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La forma
Uno de los aspectos más importantes de los actos jurídicos es la forma. A partir de
ella y de su exigibilidad por parte de la ley se pueden encontrar actos formales y no
formales, los cuales analizaremos. Además desarrollaremos la relación entre el
formalismo y los actos notariales, especialmente en la sanción ante el
incumplimiento del mismo.
La forma
Referencias
LECCIÓN 1 de 2
La forma
A partir de la situación práctica propuesta, iremos analizando y desarrollando los conceptos de éste módulo.
Juan Pereyra Iraola es un ciudadano de la ciudad de La Pampa que tiene tres hijos:
Luisa, Pedro y Roberto. Como Juan ya es una persona mayor y por suerte los
negocios le han ido bien este año (abrió su cuarta concesionaria en la región) y
quiere comprar para cada uno de sus hijos una casa.
Al consultarlo con cada uno de ellos, los mismos deciden aceptar el regalo
ofrecido por su padre y todos juntos se dirigen a la inmobiliaria “Ataturk
Propiedades” a ver las opciones de inmuebles.
En primera medida Luisa elige una casa de dos dormitorios en la zona sur de la
ciudad. La misma se encuentra terminada, es a estrenar, cuenta con todos los
servicios y se entrega la posesión en forma inmediata.
Una vez elegidas las propiedades, el gerente de “Ataturk” les comenta que todos
los actos jurídicos referidos a las propiedades se realizan en la escribanía del
notario Herrera. Respecto a los dos primeros inmuebles, los mismos son de
propiedad de “Ataturk”, por lo que él mismo va a firmar los documentos necesarios
para las respectivas operaciones. En relación al inmueble elegido por Roberto,
menciona que él posee un poder firmado por el señor Batista para realizar la venta
de la propiedad.
Cuando hablábamos de actos jurídicos, decíamos que es una manifestación de la voluntad, que esa
voluntad debe declararse y, entonces, por ejemplo, mencionamos el caso de la persona que en una subasta
levanta su mano para ofertar, el caso de la persona que pone la mercadería en la cinta de la caja de
supermercado o la persona que requiere al notario para efectuar la venta de una propiedad a través de
escritura pública.
Siguiendo estos ejemplos, hablábamos de signos inequívocos, expresiones orales o escritas. Estas últimas
constituyen hechos por los cuales la voluntad se manifiesta. Decimos, por lo tanto, que la forma es
contemporánea al negocio, es un elemento constitutivo del acto, porque es la manera en que se manifiesta
la voluntad.
Desafortunadamente, en el código unificado se eliminó la norma del artículo 973 del Código de Vélez, el cual
establecía que la forma es el conjunto de las prescripciones de la ley, respecto de las solemnidades que
deben observarse al tiempo de la formación del acto jurídico; tales son: la escritura del acto, la presencia de
testigos, que el acto sea hecho por escribano público, o por un oficial público, o con el concurso del juez del
lugar.
Para Zinny (2007), la forma es verbo, es la actividad, es la manera como la voluntad se exterioriza,
trasciende al sujeto, y también decimos que es verbo porque la forma es escribiendo, la forma es hablando,
la forma es gesticulando, haciendo signos con la mano, o incluso callando es una forma de exteriorizar la
voluntad. Entonces, no es el instrumento la forma, sino que la forma –por eso sostiene Zinny que es verbo–
es la manera como se exterioriza la voluntad. El autor da un ejemplo en el que hay un hombre escribiendo en
su dormitorio, en su habitación, frente a la ventana, y escribe y está sentado.
¿Cuál sería la forma? Pues, el papel escrito no, sino, por el contrario, el hecho
de que él esté escribiendo constituye la forma, porque al escribir estamos
exteriorizando nuestra voluntad.
Los hechos inequívocos y las expresiones orales o escritas constituyen la forma en sentido amplio, ya que
son los hechos por los cuales la voluntad se manifiesta.
De este modo, estamos en condiciones de afirmar que la forma es un elemento del negocio jurídico. El
negocio jurídico decimos que es una manifestación de la voluntad, decimos que el acto jurídico es el acto
voluntario lícito y, para ello, la voluntad tiene que declararse. La voluntad tiene que exteriorizarse o declararse
de cualquier forma, pero debe ser manifestada.
En el negocio jurídico, la forma es el tercer elemento de dicho acto o negocio. Toda declaración necesita de
una forma para poder pasar al mundo sensible y hacerse conocer, pero hay ciertos casos en los que se
requiere exclusivamente una especie determinada de forma, ya sea porque la ley así lo ordena o porque las
partes así lo convinieron. En este segundo sentido estricto o técnico de la palabra, forma es aplicable a
ciertos y determinados actos, y se la suele llamar forma impuesta.
Otro ejemplo: si hablamos de matrimonio, de un testamento, de una donación,
¿crees que estos actos jurídicos podrán tener cualquier forma? ¿Qué piensas?
En este caso, repasando la legislación vigente, podemos decir que hay ciertos casos en los que se requiere
exclusivamente de una forma determinada, ya sea porque la ley lo ordena o porque las partes así lo
convinieron. En estos casos hablamos de formalidades exigibles, que se dividen en formales y no formales.
En el caso de “Ataturk” se mencionan distintos actos: por un lado la venta de tres propiedades inmuebles, y
por el otro la transferencia de un automóvil. En este caso lo referido a los inmuebles debe realizarse por
escritura pública, por lo que es un acto formal. Ante ello, el notario debe tener en cuenta todas las
disposiciones normativas referidas a su validez. En cambio, cuando se trata de un automotor, la escritura
pública no es obligatoria. Ello no quiere decir que el notario no pueda realizarlo de esa manera, pero si las
partes lo desean, puede realizarse por instrumento privado. En este último caso rige la libertad de formas.
Formales
Testamento Matrimonio
No formales
Compraventa
Es decir que la regla que rige el código unificado es la libertad de formas. En dicho artículo la forma puede
estar impuesta por la ley o puede ser convenida por las partes. Incluso, en este último caso puede suceder
que la forma sea más rigurosa y exigente que la establecida por el legislador.
Si no se indica una forma determinada, se consagra la libertad de formas y los particulares pueden elegir las
formas que quieran o pueden acordar una determinada forma, que, en ese caso, si la hemos establecido,
debemos cumplirla al ser la forma voluntaria que hemos escogido.
En el caso de no observarse las formas impuestas por la ley, el acto estará viciado en uno de sus
componentes constitutivos, lo que ocasionará diferentes consecuencias jurídicas según la forma que haya
sido exigida para el acto en forma absoluta, relativa o al solo efecto de su prueba.
Algo importante a tener en cuenta es lo dispuesto por el art. 10182 del Código Civil y Comercial de la Nación.
Por ejemplo, si se plantea el caso de que en una de las transferencias inmuebles
del caso “Ataturk” no se otorgue la escritura pública sino que se firme un boleto de
compraventa con la promesa de realizarse la misma en un plazo de tres meses,
se debe considerar a dicho acto como una obligación de hacer, y si en el plazo
estipulado no se realiza la correspondiente escritura, se podrá solicitar al juez que
realice la misma.
SUBMIT
Documento e instrumento
Tanto documento como instrumento son cosas demostrativas de la existencia de negocios o hechos
jurídicos. El documento como tal es una cosa mueble, aunque puede ser inmueble por su carácter
representativo. Pero, además, debe tener carácter representativo de un hecho o negocio jurídico de manera
unívoca.
Es lo que ocurrió en los sistemas antiguos, desde el derecho romano hasta el germánico. En el derecho
romano, la primera etapa es la denominada derecho quiritario, las formas exigidas eran sumamente
rigurosas (por ejemplo, la compraventa solo podía hacerse mediante la mancipatio o la in iure cessio). Para
estos pueblos, la forma encontraba su razón de ser no tanto en la necesidad de poder probar, sino en sí
misma, pues integraba el acto como elemento principal. Las formas solían ser simbolismos fácticos y
fórmulas sacramentales. Todo el derecho intentaba impresionar fuertemente los sentidos mediante
simbolismos cuyo contenido era establecido por el sistema. Era este el que exigía que determinado acto
debía llevarse a cabo mediante una forma determinada. Con posterioridad, el derecho fue avanzando y se
advirtió que lo que realmente vinculaba a las partes no era la forma, sino el consentimiento prestado
libremente. Otro factor para la eliminación de los formalismos rituales fue el nacimiento de prácticas
comerciales entre distintas plazas, que admitió costumbres sencillas para cerrar un acuerdo, como darse la
mano.
Ventajas del formalismo
–
La utilización de formas determinadas facilita el conocimiento del acto por quien lo otorga, de esa manera
se protege a los otorgantes de su propia ligereza. (Oxana, Betancourt, 2012, https://bit.ly/2U3kAQW)
Además, facilita la prueba de la existencia del acto. Las formas que consisten en publicidad de los
derechos vienen a proteger los intereses de los terceros que pueden interiorizarse de la legitimación de
quien se los transmite. Por otra parte, permite la percepción de tributos con mayor facilidad y mayor
celeridad en el tráfico negocial. (Oxana, Betancourt, 2012, https://bit.ly/2U3kAQW)
Inconvenientes en el formalismo
–
En muchas oportunidades, las exigencias de las formas en el acto jurídico traen aparejada la falta de
celeridad en su celebración, lo que requiere del desembolso de una suma de dinero que representa una
incomodidad e inconveniente para los otorgantes (acto notarial). También ocasiona un riesgo, debido a que
el acto podrá ser cuestionado por la existencia de vicios o defectos de forma que conspiren contra la
eficacia del negocio celebrado.
El neoformalismo
–
Nos explica Rivera (2010) que el formalismo no ha desaparecido del derecho, sino que ha cobrado un nuevo
ímpetu y tiene una finalidad distinta que es la de proteger el interés de los terceros y la seguridad en el
tráfico jurídico, es decir, la certeza en la adquisición de derechos como posibilidad de poder reflexionar
mejor sobre los efectos del acto que se realiza.
En el caso del notario, en materia de dación de fe, da fe por escrito. La forma de declaración de fe le es
legalmente impuesta como deber, cuyo cumplimiento acarrea al notario, sin perjuicio de la invalidez de su
acto y la consiguiente responsabilidad. La forma de dación de fe suele estar minuciosamente regulada, en
relación con el protocolo, idioma, guarismos, etcétera.
Las consecuencias que trae aparejada la inobservancia de las formas dependerán de que la forma haya
sido exigida para el acto en forma absoluta, relativa o al solo efecto de su prueba.
El Código Civil y Comercial, en su artículo 2853, establece que el acto que no se otorga en la forma exigida
por la ley no queda concluido como tal mientras no se haya otorgado el instrumento previsto, pero vale como
acto en el que las partes se han obligado a cumplir con la expresada formalidad, excepto que ella se exija
bajo sanción de nulidad.
“ Lo que el artículo intenta despejar son las dudas en cuanto a los efectos que se generan
entre las partes al momento de no tener en cuenta la forma establecida o requerida por la
ley”. ”
(Cosola, 2014)
Las típicas clasificaciones de las formas utilizadas hasta la sanción del Código Civil y Comercial eran la
forma probatoria, o ad probationem, y forma solemne, o ad solemnitatem. En el primer caso, el requisito
formal es exigido para preconstituir la prueba, y aunque no se haya cumplido con esta, el negocio es válido y
la falta del elemento probatorio puede suplirse por cualquier otro medio de prueba. En el segundo caso, la
forma es exigida por el sistema jurídico como requisito de validez del negocio jurídico, y en caso de no
cumplir con la forma exigida, el acto estará viciado de nulidad.
Existen casos en que resulta dudoso establecer si determinada forma es exigida para la validez del acto o
para su prueba. En estos, debe entenderse que se exige para su prueba. Su falta de concurrencia ocasionará
un perjuicio menor que si fuese solemne, en cuyo caso ocasionaría la nulidad del acto.
El nuevo artículo 285 del Código Civil y Comercial (CCC) permite obtener una nueva clasificación de las
formas que las distingue en absolutas, relativas y formalidades para la prueba en lugar de la típica
clasificación de formas ad solemnitatem y ad probationem, considerada claramente insuficiente en los
tiempos actuales (Cosola, 2014).
Forma y prueba
No es la prueba de testigos, puesto que se produce u obtiene con posterioridad al acto que se pretende
probar. La prueba coetánea se denomina preconstituida.
La forma y la prueba van de la mano. Si bien, en principio, forma y prueba pueden llegar a confundirse, es lo
que sucede con la forma instrumental cuando el sistema jurídico exige para la validez del acto una forma
predeterminada. En tal supuesto, esa forma es necesaria para la validez del acto y también para su prueba.
En efecto, forma y prueba son conceptos diferentes que no pueden confundirse entre sí: mientras la forma
conforma el elemento externo del acto, la prueba se erige como medio no necesariamente instrumental que
sirve para demostrar la verdad del hecho de haberse efectivamente realizado el acto jurídico —puede ser
además de la escrita, confesional, testimonial, etc.–. (Cosola, 2014).
La publicidad y la forma
La publicidad y la forma, si bien están relacionadas, no se identifican, porque la forma es comportamiento y
la publicidad es hacer cognoscible el negocio jurídico a los terceros.
Ambas tienen en común que son solemnidades que deben observarse, pero se diferencian por la función
que cumplen: la publicidad genera la oponibilidad del acto frente a los terceros, tiende a la protección de
dichos terceros.
En el caso de “Ataturk”, más allá de que existen actos como los referidos a los inmuebles que son formales
(escritura pública en forma obligatoria) y otros no formales como el relacionado a la transferencia del
automotor (que puede ser realizado por instrumento público o privado), todos necesitan ser publicitados, a
través de la inscripción en los respectivos registros. En este punto hay que tener en cuenta para el desarrollo
de la vida profesional del notario, que dichos actos correspondientes a las inscripciones refieren a los actos
post escriturales, los cuales deben ser realizados en tiempo y forma ya que podrían generar algún tipo de
responsabilidad funcional, disciplinaria y/o hasta judicial en caso de incumplimiento.
Formas de dación de fe
Rivera (2010) entiende que es la manera en que la dación de fe se exterioriza, se torna reconocible en la vida
de relación. El notario da fe por escrito. La forma de declaración escrita le es legalmente impuesta como
deber, cuyo cumplimiento acarrea al notario, sin perjuicio de la invalidez de su acto y la consiguiente
responsabilidad.
En materia de dación de fe, queda circunscripta al notario la acción que es objeto de una especial regulación
inspirada en la función de seguridad que la dación de fe cumple. La forma de dación de fe suele ser
minuciosamente regulada, en lo que respecta al protocolo; el idioma; el color de la tinta; el registro de la
máquina con la que se realiza; los guarismos; los espacios en blanco; los datos que consignar para
identificar a las partes, acreditar la personería y describir los inmuebles; la manera de salvar lo entrelineado,
testado o enmendado; la firma; el sello, etcétera.
Se trata de dar fe de una manera inequívoca. No se trata de la redacción del negocio, sino de la redacción de
nuestro propio acto (actos propios del notario). Es decir, la dación de fe consiste en la percepción sensorial
del notario (que ve y oye).
A continuación te presento un extracto de una escritura pública, donde se puede observar la dación de fe
realizada por el escribano.
“ “LE CORRESPONDE: A la señora Cleri María GARCIA la mitad indivisa del inmueble
descripto precedentemente siendo del mismo estado civil actual, por compra venta
otorgada mediante escritura número setecientos cuarenta y tres sección "A" de fecha
veinte de octubre de mil novecientos noventa y seis, labrada por el escribano de esta
ciudad, Escribano Gustavo M. COLOMER, Adscripto al Registro Número 389, de lo que se
tomó razón en el Registro General de la Propiedad bajo la MATRICULA número 429.769/16
del DEPARTAMENTO CAPITAL(11), lo que así resulta de los antecedentes que he tenido a
la vista; doy fe.-“”
SUBMIT
1 Art. 284. Ley 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
2 Art. 1018. Ley 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
3 Art. 285. Ley 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
LECCIÓN 2 de 2
Referencias
Cosola, S. J. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Libro Primero, Título IV, Hechos y actos jurídicos.
Devis Echandía, H. (1981). Teoría general de la prueba judicial (Tomo II, 5.a ed.). Buenos Aires, AR: Zavalía.
Oxana, L., Betancourt, R. (2012). La seguridad jurídica del comercio electrónico en Cuba. Recuperado de
https://bit.ly/2U3kAQW
Rivera, J. (2010). Instituciones del derecho civil. Parte general (Tomo II). Buenos Aires, AR: Abeledo Perrot.