Está en la página 1de 2

Protegidos (Éxodo 15)

Tal vez te preguntes, ¿por qué, si Dios nos protege, algunos de sus hijos son maltratados, abusados o
sufren accidentes?
No es fácil responder esto. No hay respuestas tan simples. Es cierto, Dios nos guarda, pero a veces
nosotros mismos buscamos el riesgo y nos metemos es situaciones peligrosas.
Es cierto, Dios nos guarda, pero mientras fuimos niños (y aún de adolescentes) la mayor responsabilidad
sobre nuestras vidas era de nuestros padres. Ellos debían cuidarnos y librarnos de personas con malas
intenciones, y a veces no lo hicieron (o nunca); entonces indefensos como niños y con miedos, sufrimos
maltratos, golpes o abuso sexual.
Pero, ¿por qué esos padres que deben proteger a sus hijos, como representantes de Dios, no lo hacen?
A veces, porque ellos mismos ignoran a Dios y no actúan como sus representantes. A veces por exceso de
confianza y descuido, porque ellos mismos no recibieron de sus padres el cuidado necesario. Otras veces por
pasar demasiadas horas fuera del hogar dejando solos a sus hijos, sin saber con quiénes están y qué hacen. Otras
veces, por miedo, se vuelven cómplices de aquellos que lastiman o abusan y no hacen nada, aun sabiendo la
verdad.
Piénsalo
Lo importante ahora es que tengas algo muy en claro: Dios no maltrata y no abusa. Y tú no fuiste
responsable de aquellas cosas desagradables que sufriste en tu infancia. No fue tu culpa lo que te tocó vivir. No
fue por algo malo que hiciste o dijiste, sino por la falta de protección y cuidado.
No busques vengarte, Dios mismo tratará con aquellos que de alguna manera te lastimaron. No tengas
miedo, ni vergüenza de abrir tu corazón delante de Dios y de alguna persona madura y espiritual para sacar todo
el dolor que aún tengas adentro y para aprender a perdonar.
Hoy, por amor, Dios mismo se hizo cargo de ti para cuidarte y librarte del mal. Si no te metes en nada raro,
Él será tu fortaleza y tu cuidador siempre.
Veamos lo que dice la Biblia:
“El Señor es mi fuerza y mi canción; él me ha dado la victoria. Él es mi Dios, y lo alabaré; es el Dios de mi
padre, ¡y lo exaltaré!” (Éxodo 15:2)

“Tu mano derecha, oh Señor, es gloriosa en poder. Tu mano derecha, oh Señor, aplasta al enemigo. Con la
grandeza de tu majestad, derribas a los que se levantan contra ti. Desatas tu ardiente furia y los consume como a
paja” (Éxodo 15: 6-7)

1
“Oh Señor, entre los dioses, ¿quién es como tú: glorioso en santidad, imponente en esplendor, autor de grandes
maravillas? Levantaste tu mano derecha, y la tierra se tragó a nuestros enemigos. Con tu amor inagotable guías al
pueblo que redimiste. Con tu poder los guías a tu hogar sagrado. (Éxodo 15:11-13)
Después de leer y estudiar todo el texto y los versículos allí expuestos anota lo que más te llamo la atención y por
qué.
Versión de la Biblia utilizada Nueva Traducción Viviente (NTV)

Protegido Yo Estaré
Si vas en mi barca no me hundiré
Si me sostienes con tu mano no resbalaré
Si te paras junto a mí no temeré
No temeré
Protegido yo estaré,
En tus brazos dormiré
Tu latido escucharé, donde vayas viviré
Viviré
En tu mano escóndeme, en tu regazo siéntame
Guárdame bajo tus alas refugio salvador
No temeré, no temeré.
Protegido yo estaré,
En tus brazos dormiré
Tu latido escucharé, donde vayas viviré
Viviré

También podría gustarte