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I N D I C E
PÁG
2. MAQUINARIA DE COCINA 10
Una buena concepción de ésta y una adecuada distribución de su espacio, nos permitirá
realizar nuestro trabajo con mayor facilidad y sin gastos innecesarios de esfuerzos o de
recursos. Además, una buena distribución de sus elementos y departamentos, o divisiones, nos
permitirá realizar con mayor facilidad las tareas de limpieza, fundamental en el espacio del que
trata este tema, y supondrá que evitemos accidentes.
Nos vamos a referir a las características que debe tener una cocina con el objetivo de
garantizar, al máximo, la eficacia del trabajo que vamos a realizar en ella, las condiciones de
los trabajadores que van a desarrollar sus funciones en la misma y la prestación del mejor
servicio posible para los usuarios finales de nuestro trabajo. Estas características las podemos
resumir en las siguientes:
Ubicación: Debe guardar relación con los lugares donde se va a servir lo cocinado para
facilitar la comunicación con los comedores y evitar que la comida se enfríe en largos
trayectos; aunque podamos disponer de medios auxiliares como mesas calientes,
montacargas o montaplatos.
Además, la cocina debe tener fácil acceso para la llegada de mercancías y la salida de
residuos. También hay que tener en cuenta que debe encontrarse alejada de zonas
donde puedan molestar los humos y los olores que puedan salir de ella.
Amplitud: las dimensiones de la cocina deben ser adecuadas a los servicios que vamos
a realizar en ella y, en consonancia, con el servicio de comedor que vayamos a prestar a
nuestros “clientes”. Los teóricos de este aspecto establecen que la cocina debe ocupar,
al menos, tres cuartas partes de las dimensiones del comedor o comedores a los que
deba servir, para garantizar su eficacia en el desarrollo de sus funciones.
y potencia suficiente) instalados encima de los lugares habituales de trabajo, para evitar
que se produzcan sombras.
Junto a esos ventanales, debe de haber otros, a un nivel más bajo, que denominamos
“de entrada” y que se encontrarán más lejos de los fogones.
Temperatura: Hay que huir de los excesos de calor que suele acumularse en las
cocinas tanto por causas naturales (con la “entrada” del sol si disponemos de grandes
ventanales), como por el propio uso de los elementos que la componen. Deberemos
combatir esa temperatura inadecuada con elementos de aire acondicionado que
refresquen la parte de la cocina donde se genera más calor y mantengan una
temperatura más fría en los lugares donde se guarden productos que deban
conservarse de esa manera.
La instalación de estos medios artificiales deberá realizarse cerca de los lugares más
cargados de humos, cerca de los fogones, y en lugares altos.
Materiales de fácil limpieza: Es otra de las características básicas que debe reunir una
cocina. El revestimiento de paredes, suelos y techos, debe realizarse con materiales
fácilmente limpiables e inalterables al calor; normalmente, de color blanco (mosaicos o
encalados con pintura lavable), que es cómodo de limpiar y da sensación de limpieza.
Hay que tener en cuenta que el material que se use para los suelos sea antideslizante
para evitar resbalones y, en consecuencia, accidentes. En algunos lugares de la cocina
donde es más fácil que se produzca el vertido de agua, pueden realizarse pequeñas
inclinaciones que favorezcan que el agua se vierta hacia un sumidero.
La complejidad de los trabajos que vamos a desarrollar en una cocina, hace necesario que
dispongamos de una serie de departamentos o divisiones con funcionamientos independientes
y, en algunos casos, personal especializado en los mismos, aunque interrelacionado con el
resto de la plantilla que compone la cocina.
Esta división, por tanto, va a estar basada en los diferentes cometidos que podemos encontrar
en la cocina, pero, también, en los géneros que vamos a emplear, en los utensilios que
podemos utilizar y en las distintas temperaturas ambiente necesarias. Así, la ubicación de cada
departamento estará relacionado con su cometido, como veremos a continuación,
relacionando, de manera breve, los que, más comúnmente, vamos a encontrar.
Entre las instalaciones fijas que debe disponer, encontraremos: extractores de humos,
acondicionadores de aire, pilas para refrescar verduras, fogones, freidoras, parrillas,
frigoríficos, mesas grandes, armarios frigoríficos, etc.
Es, por tanto, el departamento de la cocina que administra los artículos, los conserva y
los utiliza sacando de ellos el mejor partido.
Necesita temperaturas frías para manipular los platos fríos y los productos crudos, bien
mediante ventilación natural o mediante la climatización adecuada.
En sus instalaciones encontraremos: grandes pilas con agua fría para lavar los
productos, trinchadoras, balanzas, picadoras y grandes mesas centrales para trabajar
sobre ellas.
En cuanto a su ubicación, ésta será cercana a la cocina caliente para poder distribuir el
género mejor; pero, a la vez, alejada de los focos de calor de aquella.
Cuarto de verduras y frutas: Es un pequeño almacén donde se guardan las frutas y las
hortalizas. Su importancia y tamaño dependerá de la cantidad de géneros de este tipo
que se utilice; esto es: si compramos estos productos a diario o cada más tiempo.
Para poder llevar a cabo una limpieza adecuada de la cocina, debemos observar una serie de
pautas generales como las siguientes:
Necesidad de agua potable corriente fría y caliente en cantidad suficiente para cubrir
estas necesidades, con suficiente número de tomas para asegurar la limpieza y lavado
de todas sus actividades, incluido el personal de la cocina.
Deberá de haber lavabos para el aseo del personal accionables a través de un pedal u
otro sistema no manual; así como sistemas de secado de manos de un solo uso (toallas
desechables) o secadores automáticos. Además, deberá de haber jabón o detergente y
cepillo para las uñas.
Las aguas residuales y las de lavados de los productos, desembocarán en una red de
evacuación dotadas de arquetas, alcantarillas y tuberías de material apropiado que
desembocará en la red de alcantarillado público.
Limpieza de suelos: Se friegan con abundante agua y lejía, pero procurando una
dosificación adecuada para evitar olores desagradables.
La limpieza general diaria puede realizarse con una manguera de agua y jabón
desengrasante, aclarándolo, posteriormente, con agua y lejia.
Techos: Antes de proceder a su limpieza deberemos de tapar con plásticos los aparatos
que no puedan desplazarse para evitar que caigan sobre ellos, residuos de la propia
limpieza.
Cristales: Tanto mamparas que podamos utilizar como divisiones, como las propias
cristaleras o ventanales de la cocina. Para su limpieza utilizaremos agua jabonosa, un
rodillo de lana, una espátula de goma y un paño seco.
Pasaremos el rodillo con agua jabonosa sobre los cristales desde la parte superior hacia
abajo; para, a continuación, utilizar la espátula y eliminar la suciedad acumulada, con el
mismo recorrido que el rodillo. Y, por último, pasaremos el paño para secar la superficie
limpiada.
Fregaderos: Antes de proceder a limpiar los senos de las pilas, debemos retirar los
residuos de comida que hayan podido quedar en ellos.
Por último, cada tiempo determinado (normalmente, una semana) se echará por los
desagües una solución de sosa en polvo disuelta en agua caliente para eliminar la grasa
que se haya ido acumulando en las tuberías.
Como dijimos, también encontramos en las cocinas unos fregaderos que se usan,
únicamente, para el lavado de alimentos (en especial, verduras). Estos fregaderos los
limpiaremos con estropajo y jabón neutro, cuidando de aclararlos convenientemente. Al
igual que en los otros, estaremos atentos a retirar los posibles restos de alimentos que
puedan haber quedado de la limpieza de los alimentos: restos de verduras, escamas y
espinas de pescados, etc.
Mesas de polietileno: Se frotan con estropajo se esparto, con agua o jabón, o con
cepillo de raíces.
Finalizada esta primera operación, procederemos a fregar el suelo de la cámara con una
mopa y jabón disuelto en agua.
En este capítulo vamos a abordar una serie de elementos que tienen que ver con la
infraestructura de la cocina desde el punto de vista de la tecnología. Hablaremos, por tanto, de
esos elementos distribuidos en tres bloques diferenciados: los generadores de frío, los
generadores de calor y otra “pequeña maquinaria” de uso habitual en cocinas de grandes
superficies, como las que podemos encontrar en un centro hospitalario o asistencial. Dejando,
para el capítulo siguiente, todo lo referido a la batería de cocina y al resto de útiles accesorios
que puedan utilizarse, de manera habitual, en el mismo.
Los generadores de frío son aquellos elementos de producción de frío que se emplean en la
conservación de alimentos perecederos o en la elaboración y conservación de postres
congelados.
Los generadores de calor son aquellos elementos que tienen como cualidad producir calor y
que empleamos en algún tipo de cocinado de un producto; y que relacionamos a continuación:
Es el aparato de cocina
que permite preparar
café como bebida
Cafetera caliente [aunque también
se llama así al utensilio Electricidad
para servir el café].
Puede haberla de varios
tipos: de goteo, expreso,
italiana, de émbolo, etc.
Es un aparato con un
ventilador(extractor) que Electricidad. Y
se coloca encima de la pueden ser de
Extractor de cocina, y sirve para aluminio,
Humos atrapar la grasa en acero
suspensión en el aire, los inoxidable,
(o campana humos, los olores, el cobre, acero,
extractora) calor, y el vapor del aire latón, etc.
mediante una
combinación de filtrado y
la evacuación del aire.
Gas: Funcionan
Tipos por su disposición: por la
combustión de
- Murales: En la pared un gas:
- Centrales: En el centro
Fogones de la cocina - Propano o
- Gas ciudad
Tipos por su
Funcionamiento: Gas: Utilizan
quemadores en
- De Convención: lugar de
Reparten el calor de resistencias.
forma uniforme mediante
ventiladores que generan
corrientes de aire de flujo Gasoil: Suelen
Hornos continuo. ser giratorios y
muy poco
- Mixtos: Iguales que los utilizados.
de convención pero
incorporan un sistema de
cocción con humedad y Leña: Se usan
vapor (se consigue mejor en cocinas
punto de cocción). especializadas
en asados
- Microondas: Cocinan a tradicionales.
través de ondas que
desplazan las moléculas
de los alimentos
produciendo calor.
Cocinan los alimentos
muy rápidamente.
Plancha-Parrilla: Es una
plancha con ranuras.
Denominamos como “pequeña maquinaria” a aquella que por su tamaño, usos y aplicaciones
no puede encuadrarse en las que hemos recogido en los epígrafes anteriores; aunque hay
algunas que se pueden encontrar en ambos tamaños. Todas funcionan con energía eléctrica y
facilitan, o sustituyen, el trabajo manual en la cocina; además de realizar un trabajo más
perfecto y regular y con mayor rapidez. Las más habituales que podemos encontrar en una
cocina de las dimensiones de un centro hospitalario o asistencial, son las siguientes:
Toda la maquinaria que usemos debe ser limpiada una vez utilizada teniendo la precaución de
desconectarla de la corriente eléctrica si está enchufada, como medida de precaución.
Solo limpiaremos con agua las piezas que sean fácilmente desmontables y no necesiten
corriente eléctrica; el resto de componentes los limpiaremos con un paño ligeramente
humedecido con un producto bactericida.
Hornos: Con carácter general, los limpiaremos con agua caliente jabonosa. No
obstante, hay productos en el mercado que se aplican en frío y actúan ablandando y
disolviendo la grasa para facilitar su limpieza. En este caso, debemos de tener cuidado
para no deteriorar las paredes del horno.
Fogones: En cuanto a los fogones de gas (una vez que nos aseguremos de que la llave
de paso está cerrada) y toda vez que sus componentes son desmontables,
procederemos a su limpieza separados del fogón.
Los fogones eléctricos tenemos que limpiarlos cuidando de que los productos utilizados
sean los adecuados, no sean abrasivos, y se enjuagan con agua una vez limpios.
Las placas eléctricas se limpian con agua y jabón, calentándolas, después, ligeramente
y frotando con papel.
Freidoras: Debido a la acumulación de grasa que soportan, se ensucian más que otros
elementos de la cocina, por lo que su limpieza debe ser regular y con el correspondiente
cambio de aceites.
Normalmente, tanto la cubeta del aceite, como la cestilla donde se colocan los productos
a freír, suelen ser desmontables y, por tanto, fácilmente limpiables. Para ello,
utilizaremos productos detergentes desengrasantes que aclararemos y secaremos,
posteriormente.
La limpieza de los filtros se realiza sumergiéndolos en agua muy caliente con alguna
solución antigrasa. Cuando los filtros estén especialmente deteriorados habrá que
proceder a sustituirlos por unos nuevos.
Siempre, antes de comenzar a limpiar hay que protegerse con la utilización de guantes y
mascarilla para evitar respirar el vapor de los productos utilizados.
También es recomendable utilizar cepillos o brochas para por los rincones y partes
menos accesibles.
De Acero Inoxidable: Una vez desconectada, se friega por dentro por dentro y por
fuera frotando con un estropajo enjabonado; aclarándolas con una bayeta y
secándolas con un paño seco.
De Hierro: Al igual que las de acero inoxidable; pero la parte exterior se pasará con
una bayeta impregnada en aceite para evitar que se acumule el óxido. Por último, se
pasará una bayeta seca para retirar los residuos de grasa.
Cortafiambres: La cuchilla debemos limpiarla cada vez que se utiliza con un producto y
antes de usarla con el siguiente. Para ello, se utilizará un estropajo y detergente
bactericida, aclarando con abundante agua (y unas 20 o 30 gotas de lejía por litro),
secándose a continuación con cuidado en las cuchillas.
La batería de cocina se compone de todos los recipientes utilizados en la cocina tanto para
realizar trabajos de frío, como de calor, o para la conservación de alimentos.
Antes de entrar en el detalle de los elementos, más comunes e importantes, que la componen,
tenemos que establecer tres propiedades básicas que deben de tener los recipientes que la
integran:
Conductibilidad: Es la propiedad que permite una mejor conducción del calor.: acero
inoxidable, aluminio, hierro, etc.
Hay otros materiales, que ahora repasaremos, como el cobre o el hierro que son
materiales alterables en determinadas acciones del cocinado; y que, no obstante,
también podemos usar en algunos elementos de la cocina.
Materiales de fabricación.-
Partiendo de estas propiedades, vamos a valorar las condiciones que nos ofrecen algunos de
los materiales con que se confeccionan las baterías de cocina y que podemos encontrar,
habitualmente, en nuestras cocinas:
Acero inoxidable: Es el material más utilizado. Tiene gran capacidad calorífica y es muy
buen conductor, es resistente a los golpes y su limpieza es fácil por lo que se garantiza
el mantenimiento de la herramienta/recipiente. La mayoría de recipientes fabricados con
este material tienen su fondo refractario con lo que se impide que se puedan pegar los
alimentos.
Aluminio: Es muy buen conductor del calor y de fácil limpieza. Pero, al ser muy ligero, es
menos resistente a los golpes y, por tanto, más fácilmente deformable.
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PERSONAL AUXILIAR DE SERVICIOS Ángel Lozano Hidalgo
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PREPARACIÓN OPOSICIÓN AUXILIAR DE SERVICIOS COMUNIDAD DE MADRID
Hierro fundido: Es buen conductor y resistente a los golpes, pero se limpia con dificultad,
salvo que esté recubierto con teflón. Suele utilizarse en placas de hornos para asados,
en panadería o en sartenes.
Hierro esmaltado: Es hierro recubierto de una sustancia, esmalte, que le hace inalterable
a la oxidación y a la transmisión de sabores. Además, es resistente a los golpes, al ser
hierro; pero no así su esmalte que “salta” ante golpes o cambios bruscos de
temperatura. Es fácilmente lavable con detergente y un estropajo que no raye.
Cobre: No es buen conductor del calor, pero si es adecuado para cocciones ya que al
calentarse de manera lenta impide que los alimentos se “agarren”; y tiene gran
resistencia a los golpes. Su peso, excesivo, le hace poco manejable y la limpieza
exterior requiere de productos específicos como una mezcla de vinagre, sal gorda y
pimentón, que podría dificultar su uso cotidiano.
Barro: Se utilizan tanto para cocinar en ellos como para presentar los productos ya
cocinados. Son muy frágiles y de fácil limpieza (normalmente, su interior está recubierto
de esmalte cerámico). Suelen usarse sobre placas de gas y, nunca, sobre placas de
inducción.
Vamos a mencionar, a continuación, los recipientes de uso más común en las cocinas,
especificando su utilización más habitual y el material en el que se encuentran fabricados.
Rectangular u
ovalada. Puede
Braseadora usarse tanto en Acero inoxidable,
horno como en aluminio y cobre
fogón para
brasear grandes
piezas o cocinar
guisos.
Esférico y
semicircular. Se
Bol de medio usa para montar
punto salsas, cremas, Acero inoxidable
natas, etc.
De pequeño
tamaño y varias
capacidades,
dispone de un
Cazo mango para Acero inoxidable,
cogerle. Se usa aluminio y cobre
para cocinar o
calentar
elaboraciones ya
preparadas.
Recipientes
rectangulares o
cuadrados con
distinta
Gastronorm profundidad. Se Acero inoxidable
usan para o policarbonato
conservar o
trasladar
alimentos, aunque
también para
cocinar.
La primera,
alargada y la
turbonera, de
Lubinera y forma de rombo. Acero inoxidable,
Turbotera Disponen de una hierro o cobre
rejilla para el
cocinado de
pescados.
Recipiente más
alto que ancho,
utilizado para
Marmita cocciones Acero inoxidable,
prolongadas con aluminio o cobre
poca evaporación
Recipiente de
similar alto que
ancho, utilizado
Media Marmita para cocinar Acero inoxidable,
alimentos frágiles aluminio o cobre
que se rompen
fácilmente en una
marmita, y con
poca evaporación.
Recipiente
redondo, de base
plana y con dos Acero inoxidable
Paellera asas. Se utiliza o hierro
para realizar
paellas y arroces.
Más ancho que
alto, permite
manipular los
Rondón alimentos durante Acero inoxidable,
el cocinado y aluminio o cobre
posibilita una
evaporación
rápida del exceso
de líquidos.
De forma
rectangular y con
bordes bajos. Se Acero inoxidable,
Rustidera utiliza para aluminio y cobre
cocinar alimentos
en hornos.
De anchura entre
16 y 40 cm de
diámetro, con Acero inoxidable
Sartén mango. Se usa con material
para saltear, antiadherente,
rehogar, hacer aluminio o hierro
tortillas, freir…
Es un recipiente
de cocción
principalmente
Sartén de Gran destinado para
Fritura o Sartén hacer frituras. Se Hierro
trata de una
Parisien especie de paella
con forma cónica
pero más honda,
Por útiles de cocina, vamos a entender todas las “herramientas”, más importantes y básicas,
usadas en una cocina que, como en el caso de la batería de cocina, tienen diferentes funciones
para desarrollar un trabajo determinado con la mayor precisión posible y que podemos separar
en dos bloques: Cuchillos, tijeras y accesorios relacionados con el corte; y utillaje.
De grandes dimensiones y
Cuchillo de Golpe hoja ancha y gruesa. Se utiliza
para cortar y trocear alimentos
con huesos.
Es de grandes dimensiones
Cuchillo de Media con una hoja muy ancha y no
Luna muy gruesa. Se utiliza para
cortar y filetear pescados.
Dispone de “dientes” en la
Cuchillo de Pan parte del filo para facilitar el
corte del pan y evitar que se
aplaste al cortarle.
Es de forma rectangular y la
Espátula de parte más estrecha coincide con
“pintor” el mango. Se utiliza para
recoger géneros durante el
cocinado en la plancha de
cocina.
Utillaje.-
De forma rectangular y de
Tabla distintos grosores, se utiliza
para cortar sobre ella cualquier
tipo de género.
Utensilio cilíndrico,
normalmente de madera, que
Rodillo de amasar dispone de dos mangos en sus
extremos y que se usa para
amasar.
Pautas Generales.-
Al utilizar un recipiente por primera vez hay que lavarlo con agua caliente y jabón,
enjuagarle con agua limpia y secarle con un trapo.
Para despegar una etiqueta adherida al recipiente, hay que calentar, suavemente, el
recipiente, y “rascar” la etiqueta con la uña o una espátula.
No poner al fuego ningún recipiente que se encuentre manchado con líquido en su base
exterior (aceite, leche…), debemos limpiar, previamente, la pieza.
No utilizar objetos metálicos para introducirlos en cacerolas, ollas, etc., para evitar que
se arañen.
Limpieza Específica.-
De Cobre: Se frotará con una mezcla de pimentón, sal gorda y vinagre, aclarando
muy bien y secando con un trapo seco.
Marmitas: Se deben limpiar cada vez que se utilicen, con detergentes antigrasa y agua
caliente, para proceder, después, a su aclarado y secado.
Los elementos de cristal se limpiarán en aguar con jabón y aclarando con abundante
agua y secándolo. En los saleros hay que eliminar la sal adherida a sus paredes, con
agua caliente y vinagre.
Por último, vamos a realizar una breve mención a los posibles riesgos de accidentes laborales
que podemos encontrar en el manejo de este utillaje de cocina o en el trabajo en la propia
estancia que hemos denominado cocina, como lugar genérico, y a las medidas preventivas
básicas que debemos tener en cuenta para eliminar, o minimizar al máximo posible, esos
riesgos.
Las condiciones de trabajo relativas a los puestos de cocina en un centro sociosanitario, suelen
conllevar una serie de riesgos comunes que pueden llegar a afectar a la salud de los
trabajadores si no se adoptan las medidas preventivas adecuadas.
La mayoría de los riesgos asociados a estos puestos pueden evitarse mediante un adecuado
diseño del puesto, una correcta organización del trabajo y una información y formación,
adecuada, del personal de la cocina.
Conocer y detectar los riesgos asociados a nuestra actividad laboral es el primer paso para
evitar accidentes y enfermedades profesionales. Pero, para ello, lo primero que tenemos que
hacer es diferenciar entre accidente y enfermedad:
Accidente de Trabajo: Es toda lesión corporal que el trabajador sufra con ocasión, o
por consecuencia, del trabajo que ejecuta por cuenta ajena.
Los accidentes no surgen por casualidad, tienen unas causas que los producen. Por
tanto, actuando sobre dichas causas se pueden llegar a evitar.
La prevención de riesgos laborales tiene por objeto eliminar o reducir los riesgos derivados de
las condiciones de trabajo, y el primer paso para poder llevarla a cabo es detectar los riesgos
existentes en los puestos de trabajo, evaluando aquellos que no se puedan evitar y aplicando
medidas para que éstos no repercutan, negativamente, en la salud física, mental o social del
trabajador.
Por tanto, los trabajadores son la pieza clave para la detección y prevención de esas
situaciones de riesgo, y tienen el derecho de recibir una protección eficaz en materia de
seguridad y salud en el trabajo; pero, a la vez, tienen la obligación de velar por el cumplimiento
de las medidas de prevención que les sean de aplicación; además de tener derecho a
participar en las cuestiones relacionadas con la prevención de riesgos laborales a través de sus
representantes (los Delegados de Prevención) y los Comités de Seguridad y Salud.
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PERSONAL AUXILIAR DE SERVICIOS Ángel Lozano Hidalgo
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Partiendo de las características que hemos indicado tanto en la distribución de una cocina
como de los utensilios y maquinaria que se utilizan en la misma, vamos a establecer los
principales riesgos que pueden producirse ese lugar de trabajo, algunas de sus causas y la
manera de prevenirlos. Para hacer más sencilla la identificación de estos riesgos y algunas de
las medidas preventivas, los vamos a asociar por similitudes.
Calzado: Es necesario utilizar un calzado que sujete bien el pie y esté provisto de suela
antideslizante. No deben utilizarse zuecos sin sujeción en el talón.
Cámaras frigoríficas: Debemos entrar y salir sin prisas de las cámaras y encender la luz
antes de entrar en ellas.
Lugar de almacenamiento: En este caso hay que observar las siguientes medidas
preventivas:
Colocar las latas y paquetes de alimentos en las estanterías, sin sobrecargar las baldas
y sin que sobresalgan de los bordes de las mismas.
Reservar la parte más baja y más alta de las estanterías para los productos más
ligeros. Los productos más utilizados y los más pesados y voluminosos deben
situarse en las baldas más accesibles (a una altura entre la cadera y los
hombros).
Dejar libre de cualquier obstáculo los pasillos entre las estanterías y en las zonas
de almacenamiento.
Este es uno de los accidentes más frecuentes en las cocinas; y, en él, tenemos que distinguir
las caídas al mismo nivel o desde un nivel superior:
Subir y bajar de cara a los peldaños y con las manos libres de objetos para
sujetarnos en largueros de la escalera.
Evitar colocar la escalera en una zona de paso o frente a una puerta. Si fuese
indispensable, debemos señalizar la zona y/o bloquear la puerta de acceso `para
evitar que nos golpeen al abrirla.
También debemos prestar especial atención a la prevención de las lesiones que podemos
causarnos por las malas posturas a la hora de manipular utensilios, cajas, productos de
alimentación, etc.; por lo que debemos contemplar los siguientes aspectos.
Intentar manipular las cargas frontalmente y con ambas manos, para repartir el
peso entre los dos lados del cuerpo.
Mantener la carga cerca del cuerpo y evitar inclinar la espalda hacia un lado o
girar el tronco durante su transporte. Si tenemos necesidad de realizar un giro, es
más adecuado hacerlo moviendo los pies.
Debemos mover los carros desde la empuñadura y desde detrás, utilizando las
dos manos o, en su defecto, apoyando las manos sobre una superficie estable
que se encuentre a una altura cómoda.
Coger las cacerolas llenas de líquido con las dos manos, manteniendo la espalda
recta y flexionando las piernas, evitando movimientos bruscos y vigilando que no
se desplace su contenido.
Algunas de las tareas realizadas por el trabajador en una cocina, pueden implicar posturas de
trabajo forzadas que provocarían trastornos musculoesqueléticos. Para prevenirlos, debemos
tener en cuenta que una postura mantenida, o la realización de una misma tarea repetitiva
durante largo tiempo, pueden ser perjudiciales para la salud. Por eso, como primera medida
debemos, siempre que sea posible:
alternar el uso del brazo derecho e izquierdo para distribuir el trabajo muscular entre
ambas extremidades, y
realizar pequeñas pausas cada hora u hora y media, y aprovechar para hacer
algunos ejercicios de estiramiento de hombros, brazos y piernas.
Emplear los cuchillos adecuados para cada tarea y tener cuidado de que los cuchillos
estén afilados y los mangos limpios y secos.
Utilizar las máquinas cortadoras o picadoras cuando se tenga que cortar mucha
cantidad.
Evitar cortar con el dedo sobre el lomo del cuchillo, hacerlo únicamente cuando sea
un corte de precisión.
Utilizar una superficie adecuada para cortar, la altura de trabajo debería estar
ligeramente por debajo del nivel de los codos.
Para incorporarnos desde una postura de cuclillas, impulsarnos con la fuerza de las
piernas y, si es posible, apoyarnos con una mano sobre una superficie estable
(banco de trabajo o mesa).
Intentar buscar una superficie de trabajo a la altura adecuada para evitar levantar los
brazos por encima de los hombros al agarrar la batidora o el triturador; y evitar triturar
la comida dentro de cacerolas demasiado altas.
Para pasar la comida de las cacerolas a las bandejas de comida y platos, acercarlas
lo máximo posible y no llenarlas excesivamente. De esta forma, se evitan derrames y
posturas forzadas.
Las bandejas de comida deben cogerse con ambas manos y por las asas,
abarcándolas con toda la palma de la mano. En el caso de bandejas sin asas o
platos, cogerlas firmemente por su base intentando mantener las muñecas lo más
rectas posible y sin tensar los dedos.
Cuando sea necesario, usar guantes, asegurándonos de que son de nuestra talla
para tener un agarre óptimo y mayor confort.
Cortes y pinchazos.-
Cuchillos o tijeras:
Al acabar de utilizarlo, debemos secarlo con un trapo y con el filo hacia fuera de la
mano, e introducirlo en su funda, soporte o lugar seguro.
Transportar los cuchillos sujetos del mango y con la hoja hacia al suelo.
Usar equipos de protección Individual (Epis) adecuados para cada operación como:
guantes y mandiles de malla metálica, gafas de seguridad en operaciones de corte
de piezas cárnicas y corte/ limpieza de pescado, etc.
Picadoras o Cortadoras:
Utilizar, siempre, los empujadores y los resguardos durante el uso de las picadoras y
las cortadoras de carne y embutidos. No introducir, nunca, los alimentos
directamente con las manos.
Evitar llevar anillos, pulseras, relojes y ropa holgada que puedan engancharse en
estas máquinas.
Cristales:
En caso de tener que recoger cristales rotos o trozos de cerámica del suelo, de una
encimera, etc., utilizar recogedores adecuados y guantes de goma.
La utilización en la cocina de equipos eléctricos como las picadoras, freidoras, batidoras, etc.,
puede representar un riesgo de contacto eléctrico que debemos prevenir con las siguientes
medidas:
Equipos eléctricos:
Antes de utilizar cualquier equipo eléctrico (batidoras, cortadoras, etc.) hay que
revisar su estado: en particular, el aislamiento de sus cables de alimentación,
conexiones y carcasa.
Enchufes:
Desconectar los equipos eléctricos de la clavija de enchufe, nunca tirar del cable.
Humedad:
En las inmediaciones de los fogones, hornos o lavavajillas las temperaturas suelen ser
elevadas; mientras que en el interior de las cámaras frigoríficas o congeladores nos
exponemos a temperaturas muy bajas; en consecuencia, tenemos que prever distintas
medidas para cada uno de estos supuestos:
Intentar alternar tareas de mayor ritmo o esfuerzo físico con otras más ligeras.
Quemaduras
Ropa: No utilizar ropa holgada, anillos, pulseras o relojes que puedan engancharse en
los mangos de las sartenes u otros utensilios de cocina.
No llenar hasta arriba de aceite la freidora o la sartén y evitar que éste se caliente
demasiado.
Mantener los mangos de los recipientes orientados hacia el interior de los fogones,
no hacia el exterior para evitar que podamos golpearlos y tirarlos o derramar su
contenido.
Agua:
En las cocinas, en la limpieza tanto de las superficies como de los utensilios que utilizamos, se
emplean productos de limpieza, algunos de los cuales contienen sustancias químicas que
pueden producir intoxicaciones o eczemas en la piel, entre otras, si no se manipulan de forma
adecuada. Para prevenir estas situaciones, debemos atender a lo siguiente:
Higiene:
Lavarnos las manos después de utilizar los productos, aunque hayamos utilizado
guantes.
Guantes: Debemos utilizar guantes de goma, que dispongan de la certificación CE, para
manipular productos irritantes o corrosivos.
Ventilación: Los productos de limpieza que son tóxicos por inhalación, deben
manipularse en lugares bien ventilados; si es necesario debemos abrir las ventanas. En
caso contrario, y cuando se trate de productos etiquetados como peligrosos, deberemos
utilizar mascarilla.
Envases: Siempre que sea posible, debemos conservar los productos de limpieza en sus
envases originales o en envases homologados a tal efecto, manteniéndolos siempre
bien cerrados. Nunca debemos intentar aflojar o quitar el tapón del envase con la boca.
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PERSONAL AUXILIAR DE SERVICIOS Ángel Lozano Hidalgo
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PREPARACIÓN OPOSICIÓN AUXILIAR DE SERVICIOS COMUNIDAD DE MADRID
Es preferible no reutilizar los envases para productos distintos a los que contenían
originalmente, dado que algunos productos al mezclarse pueden reaccionar
violentamente o desprender gases tóxicos. Si tenemos que reutilizar un envase,
debemos limpiar el envase donde vamos a realizar el trasvase para eliminar
cualquier resto anterior.
Mezclas: Utilizar los productos de limpieza de uno en uno y no mezclarlos, salvo que el
fabricante lo indique. En cualquier caso, nunca debemos mezclar lejía con amoníaco, ni
con productos ácidos (salfumán, productos antical…).
Riesgo biológico
En el caso del riesgo biológico, el personal de cocina no sólo debe aplicar las normas de
seguridad para evitar la exposición a posibles microorganismos, sino para prevenir que ellos
mismos puedan transmitir infecciones. Para ello, debemos:
No trabajar nunca con heridas abiertas; debemos cubrir los cortes y heridas con
vendajes impermeables.
Incendios y Explosiones
Los incendios, en la cocina, pueden producirse por la combinación de estos tres factores:
La ausencia de alguno de estos tres factores supondría que no podría existir el incendio.
Los riesgos que se producen, en caso de incendio, suelen ser quemaduras (de mayor o menor
gravedad), intoxicación o asfixia debido a la inhalación de gases.
Por otra parte, en las cocinas encontramos riesgos de explosiones que, normalmente van
ligados al propio riesgo de incendios debido a la diversa cantidad de sustancias combustibles y
a la presencia de gas o de los productos químicos altamente inflamables que, ante un foco de
temperatura elevado aumenta ese riesgo de explosión o de incendio.
Los equipos de protección individual deberán utilizarse cuando existan riesgos para nuestra
seguridad o salud, que no hayan podido evitarse o limitarse suficientemente por medios
técnicos de protección colectiva o mediante medidas, métodos o procedimientos de
organización del trabajo; y deben proporcionar una protección eficaz frente a los riesgos que
motivan su uso, sin suponer por sí mismos u ocasionar riesgos adicionales ni molestias
innecesarias.
Para el desarrollo de las funciones específicas de los puestos de trabajo de una cocina, sería
necesaria la utilización, de manera habitual, al menos, los siguientes equipos de protección
individual:
Guantes o manoplas contra riesgo térmico para manipular hornos, bandejas, etc…
Si se usan mandiles para las operaciones de corte, estos deberán estar sujetos al
cuerpo de forma que, si son atrapados por una máquina, la sujeción se rompa y evite
que el trabajador sea arrastrado.
Redecillas o gorro para sujetar los cabellos largos y para trabajar con equipos de corte.
Anorak o prenda de abrigo adecuada para entrar durante una larga exposición en
cámaras frigoríficas.