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INTRODUCCIÓN
Con el paso de los años, se puede observar que existen una infinidad de cambios, en diversas
áreas, es contradictorio que al realizar un vistazo sobre el desarrollo y evolución de la educación,
aparentemente también ha sufrido cambios, o al menos teóricamente se ve reflejado, sin
embargo en la práctica se evidencia que aún se está trabajando bajo modelos educativos
estandarizados, lineales y estructurados; en los que no hay espacio para el libre pensamiento,
situación que no concatena con la sociedad en la cual vivimos.
Es por ello que, se ha tomado como base la tesis “Del ciudadano católico al ciudadano laico”
escrita por Julián González con el interés de estudiar los planteamientos que surgieron en El
Salvador a partir de la década de 1880 a 1890, en lo relacionado al cambio de una educación
católica a la educación laica. Época en la cual, se esperaban mejores tiempos para El Salvador,
en la cual, la modernización y el progreso del país dependían, de la educación de un futuro
ciudadano laico.
En el capítulo dos, se desarrollarán los enfoques planteados en la tesis de Julián González, “Del
ciudadano católico al ciudadano laico”, que serían parte en la educación laica, los cuales son:
enseñanza de la historia y geografía, formación de ciudadanos armados y educación para el
progreso. Posteriormente, en el capítulo tres, se expondrán temas relacionados al aprendizaje
autónomo y su relación con el bienestar público.
POSITIVISMO EUROPEO
De acuerdo a los textos leídos, para esta época, el positivismo tuvo mucho auge dentro
de la educación, pero no sólo se trasmitía en las aulas, sino también, en los funcionarios
públicos, es por ello que la concepción de la sociedad, como un todo integrador daba
pautas de conducta para definir los proyectos que con orden y evolución serian parte
integrante de la estructura social en muchos de los países americanos, en un principio
fue asumido por las repúblicas latinoamericanas que surgieron en el contexto de las
luchas independentistas. Hasta ese entonces, la niñez aprendía los principios y
preceptos de la Doctrina católica.
Fue entonces, que en el último tercio del siglo XIX, las élites gobernantes volcaron su
interés hacia la escuela laica. Inspirados en el liberalismo; parte de los países que
retomaron esta transformación fueron: Argentina, Uruguay, Colombia y México. El
Salvador no se quedó atrás. La opinión pública se dividió en dos bandos, los guardianes
de la tradición advirtieron que solo la religión católica era capaz de formar personas de
bien y de apadrinar el progreso que la patria necesitaba. Los reformistas señalaron que
la modernidad y el progreso exigían un tipo de sociedad secular, es decir, abierta a
principios como la pluralidad religiosa, la tolerancia y la libertad de conciencia.
POSITIVISMO EN EL SALVADOR
Julián González, expone en: “El sueño de una república laica. La escuela y la formación
de los futuros ciudadanos” que en El Salvador la religión fue excluida del plan de estudios
desde junio de 1880. La nueva educación cultivó una sensibilidad secular en la niñez. La
experiencia cotidiana y la observación de las cosas debían ser el punto de partida de la
pedagogía. Educar significó conducir a la niñez desde lo simple hasta lo complejo, desde
lo empírico hasta lo teórico.
En lugar de recrear imágenes del cielo y del infierno en el salón de clases, actividad
propia de la educación católica, el maestro hizo suyo el reto de forjar un imaginario de
nación en los futuros ciudadanos. La patria incluía desde los lagos y volcanes hasta las
virtudes republicanas que el ciudadano debía desarrollar. La escuela laica debía formar
al ciudadano soldado al estilo romano, es decir, un individuo preparado para defender
los intereses de la madre patria frente a cualquier tipo de amenaza. El alma y el cuerpo
debían prepararse para servir a la patria. Se abandonó la lealtad hacia Dios por la lealtad
hacia el Estado.
Ante esta iniciativa, lo que se esperaba era que, a través de fomentar este nuevo modelo
en la educación, se logrará la formación de ciudadanos comprometidos, que lucharan
por defender su patria, en el segundo capítulo se describirán cuáles eran los tres enfoque
que se desarrollarían en la formación de ciudadanos, a través de la educación laica de
acuerdo a lo expuesto por Julián González en su tesis: “Del ciudadano católico al
ciudadano laico”.
La educación es uno de los factores que más influye en el avance y progreso de personas
y sociedades. Además de proveer conocimientos, la educación enriquece la cultura, el
espíritu, los valores y todo aquello que nos caracteriza como seres humanos, además
alcanzar mejores niveles de bienestar social y de crecimiento económico; para nivelar
las desigualdades económicas y sociales; para propiciar la movilidad social de las
personas; para acceder a mejores niveles de empleo; para elevar las condiciones
culturales de la población; para ampliar las oportunidades de los jóvenes; entre otros.
Es por eso, que en gran parte la importancia de la formación en la educación laica, era
inculcar en los ciudadanos la responsabilidad de asistir a la escuela y de trabajar para el
progreso de la patria. A partir de esto, es que Julián González expone que, el objetivo de
la escuela pública primaria era formar futuros ciudadanos a través de la enseñanza
impartida en las escuelas oficiales.
VIDA AUTÓNOMA
Es por eso, que en la tesis de Julián González, se plantea que aún cuando en la escuela
se educaba para el amor a la patria y el respeto al bien público, no se perdió de vista que
otra función importante de la escuela era formar en la autonomía al futuro ciudadano;
debido a ello es que, era necesario pasar de la educación católica a la educación laica,
puesto que, el Estado no debería de enseñar ninguna moral que tuviera como
fundamento la doctrina de una secta en específico, sino que, debe limitarse a enseñar
la religión natural. El objetivo de esta educación consistía, en educar a la luz de la razón,
en la sana tolerancia, la reflexión autónoma sobre los hábitos y costumbres, y por
supuesto, en el respeto a las leyes sancionadas por el Estado laico.
De acuerdo, a lo mencionado en los párrafos anteriores, se puede evidenciar que la
enseñanza de la autonomía dentro de las instituciones educativas, era parte fundamental
para lograr el progreso de nuestro país, de hecho, considero, que este planteamiento
estaba muy atinado, realmente, es lamentable que, con el pasar de los años, aún no se
ha logrado su concretización, ya que, en el ámbito social no se le ha permitido tomar a
las instituciones educativas su verdadero rol, sino que, en su mayoría las sectas
religiosas y los medios de comunicación han tomado el control en lo referente a la
educación y estas entidades siguen colaborando con la formación de ciudadanos
pasivos.
BIENESTAR PÚBLICO
Por lo visto anteriormente, podemos deducir que, el bienestar público o social está ligado
a factores económicos. Es por ello que la sociedad, además de promover el bienestar
social, debe estar preparada para hacer cambios en el sistema económico y social, sin
dejar de lado que para que esto sea posible es indispensable la formación de futuros
ciudadanos que estén dispuestos a velar y trabajar por ello.
Ahora bien, es importante destacar que no existirá un bienestar público, sino se logra
concesionar el bienestar individual, esto era algo que se esperaba con el cambio a la
educación laica, enseñarle a los ciudadanos a que ellos podían tener su propia
autonomía pero a la vez trabajando por los intereses colectivos, es por ello que en el
apartado a continuación se explorará este conflicto.
Considero que, este tipo de educación fue de gran beneficiosa para la sociedad de esa
época, ya que le permitía al individuo desarrollarse respetando a los demás, sin embargo,
dicho planteamiento surgió a raíz de la corriente positivista, la cual, se basaba
concretamente en un aprendizaje memorístico y además, este tipo de educación
buscaba formar individuos inflexible, de mentalidad cerrada, individualista y a-critico,
aspectos contradictorios a los planteamientos expresados por el movimiento liberador en
la sociedad salvadoreña, por lo tanto, aún cuando gracias a esta corriente se logró
interponer una línea entre la religión católica y la escuela, fomentando la decisión del
libre culto en los ciudadanos, no era la más asertiva para lograr el progreso de una
nación, sino que, se buscaba formar ciudadanos productivos para el beneficio de los
grupos elites de nuestro país.
CAPITULO IV: CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
CONCLUSIONES
RECOMENDACIONES
• Es importante, visualizar que cada una de las corrientes creadas han aportado
aspectos positivos para la sociedad en general, en este caso para la educación,
es ello que, considero, que se deben de retomar los aspectos positivos y continuar
experimentando cambios, puesto que, no se logrará el progreso de una nación si
se continúa trabajando bajo modelos lineales que no contribuyen al desarrollo
individual y mucho menos al de una nación.
WEBGRAFÍA
• http://www.mined.gob.sv/index.php/paes-cat/item/4032-rese%C3%B1a-
hist%C3%B3rica.
• http://elmundo.sv/sexta-y-septima-constituciones-1880-y-1883-administracion-
zaldivar/.
• http://www.lapagina.com.sv/.