familiaricen con sus
formas a través del juego.
• Alrededor de los dos años pueden entender las bases de juegos como dominós, y
tener el primer contacto con el ajedrez.
2.3.3.5 ¿Cómo hacen los niños para desarrollar las habilidades del lenguaje y
alfabetización?
Ya desde el nacimiento, los niños aprenden, y es por eso que es tan importante el
papel que juegan los padres y aquellos a cargo de los niños. Ellos son los primeros
maestros del niño. Desde ya, cada niño se desarrolla a su propio ritmo, pero existen
ciertos patrones comunes a todos. Las siguientes descripciones ofrecen una idea
general de cómo los niños adquieren el lenguaje y aprenden a leer y escribir.
Los bebés aprenden a través de los sentidos: tocando lo que ven, viendo lo que
escuchan e interactuando con la gente que los rodea. Los bebés gozan de los sonidos
del lenguaje mientras cantamos, jugamos con ellos y los estimulamos a hablar imitando
los sonidos que ellos emiten.
Los niños aprendiendo a caminar desarrollan sus habilidades intentando hacer cosas
una y otra vez. Es por eso que precisan oportunidades para hab lar, escribir (garabatos)
y leer (sosteniendo libros y dando vuelta las hojas). Los libros con ilustraciones y
aquellos que juegan con los sonidos y los ritmos del lenguaje, son muy apropiados para
esta edad. Los niños pueden identificar fotos, nombrar objetos y solicitar sus libros,
actividades o vídeos favoritos para desarrollar el lenguaje a través de la repetición.
También tratarán de imitar a los adultos, así que si los ven leyendo, conversando o
escribiendo, estarán dando un buen ejemplo para que imiten (provea crayones y papel
para que escriban o dejen que hablen en un teléfono de juguete).
Se sorprenderá de lo mucho que puede ayudar a los niños a leer, escribir y conversar
¡y lo divertido que puede ser! Aquellos a cargo de los niños, son los maestros más
importantes. ¡Y dan el ejemplo! Así que dejen que los vean leer y escribir y permitan
que aunque sea lo ayuden con tareas cotidianas simples como hacer la lista para el
mercado, leer una receta o revisar el horario de los programas televisivos. Perm ita que
practiquen sus habilidades del lenguaje con tareas diarias. A continuación, algunas
sugerencias para ser realizadas por la madre o por adultos más cercanos al niño:
Sacar tiempo para conversar con los niños. A la hora de la cena, en el carro o de
camino al mercado, cuantas más oportunidades de conversar con el niño tenga, mayor
será su desarrollo del lenguaje. Hasta se puede entablar un dialogo con el bebé
jugando juegos como qué linda manito que tengo yo, o imitando sus sonidos y dejando
que imite al adulto.
Cantar. Ya sea una canción de cuna a la hora de dormir, una rima o cantando al ritmo
de la radio, cantar es una manera divertida para aprender palabras nuevas, sus ritmos
y el sonido del lenguaje.
Contarle o leerle historias todos los días. Se puede hacer a la hora de ir a la cama o
en cualquier momento del día. No debe se preocupante si el niño pide que le lea el
mismo libro una y otra vez. Podrá ser cansador para usted, pero la repetición ayudará
al niño a comprender y gozar de la historia. Si no puede leer un libro (ya que puede
estar conduciendo o cocinando), traten juntos, de inventar relatos orales.
Conversar sobre lo que los niños miran en televisión. Contestar sus preguntas,
invitarlos a hacer comentarios, preguntarles lo que piensan s obre lo que ven y
escuchan y prestar atención a sus respuestas. Leerles libros que toquen aquellos
temas sobre lo que ellos preguntan.
Escribir historias juntas. Dejar que los niños comenten sobre sus experiencias.
Escribir lo que comenten para hacer su propio libro. Incentivarlos a escribir por su
cuenta con garabatos. El primer pasó para aprender a escribir. Armarle un libro con sus
escritos y dibujos.
Salir de cacería de letras en la casa o por el vecindario. Escribir una letra y dejar
que los niños busquen ejemplos de la misma en cajas de alimentos, las etiquetas de la
ropa, el correo u otros objetos. Señalar y leer los carteles y señales del vecindario.
Colocar etiquetas con el nombre del niño en sus cajones y en su dormitorio. Cuando se
va ya a conectar la computadora, dejar que el niño ayude a tipear su nombre y clave y
mostrándole cómo las palabras lo guían en el proceso.
15
PIAGET, J . y Inhelder, B. (1979) psicología de las edades. ED. Morata. Madrid. Pág. 43
Como ya se ha indicado, el recién nacido está dotado de reflejos innatos, que
funcionan ante determinados estímulos. Rápidamente esos reflejos se
enriquecen, se condicionan con las adaptaciones y experiencias que se
repiten y quedan grabadas. A los cinco meses puede observarse que el bebe
repite, buscando que se reproduzcan, ciertos procedimientos para él
interesantes. Ejemplo empuja con la mano el móvil que tiene a su alcance
para ver su movimiento y sentir su sonido. Ahora su actuación tiene una
dirección, un sentido.
Pero durante los dos primeros años los comportamientos del infante
continúan ligados a la experimentación, a la manipulación real de los objetos.
Aun no se produce la liberación del pensamiento respecto a la acción; el
mundo concreto prima sobre el mundo representado. La representación
mental independiente de la percepción concreta del objeto se dará en la
siguiente etapa.
El aprendizaje sólo se da, si los niños hacen suyo el conocimiento nuevo; si lo integran
a sus esquemas mentales al relacionarlo y darle sentido. Así el trabajo del educador
debe enfocarse hacia la pregunta, hacia los problemas, estímulos sensoriales,
cuentos, dramas y diversos reactivos que activen las mentes de los niños y los lleven a
la construcción de nuevos conocimientos, de nuevas estructuras de conocimiento.
Bruner considera que la clave para el aprendizaje exitoso del conocimiento de las
disciplinas, esta en traducir las actividades a términos que los niños puedan
comprender. Afirma que los niños en diferentes etapas del desarrollo tienen formas
particulares de ver y e xplicar el mundo, de manera que la enseñanza adecuada de los
contenidos para los niños de determinada edad requiere de la representación de
estructuras de los contenidos de acuerdo con la forma de ver las cosas de los niños.
De acuerdo con lo anterior, Bruner se refirió a tres formas en las que los niños pueden
conocer algo: por medio de la acción, por medio de un dibujo imagen del objeto a
conocer o a través de medios simbólicos mediados por el lenguaje son ellas:
Para los niños, los constructivistas, han defendido las representaciones narrativas más
que las analíticas, acerca del conocimiento como una forma de entender mejor la
manera de pensar de los infantes. Piensan que un buen trabajo comienza por tomar en
consideración las representaciones actuales de los niños, su conocimiento respecto al
tema. Conforme avanzan desarrollan mejores conexiones a través de diferentes modos
de representar el conocimiento existente y extenderlo a aspectos nuevos del tema. En
el proceso, los niños deben tener una gran variedad de experiencias de aprendizaje:
intervención activa, explicaciones verbales, ejemplos presentados de modo inactivo e
icónico y poco a poco entrar en explicaciones de modo simbólico.
2.4. – CAPITULO 2
En el periodo del desarrollo que va de los dos a los siete años el niño avanza
dramáticamente hacia la inscripción en el mundo cultural y social. En la etapa
anterior el infante logra una significativa maduración, inicia el conocimiento
del mundo durante la actividad objetal; el crecimiento físico y las destrezas
sensoriales y motrices lo preparan para la etapa denominada “los años
preescolares”. Esta etapa se caracteriza por los siguientes avances:
Desarrollo significativo de las capacidades intelectuales y lingüísticas.
Identificación psico sexual con las figuras paternas.
Inicio de la caracterización de los roles sexuales.
Aparición de la conciencia moral o el súper yo.
Empleo de comportamientos defensivos ante situaciones de peligro.
En esta etapa el niño necesita desarrollar sus propios gustos, aun cuando s ean
opuestos a los de los adultos y en ocasiones peligrosos. Necesita sobre todo, saber
que puede experimentar, que es respetado y que tiene a alguien en quien apoyarse
cuando lo requiera. Necesita a alguien que le de un patrón de lo que es aceptado y lo
que no. Para lograr un justo medio es importante conocer muy bien la etapa por la que
está pasando el niño. A los dos años un niño alcanza un desarrollo físico que lo hace
verse mucho más grande de lo que realmente es, y por lo tanto que los adultos esperen
de él mucho más de lo que puede darle ahí que el niño necesite ayuda para
comprender y que las experiencias se adapten a su nivel para que pueda manejarlas.
Su capacidad de espera es muy corta, así como su memoria para algunas órdenes y
sus impulsos para ciertas actividades muy fuertes. El niño de un año vive el momento,
no es capaz de pensar en el pasado o en el futuro. Puede reconocer objetos familiares
al verlos o sentirlos, sonidos conocidos, por el olor puede saber cuando estás
cocinando algo que a él le gusta y el sabor de su comida favorita es ya inconfundible.
Sin embargo, su interpretación del mundo es muy diferente a la de los adultos,
cualquier cambio pequeño puede desconcertarlo e incluso no reconocer a su madre si
un día llega con un sombrero que nunca antes había usado.
Es importante que poco a poco aprenda a tomar decisiones, por ello es importante que
se le den opciones en las que no tenga nada que perder ¿cuál cuento quieres leer
primero? no importa cuál escoja porque de cualquier forma leerán los dos. A los niños
de esta edad les causa conflicto perder una opción.
2.4.2.1. Sueño
La capacidad que tiene el bebé para dormirse en cualquier parte y permanecer así
aunque lo carguen cambiará radicalmente conforme avance la edad de transición. El
horario y duración de sus siestas variará mucho dependiendo de la actividad que haya
realizado durante el día, qué tan bien haya dormido durante la noche, etc.
La mayoría de los niños de esta edad duermen entre diez y doce horas en la noche y
sus siestas van de veinte minutos a tres horas o más, con lo cual completan sus
requerimientos diarios de sueño. Al inicio de esta etapa la mayoría de los niños toma
dos siestas, hacia el año y medio sufren un ajuste en el que una siesta no es suficiente
y dos es demasiado. Es muy común que los niños de esta edad se nieguen a ir a la
cama a la hora de su siesta, es necesario conocer muy bien al niño e ir midiendo los
tiempos en los que necesita dormir y ayudarlo a hacerlo, ya que el que no se quiera
dormir no siempre significa que no lo necesite.
A los dos años necesitará una sola siesta y es recomendable que le hagan una rutina a
la hora que se acomode al resto de la familia, antes o después de la comida.
Los niños en las siestas inician un ciclo completo de sueño y en ocasiones, por las
actividades del resto de la familia, es necesario despertarlos, lo cual les rompe el ciclo
que habían empezado y les tomará un tiempo estar completamente despiertos y de
buen humor. Cuando lo despierten de su siesta o se despierte el solo muy adormilado y
con signos de no haber dormido todo lo que necesitaba, hay que darle el tiempo que
necesite, papacharlo un rato y no intentarlo vestir o darle de comer inmediatamente. Tu
hijo hace un esfuerzo físico, mental y emocional importante durante el día, y conforme
se cansa va perdiendo el dominio de su cuerpo. Demasiado cansancio produce que no
sepa que está cansado ni cómo relajarse para descansar. Es importante que conozcas
a tu hijo y no lo dejes llegar a este extremo.
Es importante buscar distintas formas para que el niño tenga momentos relajados
donde pueda descansar sin necesariamente dormir; ver la televisión, debido a la gran
cantidad de imágenes que tiene que procesar su mente, no es siempre una actividad
relajante, se pueden escoger actividades que la madre disfrute con él, como dibujar,
armar un rompecabezas o contarle un cuento. Este tipo de actividades requerirán que
lo acompañen y acostumbrarlo a hacerlas le ayudará a entretenerse más adelante en el
coche, en una sala de espera, etc.
En ocasiones los niños tienen problemas para conciliar el sueño por sí mismos,
generalmente se debe a que no han sido acostumbrados a ello o pueden despertarse
con frecuencia durante la noche porque han creado una rutina.
2.4.2.2. Dientes
Al año los niños tienen en promedio de entre seis y ocho dientes, y a los dos años ya
cuentan con veinte. Durante el segundo año al niño le estarán saliendo dientes con
frecuencia. Entre los doce y los veinte cinco meses le saldrán sus primeras muelas, que
normalmente son las más molestas. Las segundas muelas suelen salir hacia el final del
segundo año. Los dientes que salen durante el primer año molestan menos que los que
saldrán en esta etapa.
Es común que la dentición haga que el niño se sienta realmente incómodo e irritable.
Cuando un diente está saliendo la mejilla de ese lado puede ponerse roja y caliente,
para aliviar la molestia el niño puede intentar chupar algo o morder, pero esto también
puede dolerle. Si tomar leche del pecho o de la botella parece molestarle, hay que
ofrecerle los líquidos en un vasito, de esta forma por lo menos beberá más líquido.
La molestia debe durar sólo unos días, y aunque es poco lo que se puede hacer, a
ambos les hará sentir mejor si:
Si el niño está muy molesto o tiene fiebre, hay que estar al pendiente que no sea
algo más, como una infección del oído que son muy comunes a esta edad. Si se
tiene duda alguna se debe consultar al pediatra.
Aunque no existe ninguna razón aparente, es muy frecuente que a los niños que
les están saliendo los dientes o muelas les dé diarrea, y ésta sea verdaderamente
ácida. Mantenernos cerca del niño para detectar lo más pronto posible cuando
haya que cambiarlo y ponerle pomada protectora para evitar rozaduras es lo mas
conveniente.
Aunque los primeros dientes del niño se formaron desde el embarazo, para que
permanezcan sanos y fuertes es importante que tenga una dieta rica en calcio y
vitamina D. (Es importante que continúe tomando una cantidad significativa de leche y
productos lácteos).
Si el agua de la ciudad donde vive el niño no esta florada, es importante que se le de
un suplemento de flúor. Hay que tener mucho cuidado con suministrarle la cantidad
adecuada, ya que aunque es necesario para tener dientes fuertes, el exceso puede
manchárselos. Si se tiene alguna duda sobre el contenido del agua de la ciudad, debe
consultarse con la compañía encargada de suministrarla y consultar al médico sobre la
cantidad adecuada para su edad.
Es importante que comience una rutina de limpieza de dientes dos veces al día, pero
en especial antes de acostarse. Al principio se puede usar una gasa y más adelante un
cepillo de dientes pequeño. Es importante que aprenda a cepillarse de arriba hacia
abajo. Después de lavarse los dientes en la noche no debe tomar ni siquiera leche, si
tiene sed o necesita tomar algo para dormir, se le puede dar agua simple, es
importante que no tenga ningún resto de alimento, en especial azúcar durante la noche.
Tanto los dulces como cualquier alimento o bebida que contenga azúcar representa un
grave peligro para los dientes, por lo que hay que procurar que coma este tipo de
alimentos el menor número de veces al día, es preferible que se coma cuatro dulces
seguidos que durante toda la tarde, y darle a beber agua simple o lavarle los dientes en
cuanto sea posible. Escoger dulces que estén poco tiempo en su boca (como
chocolates) y e vitar las colombinas que puede chupar por media hora o más.
Pasados los dos primeros años aparecen notables avances en las funciones
perceptivas:
Valeria Mujina afirma: El niño no puede muchas cosas. Pero sí sólo nos
fijamos en lo que el niño todavía no puede, en lo que todavía no posee,
jamás comprenderemos como se forma el adulto. Es mucho más importante
averiguar qué tiene el niño, que puede, como cambia y se enriquece con la
edad16
16
Mujina Valeria (1983). Psicología de la edad preescolar. Pablo del Rió Editor. Madrid. Pág. 13
acontecimientos, momentos placenteros. Ahora el pensamiento preside a las
acciones. Ejemplo de juego simbólico es el que ofrece la niña cuando toma
sus muñecas y realiza con ella la rutina de limpieza que su madre, con gran
afecto, le provee a ella misma.
El periodo que va de los dos a los siete años ha sido denominado por JEAN
PIAGET, etapa preoperacional o anterior a la operación.
FORMAS DE CARACTERISTIC AS
PENSAMIENTO
EGOCENTRISMO El niño no reconoce ningún punto de vista
diferente del suyo. Él se considera el centro
del universo que lo rodea, al punto que no
concibe que algún ser tenga vida si el no lo
esta viendo. En el lenguaje esta
característica lleva al monologo; cuando el
niño se encuentra reunido con otros con
otros infantes, no presta atención a lo que
dicen los otros; piensa y se interesa sólo en
lo suyo.
CENTRAJE Como su pensamiento aun no es lógico, el
niño enfoca sólo un aspecto de la situación.
Ej. Entre dos paquetes, para el niño el más
grande necesariamente es más pesado.
ENFOQUE EN UNA el niño no logra asimilar el significado de la
CITUACIÓN transformación de una situación o de un
objeto de un estado a otro. Ej. La cantidad
de agua que hay en un vaso alto y delgado
es impensable para el niño que sea la que
existe en un vaso ancho y grueso.
MÁS ACCIÓN QUE Aunque el niño ya ha adquirido la
ABSTR ACCIÓN representación mental, su pensamiento y
su asimilación de experiencias se lleva a
cabo realizando mentalmente todas las
operaciones, como si las ejecutara en la
realidad; confunde la realidad con la
fantasía. Se enfoca más en la realidad, sin
hacer abstracciones. Para el niño los
fenómenos abstractos como las normas y
los sueños, pertenecen al mundo concreto
y real.
IRREVERSIVILID AD El niño no logra comprender que una
operación se puede realizar de dos
maneras, lo cual imposibilita el
pensamiento lógico. Cuando el niño llegue
a comprender que el agua puede volver a
su forma original; comprenderá que la
cantidad del liquido presente en una jarra
ancha es la que cabe en un vaso largo y es
igual si retorna a la jarra.
TRANSDUCCIÓN El pensamiento lógico se basa en la
deducción y la inducción, la deducción va
de lo general a lo particular. Ej. Comer
muchos caramelos puede enfermar a las
personas. Yo comí muchos caramelos y
puedo enfermarme, la inducción va de lo
particular a lo general: comí muchos
caramelos y me sentí enfermo, lo mismo le
puede suceder a otros niños.
En la etapa preoperacional los niños
razonan por transducción, es decir, de un
nivel particular a otro particular. Ej. Sentí ira
hacia mi maestra; ahora ella esta enferma.
Yo hice que mi maestra se enfermara.
En el periodo de dos a siete años, poco a poco los niños llegan a asimilar la
relación causa – efecto; y los conceptos de tiempo y espacio. Comprenden
que el tiempo puede ser pasado y futuro y con el espacio establecen
diferencia entre cerca y lejos, grande y pequeño.
Es inútil enseñar a los niños respuestas que aunque nos parecen correctas,
ellos no logran entender porque no han llegado al desarrollo mental
necesario. Presionar a los niños para que digan algo que ellos no creen que
es correcto, solamente los confunde y debilita la creencia que tienen en sus
propias habilidades.
2.4.5. Desarrollo lingüístico.
A los ocho meses el niño imita diferentes sonidos del ambiente, aumentando
considerablemente el repertorio disponible, seleccionando algunos y
ligándolos a otros. Tiende a pronunciar por imitación frases cortas pero
tomadas como un todo, pero logra emitir sonidos sencillos como ¨papᨠo
¨nene¨.
Estos sonidos dan cuenta del inicio del desarrollo cognoscitivo porque
reproducen sonidos ligados a situaciones cotidianas. Cuando el niño cumple
su primer año el lenguaje basado en gestos y sonidos, adquiere un gran valor
representativo. El valor representativo del lenguaje es anterior a la capacidad
de emplear la palabra; igualmente, la frase como conjunto global con
significado, es anterior a las palabras como símbolos personales empleados
para denominar las cosas.
Por lo general, hacia los diez meses el niño pronuncia las primeras palabras y
poco a poco aumenta su vocabulario llegando a veinte palabras a los diez y
ocho meses, cien palabras a los veinte meses y aproximadamente
trescientas a los dos años. Pero lo interesante, más que el número de
palabras es el contenido que estas encierran. A partir del segundo año una
palabra pronunciada tiene el valor de una frase completa; es portadora del
mundo afectivo y mental que experimenta el niño. En este momento el niño
no expresa una situación objetiva, observable claramente sino que se
expresa él inmerso en la situación y la situación para él, donde los elementos
subjetivos y objetivos se confunden.
A los dos años se inaugura la edad de la pregunta, donde el niño con sus
interrogaciones: ¿Qué es ésto?... y ¿esto? Quiere saber acerca de todo lo
que ve, quiere ampliar su vocabulario busca orientarse en su medio y
conocerlo mejor. Aprender el nombre de los objetos le permite apropiarse de
la realidad, de la cultura, de la relación de las personas con las cosas.
Hacia los tres años se sitúa la segunda edad de la pregunta, donde el niño,
más que interesarse por el nombre de los objetos, se interesa por su razón
de ser. Es la edad del ¿por qué? vinculada a las preocupaciones por las
diferencias sexuales, el por qué cumple una función cognoscitiva en la
búsqueda de información; pero indudablemente cumple una función afectiva;
acercarse al adulto, llamar su atención, buscar seguridad, calmar sus
temores inconscientes frente a un mundo complejo que se amplia y que
percibe día a día lleno de imprevistos, de normas y de costumbres impuestas
por la cultura.
Esta forma del lenguaje da cuenta de que el niño tras la palabra percibe el
objeto real.
- SPITZ René A (1.986) el primer año de vida del niño. Fondo de cultura
Económica. Mé xico.
3. UNIDAD No 3
3.1. OBJ ETIVO GENERAL: Señalar el desarrollo socio afectivo como los
logros que conducen al proceso simbólico, a la cultura y a la inscripción en el
orden humano.
INTRODUCCION
Las personas que son objeto del apego, dan al infante seguridad; despiertan
el deseo de explorar y el niño, mientras realiza su actividad objetal, mira
frecuentemente a estas personas; se aleja un poco pero pronto regresa a
ella.
Los objetos que poseen el contraste blanco y negro y que se mueven llaman
especialmente la atención del bebé. Los ojos tienen esta característica,
aparte de que todo el rostro también se mueve y por la boca se emiten
sonidos. Después de los dos meses de vida, el bebe mira, explora
detalladamente el rostro de la madre.
La sonrisa es otra reacción frecuente del bebé y que emite inicialmente ante
cualquier rostro humano. A partir de los cinco meses la sonrisa comienza a
volverse selectiva y se dirige solo ante los rostros que le son familiares,
básicamente ante la madre.
Hacia los tres o cuatro meses, cuando los infantes se encuentran frente a un
acontecimiento inesperado, se prestan atención y lo aceptan emitiendo una
sonrisa. Por eso se afirma que la sonrisa del tercer mes, más que una
respuesta social es una sonrisa de comprensión que da cuenta que el niño ya
es capaz de asimilar el rostro de una persona o un hecho inhabitual. La
posibilidad de que se produzca la sonrisa aumenta si la cara se acompaña
con la emisión de la voz. Pero inicialmente el esquema que tiene el niño del
rostro humano es de carácter general. No discrimina aun las características
del rostro de sus padres y allegados.
Puede afirmarse que las sonrisas del bebé es toda una representación para
las madres. La presencia frecuente de la sonrisa en el niño o su ausencia
afecta la relación madre e hijo. La madre entiende la sonrisa como una
confirmación de que el infante esta contento y de que sus cuidados le
satisfacen. Si el infante no sonríe o lo hace con poca frecuencia, la madre
duda de sus capacidades como cuidadora y persona capaz de hacer feliz al
pequeño. Además, la falta de sonrisa en el bebé hacia los tres o cuatro
meses puede ser indicio de un problema neuronal o del sistema nervioso que
debe consultarse con prontitud.
17
OSTERRETH; Paúl. (1.976) psicología Infantil ediciones Morata Madrid Pág. 70
efectivamente otro, semejante a él como ser humano, pero diferente de él. Es
una experiencia de identificación de su yo y con ella del no yo.
Con el fin de dar una clara fundamentación al desarrollo afectivo del niño, es
importante analizar las particularidades de la relación diádica Madre – Hijo, a
la luz de las investigaciones de René A Spitz18
Cuando el niño nace el equipo innato con el cual está dotado, por la
evolución, esta disponible para que se de comienzo al desarrollo, pero ese
equipo debe ser activad; necesita de la estimulación que se produce
mediante los intercambios con otro ser humano, con un cuidador o con la
madre. Solo una relación reciproca, en un ambiente humano, puede generar
el desarrollo que se inicia con la activación del equipo innato. En esta
relación reciproca se produce un intercambio en circuito de comportamientos,
donde el afecto desempeña el papel principal.
18
SPIDZ; René A (1.986) El primer año de vida del niño, ED Fondo de Cultura Económica México Pág. 81 -
99
constituida por el semblante materno, tendrá para el niño un significado cada
ve z mayor. En adelante todo proceso de aprendizaje estará cimentado en
esta posibilidad de seleccionar una entidad significativa, de un conjunto
inicial, sin sentido y de establecerla como un signo, de dotarla de significado.
Es la percepción discriminativa o diacrítica, base de todo conocimiento, que
se establece a partir de la significación del rostro materno.
Entre los cuatro y cinco meses de edad, los niños logran diferenciar a su
mamá y a las personas que los cuidan. De ahí que no permiten a cualquiera
que los alce cuando lloran, que los mesa cuando tienen sueño o que los
alimente un grupo limitado de personas se ha ganado ese privilegio y es el
grupo al que el niño sonríe, acepta juegos y por el que no tiene miedo. Son el
blanco de su apego. Los niños en su primera infancia pueden sentir apego
para varias personas, y los apegos de este periodo pueden modificarse más
tarde.
La preferencia del bebé por la mamá durante los dos primeros años de vida
es muy clara; ella es el blanco de su apego; rechaza los cuidados de otros;
su vínculo con ella es el inicio del sentimiento de confianza y se pone en
evidencia cuando recibiendo su alimento.
Desde luego, existen diferencias individuales entre los niños, con relación a
la intensidad de los miedos, diferencias que se originan en los componentes
y en la calidad de la relación madre – hijo.
A los diez y ocho meses, cuando los niños tienen mayor madurez y mayores
experiencias, son capaces de anticipar mejor lo que hará un extraño y
pueden iniciar algo en una situación no concordante.
Igualmente, los niños sienten miedo ante otros niños, pero la situación es
diferente a la que se presenta frente a los adultos. A los ocho meses los
niños frente a un adulto extraño, se inhiben en su actividad, van en dirección
a su madre tiene una actitud vigilante y llora en algunos casos. Pero a esa
edad un niño desconocido no despierta esas reacciones. El miedo ante un
niño desconocido aparece entre los doce y los veinte meses y después,
disminuye como lo hace la ansiedad ante extraños.
Los niños de menos de un año sienten poco miedo ante niños desconocidos;
se dirigen hacia ellos, exploran su rostro, su ropa, como si fuese un juguete
interesante. Después de su primer año, muestran inhibiciones, dejan de
jugar, se aferran a su mama aunque rara vez lloran. A los dos años y medio
la inhibición deja de presentarse.
El adulto desconocido provoca mas ansiedad que otros niños, y lo hace
varios meses antes que la ansiedad ante el coetáneo porque el adulto
extraño es un acontecimiento no concordante con el esquema que se ha
formado el infante de adultos que le son familiares y estimulan al niño a
responder ante esta situación.
Quienes educan a los niños menores de dos años deben acompañarlos poco
a poco en la búsqueda de las preguntas que genera la presencia de otros
niños de su edad. Así se lograra más fácilmente su integración para realizar
actividades conjuntas.
Un niño de diez ocho meses observa que su mama toma el control para
apagar el televisor. Unos minutos mas tarde el niño toma el control y trata de
imitar esta acción. La acción se ejecuta simplemente porque el niño vea a la
mama ejecutarla.
El niño prefiere imitar los modelos humanos, a fin de llegar a dominar el papel
desempeñado por los otros. El infante en representación de si mismo, se
asume como objeto, que guarda semejanzas con los modelos. A los dos
años abrazara y besara a otros como lo han abrazado y besado a el; ofrecerá
a otro un juguete como se lo han ofrecido a el; hablara a otros niños como le
han hablado a el. Las cualidades y características que reconoce en si mismo,
las atribuye a otros seres humanos
3.4 CAPITULO 2
Analizar las características del desarrollo socio afectivo del niño preescolar.
Dos a siete años
Al observar los juegos y las actividades espontáneas que realizan los niños
de dos a siete años, a si estén agrupados en edades cercanas, como sucede
en el preescolar, se aprecian grandes diferencias individuales. Sus
comportamientos, características y motivaciones presentan gran diversidad.
Algunos niños son mas activos extrovertidos, independientes, exploradores,
agresivos, curiosos; otros se ven pasivos, dependientes, tímidos, retraídos,
temerosos. Cada niño exhibe una personalidad propia, lo cual se entiende
como una organización o conjunto de características, maneras de pensar,
sentir, interactuar con los otros, expresarse y adaptarse al medio. Esta
organización propia de cada uno se manifiesta en todas las ocasiones y
lugares.
Los padres y hermanos son los agentes más importantes y con mayor
influencia en la socialización durante los primeros años.
También es muy común que entre niños de esta edad se peleen por la pertenencia de
las cosas, tampoco debe ser preocupante, no es que el niño no sepa compartir, es que
casi ningún niño de esta edad sabe hacerlo, sin embargo, sí es importante que se
empiece a fomentar en él las ideas sobre prestar juguetes que luego le van a devolver,
dar dulces a otros niños y adultos, etcétera, sin obligarlo.
Los juguetes y acti vidades educativas deben ser divertidas y acabarse cuando el niño
aún está interesado en ellos, de otra forma, no les prestará atención por un tiempo
significativo y no le interesarán una segunda vez. Los juguetes que necesitan los niños
son aquéllos que les ayudan a comprender el mundo real, y con creatividad lo pueden
hacer con objetos que se tienen en casa o con juguetes caseros, sin ser
necesariamente los sofisticados juguetes que venden en las jugueterías.
Durante esta etapa hay que fomentar que el niño juegue, en ocasiones solo, aunque los
adultos permanezcan a su lado, ya que de esta manera lo estarán acostumbrando a
realizar sus actividades en solitario, sin necesidad de tener a un adulto mirándolo
siempre. Por otro lado, es importante que poco a poco vaya desarrollando su
creatividad, y el juego espontáneo es un excelente recurso para lograrlo y para
exteriorizar preocupaciones. A través del juego el niño pone en práctica sus propias
conclusiones de lo que observa en el mundo de los adultos, lo imita, ensaya y
perfecciona los movimientos, etcétera. El niño es capaz de explorar el mundo e inventar
juegos muy divertidos, lo único que necesita es un espacio amplio, materiales seguros
y saber que el adulto que lo acompaña está cerca por si lo necesita. Es recomendable
que tenga un espacio con juguetes en el área en la que convive la familia, de esta
forma, aunque juegue su propio juego, se sentirá acompañado.
A esta edad el niño se apasiona por descubrir, por crear hipótesis y comprobarlas con
el medio ambiente. Es muy importante tener un equilibrio entre la enorme necesidad
que el niño tiene de explorar y de los límites que requiere le sean impuestos.
El juego para los niños de esta edad es una cosa muy seria, a través de él están
creando ideas, conceptos y asociaciones.
Por el contrario, los estudiosos de la genética comportam ental afirman que las
semejanzas entre los familiares cercanos se atribuyen básicamente a las
características genéticas comunes. Según los genetistas los hermanos adoptados son
tan diferentes en personalidad como niños educados en familias diferentes, mientras
gemelos idénticos que se crían separados son mas parecidos que los hermanos no
gemelos.
Puede afirmarse que si bien existen las predisposiciones biológicas hacia ciertos
rasgos sociales y de personalidad, las influencias del ambiente social interactúan con
estas predisposiciones para configurar el comportamiento.
Bajo setas consideraciones Erikson definió ocho etapas a lo largo del ciclo vital. Cada
etapa conlleva a una crisis o a un conflicto de desarrollo básico y el éxito del individuo
al afrontar la crisis afecta el desarrollo general durante y después de la etapa. Una vez
que el individuo resuelve cada etapa, su personalidad se reestructura y los primeros
desarrollos se integran a los posteriores.
En el siguiente cuadro se sintetizan las ochos etapas del ciclo vital humano según
Erikson:
Confusión de Rol
6 Edad adulta Intimidad contr a
Estancamient o.
V ejez Integr idad contr a
desesper ación
Con base en las experiencias que sostiene el bebé en la satisfacción de sus necesidades
básicas, como ser completamente dependiente, desarrolla la seguridad general, el optimismo y la
confianza en los demás. Las personas que confían más en los demás son más felices y mejor
adaptadas. En condiciones adversas los bebés pueden desarrollar inseguridad y desconfianza
fundamental.
A partir del cambio de ser tratado como un bebé indefenso a ser tratado como un niño capaz de
ejercer autocontrol y por lo tanto del que se espera que se comporte de acuerdo con las normas.
Este cambio conduce al desarrollo de un sentido de autonomía e independencia segura, tomando
con clama las frustraciones. Lo anterior si los educadores apoyan al niño y estableen los límites sin
rechazo o culpa. Si los padres hacen demasiadas demandas, las hacen muy pronto o enfatizan las
amenazas y el castigo, los infantes llegan a sentirse dependientes por completos y controlados por
los adultos su fracaso los lleva a sentimientos de vergüenza
En esta edad se desarrolla en los niños el interés por explorar sus capacidades y adquirir múltiples
experiencias. Los niños comienzan a explorar el mundo social fuera de la familia. Los niños
tratados con aceptación y apoyo desarrollan la seguridad, la iniciativa en la exploración y
manipulación del ambiente, intentan cosas nuevas y exhiben sus capacidades, demostrando
bienestar. Si estas iniciativas conducen al castigo por violar prohibiciones, los niños pueden
volverse inhibidos y desarrollar sentimientos de ansiedad o culpa. Según Erikson, las experiencias
sociales en esta etapa son decisivas para adquirir la seguridad contra inhibición en situaciones
sociales.
Esta crisis es motivada por la necesidad del niño de afrontar las expectativas del grupo de
compañeros y de la escuela. Al interactuar con el grupo de compañeros, los niños deben aprender
a cooperar, compartir y relacionarse bien con otras personas, al igual que dominar las habilidades
necesarias para realizar los juegos en la escuela deben dominar las tareas y el rol de estudiantes.
El buen comienzo en el hogar, las experiencias consistentes de éxito y reconocimiento del
progreso, conducen a la motivación y a una cadena de efectos positivos ascendentes. Si los niños
fallan en cumplir estas expectativas desarrollan la sensación de inferioridad y de autoestima baja.
Esta crisis es motivada por la necesidad del niño de afrontar las expectativas del grupo de
compañeros y de la escuela. Al interactuar con el grupo de compañeros, los niños deben aprender
a cooperar, compartir y relacionarse bien con otras personas, al igual que dominar las habilidades
necesarias para realizar los juegos en la escuela deben dominar las tareas y el rol de estudiantes.
El buen comienzo en el hogar, las experiencias consistentes de éxito y reconocimiento del
progreso, conducen a la motivación y a una cadena de efectos positivos ascendentes. Si los niños
fallan en cumplir estas expectativas desarrollan la sensación de inferioridad y de autoestima baja.
Aparece cuando los jovencitos comienzan a cuestionar creencias y valores que habían
internalizado en la infancia sin reflexión, sin pensar mucho. Las operaciones formales y una mayor
comprensión de la realidad, los conduce a la crisis de identidad, periodo de exploración y
búsqueda intensa de compromiso aceptables. Las experiencias personales consistentes conducen
al éxito, a la satisfacción y al reconocimiento social
Esta etapa, según Erikson, se centra en la crisis enfrentada en la adolescencia tardía o principios
de la edad adulta, cuando las relaciones intimas se vuelven viables y deseables. Es la etapa donde
se desarrollan las capacidades para mantener relaciones personales íntimas, consistentes
Surge en la edad adulta media, cuando las personas desarrollan preocupación por criar niños y
dejar algo de si mismos a las futuras generaciones. La satisfacción, cuando la crisis se resuelve
positivamente, se obtiene al contribuir al desarrollo de otras o al dedicarse a otras formas de
altruismo o creatividad que elevan al yo por encima de logros materiales
Los sucesos de cualquiera de las ocho etapas, dependen tanto de los logros pasados
del niño, como de las vivencias presentes. La influencia de los adultos y del medio que
rodea al niño es determinante.
Según Erikson aunque una etapa debe resolverse antes de dominar la siguiente, las
etapas no se excluyen mutuamente. Así siendo la generatividad (la creatividad) una
característica importante de la edad media adulta, se presenta en tras etapas.
Piaget fue uno de los pioneros en estudiar los cambios ocurridos en el razonamiento
moral que acompañan a los cambios en el desarrollo cognoscitivo. Según este
investigador los infantes tienden a confundir la moralidad con las normas sociales y a
juzgar la moralidad de un comportamiento, de acuerdo con las consecuencias sin
tomaren cuenta las intervenciones o los aspectos que influyen en una situación. En
esas condiciones para los infantes puede ser tan malo romper un espejo por accidente
que romperlo a propósito.
Lawrence Kohlberg, partiendo de las ideas de Piaget, elaboro una teoría del desarrollo
moral. Kohlberg, propuso tres niveles de pensamiento moral: preconvencional,
convencional y posconvencional y de principios.
Al niño hay que expresarle físicamente el cariño con besos y abrazos e invitarlo a que
él también lo haga. Darle opciones de actividades físicas como dibujar, jugar con masa
que pueda apachurrar muy fuerte, etcétera, para que canalice su enojo y frustración. Si
él sabe que son aceptados sus sentimientos los dejará salir sanamente.
Los niños pequeños requieren que los límites les sean marcados por los adultos con
mensajes claros y consistentes, en muchas ocasiones los berrinches o las conductas
incomprensibles son una petición desesperada de que alguien más les marque hasta
dónde pueden llegar, qué está bien y qué no.
Si esta necesidad es bien atendida, desaparecerá aproximadamente a los tres años, en
que el autocontrol será mucho mayor y requerirán cada día ser menos limitados porque
conocen hasta dónde pueden llegar en cada caso.
Muchos de los niños que han crecido sin una rutina diaria o sin límites, a partir de los
tres o de los cuatro años, son difíciles de manejar, estos niños están constantemente
buscando y probando hasta donde pueden llegar especialmente si están haciendo algo
que les gusta, por ejemplo, si están viendo televisión, jugando Nintendo o jugando
afuera. También se resisten a asumir sus responsabilidades como recoger sus
juguetes, hacer las tareas, etc.
Madres y padres tienen que invertir mucha energía en lograr que estos niños
obedezcan y cumplan con sus responsabilidades. Les hablan, les gritan, los
regañan...y, a menudo, terminan por castigarlos. Y todos terminan exhaustos: los niños
por estar retando a los padres, y los padres por tratar de que los niños los obedezcan.
Muchas madres no se dan cuenta que el invertir un poco de tiempo en establecer una
rutina diaria y establecer ciertos limites cuando sus niños son muy pequeñitos, les va a
facilitar grandemente la vida familiar más adelante.
"La rutina diaria es para los niños lo que las paredes son para una casa, les da
fronteras y dimensión a la vida. Ningún niño se siente cómodo en una situación en la
que no sabe qué esperar. La rutina da una sensación de seguridad. La rutina
establecida da un sentido de orden del cual nace la libertad." (R. Driekurs)
Los límites le indican al niño que toda actividad tiene una duración. Como la palabra
denota: "puedes, hasta acá - pero más allá, NO." Por ejemplo
Lo único extraño en estos primeros días es el baño diario, que es una costumbre de
nuestra cultura. No todas las culturas acostumbran a bañar a sus bebés diariamente.
Es importante que el baño se haga a la misma hora todos los días para que forme parte
de la rutina diaria. Algunas familias prefieren bañar a sus bebes al medio día, mientras
que en otras familias prefieren hacerlo antes de su última comida del día del bebé.
La rutina diaria es importante porqué el bebé va internalizando el orden de la rutina, y la
repetición y la constancia del horario le van dando cierta seguridad frente a la
incertidumbre de la vida.
Ya para los seis meses un bebé estará comiendo cinco veces al día y dormirá de seis a
ocho horas durante la noche. Es muy importante que desde ahora el niño intuya de que
hay una noche, o un periodo de descanso más largo, sin claridad y con menos ruido
que durante el día.
La hora de dormir. El establecer la hora de dormir desde los siete u ocho meses es una
de las cosas más importantes que puede hacer una madre, tanto para ella como para
su hijo más adelante. Vamos a suponer que una mamá escoge las siete y treinta p.m.
como la hora para acostar a su hijo o las ocho y treinta p.m. a más tardar. Esta es una
hora y una costumbre que su hijo puede mantener durante la etapa pre-escolar y
durante la escuela primaria. De esta manera la madre puede asegurarse de que el niño
dormirá las diez horas que necesita para obtener un buen descanso. Uno de los
problemas de muchos niños hoy en día es que no duermen lo suficiente y su
rendimiento en la escuela es bajo.
Si los berrinches aparecen alrededor de los dos años, éstos son 'normales', no deben
preocupar demasiado, sin embargo hay que tener cuidado de que no se vuelvan parte
de la conducta habitual del niño, para prevenirlos y procurar la superación rápida de los
mismos se recomienda:
No debe dejarse solo. Se debe esperar a que se calme. No se puede hablar con él
si está agitado.
Hay que restarle importancia al berrinche. No es el fin del mundo. Mientras el niño se
calma, el adulto debe estar ahí, acompañándolo físicamente, pero para ello se sugiere que
el adulto piense algo agradable, positivo y no en lo difícil que se está poniendo el niño.
Cuando el niño se haya tranquilizado hay que decirle únicamente, pero con mucha
firmeza, que no puede portarse así y explicarle brevemente lo que hizo. Inmediatamente
distraerlo con otra actividad….algo que le guste, que él haga bien.
El alentar a un niño, el darle ánimo, es uno de los grandes instrumentos que tienen los
padres a su disposición para ayudar a sus hijos en su crecimiento, para ayudarlos en el
aprendizaje y aceptación de nuevas actividades y responsabilidades.
Buscar "la mejora" y no "la perfección". Este es un punto fundamental, hay que recordar
que el niño está en un proceso de crecimiento y aprendizaje y que hay que animarlo a
querer hacer la tarea o a querer aceptar la responsabilidad e intentar hacerla cada vez
mejor. No se puede esperar que lo haga perfectamente.
Enfocar las exigencias en el esfuerzo más que en el resultado. Puesto que no estamos
buscando "la perfección", vamos a alentar al niño en "su esfuerzo". Lo que cuenta es
que el niño se está esforzando por hacerlo mejor.
Estimular al niño y darle ánimo pero exigiéndole demasiado. Dejar que el niño de la
pauta. Se debe analizar lo que esperan del niño. No esperando de él lo que él no puede
dar. Esto convierte el "dar ánimo" en una exigencia.
Cuando esté dando ánimo separe el "SER" del "HECHO". Imaginar al niño compuesto
de dos áreas o partes. Un área es el área de SU SER, de su persona, a la cual se le
transmite que SIEMPRE se le va a querer, SIEMPRE va a ser importante para nosotros
que él, como persona, es muy valioso y que se tiene confianza en él. La otra área es la
de lo que él HACE - esta es el área de los intentos, las equivocaciones y los logros.
Aunque el niño no está progresando como se quisiera, sin duda habrá progresado algo.
Dígale como está mejorando. Déle información específica. Esta información va a ser
muy útil para todos.
Hay niños que lo quieren hacer todo a la perfección y muchas veces no hacen el intento
por el miedo al fracaso. A estos niños habrá que invitarlos a emprender una actividad
con el adulto y una vez que estén haciendo la actividad juntos el adulto o padre le
puede hablar de sus propias equivocaciones y como el equivocarse no es fracasar.
La base de la disciplina positiva está en: creer firmemente que todos en la familia son
importantes; transmitirle a los niños, que los adultos cercanos a él los quieren y que
ellos son muy importantes para todos; transmitirles que la familia funciona si todos
colaboran; transmitirles que cada uno en la familia tiene responsabilidades y tareas que
cumplir y por supuesto, mostrar respeto por los hijos.
Para lograr la educación de niños libres hay que procurar establecer una rutina diaria
es decir poner límites justos; proporcionarle a cada niño su espacio personal; tener
normas claras; en lugar de utilizar el castigo, dejar que el niño sienta las consecuencias
de sus acciones; en lugar de utilizar las recompensas para premiar los trabajos
cumplidos, motivar a los hijos a colaborar por el bien de la familia.
A medida de crecen los hijos los padres deben aprender a compartir su poder dentro de
la familia y dejar que los niños muestren su iniciativa y opinen; promover una
comunicación clara y escuchar a los hijos y analizar sus sugerencias. Pues s e debe
recordar que el gran motor que facilita la conducta positiva de un niño es el querer
pertenecer a su familia; que otros impulsores de una conducta positiva en el niño es el
sentirse querido y sentirse tomado en cuenta por sus padres; que a medida que crece,
el niño se da cuenta de qué cosas agradan a papá y a mamá y va querer agradarlos
para sentirse querido y sentirse tomado en cuenta, Por ejemplo: Si el niño nace en una
familia donde todos tienen responsabilidades definidas y el ser responsable es algo
valioso para los padres, el niño se esmerará en ser responsable porqué de esta manera
agradará a sus padres y se sentirá importante; si el niño nace en una familia donde es
importante ser ordenado y respetar el espacio personal y las pertenencias de los otros,
el niño se esmerará en ser ordenado y respetuoso de las cosas de sus hermanos y de
sus padres, porqué de esta manera agradará a sus padres, se sentirá parte de la
familia y valioso.
La observación:
Identificación
La niña de cinco años luce orgullosa un traje de gala con el cual su madre fue
premiada como diseñadora de modas.
Los infantes entre dos y tres años hacen rabietas, tienden a pegar, empujar y
dar puntapiés a otros niños, pero en la medida en que crecen y se desarrolla
su sensibilidad social, estas reacciones disminuyen.
Muchos factores inciden con facilidad en el niño para que exprese la agresión
y en las formas que esta adopte. Entre estas podemos mencionar: las
frustraciones, las características de personalidad, las experiencias pasadas,
la coerción y o permisividad de las manifestaciones agresivas; la observación
e imitación.
La forma que tome la crisis de los tres años, las dificultades en la interacción
con sus cuidadores, depende en gran medida de la actitud que asuman los
adultos con el niño. Los padres y educadores deben tomar conciencia del
desarrollo que el niño ha logrado en este momento; ya no es un bebé, no se
puede coartar su libertad y menos aun imponerle criterios, juegos, alimentos
y acciones que el niño rechaza. Estas actitudes en el adulto llevan al niño a
comportamientos agresivos, a la cólera o al sometimiento por temor o
inhibición.
La crisis de los tres años es la forma que emplea el niño para denunciar que
ya ha crecido lo suficiente para ser tomado como una personalidad
independiente; es un paso a la conquista de su autonomía. Esta crisis es
transitoria pero de ella surgen nuevas formas de relación entre el niño y los
adultos que le rodean: distanciamiento, iniciativa personal, autonomía,
independencia.
El infante menor de dos años activa movido por los deseos y sentimientos
que le inspiran la situación, por lo global e inmediato. Su comportamiento
puede ser fácilmente desviado porque esta regido por circunstancias
externas. Ahora, en los años preescolares, el niño a madurado en forma
integral, por lo cual sus sentimientos, deseos, ideas, reacciones, están
relacionados con representaciones mentales, lo anterior hace que se torne
más independiente y su comportamiento pueda ser orientado con
expresiones verbales. Ahora el conversar con el niño acerca de sus
comportamientos, el aclamarle socialmente, el recurrir al cuento sencillo
como reflexión para lograr comportamientos adoptivos, suele tener muy
buenos resultados.
Las diferencias entre los que son las características de personalidad y las
actividades propias de hombres y mujeres guardan estrecha relación con la
cultura.
La identidad del papel sexual y la tipificación sexual están en estrecha relación con
la historia personal, con la estructuración psico-social de cada niño, forman arte de
su personalidad, por lo cual merecen el respeto y el reconocimiento de quienes le
rodean.
Sigmund Freud planteó interesantes explicaciones sobre la masculinidad y la
feminidad, asimilando este proceso a una estructuración mental que determina
desde la infancia las relaciones afectivas posteriores del sujeto y su identidad
sexual.
Para Freud entre los tres y cuatro años, el infante pasa de la etapa anal a la etapa
fálica o genital. El placer y el interés del niño que ya han recorrido su cuerpo por
la zona oral y anal, ahora se centran en el área genital. Este momento se
denomina etapa genital temprana porque el niño no posee la sexualidad madura
del adulto. Los niños muestran gran interés e indagan acerca de las diferencias
corporales entre los sexos. Los niños deben superar el denominado complejo de
EDIPO y las niñas el complejo de ELECTRA entre los tres y los seis años. El niño
se centra en su madre, le dedica su amor con tendencias sexuales y entra en
competencia con el padre a quien vivencia como un rival por el amor y el afecto
de la madre. Ya la relación madre-hijo ha cumplido su primera funció9n
estructurante. Ya el niño ha establecido el concepto del sí-mismo y ha iniciado su
vínculo social y afectivo con un objeto diferente de él mismo. Ahora el ingreso del
padre se hace necesario, pero este ingreso de un tercero en la relación dual que
ha sostenido con la madre llena al niño de un conjunto de sentimientos
contradictorios hacia la figura paterna. El padre despierta en él afecto, hostilidad,
rivalidad y temor. Como es el deseo del niño el poseer a madre, el que ella sea
para él, inconscientemente desea la muerte del padre, que es el rival, el obstáculo
frente a la madre. Este deseo de muerte frente al padre es vivenciado con
sentimientos de culpa; teme que él en castigo quedará mutilado (castrado),
perdiendo su pene, como las niñas que no lo poseen. Es lo que se ha llamado
complejo de castración. El niño se siente débil frente a la figura paterna, tiene
temor y reprime los deseos sexuales hacia la madre. Ante la imposibilidad de
poseerla, de que ella sea su objeto de amor no compartido y como observa que el
padre es apreciado y amado por ella, busca imitarlo; se identifica con él y quiere
poseer comportamientos sexuales masculinos.
Los niños que tienen un alto concepto de sí mismos abordan las actividades
escolares y la relación con otras personas con la seguridad de tener éxito y de ser
bien aceptados; se orientan por sus propios juicios, expresan sus ideas y tienen
iniciativas ante situaciones nuevas.
Uno de los miedos más frecuentes en los niños es la fobia a la escuela; una forma
de miedo que puede aproximarse al pánico de alejarse del hogar para ir a la
escuela. Es normal que el niño tenga inicialmente alguna resistencia y que
presente síntomas como enfermedades, quejas sobre los niños, sobre la
institución por el miedo a preocupación de abandonar su casa, pero esta situación
se supera rápidamente.
Si esta fobia persiste e impide la escalonización normal del niño, debe atenderse
con seriedad. Son muchos los problemas simbolizados por una fobia escolar,
siendo la más frecuente la ansiedad de separación, un miedo a separarse que
tienen igualmente la madre o el padre y el niño. Las madres de niños que sienten
fobia a la escuela se sienten amenazadas frecuentemente por la pérdida de
dependencia del niño respecto de ellas y además en su historia afectiva sostienen
relaciones de dependencia.
Zapata Aquino considera el juego del niño en los siguientes términos: “el juego
infantil es medio de expresión, instrumento de conocimiento, factor de
socialización, regulador y compensador de la afectividad, un efectivo instrumento
del desarrollo de las estructuras del pensamiento; en una palabra, resulta un
medio esencial de organización, desarrollo y afirmación de la personalidad.”19
Según Piaget las etapas de la actividad lúdica (del juego) en el niño se relacionan
directamente con las tres etapas de la función cognitiva y de la afectividad: el
juego ejercicio, propio de las actividades objetales, donde el niño manipula y
explora. El juego simbólico, a través del cual el niño representan y re vive
situaci9ones con un contenido afectivo. El juego reglado donde el niño se sujeta a
normas y reglas impuestas por los integrantes del juego.
El juego forma parte de las experiencias que el niño busca repetir, llevar a la
práctica o desconocer, con el fin de que sus ideas, pensamientos y sentimientos
se pongan a prueba en lo real.
De 2 a 3 años: ya participa en juegos con otros niños y comprende que existe otra
realidad fuera de la familiar. Los juegos con mayor aporte a su desarrollo son:
El agua, a fin de que pueda vaciarla, recogerla, regar matas, ver sus usos. Su
manipulación es placentera, en diferentes recipientes.
19
ZAPATA, Oscar Aquino. (1990) Psicomotricidad, base de apoyo de los aprendizajes escolares. Trillas,
p.22.
La pintura, la cual le agrada bastante y desarrolla su motricidad fina, su
imaginación, atención, concentración, ubicación espacial. Debe realizarse con
materiales como tiza y crayones.
También le gusta jugar con lazos para halar, enlazar, saltar, trepar, atar y desatar.
Aumentan sus juegos con otros niños, donde respeta las reglas.
El juego dramático con muñecas, utensilios del hogar, donde representa escenas
familiares, o con elementos que le permitan representar la escuela y la actividad
de su maestra, le interesa en gran medida.
ANSIED AD: Situación emocional por la cual el niño se muestra temeroso ante
extraños o ante la ausencia de la persona que cuida.
LÍBIDO: Energía sexual que moviliza al sujeto. Fuerza de los instintos sexuales
dirigidos hacia un objeto.
VISCER AL: Referente a los órganos encerrados en las cavidades del cuerpos y
gobernados por el sistema nervioso autónomo. Emite respuestas automáticas. Son
visceras: el corazón, los riñones.