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Universidad Abierta Para Adultos (UAPA).

Escuela de Ciencias Jurídica y Políticas.

Materia:
Derecho Civil VI.

Tema:
El Valor Capital Intelectual.

Participante:
Maximiliano Cabrera Jiménez.

Matricula:
17-0780.

Facilitador(a):
Licda. Rosanna Salas A.

Lugar:
Santo Domingo, Este.

Fecha:
13-09-19.
INTRODUCCIÓN.

La propiedad intelectual se relaciona con las creaciones de la mente:


invenciones, obras literarias y artísticas, así como símbolos, nombres e
imágenes utilizados en el comercio. La propiedad intelectual se divide en dos
categorías: La propiedad industrial, que abarca las patentes de invención, las
marcas, los diseños industriales y las indicaciones geográficas.

El derecho de autor, que abarca las obras literarias (por ejemplo, las novelas,
los poemas y las obras de teatro), las películas, la música, las obras artísticas
(por ejemplo, dibujos, pinturas, fotografías y esculturas) y los diseños
arquitectónicos.

Los derechos conexos al derecho de autor son los derechos de los artistas
intérpretes y ejecutantes sobre sus interpretaciones o ejecuciones, los de los
productores de fonogramas sobre sus grabaciones y los de los organismos de
radiodifusión respecto de sus programas de radio y televisión.

Los derechos de propiedad intelectual se asemejan a cualquier otro derecho de


propiedad: permiten al creador, o al titular de una patente, marca o derecho de
autor, gozar de los beneficios que derivan de su obra o de la inversión
realizada en relación con una creación. Esos derechos están consagrados en
el Artículo 27 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que
contempla el derecho a beneficiarse de la protección de los intereses morales y
materiales resultantes de la autoría de las producciones científicas, literarias o
artísticas.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS.

 Observar los Derechos Intelectuales en la Legislación Dominicana.

 Determinar la naturaleza jurídica y los elementos constitutivos de los


mismos, para identificar las normas que rigen el Derecho de Autor.

 Plasmar el resumen de unidad I del programa de la asignatura.


DESARROLLO.

El Capital Intelectual se define como el conjunto de todo aquello que agrega


valor a la empresa y que no está representado por los activos fijos que hacen
parte del balance general de dichas compañías. Es algo de los activos de una
organización que genera un rendimiento mayor que los intereses de un banco.

Las posesiones de una empresa que no hacen parte del balance general son
activos invisibles que hasta el momento no han sido contabilizados y son
intangibles porque no corresponden a terreno, maquinaria, edificios ni dinero.
Estos activos intangibles tienen su orden en los conocimientos, habilidades,
valores y actitudes de la personas que forman parte del núcleo estable de la
empresa; corresponden a todos aquellos conocimientos, tácitos o explícitos
que generan valor económico para la empresa.

Estos activos invisibles no deben convertirse en un misterio, ellos se derivan


del personal de una organización y de las relaciones de la empresa con su
entorno. Edvinsson y Malone (2) presentan tres formas de Capital Intelectual
que son: capital humano, capital estructural, capital cliente.

El capital humano se define como todas las capacidades individuales, los


conocimientos, las destrezas y la experiencia de todos los empleados de la
compañía; el capital humano debe incluir igualmente la creatividad e inventiva
de la organización, debe captar de la misma manera la dinámica de una
organización independiente

Otra forma de Capital Intelectual se expresa como el capital estructural y se


puede describir como la infraestructura que incorpora, capacita y sostiene el
capital humano relacionada con la capacidad organizacional que incluye los
sistemas físicos para transmitir y almacenar el material intelectual.

El capital organizacional es la inversión de la compañía en sistemas,


herramientas y filosofía operativa para el flujo de conocimientos a través de la
organización y hacia fuera de la misma. El capital innovación es la capacidad
de renovación para crear y llevar rápidamente al mercado nuevos productos y
servicios. Bajo el capital innovación se incluyen las propiedades intelectuales y
los activos intangibles.
Al tratarse de un concepto en el cual no existe aún un consenso respecto a su
definición, ni un concepto homogéneo o compartida por todos, a continuación
se cita algunos autores que han aportado sus diferentes visiones, llegando a
una aproximación al término al confluir en algunos aspectos similares, para
finalmente adoptar una definición aplicable al presente trabajo.

De la categoría contable de Activos Intangibles y como uno de los grupos más


importantes dentro de la misma, se ubica el Capital Intelectual. La literatura
contable utiliza preferentemente el término Activos Intangibles, la económica el
de Activos del Conocimiento y en la empresa se usa el de Capital Intelectual.

Los derechos de propiedad intelectual se asemejan a cualquier otro derecho de


propiedad: permiten al creador, o al titular de una patente, marca o derecho de
autor, gozar de los beneficios que derivan de su obra o de la inversión
realizada en relación con una creación. Esos derechos están consagrados en
el Artículo 27 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que
contempla el derecho a beneficiarse de la protección de los intereses morales y
materiales resultantes de la autoría de las producciones científicas, literarias o
artísticas.

La importancia de la propiedad intelectual se reconoció por vez primera en el


Convenio de París para la Protección de la Propiedad Industrial (1883), y en el
Convenio de Berna para la Protección de las Obras Literarias y Artísticas
(1886). La Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) administra
ambos tratados.

Promover un sistema de propiedad intelectual eficaz y equitativa puede


contribuir a que todos los países exploten el potencial de la propiedad
intelectual como catalizador de desarrollo económico y de bienestar social y
cultural. El sistema de propiedad intelectual ayuda a establecer un equilibrio
entre los intereses de los innovadores y el interés público, creando un entorno
en el que la creatividad y la invención puedan florecer en beneficio de todos.
Los derechos de propiedad intelectual recompensan la creatividad y el esfuerzo
humano, que estimulan el progreso de la humanidad.

He aquí algunos ejemplos: las multimillonarias industrias del cine, la música, la


edición y la informática, que hacen que la vida de millones de personas sea
más agradable, no existirían sin la protección del derecho de autor; sin las
recompensas previstas en el sistema de patentes, los investigadores e
inventores no tendrían incentivo para seguir creando productos mejores y más
eficaces para los consumidores; los consumidores no comprarían productos o
servicios con toda confianza si no existieran mecanismos fiables y de alcance
internacional para proteger las marcas y combatir la falsificación y la piratería.

Una patente es un derecho exclusivo concedido sobre una invención – el


producto o proceso que constituye una nueva manera de hacer algo, o propone
una nueva solución técnica a un problema. El titular de una patente goza de
protección para su invención; la protección se concede durante un período
limitado, que suele ser de 20 años.

Una invención protegida por patente no puede ser fabricada, utilizada,


distribuida ni vendida con fines comerciales sin el consentimiento del titular de
la patente. Por lo general, incumbe a los tribunales imponer las medidas
necesarias para hacer respetar los derechos que las patentes confieren y
sancionar las infracciones a ese respecto. Del mismo modo, un tribunal puede
invalidar una patente impugnada por un tercero.

La marca es un signo distintivo que indica que ciertos productos o servicios han
sido elaborados o prestados por determinada persona o empresa. Su origen se
remonta a la antigüedad, cuando los artesanos reproducían sus firmas o
“marcas” en sus obras artísticas o en los productos de uso corriente. Con los
años, las marcas han evolucionado hasta configurar el actual sistema de
registro y protección de marcas.

La protección de la marca garantiza a su titular el derecho exclusivo a utilizar la


marca para identificar sus productos o servicios, o a autorizar su utilización por
terceros a cambio del pago de una suma.

Las marcas pueden consistir en una palabra o en una combinación de


palabras, letras y cifras. Pueden consistir asimismo en dibujos, símbolos, o
signos tridimensionales como la forma y el embalaje de productos.
Un diseño industrial se refiere a los aspectos ornamentales o estéticos de un
objeto. Un diseño industrial puede consistir en características tridimensionales,
como la forma o la superficie de un artículo, o características bidimensionales,
como la configuración, las líneas o el color.

Los diseños industriales hacen que un producto sea atractivo y llamativo; por
consiguiente, aumentan el valor comercial del producto, así como sus
posibilidades de venta.

Por lo general, la protección de los diseños industriales se limita al país que


concede la protección. En el Arreglo de La Haya relativo al registro
internacional de dibujos y modelos industriales, tratado administrado por la
OMPI, se estipula un procedimiento para el registro internacional de los diseños
industriales. El solicitante puede presentar una única solicitud internacional
ante la OMPI o la oficina nacional o regional de un país que sea parte en dicho
instrumento, en cuyo caso, el diseño industrial estará protegido en los Estados
parte en el tratado que el solicitante designe.

Una indicación geográfica es un signo utilizado para productos que tienen un


origen geográfico determinado y poseen cualidades o una reputación derivadas
específicamente de su lugar de origen. Por lo general, la indicación geográfica
consiste en el nombre del lugar de origen de los productos.

La legislación sobre derecho de autor contempla la protección de los autores,


artistas y demás creadores por sus creaciones literarias y artísticas,
denominadas, por lo general, “obras”. Los “derechos conexos” constituyen un
campo estrechamente relacionado con el derecho de autor y abarcan derechos
similares o idénticos a los que éste contempla, aunque a veces más limitados y
de más corta duración.

Los beneficiarios de los derechos conexos son: los artistas intérpretes y


ejecutantes (a saber, los actores y los músicos), que tienen derechos sobre sus
interpretaciones o ejecuciones; los productores de fonogramas (por ejemplo,
discos compactos), que tienen derechos sobre sus grabaciones sonoras; y los
organismos de radiodifusión, que tienen derechos sobre sus programas de
radio y de televisión.
Una indicación geográfica es un signo utilizado para productos que tienen un
origen geográfico determinado y poseen cualidades o una reputación derivadas
específicamente de su lugar de origen. Por lo general, la indicación geográfica
consiste en el nombre del lugar de origen de los productos.

Un ejemplo típico son los productos agrícolas, que poseen cualidades


derivadas de su lugar de producción, y en los que influyen factores geográficos
específicos como el clima y el suelo.

El hecho de que un signo desempeñe la función de indicación geográfica


depende de la legislación nacional y de la percepción que de ese signo tengan
los consumidores.

Las indicaciones geográficas pueden utilizarse para una amplia gama de


productos agrícolas, por ejemplo, “Toscana” para el aceite de oliva producido
en esa región italiana, o “Roquefort” para el queso producido en esa región de
Francia.

La protección del derecho de autor y los derechos conexos se obtiene


automáticamente sin necesidad de efectuar un registro ni cumplir otras
formalidades. No obstante, en muchos países existen sistemas nacionales de
registro facultativo y de depósito de obras.

Esos sistemas permiten hacer frente a los problemas que plantean, entre otras
cosas, las controversias relacionadas con la titularidad o la creación, las
transacciones financieras, las ventas, y las cesiones y transferencias de
derechos.
CONCLUSIÓN.

Creada en 1970, la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) es


una organización internacional cuyo objetivo es velar por la protección de los
derechos de los creadores y los titulares de propiedad intelectual a nivel
mundial y, por consiguiente, contribuir a que se reconozca y se recompense el
ingenio de los inventores, autores y artistas.

Esta protección internacional estimula la creatividad, ensanchando los límites


de la ciencia y la tecnología, y enriquece el mundo de la literatura y de las
artes. Al crear un marco estable para la comercialización de los productos
protegidos por la propiedad intelectual, también facilita el comercio
internacional.

La OMPI colabora estrechamente con sus Estados miembros y demás


sectores interesados con el fin de asegurar que el sistema de la propiedad
intelectual siga siendo una herramienta flexible y adaptable que promueva la
prosperidad y el bienestar, y traduzca en hechos concretos el potencial que
ofrecen las obras creadas a las generaciones actuales y futuras.

Por formar parte del sistema de las Naciones Unidas como organismo
especializado, la OMPI constituye un foro para que sus Estados miembros
elaboren y armonicen normas y prácticas destinadas a proteger los derechos
de propiedad intelectual.
BIBLIOGRAFÍA.

Pérez, M. E. (2005) Manual de los Derechos Intelectuales en República


Dominicana. Santo Domingo: Ediciones Jurídica Trajano.

Ley 65-00 sobre Derecho de Autor.

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