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DÍA DE LA PROTECCIÓN DE LA CAPA DE OZONO.

En 1994, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 16 de septiembre como el


Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, para conmemorar el día en que se
firmó en Montreal, en 1987, el Protocolo relativo a las sustancias que agotan la capa de ozono.

Se invitó a todos los Estados a que dedicaran ese Día a la promoción de actividades
relacionadas con los objetivos del Protocolo y sus enmiendas. La capa de ozono, que es una
capa frágil de gas, protege a la Tierra de la parte nociva de los rayos solares, y por consiguiente,
ayuda a preservar la vida en el planeta.

La eliminación de los usos controlados de sustancias que agotan el ozono y las reducciones
conexas no solo han ayudado a proteger la capa de ozono para la generación actual y las
venideras, sino que también han contribuido enormemente a las iniciativas mundiales dirigidas
a hacer frente al cambio climático; asimismo, han protegido la salud humana y los ecosistemas
reduciendo la radiación ultravioleta dañina que llega a la Tierra.

¿Por qué es importante?


La capa de ozono es importante porque actúa como un filtro solar, que evita el paso de una
parte de la radiación ultravioleta (UV) denominada UV-B que viene del sol. Esta parte de la
radiación UV tiene una longitud de onda entre los 280 y 320 nanómetros (nm). Este tipo de
radiación puede ser dañina para los seres vivos y puede ocasionar:

Daños genéticos. La Radiación UV-B puede dañar el ADN ocasionando en algunos casos,
mutaciones en las células que pueden dar origen a ciertos tipos de cáncer en la piel. El 90% de
los cánceres de la piel se atribuyen a los rayos UV-B. Una disminución en la capa de ozono en
1% podría incidir en el aumento de número de casos de cáncer a la piel en 4% a 6%.

Daños en los ojos. La exposición a dosis altas de rayos UV puede dañar la córnea,
produciendo también cegueras temporales y, en algunos casos, cataratas cuando la exposición
es crónica.

Daños al sistema inmunológico. El sistema inmunológico de las personas permite combatir


las infecciones, y evitar diversos tipos de enfermedades. Se sabe que la exposición a la luz (o
radiación) ultravioleta reduce la efectividad del sistema inmunológico, provocando mayor
incidencia de enfermedades como la malaria, las infecciones producidas por hongos y otras.

Daños en la vida marina. Una de las consecuencias más preocupantes de la disminución de


la capa de ozono sobre la Antártida ha sido el efecto que tuvo sobre la vida marina de la zona
afectada. En esta zona se ha comprobado que el plancton que vive a una profundidad de 2
metros de la superficie del mar ha disminuido entre el 6 y 12 %. Sabemos que el plancton es la
base de la cadena alimenticia de la fauna marina, por lo que, potencialmente es dañino para
otras especies de la zona.

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