Está en la página 1de 3

LOS NO-LUGARES, LAS NO-PERSONAS,

LOS NO-TIEMPOS

Eugenio Aguilar

15 de noviembre de 2010

Dije en el capítulo de las emociones que el tiempo no transcurre de manera


uniforme para nosotros; lo hace según nuestro estado de ánimo.1
Hay una leyenda hermosa sobre cómo descubrió Galileo su ley sobre las oscila-
ciones del péndulo; vió como oscilaba un gran candil en una iglesia, a causa de
un sismo, y utilizo su propio pulso como cronómetro para medir las oscilaciones
del candil ½Maravilloso!
Pues allí tenemos el transcurrir del tiempo objetivo; en nuestro pulso, en nuestra
respiración cuando no estamos agitados, en las posiciones del sol, en los ciclos
todos de la naturaleza, en la música que nos da más bellas cadencias que los
relojes, pero también en los relojes.
El llamado tiempo subjetivo habla de que ltramos las sensaciones que nos
informan del mundo externo y nos quedamos sólo con las percepciones que
selecciona nuestra mente; así que para recuperar el tiempo natural, el tiempo
objetivo, lo que requerimos son sensaciones conscientes del mundo que nos
rodea: oír el viento, el agua que uye, ver como avanzan las nubes, sentir el
aire en nuestro rostro o sentir la textura y dureza de los objetos que podemos
o necesitamos tocar; también podemos sentir nuestras pulsaciones biológicas, el
latir de nuestro corazón, nuestra respiración, la cadencia de nuestros pasos, del
masticar, el ritmo de nuestros ejercicios y el ritmo de la vida toda.
La Terapia Craneosacral identica pulsaciones muy regulares, en nuestro organ-
ismo, que se repiten en ciclos de 100 segundos uno, 24 segundos otro y 8 el
tercero. Estamos llenos de biorritmos y su cadencia es en lapsos objetivos.
De hecho las sensaciones conscientes son una forma de tranquilizarnos y de
retomar el enfoque natural del tiempo. Ensáyelas, aprenda a percibir su entorno
- una cosa a la vez - dedique unos pocos minutos a ello y prosiga con su vida,
son una excelente re-creación.2
1 Aguilar, Eugenio. El taller de la salud
2 Recuerdo un libro muy antiguo: Irala, Narciso. Control Cerebral y Emocional. Hablaba
de las sensaciones conscientes 

1
Alguien dijo por ahí que el presente es lo único que tenemos; el pasado ya pasó y
el futuro aun no llega. Esto es obvio, pero como somos seres proyectivos, damos
signicado al presente a partir del pasado y de lo que esperamos y queremos
para el futuro.
Una idea muy sugerente es que el presente dura tres segundos. Esto parece una
sensación consciente sobre el tiempo; trate de percibir la duración del presente
durante tres segundos más o menos. Es interesante.
Lo único que realmente usted posee en este mundo, además de su persona, es
su tiempo; todo lo demás le es ajeno. Su tiempo es su vida y, por supuesto, la
calidad de su tiempo es la calidad de su vida y, claro, también sucede con la
cantidad.
¾En qué ocupa su tiempo? ¾de qué trata su tiempo... digo su vida... digo su
tiempo? ¾qué hace con él... con ella? Desde luego que los niveles de satisfacción
o de frustración surgen de si dedicó su tiempo a lo que es importante para usted
y no a lo que le es urgente.
Unos antropólogos muy perspicaces crearon el concepto de los no-lugares
que son los sitios en que realmente no estamos como en: los transportes públi-
cos, los elevadores, los centros comerciales, la calle, las salas de espera  que
horror  conduciendo el automóvil y no-sitios semejantes.
En los no-lugares no hacemos nada que cuente como algo útil, son transiciones
y la vida urbana está llena de ellas cada vez más, son una verdadera enajenación.
Quiero extender el concepto de los lugares a las personas; así tenemos las no-
personas que son aquellas con las que realmente no nos relacionamos, y
pueden sustituirse - de hecho las empresas lo hacen - por grabaciones con fol-
letos de instrucciones, por páginas de internet o por máquinas robotizadas. Las
no-personas dan información, despachan, venden, cobran, son cajeros de ban-
cos - igual podrían ser cajeros automáticos - son choferes de transporte público,
taxistas por ejemplo, dependientes y demás.
Con esas no-personas no nos relacionamos, casi no las vemos, no hay empatía
- ni simpatía ni antipatía - excepto tal vez si surge alguna dicultad en algún
trámite con ellas; entonces se vuelven personas y nos ayudan o se convierten en
obstáculos, todos hemos tenido ambas experiencias.
No me malentienda por favor; desde luego que las no-personas sí son personas
- muchas veces víctimas de trabajos enajenantes - que tienen toda su dignidad
humana, y no porque nosotros se la demos, simplemente la tienen.
Lo que sucede es que en la práctica, la relación es tan mecánica que haga de
cuenta que fueran autómatas y a veces nosotros mismos nos convertimos en autó-
matas; es decir,en no-personas. Eso nos perjudica a todos, nos despersonaliza.
Hay que tratar a todos como personas para hacer un mejor uso de nuestras vi-
das, para enriquecernos y enriquecerlas, ya sea con un saludo, aprecio por su
trabajo, un auténtico agradecimiento y una sonrisa, quizás.

2
Lo anterior es una oportunidad para hacer personas en donde hay no-personas,
pero también podemos hacer lugares donde hay no-lugares y hacer tiempo
donde hay no-tiempo.
El no-tiempo es otra extensión, que me permito hacer al concepto de los
no-lugares. El no-tiempo es el que transcurre fuera de nuestro dominio: los
anuncios comerciales de la televisión, las colas para pagar en bancos, taquillas
y estacionamientos; la espera de las salas de espera, en que usted toma una
revista manoseada y vieja, que no le interesa o también la espera del autobús,
del metro o del taxi y el tiempo que consume el trayecto y, en general, las esperas
de cualquier tipo.
El no-tiempo es un miserable desperdicio de nuestra vida, así que evite que
ocurra o llénelo de actividades deliberadas, productivas, placenteras y ricas.
Descartes se quedaba en cama hasta las doce del día y... pensaba. Usted puede
pensar o leer o hacer planes o recordar o hacer propósitos en los no-tiempos,
puede elevar la calidad del uso de su tiempo, puede crear tiempo.
Un trabajo desagradable puede ser un cúmulo de no-lugares, no-personas y
no-tiempos; en otras palabras, una verdadera enajenación. Todo lo contrario
de un trabajo que nos llena, nos satisface y nos estimula. Hablar con no-
personas que no quieren dejar de serlo, nos despersonaliza y usar el tiempo en
rutinas que no necesitamos, nos secuestra el tiempo y entonces, ante situaciones
como éstas, nuestra percepción del tiempo se trastoca y ya no nos alcanza para
nada; realmente no nos alcanza para lo que nos interesa; para lo importante,
para nuestros amores: amigos y familia, para explorar, reinventar, recordar,
imaginar ni meditar.
El tiempo toma otro ritmo y ya no percibimos el acontecer de manera natural:
una cosa después de la otra,3 la realidad se nos agolpa, resulta confusa, poero
los únicos confundidos somos nosotros, por habitar en los no-lugares, con las
no-personas y en los no-tiempos.
¾Cuál es el consejo entonces? pues uno tan simple que preero explicarlo con
un caso paralelo.
Un borracho entró a un bar y trazó en el piso una linea imaginaria entre los par-
roquianos; dijo: de aquí para allá hay puros tontos - claro que usó una expresión
diferente - un parroquiano indignado le riñó: - ½óigame! yo no soy ningún tonto.
El borracho replicó a su vez: pues pásese al otro lado de la raya.
Y eso es todo. Si vive en los no-lugares, con las no-personas y en los no-
tiempos, simplemente, pásese del otro lado.
Eugenio
Jacinto, 2010

3 Ver mi artículo: El tiempo y el ritmo

También podría gustarte