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Por: Ana María Cañón Quiñones

El poder de las pequeñas acciones

De camino a casa, como es usual, Frank González debía pasar por un potrero para poder
llegar a su vivienda, que tenía lugar en el suroccidente de Bogotá. Siempre se topaba con
todo tipo de desechos que eran arrojados por la comunidad, era algo que le causaba bastante
indignación.

El 27 de Agosto, viernes por la noche, al llegar de su trabajo, cruzo como de costumbre el


potrero pero esta vez se encontró con una montaña exagerada de bolsas de basuras, de las
cuales se escapaban cantidades alarmantes de botellas plásticas, latas y desperdicios
sanitarios. Ese día Frank sintió impotencia, ira y tristeza al ver como las personas seguían
sin tomar conciencia después de tantas advertencias que circulan por las noticias, redes
sociales y demás espacios que muestran con evidencias el deterioro del mundo a causa de la
raza más inteligente y que ejerce un control sobre el planeta Tierra. Frank llego a su casa
devastado, con una serie de emociones que compartía con su hija Miranda de 17 años. Le
contó con detalles lo que se encontró en aquel potrero y su postura frente a esta
problemática. Miranda, era una niña que al igual que su padre se preocupaba bastante por el
medio ambiente, ese día al ver a su padre tan atormentado, decidió hacer algo más. Le
comento a su padre la idea de empezar a hacer acciones significativas, que contribuyeran
con el cambio. Frank reflexiono sobre el impacto que tiene hacer parte del cambio y
contribuir a la sostenibilidad del planeta. Junto con su hija empezaron a realizar acciones
desde casa: reciclar, consumir menos bolsas plásticas, aprovechar al máximo la luz solar,
reducir el consumo de agua y usar la bicicleta como medio de transporte. Comenzaron a
cambiar su estilo de vida, fueron consientes de su entorno y de la responsabilidad que
tienen frente esta problemática mundial. Fueron aprendiendo diferentes maneras sobre las
acciones que podían ejercer y el impacto que conllevaban, también reconocieron el poder
generar esa conciencia ambiental en su comunidad. Frank y Miranda decidieron iniciar un
proyecto junto con su comunidad, para enseñarles e informarles de la problemática
ambiental. Su proyecto tuvo una gran acogida por parte de los vecinos, y se fue
expandiendo a su localidad, lograron generar conciencia en diversas personas que
comenzaron a cambiar su estilo de vida y aportar a la sostenibilidad del planeta. Frank y
Miranda se sentían orgullosos de lo que habían logrado y como las pequeñas acciones de
varias personas tenían el poder de contribuir a la sostenibilidad del medio ambiente.

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