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Knapp, Robert. “ Sobrellevar las cadenas: los esclavos”. Contenido en “Los olvidados de Roma.

Prostitutas, forajídos, esclavos, gladiadores y gente corriente”. Ariel. Barcelona. 2011. [pp. 147-
198]

Tiene como objetivo explorar la mentalidad de los esclavos dejando de lado el componente
subjetivo cultural y la contaminación que inevitablemente existe cuando son los miembros de la
elite quienes se refieren a los esclavos y la esclavitud. Puede afirmarse con bastante seguridad
que es posible recurrir a las fuentes de la elite siempre y cuando se tenga en cuenta su perspectiva
social; así lo han hecho muchos académicos. Sin embargo, mi intención es dejarlas de lado con
el fin de poner el acento en la imagen que se puede plasmar sin ellas.

Se presenta un linea de investigación a través de ¿una voz de los esclavos?, cifras y fuentes de
esclavos, la vida esclava: sumisión, el pensamiento de los esclavos, la comunidad de esclavos,
los esclavos y sus amos, resistencia, matrimonio, sexo y familia, relaaciones sociales y religiosas,
libertad.

Ocasionalmente, el precio físico y psicológico que se cobraba la esclavitud sobre los individuos
esclavizados, merecía la atención de los amos; las formas, básicamente arbitrarias, de delimitar
la diferencia entre «esclavo» y «no esclavo» preocupaban a los filósofos. Sin embargo, a
excepción de algunas pocas voces disonantes y poco influyentes, ni los que reflexionaban sobre
los esclavos y la esclavitud, ni los que simplemente hacían uso de los esclavos, ni tampoco los
que trataban con esclavos ajenos en su vida cotidiana, se planteaban las ventajas o la viabilidad
de la abolición; la historia de la esclavitud es una historia de adaptación a la misma o de intentos
de eludirla o de salir de ella, no de tratar de suprimirla de la sociedad.

Esta realidad cultural nos sirve de guía para ver cómo vivían los esclavos. La esclavitud no
degrada al esclavo hasta convertirlo en «algo» deshumanizado, sino que más bien crea un nuevo
orden vital, un entorno en el cual el esclavo se «humaniza» de nuevo desempeñando otro papel
social o cultural. Los romanos nunca negaron la «humanidad» de los esclavos, ni su personalidad
como hombres, no animales, por mucho que los considerasen bienes muebles o se refiriesen a
ellos como seres moralmente inferiores, como seres humanos de segunda. Simplemente querían
que se socializasen en su papel de esclavos. Desde el punto de vista de los esclavos, su forma
de negociar su papel revela lo que significaba ser un humano esclavizado.

En conclusión la actitud de un esclavo estaba delimitada por sus posibilidades. Sus objetivos iban
desde gestionarsu situación actual ante elseñor, hasta fugarse; desarrollaba estrechos vínculos
con otros esclavos hasta el punto de formar una familia, y temía el trastorno que suponía ser
vendido; anhelaba una libertad que podía acabar por obtener. La esclavitud lo privaba de la
autodeterminación, pero no de la propia identidad. Seguía siendo un ser humano que pensaba,
sentía y actuaba, y sobrellevaba la esclavitud lo mejor posible.

Lograr una visión general de las experiencias de los esclavos resulta complicado debido a la
complejidad y variedad de las mismas. Los datos sobre la mentalidad de los esclavos, además de
escasos, nunca son del todo coherentes. Se trata de un desafío, ya que los occidentales tienden
a relacionar los datos e impresiones de la esclavitud del Nuevo Mundo con lo que sabemos de la
esclavitud grecorromana.

Jhossep Gustavo Ramirez Roldan

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