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CARRERA DE DERECHO

TEMA DE INVESTIGACIÓN
HISTORIA Y EVOLUCION DEL DERECHO PENAL DOMINICANO

ASIGNATURA
DERECHO PENAL GENERAL I

SUSTENTANTE
CINTHIA MARGARITA PÉREZ MARTE

MATRÍCULA
4201-14-38851

DOCENTE
JOSÉ MIGUEL PÉREZ GÓMEZ

SAN CRISTÓBAL, REPÚBLICA DOMINICANA


2019
INDICE

INTRODUCCIÓN .................................................................................................... 3

Histórica Del Derecho Penal ................................................................................... 4

EL DERECHO PROCESAL..................................................................................... 5

EL DERECHO PENAL ............................................................................................ 5

La Composición....................................................................................................... 7

Antiguo Derecho Penal ........................................................................................... 8

Derecho Penal Revolucionario ................................................................................ 9

Código Francés De 1810 ........................................................................................ 9

El Derecho Penal Dominicano............................................................................... 10

EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL DERECHO PENAL ............................................. 12

Periodo de la venganza o justicia privada ............................................................. 13

Periodo de la venganza o justicia pública ............................................................. 13

Periodo humanitario .............................................................................................. 15

CONCLUSIÓN ...................................................................................................... 18

BIBLIOGRAFIA ..................................................................................................... 19

ANEXOS ............................................................................................................... 19
INTRODUCCIÓN

El propósito del análisis del Derecho Penal desde una perspectiva histórica, es
fomentar el análisis de los temas de la parte general de esta disciplina para formar
profesionales que los apliquen y defiendan desde sus distintas actividades como
futuros operadores del derecho, quienes en posiciones de jueces, abogados
litigantes, asesores y académicos, entre otros, deberán conocer, dominar y aplicar
esta rama del derecho, para lograr así su respeto y el consecuente fortalecimiento
del Estado de Derecho y la Democracia. En este trabajo de investigación, la primera
parte está referida al estudio del origen, evolución histórica y grandes aportes al
desarrollo del derecho penal.

Posteriormente, se presenta la manera en que la denominada época de las luces


influye en la manera de pensar de hombres como César Beccaria y otros
pensadores liberales que lograron transformar esta disciplina. También se analizará
la forma en que el derecho venezolano reconoce la teoría de la Escuela Clásica,
haciendo referencia a la evolución histórica del Derecho Penal en nuestro país.

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Histórica Del Derecho Penal

En una época primitiva, anterior a la organización de los pueblos en ciudades-


estados, estados o imperios, no se puede hablarse propiamente de la existencia de
un Derecho Penal, pero sí existía la venganza, siendo ésta algo parecida a la pena
y que se cumplía su función.

Varios autores coinciden en que la venganza debió ser la primera manifestación de


la Justicia Penal, teniendo la pena un sentido individualista. La venganza también
se puede visualizar, no sólo como una manifestación o equivalente del apena, sino
como una guerra entre grupos sociales, siendo éstos organismos políticos primarios
dotados de un rudimentario sistema de prohibiciones y sanciones.

Pero esta venganza, ya sea individual o realizada por un grupo familiar contra otro,
no puede considerarse como una auténtica forma de reacción propiamente penal,
ya que ostenta un carácter puramente personal o familiar, permaneciendo el resto
de la sociedad indiferente a ella. Sólo cuando la sociedad se pronuncia a favor del
vengador, se pone de su parte y le ayuda, reconociendo la legitimidad de su
reacción, es cuando ya se puede hablar de la venganza equivalente de la pena.

La venganza dio lugar a sangrientos enfrentamientos y al exterminio de numerosas


familias. Para evitar este mal, surgió una institución, a primera vista cruel y bárbara,
pero que supuso un considerable avance estableciendo límites a la venganza: El
Talión.

En virtud del muy conocido principio “ojo por ojo, diente por diente”, o principio
talional, no podía responderse a la ofensa con un mal superior al inferido a la
víctima.

Otra importante limitación al primitivo sistema de la venganza fue la Composición,


calificada como el “primer progreso en área punitiva”, mediante la cual el ofensor y
su familia rescataban del ofendido y su familia el derecho de venganza mediante el
pago de una cantidad. “La enardecida venganza de sangre entre las tribus, se
concilia, la reconciliación, basada sobre la reparación en metálico a la tribu ofendida,
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negociada primero, se convierte después en obligatoria. Así nace el segundo grado
en el desenvolvimiento de la pena: el sistema de composición”

Esta ley se encontraba escrita en el código Hammurabi, 1927 a 2000 años antes de
Cristo y con mayor desarrollo y perfección en algunas legislaciones antiguas, tales
como la hebrea, la griega y la romana.

La aplicación de ésta ley creó grandes conflictos, ya que no siempre era posible
hacer cumplir al reo tal pena cual delito, en algunos delitos de lascivas, contra la
propiedad o contra la honestidad, o en circunstancias especiales, como la de que el
agresor le cortara un brazo a un manco o sacara un ojo a un tuerto.

EL DERECHO PROCESAL

No existía la separación de poderes en Castilla, y los monarcas y sus delegados


ejercían tanto funciones ejecutivas, legislativas como judiciales. Para la
administración de la justicia existían las audiencias cuyos jueces eran designados
por el Monarca. De los fallos de estas audiencias se apelaba a las "Reales
Chancillerías". Como órgano supremo jurisdiccional estaba el Supremo Consejo de
Castilla. Existieron, por supuesto, jurisdicciones, procedimientos y fueros especiales
para la nobleza, el clero y los asuntos comerciales (consulados del mar), pero fueron
perdiendo fuerza con el tiempo y ya en la época de los Reyes Católicos existía una
sola Jurisdicción Civil y Criminal para todo el reino.

EL DERECHO PENAL

Este derecho evolucionó del de la venganza y la composición al penal de carácter


público, quedando asimismo eliminado el juicio "de Dios" por "Ordalias" y otras
rémoras del derecho germánico y visigótico. Los delitos y las penas fueron
reglamentados en Las Siete Partidas minuciosamente y este Código fue el que se

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aplicó en las nuevas colonias de América, cuando no se establecieron leyes
especiales. El derecho penal de la época de la colonización (Siglos XVI y XVII) es
un derecho evolucionado, libre casi por completo de las ataduras del sistema judicial
medieval, con carácter más de orden público que vengativo y donde el Estado
asumía la obligación de castigar los delitos tanto los de interés público como los de
orden privado.

Lo anterior, es un corto resumen del derecho, tanto público como privado, que regía
en Castilla durante el Siglo XV. Como se dijo ya, ese fue el derecho supletorio
aplicable en América cuando no se dictaron leyes especiales.

Básicamente, las instituciones de derecho privado sufrieron pocas modificaciones


al ser trasplantadas al Nuevo Mundo, por lo que puede decirse que el derecho civil,
penal y procesal del Código de Las Siete Partidas fue el aplicado en los tres siglos
coloniales de la América Hispana.

En Santo Domingo pues, durante toda la colonia, fuimos regidos por las antiguas
leyes castellanas recopiladas en Las Siete Partidas, aunque como se verá, las
nuevas situaciones obligaron a la promulgación de leyes que modificaron la
legislación original castellana, las cuales han sido puestas bajo el título de
DERECHO INDIANO. En materia administrativa fue donde más se apartaron los
Reyes de las antiguas leyes castellanas. Las nuevas situaciones, las grandes
distancias, la enorme diferencia entre los pueblos y costumbres y muchos otro fac-
tores, obligaron a crear un sistema administrativo sui-generis cuyos rasgos más
característicos iremos viendo en los capítulos siguientes.

La existencia de grandes masas de nuevos hombres, indios y negros, sin una


situación jurídica previamente establecida, pero obligados a la servidumbre,
motivaron grandes argumentos jurídicos y morales entre los tratadistas y
legisladores, pero a la larga primó el interés económico de las clases gobernantes
y aquellos fueron sometidos a un sistema jurídico de tutelaje e inferioridad. El

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derecho comercial, el de minas, el fiscal y otros, fueron ramas del derecho donde
hubo necesidad e interés de innovar. Iremos viendo en el capítulo dedicado al
derecho indiano, cómo fueron creándose las jurisdicciones, los sistemas políticos y
administrativos y el andamiaje judicial, que demandaban las nuevas circunstancias
e intereses de los grupos que dominaron la vida social en Santo Domingo.

La Composición

La composición nace con el fin de evitar inconvenientes surgidos por la aplicación


del Talión. Mediante ésta se buscaba reparar el daño con una suma de dinero
negociable, como precio de la sangre. Con esta ley el agresor estaba obligado por
ley a reparar los daños por medio de recursos monetarios y el agredido estaba en
obligación de aceptar la indemnización, con el fin de renunciar a la venganza.

Esta transformación de la pena en una reparación pecuniaria y privada, fue la fuente


de los delitos privados que existían en muchas legislaciones, como la romana y más
tarde los pueblos germánicos.

La venganza privada desaparece poco a poco, bajo las influencias de las ideas de
la Iglesia, al derecho de asilo, a la tregua de Dios y a un mayor y creciente poder
público el cual brindaba mejores garantías al individuo; asegurando por medio de la
defensa pública la defensa de la sociedad y se encargó de satisfacer los deseos de
venganza de los ofendidos.

Período Teológico-Político De La Venganza Divina, Pública y De La Intimidación

La autoridad pública toma para sí el encargo de sancionar las ofensas al derecho;


pero ya éstas no la son solamente contra la víctima de la infracción, sino que como
esa autoridad se presentaba con calidad de representante de la divinidad, se las
estimaba dirigidas contra ella, es por eso que los actos menos graves eran
considerados como turbadores del orden público y religioso y como tales castigados
con penas rigurosas, con suplicios desatinados a apaciguar la divinidad o la

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autoridad ofendida. Se colmaba no sólo de dolor y sufrimiento al ofensor, sino de
terror a los que en el futuro intentaran faltar al derecho.

Se castigaba con muerte por medio del fuego la blasfemia, el ateísmo, la herejía, el
sacrilegio; la brujería y la posesión demoniaca. La penalidad europea desde la
antigüedad hasta fines del siglo XVIII se basaba en la idea de la venganza social y
de la intimación.

En este período es notoria la concepción mágica y divina de los fenómenos


naturales y de la vida en general.

Antiguo Derecho Penal

En este derecho no existía ninguna codificación y las influencias más notables


fueron sacadas del derecho penal romano, del derecho penal germánico y del
derecho penal canónico, donde perduraban la venganza pública, la arbitrariedad del
as penas, así como las incuminaciones de lesa majestad divina y de lesa majestad
humana, siendo impersonales las penas con una desigualdad en su aplicación.

Entre las penas aflictivas infamantes se encontraban:

• La muerte por descuartizamiento


• La muerte por fuego
• La muerte en la horca
• Destierro perpetuo
• Azotes públicos
• La marca
• Reclusión perpetúa

Entre otras.

Penas aflictivas no infamantes

• Decapitación a los nobles


• Tortura con o sin reserva de pruebas
• Reclusión perpetua
• Azotes públicos

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Entre otras

Penas infamantes principales:

• Admonición
• Interdicción o suspensión de un oficio público
• Abstención de presentarse en ciertos lugares
• Reparación de honor
• Privación de privilegios
Penas accesorias

• Muerte civil
• Degradación de nobleza
• Condenación de la memoria del difunto
• Reprobación o vituperio
Estas penas trataban de intimidar y de dar ejemplo. En cuanto al procedimiento, era
secreto y no contradictorio.

Derecho Penal Revolucionario

La filosofía penal liberal nace revolucionariamente en el siglo XVIII, su acento fue


primero crítico y buscaba destruir lo ya establecido. Beccaría, Howard y Marat, más
que edificar un derecho penal y carcelario nuevo, censuran lo existente, procuran lo
ya caduco.

La Revolución Francesa favoreció de manera decisiva el movimiento de reforma


penal. La nueva Francia inspiró con El Contrato Social de Rousseau y en la
Enciclopedia sus códigos penales: el de 25 de Septiembre de 1791; el de Brumario
del año IV; y el de 1810, siendo este último el que inspirara la codificacion penal de
Europa.

Código Francés De 1810

Las primeras codificaciones penales que se percibieron en el mundo fueron en


Europa, realizadas por grandes pensadores de la época. Existieron hechos que
marcaron el cambio que daría las legislaciones, hechos que eran promovidos por

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personas que percibían la necesidad de un cambio como un desarrollo, que es lo
que desde sus inicios busca la humanidad, tales hechos llevaron al hombre a
grandes cambios necesarios en la evolución del hombre, entendiéndose por
evolución a la modernización del pensamiento, algunos de estos hechos son la
Revolución Francesa, las guerras napoleónicas, movimientos liberales, procesos de
unificación o separación de naciones.

En el siglo XIX se promulga el código penal francés, en el año de 1810, bajo el


imperio de Napoleón I, este código ejerció gran influencia puesto que fue impuesto
por las armas francesas a muchas naciones europeas, muchas de esas naciones
conservaron el código aun después de retirados los franceses, sirviéndole a otras
como modelo a seguir. Y aunque este código ha sido modificado, por las naciones
que en el se basa su propio código todavía conservan la esencia del código de 1810,
solo que lo han adaptado a través del tiempo a las nuevas necesidades que van
surgiendo en una sociedad.

El Derecho Penal Dominicano

Antes de que los españoles llegaran a nuestra isla, el derecho penal no era conocido
ni necesitado, puesto que la mayoría de las tribus eran pacíficas y respetuosas unas
con las otras. Las pugnas entre individuos de la misma tribu no eran frecuentes no
acarreaban mayores problemas.

No fue sino hasta que los españoles arribaron que se hizo oportuna la necesidad de
leyes que controlaran la manera de actuar de los que en la isla habitaban, ya que el
hurto, la mentira, la usura, el maltrato, y demás abusos eran hasta entonces
desconocidos por los aborígenes que habitaban en la isla.

Las primeras leyes puestas en función dentro del territorio de la española fueron las
Leyes de Indias, puestas en vigor a partir de 1525, y estas eran el resultado de la
Ordenanzas, que eran disposiciones de los reyes para los territorios recién
descubiertos. Todas estas leyes no contemplaban a los indígenas o taínos como
seres humanos, sino como cosas u objetos, consideraban que los taínos eran

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propiedad de los españoles, por tanto no tenían derecho alguno, según los
españoles de la época. Gracias a esto los taínos eran cruelmente maltratados e
impuestos a trabajos forzosos por los españoles, lo que los llevo a la extinción. Así
que las leyes que operaban eran las mismas que las que estaban en vigencia en
España, por tanto, cualquier litigo legal era remitido a los reyes y podía tardar años
una respuesta de estos.

Hacia 1795, por el tratado de Basiela Francia obtuvo por parte de España el dominio
de la colonia, y se hicieron a parte las leyes españolas entraron en vigencia las leyes
francesas, y con ella la implementación de lo que más tarde sería conocido como
códigos napoleónicos, aunque unos años después España recobra el control de la
colonia, la influencia de las leyes francesas era algo que no dejaría la isla.

Y aunque España recuperó el control de la isla y al hacerlo instauró la Constitución


de Cádiz, en 1812, y el Código Civil de Comercio español, al realizar la
independencia efímera, se conservaron las lees españolas, pero en 1822 los
haitianos nos invadieron, y ocuparon durante 22 años, en los cuales las leyes
haitianas fueron reinstaladas en la vida jurídica de la isla, estas leyes tenían como
base las leyes francesas. En 1844 efectuada ya la independencia definitiva e
instaurada la nación como república, empieza a tomar control de la existencia
jurídica de la recién formada nación en 1845 el código francés quedo vigente en las
legislaciones nacionales, era el código francés de 1832.

Años más tarde, como el código que se usaba estaba en francés, se nombró una
comisión para que tradujesen del francés al español el código y que a su vez,
hicieran las modificaciones de lugar para que se adaptara a la situación actual del
país. Esto fue por que la diferencia de lenguas la falta de entendimiento por parte
de los legisladores traía inconvenientes e inestabilidad jurídica a una nación ya de
por sí inestable por sí condición de nación recién formada.

Pero unas décadas más tarde gracias a la incompetencia y falta de fe de los


gobernantes, se buscó a anexión en 1861, a España, instaurando de esta forma el
código penal español, pero el 11 de mayo de 1865 por la Guerra de la Restauración

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se expulsaron los españoles y se obtuvo de nuevo la soberanía de la república,
trayendo con esta el código Penal francés en nueva ocasión.

Pero este código tenía innumerables defectos e incompatibilidades con respecto a


la sociedad a la que estaba siendo aplicado, así que una mejor traducción fue
requerida. Estas modificaciones al Código Penal fueron puestas en manos de cinco
abogados dominicanos, José de Jesús Castro, Apolillar de Castro, Manuel de Jesús
Galván, José Joaquín Pérez, José Ma. Valencia, ellos deberían de finalizar la
corrección en un año, así que el 20 de agosto de 1884 fue puesto en vigor el nuevo
Código Penal.

Pero el recorrido de cambios correcciones de nuestro Código Penal, no se paran


ahí, puesto que esta última modificación tampoco fue lo suficientemente correcta
como para que los legisladores pudieran seguirla sin problemas, así que en el 1935
el Licenciado Arturo Logroño fue designado, por el Poder Ejecutivo, para que
revisara los ante proyectos del Código, no siendo este fructífero, por eso en 1936,
se designó otra comisión para reformarlo, no aportando los resultados esperados.
Por esto el Código Penal que nos rige en la actualidad es el francés de 1832,
traducido y con pocas modificaciones, eso nos pone a siglos de atraso en materia
penal.

Debido a la ancianidad del Código Penal vigente en la República Dominicana,


existen muchos huecos en materia Penal de la nación, estar regidos por un Código
que tiene siglos de escrito, y que no ha sido concretamente adaptado a nuestra
forma de sociedad, nos ha costado años de desarrollo.

EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL DERECHO PENAL

“Las simplificaciones más corrientes de la historia de la criminalización primaria, o


sea, de la formalización del poder punitivo en legislación penal manifiesta,
pretenden mostrar un sentido lineal, centrando su atención en las penas previstas
en esas leyes: penas ilimitadas (venganza privada), penas limitadas (venganza
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pública), penas más limitadas (humanización) y penas racionales o etapa actual,
que unos llaman científica, algunos técnica y otros dogmática, según el lugar en que
se coloque el analista histórico, que generalmente pretende hallarse en la cúspide
de una evolución. En definitiva, siempre se trata de presentar a la criminalización
primaria (o legislación penal) en el marco de una de las tantas concepciones
evolutivas de la historia, corrientes en los siglos XVIII y XIX. Al mismo tiempo, es
regla ignorar el resto del ejercicio del poder punitivo” [1].

Periodo de la venganza o justicia privada

Desde el punto de vista de la evolución histórica, la venganza del ofendido o del


clan al que pertenecía pareciera haber sido una muestra de la primera reacción al
daño sufrido, especialmente por cuanto debe entenderse que en esa época el
Derecho penal es simplemente un asunto privado que permite la reacción frente a
los hechos de sangre y eventualmente también frente a otras agresiones. “La
venganza (un derecho y, en ocasiones, un deber del clan impuesto por los lazos de
solidaridad entre sus miembros) se traducía en homicidios o combates hasta la
conclusión de la paz o, eventualmente, hasta el agotamiento o aniquilación de los
clanes participantes. La guerra privada no conocía otros límites que el grado de
excitación de los afectados y conducía a luchas interminables. De ahí que terminó
por imponerse alguna forma de indemnización como precio para renunciar a la
venganza (la composición), y al interior del clan aparecieron incluso formas aisladas
de una represión "pública" de ciertos hechos graves contra la religión o contra la
comunidad, sancionados con la expulsión del grupo o la muerte” [2].

Periodo de la venganza o justicia pública

El primer paso de la etapa privada a la pública aparece conformada por la famosa


“Ley del Talión” que permitía la retribución del mal causado con algo igual a lo
ocasionado: "ojo por ojo, diente por diente", y que rigió en China por más de veinte

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siglos. Esta norma se contiene en la ley mosaica, pero también, ya antes, en el
Código de Hammurabi, de los asirios. La ley del Talión significó una importante
evolución en el ámbito del desarrollo de la justicia penal ya que, por esta vía, se
impusieron importantes límites a la retribución que, antes, carecía de toda
proporción y, por ejemplo, ante una leve agresión podía existir derecho sobre la vida
del agresor.

“La justicia se convierte en justicia pública en el momento en que la autoridad toma


en sus manos la organización de la represión y la víctima (a diferencia de lo que
acontece en la etapa de la venganza) aparece relegada a un segundo plano. En
Roma comienza ese período a fines de la República con las leges judiciorum
publicorum, que, junto con crear delitos específicos y sus penas, instituyeron los
tribunales que debían conocer de los respectivos procesos. En la Europa medieval
se introdujeron paulatinamente las instituciones penales del derecho romano,
aunque ellas coexistían con la venganza privada y la composición. Sin embargo,
rápidamente los nacientes nuevos Estados pasaron de la aplicación del simple talión
a la utilización del derecho penal para intimidar a sus súbditos. Así, la Séptima
Partida del Rey Alfonso X, el Sabio (año 1265 d. C), comienza señalando que los
delitos deben ser "escarmentados crudamente, porque los fazedores reciban la
pena que merescen, e los que los oyeren, se espanten, e tomen ende escarmiento".
Las penas dispuestas por este gobernante eran las de muerte en diversas formas
(decapitación, hoguera, horca, e incluso el "echar a las bestias bravas") y
acompañadas de horrendas torturas; las penas corporales (mutilaciones, marcas a
hierro, azotes, etc.); los trabajos encadenados de por vida; las penas infamantes,
incluyendo la puesta en picota y el poner desnudo al condenado "faziendole estar
al sol, untandolo de miel, porque lo coman las moscas, alguna hora del día"; el
destierro y la confiscación de bienes” [3].

Como dice Zaffaroni, “La historia de la legislación penal es la de los avances y


retrocesos de la confiscación de los conflictos (del derecho lesionado de la víctima)
y de la utilización de ese poder confiscador, y del mucho mayor poder de control y

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vigilancia que el pretexto de la necesidad de confiscación proporciona, siempre en
beneficio del soberano o señor” [4].

Periodo humanitario

Durante el siglo XVIII se desarrolló un importante movimiento en contra del estado


del derecho penal de esa época y cuyos principales impulsores fueron, en Francia,
Montesquieu y Voltaire; y en Italia, Beccaria. Principalmente destacó este último al
publicar su magna obra denominada Dei delitti e delle pene, (Del delito y de la pena)
en la que resume no sólo las críticas liberales acerca del derecho penal vigente en
la época, sino, además, expone las ideas del iluminismo acerca de cómo debiera
organizarse el régimen punitivo, ideas que sentaron las bases de nuestro actual
sistema penal. Beccaria fue el inspirador de la denominada Escuela clásica del
derecho penal, y formuló el principio básico de la legalidad de los delitos y de las
penas al indicar que: "Sólo las leyes pueden fijar las penas por los delitos, y esa
autoridad no puede recaer sino en el legislador". Esa fórmula fue luego expresada
en latín por Feuerbach: Nullum crimen nulla poena sine lege, y ha sido proclamada
universalmente como un apotegma básico del Derecho penal. 4.- El Positivismo del
siglo XIX

A partir de la obra de Beccaria se origina la llamada Escuela Clásica del Derecho


penal, cuyo más importante representante es Francesco Carrara (1805-1888), al
que se debe una obra fundamental, el Programa di Diritto Criminale, (Programa de
Derecho Criminal) que este autor comenzó a publicar en 1859, y que se constituyó
en la obra más importante de derecho penal de la época. La base de inspiración de
Carrara era el Derecho natural y abordó una completa elaboración de todo el
sistema penal, de acuerdo a la doctrina retribucionista de la pena, imperante en su
tiempo, y, asimismo, se adentró en lo que hoy denominamos la “parte especial” del
Derecho penal al contener el primer estudio verdaderamente científico de los delitos
en particular. Para Carrara y sus seguidores, el derecho de castigar procedía de las
reglas de la razón y no era un simple resultado de las leyes humanas (por lo que no
es posible construir la ciencia penal con la mera exégesis de los textos cambiantes
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de los códigos), ni es una simple necesidad política o utilitaria. Su finalidad es la
justicia. Para Carrara el delito no es un ente de hecho, sino un ente jurídico,
emanado de la contradicción entre la conducta y el Derecho. Distingue, asimismo,
en el delito un elemento material o fuerza externa y un elemento moral o fuerza
interna, que van a coincidir más tarde, respectivamente, con las modernas nociones
de injusto y culpabilidad. Por otra parte, la responsabilidad criminal tiene su
fundamento en el libre albedrío, esto es, en la facultad del hombre de
autodeterminarse y, por ende, de elegir entre el bien y el mal. De ahí entonces que
si se encuentra impedido, por razones de edad o de salud psíquica, de actuar libre
e inteligentemente, será inimputable y no responderá de su acción.

Transcurrido ya el siglo XIX, comienza a constatarse el gran avance de las ciencias


y la tecnología, y con ello el desarrollo de la doctrina del positivismo científico, donde
destaca la figura de Augusto Compte (1798-1853), cuya fundamentación filosófica
radica en aquello que puede ser percibido por los sentidos, de modo que se produce
un brusco cambio desde la visión racional y abstracta, por lo que enseña la
experiencia empírica.

En el ámbito penal surge la denominada Escuela Positiva, cuyo iniciador fue el


médico Cesare Lombroso, en cuya obra denominada L'uomo delinquente studiato
in rapporto all'antropologia, alla medicina legale e alle discipline carcerarie (1876)
sostuvo sus clásica afirmación de que el delincuente es un ser anormal, reconocible
exteriormente por características especiales somáticas y psíquicas, denominada la
teoría del delincuente nato. Tomando como base dicho concepto, el jurista Rafael
Garófalo, en primer lugar en su obra denominada Sobre un criterio positivo de la
penalidad y, posteriormente, con su gran obra intitulada Criminología (1885) y los
aportes del sociólogo Enrique Ferri, en su libro Nuevas orientaciones del derecho
penal, van a desarrollar los principios de la nueva escuela que, negando la
responsabilidad individual (desde un punto de vista determinista), sostiene una
transformación fundamental del sistema penal. Ellos llegan a una conclusión final
que no es otra que provocar el desaparecimiento del Derecho Penal y el sistema de
penas, procurando su sustitución por un Derecho fundado solamente por Medidas

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de Seguridad. La Escuela Positiva sostenía la falta de utilidad del castigo, y la
necesidad de segregar al delincuente de la sociedad (incluso con la muerte si no es
posible su "corrección"), impidiéndole de este modo que pudiera causar daño
(privándole física o, incluso, quirúrgicamente de la capacidad para delinquir) y,
siempre que fuere posible, readaptarlo a la vida social. Para la Escuela Positiva se
constituye la prevención especial en el fundamento del Derecho penal, y el criterio
de la peligrosidad el fundamento para la actuación del sistema penal, rechazando
todo reproche moral que pueda atribuirse al delincuente.

Los positivistas pusieron en duda, ante todo, el punto de partida del Idealismo: la
libertad de la voluntad. Consecuencia de este cuestionamiento es la nueva
fundamentación de la pena sobre bases deterministas y la propuesta de la reforma
del derecho penal vigente.

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CONCLUSIÓN

El objetivo trazado se ha logrado: que los bachilleres que cursan el tercer año de
Derecho conozcan los fundamentos que soportan la teoría del Derecho Penal; que
conozcan las normas que los protegen, que sean capaces de integrar y proponer
reformas en esta materia al ordenamiento jurídico interno, y que concienticen la
importancia de hacerlo ordinariamente.

Así mismo, que conozcan la evolución internacional, es decir, en las distintas


legislaciones, de esta rama del Derecho, y que estén capacitados para terminar la
introducción del Derecho Penal (Concepto e Historia) y adentrarse en el mundo de
las Leyes de esta disciplina.

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BIBLIOGRAFIA

• Vega, Wenceslao. Historia del Derecho Dominicano. Sexta. edición.


Editora Amigo del Hogar. Santo Domingo, República Dominicana.
• Estrada Velez, Federico. Derecho Penal. Segunda edición. Editora Temis.
Bogotá, Colombia.
• Jimenez De Asúa. La Ley y el Delito, Principios de Derecho Penal.
Primera edición. Editoral Educación Sudamericano. Buenos Aires,
Argentina.
• Jimenez De Asúa. Lecciones de Derecho Penal. Primera edición. Editora
Educación Sudamericano. Buenos Aires, Argentina.

ANEXOS

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